Ciencia y Salud
Los monos están bajando de los árboles
El aumento de la temperatura, el exterminio de los depredadores y la deforestación están llevando a los primates arborícolas a pasar más tiempo en el suelo.
El mono araña muriqui del norte nace, vive y muere en los árboles. Abundantes en el menguante bosque atlántico del este de Brasil, estos muriquíes comen en el árbol y beben el agua atrapada en sus oquedades. Socializan, juegan y se reproducen sin bajar nunca al suelo. En el pasado, solo dejaban la seguridad arbórea en situaciones de emergencia, por la caída de una cría a tierra o perseguidos por un jaguar. Pero en la Reserva Particular do Patrimônio Natural Feliciano Miguel Abdala (en el estado de Minas Gerais) hace tiempo que no hay ni jaguares ni pumas ni otro depredador que suponga un peligro real para el primate más grande de América. Quizá por eso, desde hace al menos cuatro décadas cada vez se les ve más bajando de los árboles. Al principio era para alimentarse y poco más, pero ahora pasan casi la mitad del tiempo que están en el suelo descansando y retozando. Esta bajada de los monos de los árboles no es un caso aislado y se está produciendo en América, África y Asia.
Los muriquíes de Feliciano Miguel Abdala son observados por los primatólogos desde los años 70, cuando se inició un proyecto para estudiarlos en esta hacienda privada. Esta especie de monos araña está al borde de la extinción, quedan menos de 1.000 ejemplares, y aparece en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como en peligro crítico. La mengua de su hábitat natural, el bosque atlántico brasileño, los ha confinado a trocitos de selva rodeados de tierras de cultivo, terrenos para el ganado o parcelas forestales. Lo bueno de tanta presión humana es que sus grandes depredadores se han extinguido. Lo malo es que la extensión de este refugio no llega a las 1.000 hectáreas.
La combinación de ambos factores podría explicar un fenómeno que primero fue anecdótico para los investigadores, pero que ahora es una tradición transmitida de padres a hijos: pasar más tiempo en el suelo. La primera vez que los científicos del proyecto vieron que un muriqui bajó de un árbol fue en 1982. Entonces no le dieron importancia, pero lo anotaron, como hacen con todo lo que ven o captan las decenas de cámaras que tienen desplegadas por el bosque. Con más de 10.000 observaciones durante tres años, estimaron que los muriquíes pasaban apenas el 0,05% de su tiempo en el suelo, hace 40 años. En otra campaña realizada entre 1998 y 1999, las horas pasadas en tierra habían aumentado un orden de magnitud, hasta el 0,7%. Y en el estudio que realizaron entre 2006 y 2007, con casi 15.000 observaciones, el porcentaje había subido al 1%. No parece mucho, pero supone multiplicar por 20 la vida terrestre en un cuarto de siglo. Los datos de la última campaña aún están siendo analizados.
Los márgenes boscosos imponen límites a la ampliación de las áreas de distribución, por lo que la única solución fue ampliar el uso del espacio vertical”
Karen Strier, primatóloga de la Universidad Wisconsin-Madison (Estados Unidos)
La primatóloga de la Universidad Wisconsin-Madison (Estados Unidos) Karen Strier lleva desde 1982 estudiando a los muriquíes de Feliciano Miguel Abdala y otros grupos que quedan en la región. Estos primates interesan no solo por su situación crítica. Siendo patrilineales y patrilocales, donde las hembras vienen de fuera, apenas hay jerarquía entre sexos y dentro de cada género, siendo una sociedad muy igualitaria, algo raro entre los primates. Para Strier, el aumento de las bajadas a tierra tiene mucho que ver con la subida de la presión demográfica en un espacio cada vez más reducido: “El tiempo en el suelo aumentó a medida que la población de muriquíes aumentaba hasta lo que sospechamos puede haber sido un umbral. En el fragmento de bosque de Feliciano Miguel Abdala, los márgenes boscosos imponen límites a la ampliación de las áreas de distribución, por lo que la única solución fue ampliar el uso del espacio vertical. Esto es lo que los muriquíes —y ahora sabemos que también otros primates arbóreos— se ven cada vez más obligados a hacer”.
