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Ciencia y Salud

Colonoscopia digital para fichar pólipos malignos

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El Dr. Jose Carlos Marin Gabriel analiza los polipos a traves de la colonoscopia digital efe B6WquF

“Podemos ver hasta las glándulas de ese pólipo, incluso los vasos sanguíneos superficiales que lo alimentan. La colonoscopia digital es casi un microscopio”, asegura el especialista en aparato digestivo del Hospital Universitario 12 de Octubre.

“Esta tecnología nos ayuda a ser muy finos y a utilizar con mayor eficiencia los recursos que tenemos disponibles en la endoscopia. Es una técnica ideal para visualizar los pólipos y, por supuesto, extirparlos”, dice director científico del Instituto Clínico del Aparato digestivo (ICAdig).

Un pólipo en el colon es un crecimiento anormal de tejido en la capa mucosa del revestimiento interno del intestino, que incluye el recto; este desarrollo celular, benigno o maligno, que suele progresar a lo largo de muchos años (8/10 de media), llegará a protruir más o menos la luz del intestino grueso.

Dr. Marín Gabriel, ¿cuál es la técnica más adecuada para diagnosticar pólipos benignos o malignos en nuestro aparato digestivo, concretamente en el intestino grueso?

“El diagnóstico óptico, que es una innovación en la colonoscopia que nos permite ver con mucho más detalle pólipos o anomalías en el colon. Antes, lo que hacíamos era mirar y, si observábamos algo extraño, tomábamos una mínima muestra del tejido para analizarla en el laboratorio de anatomopatología.

En los últimos años, gracias a tecnologías como la endoscopia de alta definición, la cromoendoscopia digital: BLI (Blue Light Imaging), LCI (Linked Color Imaging) o NBI (Narrow Band Imaging), y sobre todo con la magnificación endoscópica, podemos casi ‘poner bajo un microscopio’ el pólipo durante el procedimiento diagnóstico.

De hecho, en la actualidad tenemos endoscopios que pueden hacer un zoom de hasta 135 veces sin pérdida de calidad de la imagen.

En la cromoendoscopia convencional se usan colorantes dentro de la pared del intestino; colorantes que, por supuesto, no hacen daño alguno a l@s pacientes. Nos sirven para ver mejor los pólipos, el número de las lesiones y sus características morfológicas.

La cromoendoscopia por ordenador, básicamente digital, está integrada dentro de los procesadores de la endoscopia. El especialista, simplemente pulsando un botón, puede activar un sistema que permite utilizar una especie de ‘colorante digital’ en la imagen monitorizada.

Nos permite ver con mucho más detalle qué tipo de glándulas y vasos sanguíneos definen al pólipo, así como las irregularidades de su morfología. Nos da una idea de lo más importante para el paciente: si es un pólipo benigno o maligno sin tener que esperar a los resultados de la biopsia.

A la vez, nos podemos plantear in situ qué hacer con ese pólipo; es decir, si debemos emplear algún tratamiento endoscópico quirúrgico debido a las características potencialmente cancerosas analizadas.

Es decir, ¿este tipo de diagnóstico digital predice la naturaleza de los pólipos durante la propia colonoscopia?

Efectivamente, esa es la idea; predecir la malignidad en la sala de intervenciones endoscópicas antes de que el patólogo haya mirado al microscopio el tejido del pólipo extirpado.

Mediante la colonoscopia digital escrutamos diferentes aspectos del pólipo: forma, tamaño, color y textura de su superficie. Los pólipos benignos tienen características distintas a los que podrían ser malignos.

Por ejemplo, un pólipo benigno suele tener bordes suaves y una coloración uniforme, mientras que otro potencialmente maligno puede presentar más anomalías, como cambios de color o un patrón anormal en los vasos y las glándulas que podemos ver en su superficie.

Aún sin necesidad de emplear tecnologías muy avanzadas, la forma de los pólipos ya nos suele ser de gran ayuda. Sabemos por experiencia que una lesión que presenta un área deprimida tiene más riesgo de que en esa zona del pólipo ya exista un cáncer.

También, es importante fijarnos en la forma de los pólipos, que llamamos LSL (laterally spreading lesions o lesiones de extensión lateral). Son pólipos que clasificamos en cuatro subtipos:

Pólipos granulares homogéneos: forman múltiples nódulos, de pequeño o mediano tamaño y muy parecidos entre sí. Su principal característica es que pueden extenderse ampliamente por la capa de revestimiento -mucosa-, llegando a medir varios centímetros, pero tienen muy bajo riesgo de malignizar.

Pólipos granulares mixtos: se parecen a los granulares homogéneos, pero poseen un nódulo que tiene claramente mayor tamaño que el resto del tejido. Es en esa zona del pólipo donde se encuentra habitualmente el grupo de células con mayor potencial para invadir las capas más profundas. Esa capacidad de “meterse” en planos más profundos es precisamente lo que llamamos “malignidad”.

