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Ciencia y Salud

VRS en adultos, prevención con vacunas

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“Disponemos ya de tres vacunas eficaces y seguras de los laboratorios farmacéuticos GSK, Pfizer y Moderna: Arexvy, Abrysvo y mRESVIA, respectivamente”, destaca la Dra. Elena García Castillo, neumóloga del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, experta en tabaquismo.

Las tres vacunas frente al VRS, que ya están aprobadas para su comercialización al menos en EE.UU. y Europa, cuyos resultados de sus exigentes estudios clínicos fueron publicados en 2023 en la revista New England of Medicine, han demostrado un 82,6 %, 66,7 % y 83,7 % de efectividad primaria.

Cabe recordar que el virus respiratorio sincitial provocó, en el año 2022 y sólo en España, una infección aguda (IRA) a 200.000 personas mayores, con 18.000 hospitalizaciones y alrededor de 1.270 fallecimientos.

Según tablas del Ministerio de Sanidad, en el periodo 2022-23 (hasta la décima semana), este virus obligó a hospitalizar a 264 personas de 80 ó más años por cada 100.000 habitantes, y a casi a 68 personas de 65 a 79 años.

Respecto a la infancia, el virus respiratorio sincitial, causante del 70-80 % de la afamada y mediática bronquiolitis, y en el mismo periodo, consiguió llevar a las Urgencias hospitalarias a 926 menores de 5 años, según la misma proporción ministerial.

En este sentido, el VRS ha encontrado un rival feroz en el anticuerpo monoclonal nirsevimab para lactantes sanos, que prácticamente asegura su protección frente al VRS durante toda la temporada de alta infección, de octubre a marzo en el hemisferio norte terráqueo.

De hecho, según el Comité Asesor de Vacunas e Imunización de la Asociación Española de Pediatría, la eficacia preventiva de nirsevimab, con datos de marzo de 2024, fuer superior al 70 % en lactantes de menos de nueve meses de edad.

Este fármaco se ha convertido en una herramienta preventiva de vanguardia para la salud de todos los bebés menores de dos años.

Hasta su reciente aparición, la inmensa mayoría de estos niños y niñas, todavía sin un desarrollo pleno de su inmunidad humoral, se contagiaban del virus respiratorio sincitial.

“La respuesta inmunitaria que desencadena el organismo del bebé está mediada por la inmunoglobulina del epitelio respiratorio. Y esta respuesta es breve y de poca intensidad, origen del elevado número de infecciones”, enmarca la Dra. García Castillo.

Ilustraciones e imágenes cedidas para su uso editorial y divulgativo por la Dra. Elena García Castillo.

El virus respiratorio sincitial acecha a todos los mayores de 60 años

El virus respiratorio sincitial pertenece a la familia de los paramixovirus, al igual que los virus causantes del sarampión y de las paperas (parotiditis).

“Su genoma viral, ARN de cadena sencilla, con diez genes que codifician once proteínas, presenta una envoltura lipídica en la que se encuentran dos glucoproteínas (F y G), determinantes para el desarrollo de las vacunas”, explica.

La glucoproteína F es la responsable de la fusión superficial de las membranas de los virus y de las células humanas, provocando la infección y posterior aglomeración de los núcleos celulares, los llamados sincitios.

Esta glucoproteína F puede adoptar dos conformaciones espaciales: prefusión (pre-F), con forma filamentosa, y posfusión (pos-F), con forma esférica, sin epítopos, predominante en el VRS.

La prefusión F, altamente infectiva, muestra hasta cinco epítopos (porción de una macromolécula reconocible por el sistema inmunitario).

Estos epítopos cimentan la unión de un antígeno (tóxico para el organismo) con un anticuerpo (defensa para el organismo).

La glucoproteína G provoca la unión de células ciliadas de las vías respiratorias, que transportan sustancias, y las células planas de los alveolos pulmonares.

“Esta glucoproteína demuestra una gran variabilidad y es lo que hace que encontremos las diferencias antigénicas entre el virus respiratorio sincitial tipo A y el tipo B”, señala la neumóloga.

