Pese a su juventud, o tal vez gracias a ello, la Universidad de Almería (UAL) no ha dejado de crecer en el campus frente al Mediterráneo que acoge a esta institución fundada en 1993; un conjunto de facultades, instalaciones académicas, deportivas y culturales que aspira a ser inteligente, sostenible y saludable.
José Domingo Álvarez es el director de ‘Smart Campus’ de la UAL y explica a EFE que aún no hay nada que defina específicamente a un campus inteligente, aunque sí existen ámbitos definidos por la Unión Europea «centrados en las smart cities, como puede ser el ‘smart government’, el ‘smart mobility’ o el ‘smart living’».
La apuesta de la UAL es adaptar esos ámbitos al entorno universitario para crear un ‘Smart Campus’ pionero, gracias al trabajo conjunto de todos los vicerrectorados, con la imprescindible aportación además de la directora de ‘Campus Sostenible’, Laura Piedra, y de la directora de ‘Campus Saludable’, Lorena Gutiérrez.
La UAL tiene la suerte de disponer de un campus concentrado, sin facultades o edificios distribuidos por toda la ciudad como otras universidades más antiguas. Esta «centralización» ayudará a impulsar esta iniciativa con mayor facilidad.
Una transformación digital de los servicios
La directora de ‘Campus Saludable’, Lorena Gutiérrez EFE/Carlos Barba
«Se trata de hacer una transformación digital de los servicios que proporciona el campus. Queremos que varios servicios que se ofertan, o que ahora mismo necesitan tarjetas físicas, como puede ser la reserva de espacios de deportes, estén integrados dentro de la propia aplicación de la universidad», afirma Álvarez.
«La gente joven está acostumbrada a llevar un teléfono móvil más que una tarjeta física. Un teléfono móvil no se te va a olvidar, ni lo vas a prestar a otras personas», incide. Además, la existencia de una aplicación ya sirve de por sí para mejorar la sostenibilidad, al prescindir de diferentes tarjetas de plástico. El reto es que todos los servicios que oferta la universidad sean accesibles desde la misma.
«Para ello tenemos que coordinarnos con el resto de vicerrectorados, ver qué servicios ofertan, ver la tecnología que tienen en las tarjetas para poder hacer el servicio, e intentar integrarla dentro de la aplicación», añade.
Álvarez apostilla que, dentro del apartado de sostenbilidad, se está desarrollando otra aplicación para la monitorización y gestión de energía dentro del campus. «No solo de lo que se consume, sino también de lo que produzcan las instalaciones de autoconsumo, es decir, las instalaciones fotovoltaicas que se van a implantar», precisa.
Porque otro de los objetivos es que el campus sea autosuficiente gracias a una «energía limpia y sostenible».
La punta de lanza de este sistema de emisión es el Edificio Científico-Técnico III (Matemáticas e Informática), que se irá exteniendo de forma gradual a los 51 recintos del campus.
Menos impacto en el medio
La directora de ‘Campus Sostenible’, Laura Piedra, en una entrevista con EFE. EFE/Carlos Barba
Otro aspecto que está previsto es el de un sistema de conteo-monitorización de los flujos de personas que entran y salen de las paradas de autobuses; así como la automatización de la gestión de la energía, y la implantación de un monedero digital.
«La idea de digitalizar los servicios e instalar redes de sensores para poder monitorizar la energía de los recintos es tener un gran conjunto de datos de los cuales poder extraer información relevante mediante técnicas de deep learning, machine learning, o utilizando inteligencia artificial», resalta José Domingo Álvarez.
Por su parte, Laura Piedra indica a EFE que Campus Sostenible es un proyecto integral, al ser una materia totalmente transversal, «que consiste sobre todo en intentar implementar actividades sostenibles en todas las áreas del campus».
«El objetivo fundamental es disminuir el impacto medioambiental de las actividades de la universidad, promover la conciencia sostenible de toda la comunidad universitaria y, por supuesto, promover el desarrollo sostenible. Estamos trabajando en varios ámbitos, muchos se incluyen en ese ‘smart environment’ y en el ‘smart mobility’», afirma.
