Líderes y Emprendedores
Tres amigos empezaron a fabricar pasta de maní cuando se decretó la cuarentena y ahora exportan a EE.UU
Emanuel, Joaquín y Gabriel planearon su modelo de negocio, ganaron un concurso, se endeudaron en dólares y, cuando estaban listos para salir al mercado con EntreNuts, los agarró el aislamiento obligatorio. Nada los detuvo, ya venden en toda la Argentina y para 2023 proyectan llegar a diez países.
El argentino no es un consumidor tradicional de pasta de maní, pero el alimento preferido de los estadounidenses cosecha cada vez más adeptos en nuestro país. Tantos, que un fanático entrerriano convenció a dos amigos para fabricarla en su tierra natal. Así nació EntreNuts e inició el camino de Emanuel Fellay, Joaquín Colella y Gabriel Aguilar para convertirse en emprendedores.
Pasaban apenas los 20 años cuando pusieron en marcha la producción del primer lote de 20 frascos de pasta de maní. Completaron el proceso el 20 de marzo de 2020, el mismo día que el presidente Alberto Fernández anunció el aislamiento social, preventivo y obligatorios (ASPO) por la pandemia de coronavirus. Pero no se dieron por vencidos, salieron a vender casa por casa, y dos años y medio después comenzaron a exportar a Estados Unidos, principal productor mundial.
“El 19 de marzo de 2020 a la tarde, el electricista terminó la instalación de luz y el 20 al mediodía hicimos el primer frasquito de pasta de maní, cuando terminamos una producción de 20, limpiamos y acomodamos todo y dos horas después vimos que el Presidente salía por cadena nacional y cerraba el país. Así fue el comienzo de EntreNuts”, contó a TN Emanuel.
Saber sobrellevar ese primer contratiempo afianzó su amistad y el negocio. Actualmente, venden 18.000 frascos por mes, tienen 23 empleados, cuadruplicaron la superficie del galón de producción en la localidad entrerriana de Colón, y pusieron un pie en el mercado más competitivo de pasta de maní del mundo.
Tres amigos, una idea y un sueño cumplido
Emanuel y Gabriel habían dejado su Entre Ríos natal para estudiar en la facultad de Rosario, Santa Fe. En una charla informal, Gabriel se quejó porque cada vez que volvía a su provincia no encontraba pasta de maní sin agregados de sal, ni de azúcar ni de conservantes y se prometió comenzar a fabricarla.
Cuando una compañera de facultad le contó que su tesis era sobre la producción de pasta de maní en Colombia, Gabriel le pidió conocer el proyecto y el sueño comenzó a convertirse en realidad. Ahí fue cuando se sumó Emanuel. Se inscribieron en un concurso para emprendedores del Banco Nación, avalado por la ONU, y lo ganaron en noviembre de 2019.
La posibilidad de acceder a un crédito subsidiado de $750.000 fue el impulso que necesitaban, pero la inflación amenazó con echar por tierra el sueño. “Cada vez se nos alejaba un poquito más y fue cuando decidimos invitarlo a Joaquín, que es licenciado en Comercio Internacional, a sumarse al negocio”.
Joaquín es rosarino y, tentado por la propuesta, se mudó a Colón, con la expectativa de poder exportar el producto. “Es más exportable que consumible en el mercado interno, entonces le planteamos la idea y se sumó”, recordó Gabriel.
La pandemia y los primeros pasos casa por casa
Los primeros 20 frascos de pasta de maní los fabricaron en un galpón de unos 200 metros cuadrados, en Colón. “Teníamos una sala de producción para 50 frascos, que era la estructura que habíamos armado con el crédito que obtuvimos”, contó Emanuel.
Para la producción contaban con un molino coloidal que habían pagado mitad en efectivo y la otra parte con una deuda en dólares de tres cuotas, que tenían que abonar en abril, mayo y junio de 2020. No había pandemia ni cuarentena que frenara el negocio.