El virus se transmite por las gotitas que expulsa una persona infectada durante la respiración o después de estornudar. Este microorganismo se introduce en nuestro cuerpo a través de la mucosa de la boca y la nariz o de la conjuntiva de los ojos.

Además, nuestras manos y labios infectados se convierten en vectores del contagio indirecto.

Igualmente, el VRS sobrevive algunas horas, incluso hasta doce, sobre los objetos, sean chupetes, biberones, juguetes, barandillas de una cuna, las asas de un moisés o el picarporte o tirador de una puerta.

Esta virus es capaz de progresar en el organismo en tres o cuatro días, iniciando su acción patológica con un cuadro clínico similar al de un resfriado común o catarro.

En los casos más severos, el virus lesiona la mucosa interior de los bronquios y bronquiolos, los más finos y delicados, causando bronquiolitis, pudiendo ocasionar neumonía.

“De ahí que sea fundamental hacer hincapié en la higiene de manos y el uso de mascarillas. Muchos de nuestr@s pacientes son abuelas y abuelos, personas que se han convertido en los cuidadores diarios de sus nietos”, subraya la médica de La Princesa.

“Aún así, hemos visto y vemos a much@s pacientes jóvenes con epoc o asma, no tan mayores, que han tenido que ingresar en el hospital por cuadros de hiperreactividad bronquial (respuesta exagerada de la mucosa) y broncoespasmos”, puntualiza.

“Lógicamente, somos muy conscientes de que las personas mayores padecen comorbilidades respiratorias (epoc, asma, etc.), patologías cardíacas, diabetes o enfermedad renal crónica. Y cuando se infectan, el problema se agrava por la descompensación de estas comorbilidades”, informa.

Esta circunstancia se debe, en esencia, a que los adultos, conforme van cumpliendo años, pierden poco a poco sus capacidades inmunológicas.

“No sólo significa la reducción del número de linfocitos T en su organismo (células que participan activamente en el sistema de respuesta inmune y en la producción de anticuerpos), sino que funcionalmente son menos activos que los linfocitos T de la población más joven”, aclara.

Esta disminución de linfocitos T en cantidad y funcionalidad acarrea dos problemas: l@s pacientes se van a infectar más y el desarrollo de las vacunas tiene que estar pensado para alcanzar niveles elevados de protección.

El diagnóstico del virus respiratorio sincitial suele realizarse después del ingreso hospitalario, puesto que será preceptivo efectuar una PCR al paciente (detección del material genético del virus) con el fin prioritario de poner nombre y apellidos al patógeno.

“Consecuentemente, se deduce que existe un gran infradiagnóstico del VRS porque un gran número de pacientes no acude a las urgencias sanitarias y tampoco se practica un test rápido antigénico”, advierte la neumóloga.

Respecto al manejo y tratamiento de la infección por VRS, no existe un tratamiento específico contra el virus, sino que muchas veces sólo se pueden abordar los síntomas, sin poder combatir a la causa subyacente.

“Una situación sanitaria que aconseja siempre extremar todas las medidas de prevención a nuestro alcance para que las personas mayores, como el resto de la población, no se infecten con el virus respiratorio sincitial”, recalca para reforzar la idea principal.

Arexvy, Abrysvo y mRESVIA, las tres vacunas que previenen la infección del VRS

La línea de investigación del laboratorio GSK con Arexvy se ha centrado en localizar un antígeno vacunal que sea altamente eficaz y lo ha encontrado a través de la conformación de la proteína F en su forma presfusión (Pre-F).

La combinación del antígeno RSVPreF3, con la ayuda del adyuvante AS01E, se ha diseñado para “inducir robustas respuestas celulares y humorales con el objetivo de proteger a los adultos mayores, con y sin comorbilidades”, informa la neumóloga.

El antígeno induce anticuerpos neutralizantes que potencian la inhibición de la replicación viral y el sistema adyuvante favorece la respuesta inmune celular y restablece los niveles de linfocitos T.

En los estudios previos a su aprobación por la FDA y la EMA, que incluyeron la participación de 24.966 personas mayores de 60 años, la vacuna Arexvy, con una sola dosis, obtuvo una eficacia final estimada en el 82,6 % de los casos.