Vehículos no contaminantes, reciclaje y economía circular
Por ejemplo, se han instalado cargadores para patinetes eléctricos, puntos de carga para coches eléctricos -que aumentarán en el futuro- o aparcabicicletas. Y en 2025 se pondrá en marcha un servicio de alquiler de bicicletas, que ya han sido adquiridas.
«Intentamos promover que la comunidad universitaria se traslade al campus con vehículos no contaminantes. También estamos trabajando en campañas de sensibilización y de concienciación de cuestiones como la gestión de residuos, el reciclaje o la economía circular», desvela.
Asimismo, se trabaja en mejorar la gestión de los residuos, con planes para que se genere el menor número posible de ellos. A esto se suma que este mismo año se ha calculado la huella de carbono de la UAL, un estudio que continuará en cursos venideros y que también posibilitará la reducción de sus emisiones.
«Nuestro entorno tiene dos grandes ventajas. La primera, el sol. Tenemos que aprovechar esa energía con el plan para instalar placas fotovoltaicas. El segundo es que estamos al lado de la playa, lo que hace que casi toda la comunidad universitaria esté muy concienciada con el medio ambiente», señala Laura Piedra.
Una vida saludable en el campus
El director de ‘Smart Campus’ de la UAL, José Domingo Álvarez. EFE/Carlos Barba
Lorena Gutiérrez abunda en el ‘Campus Saludable’, cuya principal línea de actuación es la promoción de la salud y de un estilo de vida saludable, tanto para los estudiantes como para el personal docente de investigación y el resto de trabajadores.
«Buscamos mejorar el bienestar diario, la salud, y la calidad de vida del personal. Para ello estamos trabajando en el desarrollo de una Unidad de Promoción de la Salud. Actualmente ya tenemos la Unidad de Atención Psicológica, pero pretendemos dar cobertura a otras necesidades que vamos detectando dentro del campus», dice.
Por ejemplo, a nivel afectivo-sexual, con más información, atención y más recursos; a la vez que se actúa para mejorar la salud y la calidad de vida de los estudiantes, con un asesoramiento nutricional y la deshabituación tabáquica.
«Esta unidad va a ser física, pero también pretendemos mejorar su accesibilidad y estará disponible en una página web en la que el personal de la comunidad universitaria, tanto estudiantes como trabajadores, podrán solicitar información. Ya hemos iniciado el desarrollo de la primera web, que va a ser la de alimentación saludable y sostenible«, revela.
Además de información general, será posible consultar documentos de referencia, enlazar con páginas nacionales e internacionales, y se contará con una pestaña privada para solicitar citas y enviar informes clínicos.
Más espacios verdes para mejorar la salud
Una persona utiliza el punto de recarga para patinetes eléctricos. EFE/Carlos Barba
«Aquí tenemos espacios verdes y otra de las iniciativas es darle difusión y fomentar el uso de esos espacios verdes, ya que las investigaciones muestran que tanto la caminabilidad como el uso de estos espacios verdes pueden mejorar el bienestar psicológico, que es uno de los problemas en los que estoy colaborando a nivel nacional, dentro de la a Red de Universidades Promotoras de Salud», resalta Gutiérrez.
La Universidad de Almería también se acaba de adherir a una nueva red de promoción de la salud de la Junta de Andalucía, y uno de los indicadores es que para el 2030 el campus sea libre de humo.
«La salud es algo transversal y que a todos nos preocupa. Y al final lo que pretendemos un poco es que nuestros estudiantes y profesionales sean agentes de cambio y que esas actividades no solo sirvan para el campus, sino que también se transfieran para la sociedad en general y muchas de ellas las planteamos de manera abierta», concluye Lorena Gutiérrez. EFE
La falta de acceso a agua de calidad, uno de los puntos más críticos de la crisis hídrica, se muestra al desnudo en tres comunidades de la triple frontera entre Brasil, Colombia y Perú, en el minidocumental ‘Amazonas, la memoria del agua’, que se estrenó este martes en la COP30 en Belém.
Creado por la organización World Vision y We are Water, el cortometraje cuenta las historias alrededor del Río Amazonas, que baña y une la ciudad colombiana de Leticia, con la brasileña Tabatinga y la localidad de Santa Rosa, en Perú, para contar las historias de las casi 3 millones de personas que sufren en carne propia lo que las delegaciones negocian en la cumbre climática.
