Connect with us

Ciencia y Salud

¿Es posible borrar recuerdos traumáticos?

Almacenamos muchos recuerdos, pero hay cierta facilidad para que el cerebro guarde aquellos que son malos.

Publicado

el

Hace años que no se tienen noticias de Ulises. Podría haber muerto en la guerra de Troya. Su hijo, Telémaco, visita a Menelao y a su mujer, Elena, en busca de información sobre su padre. Allí asiste a un banquete en el que Menelao recuerda las hazañas del rey de Ítaca.

En ese momento, los comensales caen en una profunda tristeza al recordarle. Pero Elena ordena a los criados servir nepenthes, la bebida del olvido.

«Quien tome de esta bebida calmará todos sus males y será incapaz de sentir tristeza, puesto que hace olvidar los recuerdos dolorosos». Es entonces cuando la felicidad retorna a los allí presentes.

De esta manera lo narra Homero en el canto IV de la Odisea. Pero ¿así de fácil se olvida un recuerdo traumático? ¿Existe alguna evidencia científica que lo pruebe?

¿Por qué esa facilidad para recordar lo malo?

Nuestra memoria almacena muchas de las cosas que nos suceden durante el día, pero gran parte acaban por olvidarse. Sin embargo, tenemos cierta facilidad para guardar los malos recuerdos, a pesar de no ser un proceso gratuito: nuestro sistema nervioso necesita modificar ciertos circuitos neuronales, con la consiguiente síntesis de proteínas y gasto de energía celular.

Resulta curioso: todo este esfuerzo para guardar un recuerdo que seguramente nos deje secuelas psicológicas y que, en el peor de los casos, nos ocasione un trastorno de estrés postraumático. ¿Por qué?

Parte de la explicación se basa en que estas experiencias negativas están fuertemente asociadas a emociones. Y nuestro cerebro clasifica y guarda recuerdos en función de su utilidad, considerando que aquellos vinculados a emociones son útiles para nuestra supervivencia.

Si hemos pasado muchísimo miedo al atravesar una zona peligrosa de nuestra ciudad, el cerebro lo almacena para que no lo volvamos a hacer.

Ilustración de un cerebro y un rompecabezas
Pie de foto,La neurociencia parece haber encontrado algunas piezas del puzle para desentrañar cómo es el proceso para guardar o borrar un recuerdo.

La situación se complica cuando la experiencia es realmente traumática. En este caso, nuestro órgano pensante tiende a esconder esas vivencias, pero las guarda sin procesar. Como mecanismo rápido de defensa está bien.

El problema llega cuando, por la razón que sea, los malos recuerdos vuelven a aparecer. Entonces el daño puede ser muy grande al tratarse de experiencias que se han archivado «sin cocinar».

Luz y sonido para eliminar experiencias traumáticas

La neurociencia parece haber encontrado algunas piezas del puzle que nos pueden ayudar. Hasta el más mínimo factor podría desempeñar un papel importante a la hora de determinar si guardamos o borramos un recuerdo.

Por ejemplo, la luz, algo tan común y que nos afecta a todos, también a las moscas (Droshopila melanogaster), capaces de olvidar eventos traumáticos cuando se mantienen en oscuridad. Y todo gracias a una proteína que actúa como moduladora de la memoria y que, y esta parte nos interesa, está evolutivamente muy conservada.

O dicho en otras palabras, se halla presente en todos los animales, humanos incluidos. La explicación puede ser relativamente sencilla: la luz actúa como moduladora de las funciones cerebrales, el mantenimiento de la memoria incluido.

Los sonidos son otra pieza importante, especialmente cuando dormimos. Elsueño es fundamental para el procesamiento de la memoria.

Durante el día nuestro cerebro instala aplicaciones (recuerdos) y durante la noche las actualiza. De esta manera, la memoria recién adquirida se iría transformando en memoria a largo plazo durante el descanso nocturno.

Siguiendo este razonamiento también podríamos hacer lo contrario: usar estímulos, en este caso auditivos, para desinstalar las vivencias negativas, tal y como aseguran investigadores de la Universidad de York (Inglaterra) en un estudio reciente.