Pólipos granulares plano-elevados: como su nombre indica, crecen extendiéndose por la superficie de la mucosa, pero sin formar nódulos. Son lesiones planas y difíciles de ver. En general, suelen ser lesiones benignas, pero esporádicamente pueden tener focos de células con tendencia a malignizar. Aún no sabemos bien el porqué: como dato curioso, sabemos que ese componente maligno es más frecuente en los países asiáticos.

Pólipos no granulares pseudodeprimidos: Los peores, ya que son lesiones planas y parecidas a las granulares plano-elevadas, pero mostrando una zona levemente deprimida en su área central. Son los pólipos con LSL que, con diferencia, presentan más riesgo de contener células malignas.

Además, con magnificación endoscópica o imagen de foco cercano podemos definir muy bien el dibujo que nos muestran las glándulas y los vasos sanguíneos del pólipo.

De forma muy resumida, cuanto mayor irregularidad muestren esos dos componentes, más probabilidad de que la lesión sea cancerosa.

Estos hallazgos serán más relevantes si cabe cuando se encuentran en el interior de lo que llamamos un área demarcada en la superficie del pólipo.

Esta área demarcada no es otra cosa que un cambio brusco, muy bien delimitado, en el dibujo que tiene el pólipo en su superficie. Este característica siempre nos hace sospechar.

Fotografías y vídeos facilitados por el Dr. Marín Gabriel para su divulgación informativa y educativa.

Doctor, queda tremendamente nítido el beneficio de esta técnica para l@s pacientes. ¿Dónde situaría el foco?

El principal beneficio es que podemos tomar decisiones al instante. Si vemos un pólipo que claramente parece benigno y es de los que catalogamos como sin riesgo de malignizar, podemos decidir no extirparlo para que la técnica sea más eficiente.

Es muy típico que dejemos sin extirpar pólipos de aspecto hiperplásico en el recto y en el colon izquierdo, dado que su riesgo de malignización es nulo.

Se trata de lesiones de menos de 5 mm, de tonalidad más clara que la mucosa normal, y con un patrón de glándulas en forma de estrella cuando los miramos con endoscopios de magnificación.

Por el contrario, si un pólipo parece una lesión benigna, que si lo dejáramos evolucionar pudiera malignizar con el paso de los años, hablaríamos de un adenoma o pólipo adenomatoso. Con estas lesiones, podemos actuar de inmediato.

Extirpación de un pólipo (adenoma) de aproximadamente 1 cm en la zona del recto mediante polipectomía con asa fría (CSP): lazo de alambre para resecar el pólipo.

Esto no solo hace el procedimiento más seguro y menos invasivo para el paciente, sino que también mejora la eficiencia, evitando procedimientos adicionales innecesarios.

En el extremo de este espectro estarían los pólipos en los que predecimos que ya puede estar desarrollándose un cáncer.

Aquí tenemos que intentar distinguir, con un grado alto de confianza, si se trata de cánceres precoces que podemos tratar con endoscopia o si tenemos que mandar al paciente al quirófano.

Es vital ser lo más preciso posible: tenemos que evitar cirugías para extirpar pólipos benignos. Esta tarea médica corresponde a l@s endoscopistas.

Por el contrario, no debemos intentar eliminar tumores con invasión profunda en la mucosa intestinal con nuestras técnicas endoscópicas, ya que se corre el riesgo de inducir complicaciones en nuestros pacientes, como ocasionar una perforación en esta parte del tubo digestivo.

Pólipo en el ciego, primera porción del intestino grueso o colon.

Finalmente, entre un pólipo adenomatoso benigno por completo y un cáncer avanzado existe un área gris que es la más complicada a la hora de tomar decisiones. Hablamos de los cánceres precoces.

En este tipo de lesiones, hablamos con el paciente de las diferentes opciones terapéuticas: con frecuencia se opta por un tratamiento endoscópico con intención curativa.

Luego, cuando nuestros compañeros del Servicio de Anatomía Patológica analizan el pólipo al microscopio, nos confirmarán si hemos conseguido extirpar con éxito ese cáncer precoz o si algunas células malignas han podido diseminarse a través de los ganglios linfáticos.

Dado este caso, sería necesario extirpar la zona del colon donde estaba el pólipo neoplásico junto a esos ganglios afectados.

¿Pero cómo saben los médicos y las médicas endoscopistas que están interpretando correctamente las imágenes de la colonoscopia óptica?

Me imagino que es algo similar a lo sucede en todos los trabajos. Es cuestión de experiencia, que se alcanza con una combinación de práctica clínica, investigación, estudios constantes y, sobre todo, no perder de vista nuestro principal objetivo: curar a l@s pacientes.

Los gastroenterólogos que utilizan el diagnóstico óptico están especialmente formados para aprender a reconocer los patrones indicativos de pólipos benignos o malignos.