Durante 18 minutos, indígenas ticunas y otros pueblos relatan su rutina y muestran en carne propia cómo la crisis hídrica afecta a niños, mujeres y comunidades enteras del Amazonas que, a pesar de contener el 20 % del agua dulce del planeta, tiene a siete de cada diez habitantes sin acceso a agua potable.
Donde se abren lugar las palafitas, las mujeres tienen que caminar el doble de kilómetros para encontrar agua porque el río se secó o porque, en su quebrada, el agua desemboca contaminada.
Sassi Cerda, amazónica del pueblo quichua en Ecuador, afirmó que la crisis hídrica ya se puede ver “reflejada en sus cuerpos”.
El líder regional de World Vision para América Latina y el Caribe, Joao Diniz, habla durante un panel organizado por World Vision y We Are Water este martes, en el Centro de Convenciones Hangar donde se realiza la COP30, en Belém (Brasil). EFE/ Andre Borges
Contó que casi el 50 % de las familias amazónicas ecuatorianas toma agua con presencia de E.coli y, en varios afluentes del río, se encuentran “niveles de plomo, hierro, aluminio, zinc” en proporciones hasta 500 veces superiores del límite permitido para consumo humano.
Los niños en edad de crecimiento “sufren diarrea y vómitos constantes”, lo que hace que no consigan contener los nutrientes, por lo que la contaminación no solo afecta al presente, sino también a las futuras generaciones,
El líder regional de World Vision para América Latina y el Caribe, Joao Diniz, manifestó a EFE tras la proyección del documental la importancia de enfocarse en los niños y las niñas de las comunidades que, además de ser el futuro, funcionan como “conectores” entre las familias para expandir conocimiento y técnicas de cuidado.
El director de la fundación We Are Water, Carlos Garriga, habla durante un panel organizado por World Vision y We Are Water este martes, en el Centro de Convenciones Hangar donde se realiza la COP30, en Belém (Brasil). EFE/ Andre Borges
El proyecto de la asociación, llamado Aquanexos, trabaja en tres ejes: la infraestructura, para garantizar un acceso a agua segura; el aspecto educativo, para hacer un uso responsable del agua; y el empoderamiento para fomentar la construcción de redes entre miembros de las comunidades y otros actores, como la política o el sector privado.
El factor educativo en las regiones es clave porque “la única forma de que los proyectos sean sostenibles en el tiempo es que sean acompañados por las comunidades”, expresó el director de la fundación We Are Water, Carlos Garriga.
Además, sostuvo que el documental tiene el objetivo de dar a conocer la problemática del acceso al agua y al saneamiento, y “sensibilizar” sobre todo a los países que menos la sufren, para que tomen dimensión de la gran cantidad de aristas que tiene esta crisis.
“La gente se puede imaginar lo que pasa cuando no hay agua para beber, para limpiar o para higienizarse. Pero quizás no son tan conscientes de los efectos que tiene el agua en cuestiones de género, en la educación, en la salud, en el crecimiento”, comentó.
Por su parte, Diniz declaró que la COP30 será exitosa si resuelve “proteger y dar futuro” a los niños de los pueblos más vulnerables, y hace que “las inversiones lleguen hasta ese nivel”, en pos de reconocer su rol activo en la protección del agua y la biodiversidad. EFE
Brasil, uno de los principales exportadores del mundo, busca impulsar la biosocioeconomía amazónica como estrategia de crecimiento global, una apuesta que promete transformar la realidad local y que el país busca reforzar en la 30 conferencia del clima de la ONU, la COP30, que se celebra bajo su liderazgo en la ciudad de Belém.
De acuerdo con la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (ApexBrasil), productos compatibles con el bosque mueven globalmente unos 300.000 millones de dólares.
Brasil participa con el 1 % de ese total, aunque alberga cerca del 60 % de la mayor selva tropical del mundo.
“Si ampliamos la presencia de nuestros productos de biosocioeconomía, podemos transformar la realidad amazónica (…) y generar más de 2.000 millones de dólares solo en la región”, afirmó el presidente de ApexBrasil, Jorge Viana, durante su participación en el evento, que concluye este viernes.