El objetivo primario de la vacuna consistía en demostrar la prevención de la enfermedad respiratoria del tracto inferior (ETRI) por VRS durante una temporada.

Además, la vacuna resultó eficaz en dos objetivos secundarios: un 71,7 % de prevención de los síntomas del VRS en el tracto respiratorio superior y un 94,1 % en casos graves de infección del tracto inferior (ETRI), aquellos que suelen necesitar hospitalización.

La población del estudio aglutinaba a pacientes con diferentes comorbilidades: epoc (9,1 %), asma (9,6 %), otras enfermedades pulmonares o respiratorias crónicas (17,8 %), insuficiencia cardíaca crónica (3,2 %), diabetes mellitus tipo 1 ó 2 (22,7 %) y enfermedad hepática o renal avanzada (5,4 %), entre otras.

“En cuanto a los efectos secundarios, no se detectaron diferencias graves entre las personas vacunadas con placebo (sustancia sin acción terapéutica) y las vacunadas con el antígeno RSVPreF3 de Arexvy”, expone.

“Pero estos últimos sintieron dolor localizado, artralgia, cansancio, cefalea, mialgia y debilidad generalizada; acontecimientos de carácter pasajero, y de nivel leve o moderado”, añade.

La línea de investigación del laboratorio Pfizer con Abrysvo se ha centrado también en la conformación de la proteína F en prefusión, pero es una vacuna bivalente y no adyuvada (RSVpreF).

“Toma proteínas tanto del virus respiratorio sincitial tipo A como del tipo B”, distingue.

Participaron 34.284 personas mayores de 60 años (17.215 en el grupo RSVPreF y 17.069 en el grupo de placebo) y el objetivo primario consistía, al igual en sucedió con Arexvy, en evaluar la eficacia en la prevención VRS en ETRI.

“En los casos en los que los pacientes tenían dos o más signos o síntomas se consiguió una eficacia del 66,7 % con una sola dosis… con más de tres síntomas un 85,7 %… Y si la enfermedad que padecían era grave se alcanzó una eficacia del 62,1 %”, resalta.

El dolor fue el efecto secundario local más frecuente y el cansancio, dolor de cabeza y muscular a nivel sistémico, la mayoría de nivel levo o moderado.

El estudio reportó, a su vez, tres casos graves que se han anotado como efectos secundarios posibles en el proceso de comercialización.

La línea de investigación del laboratorio Moderna con mRESVIA se ha centrado, en cambio, en la molécula de ARN mensajero que coficia la proteína de prefusión F.

Al igual que sus compañeras, esta vacuna contra el VRS intentó demostrar la eficacia de una dosis de mRNA-1345 para la prevención ETRI, para lo cual participaron 35.541 personas mayores de 60 años.

“Con dos o más signos o síntomas en el tracto respiratorio inferior, una dosis de mRESVIA demostró una eficacia del 83,7 % frente al VRS… un 82,4 % con tres signos o síntomas y un porcentaje del 68,4 en los casos graves de enfermedad”, resume la médica neumóloga.

Los efectos adversos, evaluados tras el estudio de 2.000 pacientes y siguientes horquillas, se focalizaron en el dolor local y en el cansancio, dolor de cabeza, artralgia y mialgia a nivel sistémtico, en su mayoría pasajeros y de nivel leve o moderado.

“Conclusión, las tres vacunas han demostrado un buen perfil de seguridad y una elevada eficaciá para prevenir la infección de vías respiratorias inferiores (ETRI) por VRS en adultos de 60 o más años, especialmente si padecen comorbilidades”, asegura.

La intervención de la Dra. Elena García Castillo en el videoblog de Neumología, cuyo referente médico es el Dr. Julio Ancochea Bermúdez, jefe del Servicio en el Hospital La Princesa, se incluye en los ciclos de conferencias y seminarios que se imparten a través de la “Cátedra Respira Vida UAM-GSK” patrocinada por la farmacéutica Glaxosmithkline.