En una primera fase, lo habitual es que tengas una especie de maestro que te enseña diferentes técnicas para ser capaz de realizar este diagnóstico óptico. Siempre hay algún profesional que sabe más que tú, seguro, y que te podrá ayudar.

Yo, por ejemplo, me formé así con un experto que trabaja en España en aquella época de mi vida. Con el paso de los años esta fórmula se ha democratizado más, y ya no hace falta tanto que estés pendiente de un buen tutor, digamos.

La otra forma que tenemos de aprender estas técnicas se sitúa en los cursos especializados en la materia, en los congresos nacionales e internacionales o compartiendo información entre los propios médicos.

También, mantenemos reuniones periódicas dentro del Servicio de Aparato Digestivo de nuestro hospital, entre diferentes servicios implicados, a nivel multidiscipliar, y con otros centros sanitarios.

La colaboración interpersonal juega un papel decisivo cuando nos enfrentamos a los casos más difíciles, asegurando así que estaremos buscando la mejor recomendación curativa posible al paciente.

Zona del colon tintada con violeta genciana (colorante que absorben las células del colon para obtener imágenes muy precisas de los patrones de las glándulas) durante un diagnóstico endoscópico convencional, donde se ha desarrollado un pólipo granular homogéneo.

Doctor Marín, ¿este tipo de diagnóstico óptico es efectivo al ciento por ciento?

En Medicina, la afirmación de que una prueba diagnóstica resulte efectiva al 100 % es poco menos que imposible. Como toda tecnología tiene sus limitaciones. Pero nos acercamos mucho a lo que posteriormente determinará en anatomopatología.

A veces, los pólipos pueden ser demasiado pequeños o estar en ubicaciones difíciles de evaluar claramente. En estos casos, al extirparlos, siempre se van a recuperar y analizar al microscopio.

En cualquier caso, podemos usar los endoscopistas podemos utilizar técnicas complementarias.

La magnificación endoscópica está disponible en muchos hospitales. Son endoscopios en los que se puede accionar una especie de lupa en su punta durante el procedimiento. En función de los tipos de glándulas y vasos sanguíneos del pólipo podremos acercarnos a un diagnóstico certero.

La cromoendoscopia convencional: usamos colorantes que aplicamos directamente sobre el pólipo para mejorar la nitidez de sus contornos y sus características glandulares.

En este sentido, usamos ácido acético (vinagre rebajado) para ver mejor unos tipos de pólipos en el colon que llamamos lesiones serradas, preneoplásicas: grupo heterogéneo con potencial de transformación a cáncer colorrectal.

Otra tinción empleada con frecuencia es eñ colorante azulado llamado índigo carmín que nos permite ver mejor las características de los pólipos, al dar más contraste a las irregularidades de la mucosa.

Como digo, es fundamental predecir qué tipo de lesión detectada. Hasta el tratamiento puede depender de la capacidad que tenga el endoscopista de definir el pólipo.

Doctor, ¿cómo ha cambiado, por tanto, el manejo de estos pólipos tras la aparición de la colonoscopia óptica?

Nuestro enfoque ha evolucionado significativamente. Antes, la tendencia era extirpar todos los pólipos y enviarlos a anatomía patológica.

Si el pólipo era un poquito más rojito, sospechábamos que podía ser un tumor benigno, lo que llamamos un adenoma. Si era más clarito y más pequeñito, más pálido, tendíamos a pensar que era un pólipo hiperplásico, un simple crecimiento de tejido, donde no hay mutaciones celulares.

Una lesión hiperplásica en el colon menor de 5 mm no necesita ser extirpada, puesto que nunca va a malignizar.

Ahora, queremos ser más selectivos, lo que reduce el riesgo para el paciente y mejora la eficiencia del procedimiento.

Esto significa, también, que podemos concentrar nuestros esfuerzos y recursos en los pólipos que realmente representan un riesgo de malignidad, ofreciendo un cuidado más personalizado y preciso.

Además, dado que el diagnóstico óptico nos permite sospechar si estamos ante un cáncer precoz, podemos orientar a los pacientes hacia tratamientos endoscópicos ‘a la carta’.

Si consideramos que el riesgo de cáncer precoz es muy bajo, ofrecemos técnicas muy eficientes y más sencillas como la resección mucosa.

Si pensamos que necesitamos tener un diagnóstico microscópico muy preciso, podemos ofrecer técnicas más complejas como la disección submucosa y la resección transmural endoscópica (RTME) o extirpación en bloque de las lesiones.

Parte de una zona de desarrollo de un pólipo maligno en la capa de mucosa intestinal del intestino grueso.

En la otra vertiente, todo lo contrario.

Si nos encontramos ante un pólipo que tiene una zona demarcada, con un cambio de glándulas llamativo, muy regular, con unos vasos retorcidos, tortuosos, que se van cortando, tenemos que pensar que es una lesión maligna.