Fotografía de archivo tomada con dron del 22 de abril de 2024 que muestra el lago con especies vegetales Vitoria Regia, en el museo de la Amazonia, en la ciudad de Manaos (Brasil). EFE/ Isaac Fontana ARCHIVO
Además de un escaparate global para la región y sus productos, la COP30 da a empresas, instituciones y autoridades de todo el mundo la posibilidad de conocer de primera mano las múltiples realidades de la Amazonía brasileña.
Así, es un momento ideal para fortalecer e impulsar las conexiones entre la riqueza local y el mercado internacional.
Pará, el potente protagonista de la COP30
Para ello, la agencia brasileña lanzó durante la COP nuevos estudios sobre estados amazónicos, entre ellos Pará, donde identificó 1.702 oportunidades de negocios con mercados como Estados Unidos, México, Francia o China.
Sede de la primera COP celebrada en la Amazonía, se luce por el potencial de sus cadenas productivas de base forestal y bioeconómica, capaces de generar empleo, ingresos y valor agregado con bajo impacto ambiental.
El estado más poblado del norte de Brasil, con cerca de 8 millones de habitantes, también fue en el 2024 el mayor exportador de esta región (77,5 %) y el sexto del país.
La industria extractiva respondió por el 70,1 % de los 23.000 millones de dólares en ventas al extranjero.
Asimismo, el estudio resaltó que entre 2019 y 2024, se anunciaron 255,5 millones de dólares en inversiones en el estado procedentes de Estados Unidos (72,2 %), España (21,4 %), Alemania y Japón, y concentradas en los sectores de software informático (55,5 %) y bancos, seguros y servicios financieros (23,1 %).
Esto demuestra, según Viana, el potencial de Pará para convertirse en modelo de una nueva economía verde que “concilia prosperidad, conservación e innovación”.
Productos estrella de la amazonía brasileña
Más allá de Pará, la selva amazónica, que ocupa casi un 50 % del territorio brasileño, ofrece oportunidades únicas y subexplotadas para transformar la realidad de comunidades locales y la economía nacional con productos como café, cacao, castañas, açaí o pescados.
Fotografía aérea de archivo del 14 de junio de 2024 que muestra una zona deforestada donde se encuentra dos centrales termoeléctricas de la empresa Eneva, en la selva amazónica (Brasil). EFE/ Antonio Lacerda /ARCHIVO
“La Amazonía no solo es vital para el equilibrio climático, sino también una frontera estratégica para la bioeconomía y el comercio sostenible”, enfatizó.
Sin embargo, hace falta avanzar en políticas públicas y en la implementación de prácticas que permitan aumentar la producción y agregar valor a estos ítems de forma inclusiva y sostenible, para que logren su máximo potencial.
El cacao, por ejemplo, es originario de la Amazonía, pero son los africanos Costa de Marfil y Ghana los responsables del 70 % de la producción mundial.
Aunque constituye una de las bases de la biosocioeconomía brasileña, de acuerdo con Viana, apenas cerca del 7 % del valor del chocolate se queda con los productores, una realidad que debe cambiar para impulsar este comercio.
Por otro lado, el café, un commodity cuya producción y exportación global es liderada por Brasil, cuenta con una variedad amazónica adaptada al clima y altamente productiva, y que podría ser más utilizada por pequeños productores y para recuperar áreas degradadas.
“Es un producto compatible con el bosque,que puede ser entre 50 y 100 veces más rentable que la ganadería. Simboliza una nueva economía que genera ingresos sin destruir”, explicó Viana.
Otro producto que destaca por su aplicación en la recuperación de áreas degradadas es el açaí, un super alimento amazónico muy popular entre brasileños y extranjeros que Viana considera “el ejemplo de mayor éxito del enorme potencial que tienen los productos compatibles con el bosque en la Amazonía”. EFE
Neoenergía, filial de la eléctrica española Iberdrola en Brasil, reforzó su compromiso con la transición energética en el gigante suramericano, durante su participación en la COP30 -la conferencia del clima de la ONU en la amazónica ciudad brasileña de Belém-, y anunció la meta de alcanzar el neto cero en toda su cadena de valor hasta 2039.