“La receta la hizo Gabriel. Llenábamos con una manga pastelera 20 frasquitos y salíamos a entregar en camioneta lo que vendíamos por WhatsApp, por Instagram o por Facebook. Salíamos a repartirlos con guantes, máscara y con barbijo”, contaron.
Cuando lograron afianzar el negocio en Colón, se expandieron a San José y Villa Elisa, ciudades aledañas. Un amigo de Gabriel y Emanuel, que se había quedado sin trabajo, fue el primer empleado de la empresa y hasta hoy sigue formando parte del negocio.
En junio de 2020 obtuvieron la habilitación provincial, en forma paralela a que habían conseguido unas 40 distribuidoras que querían empezar a trabajar con el producto. “Ese fue otro boom: pasamos de vender entre 800 y 1000 frasquitos en la zona, a unos 17.000 en 14 provincias; empezamos a producir 14 horas por día y pasamos a tener diez empleados”.
El salto exportador
Ya con presencia en las 24 jurisdicciones del país, afianzados como la segunda marca de mayor producción argentina y más de 150 distribuidoras, el paso siguiente era el de exportar.
“En la Argentina se consume un promedio de 200 gramos de pasta de maní per cápita por año y en Europa más de 6 kilos; en América, 5 kilos, y en Asia, 10 kilos. Es ínfimo el consumo nuestro comparado con los otros países de Europa, Asia o América”, dijo Joaquín.
Conocedores de estos datos, salieron a buscar mercado en el exterior. En enero tuvieron el primer contacto con Estados Unidos. El camino no fue fácil. Tuvieron que registrar el producto y la marca ante la FDA y recién en agosto terminaron de cerrar el acuerdo de exportación.
El 20 de septiembre salió el buque desde la Argentina hacia Nueva York y a fines de octubre va a estar desembarcando la pasta de maní argentina en Estados Unidos. “Irónicamente decíamos que es como que vengan a la Argentina y nos vendan asado y dulce de leche”, graficó Emanuel.
Para los tres jóvenes entrar en ese mercado fue un desafío gigantesco, no solo por la calidad que exige sino porque es uno de los más competitivos del mundo. Si bien la venta es para que la comercialice una firma estadounidense, “en la etiqueta -que está diseñada bajo estándares de los Estados Unidos- dice ‘el mejor maní del mundo hace la mejor pasta de maní’”, cuentan, orgullosos.
“Estados Unidos todos los años asigna un cupo de 3650 toneladas para que la Argentina la divida entre las empresas que se dedican a la exportación de pasta de maní, eso está bastante monopolizado por las grandes marcas y es, de alguna manera, una barrera de ingreso para las pymes o para las pequeñas empresas, así que tuvimos que enfrentar un tema bastante complejo”, explicó Joaquín.
Para poder dar respuesta a la demanda mundial, sumaron más empleados, actualmente son 23, y están buscando opciones para automatizar la producción, para pasar a fabricar 150.000 frascos. “Estamos en ese proceso de crecimiento, de buscar seguir expandiéndonos tanto en el mercado local como empezar a desembarcar en el exterior”, destacó Gabriel. En la mira ya tienen a Chile, Uruguay, Bolivia, Perú, Brasil y España. El objetivo es, en 2023, estar presentes en diez países.
Un sello joven, hecho por jóvenes que quieren crecer
Cuando en 2020 empezaron con EntreNuts, Joaquín tenía 21 años; Emanuel, 22, y Gabriel, 23. Hoy tienen 24, 25 y 26. “Estamos en la edad promedio de nuestros empleados. La mayoría son jóvenes, muchos tienen su primera experiencia laboral con nosotros, otros son ingenieros de Alimentos, contadores, licenciados en Comunicación Visual, ingenieros Agrónomos. Tenemos mucha juventud y eso es un disparador del gran crecimiento que hemos tenido, porque para la juventud es mucho más fácil implementar procesos”, dijo Emanuel.
“Ni en los mejores sueños imaginábamos que en tan corto plazo íbamos a generar una empresa donde le damos trabajo a más de 20 personas; estar en todas las provincias y tener 13 productos en el mercado”, agregó Gabriel.