Tan relevante como la cantidad de tiempo pasado en el suelo es la calidad. A lo largo de estos años, los científicos han observado una serie de cambios que apuntan a la institucionalización de la nueva práctica. Las bajadas a tierra, antes por emergencia, fueron aumentando, primero para alimentarse, pero también para desplazarse entre los claros cada vez más grandes de bosque. Hoy, más de un tercio del tiempo que los muriquíes pasan a la sombra de los árboles es para socializar o directamente tumbarse a descansar. Esto implicaría, como escriben Strier y sus colegas en uno de sus artículos científicos, “que los actuales patrones de uso del suelo por parte de los muriquíes representan algo más que una respuesta a una necesidad ecológica”. En muchas ocasiones observaron que bajaban a tierra para ir a otro árbol, pero existían alternativas viables yendo de rama en rama. Para los científicos, que estos monos “hayan extendido su faceta terrestre a actividades no esenciales implica que su aversión a los peligros terrestres se ha relajado”. Y esa aversión la llevan en los genes.
Muy lejos de Brasil, en el sur de Etiopía, vive el cercopiteco de las montañas Bale. Pertenece a la familia de los cercopitécidos (monos del Viejo Mundo), como los mandriles, papiones o babuinos. Antecesores suyos fueron los primeros primates que bajaron de los árboles millones de años antes de que lo hicieran los homínidos. Sin embargo, el mono Bale es de los pocos de la familia 100% arbóreo, o lo era. Estos monos son doblemente especialistas. Además de ser el único arborícola de su género, es la única de las seis especies del grupo que basa su dieta casi en un único producto, las hojas y los tallos más tiernos del bambú. Como en la selva brasileña, el avance humano en las mesetas etíopes han fragmentado el bosque, ahora rodeado de tierras de cultivo y para ganado.
En un estudio publicado en 2018, investigadores de las universidades de Adís Abeba (Etiopía) y Oslo (Noruega) siguieron a cuatro poblaciones de estos cercopitecos, dos que vivían en uno de los pocos bosques de bambú aún intactos y otros dos que sobrevivían en parcelas de selva muy fragmentada y deteriorada. Vieron que los primeros seguían con una dieta al 80% formada por el bambú, pero los segundos habían tenido que diversificarla, incluyendo insectos y vegetales que robaban en los cultivos de los humanos. Pero vieron algo más. Addisu Mekonnen Kassie, primatólogo de la Universidad de Calgary (Canadá) y de la etíope cuando se realizó el estudio, da las cifras en un correo: “Los monos Bale de los fragmentos de bosque pasaban mucho más tiempo en el suelo (el 36,5%) que los monos del bosque continuo que pasaron solo el 2,3%”. De nuevo, el deterioro del hábitat aparece como desencadenante de una nueva conducta.
En la isla vecina de Sumatra, donde vive la otra especie de orangutanes, estos no pisan el suelo. La explicación puede estar en el tigre: el gran depredador del sudeste asiático se extinguió en Borneo, aniquilado por los humanos hace siglos. Pero en Sumatra, estos felinos siguen estando presentes y su hábitat se solapa con el de los grandes simios.
La semana pasada, la revisa científica PNAS publicó una revisión de la terrestrialidad de casi 50 especies de primates americanos y de Madagascar, la tierra de los lémures. El trabajo, en el que han participado más de un centenar de primatólogos, muestra que la bajada al suelo de los primates arborícolas aún dura poco tiempo. La media que dedican a sus actividades en tierra es del 2,5%. Pero el estudio detecta algunos de los factores que más influyen en la conducta arbórea de estos animales. Entre ellas hay tres sujetos a una tasa de cambio tan rápida que escapa al tempo de la naturaleza: la degradación del hábitat, en especial la deforestación, la extirpación de los depredadores naturales, pero la introducción muchas veces de otros, como perros y gatos y, por último, las condiciones climáticas.