Ahí tenemos que parar, tomar unas biopsias, mandarlas a analizar y no hacer una resección.

No debemos extirpar un pólipo que pudiera tener invasión celular en las capas profundas de la mucosa intestinal, aunque sea de un tamaño operativo y podamos eliminarlo endoscópicamente: cabe la posibilidad de perforar el colon. Es el área de trabajo del cirujano.

Afortunadamente, la situación está cambiando y cuanto más afinamos en el diagnóstico óptico, más capaces somos de delimitar las lesiones que podemos tratar sin llamar a la puerta de la cirugía en aparato digestivo.

Detalle de un pólipo granular mixto localizado en el recto, parte final del tubo digestivo.

Doctor Marín, ¿el diagnóstico óptico es lo último de lo último en colonoscopia?

No, llevamos trabajando muchos años con este dispositivo endoscópico, además de las ya mencionadas técnicas endoscópicas de alta definición y cromoendoscopias digitales.

Ahora estamos viendo avances impresionantes como la endomicroscopía confocal láser, que nos permite ver la estructura celular de los pólipos ‘en vivo’.

Otra área vanguardiasta es la integración de la inteligencia artificial (IA), que puede ayudar a analizar imágenes en tiempo real y señalar áreas que requieren atención especial, mejorando aún más nuestra capacidad para detectar lesiones tempranas.

Y estas herramientas de IA, no sólo pueden permitir que detectemos más lesiones, sino que, como hacemos nosotros, pueden predecir también de qué tipo de pólipo se trata: si es benigno o maligno en función de las características de las glándulas que lo componen y de sus vasos superficiales.

El futuro está en afinar los algoritmos de inteligencia artificial para que puedan identificar automáticamente y predecir el resultado al microscopio de las lesiones sospechosas.

Poder confiar en los resultados de la IA democratizará la evaluación de las lesiones más complejas que, hoy por hoy, son muy dependientes de disponer de un endoscopista experto.

Los patrones de vasos y glándulas específicos asociados con diferentes tipos de cáncer han sido muy estudiados en los últimos años y, con un adecuado entrenamiento de los sistemas de IA a partir de miles de imágenes de diferentes tipos de lesiones, estos sistemas son y serán cada vez más precisos.

Estas tecnologías están en constante evolución, prometiendo hacer la colonoscopia aún más precisa en el futuro.

De momento, tiene sus ventajas y tiene sus inconvenientes: a veces hay lesiones que no las detecta y otras detecta cosas que no son pólipos. Para eso el endoscopista tiene que estar ahí y equilibrar eso que le está diciendo la inteligencia artificial.

Cáncer invasivo en la zona delimitada de la imagen (loncha del corte de un tejido del pólipo estudiado). El diagnóstico anatomopatológico dice: “Adenocarcinoma bien diferenciado con formación de glándulas en más del 95% de la neoplasia , la muscularis mucusae (fino estrato de fibras) se encuentra borrada por el tumor. La medida en profundidad de invasión se realiza, por tanto, desde la superficie de la neoplasia hasta la zona de máxima invasión”.

Doctor, ¿es posible que esta evaluación óptica reemplace completamente la necesidad de realizar biopsias en el futuro?

La colonoscopia óptica, la microscopía confocal láser o la IA nos ayudarán al máximo de sus posibilidades, pero decir que se podrá prescindir de los informes humanos de anatomía patológica es ir demasiado lejos.

De hecho, es muy probable que ya estemos siendo también en eso más eficientes y cada vez estemos enviando a analizar una menor cantidad de pólipos sin malignidad a nuestr@s compañer@s de anatomopatología.

En el futuro, con mejoras en la capacidad de la IA y más investigación tecnológica, esperamos depender mucho más del diagnóstico óptico para tomar decisiones con mayor precisión terapéutica.

Para finalizar la entrevista, ¿qué consejo le daría a un paciente que va a someterse a una colonoscopia óptica?

Mi principal consejo sería que centraran el foco en la preparación para la colonoscopia. Seguir cuidadosamente las instrucciones de los preparativos es crucial, porque una limpieza completa permite que podamos ver nítidamente el tubo digestivo.

Esto incluye seguir la dieta recomendada y tomar la solución de limpieza según se indique. Además, animaría a los pacientes a discutir abiertamente con su médic@ cualquier preocupación o pregunta que tengan sobre el procedimiento endoscópico.

Entender el proceso y saber qué esperar puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés que les pueda generar la prueba de la colonoscopia.

La tecnología de diagnóstico óptico ha avanzado una barbardidad y nos permite realizar evaluaciones muy precisas, lo que es un gran beneficio para el paciente en términos de precisión diagnóstica y seguridad del procedimiento.

Es imprescindible que podamos detectar y observar todas las lesiones o pólipos, sean planos o protruidos, pero sobre todo los aplanados, que es muy fácil que se queden debajo de unos restos.