¿Los próximos desafíos?, seguir fabricando productos saludables; libres de gluten; producir alimentos para celíacos y para veganos e ir encontrando oportunidades en ese mercado.
Si tienen que resumir a qué le adjudican el éxito, dicen que al equipo; a la forma de trabajo; a la planificación hasta el último detalle; a la cultura de la empresa, y a los valores, “que son el motorcito de EntreNuts”.
“La gente no planea fracasar, sino que fracasa por no planear y ese es el mensaje que tenemos para dar. Nosotros no somos más que nadie, no tenemos nada que enseñar, sino que lo que podemos transmitir es nuestra experiencia, nuestro entusiasmo, el seguir las convicciones, los sueños, hacer foco y quedarse con las cosas positivas”, concluyeron.
Líderes y Emprendedores
La Historia de amor de dos emprendedores que instalaron su Fábrica de Empanadas Argentinas en Tarija
¿Cómo es la aventura de manejar un comercio en otro país y destacarse?
En marzo de 2017, en la ciudad de Tarija, Bolivia, comenzó una historia de amor, esfuerzo y tradición que hoy está presente en cada esquina de la ciudad y en varios otros departamentos. Andrea Ferreira Toro y Facundo Sebastián Fernández comparten una pasión por la cocina, su emprendimiento ofrece empanadas argentinas que han logrado conquistar a los paladares bolivianos.
Raíces y Tradición: La Cocina en las Vidas de Andrea y Facundo
Desde pequeña, Andrea Ferreira Toro se vio involucrada en la cocina, aunque en ese entonces no lo imaginaba como una vocación o un negocio. Tarijeña de raíces chapacas, Andrea creció viendo a su madre trabajar incansablemente, y muchas veces asumió el rol de cuidadora de su hermano menor. Fue en esos momentos cuando, casi sin darse cuenta, comenzó a cocinar y a desarrollar un amor por la cocina que la acompañaría para siempre. Las comidas que preparaba para su hermano eran más que simples platillos; eran el reflejo de una infancia marcada por el sacrificio y el cariño.
Por otro lado, Facundo Sebastián Fernández, nacido en Orán, Argentina, tenía su propia historia de conexión con las empanadas. Desde que era niño, veía a su madre preparar y vender empanadas en el barrio, y comprendió desde temprano el valor del esfuerzo y la dedicación que ella ponía para sacar adelante a su familia. Ese mismo esfuerzo quedó grabado en Facundo y se convirtió en parte de su identidad, inspirándolo a emprender un negocio que honraría esa herencia de sabor y dedicación.
Un Encuentro Destinado: De la Fotocopiadora a la Cocina
La historia de Andrea y Facundo comenzó de manera inesperada, casi como si el destino hubiera planeado cada detalle. Luego de varios altibajos y momentos de distancia en sus vidas, un amigo en común los presentó en una fotocopiadora. Las miradas y sonrisas hablaron por sí solas: la conexión entre ellos fue inmediata y profunda, como si siempre hubieran estado destinados a encontrarse. Facundo había llegado a Tarija con el sueño de probarse como futbolista, pero pronto descubrió que su verdadera razón para quedarse era Andrea y el sueño de construir algo juntos.
Así, en el 2017, comenzó su historia de amor y emprendimiento. Andrea, siempre decidida y firme en sus decisiones, renunció a su trabajo en el banco y apostó por el proyecto que los uniría a ambos. Facundo, inspirado por la valentía de Andrea, decidió dejar atrás sus propias dudas y unirse a ella en esta aventura. Con un solo punto de venta y muchas esperanzas, dieron inicio a su fábrica de empanadas, que combinaba las tradiciones culinarias de Argentina y la autenticidad chapaca de Tarija.
Las Primeras Empanadas y la Expansión de un Sueño
Desde su pequeño primer local, Andrea y Facundo comenzaron a ofrecer sus empanadas al público. Las recetas, cuidadosamente heredadas y adaptadas, conservaban la esencia de la cocina argentina. Desde las clásicas empanadas de carne hasta versiones innovadoras, cada producto reflejaba el amor y la dedicación de la pareja. El sabor auténtico y el compromiso de calidad hicieron que sus empanadas rápidamente ganaran popularidad.