A pesar de que este tipo de estudios aún están en fase experimental, podrían resultar de gran utilidad para desarrollar futuras terapias que permitan debilitar los recuerdos traumáticos a base de estímulos auditivos mientras dormimos.

Fármacos prometedores

Algunos de ustedes estarán preguntándose si en el futuro venderán píldoras de luz o pastillas de sonido que nos ayuden a olvidar los malos recuerdos. No tenemos la respuesta, pero sí la evidencia científica de que algunos medicamentos ya existentes podrían contribuir al borrado de la memoria traumática.

El propanolol, por ejemplo, fármaco utilizado para el tratamiento de la hipertensión arterial y que permite olvidar un trauma aprendido a los animales de experimentación.

La clave podría estar en una proteína de las neuronas que determina si los recuerdos tienen que modificarse o no. Si esta proteína se degrada, los recuerdos se vuelven modificables, y si está presente, se mantienen.

Pese a que se trata de trabajos realizados en animales de experimentación, son un excelente modelo para estudiar el sistema nervioso. El cerebro humano, aunque similar, es más complejo. Vayamos, entonces, a él.

Pastillas analgésicas
Pie de foto,Hay estudios que determinan que la hidrocortisona, un antiinflamatorio, podría favorecer el proceso de olvido de recuerdos intrusivos.

Las experiencias traumáticas son muy difíciles de olvidar y afectan gravemente a las personas que las sufren.

Esto mismo pensaron los investigadores del London University College que acaban de publicar un estudio donde describen cómo la hidrocortisona -un fármaco antiinflamatorio de uso habitual para el tratamiento de la artritis- podría favorecer el proceso de olvido de recuerdos intrusivos si se administra después de un acontecimiento traumático.

Curiosamente, el efecto fue distinto en mujeres y hombres, dependiendo del nivel de hormonas sexuales en su organismo. Por ejemplo, los varones con altos niveles de estrógeno presentaban menos recuerdos traumáticos.

En mujeres ocurría lo contrario: los elevados niveles de estrógeno las hacían mas susceptibles a los malos recuerdos tras el tratamiento con hidrocortisona. Esto demuestra que un mismo fármaco puede tener efectos contrarios en unas personas que en otras; de ahí la importancia de la investigación con perspectiva de género.

En la actualidad,la hidrocortisona sólo ha resultado eficaz cuando se administra durante las horas inmediatamente posteriores al trauma o antes de dormir, cuando el recuerdo se consolida. No obstante, la ciencia sigue avanzando con la esperanza de acelerar el proceso natural de olvido y limitar la angustia psicológica a largo plazo.

Es cierto que este tipo de estudios tiene algunas limitaciones, como que la forma de provocar estímulos traumáticos de forma experimental puede no reflejar la gravedad de los recuerdos que ocurren tras una mala experiencia en la vida real.

Aun así, abre nuevas puertas en el estudio de nuevos tratamientos para las víctimas de estrés postraumático. Y tal vez, incluso, la posibilidad de borrar los malos recuerdos que les impiden llevar una vida normal.

No sabemos que ocurrirá en el futuro, pero si usted se lo pregunta le recomendamos ver «¡Olvídate de mí!» (2004). Quizá encuentre alguna pista de lo que está por venir.

*Jose A. Morales García es Profesor e investigador científico en Neurociencia de la Universidad Complutense de Madrid (España).

Fuente

Ciencia y Salud

Escombroidosis: intoxicación por pescado azul contaminado

Publicado

el

¿Cómo se trata la escombroidosis? EFE/ Purificación León

Según la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), el origen de la escombroidosis o “síndrome de intoxicación histamínica” radica en la cadena de frío rota.

Si el pescado se mantiene a más de 4 ºC tras ser capturado, se favorece la proliferación de bacterias que inducen la formación de grandes cantidades de histamina hasta cantidades tóxicas en apenas dos horas si la temperatura supera los 20 ºC.

Los pescados más involucrados pertenecen a la familia Scombridae y Scombrososidae, como el atún, la caballa y el bonito, aunque también se han documentado casos con peces no escómbridos como el pez espada, la sardina, el arenque o el salmón.

