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Ciencia y Salud

El consumo de hipnosedantes en España se dispara en los últimos 17 años

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hipnosedantes España

El estudio “Consumo de hipnosedantes en España: caracterización y tendencias temporales, 2005-2022”, publicado en la revista científica de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SEPAS), también identifica los cambios en el perfil de los consumidores de estos fármacos -utilizados para tratar el insomnio y la ansiedad-, así como las variaciones regionales.

Para hacer el estudio, las investigadoras utilizaron datos de la Encuesta sobre Uso de Alcohol y otras Drogas en España (EDADES), analizaron el consumo en los últimos 30 días, desglosado por sexo, edad y comunidad autónoma entre 2005 y 2022 y, entre otras cosas, evaluaron la tendencia temporal de las prevalencias.

Más mujeres

Los datos muestran que entre 2005 y 2022 aumentó la prevalencia del consumo de hipnosedantes en España de un 3,7 % a un 9,7 %, con un porcentaje de cambio anual del 4,7 %. Y el mayor incremento lo protagonizan las mujeres de 55 a 64 años: el 21,4 % es consumidora.

En general, la prevalencia de consumo en las mujeres es un 65 % mayor que en los hombres, con un 12.1 % frente al 7,3 %. El motivo, según la investigación, podría residir en la mayor incidencia de diagnósticos de trastornos de somatización, ansiedad y depresión entre ellas. Pero también en una mayor predisposición a buscar ayuda profesional y una mayor concienciación sobre la salud mental.

Así, según el estudio, los consumidores de hipnosedantes son predominantemente mujeres, adultos mayores, personas con niveles educativos más bajos, desempleados y personas que han consumido tabaco o cannabis recientemente.

Hipnosedantes España
EFE/Ana Escobar

Las causas

En España, el aumento del uso de hipnosedantes se ha asociado a un incremento de los trastornos de ansiedad y depresión provocados por las dificultades familiares y económicas, el estrés laboral, las incertidumbres y los cambios sociales derivados de la crisis económica de 2008.

El pico máximo de consumo fue en 2022, un fenómeno que según el estudio ocurrió también en otros lugares, no solo en España, a causa de los efectos psicológicos de la pandemia.

“El estrés, la ansiedad, el insomnio, el aislamiento social, las preocupaciones relacionadas con el trabajo y la incertidumbre sobre el futuro contribuyeron al aumento de la demanda. Esta situación, junto con la saturación del sistema sanitario, podría haber llevado a una rápida prescripción de hipnosedantes en respuesta a las demandas de los pacientes”, indica el estudio.

Los jóvenes

El estudio también muestra un aumento progresivo del consumo de hipnosedantes entre los jóvenes de 15 a 24 años, de hecho, son la cuarta sustancia más consumida entre los estudiantes de Secundaria: alrededor del 20 % de los estudiantes españoles en 2021 los había probado. Una tendencia que también se repite a nivel europeo.

Entre las causas citadas en el trabajo de las investigadoras de la Universidad de Santiago de Compostela, se encuentran el estrés por la presión académica, la dependencia social, los problemas de imagen corporal, las dificultades económicas y la incertidumbre sobre el futuro.

Hipnosedantes España
EFE/ Manu Reino

Asimismo, la “accesibilidad” a estos fármacos en el hogar puede jugar un “papel crucial” en el consumo por parte de los jóvenes.

“Los padres, sobre todo las madres, pueden ofrecerlos para aliviar la angustia de sus hijos, sin ser conscientes de los peligros asociados. Varios estudios relacionan el consumo entre los jóvenes con determinantes sociales como el menor nivel educativo de los padres”, añade el estudio.

Nacer en España, factor asociado

Las investigadoras indican que nacer en España también parece ser un factor asociado al uso de hipnosedantes debido a diferentes factores demográficos, socioeconómicos, culturales y del sistema sanitario.

En este sentido, abundan en que las normas culturales en torno al manejo del estrés y el “fácil” acceso a los medicamentos podrían haber contribuido al aumento del uso entre los españoles.

