Bruselas (EuroEFE).- En Europa, el continente que más rápido se calienta, los desastres climáticos son ya abrumadores y van a aumentar, por lo que la Unión Europea (UE) necesita acelerar urgentemente su resiliencia con una inversión de entre 34 y 110 euros por persona y año (entre 36,8 y 108,25 dólares al cambio actual).
Es la conclusión principal de tres informes publicados este miércoles por el Banco Mundial y la Comisión Europea, que arrojan que la prevención y la adaptación abarata los daños económicos causados por los desastres naturales, que en 2023 ascendieron a 77.000 millones de euros en toda la UE, lo que supone más que el PIB de Eslovenia o la capitalización bursátil de Iberdrola.
Los costos de adaptación de la UE hasta la década de 2030 oscilarían entre los 15.000 y los 64.000 millones de euros, es decir, entre el 0,1 y el 0,4 % del producto interior bruto del bloque comunitario, mientras que la inacción podría sustraer hasta el 7 % del PIB.
«Aún hay tiempo para que los países europeos tomen medidas que protejan las vidas de las personas, la infraestructura y las finanzas públicas de los impactos de los desastres y el cambio climático, aunque la ventana de oportunidad (…) se está reduciendo«, declaró en un comunicado el director del Banco Mundial para la Sostenibilidad en Europa y Asia Central, Sameh Wahba.
Los estudios -uno centrado en adaptación y dos en financiación- constatan que «los próximos veinte años de cambio climático ya están garantizados» debido al CO2 ya emitido y subrayan que «se necesita una acción temprana para prepararse para los posibles cambios mayores que seguirán».
Today, the EU and @WorldBank published 3 new reports on:
☑️ smart investments in disaster resilience
☑️ the cost of adaptation strategies
☑️ the financial impact of wildfires and droughts
Read them here. ↓
— EU Civil Protection & Humanitarian Aid 🇪🇺 (@eu_echo) May 15, 2024
Activos críticos
Los expertos señalan que muchos activos de sectores críticos como servicios de emergencia, escuelas, hospitales, carreteras y líneas eléctricas están expuestos a inundaciones, incendios forestales, terremotos y deslizamientos de tierra, y convendría protegerlos.
Más del 80 % de las carreteras están en áreas de alta susceptibilidad a deslizamientos de tierra en España, Irlanda, Eslovenia, Portugal, Austria y Grecia, riesgo que afecta también a al menos el 70 % de las líneas eléctricas en España, Grecia, Eslovenia y Bulgaria, apuntan los informes.
Invertir es barato
Pero las inversiones en adaptación pueden ser baratas y ofrecer retornos económicos, como en el caso de la concienciación: cada euro invertido en advertencias tempranas de olas de calor devuelve 131 euros de beneficio, apuntan.
Incluso en infraestructuras con altos costos de capital, como energía, transporte, agua y saneamiento, fortalecer los activos críticos costaría sólo el 3 % de las necesidades totales de inversión en infraestructura, sostienen el Banco Mundial y la Comisión Europea.
No obstante, existe poco conocimiento sobre los costos de la adaptación climática y se debe profundizar en ese campo porque las limitaciones técnicas y la falta de información inhiben la toma de decisiones y las inversiones, subrayan los autores.
Cuantificar daños
El último de los informes complementa un estudio anterior que estimaba que los terremotos e inundaciones podrían costarle a la UE entre 13.000 y 50.000 millones de euros al año, dependiendo de la magnitud de los eventos.
Esta nueva edición se centra en los peligros de incendios forestales y sequías y los mecanismos de financiación, y concluye que «se debe hacer más para incentivar la transferencia del riesgo al sector privado«.
La sequía y el calor extremo tienen impactos económicos que abarcan caídas en la productividad laboral o interrupciones en las industrias dependientes del agua, pero los cálculos económicos sólo suelen contabilizar los ingresos hospitalarios o el exceso de mortalidad.
«Las pérdidas por incendios forestales varían de 16 millones a 717 millones de euros (…) mientras que la sequía mostró una brecha de financiación constante entre 13 millones y hasta 323 millones de euros», apuntan.
Los datos se refieren al agujero financiero, no a los daños totales, que sólo en el caso de los incendios forestales en España en 2023 alcanzaron los 913 millones de euros.
Las cifras estimadas sobre sequía y calor extremo son claramente inferiores a las de terremotos e inundaciones, pero el peligro reside en la simultaneidad de eventos.
«Si ocurre una sequía o un incendio forestal en un año en el que ya se ha producido un gran terremoto o inundación, puede que no haya fondos disponibles a nivel de la UE para responder«, concluyen los autores.
Editado por Lucía Leal
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