La limpieza profunda del colon nos permitirá ayudarles, que en el fondo y en la forma ha sido y es el único objetivo de la endoscopia más avanzada en cada momento”, concluye.

En el próximo videoblog de Aparato Digestivo realizaremos una entrevista al Dr. José Carlos Marín Gabriel sobre un tema apasionante: las lesiones precursoras del cáncer de estómago.

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Ciencia y Salud

El lado positivo de la vuelta a la rutina

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vuelta vacaciones EFE Eduardo Abad

Los beneficios de la rutina

El psicólogo Tomás Santa Cecilia nos explica el lado positivo de la vuelta de las vacaciones, especialmente cuando se incorporan hábitos saludables a la rutina.

Tanto el cuerpo como el cerebro necesitan desarrollo físico e intelectual. Las sociedades, nos explica el experto, han avanzado por enfrentarse a situaciones complejas y adaptarse a ellas.

Por lo tanto, es bueno tener ciertas actividades que impliquen un cierto desarrollo intelectual.

El ser humano necesita un equilibrio y una conciliación entre el ocio y la rutina, pues de esta manera puede satisfacer la demanda de objetivos, metas y retos. Así, el trabajo permite al ser humano desarrollarse intelectualmente, lo que es una fuente de satisfacción.

“Venimos de una rutina de ocio, de descanso y de disfrute. Cuando cambiamos una rutina mantenida en el tiempo el cuerpo se revela y pregunta ¿Qué está pasando? A pesar de que el cuerpo tiene una gran capacidad de adaptación, la mejor manera de volver a la rutina diaria es de forma progresiva”, indica el psicólogo.

La vuelta de las vacaciones tiene beneficios como recuperar buenos hábitos. EFE/EPA/JUSTIN LANE

El estrés no siempre es malo

La vuelta de las vacaciones puede generar ansiedad ante situaciones relacionadas con el trabajo, la familia, la interacción social o cualquier otra situación de la cotidianeidad.

Muchos de estos contextos pueden generar estrés en el cuerpo. Sin embargo, no tiene por qué ser algo dañino, sino que se trata de una demanda corporal. Por eso, es importante diferenciar cuándo es negativo y cuándo es positivo.

El nivel de estrés ideal

El estrés se cuantifica en una escala del 0 a 10 cuyo umbral ideal es entre el cinco y el siete. Cuando el cuerpo se encuentra bajo cierta tensión, esta le permite llevar a cabo tareas complejas o manuales que implican concentración y actividad, además de conversaciones.

El nivel de estrés nocivo

Sin embargo, cuando los niveles se sitúan por debajo de 3, significa que el cuerpo no está en pleno rendimiento y se encuentra en distrés. Esto puede puede llegar a ser arriesgado porque una excesiva relajación podría provocar, por ejemplo, un accidente.

Por el contrario, un estrés entre 7 y 10 puntos significa un nivel de actividad donde el cuerpo está más enfocado a la tensión que a la competencia que se necesita desarrollar en el momento, por lo que se recomienda evitar las situaciones en las que nos exponemos a demasiada tensión, especialmente antes de dormir.

El estrés se mide mediante una escala de 10 puntos. EFE/Sáshenka Gutiérrez.

Equilibrio y conciliación

Tomás Santa Cecilia recuerda que es importante mantener un equilibrio y conciliación entre los diferentes aspectos de la vida.

Ante el aumento de la exigencia de la rutina, enfocarse en retomar el ritmo de manera progresiva ya que el trabajo supone otro tipo de actividad que consume un gasto energético diferente.

El cuerpo necesita exponerse al estrés, pero la clave es que no sea de manera brusca e intensiva, pues eso puede llevar al síndrome del trabajador quemado o burnout.

“El ser humano necesita objetivos, necesita metas y retos. El trabajo nos permite muchas veces desarrollarnos intelectualmente y esto es una fuente de satisfacción”, explica el psicólogo.

No olvides descansar

Otro aspecto positivo de la vuelta a la rutina es el orden del sueño; el cuerpo humano necesita descansar, desconectar y estar relajado, necesidades para las cuales el mejor remedio es dormir.

“El 40 % de la población reconoce que no duerme bien y la falta de conciliación de sueño puede dar paso a problemas fisiológicos, gastrointestinales… es decir, trastornos musculoesqueléticos. En definitiva, nuestro cuerpo se va a revelar porque va a percibir este enfrentamiento día a día de una forma estresante y eso va a generar ansiedad y estrés nocivo”, apunta Tomás Santa Cecilia.

Calcula tu sueño

La mejor manera de implementar un buen descanso en la rutina es calcular el horario a partir de las horas de sueño, que van en función del biorritmo y la edad.