Pasar a la acción

El estudio incide en que el consumo excesivo de los hipnosedantes en España agrava las desigualdades en salud mental, y considera necesario implementar políticas que garanticen un acceso equitativo a la asistencia sanitaria y proporcionen “un sólido apoyo social”.

Las autoras lamentan la inexistencia de datos nacionales e internacionales comparables sobre el consumo entre las mujeres de 55 a 64 años y el año, ya que limita la capacidad de “interpretar plenamente” este dato.

Por eso, abogan por la puesta en marcha de investigaciones adicionales que proporcionen tasas de prevalencia recientes, categorizadas por sexo y grupo de edad, “para permitir comparaciones más significativas y una mejor comprensión de las tendencias”.

Pero, ademas del aumento entre las mujeres de más edad, los resultados a juicio de la investigadoras, reflejan la necesidad de una investigación centrada en los factores que impulsan el consumo entre los grupos demográficos más jóvenes “debido al preocupante aumento” del consumo entre este grupo poblacional.

Sostienen que los planes de salud deben actualizarse periódicamente para abordar el uso de hipnosedantes mediante la incorporación de medidas preventivas, intervenciones específicas y servicios de salud mental.

Estas actualizaciones, a juicio de la autoras, mejoran la coordinación de la atención y la gestión de los problemas relacionados con las sustancias, así como amplían el acceso al tratamiento.

“Este estudio proporciona una base para futuras investigaciones que exploren las causas subyacentes de estas tendencias y evalúen la eficacia de las intervenciones implementadas”, señala el estudio publicado en la revista científica de SESPAS .

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Ciencia y Salud

Azoospermia: una de las principales causas de infertilidad masculina

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La azoospermia puede ser resultado de diversos factores que afectan la producción, transporte o maduración de los espermatozoides.

Tipos de azoospermia

Según la Clínica Universidad de Navarra (CUN), existen dos grandes tipos de azoospermia, definidos por su causa:

  • Azoospermia obstructiva: Se produce cuando hay una obstrucción en los conductos que transportan los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra. Esta obstrucción puede localizarse en el epidídimo, los conductos deferentes o la uretra.
  • Azoospermia no obstructiva: Se debe a una alteración en la producción de espermatozoides en los testículos. Las causas más frecuentes incluyen anomalías genéticas, disfunción testicular primaria o trastornos hormonales.

Causas frecuentes de la azoospermia

La CUN identifica que las causas de esta alteración se agrupan en tres categorías, según el momento del proceso reproductivo en que se produce la alteración:

  • Pretesticulares: Problemas hormonales que interfieren con la producción espermática.
  • Testiculares: Alteraciones propias del tejido testicular, como varicocele, orquitis, criptorquidia o daño testicular por quimioterapia o radiación.
  • Postesticulares: Obstrucciones o malformaciones anatómicas que impiden la salida de espermatozoides. Ejemplos: vasectomía previa, quistes del conducto eyaculador, fibrosis quística congénita.
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Imagen de archivo de muestra de semen. EFE/MORELL

Tratamiento de la azoospermia

El tratamiento dependerá de la causa identificada:

  • Terapia hormonal: En casos de origen pretesticular, se utilizan gonadotropinas o testosterona para estimular la espermatogénesis.
  • Intervención quirúrgica: Reparación de obstrucciones, reversión de vasectomía o reconstrucción de conductos deferentes.
  • Técnicas de reproducción asistida: Como la extracción de espermatozoides mediante biopsia testicular y su uso en fecundación in vitro (FIV) o microinyección espermática (ICSI).
  • Corrección del varicocele: En determinados casos, su tratamiento puede mejorar la producción espermática.

Impacto psicológico y social

El diagnóstico de azoospermia puede afectar de forma significativa la salud emocional del paciente. Según la CUN, es frecuente que surja:

  • Ansiedad y síntomas depresivos
  • Baja autoestima
  • Estrés en la relación de pareja

El acompañamiento psicológico debe formar parte integral del abordaje clínico.

