Ciencia y Salud
El alcohol mata a casi tres millones de personas en el mundo: La OMS pide más prevención

Se trata del “Informe sobre la situación mundial del alcohol y la salud y el tratamiento de los trastornos por consumo de sustancias”, publicado recientemente por la OMS, que aborda las repercusiones del consumo de alcohol y otras drogas en la salud pública. Asimismo, analiza el tratamiento de los trastornos por el consumo de estas sustancias en todo el mundo.
Alrededor de 400 millones de personas padecen trastornos por consumo de alcohol, de los que 209 millones son adictos.
El documento indica que si bien las tasas de mortalidad atribuibles al alcohol se han ido reduciendo desde 2010, la cifra de 2,6 millones de fallecimientos “continúa siendo muy elevada”. Los índices más altos se registran en Europa y África.
Las consecuencias del consumo de alcohol
De esos 2,6 millones, la gran mayoría, un total de 2 millones, fueron hombres. La proporción más elevada de muertes en la fraja de edad que va de los 20 a los 39 años (el 13 %).
El 23,5 % de los jóvenes de 15 a 19 años en el mundo consume alcohol de forma habitual.
Según el informe, 1,6 millones murieron como consecuencia de enfermedades no transmisibles (474.000 por patologías cardiovasculares y 401.000 por el cáncer). Asimismo, 724.000 fueron por traumatismos como accidentes, actos autolesivos y violencia interpersonal, y 284.000, a causa de enfermedades transmisibles.
En este sentido, la OMS subraya que se ha demostrado que el consumo de alcohol aumenta el riesgo de transmitir el vih “como consecuencia del mayor riesgo asociado a las relaciones sexuales sin protección, y el de contraer la tuberculosis y fallecer por esta enfermedad, ya que el alcohol inhibe varios mecanismos de la respuesta inmunitaria”.
Al igual que las muertes, el consumo de alcohol por persona también se ha reducido ligeramente entre 2010 y 2019 al pasar de 5,7 litros a 5,5.
Cantidades de consumo
El documento de la OMS explica que entre los consumidores de alcohol, el promedio por cabeza es de 27 gramos al día, lo que equivale a unos dos vasos de vino, dos botellines de cerveza de 330 mililitros o dos raciones de licor de 40 mililitros cada una.
La OMS incide en que el consumo de esas cantidades de alcohol diarias aumenta el riesgo de tener problemas de salud y de morbimortalidad asociada a estos.
Las cifras del informe muestran que el 38 % de los bebedores habituales tuvieron episodios de consumo intensivo, “un concepto que se define como el consumo de un mínimo de 60 gramos de alcohol puro en una o más ocasiones durante el mes precedente, lo cual equivale a cuatro o cinco vasos de vino, botellas de cerveza o raciones de licor”.
Este consumo intensivo es “muy prevalente” entre los hombres.
Urgen medidas
El director general de la OMS, Tedros Adhanom, subraya en un comunicado que para que las sociedades sean “más equitativas y saludables” hay que poner en marcha “con urgencia, medidas enérgicas que reduzcan las consecuencias negativas para la salud y la sociedad del consumo de alcohol y que pongan a disposición de las personas los tratamientos de los trastornos por consumo de sustancias de forma más económica y directa”.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom, durante una intervención en Washington. EFE/Lenin Nolly
La OMS subraya la necesidad de impulsar medidas para alcanzar en 2030 la meta 3.5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relativa a reducir el consumo de alcohol y otras drogas y de mejorar el acceso a tratamientos de calidad para los trastornos por consumo de sustancias.
De esta forma, para conseguir ese objetivo y reducir la carga sociosanitaria como consecuencia del consumo de drogas, la OMS insta a los gobiernos a, entre otros, aumentar la sensibilización mediante una campaña mundial; así como a reforzar la capacidad y los mecanismos de financiación de los sistemas de salud y asistencia social, con el fin de ofrecer prevención y tratamiento. Ampliar la formación de los profesionales de la salud, es otro de los reclamos.