Un buen mantenimiento de la cama y del dormitorio facilitan el buen descanso. EFE/Ismael Herrero

Para ello, el psicólogo recomienda establecer las horas de sueño que se necesitan (siete, por ejemplo) y hacer el cálculo hacia atrás desde la hora a la que te tienes que levantar (si te levantas a las ocho, tendrás que acostarte a la una).

Ritmos circadianos

De esta manera, el cuerpo poco a poco irá regulando sus ritmos circadianos, que son los que marcan los relojes biológicos como el sueño y la vigilia, los horarios de ir al baño, de la comida o del ciclo menstrual.

Para no romper estos ritmos, es vital no sacrificar las horas de descanso por la jornada laboral, compromisos sociales, familiares o las obligaciones deportivas autoimpuestas. El sueño es uno de los mecanismos de regeneración celular, y como tal, debe ser una prioridad en la vuelta a la rutina.

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Ciencia y Salud

¿Cómo pueden empezar los niños el curso con buen pie?

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Sin duda, los primeros días del año académico pueden condicionar cómo los niños afronten el curso.

En una entrevista con EFEsalud, la pedagoga y directora de la escuela Montessori Palau Girona, Montse Julià, destaca que el inicio de la vuelta al cole es una oportunidad de crecimiento y adaptación, tanto para niños como para padres.

La experta desmiente algunas creencias y explica que el primer día de escuela constituye una buena experiencia de crecimiento, así como una oportunidad especial.

“Cabe tener en cuenta que los menores empiezan con la ilusión renovada y grandes deseos de aprender. No hace falta recurrir a grandes preparativos para ayudar a los más pequeños a adaptarse a la nueva etapa y a empezar el curso con buen pie”, indica la especialista.

El estrés positivo

La especialista explica que los menores se adaptan más fácilmente a los cambios y a los procesos de adaptación que los adultos.

Por ello, son los adultos quienes deben prepararse para vivir esta experiencia de forma tranquila y confiada.

La experta subraya que los adultos deben ser conscientes de que el estrés que vive el niño es positivo porque el reto que se plantea es adecuado a la edad y tiene lugar en un ambiente preparado

Muchas veces se habla de estrés, un estrés que puede ser positivo, ya que representa la experiencia que vives y cómo reaccionas ante los retos y la incertidumbre que estos implican.

Estos desafíos cuestionan su ego y capacidad de control, motivándolos a activar todas sus habilidades para superarlos.

“Los estudios confirman que este estrés positivo favorece, entre otros, el desarrollo de la cognición y de otras funciones ejecutivas cerebrales. Cuando el adulto vive en primera persona el estrés, está siendo un obstáculo para su desarrollo y les transmite su sufrimiento para lo que el niño no está preparado porque identifica una falta de seguridad de sus progenitores”, indica la pedagoga.

Varios niños prestan atención a sus profesoras en el primer día de clase en un colegio de Toledo. EFE/ Ismael Herrero

Pautas para que los niños tengan una buena vuelta al curso

Confiar en la capacidad de los pequeños

Los padres deben confiar en que su hijo es capaz. Los niños crecen, maduran y superan dificultades, tal como lo han hecho sus padres a lo largo de su vida.

La experta señala que no se puede pretender evitarles todos los obstáculos, ya que al hacerlo, se les priva de una oportunidad esencial para su desarrollo.

Impedir que enfrenten sus propias dificultades es, en realidad, una forma de limitar su crecimiento. El niño necesita vivir sus desafíos para aprender y fortalecerse.

Además, sentir que los padres confían en ellos es probablemente el mejor acompañamiento que pueden recibir nuestros hijos para enfrentarse a las novedades.

Esto ayudará a los niños a poner en marcha sus propios recursos psíquicos para afrontar los pequeños retos que supone la vuelta al colegio y la recuperación del ritmo del curso escolar.

Si los padres proyectan miedos e inseguridades están influyendo en la autoestima de sus propios hijos y en lugar de ayudarles, les dificultan el proceso.

Por tanto, la experta explica que la ilusión, el optimismo y la confianza son las claves para el éxito de la adaptación.

“Los momentos de despedida y recogida deben mostrar estos sentimientos evitando sobreactuaciones que pueden confundir al menor transmitiéndole inseguridad. Cuanto más preparados estén los padres, más preparados estarán los hijos”, indica la especialista.

Cómo cultivar la confianza

Julià explica que María Montessori, médica y pedagoga que inspiró el método de enseñanza Montessori (basado en la observación y el respeto por el ritmo natural de aprendizaje de los niños) afirmaba que incluso los seres humanos más pequeños merecen que se les reconozca su dignidad.

Para hacerlo, es fundamental permitir que los niños asuman responsabilidades y realicen actividades que estén a su nivel. Sin embargo, a menudo no se fomenta esto.

Cuando un niño, desde pequeño, ve que es capaz de hacer cosas por sí solo, sin la intervención directa del adulto, aunque esté en su compañía, se está cultivando su autoconfianza y su seguridad en sí mismo.