Prevención y autocuidado

Aunque no siempre se puede prevenir, la Clínica Universidad de Navarra (CUN) asegura que existen medidas que pueden reducir el riesgo de azoospermia:

  • Evitar exposición prolongada a radiación o productos tóxicos.
  • Tratar infecciones genitales de forma precoz.
  • Realizar controles urológicos regulares.
  • Consultar al especialista en caso de antecedentes familiares.

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Cuando sudar deja de ser normal: el 5 % de la población sufre hiperhidrosis crónica

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La hiperhidrosis, o sudoración excesiva, es una condición médica que puede llegar a empapar la ropa o incluso hacer que el sudor gotee de las manos, sin que medien calor extremo ni ejercicio físico.

“Esta patología, muchas veces infradiagnosticada, requiere un enfoque clínico personalizado desde el primer momento para descartar causas secundarias y definir el tratamiento más adecuado”, explica el doctor Daniel Andrades Sardiña, especialista en dermatología del Hospital Quirónsalud Huelva.

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Doctor Daniel Andrades Sardiña, especialista en dermatología del Hospital Quirónsalud Huelva. Foto cedida

Impacto emocional de la hiperhidrosis o sudar en exceso

Más allá de lo físico, el impacto emocional de la hiperhidrosis es profundo. Quienes la padecen pueden experimentar ansiedad social, vergüenza y hasta cuadros depresivos.

La sudoración excesiva interfiere en actividades cotidianas, dificulta las relaciones interpersonales y laborales, y lleva a muchas personas a evitar situaciones sociales por miedo al rechazo o la incomodidad.

A menudo, el simple hecho de estrechar una mano o levantar el brazo en público se convierte en un gesto que se intenta evitar a toda costa.

El diagnóstico se basa principalmente en la historia clínica y en la valoración directa del paciente, aunque en algunos casos se pueden realizar pruebas específicas que ayudan a determinar la localización, intensidad y tipo de sudoración.

Los especialistas distinguen entre hiperhidrosis primaria —sin causa aparente, generalmente localizada en palmas, plantas o axilas— y secundaria, asociada a otras patologías o fármacos.

Terapias diversas

El abanico terapéutico ha crecido en los últimos años. En los casos leves, pueden bastar antitranspirantes de uso tópico, que ayudan a reducir la actividad de las glándulas sudoríparas. También existen medicamentos orales con efecto anticolinérgico que, aunque eficaces, requieren control médico por sus posibles efectos secundarios.

Una opción muy utilizada en la actualidad es la toxina botulínica, que bloquea temporalmente los nervios responsables de activar las glándulas del sudor, con resultados notables durante varios meses.

En los casos más resistentes, se puede recurrir a técnicas como la iontoforesis —un tratamiento que aplica corriente eléctrica de baja intensidad para frenar la sudoración— o incluso la simpatectomía torácica endoscópica, una intervención quirúrgica que interrumpe los nervios simpáticos responsables de la sudoración. Esta última opción se reserva para situaciones graves en las que los tratamientos menos invasivos no han funcionado.

El abordaje de la hiperhidrosis debe ser integral y adaptado a cada paciente. No se trata solo de controlar un síntoma físico, sino de mejorar la calidad de vida de quienes conviven con una afección que limita su bienestar personal, social y profesional.

Acudir a un especialista en cuanto se detectan síntomas persistentes de sudoración excesiva es el primer paso hacia una solución efectiva.

La hiperhidrosis tiene tratamiento, y con el diagnóstico adecuado, dejar de sudar en exceso no es solo posible: es esperanzadoramente alcanzable.

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La cara B de las vacaciones: cuando no somos capaces de descansar ni desconectar

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Las vacaciones, si bien están consideradas como un periodo para descansar, puede ser una época un poco compleja por algunas situaciones. Entre ellas, el cambio radical de nuestros hábitos, rutinas y escenarios, tal y como explica a EFEsalud la psicóloga y vocal de la Junta del Gobierno del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, Olga Merino.