“Con los acelerados efectos del cambio climático y la deforestación, predecimos que algunas de estas especies descenderán al suelo con mayor frecuencia para sobrevivir en estos paisajes cambiantes”
Tim Eppley, biólogo de la San Diego Zoo Wildlife Alliance
El biólogo de la San Diego Zoo Wildlife Alliance Tim Eppley es el primer autor de esta ingente investigación. “Este estudio no analizó si los primates han aumentado sus actividades en la tierra con el tiempo, sino que buscábamos comprender qué impulsa a una especie arbórea a pasar más tiempo en el suelo”, cuenta en un correo. “Muchos informes recientes han señalado que determinadas especies pasaban tiempo en el suelo, algo que rara vez se había detectado antes, por lo que queríamos saber si había rasgos específicos de las especies o determinadas presiones antropogénicas o ecológicas que pudieran explicarlo”, añade. Su trabajo concluye, en palabras de Eppley, que “la disminución de la cobertura arbórea y las temperaturas más altas aumentan el uso del suelo por parte de estas especies de primates, por lo que, con los acelerados efectos del cambio climático y la deforestación, predecimos que algunas de estas especies descenderán al suelo con mayor frecuencia para sobrevivir en estos paisajes cambiantes”, completa.
Un cambio climático como el actualmente en curso creó las condiciones y presión selectiva para la bajada de los árboles de los antecesores de los humanos. Pero establecer simples paralelismos entre entonces y ahora es, para los expertos en la evolución humana, absurdo. Salvador Moyà, investigador ICREA en el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, recuerda el entorno de entonces: “Hace unos 14 millones de años, las selvas llegaban hasta el norte de Alemania, pero un cambio climático, con clima más cálido y seco, las selvas se fueron encogiendo y concentrando hacia el Ecuador. Esto provocó nuevas presiones selectivas que favorecieron un nuevo modelo de vida, la vida terrestre.” Moyà insiste en que para que haya evolución deben existir dos ingredientes básicos: “Por un lado, presiones selectivas que favorezcan un nuevo tipo de organismo, que las versiones negativas sean seleccionadas negativamente y sobrevivan las que se adaptan al medio. Por el otro, candidatos con una morfología para que puedan ser seleccionados positivamente”.
Ahora existe la presión selectiva, pero hay dos componentes diferentes. Los detalla Moyà: “El cambio actual está sucediendo a una velocidad supersónica, de siete millones de años al ritmo actual hay un abismo. Además, tiene que haber buenos candidatos preadaptados, que pudieran aprovechar las nuevas condiciones. Es posible que aparezca un grupo de primates que se adapte al suelo, ya lo hicieron los papioninos [mandriles, papiones…] hace 15 millones de años y lo hicimos nosotros hace seis millones. Hay dos posibilidades, que se adapten a un modo de vida más terrestre o que simplemente se extingan. Lo más probable es que, al ser un cambio tan instantáneo, acabe en un evento catastrófico”, argumenta.
Tim White es el director del Centro de Investigación de la Evolución Humana de la Universidad de California Berkeley (Estados Unidos). Descubridor del Ardipithecus ramidus, un candidato a ser de los primeros homínidos que bajaron de los árboles, rechaza cualquier tipo de paralelismo entre el pasado y la situación actual. “Los hábitats disponibles para los primeros homínidos de África eran variados e incluían escenarios abiertos y cerrados. Todos ellos muestran algunas adaptaciones evolutivas al bipedalismo, a diferencia de los cambios de conducta documentados en esta investigación. Hubo monos y simios contemporáneos de estos primeros homínidos, y ninguno de ellos se volvió bípedo”. Para él, entonces hubo evolución y ahora hay un ajuste de la conducta con mayor o menor plasticidad por parte de cada especie de primates arbóreos.
En lo que coinciden White, Moyà, o Eppley es que el ritmo de la deforestación y el cambio climático son tales que no habrá tiempo para que surja alguna adaptación, algunos individuos que sepan aprovechar las nuevas condiciones como hicieron los antecesores de los humanos hace millones de años.
Ciencia y Salud
Vacunas, terapias personalizadas o el microbioma, retos en cáncer de páncreas
Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Páncreas, el 21 de noviembre, el presidente del Pancreatic Cancer Europe, el oncólogo Alfredo Carrato, ha participado recientemente en una jornada en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid organizada por la Asociación Cáncer de Páncreas (Acanpan), por su décimo aniversario, en la que ha hecho una radiografía de este tumor y de sus retos.
Se estima que en 2024 se diagnostiquen 9.986 cánceres de páncreas, según el documento “La cifras del Cáncer en España 2024” de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), un tumor que en 2022 se cobró la vida de 7.973 personas.
