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Ciencia y Salud

Luis Castellanos: “El lenguaje nos tiene que llevar a la paz interior”

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En “Inteligencia bondadosa” (de la editorial Paidós), Luis Castellanos enseña lo que hay que hacer con esas 63 palabras para que lleguen al corazón, a la mente, al habla y poder dirigirlas en la educación de forma que sean un “vaso comunicante” con los hijos.

De esta forma se expresa el filósofo en una entrevista con EFEsalud en la que resalta la importancia de fortalecer la inteligencia.

La bondad es “la más alta expresión” de la inteligencia

“Tenemos que hacer que la gente se dé cuenta de lo que significa ser inteligente y por ahí tendríamos un buen camino. La inteligencia no es a ver si he hecho la carrera, si sé mucho de matemáticas o física, si tengo un cociente intelectual de 170 o si soy superdotado, la más alta expresión de la inteligencia es la bondad”, sostiene.

Se trata de darse cuenta de que una persona y otra forman parte del mismo espacio, del mismo lugar y tienen “la posibilidad de hacer que este mundo sea un poquito más habitable”.

Es la capacidad de comprender que juntos se resuelven más problemas que separados.

Por eso, sostiene que la inteligencia bondadosa es la capacidad de hacer las cosas que los que hacen el mal nunca harían, pero los que hacen el bien sí quisieran. Advierte, no obstante, de que se necesita valentía y arrojo.

“Necesitamos unir muy bien la inteligencia y la bondad. Creo que eso es el libro, intentar activar la inteligencia de las personas para que vayamos cada vez comprendiendo más lo que significa bondad, amor, compasión, ternura y que esas palabras no caigan en el olvido”, afirma.

De ahí que abogue por dar un “empujón a la inteligencia” porque no hay tanta como parece: “Estamos escasos de ella”, sentencia.

63 palabras, 63 enseñanzas

Para Castellanos esas 63 palabras escogidas que analiza en el libro, en el fondo, son 63 enseñanzas.

“Las palabras nos enseñan a viajar por el mundo, a tener comportamientos por el mundo. Llevo muchísimos años estudiando el lenguaje y sobre todo las palabras. Creo que éstas tienen un alma que tenemos que descubrir dentro de nosotros mismos y habitarlas”, reflexiona Castellanos.

El filósofo durante la entrevista con EFEsalud. FOTO BPC

Son palabras como amor -con la que empieza el libro y dice que está relacionada con la capacidad que cada uno tiene de pedir ayuda- abrazo, silencio, quietud, inspiración, cuidar, lágrimas, conexión, o escuchar, entre otras.

El filósofo considera que vivimos en un mundo “superfluo”, “demasiado liviano” donde las palabras “son de cristal” y se pueden quebrar fácilmente, y a las que se presta atención para manipular pero no para que estén “dentro del corazón”.

La paz interior

Porque, insiste Luis Castellanos, no vale con decir que somos amables y no serlo. De hecho defiende que el lenguaje nos tiene que llevar a “la paz interior”, porque si no la tienes, todo lo demás “va a ser muy falso”.

Y, a su juicio, lo primero que tenemos que hacer es ver la persona que tenemos en nuestro interior y saber si es bella.

El último libro de Castellanos.

E insiste en que hoy en día falta paz interior y sobran ruido y prisas: “Tengo que generar espacios dentro de mí y dentro de mi mente para poder escucharme y, sobre todo, para después escuchar al otro”, señala el también autor de “La ciencia del lenguaje positivo”.

Y paz precisamente es una de las 63 palabras que define en el libro, de la que asegura que la exterior solo se consigue si tenemos la interior.

“Nos falta serenidad, calma, sosiego, entender el mundo, aceptar al otro. Eso es uso de la inteligencia. No tiene que ver nada ni con buenismo ni con idealismos ni con utopías. La inteligencia no es una utopía”, opina Luis Castellanos.