“Puede generar algún problema, no es realmente una patología, sino cuadros de desadaptación, estrés adaptativo, que es un estrés gestionable. Al principio puede descolocar y puede tener muchos orígenes”, apunta Merino.

La dificultad para desconectar

En este sentido, la psicóloga subraya que entre las causas se encuentra la dificultad de desconectar tanto del trabajo como de las tecnologías. También las redes sociales pueden tener algo que ver porque en ellas se plasman unas vacaciones que no están al alcance de cualquiera.

Merino afirma que las redes pueden generar la necesidad de hacer muchas cosas. Vemos que hay gente que exprime el verano al máximo, sin parar hasta el último minuto, y para quien lo está viendo al otro lado del móvil cabe la posibilidad de que le cree estrés o ansiedad al querer imitar esas conductas.

“Es muy importante resaltar que normalmente no es patológico, en la mayor parte de los casos pasa tras la adaptación a las nuevas circunstancias fruto del estrés, que suele ser a niveles bajos”, apunta.

Vida con prisas

Pero también puede ocurrir que no estemos pasando por un buen momento personal sin ser conscientes de ello, y cuando frenamos en vacaciones, ese malestar aflora.

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EFE/Javier Etxezarreta

Hay que tener en cuenta que durante el resto del año vamos a todos los lados con prisas, con un ritmo frenético y con un estado de estrés crónico. Cuando eso cambia, nos afecta, porque nuestro cuerpo está diseñado para estar en esa alerta, con un gasto físico, cognitivo y emocional continuo.

“Cuando de repente paran las demandas, el cuerpo tiene, digamos, como un choque, y es cuando emergen todas las sintomatologías, las tensiones emocionales, físicas y cuando realmente caemos. De hecho, algo muy frecuente es que normalmente cuando comienzan las vacaciones la gente dice, ‘qué casualidad que empiezan las vacaciones y me ha pasado esto o me ha pasado lo otro’”, argumenta la psicóloga.

De hecho, Merino asegura que cuando empiezan las vacaciones “hay muchos casos de ictus por ese cambio tan brusco de requerimientos de alto nivel, adherente a una época de descanso donde el cuerpo no sabe cómo reaccionar”.

Pautas para el merecido descanso

Por todo ello, lo más importante, en primer lugar, es tratar en la medida de lo posible que haya una transición progresiva, e ir desconectando poco a poco.

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EFE/Doménech Castelló

También ayuda mucho tener ciertas rutinas de sueño, de alimentación y ejercicio, unas pautas, en definitiva, de autocuidado.

“Y es importante dejar cierto margen y flexibilidad para la improvisación, para el descanso. A veces ocupamos tanto nuestro tiempo porque queremos hacer mil cosas, porque lo hemos visto, porque queremos hacer 200 planes que no nos da tiempo y no dejamos tiempo para el aburrimiento, que es fundamental para la creatividad, para poder desarrollarnos a nivel cognitivo y emocional”, afirma.

La importancia de descansar en vacaciones

Descansar en vacaciones también significa tratar de hacer una desconexión digital, porque el móvil o la tablet nos roban el descanso.

“Si de verdad queremos tener los efectos positivos del descanso, es clave la desconexión digital”, afirma la psicóloga, quien apunta que lo recomendable es un modelo híbrido, es decir, chequear el correo, internet o las redes como dos o tres veces al día, pero no estar todo el rato pendiente de las notificaciones.

No es fácil conseguir descansar porque, insiste la experta, estamos programados para no parar, “vivimos en el hacer, no el ser” a pesar de que es fundamental hacerlo.

Este periodo de descanso es la dosis de oxigenación para sobrellevar “la alta exigencia” del día a día.

“Si no rompemos esa rutina, lo que pasa es que no nos oxigenamos y de alguna manera, cada vez más esa sensación o ese estrés, esos requerimientos diarios, pueden acabar generando una patología porque no tenemos estrategias para hacerle frente”, zanja la psicóloga.

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