“Si el niño percibe que para hacer cualquier cosa en su vida siempre necesita la ayuda de un adulto, ya sea un padre, una niñera o un abuelo, empezará a pensar que no sirve para nada. Cuando los padres hacen todo por el niño, como darle de comer, cepillarle los dientes, ponerle los zapatos o cargarlo para subir escaleras, aunque el niño ya pueda hacerlo por sí mismo, se le está transmitiendo la idea de que es incapaz de hacerlo solo”, subraya la pedagoga.

La especialista señala que, aunque los padres lo hacen por amor, con la intención de facilitarle las cosas, en realidad, están impidiendo que el niño desarrolle su independencia y autoestima.

Los padres deben confiar en sus hijos. EFE/ Kai Forsterling

Respetar los ritmos del menor

Además de la confianza, hay que respetar el ritmo de cada menor.

El proceso de adaptación puede durar de unos días hasta unas seis semanas.

Por lo tanto, los padres no pueden desanimarse porque los primeros días expresen emociones diversas e incluso contradictorias, pues cada menor lo vive diferente.

“Es síntoma de inteligencia ser capaz de conectar con la realidad y expresar los sentimientos que les suscita”, expresa la pedagoga.

La pedagoga y directora de la escuela Montessori Palau Girona, Montse Julià. Foto cedida

Cómo respetar esos ritmos

La experta indica que hay dos aspectos importantes: escuchar al niño y observarlo atentamente.

Esto es crucial también para los padres, porque si se identifican demasiado con las emociones del niño, pueden perder la objetividad y asumir constantemente que su hijo lo está pasando mal.

Sin embargo, al observar con atención, podrán ver si el niño necesita ayuda o si, en cambio, puede ser animado a asumir pequeñas responsabilidades por sí mismo.

Confiar en la profesionalidad del equipo docente y del centro

Primero y ante todo, es crucial que los padres confíen en el colegio, aunque al principio pueda parecer una confianza ciega.

Es importante que se sientan seguros de que, si en algún momento tienen dificultades o preocupaciones, pueden comunicarlas al colegio y seguir las orientaciones que se les ofrezcan

Los docentes están preparados para acompañar a los niños en este proceso de regreso al curso o de entrada a un nuevo colegio.

Seguir sus consejos en este proceso será lo más beneficioso para facilitar la adaptación.

La profesional destaca la importancia de informar a los docentes de cualquier cambio o experiencia relevante que haya podido vivir el menor durante el tiempo de vacaciones, como por ejemplo, cambio de vivienda, pérdidas, separaciones, enfermedades, etc.

“Los expertos afirman que los niños captan perfectamente la confianza que tienen los padres en relación al colegio y a los maestros y aconsejan que las conversaciones en casa demuestren de manera explícita esta confianza”, señala la experta.

¿Cómo pueden preparar los padres a sus hijos durante las vacaciones para volver al cole?

La experta de Montessori Palau Girona recomienda intentar reorganizar nuestros horarios, asegurándonos de regular el tiempo de dormir para que los niños descansen lo necesario.

Además, es importante ser conscientes de que podemos incrementar las tareas y responsabilidades en casa, pidiéndoles que colaboren con la familia.

Es crucial que los niños experimenten la posibilidad de hacer cosas por sí mismos, incluso en presencia de los padres, pero sin su ayuda directa, permitiéndoles desarrollar su independencia.

También es importante incorporar el ejercicio físico de manera sencilla, como caminar o montar en bicicleta.

Estas actividades no solo benefician la salud, sino que también ayudan a enfrentar pequeños retos físicos, como caminar un poco más cada día.

Es importante incorporar el ejercicio físico de manera sencilla, como caminar o montar en bicicleta. EFE/Isaac Esquivel

Junto con un buen sueño, una alimentación equilibrada, evitar la sobreprotección y fomentar la autonomía, todo contribuye a un desarrollo más completo y saludable para los niños.

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Ciencia y Salud

Los avances en tratamientos quirúrgicos permiten vivir con cáncer de próstata

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avances cancer prostata quironsalud RoOUEV

El sistema reproductor masculino

El sistema reproductor masculino está formado por el pene, el escroto, los testículos, el epidídimo, el conducto deferente, las vesículas seminales y la próstata. El pene y la uretra también forman parte del sistema urinario en el hombre.

La próstata ayuda a producir el semen, un líquido blanquecino que lleva a los espermatozoides desde los testículos hasta el pene cuando hay una eyaculación. Está situada justo debajo de la vejiga, rodea la uretra, el tubo que conduce la orina fuera de la vejiga a través del pene. En los hombres jóvenes tiene el tamaño de una nuez, pero con la edad, crece y puede oprimir la uretra obstruyendo el flujo de la orina y causando problemas urinarios molestos.