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Claves del ébola, el virus letal que se extiende rápido por el organismo

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Virus ébola

El virus del ébola causa hemorragias graves y sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.

Cuando ya está en el cuerpo empieza por destruir las células del hígado y agujerear los vasos sanguíneos impidiendo la coagulación. En ese momento comienzan las hemorragias incontroladas. A las dos semanas, aproximadamente, el enfermo muere en medio del llamado “vómito negro”, una hemorragia interna generalizada.

Nuevo brote en Uganda

El Ministerio de Salud de Uganda confirmó el pasado 30 de enero la muerte por ébola de un enfermero de 32 años empleado en el hospital de Kampala, en un nuevo brote de esta enfermedad que golpeó por última vez a Uganda en 2022, cuando una epidemia causó 142 casos confirmados y 55 muertes.

Los otros ocho casos confirmados están recibiendo atención médica y se encuentran estables, según el director general en funciones de Servicios de Salud del Ministerio, Charles Olaro.

Las autoridades sanitarias han puesto bajo cuarentena a 265 contactos, que están siendo sometidos a “estrictas medidas de control”.

Uganda lanzó la semana pasada una campaña de vacunación para la que el país cuenta con 5.000 dosis de vacunas en fase de ensayo clínico.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó días antes de que 2.160 dosis de un candidato vacunal se encontraban ya en Kampala, después de haber sido almacenadas anteriormente como parte de la preparación para posibles brotes.

Según la OMS, es el primer ensayo de “eficacia” de esta vacuna durante un brote de la cepa de Sudán del ébola, después de que el donante de las dosis, la Iniciativa Internacional para una Vacuna contra el Sida (IAVI), llevara a cabo las fases clínicas previas.

La cepa de Uganda

A diferencia de la cepa de Zaire, registrada en epidemias de la enfermedad en la vecina República Democrática del Congo (RDC), todavía no existe una vacuna aprobada para la cepa de Sudán, que es la de Uganda,

Esta cepa no solo es menos transmisible sino que presenta una menor mortalidad (40 % – 100 %) que la de Zaire (70 % – 100 %).

¿Cuál es el origen de la ébola?

Ya en “La historia de las guerras del Peloponeso”, Tucidides hacía mención a una gran plaga que mató a 300.000 personas en Atenas desde el 430 al 425 antes de Cristo. Algunos científicos creen que el historiador griego pudo asistir a una de las primeras epidemias del virus del Ébola. Aunque este caso sigue siendo indemostrable, desde 1967 ha habido a nivel mundial aproximadamente 1850 casos de infectados de los cuales solo han sobrevivido 650.

Virus Ébola
Imagen facilitada por el CDC estadounidense que muestra el virus del Ébola. EFE

Uno de los casos más virulentos fue el que afectó a el Zaire en 1995 cuando 315 personas contrajeron el virus tras haberse extendido por los hospitales. La mortalidad en aquella ocasión fue del 81 por ciento. En el año 2000 después de más de 21 años sin dar señales, la variante Sudán atacó a Uganda causando 224 muertes de los 427 infectados.

Desde entonces tanto Uganda como otros países de la región como Gabón, Sudán o el Congo han tenido sucesivos casos de fiebre hemorrágica del Ébola.

¿Cómo se previene?

La OMS indica que para prevenir el contagio hay que lavarse las manos, evitar el contacto con líquidos corporales de personas que tengan o puedan tener el virus; no tocar cadáveres de personas que hayan muerto por esta causa y vacunarse si hay riesgo de contraer el Ébolavirus Zaire.

virus ébola
Una muestra de la vacuna Ervebo contra la enfermedad por el virus del Ébola Zaire. EFE/EPA/FOCKE STRANGMANN

La vacuna Ervebo ha demostrado ser eficaz frente al Ebolavirus Zaire y está recomendada por el Grupo de Expertos de la OMS en Asesoramiento Estratégico en materia de inmunización junto con otras herramientas para responder a los brotes.

¿Cómo se transmite el virus del ébola?