“Todos formamos parte de la prevención”
En este sentido, el presidente de la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las otras Toxicomanías (Socidrogalcohol), Francisco Pascual, afirma en declaraciones a EFEsalud que el informe deja claro que el mayor daño está producido por una droga legal que está muy extendida: el alcohol.
Resalta Pascual que no hay una causa única que pueda provocar problemas de adicciones como la del alcohol. Por eso insiste en que hay que trabajar en aspectos preventivos basados en la evidencia: desde los mensajes sanitarios, la implicación de la Administración, la educación en los colegios, y sobre todo, en la familia, que es “el factor protector del adolescente”.
“Todos formamos parte de la prevención”, incide el presidente de Socidrogalcohol.
“Lo que está claro es que han pasado los años y vemos que las cifras, sobre todo de consumo de ciertas sustancias, y las consecuencias, son verdaderamente alarmantes”, advierte.
En España
Según la última Encuesta sobre el Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes) publicada en 2023, las drogas con más prevalencia de consumo en el último año entre los estudiantes de Secundaria de entre los 14 y 18 años, son el alcohol (73,6 %), el tabaco (27,7 %), el cannabis (21,8 %) y los hipnosedantes con o sin receta médica (14,8 %).
En comparación con los resultados de 2021, el consumo de alcohol e hipnosedantes con o sin receta se han incrementado. Sin embargo, el de tabaco y cannabis ha disminuido.
La edad media de inicio al alcohol en España se sitúa en los 13,9 años.
Perspectiva de género
En cuanto a los consumos intensivos, la encuesta muestra que en el último año el 42,1 % de los estudiantes dice haberse emborrachado, un porcentaje mayor que en 2021, cuando fue el 39,4 %.
Las borracheras aumentan según lo hace la edad: del 19,5 % en los alumnos de 14 años hasta el 59,8% a los 18 años. Son más frecuentes entre las chicas (el 45,1 % de las chicas y el 39,3 % de los chicos).
Precisamente, el presidente de Socidrogalcohol hace hincapié en la importancia de que la prevención y el abordaje de las adicciones se haga desde una perspectiva de género. De hecho, no solo por el alcohol, ya que el consumo de tabaco entre las jóvenes es mayor en ellas que en ellos, al igual que el de hipnosedantes.
“No olvidemos que los inicios son muy tempranos, que en esos inicios tempranos las chicas con respecto a algunas sustancias están adelantando a los chicos, sobre todo en el tema de ansiolíticos, en el tema de consumo de tabaco e incluso, ocasionalmente, en el consumo en atracón de alcohol, con lo cual la perspectiva de género la debemos tener presente, y más teniendo en cuenta todas las sustancias”, abunda.
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Ciencia y Salud
Metapneumovirus humano, un virus respiratorio global y conocido sin potencial pandémico

Lo explica a EFEsalud la microbióloga Concepción Gimeno, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), quien aleja cualquier tipo de alerta ante el metapneumovirus humano (HMPV, por sus siglas en inglés), un virus respiratorio común y global frente al que la mayoría ya hemos desarrollado anticuerpos.
“Un 90 % de las de las personas mayores de diez años tenemos anticuerpos, lo hemos pasado a lo largo de la infancia, en muchos casos asintomáticos o pensando que era un resfriado típico de un niño que está en la guardería”, precisa.
El brote infeccioso de China
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha explicado que, de acuerdo a la información recibida de las autoridades China, los patógenos que se han detectado en el brote infeccioso en el norte del país son los virus sincitial respiratorio (VRS), el metapneumovirus humano (MPVH), el SARS-CoV-2 (causante de la covid) y, sobre todo, el de la gripe estacional.
“Los niveles de infecciones respiratorias notificados en China están dentro de lo habitual para la estación invernal”, ha recalcado la portavoz de la OMS, Margaret Harris.
Sin embargo, el hecho de ser un virus menos conocido que otros entre la población y que, además, exista un metapneumovirus aviar ha encendido algunas alertas.
La microbióloga explica que el metapneumovirus aviar es el posible ancestro del metapneumovirus humano y que ahora no existen brotes importantes de casos de este virus”.
Asegura que el metapneumovirus es un virus lento, que tarda mucho en mutar, y que es muy diferente al de la gripe aviar H5N1 que se adapta con más rapidez, por lo que no tiene porqué existir relación entre estos dos patógenos, “son dos problemas completamente distintos”.