Medidas preventivas ante la escombroidosis

Aunque el pescado fresco contiene niveles muy bajos de histamina (alrededor de 1 mg por cada 100 gramos), cuando se produce esta alteración bacteriana puede alcanzar entre 50 y 400 mg/100 g, cantidad suficiente para desencadenar la intoxicación.

La medida preventiva más eficaz es garantizar una refrigeración adecuada del pescado desde el momento de la captura hasta su consumo. Asimismo, la SEMERGEN indica que los controles sanitarios en el transporte, almacenamiento y manipulación son esenciales para evitar que se alcance la concentración peligrosa de histamina.

escombroidosis
Pieza de atún. EFE/Mar Sánchez-Cascado

Síntomas de la escombroidosis

Los síntomas aparecen entre minutos y pocas horas después de la ingesta, y son consecuencia directa de la acción vasodilatadora de la histamina.

La SEMERGEN indica que los principales signos clínicos incluyen:

  • Enrojecimiento en la cabeza y el cuello.
  • Erupción cutánea tipo urticaria en cara y parte superior del tronco.
  • Ardor, picor o edema alrededor de la boca.
  • Náuseas, vómitos, diarrea y calambres abdominales.
  • Dolor de cabeza pulsátil y palpitaciones.

A diferencia de otras intoxicaciones alimentarias, la escombroidosis no deja secuelas y los síntomas suelen desaparecer espontáneamente entre 12 y 48 horas, incluso sin tratamiento específico.

Tratamiento

En la mayoría de los casos, el tratamiento se limita al uso de antihistamínicos H1, que ayudan a controlar la reacción vasodilatadora. En episodios más severos, según SEMERGEN, puede requerirse la administración de adrenalina para frenar la respuesta histamínica.

El pronóstico es favorable. No se han documentado efectos a largo plazo y la recuperación completa es la norma, siempre que no haya complicaciones asociadas.

Aun así, es fundamental informar y concienciar tanto a consumidores como a profesionales del sector alimentario sobre la importancia de mantener la cadena de frío para evitar esta intoxicación.

La entrada Escombroidosis: intoxicación por pescado azul contaminado se publicó primero en EFE Salud.

Seguir leyendo

Ciencia y Salud

TRIBUNA | El triple escudo sanitario en la endoscopia digestiva

Publicado

el

Endoscopia digestiva.

Especialista en aparato digestivo y responsable de Seguridad del Paciente de la Unidad de Endoscopias del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, el Dr. José Carlos Marín Gabriel es experto en endoscopia digestiva avanzada y consulta de alto riesgo de tumores digestivos.

Además, es profesor asociado en la Facultad de Medicina de la madrileña Universidad Complutense (UCM), forma parte del Comité de Endoscopia de la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO) y dirige el Departamento Científico del Instituto Clínico del Aparato Digestivo (ICAdig).

Coautor de 63 artículos en revistas científicas reputadas y autor de seis capítulos de libro y de otros ocho en coautoría, el Dr. Marín Gabriel ha participado como ponente científico en numerosos congresos de ámbito nacional e internacional.

Úlceras gastroduodenales.

La endoscopia digestiva segura, protector entre bambalinas

Por el Dr. José Carlos Marín Gabriel

Llega al hospital en ayunas, nervioso y algo preocupado por lo que pueda aparecer en la endoscopia que le van a realizar.

Le han explicado que va a hacerse un procedimiento breve. En la recepción le reciben con amabilidad, confirman su identidad y le acompañan a los vestuarios. Allí le preguntan si ha traído el consentimiento firmado, si está en ayunas, si toma medicación o tiene alguna alergia. Y van rellenando el documento que llevan en mano. Cuando está preparado, le acompañan a la sala de endoscopia.

Al entrar en el gabinete de exploraciones, la circulación de profesionales en su interior se vuelve aún más precisa. El médico se presenta y le saluda por su nombre, concluyendo con un tono amable y ligeramente interrogativo para confirmar, una vez más, que efectivamente es usted. El resto del personal le saluda igualmente, presentándose. Le recuerdan en qué consiste la prueba, asegurándose de que está usted informado de los pormenores del procedimiento que le van a realizar.