Según la OMS se transmite por contacto directo con sangre, líquidos orgánicos -vómito, saliva, sudor u orina-, excrementos, prendas de vestir o incluso por tejidos de las personas infectadas, como el simple contacto de la piel, a través de las córneas de los ojos o de las mucosas de la boca. También se han dado casos de transmisión asociada a la manipulación de animales salvajes enfermos o muertos infectados (chimpancés, gorilas, monos, antílopes selváticos, murciélagos fruteros).

¿Qué enfermedad causa el virus de la ébola?

El virus del Ébola causa la enfermedad infecciosa conocida como el “Síndrome del Virus de Ébola” (SEV), que es una enfermedad aguda y potencialmente fatal con síntomas que incluyen fiebre alta, dolor de cabeza intenso, debilidad, diarrea y vómitos. Puede causar daño intestinal grave, hemorragia interna y externa e incluso la muerte si no se trata adecuadamente.

Variantes

Pertenece a la familia de los filovirus (denominados así por su aspecto filamentoso) en la que se encuadran el virus Marburg y cuatro variedades del Ébola: Sudán, Zaire, Reston, y una mutación descubierta en 1995 procedente de Costa de Marfil.

Marburg, fue el primero en detectarse, en la ciudad alemana que le dio nombre, en agosto de 1967. Una partida de monos importados desde Uganda por los laboratorios Nehring Works iniciaron el contagio. En aquella ocasión murieros seis personas de las 31 infectadas.

En Sudán en 1976 a orillas del río Ébola apareció la segunda variedad y de aquí cogió su nombre. Después de matar a centenares de personas se extendió a Zaire y llegó hasta una región de bosque húmedo donde se transformó para adaptarse al clima tropical dando origen a la variedad Ébola-Zaire, la más mortífera de todas.

El virus en su variante Reston se descubrió en diciembre de 1989 en monos procedentes de Filipinas y destinados a Estados Unidos, concretamente al laboratorio de Reston, Virginia pero los cuatro contagiados tuvieron más suerte y no enfermaron.

La denominada Ébola Tai o Costa de Marfil se aisló en 1995 en la sangre de una zoóloga suiza que enfermó después de haber practicado una autopsia a un chimpancé del Parque Nacional Tai, en Costa de Marfil. La zoóloga sobrevivió a la enfermedad.

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Mujeres, ciencia y un reto: hallar soluciones para evitar el abandono de la investigación

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La Agencia Efe ha invitado a reflexionar sobre los desafíos de la mujeres en la ciencia a dos científicas de diferentes generaciones del Centro español de Astrobiología (CSIC-INTA): Ester Lázaro, de 61 años, responsable de la investigación en evolución molecular de esta institución, a la que está ligada desde su creación hace 25 años; y Laura Colzi, astrofísica de 33 años, que estudia la complejidad química en el medio estelar.

Mujeres y ciencia: referentes

Sus testimonios denotan que en los casi 30 años que las separan se ha avanzado en que las niñas de hoy sí tengan referencias de mujeres “normales” que se dedican a la ciencia.

Lázaro no las tuvo. Las únicas mujeres formadas que trabajaban fuera de casa en el pueblo de Segovia donde creció en los años 60 del siglo pasado eran las maestras. Y las primeras científicas de las que tuvo conocimiento, Marie Curie o Margarita Salas, le parecían “heroínas inalcanzables” más que mujeres normales con una profesión que cualquier otra pudiese aspirar a ejercer.

“Ahora ya hay muchas chicas que comienzan la carrera universitaria o la acaban con la idea de dedicarse a la ciencia. En mi generación, ser investigadora, es un proceso que tuvimos que ir elaborando a lo largo del tiempo”, afirma.

Colzi sí tuvo esas referencias en el pueblo cercano a Florencia donde creció a finales de los años 90. Cuando comenzó su especialización “ya había mujeres que hacían los descubrimientos importantes, o lograban ser directoras de institutos internacionales de referencia” con los que ella aspiraba a colaborar, como la astroquímica italiana Paola Caselli, en el Instituto Max Planck de Física Extraterreste de Alemania.

La presencia de chicas jóvenes en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (las llamadas STEM por sus siglas en inglés) es cada vez mayor, pero la raíz de la desigualdad en la investigación no se da tanto en el acceso a la universidad sino en el desarrollo profesional, coinciden las entrevistadas.