“Es una necesidad concienciar a la sociedad de que estamos ante un gran enemigo que se va a convertir en la segunda causa de muerte por cáncer tras el cáncer de pulmón en los próximos años”, advierte el doctor Carrato.
En el momento del diagnóstico, solo un 10 % tiene el tumor localizado, un 29 % lo tiene avanzado en la zona del páncreas y en un 52 % debuta con metástasis, según datos aportados por el también investigador del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria.
Y para abordar este cáncer, el experto cita algunas acciones tanto en la investigación como en la práctica clínica, donde el tratamiento estándar sigue siendo la quimioterapia que consigue un 35 % de largos supervivientes.
- Hacer programas de cribado en poblaciones de alto riesgo: En Hospital Ramón y Cajal han atendido a familiares en primer grado de pacientes de cáncer de páncreas, unas 250 familias en diez años, con el fin de detectar el tumor en estadio precoz, cuando es asintomático, y conseguir frenarlo.
- Avanzar en los tratamientos personalizados gracias a los análisis genómicos que identifiquen mutaciones del tumor contra las que dirigir terapias. Una de las mutaciones es KRAS y uno de los objetivos es su inhibición.
- Conseguir que sea un tumor sensible a la inmunoterapia y desarrollar vacunas y virus oncolíticos “que permitan que nuestra propia inmunidad pelee contra este cáncer”, apunta el experto.
- El papel del microbioma o conjunto de microorganismos (bacterias, virus, hongos…) que habitan en el organismo de cada paciente con composición propia y que puede promover la carcinogénesis o favorecer la inmunidad.
- Dar pasos en la cirugía, un desafío por la complejidad del páncreas, lo que requiere equipos especializados, y a la que solo son candidatos un 15-20% de los diagnosticados.
Retos en el cáncer de páncreas, un tumor con “una biología única, peor que los demás”. Una de las razones es porque ya se identifican células tumorales progenitoras de este tumor circulando por la sangre antes de que el tumor exista como tal en la glándula.
“Estamos intentado ganar terreno a una enfermedad que es una de las más difíciles de vencer, necesita mucha inversión y la concienciación de los políticos que diseñan estrategias de sanidad para que haya un trabajo en red, una infraestructura útil para los pacientes y obtengan el mejor de los tratamientos”, aboga el doctor Alfredo Carrato.
Los pacientes demandan
Esta jornada organizada por Acanpan refleja el trabajo que durante diez años ha realizado esta asociación en pro de potenciar la investigación y el acompañamiento sanitario de los pacientes de cáncer de páncreas.
“Solo un 8 % sobrevive a los cinco años del diagnóstico”, apuntó la presidenta de Acanpan, Cristina Sandín, quien citó datos de 2022 que, aunque bajos, suponen un incremento del 5% en la última década.
Por eso, pacientes, familiares, médicos e investigadores quieren seguir avanzando y se proponen los siguientes desafíos:
- La necesidad de impulsar la investigación de nuevas vías diagnósticas y de cribado para conseguir un diagnóstico temprano, directamente relacionado con el incremento de la supervivencia.
- La importancia de formar a los profesionales de Atención Primaria e insistir en la difusión de los signos y síntomas del cáncer de páncreas.
- La necesidad de crear una red de centros de referencia en cáncer de páncreas, así como protocolos coordinados de todas las disciplinas.
- Que médicos, investigadores y asociación de pacientes nos unamos con el fin de crear un plan conjunto para presentar a las autoridades fortaleciendo así nuestra capacidad de influencia en las instituciones.
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Ciencia y Salud
Espina bífida: urgencia por la jubilación anticipada
Con motivo del Día Nacional de la Espina Bífida, 21 de noviembre, la Federación Española de Asociaciones de Espina Bífida e Hidrocefalia (FEBHI) ha lanzado la campaña “Jubilación anticipada YA” para que las personas con esta enfermedad puedan beneficiarse del derecho a la jubilación anticipada como otras discapacidades similares y que todavía no tienen respuesta.
La federación ha preparado un informe, recopilando artículos y estudios donde la propia comunidad científica mundial muestra y concluye que, las personas con espina bífida, la malformación más grave compatible con la vida, sufren una significativa reducción de su esperanza de vida.
Este informe, junto al de otras diez discapacidades, se entregó al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en marzo de 2024 sin que hasta el momento haya ninguna respuesta.