Mientras tanto, una enfermera le coloca con delicadeza el pulsioxímetro y un sistema de aporte extra de oxígeno. Otro miembro del equipo revisa que todo el material esté listo. Simultáneamente, el personal de enfermería y su anestesista —o el endoscopista que procederá a sedarle— le hacen preguntas adicionales y más detalladas sobre sus problemas de salud. Le canalizan una vía y pronto empieza a sentir el efecto de la sedación. “¿Con qué le gustaría soñar?” puede ser lo último que oiga en un breve espacio de tiempo.

Al despertar, está en una zona de recuperación. Allí hay otros profesionales vigilando su evolución y la de otros pacientes como usted. Le explican que todo ha salido bien, le entregan el informe, le dan algunas recomendaciones para las horas siguientes y le ayudan a prepararse para volver a casa, con su acompañante.

Quizás no lo sepa, pero además del periplo que supone el procedimiento en sí, ha realizado usted un recorrido adicional. Casi imperceptiblemente, ha pasado a través de un delicado engranaje de seguridad: personas altamente cualificadas, tecnología y protocolos asistenciales trabajando al unísono para que su experiencia con la endoscopia digestiva sea segura, de máxima calidad y lo más confortable posible.

¿Es segura la endoscopia? Datos sobre la mesa

A pesar de ser exploraciones leve o moderadamente invasivas, el perfil de seguridad de la endoscopia digestiva es muy elevado. Los datos muestran que, las complicaciones graves —como hemorragias o perforaciones— ocurren en menos de 1 de cada 1.000 procedimientos diagnósticos, y la mayoría se resuelven sin mayores consecuencias. Pero, adicionalmente, se aplican protocolos estandarizados que han reducido aún más estos incidentes.

En estudios recientes, más del 95 % de los pacientes completan la prueba sin ningún problema relevante. Esta baja incidencia no es fruto del azar, sino del continuo trabajo de un amplio equipo de profesionales con un objetivo común: mejorar su seguridad como paciente.

Y así, en la última década se han incorporado medidas basadas en la evidencia como las listas de verificación, también conocidas como “checklist”, inspiradas en la cirugía. Estas herramientas permiten confirmar en voz alta y registrar sus características individuales que pueden suponer puntos críticos para la seguridad del procedimiento.

Pero los “checklists” no son la única arma frente a los problemas de seguridad. En la práctica de la endoscopia digestiva existen múltiples controles: la formación continua del personal, la comprobación activa de su identidad, la confirmación del procedimiento a realizar, la revisión de las alergias y medicaciones, el chequeo de los equipos médicos, una monitorización precisa durante la sedación y una rigurosa desinfección del material, que sigue meticulosos protocolos para evitar cualquier riesgo de contagio entre pacientes, también forman parte del entramado que salvaguarda su bienestar.

Errores médicos en la endoscopia digestiva: prevención y diseño de sistemas

Tiempo atrás, los errores médicos se atribuían casi exclusivamente a fallos individuales: “el médico se equivocó…” o “la enfermera se despistó…” eran las explicaciones más habituales. Este enfoque culpabilizador, además de injusto, resulta ineficaz para mejorar la seguridad del paciente y prevenir sucesos similares.

En la actualidad, sin embargo, sabemos que incluso los profesionales más capacitados pueden cometer errores si trabajan a contrarreloj, con excesiva presión asistencial, en entornos donde hay problemas en la comunicación o si faltan protocolos de trabajo bien establecidos.

En medicina, los errores nunca son el fruto de una única causa. Por eso, el enfoque moderno apuesta por analizar el contexto en el que ocurren los fallos, entendiendo que los errores son síntomas de debilidades del sistema y no problemas relacionados con una mala práctica.