Cuando Lázaro cursó Biología (una de las carreras donde tradicionalmente ha habido más mujeres) en la Universidad Autónoma de Madrid en los 80, había mayoría de chicas. La cosa cambió cuando se especializó en bioquímica y biología molecular. Hoy, casi cuatro décadas después, cuando se reúne con sus compañeros de promoción “el porcentaje de mujeres que ha acabado dedicándose a la ciencia es muchísimo más bajo que el de hombres”.

En el caso de Colzi, que estudió Física y luego se especializó en Astrofísica, el porcentaje inicial de mujeres con las que comenzó los estudios, un 40 % respecto a un 60 % de hombres aproximadamente, se mantuvo similar hasta la conclusión del doctorado. Y es ahí, en una edad, por lo general, cercana a los 30 cuando ella aprecia que algunas mujeres abandonan la carrera científica por la dificultad de conciliar.

“Eso se traduce en una élite científica dominada por hombres, que influye a la hora de decidir qué temas se investigan o cómo se reparte el dinero en investigación. Al final predomina la opinión de los hombres”, apunta Lázaro.

Expectativas y educación

En la escala más alta de los organismos públicos de investigación en España: aproximadamente el 75 % son hombres y el 25 % mujeres. La desigualdad que representan estas cifras no es exclusiva de la carrera científica, sino “fruto de un problema estructural de la sociedad que debe atajarse más desde la educación temprana”, señala la investigadora italiana.

“Las expectativas que pone la sociedad son muy diferentes para chicos y chicas. A ellos se les va a valorar más por su carrera profesional, y de ellas se sigue esperando que en algún momento, si es necesario, tengan que parar o compaginar su trabajo con los cuidados. Esa expectativa crea un sentimiento enorme de culpabilidad en la mujer, que no se da en el hombre”, incide Lázaro.

“Yo soy joven a nivel científico y necesito avanzar en mi carrera, pero también soy madre de una niña de dos años. Mientras a los hombres quizá les resulte fácil quedarse más tiempo en el trabajo sin sentirse culpables, a mi no. Cuando me quedo media hora más, aunque mi marido se ocupe, me siento mal por hacerlo”, señala Colzi.

“Es algo que no ha cambiado a lo largo de las generaciones. Tengo dos hijas y ese sentimiento también lo tenía”, añade Lázaro.

Un sistema científico que perjudica a las mujeres

Además de ahondar en conciliación y en facilitar los cuidados, las investigadoras sostienen que el actual sistema científico “tan competitivo y basado en los números” perjudica a las mujeres, y que se debería avanzar hacia otro más “cualitativo”.

“El trabajo científico que yo envío lo van a juzgar otras personas. Y la realidad es que todavía seguimos pensando que lo que dice un hombre tiene más autoridad que lo que dice una mujer”, agrega Lázaro. Hay estudios que confirman su percepción: los trabajos firmados por hombres se citan más que los de las mujeres.

“Yo por ejemplo siento, dentro de mi misma, que mi opinión nunca será valorada igual que la de un compañero hombre”, reconoce Colzi.

Preguntadas por cómo animarían a las niñas de hoy a dedicarse a la ciencia, Lázaro les dice que “crean en ellas mismas y no abandonen antes de intentarlo”. Colzi que “si es lo que les gusta, pueden transformar su curiosidad en un trabajo”.

Una niña observa unas muestras a través de un microscopio infantil. EFE/Juana Benet

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La detección y gestión de la sepsis en los hospitales necesita mejorar, según un estudio internacional

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Hospitales riesgo alto

El trabajo publicado en la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine se basa en las encuestas realizadas en 1.023 hospitales, 835 (81,6%) eran de Europa, con el objetivo de investigar en qué medida se implementan las recomendaciones de las guías de sepsis y la disponibilidad de infraestructura para la atención de pacientes agudos.

La sepsis surge cuando el cuerpo responde de manera extrema a una infección, lesionando sus propios tejidos y órganos, como pulmones, riñones, cerebro e, incluso, el corazón.