La gripe aviar, por su parte, ha pasado de las aves a los mamíferos y de estos a los humanos, aunque todavía no existe transmisión directa de persona a persona, una amenaza que existe y que sí podría causar una pandemia.

Síntomas y grupos de riesgo del metapneumovirus humano
El metapneumovirus humano cursa con tos, fiebre, dolor de cabeza, congestión nasal…como un resfriado común y tan solo entre el 1 y el 5 % de los casos son graves al derivar en neumonía, bronquitis o bronquiolitis, según la también jefa del Servicio de Microbiología del Hospital General de Valencia.
Los grupos de riesgo son los menores entre 6 meses y 5 años que todavía no han desarrollado los anticuerpos frente a esta infección, pero también los mayores que van perdiendo defensas o las personas inmunodeprimidas a causa de enfermedades.
“Es un virus de la infancia, es un virus de las guarderías, de cuando los niños comienzan a socializar, como ocurre con el virus respiratorio sincitial”, explica la especialista.
Cómo detectarlo y tratarlo
Las pruebas de diagnóstico PCR pueden detectar la presencia del HMPV.
Lo habitual en los hospitales es que a personas con infecciones graves les hagan las pruebas de los virus más comunes, como gripe A y B, coronavirus y respiratorio sincitial, aunque se puede ampliar hasta un total de 23 patógenos entre los que figura el metapneumovirus humano.
“Los microbiólogos queremos identificar los distintos virus (en los pacientes) porque hay algunos que tienen potencial pandémico”, indica Concepción Gimeno, portavoz de la SEIMC.
Y afirma que actualmente se están detectando casos esporádicos, “no hay ningún brote actualmente en España”, al contrario que la gripe estacional, que en esta época empieza a ser un problema respecto a los ingresos y urgencias hospitalarias.
El metapneumovirus humano leve se combate con hidratación, analgésicos, cuidados en casa y, sobre todo, se previene con el uso de la mascarilla y el lavado de manos.
No existe ni un fármaco antiviral específico, ni una vacuna contra el HMPV, aunque la microbióloga considera que, dada su similitud con el virus respiratorio sincitial y si aumenta su incidencia, podría darse la posibilidad de desarrollar una vacuna.
El metapneumovirus humano, de la familia paramyxoviridae, se describió por primera vez en el año 2001 en un laboratorio de los Países Bajos y cuando se analizaron sueros de hasta cincuenta años atrás se observó que las personas habían desarrollado anticuerpos contra un virus que no era nuevo, sino que convivía desde hacía muchos años entre la población global.
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Ciencia y Salud
El 95 % de los españoles reconoce que los abrazos mejoran su bienestar emocional

Abrazos y bienestar emocional: un vínculo científico
El contacto físico, especialmente los abrazos, es fundamental para el bienestar emocional.
“El gesto de dar un abrazo libera oxitocina, la hormona de la felicidad, lo que genera un mejor estado de ánimo, controla los latidos del corazón e, incluso, nos traslada a un estado de calma y seguridad, que incide directamente sobre la salud emocional de las personas”, explica Soraya Bajat, jefa del servicio de Salud Mental de los Hospitales Universitarios Sanitas la Zarzuela y La Moraleja.
Este proceso químico genera múltiples beneficios:
- Mejora el estado de ánimo
- Reduce los niveles de cortisol (hormona del estrés)
- Regula el ritmo cardíaco
- Fomenta una sensación de calma y seguridad
Un estudio de Sanitas destaca los beneficios físicos y emocionales del contacto físico en las relaciones personales.

La encuesta, realizada como parte de la campaña navideña “No dejes abrazos pendientes”, revela que el 73 % de los encuestados asocia los abrazos con cariño, el 64 % con amor, el 56,3 % con consuelo y el 53 % con tranquilidad.
Estos resultados subrayan el papel del contacto físico en la gestión emocional diaria, especialmente en momentos de estrés o incertidumbre.