La conclusión del informe es que, existe una mayor probabilidad de muerte con el aumento de la edad en las personas con espina bífida.
De hecho, algunos estudios hablan de una disminución de la esperanza de vida de hasta 26 años.
Este hecho hace que se sepa que pueden morir antes de disfrutar de la jubilación, si no se les reconoce el derecho a la jubilación anticipada.
La espina bífida
La espina bífida es una malformación congénita de la médula espinal que se produce en las primeras semanas del embarazo y provoca secuelas para toda la vida que, en la edad adulta, tienden a agravarse.
En general, esta malformación afecta a tres de los principales sistemas del organismo: el sistema nervioso central (SNC), el aparato locomotor y el sistema genitourinario.
Como resultado, la afectación del SNC, produce hidrocefalia (acumulación del Líquido Cefalorraquídeo en el cerebro) en un alto porcentaje de los casos y una falta de movilidad, sensibilidad y fuerza más o menos amplia con relación al nivel de localización de la lesión en la columna.
Además, estás secuelas se van agravando con el paso de los años, ocasionando más problemas de salud a estas personas.
Ocho puntos clave
Finalmente, la FEBHI incluye dentro de su manifiesto ocho puntos que consideran clave para las personas con espina bífida.
- Gratuidad del material sanitario y orto-protésico preciso de por vida. Eliminación de las diferencias territoriales en la asistencia sanitaria y en el acceso a tratamientos y medicamentos.
- Unidades interdisciplinares coordinadas en los Centros Hospitalarios que garanticen una atención especializada y eficaz a las personas con Espina Bífida en cada etapa de su vida.
- Campañas informativas, de prevención y sensibilización sobre la Espina Bífida y su realidad. Campañas destinadas a la sociedad con el apoyo del Ministerio de Sanidad y/o de Derechos Sociales.
- Servicios de Intermediación especializados que trabajen con las empresas para lograr la incorporación al mercado laboral de las personas con Espina Bífida.
- Que la Espina Bífida se incluya en el listado de discapacidades recogidas en el Real Decreto 1851/2009, de 4 de diciembre, sobre la anticipación de la jubilación de los trabajadores con discapacidad en grado igual o superior al 45 por ciento.
- Accesibilidad universal en productos, servicios y entornos.
- Educación inclusiva que garantice la libre elección de centro educativo, instalaciones adaptadas, los recursos de apoyo necesarios, menores ratios de grupo y sensibilizar a profesorado, dirección y alumnado sobre la Espina Bífida.
- Ocio inclusivo y dotación de recursos y apoyos para practicar deporte adaptado.
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Ciencia y Salud
Carmen Ayuso: “Toda investigación que se realice en enfermedades raras es siempre insuficiente”
La modalidad Gregorio Marañón, en Medicina y Ciencias de la Salud otorgada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, ha reconocido a través de los Premios Nacionales de Investigación en Medicina la trayectoria de Carmen Ayuso, cuya labor va orientada a la investigación genética, epidemiológica, clínica y terapéutica en enfermedades raras.
La doctora Ayuso ha participado en descubrimientos de nuevos genes y mecanismos patogénicos. También ha contribuido a visibilizar la genética como especialidad médica y a transformar el abordaje de las enfermedades con una visión traslacional. Todo ello desde la medicina personalizada y de precisión.
¿Qué es lo que le impulsó a especializarse en genética y enfermedades raras?
Me gusta decir que, en general, yo tengo vocación de médico y sigo teniéndola a lo largo de los años. Esa vocación de médico me impulsó a dirigirme hacia ámbitos que me permitieran combinar la labor asistencial junto con la labor de investigación.
Enseguida la genética me descubrió un tipo de pacientes y de enfermedades que eran aquellos a los que más nos podíamos dirigir con nuestra actividad tanto clínica como investigadora, que eran las enfermedades raras.
¿Se investigan poco las enfermedades raras?
Toda la investigación que se realice en enfermedades raras es siempre insuficiente. Es escasa porque son muchísimas, entre 6.000 y 7.000 y cada una de ellas afecta a un número muy limitado de personas. Esto hace que sea necesario desarrollar equipos de investigación muy sofisticados, muy bien preparados, con muchos recursos para tal vez enfocarse en un ámbito reducido.