La compañía, que opera en Brasil desde 1997 y hoy cuenta con 4,2 gigavatios (GW) de capacidad instalada en generación, un 87 % de ella de fuentes renovables, también reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de sus operaciones directas en un 73 % por megavatio/hora (MWh) hasta 2030, al tener como base el año 2021.
Así mismo, la filial disminuirá en un 42 % hasta 2030 las emisiones absolutas restantes de GEI del Alcance 3, que se refieren a sus proveedores y distribuidores.
Además, Neoenergía recortará en un 83 % por MWh hasta 2039 las emisiones de GEI de toda su cadena de valor relacionada con combustibles y energía, al cubrir toda la electricidad vendida por la empresa, que actúa en las áreas de generación, distribución, transmisión y comercialización en dieciocho estados brasileños y en el distrito federal.
Fotografía de archivo que muestra aerogeneradores en el Complejo Renovable Neoenergia, en Santa Luzia (Brasil). EFE/Sebastião Moreira ARCHIVO
Todos estos ambiciosos objetivos han sido validados por la Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (SBTi, por sus siglas en inglés), una organización de acción climática -formada por instituciones de referencia global, como el Pacto Global de la ONU o el WWF– que apoya empresas en el combate a la crisis climática.
“La validación de nuestras metas por la SBTi es un hito que reafirma a Neoenergía como protagonista de la transición energética en Brasil y cobra aún más relevancia con nuestra presencia en la COP30”, destacó el director general de la empresa, Eduardo Capelastegui, en un comunicado.
Según la compañía, las metas están alineadas con la ciencia climática y buscan limitar el calentamiento global a 1,5°C, con lo que contribuye a una transición energética responsable y coherente con el Acuerdo de París y “situando a Neoenergía a la vanguardia de una economía baja en carbono”.
“Seguimos comprometidos en anticipar soluciones que combinan innovación, sostenibilidad y generación de valor para toda la sociedad”, agregó Capelastegui.
Jóvenes, los protagonistas del cambio
En ese sentido, Neoenergía, que está entre las patrocinadoras de la COP30, también hizo hincapié en la importancia del rol de los jóvenes para cambiar la realidad y avanzar en la transición verde, con un foro temático organizado en conjunto con Iberdrola en Belém.
Durante su intervención en el evento, la vicepresidenta de la compañía, Solange Ribeiro, afirmó que las oportunidades generadas por la electrificación de la economía y la expansión de tecnologías como la inteligencia artificial solo podrán ser aprovechadas si los jóvenes logran acceder a una formación adecuada.
“Estamos viviendo un momento sin precedentes y la transición verde necesita de la energía, la creatividad y la determinación de la juventud”, subrayó la también vicepresidenta del consejo del Pacto Global de la ONU.
En el ‘Diálogo Juvenil sobre Oportunidades de Empleo Verde’, cerca de veinte jóvenes participaron en una conversación directa con ejecutivos de la empresa sobre las perspectivas laborales en este nuevo escenario y destacaron los empleos verdes como una “agenda crucial” para un futuro más inclusivo y sostenible.
Según Thuane Nascimento, directora ejecutiva de PerifaConnection, plataforma que busca conectar las periferias brasileñas a través de la comunicación y la formación, “las oportunidades y tecnologías están surgiendo de la sostenibilidad”.
“(Por eso), estamos en los territorios, pensando soluciones y abriendo diálogo con quienes están dentro de las empresas, del sistema de la ONU y de los gobiernos, buscando cómo conectar las personas con las oportunidades”, acotó.
Un estudio realizado por LinkedIn mostró la necesidad de duplicar el número de profesionales dedicados a empleos verdes hasta 2050, y, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Brasil tiene un gran potencial para ello, al ser el cuarto país del mundo en número de jóvenes entre 18 y 24 años que no estudian ni trabajan.
Kennedy Costa, gestor del proyecto Casaverde -parte de la red de PerifaConnection-, señaló la necesidad de promover la igualdad en el acceso a oportunidades y de no limitar las discusiones a “tecnología o inversiones”. EFE