El éxito de la fábrica creció de manera impresionante. Lo que con un solo punto de venta pronto se extendió a varios locales por toda la ciudad de Tarija y, eventualmente, a otros departamentos bolivianos. Hoy, sus empanadas son reconocidas no solo por su sabor, sino también por la historia de amor y trabajo que representan.
Una Familia que Crece y un Legado que Inspira
Andrea y Facundo tienen dos hijos: Mauro y María Victoria, a quienes están criando con los mismos valores de esfuerzo y amor que ellos han demostrado. Para ellos, la fábrica de empanadas es mucho más que un negocio, es un proyecto familiar que ha crecido gracias a la dedicación de ambos y que representa el legado inspirador que quieren transmitir a sus hijos.
Líderes y Emprendedores
Yenny Lema: Sabores de Tarija con un Toque Argentino
Desde hace más de 17 años, Yenny Lema ha trabajado incansablemente para que su pastelería, ubicada en la plazuela Sucre de Tarija, se convierta en un rincón especial donde la tradición y el sabor se encuentran. Nacida de un sueño y mucho esfuerzo, Yenny Pastelería es hoy un lugar de referencia en la ciudad, apreciado tanto por los locales como por quienes visitan Tarija en busca de una experiencia auténtica.
Este emprendimiento ha sido una historia de sacrificio, perseverancia y, sobre todo, de amor por la gastronomía. Desde sus inicios, Yenny supo que quería ofrecer algo único: sabores que evocaran recuerdos y que unieran a las personas. En su menú, ha mantenido recetas familiares, como los clásicos sándwiches de miga, facturas y sacramentos, recordando así las tardes de merienda en familia. Sus tortas, especialmente la de maracuyá, se han vuelto de las más queridas, hechas siempre con un toque personal que las hace únicas.
El camino no ha sido fácil, y detrás de cada éxito ha estado Oriel Cardozo Lema, el hijo de Yenny, quien desde muy joven ha sido un pilar esencial en la pastelería. Con dedicación y compromiso, Oriel ha acompañado a su madre en cada paso, asegurándose de que todo funcione y de que la calidad sea siempre lo primordial. Hoy, casado y padre de tres niñas, Oriel sigue presente cada día en el negocio familiar, brindando el respaldo y la confianza que Yenny necesita para seguir innovando.
La fusión de dos mundos y la creatividad en la heladería
Hace algunos años, Yenny decidió explorar el mundo de los helados artesanales, una idea que fue apoyada y desarrollada por su esposo, Emilio Solá, de origen salteño. Inspirado por los sabores de la región y con una dedicación especial en cada preparación, Emilio ha logrado dar vida a helados únicos que se han ganado el reconocimiento en Tarija. Helados de membrillo, chuflay, y lacayote con nueces son solo algunos de los sabores que, además de frescura, conectan con la riqueza local.
La elaboración de los helados en Yenny Pastelería es completamente artesanal, lo que les ha permitido crear texturas y sabores únicos en el departamento. Cada helado refleja un poco de la pasión y el esmero de Emilio, que ha perfeccionado este arte con el objetivo de ofrecer una experiencia de sabor auténtico y memorable.
Innovación y el toque de una abuela dedicada
Además de mantener vivas las tradiciones, Yenny también ha buscado innovar y adaptarse a las nuevas generaciones. Inspirada por sus tres nietas, ha desarrollado una línea de galletas saludables, pensadas especialmente para los niños. Es su manera de brindar una opción nutritiva y de calidad que pueda acompañar el crecimiento de los pequeños con un toque de dulzura.
Un lugar de encuentro y tradición en Tarija
Para Yenny Lema, su pastelería es más que un negocio; es un espacio de conexión y de encuentros. Desde su local en la plazuela Sucre, ha logrado que cada persona que entra se sienta bienvenida y forme parte de su historia. No es raro ver a familias y amigos disfrutar de una tarde, compartiendo una merienda o un helado, en un ambiente que invita a sentirse como en casa.