Se estima que hasta 50 millones de personas sufren sepsis cada año en el mundo, con más de 4 millones de casos neonatales e infantiles y 270.000 casos de sepsis materna y provoca 11 millones de muertes anuales, según datos de la Global Sepsis Alliance.

En España, según datos citados por la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), hay una variabilidad importante en cuanto a la incidencia y la mortalidad, aunque ronda los 50.000 afectados, de los que unos 17.000 no logran superarla y mueren.

En este estudio ha participado el Instituto de Investigación e Innovación Parc Taulí (I3PT-CERCA) con el investigador Antoni Artigas al frente de esta iniciativa en Cataluña.

“Hemos analizado -explica- los programas que tienen los hospitales para la detección precoz de la sepsis, la aplicación del tratamiento estandarizado, la disponibilidad de una infraestructura adecuada y de estrategias de mejora de la calidad; todos ellos, componentes esenciales en el plan de sepsis de cualquier hospital”.

sepsis hospitales
El investigador Antoni Artigas del Instituto de Investigación e Innovación Parc Taulí (I3PT-CERCA). Foto cedida

Las carencias ante la sepsis en los hospitales

El estudio concluye que existe “un margen considerable de mejora” en un gran número de hospitales, en particular en lo que respecta a la identificación temprana y el tratamiento estandarizado de la sepsis, la disponibilidad de directrices, la infraestructura diagnóstica y terapéutica y la implementación de medidas de calidad de la atención.

Considera que hacen falta más esfuerzos para implementar una calidad de atención más integral y adecuada.

La investigación indica que:

  • Solo el 54 % de los servicios de urgencias, el 48 % de las plantas hospitalarias y el 62 % de las UCI realizan un cribado regular para identificar la sepsis.
  • La gestión estandarizada solo está implementada en un 57 % de los servicios de urgencias, un 45 % de las plantas hospitalarias y un 70 % de las UCI.
  • Además, menos del 10 % de los hospitales disponen de diagnósticos microbiológicos accesibles 24 horas 7 días de la semana, lo que puede retrasar el tratamiento adecuado.
  • Y solo un 4,6 % de los hospitales tienen programas específicos para la sepsis y apenas un 9,8 % han implementado iniciativas de mejora de la calidad.

Los resultados ponen de manifiesto que “existe un amplio margen de mejora en un gran número de hospitales, principalmente europeos”, subraya el investigador del I3PT-CERCA.

“Se necesitan más esfuerzos -añade- por parte de todos los agentes para ofrecer una atención más integral y de calidad adecuada. La gravedad de la sepsis lo exige”.

Código Sepsis

Para intentar que el paciente sea tratado de la sepsis cuanto antes y prevenir consecuencias irreversibles existe el Código Sepsis que se aplica en las diferentes comunidades autónomas.

El Código Sepsis es un protocolo de actuación urgente que facilita la detección de los pacientes con sepsis, el inicio del tratamiento precoz y la coordinación de la atención entre los niveles asistenciales.

Aunque solo representa un pequeño porcentaje de las infecciones cotidianas, la detección precoz y el inicio inmediato del tratamiento son fundamentales para el buen pronóstico.

Los síntomas son los escalofríos, irregularidades en la temperatura corporal (fiebre o hipotermia), confusión o desorientación; aumento del ritmo cardíaco, aumento de la frecuencia respiratoria, disminución de la producción de orina; dolor o malestar, erupción cutánea en manchas, dolor de cabeza con dificultad para flexionar el cuello o rechazo del alimento, piel fría o mal aspecto, especialmente en niños.

La detección de la sepsis es compleja porque no depende sólo de la infección, sino también de su repercusión sobre el cuerpo.

Una de las pruebas diagnósticas más utilizadas es el análisis de sangre para comprobar, entre otros, la evidencia de infección, el número de glóbulos blancos, la existencia de problemas de coagulación, la afectación de otros órganos o la alteración de la disponibilidad de oxígeno.

La principal medida terapéutica es la administración de antibióticos, oxígeno y líquidos por vía intravenosa.

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