El hecho es que estos errores se producen por una serie de factores que se alinean y llevan al evento adverso. Como si una flecha atravesara una hilera de agujeros, puestos en continuidad, de las lonchas de un queso cheddar. A esto, se le denomina metafóricamente “modelo del queso suizo” y fue propuesto por el psicólogo James Reason. Cada loncha representa una barrera de seguridad (como un protocolo, una alarma o una lista de verificación), y los agujeros son las debilidades o pequeños fallos en cada uno de esos sistemas de protección. Y cuando varios agujeros se alinean, la probabilidad de que se produzca un evento adverso se incrementa notablemente.

Imagine, por ejemplo, la siguiente situación. Un paciente presenta un sangrado digestivo grave después de una colonoscopia en la que se le extirpa un pólipo. El paciente tomaba anticoagulantes que no se le retiraron antes del procedimiento. Esto aumenta drásticamente el riesgo de sangrado. Sin embargo, el endoscopista extrajo el pólipo porque desconocía que el paciente estaba anticoagulado. En este ejemplo, fallaron diferentes barreras de seguridad.

Este evento adverso podría haberse evitado antes de la prueba con el registro específico del uso de anticoagulantes en el documento de petición, identificando la falta de suspensión del anticoagulante con una lista de verificación antes de pasar a la sala o mediante una revisión cuidadosa de la medicación que tomaba el paciente y una comunicación fluida entre el personal de la sala. Y, por supuesto, por parte del propio paciente, tomando un papel activo señalando esta particularidad de su tratamiento. El objetivo de todo esta red sutil y bien coordinada permite que, aunque alguna debilidad del sistema sea superada, el resto de sus capas impidan que se convierta en un problema real.

Y, cuando ya ha sucedido un evento adverso, se deben estudiar sus posibles causas. Estos análisis, lejos de castigar, buscan estimular el aprendizaje del equipo y permiten tomar medidas con rapidez para que el problema no vuelva a aparecer.

Este tipo de incidencias imprevistas y no deseadas en las que se produce un daño, o existe el riesgo de que se produzca, se denominan sucesos centinela. Estas situaciones actúan como una señal de alerta e indican que es necesario examinar a fondo el evento. Esta investigación permite identificar errores latentes del sistema que llevaron a que el incidente ocurriera y actuar en consecuencia para corregir las debilidades.

En definitiva, más que señalar culpables, resulta imprescindible formar al personal para que detecte los fallos a tiempo y se refuercen los mecanismos que evitan que estos errores alcancen al paciente.

Participe en su seguridad: usted también es protagonista

Aunque la endoscopia digestiva es un procedimiento seguro y, por lo general, bien estandarizado, su papel como paciente es clave para reforzar su seguridad.

Participar activamente empieza mucho antes de entrar a la sala de endoscopia: informe con precisión al médico que le solicitará la prueba sobre sus enfermedades previas, tratamientos habituales y posibles alergias. También es importante que comunique si lleva dispositivos implantados, como desfibriladores, o si toma medicamentos anticoagulantes. Esto puede evitarle complicaciones.

Y, por supuesto, durante la cita con su médico, no dude en preguntar todo lo que no entienda: conocer el propósito del procedimiento, cómo debe prepararse y qué esperar después, le dará tranquilidad y permitirá que, el día de la endoscopia, el equipo se adapte mejor a su situación personal.

El día del procedimiento, asegúrese de llevar el consentimiento informado firmado, acuda acompañado por un adulto responsable y confirme que ha cumplido con el ayuno o la preparación intestinal para limpiar su colon, si es su caso.

Tras la endoscopia, escuche con atención las recomendaciones de sus profesionales sanitarios y pregunte cualquier duda sobre los pasos a seguir, una vez esté de regreso a su domicilio.

Si en los días posteriores notas molestias intensas, fiebre o sangrado, es fundamental que consulte de inmediato. Recuerde: la seguridad también depende de usted, y su colaboración activa es otra potente herramienta para que todo el proceso transcurra de forma segura y eficaz.

Su seguridad la construimos entre todos

Ahora ya conoce que, hacerse una endoscopia, implica pasar por diferentes elementos de un engranaje de seguridad que funciona con precisión. Como ha podido comprobar, la seguridad en endoscopia digestiva es el resultado de un sistema robusto, integrado por profesionales comprometidos y pacientes bien informados. Por tanto, confíe en su equipo médico y pase por esta experiencia con tranquilidad.