Instante

De entre las 63, su favorita, la que cree que no debe faltar en el lenguaje con los hijos, es acariciar, y es justo la que aparece en el epílogo del libro en el que habla de su hija recién nacida.

Destaca también el valor de la palabra instante, porque “es vida”.

“Creo que ahora estoy en el momento de disfrutar cada instante y es una palabra que no tiene que faltar. Cuando estás con tus hijos son instantes, uno detrás de otro, son millones y millones de instantes, de vida”, subraya Luis Castellanos.

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Ciencia y Salud

El lado positivo de la vuelta a la rutina

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vuelta vacaciones EFE Eduardo Abad

Los beneficios de la rutina

El psicólogo Tomás Santa Cecilia nos explica el lado positivo de la vuelta de las vacaciones, especialmente cuando se incorporan hábitos saludables a la rutina.

Tanto el cuerpo como el cerebro necesitan desarrollo físico e intelectual. Las sociedades, nos explica el experto, han avanzado por enfrentarse a situaciones complejas y adaptarse a ellas.

Por lo tanto, es bueno tener ciertas actividades que impliquen un cierto desarrollo intelectual.

El ser humano necesita un equilibrio y una conciliación entre el ocio y la rutina, pues de esta manera puede satisfacer la demanda de objetivos, metas y retos. Así, el trabajo permite al ser humano desarrollarse intelectualmente, lo que es una fuente de satisfacción.

“Venimos de una rutina de ocio, de descanso y de disfrute. Cuando cambiamos una rutina mantenida en el tiempo el cuerpo se revela y pregunta ¿Qué está pasando? A pesar de que el cuerpo tiene una gran capacidad de adaptación, la mejor manera de volver a la rutina diaria es de forma progresiva”, indica el psicólogo.

La vuelta de las vacaciones tiene beneficios como recuperar buenos hábitos. EFE/EPA/JUSTIN LANE

El estrés no siempre es malo

La vuelta de las vacaciones puede generar ansiedad ante situaciones relacionadas con el trabajo, la familia, la interacción social o cualquier otra situación de la cotidianeidad.

Muchos de estos contextos pueden generar estrés en el cuerpo. Sin embargo, no tiene por qué ser algo dañino, sino que se trata de una demanda corporal. Por eso, es importante diferenciar cuándo es negativo y cuándo es positivo.

El nivel de estrés ideal

El estrés se cuantifica en una escala del 0 a 10 cuyo umbral ideal es entre el cinco y el siete. Cuando el cuerpo se encuentra bajo cierta tensión, esta le permite llevar a cabo tareas complejas o manuales que implican concentración y actividad, además de conversaciones.

El nivel de estrés nocivo

Sin embargo, cuando los niveles se sitúan por debajo de 3, significa que el cuerpo no está en pleno rendimiento y se encuentra en distrés. Esto puede puede llegar a ser arriesgado porque una excesiva relajación podría provocar, por ejemplo, un accidente.

Por el contrario, un estrés entre 7 y 10 puntos significa un nivel de actividad donde el cuerpo está más enfocado a la tensión que a la competencia que se necesita desarrollar en el momento, por lo que se recomienda evitar las situaciones en las que nos exponemos a demasiada tensión, especialmente antes de dormir.

El estrés se mide mediante una escala de 10 puntos. EFE/Sáshenka Gutiérrez.

Equilibrio y conciliación

Tomás Santa Cecilia recuerda que es importante mantener un equilibrio y conciliación entre los diferentes aspectos de la vida.

Ante el aumento de la exigencia de la rutina, enfocarse en retomar el ritmo de manera progresiva ya que el trabajo supone otro tipo de actividad que consume un gasto energético diferente.

El cuerpo necesita exponerse al estrés, pero la clave es que no sea de manera brusca e intensiva, pues eso puede llevar al síndrome del trabajador quemado o burnout.

“El ser humano necesita objetivos, necesita metas y retos. El trabajo nos permite muchas veces desarrollarnos intelectualmente y esto es una fuente de satisfacción”, explica el psicólogo.