Beneficios físicos de los abrazos
Además del impacto emocional, los abrazos también tienen efectos significativos en la salud física. Nueve de cada diez españoles creen que este gesto contribuye a su bienestar físico.
“Este beneficio físico es real, puesto que esa gestión de la calma ayuda a reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca, por lo tanto, repercute directamente sobre la función cardiovascular. Además, ayudan a controlar la liberación de cortisol, la hormona del estrés, que puede influir, incluso en la calidad del sueño y, por tanto, del descanso”, continúa la doctora Bajat.
El estudio también destaca la frecuencia de los abrazos entre los españoles: en promedio, se dan 15 abrazos a la semana.
Las mujeres lideran esta práctica con 17,7 abrazos semanales, mientras que los adultos entre 35 y 44 años alcanzan los 21.
En contraste, los mayores de 65 años abrazan menos, con un promedio de 10,6 a la semana, siendo además el grupo que menos abrazos recibe.
La campaña “No dejes abrazos pendientes”
Esta investigación forma parte de la campaña de Sanitas, que busca promover el contacto físico como una forma de cuidado mutuo.
La iniciativa incluye un sitio web con información y consejos sobre los beneficios de los abrazos, además de testimonios de expertos en salud mental como Elizabeth Clapés y Patricia Ramírez.
“Como compañía especialista en salud sabemos que parte de nuestra misión pasa por fomentar el cuidado entre nosotros. Un cuidado responsable, honesto en el que la afectividad y la cercanía juegan un papel clave”, subraya Yolanda Erburu, Chief Sustainability y Corporate Affairs en Sanitas y Bupa Europe & Latinamerica.
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Sobrevivir a la muerte súbita sin secuelas: RCP y desfibrilación aumentan las posibilidades

La aparición repentina e inesperada de una parada cardiaca, en una persona aparentemente sana y con buena salud, se conoce como muerte súbita que precisa de atención médica inmediata para poder sobrevivir sin secuelas.
La causa más frecuente de muerte súbita es una fibrilación ventricular, una arritmia cardiaca maligna que impide que el músculo del corazón se contraiga de forma coordinada, resultando en la ausencia de latidos eficientes y en la detención inmediata del bombeo de sangre al cuerpo.
La víctima, pierde el pulso y pocos segundos después, el conocimiento y la capacidad de respirar, si no recibe atención médica inmediatamente, fallecerá a consecuencia de un paro cardiaco.
Cuando el corazón deja de bombear sangre, la presión arterial cae a cero y se anula el riego sanguíneo, resultando en la detención total de aporte de oxígeno y demás nutrientes al resto del cuerpo.
El órgano más crítico a la hora de no recibir riego sanguíneo es el cerebro, ya que tan solo unos pocos minutos tras la parada cardiaca comienza a sufrir daños irreversibles. El daño cerebral es la principal secuela en pacientes que son reanimados.
La muerte súbita no se puede predecir o controlar, pues ocurre de manera inesperada, sin embargo, algunas personas pueden tener síntomas previos que alerten como sufrir alguna pérdida de conocimiento que se recupera espontáneamente, o episodios de palpitaciones rápidas de inicio y final brusco.
Cuando se produce una parada cardiaca, la persona repentinamente pierde la consciencia y no tiene respuesta a estímulos (como ruidos o dar un pellizco), deja de respirar, y pierde el tono rosado de la piel que se suele volver de color pálido inicialmente y luego azul violáceo.
Las causas más frecuentes de parada cardiaca
Como la enfermedad coronaria (infarto de miocardio) es la causa más frecuente de parada cardiaca, ésta se podría prevenir “evitando factores de riesgo que provocan la aterosclerosis en las coronarias, el endurecimiento de las arterias como consecuencia de la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias, que posteriormente van a provocar el infarto con arritmia maligna asociada que resulta en la parada cardiaca”, apunta el doctor Borja Ibáñez, cardiólogo intervencionista de la Fundación Jiménez Díaz y director científico del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y jefe de grupo del Centro de Investigación en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV).

Otra causa de parada cardiaca es padecer una cardiopatía de origen genético (familiar), que puede ser silente y debutar como una parada cardiaca sin ningún síntoma previo. Los chequeos a familiares con antecedentes en cardiopatías hereditarias o a personas que han sufrido un infarto de miocardio y lo han superado, pueden evitar el riesgo de muerte súbita.