Referencias

Reason J. Human error: models and management. BMJ. 2000 Mar 18;320(7237):768-70. doi: 10.1136/bmj.320.7237.768. PMID: 10720363; PMCID: PMC1117770.

Gralnek IM, Bisschops R, Matharoo M, Rutter M, Veitch A, Meier P, Beilenhoff U, Hassan C, Dinis-Ribeiro M, Messmann H. Guidance for the implementation of a safety checklist for gastrointestinal endoscopic procedures: European Society of Gastrointestinal Endoscopy (ESGE) and European Society of Gastroenterology and Endoscopy Nurses and Associates (ESGENA) Position Statement. Endoscopy. 2022 Feb;54(2):206-210. doi: 10.1055/a-1695-3244. Epub 2021 Dec 14. PMID: 34905797.

ASGE Ensuring Safety in the Gastrointestinal Endoscopy Unit Task Force; Calderwood AH, Chapman FJ, Cohen J, Cohen LB, Collins J, Day LW, Early DS. Guidelines for safety in the gastrointestinal endoscopy unit. Gastrointest Endosc. 2014 Mar;79(3):363-72. doi: 10.1016/j.gie.2013.12.015. Epub 2014 Jan 28. PMID: 24485393; PMCID: PMC3980655.

Ravindran S, Matharoo M, Rutter MD, Ashrafian H, Darzi A, Healey C, Thomas-Gibson S. Patient safety incidents in endoscopy: a human factors analysis of nonprocedural significant harm incidents from the National Reporting and Learning System (NRLS). Endoscopy. 2024 Feb;56(2):89-99. doi: 10.1055/a-2177-4130. Epub 2023 Sep 18. PMID: 37722604.

La entrada TRIBUNA | El triple escudo sanitario en la endoscopia digestiva se publicó primero en EFE Salud.

Seguir leyendo

Ciencia y Salud

¿Qué pasta de dientes debo elegir?

Publicado

el

pasta de dientes

Pasta de dientes anticaries, para encías delicadas, contra la sensibilidad o blanqueante… La oferta es amplia, pero no todos los dentífricos cumplen la misma función ni conviene usarlos del mismo modo. Te explicamos qué hay que tener en cuenta para elegir el más adecuado y te ofrecemos consejos para cuidar tu salud bucodental.

Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas de España, explica a EFEsalud que la función de la pasta de dientes es emulsionar los restos de comida que pueden quedar y eliminar la placa bacteriana, causante de las enfermedades de las encías y de la caries. 

Las infecciones en la boca y otros problemas de salud bucodental pueden afectar el organismo, aumentando el riesgo de padecer diabetes, infarto de miocardio o incluso partos prematuros, indica el experto, algo que podría evitarse manteniendo una buena higiene bucodental. 

EPA/ALEX HOFFORD

Existen muchos tipos de pastas de dientes. Para personas con sensibilidad dental, se comercializan dentífricos diseñados para sellar los canalículos dentinarios, “unos pequeños tubitos que tienen las piezas dentales y donde hay terminaciones nerviosas”. Esta sensibilidad puede deberse a la erosión dental o a características propias de cada persona. 

Algunos dentífricos, gracias a compuestos como el estaño, ayudan a cerrar esos canalículos, reduciendo la sensibilidad. Estos pueden utilizarse de forma segura durante toda la vida. 

En cambio, en casos de enfermedad periodontal, afección de los tejidos de soporte de los dientes, como encías y hueso, es recomendable el uso de pastas dentales con antisépticos, siendo la clorhexidina la más habitual. 

Sin embargo, su uso debe utilizarse en periodos cortos de tiempo, según las indicaciones del dentista, ya que puede teñir los dientes si se utiliza de manera prolongada. 