No olvides descansar

Otro aspecto positivo de la vuelta a la rutina es el orden del sueño; el cuerpo humano necesita descansar, desconectar y estar relajado, necesidades para las cuales el mejor remedio es dormir.

“El 40 % de la población reconoce que no duerme bien y la falta de conciliación de sueño puede dar paso a problemas fisiológicos, gastrointestinales… es decir, trastornos musculoesqueléticos. En definitiva, nuestro cuerpo se va a revelar porque va a percibir este enfrentamiento día a día de una forma estresante y eso va a generar ansiedad y estrés nocivo”, apunta Tomás Santa Cecilia.

Calcula tu sueño

La mejor manera de implementar un buen descanso en la rutina es calcular el horario a partir de las horas de sueño, que van en función del biorritmo y la edad.

Un buen mantenimiento de la cama y del dormitorio facilitan el buen descanso. EFE/Ismael Herrero

Para ello, el psicólogo recomienda establecer las horas de sueño que se necesitan (siete, por ejemplo) y hacer el cálculo hacia atrás desde la hora a la que te tienes que levantar (si te levantas a las ocho, tendrás que acostarte a la una).

Ritmos circadianos

De esta manera, el cuerpo poco a poco irá regulando sus ritmos circadianos, que son los que marcan los relojes biológicos como el sueño y la vigilia, los horarios de ir al baño, de la comida o del ciclo menstrual.

Para no romper estos ritmos, es vital no sacrificar las horas de descanso por la jornada laboral, compromisos sociales, familiares o las obligaciones deportivas autoimpuestas. El sueño es uno de los mecanismos de regeneración celular, y como tal, debe ser una prioridad en la vuelta a la rutina.

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Ciencia y Salud

¿Cómo pueden empezar los niños el curso con buen pie?

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Sin duda, los primeros días del año académico pueden condicionar cómo los niños afronten el curso.

En una entrevista con EFEsalud, la pedagoga y directora de la escuela Montessori Palau Girona, Montse Julià, destaca que el inicio de la vuelta al cole es una oportunidad de crecimiento y adaptación, tanto para niños como para padres.

La experta desmiente algunas creencias y explica que el primer día de escuela constituye una buena experiencia de crecimiento, así como una oportunidad especial.

“Cabe tener en cuenta que los menores empiezan con la ilusión renovada y grandes deseos de aprender. No hace falta recurrir a grandes preparativos para ayudar a los más pequeños a adaptarse a la nueva etapa y a empezar el curso con buen pie”, indica la especialista.

El estrés positivo

La especialista explica que los menores se adaptan más fácilmente a los cambios y a los procesos de adaptación que los adultos.

Por ello, son los adultos quienes deben prepararse para vivir esta experiencia de forma tranquila y confiada.

La experta subraya que los adultos deben ser conscientes de que el estrés que vive el niño es positivo porque el reto que se plantea es adecuado a la edad y tiene lugar en un ambiente preparado

Muchas veces se habla de estrés, un estrés que puede ser positivo, ya que representa la experiencia que vives y cómo reaccionas ante los retos y la incertidumbre que estos implican.

Estos desafíos cuestionan su ego y capacidad de control, motivándolos a activar todas sus habilidades para superarlos.

“Los estudios confirman que este estrés positivo favorece, entre otros, el desarrollo de la cognición y de otras funciones ejecutivas cerebrales. Cuando el adulto vive en primera persona el estrés, está siendo un obstáculo para su desarrollo y les transmite su sufrimiento para lo que el niño no está preparado porque identifica una falta de seguridad de sus progenitores”, indica la pedagoga.

Varios niños prestan atención a sus profesoras en el primer día de clase en un colegio de Toledo. EFE/ Ismael Herrero

Pautas para que los niños tengan una buena vuelta al curso

Confiar en la capacidad de los pequeños

Los padres deben confiar en que su hijo es capaz. Los niños crecen, maduran y superan dificultades, tal como lo han hecho sus padres a lo largo de su vida.