La historia de Yenny y su pastelería es un ejemplo de cómo el amor por la tradición y el esfuerzo constante pueden dar vida a un proyecto con alma. Cada bocado, cada sabor, y cada detalle en Yenny Pastelería cuenta una historia de dedicación, de familia, y de identidad. Para quienes visitan Tarija, este rincón especial se ha convertido en una parada obligada, un espacio donde el sabor y la historia se unen para celebrar lo mejor de la región.
Líderes y Emprendedores
Agencias Independientes Presentan Estrategias de Crecimiento en PRovoke Global Summit 2024
Tres líderes agencias de Argentina, Alemania y España exploraron cómo la innovación, el desarrollo de talento y la adaptabilidad impulsan el crecimiento en un mercado competitivo.
Washington, DC, 30 de octubre de 2024 – En la 14° edición del PRovoke Global Summit 2024 -organizado por PRovoke Media en Washington, DC-, los retos y estrategias de crecimiento en la industria de la comunicación fueron el tema central del panel Scaling Up: Growth Strategies for Independent Agencies, en el marco del Entrepreneurs´ Forum. Patricia Santa Marina, fundadora y CEO de MINERBA Corporate Communication (Argentina), estuvo junto a Andreas Fischer-Appelt, socio fundador de fischerAppelt AG (Alemania), y Jeff Lambert, U.S. Chairman de Lambert by LLYC, para compartir sus enfoques y experiencias de expansión como líderes de agencias independientes.
Santa Marina, quien llevó a MINERBA a expandirse desde Argentina hacia otros seis países en América Latina y Estados Unidos, destacó la importancia de la adaptabilidad en un entorno competitivo y en constante evolución. “Emprender en la industria de la comunicación exige no sólo una visión clara y estrategias sólidas, sino también la capacidad de adaptarse a los rápidos cambios del mercado. Los retos son constantes, pero los resultados son gratificantes”, señaló. En su experiencia, “darle a los colaboradores oportunidades para crecer, enseñarles, guiarlos; eso es algo que realmente valoran”, lo cual ha sido clave en el crecimiento sostenido en su agencia.
Fischer-Appelt -quien maneja la agencia más grande de Alemania-, resaltó cómo manejar cuentas clave dentro de la agencia permite crecer internamente. “Cuando tienes una agencia de cierto tamaño, tienes cuentas clave. A estas cuentas las tratas de manera diferente, porque tienes la oportunidad de hacerlas crecer dentro de la empresa sin necesidad de adquirir otras”, explicó.
Lambert, cuya empresa de comunicaciones fue adquirida recientemente por LLYC, coincidió en la relevancia de fomentar una cultura de crecimiento, afirmando que “crear oportunidades de crecimiento es una de las formas en que tratamos de fortalecer nuestra cultura”.
En ese sentido, los panelistas coincidieron en que la innovación, la resiliencia y el desarrollo de talento son fundamentales para prosperar. “Si contratáramos a personas “antiguas” aunque con experiencia, no tendríamos la misma cultura”, reflexionó Fischer-Appelt, enfatizando la importancia de cultivar una dinámica organizacional actual. Santa Marina también hizo hincapié en la necesidad de contar con colaboradores estables y con habilidades de interacción social: “Necesitas personas que sean constantes, que sepan cómo interactuar con otros, algo que los jóvenes están perdiendo en este momento”.
Vale destacar que tanto MINERBA como Fischer-Appelt y Lambert by LLYC, son miembros de PROI Worldwide, una red líder con más de 90 agencias globales, y patrocinador de esta sesión.
El PRovoke Global Summit 2024 -que se lleva a cabo desde el 28 al 30 de octubre- es uno de los eventos más importantes en el ámbito de las comunicaciones a nivel global, reuniendo a líderes para explorar las oportunidades y desafíos de la industria.
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