Hiperplasia prostática

Cuando la próstata aumenta de tamaño, aparecen síntomas como necesidad de orinar más veces al día de lo normal, no poder aguantar las ganas y levantarse muchas veces por la noche para ir al baño, sentir ardor al miccionar o bien orinar poca cantidad y con poca fuerza en el flujo de la orina.

Ante alguno de estos síntomas es importante acudir al médico, porque puede existir el riesgo de padecer hiperplasia prostática benigna (HPB), cuando la próstata se agranda, o prostatitis, inflamación de la próstata, e incluso cáncer de próstata.

“Aproximadamente uno de cada ocho hombres será diagnosticado con cáncer de próstata a lo largo de su vida. Es más propenso a desarrollarse en hombres de edad avanzada y en hombres de raza negra, pero la mayoría de los casos se diagnostica en mayores de 65 años. El diagnóstico y tratamiento temprano de la enfermedad garantizan un mayor índice de curaciones” señala el doctor Venancio Chantada, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud A Coruña.

Doctor Venancio Chantada, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud A Coruña. Foto cedida

El cáncer de próstata y los avances

El cáncer de próstata sucede cuando en el ADN de sus células se producen cambios. El ADN contiene las instrucciones necesarias para que las células funcionen correctamente.

Estos cambios hacen que las células cancerígenas crezcan y se dividan más rápido que las células normales, y se mantienen vivas cuando las otras van muriendo.

Esto provoca que se acumulen formando un tumor que puede ir creciendo, ocupar el tejido cercano o invadir otras partes del cuerpo provocando metástasis.

Por eso es importante realizar revisiones urológicas regulares a partir de los 50 años, especialmente si se observa algún síntoma preocupante al orinar. Si existen antecedentes familiares de este tipo de cáncer, las revisiones se deben adelantar a los 40 o 45 años.

“El perfil del paciente es cada vez más joven con tumores poco agresivos fácilmente curables. Una excepción son los tumores hereditarios que suponen el 15 por ciento de los cánceres de próstata. A veces, cuando un padre tiene este tumor y lo hereda el hijo, se suele desarrollar en edad más temprana y con mayor agresividad”, añade el doctor Chantada.

El cáncer de próstata ocupa el primer lugar en enfermedades malignas más frecuentes en hombres y es la quinta causa de muerte por cáncer en el mundo. Cada año, en España, se diagnostican más de 25.000 nuevos casos y van aumentando en los últimos años, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Este aumento se debe, principalmente, al envejecimiento de la población y al aumento de la esperanza de vida. Por eso es fundamental la detección temprana, para conseguir reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

En la década de los 70, un factor que revolucionó el diagnóstico precoz de cáncer de próstata fue el descubrimiento del Antígeno Específico de Próstata (PSA), que ha conseguido reducir hasta un 21 por ciento las muertes causadas por este tumor.

El PSA es una proteína producida por las células de la glándula prostática, normales y malignas. Cuando se realiza un análisis de sangre para comprobar si hay tumor en la próstata, se mira el nivel de concentración de esta proteína en la sangre, si es elevado es porque el paciente sufre cáncer de próstata.

“Actualmente podemos hacer un primer diagnóstico más preciso gracias a las pruebas de imagen como la resonancia magnética y la biopsia de fusión y disponemos de estudios específicos para localizar la enfermedad fuera de la próstata como el PET”, explica el doctor Darío Vázquez-Martul, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud A Coruña.

Doctor Darío Vázquez-Martul, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud A Coruña. Foto cedida

El tratamiento para el cáncer de próstata depende del estado del tumor, si se ha propagado a otras partes del cuerpo, de la salud del paciente y de los posibles efectos secundarios que puede tener el tratamiento.

Si el cáncer ha desarrollado metástasis, es difícil de curar, sin embargo, en muchos casos, con el tratamiento adecuado, se puede convertir en una enfermedad crónica y sobrevivir a la enfermedad.

“En la actualidad el cáncer de próstata dispone de un amplio abanico de tratamientos tanto médicos como quirúrgicos, incluso con radioterapia, que proporcionan una medicina personalizada a cada perfil de paciente, pudiendo adoptar la fortaleza del tratamiento a la agresividad individual de cada tumor”, afirma el doctor Vázquez-Martul respecto a los avances contra este tumor.

También se están introduciendo tratamientos menos invasivos como la cirugía robótica o la terapia focal, un tratamiento quirúrgico que consiste en tratar solo la parte de la próstata donde está localizado el tumor.

El diagnóstico de cáncer es un suceso estresante en la vida de cualquier persona, provocando miedo, ansiedad, depresión, así como el temor que los efectos secundarios puedan producir físicamente al paciente.

En el caso del cáncer de próstata, existen bastantes posibilidades de que el tratamiento provoque incontinencia urinaria, disfunción eréctil o pérdida de la libido. Actualmente estas complicaciones no se dan a menudo gracias a los avances quirúrgicos menos agresivos, como la laparoscopia convencional o la asistencia robótica.

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