La experta señala que no se puede pretender evitarles todos los obstáculos, ya que al hacerlo, se les priva de una oportunidad esencial para su desarrollo.

Impedir que enfrenten sus propias dificultades es, en realidad, una forma de limitar su crecimiento. El niño necesita vivir sus desafíos para aprender y fortalecerse.

Además, sentir que los padres confían en ellos es probablemente el mejor acompañamiento que pueden recibir nuestros hijos para enfrentarse a las novedades.

Esto ayudará a los niños a poner en marcha sus propios recursos psíquicos para afrontar los pequeños retos que supone la vuelta al colegio y la recuperación del ritmo del curso escolar.

Si los padres proyectan miedos e inseguridades están influyendo en la autoestima de sus propios hijos y en lugar de ayudarles, les dificultan el proceso.

Por tanto, la experta explica que la ilusión, el optimismo y la confianza son las claves para el éxito de la adaptación.

“Los momentos de despedida y recogida deben mostrar estos sentimientos evitando sobreactuaciones que pueden confundir al menor transmitiéndole inseguridad. Cuanto más preparados estén los padres, más preparados estarán los hijos”, indica la especialista.

Cómo cultivar la confianza

Julià explica que María Montessori, médica y pedagoga que inspiró el método de enseñanza Montessori (basado en la observación y el respeto por el ritmo natural de aprendizaje de los niños) afirmaba que incluso los seres humanos más pequeños merecen que se les reconozca su dignidad.

Para hacerlo, es fundamental permitir que los niños asuman responsabilidades y realicen actividades que estén a su nivel. Sin embargo, a menudo no se fomenta esto.

Cuando un niño, desde pequeño, ve que es capaz de hacer cosas por sí solo, sin la intervención directa del adulto, aunque esté en su compañía, se está cultivando su autoconfianza y su seguridad en sí mismo.

“Si el niño percibe que para hacer cualquier cosa en su vida siempre necesita la ayuda de un adulto, ya sea un padre, una niñera o un abuelo, empezará a pensar que no sirve para nada. Cuando los padres hacen todo por el niño, como darle de comer, cepillarle los dientes, ponerle los zapatos o cargarlo para subir escaleras, aunque el niño ya pueda hacerlo por sí mismo, se le está transmitiendo la idea de que es incapaz de hacerlo solo”, subraya la pedagoga.

La especialista señala que, aunque los padres lo hacen por amor, con la intención de facilitarle las cosas, en realidad, están impidiendo que el niño desarrolle su independencia y autoestima.

Los padres deben confiar en sus hijos. EFE/ Kai Forsterling

Respetar los ritmos del menor

Además de la confianza, hay que respetar el ritmo de cada menor.

El proceso de adaptación puede durar de unos días hasta unas seis semanas.

Por lo tanto, los padres no pueden desanimarse porque los primeros días expresen emociones diversas e incluso contradictorias, pues cada menor lo vive diferente.

“Es síntoma de inteligencia ser capaz de conectar con la realidad y expresar los sentimientos que les suscita”, expresa la pedagoga.

La pedagoga y directora de la escuela Montessori Palau Girona, Montse Julià. Foto cedida

Cómo respetar esos ritmos

La experta indica que hay dos aspectos importantes: escuchar al niño y observarlo atentamente.

Esto es crucial también para los padres, porque si se identifican demasiado con las emociones del niño, pueden perder la objetividad y asumir constantemente que su hijo lo está pasando mal.

Sin embargo, al observar con atención, podrán ver si el niño necesita ayuda o si, en cambio, puede ser animado a asumir pequeñas responsabilidades por sí mismo.

Confiar en la profesionalidad del equipo docente y del centro

Primero y ante todo, es crucial que los padres confíen en el colegio, aunque al principio pueda parecer una confianza ciega.