Esa es la razón por la cual es necesario que cada vez haya más recursos, que visibilicemos las necesidades que tienen estos colectivos y que apoyemos a las organizaciones y a los investigadores que realizan este trabajo.
Dos organizaciones han sido de grandísima importancia para impulsar los avances en enfermedades raras:
En primer lugar, FEDER, que es la Federación Españolas de Enfermedades Raras. Ellos son nuestro impulso, la razón de ser de los investigadores y las enfermedades raras.
En segundo lugar, el CIBER (Consorcio de Investigación Biomédica en red en Enfermedades Raras), que dirige el doctor Pablo Lapucina, al cual tengo el honor de pertenecer.
Aglutina a más de 60 grupos de investigación de todo el territorio nacional. Trabaja desde los aspectos más básicos a nivel celular desde modelos animales, hasta los más aplicados en investigación con seres humanos, registros, pacientes… para acercar la ciencia a resolver los problemas fundamentales que tiene este colectivo en su diagnóstico y en su tratamiento.
¿Hay nuevos avances en las enfermedades raras de origen genético?
Hay muchísimos avances, pero me voy a fijar en dos, que son los más importantes porque afectan al diagnóstico y al tratamiento, respectivamente.
En el diagnóstico, el desarrollo de las técnicas de diagnóstico genómico, la secuenciación del genoma completo o del exoma completo nos está permitiendo acercarnos a los cerca de 5.000 genes que son responsables de estas 6.000 / 7.000 enfermedades. Y eso hace que en estos momentos podamos diagnosticar dependiendo del tipo de enfermedad, entre un 40 y un 50 % de las enfermedades raras.
Eso ha sido un avance espectacular que viene de la mano del desarrollo del conocimiento del genoma humano y de la tecnología de su secuenciación.
En segundo lugar, estarían los avances para el tratamiento. Estamos hablando de enfermedades que en un 80 % de los casos son de causa genética. Por ello, el desarrollo de tecnología para curar los genes y la edición genética con la terapia génica ha sido fundamental.
En este aspecto también nuestro Instituto de Investigación sanitaria ha desarrollado terapia génica en enfermedades oculares, pero también en enfermedades hematológicas o en enfermedades de la piel que nos están permitiendo avanzar en ese terreno.
¿Se tarda mucho en diagnosticar las enfermedades raras?
Las enfermedades raras tardan mucho en diagnosticarse en estos momentos y eso es un problema en todos los países. De hecho, uno de los objetivos de IRDIRC (Consorcio Internacional de Enfermedades Raras), es que se consiga diagnosticar la enfermedad rara en un plazo máximo de un año desde que se sospecha la enfermedad.
El plazo medio de retraso diagnóstico es de unos 5 años, según estima FEDER. Esto viene dado de la inaccesibilidad a los servicios de genética y a las técnicas de diagnóstico genómico que hemos tenido históricamente en todos los países.
Sin embargo, estoy segura de que el desarrollo de la cartera de servicios de nuestro Sistema Nacional de Salud en España va a venir a solucionar en gran medida este problema.
“Necesitamos tiempo para la reflexión, también en investigación, no solo hacer, sino también pensar. Tenemos que pensar cuáles son las prioridades de las de la investigación en biomedicina y estas prioridades vienen dadas por los retos sociales que tenemos. En estos momentos tenemos retos importantes como son el reto demográfico del envejecimiento de la población, las enfermedades crónicas… Debemos dedicarnos a anticiparnos a sus necesidades, a las necesidades de la sociedad en materia sanitaria. Hacer una medicina que sea más preventiva y menos reactiva“, señala Carmen Ayuso.
¿Hay suficientes medicamentos destinados a las enfermedades raras?
En estos momentos, la carencia fundamental que tienen los pacientes con enfermedades raras no sólo es la de acceder al diagnóstico, sino también la de disponer de tratamientos suficientes.
El segundo objetivo que tiene el IRDIRC es conseguir un número mayor de tratamientos disponibles para los pacientes. Pero hay que tener en cuenta que del mismo modo que los diagnósticos se han beneficiado del incremento del conocimiento de la tecnología, los tratamientos disponibles requieren de un proceso muy largo para su optimización y asegurarnos de que son seguros y efectivos.