La edad es un factor a tener en cuenta a la hora de tener más posibilidades de sufrir muerte súbita. En personas mayores de 35 años con enfermedad arterial coronaria, o con miocardiopatía hipertrófica, una enfermedad genética que se caracteriza por un engrosamiento del músculo del corazón (que puede dificultar el bombeo de la sangre del corazón), puede aumentar el riesgo de muerte súbita.
También en personas que, tras un infarto de miocardio, a pesar de haber sido tratado correctamente, el corazón ha quedado con una cicatriz que puede aumentar el riesgo de tener una arritmia.
Los factores de riesgo
Aunque es muy difícil de prevenir, pues se produce en personas aparentemente sanas y de forma repentina, existen factores de riesgo como la obesidad, la diabetes o el tabaquismo, que pueden asociarse con este problema cardiaco mortal.
“Hay otros motivos de muerte súbita no relacionados directamente con el corazón como puede ser una hemorragia cerebral o una rotura en un aneurisma de la aorta o, incluso, una embolia de pulmón”, añade el doctor Ibáñez.
Aunque es muy poco frecuente, un suceso que provoque un esfuerzo o dañe el tejido cardiaco puede aumentar el riesgo de muerte súbita, como puede ser un fuerte golpe en una zona pequeña justo frente al corazón como se ha documentado en bolazos de béisbol, por ejemplo.
También, sufrir enfermedades con corazones aparentemente normales pero con alto riesgo arrítmico como el síndrome de Brugada, el de QT largo, o la taquicardia ventricular por catecolaminas pueden provocar muerte súbita.
Acciones para sobrevivir a la muerte súbita
El único tratamiento eficaz para ralentizar el daño secundario a la falta de circulación durante un episodio de muerte súbita es la reanimación cardiopulmonar (RCP) hasta que lleguen los servicios médicos de urgencia.
En muchos casos, la parada cardiaca se puede revertir aplicando una desfibrilación, bien cuando se presentan los servicios de emergencias, o bien usando los DESA (desfibrilador externo semiautomático) que cada vez están presentes en más entornos públicos.
La desfibrilación consiste en administrar al corazón una descarga eléctrica controlada para reiniciar la actividad del corazón y recuperar el ritmo normal.
La RCP se realiza hasta que se pueda utilizar un desfibrilador. La RCP se debe llevar a cabo poniendo ambas manos en el centro del esternón de la víctima y hacer compresiones profundas hacia abajo, con los brazos extendidos en ángulo recto respecto al paciente.
Hay que comprimir el esternón unos 4 ó 5 centímetros con una frecuencia rápida aproximadamente entre 100 y 120 compresiones por minuto, a un ritmo regular y continuo (la canción de la Macarena, es una buena forma de llevar el ritmo de las comprensiones), sin interrupción, hasta que la víctima recupere el conocimiento o lleguen los servicios de emergencia.
La recuperación de las personas que sufren una parada cardiaca depende en gran medida del tiempo que transcurre desde que el corazón se detiene hasta que se aplica la desfibrilación y en función de si se ha aplicado RCP o no hasta la misma.
Por cada minuto que pasa, hay un 10 % menos de probabilidades de que el paciente se recupere. La rapidez con la que se lleva a cabo la ayuda a una persona que sufre un episodio de muerte súbita, marca la diferencia entre el fallecimiento y la recuperación.
“La ejecución de un masaje cardiaco puede hacer que la persona sobreviva y tenga las menos secuelas posibles hasta que lleguen los servicios de emergencias, cuantos más minutos pasen con el corazón parado sin recibir masaje cardiaco, aumenta las posibilidades de que el paciente no sobreviva y si lo hace lo haga con daños neurológicos muy importantes”, explica el cardiólogo.
En España se producen más de 80 casos de muerte súbita cada día, unos 30.000 al año, de los cuales, tan solo entre el 5 y el 11 % de ellos, tienen posibilidades de sobrevivir sin secuelas tras sufrir una parada cardiaca fuera de un hospital.
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