Es importante que se sientan seguros de que, si en algún momento tienen dificultades o preocupaciones, pueden comunicarlas al colegio y seguir las orientaciones que se les ofrezcan

Los docentes están preparados para acompañar a los niños en este proceso de regreso al curso o de entrada a un nuevo colegio.

Seguir sus consejos en este proceso será lo más beneficioso para facilitar la adaptación.

La profesional destaca la importancia de informar a los docentes de cualquier cambio o experiencia relevante que haya podido vivir el menor durante el tiempo de vacaciones, como por ejemplo, cambio de vivienda, pérdidas, separaciones, enfermedades, etc.

“Los expertos afirman que los niños captan perfectamente la confianza que tienen los padres en relación al colegio y a los maestros y aconsejan que las conversaciones en casa demuestren de manera explícita esta confianza”, señala la experta.

¿Cómo pueden preparar los padres a sus hijos durante las vacaciones para volver al cole?

La experta de Montessori Palau Girona recomienda intentar reorganizar nuestros horarios, asegurándonos de regular el tiempo de dormir para que los niños descansen lo necesario.

Además, es importante ser conscientes de que podemos incrementar las tareas y responsabilidades en casa, pidiéndoles que colaboren con la familia.

Es crucial que los niños experimenten la posibilidad de hacer cosas por sí mismos, incluso en presencia de los padres, pero sin su ayuda directa, permitiéndoles desarrollar su independencia.

También es importante incorporar el ejercicio físico de manera sencilla, como caminar o montar en bicicleta.

Estas actividades no solo benefician la salud, sino que también ayudan a enfrentar pequeños retos físicos, como caminar un poco más cada día.

Es importante incorporar el ejercicio físico de manera sencilla, como caminar o montar en bicicleta. EFE/Isaac Esquivel

Junto con un buen sueño, una alimentación equilibrada, evitar la sobreprotección y fomentar la autonomía, todo contribuye a un desarrollo más completo y saludable para los niños.

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Ciencia y Salud

Los avances en tratamientos quirúrgicos permiten vivir con cáncer de próstata

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El sistema reproductor masculino

El sistema reproductor masculino está formado por el pene, el escroto, los testículos, el epidídimo, el conducto deferente, las vesículas seminales y la próstata. El pene y la uretra también forman parte del sistema urinario en el hombre.

La próstata ayuda a producir el semen, un líquido blanquecino que lleva a los espermatozoides desde los testículos hasta el pene cuando hay una eyaculación. Está situada justo debajo de la vejiga, rodea la uretra, el tubo que conduce la orina fuera de la vejiga a través del pene. En los hombres jóvenes tiene el tamaño de una nuez, pero con la edad, crece y puede oprimir la uretra obstruyendo el flujo de la orina y causando problemas urinarios molestos.

Hiperplasia prostática

Cuando la próstata aumenta de tamaño, aparecen síntomas como necesidad de orinar más veces al día de lo normal, no poder aguantar las ganas y levantarse muchas veces por la noche para ir al baño, sentir ardor al miccionar o bien orinar poca cantidad y con poca fuerza en el flujo de la orina.

Ante alguno de estos síntomas es importante acudir al médico, porque puede existir el riesgo de padecer hiperplasia prostática benigna (HPB), cuando la próstata se agranda, o prostatitis, inflamación de la próstata, e incluso cáncer de próstata.

“Aproximadamente uno de cada ocho hombres será diagnosticado con cáncer de próstata a lo largo de su vida. Es más propenso a desarrollarse en hombres de edad avanzada y en hombres de raza negra, pero la mayoría de los casos se diagnostica en mayores de 65 años. El diagnóstico y tratamiento temprano de la enfermedad garantizan un mayor índice de curaciones” señala el doctor Venancio Chantada, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud A Coruña.