Esta parte es la investigación que llamamos preclínica en los animales, de experimentación en los laboratorios básicos y luego la investigación clínica, los ensayos clínicos que muchas veces duran entre 10 y 15 años hasta que pueden ser accesibles para los pacientes.
Esto se une a dos dificultades durante la fase de desarrollo de los medicamentos y luego durante su disponibilidad para los pacientes en el Sistema Nacional de salud. Cuesta mucho dinero y muchos recursos poner en marcha un ensayo clínico, más aún si está dirigido a un número muy limitado de pacientes que están muy dispersos por todo el mundo.
¿Debería ser considerada o reconocida la genética como una especialidad más?
La biogenética debería ser reconocida como una especialidad sanitaria más. Es muy necesario porque somos el único país europeo que no dispone de ella. Además, no es solo un elemento instrumental para la medicina personalizada, sino que tiene connotaciones conceptuales de entender las bases genéticas y moleculares de las enfermedades. Tiene un cuerpo de conocimiento que requiere un desarrollo, una actualización, una interpretación de toda esa información que obtenemos con tecnología.
Aun así me consta que se están haciendo esfuerzos por parte de las asociaciones científicas, en este caso la Asociación Española de Genética Humana y también del Ministerio de Sanidad, para lograr conseguirlo.
¿Qué retos éticos presenta la genómica?
La genómica presenta muchos retos éticos.
El primero, son retos de justicia social que un colectivo importante de personas que están enfermas como consecuencia de tener un problema genético tienen dificultades para acceder con plenitud al Sistema Nacional de salud. Ese a mi modo de ver, es el reto social mayor desde el punto de vista ético.
También la utilización de las herramientas genómicas de una manera despreocupada, sin velar por la protección de la privacidad de las personas, puede conllevar riesgos importantes. Por eso se están desarrollando multitud de cuerpos legislativos de regulación ético-legal para evitar que se haga un uso poco ético de los datos de las personas, de los datos genéticos.
Tenemos que velar por la autonomía, por los derechos de las personas que muchas veces no desean saber algunos aspectos de su enfermedad.
Necesitamos tiempo para la reflexión, también en investigación, no solo hacer, sino también pensar. Tenemos que pensar cuáles son las prioridades de la investigación en biomedicina y estas prioridades vienen dadas por los retos sociales que tenemos.
Por primera vez dos mujeres han sido galardonadas en la categoría de Ciencias físicas y Medicina. ¿cómo no se ha dado antes?
El reconocimiento de las mujeres en el liderazgo de la investigación ha ocurrido sólo en los últimos años y todavía es muy parcial.
El porcentaje de mujeres que realizan investigación supera con creces el 50 %. Sin embargo, no alcanzan los puestos de liderazgo nada más que en un escasísimo porcentaje de los casos. Esto se debe a razones culturales, a la falta de visibilidad, al poco empoderamiento de las propias mujeres para postularse como líderes. También las dificultades que hay de conciliar la vida profesional y la vida personal.
Ha sido necesario que los organismos internacionales, estatales y las propias asociaciones de mujeres den diferentes pasos para evitar que eso ocurra.
Una de las acciones ha tenido lugar en la convocatoria de los últimos Premios Nacionales. Este año se ha incluido la necesidad de que las instituciones que presentan las candidaturas, lo hiciesen de manera paritaria. De este modo han aparecido tanto hombres como mujeres. Ha sido una estupenda idea del Ministerio que ha servido para favorecer la visibilidad de las mujeres y ha tenido éxito.
¿Qué supone recibir el Premio Nacional de Investigación en Medicina?
Haber recibido este premio me evoca 3 sentimientos o 3 reflexiones:
La primera, alegría. Estoy muy contenta porque reconoce un trabajo no solo individual en mi persona, sino el trabajo de generaciones de científicos de mi entorno. Primero mis maestros, luego mis colaboradores, luego mis colegas y también y sobre todo mis pacientes.
En segundo lugar, evoca responsabilidad particularmente hacia aquellos que tienen enfermedades raras, porque tienen sus esperanzas puestas en nosotros.
Y por último -y seguramente lo más importante-, agradecimiento a todos aquellos que han hecho posible construir una carrera profesional con muchas luces, pero también con algunas sombras y que están dentro de las instituciones a las cuales debo el haber podido desarrollar esta carrera.
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