Qué pasta de dientes NO elegir

Las pastas de dientes caseras, como las que combinan bicarbonato de sodio con zumo de limón, resultan nocivas para los dientes. Por un lado el bicarbonato tiene un efecto abrasivo, como una “arenilla” que desgasta el esmalte y, por otro, el ácido cítrico del limón también lo erosiona. 

La aparición de la caries viene de un “proceso de desmineralización de los dientes”, explica Óscar Castro, provocado por la acción de las bacterias de la boca que producen sustancias ácidas.

Estas sustancias favorecen la pérdida de minerales y, en consecuencia, la aparición de caries. Si además incorporamos ácidos de forma directa en la boca, estamos facilitando ese daño, advierte el experto. 

“Hay que huir de remedios caseros y siempre dejarse aconsejar por el profesional”, insiste. 

También considera que las pastas blanqueadoras “son una falacia” ya que pueden “deshidratar el diente”. Los productos que venden como blanqueadores pueden servir como mantenimiento tras haberse realizado un tratamiento blanqueador en la clínica.

Hay algunas pastas de dientes en el mercado que contienen partículas violetas. Este color es el opuesto al amarillo, característico de los dientes. Ello sirve como “trampantojo”, es decir, es un “efecto óptico” que contrarresta el color amarillento pero no quiere decir que haya blanqueado el diente realmente, señala el representate de los dentistas de España.

“Los blanqueamientos sólo los pueden hacer los dentistas”, advierte el doctor Castro. “Los que se hacen en peluquerías y en centros de estética no cumplen las condiciones de concentración de peróxido de carbamida y de peróxido de hidrógeno que tienen que tener un blanqueamiento profesional”, añade. 

Pasta de dientes
EFE/Christopher Jue

El flúor: el componente más importante del dentífrico

 El flúor, explica el especialista, ayuda a mineralizar los dientes. Según la edad u otras características los dentistas recomiendan una cantidad u otra de flúor contenido en el bote de pasta de dientes: 

  • Niños y niñas menores de 6 años, la cantidad recomendada de flúor es de 1.000 ppm (partes por millón). Desde los 3 años, edad en la que acaba la formación de dientes de leche, hasta los 6 años, edad en la que se empieza con el cambio de los dientes de leche a los dientes definitivos. 
  • Desde los 6 años en adelante, cuando se tienen los dientes definitivos, la cantidad recomendada de flúor es de 1.450 ppm. 
  • En personas que tengan tendencia a la caries, como casos excepcionales y siempre que sea indicado por el dentista, pueden usar un dentífrico cuya cantidad de flúor sea entre 2.000 y 2.500 ppm. 

Según el sabor, ¿es mejor una pasta de dientes u otra?

“Es una cuestión de gustos”, manifiesta el especialista. 

En general, a los niños no les suelen gustar los sabores fuertes, como la menta, y prefieren opciones más suaves, como la fresa. Incluso existen pastas de dientes con sabor a salado, que resultan atractivas para algunas personas. 

Pero ello no quita la función esencial del dentífrico: contribuir a la higiene bucal diaria. El sabor ayuda simplemente a “hacerlo más agradable”. 

Recomendaciones generales

Según el presidente del Consejo General de Dentistas de España, para tener una boca sana, “es más que suficiente”:

  • El cepillado al menos 3 veces al día, insistiendo en el de la mañana y el de la noche, ya que son los más importantes. El cepillado quita la placa bacteriana, causante de la caries y de enfermedades en las encías. Es el vehículo para emulsionar toda esa suciedad. 
  • Visitar al dentista una vez al año.

Se suele asociar la vejez con la pérdida de piezas. “Y no es así”, revela el experto. Una mala higiene diaria a lo largo de la vida provoca la pérdida de piezas en la edad adulta, teniendo que recurrir así a tratamientos costosos. 

Óscar Castro asegura que una persona que desde la infancia se cepilla los dientes adecuadamente y pasa los controles rutinarios con su dentista llegará a la vejez “con todos sus dientes y absolutamente sin ningún problema”. 

“El mejor tratamiento es la prevención y es más económico”

Óscar Castro

La entrada ¿Qué pasta de dientes debo elegir? se publicó primero en EFE Salud.

Seguir leyendo

Más Leidas