Doctor Venancio Chantada, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud A Coruña. Foto cedida

El cáncer de próstata y los avances

El cáncer de próstata sucede cuando en el ADN de sus células se producen cambios. El ADN contiene las instrucciones necesarias para que las células funcionen correctamente.

Estos cambios hacen que las células cancerígenas crezcan y se dividan más rápido que las células normales, y se mantienen vivas cuando las otras van muriendo.

Esto provoca que se acumulen formando un tumor que puede ir creciendo, ocupar el tejido cercano o invadir otras partes del cuerpo provocando metástasis.

Por eso es importante realizar revisiones urológicas regulares a partir de los 50 años, especialmente si se observa algún síntoma preocupante al orinar. Si existen antecedentes familiares de este tipo de cáncer, las revisiones se deben adelantar a los 40 o 45 años.

“El perfil del paciente es cada vez más joven con tumores poco agresivos fácilmente curables. Una excepción son los tumores hereditarios que suponen el 15 por ciento de los cánceres de próstata. A veces, cuando un padre tiene este tumor y lo hereda el hijo, se suele desarrollar en edad más temprana y con mayor agresividad”, añade el doctor Chantada.

El cáncer de próstata ocupa el primer lugar en enfermedades malignas más frecuentes en hombres y es la quinta causa de muerte por cáncer en el mundo. Cada año, en España, se diagnostican más de 25.000 nuevos casos y van aumentando en los últimos años, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Este aumento se debe, principalmente, al envejecimiento de la población y al aumento de la esperanza de vida. Por eso es fundamental la detección temprana, para conseguir reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

En la década de los 70, un factor que revolucionó el diagnóstico precoz de cáncer de próstata fue el descubrimiento del Antígeno Específico de Próstata (PSA), que ha conseguido reducir hasta un 21 por ciento las muertes causadas por este tumor.

El PSA es una proteína producida por las células de la glándula prostática, normales y malignas. Cuando se realiza un análisis de sangre para comprobar si hay tumor en la próstata, se mira el nivel de concentración de esta proteína en la sangre, si es elevado es porque el paciente sufre cáncer de próstata.

“Actualmente podemos hacer un primer diagnóstico más preciso gracias a las pruebas de imagen como la resonancia magnética y la biopsia de fusión y disponemos de estudios específicos para localizar la enfermedad fuera de la próstata como el PET”, explica el doctor Darío Vázquez-Martul, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud A Coruña.

Doctor Darío Vázquez-Martul, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud A Coruña. Foto cedida

El tratamiento para el cáncer de próstata depende del estado del tumor, si se ha propagado a otras partes del cuerpo, de la salud del paciente y de los posibles efectos secundarios que puede tener el tratamiento.

Si el cáncer ha desarrollado metástasis, es difícil de curar, sin embargo, en muchos casos, con el tratamiento adecuado, se puede convertir en una enfermedad crónica y sobrevivir a la enfermedad.

“En la actualidad el cáncer de próstata dispone de un amplio abanico de tratamientos tanto médicos como quirúrgicos, incluso con radioterapia, que proporcionan una medicina personalizada a cada perfil de paciente, pudiendo adoptar la fortaleza del tratamiento a la agresividad individual de cada tumor”, afirma el doctor Vázquez-Martul respecto a los avances contra este tumor.

También se están introduciendo tratamientos menos invasivos como la cirugía robótica o la terapia focal, un tratamiento quirúrgico que consiste en tratar solo la parte de la próstata donde está localizado el tumor.

El diagnóstico de cáncer es un suceso estresante en la vida de cualquier persona, provocando miedo, ansiedad, depresión, así como el temor que los efectos secundarios puedan producir físicamente al paciente.

En el caso del cáncer de próstata, existen bastantes posibilidades de que el tratamiento provoque incontinencia urinaria, disfunción eréctil o pérdida de la libido. Actualmente estas complicaciones no se dan a menudo gracias a los avances quirúrgicos menos agresivos, como la laparoscopia convencional o la asistencia robótica.

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