Timanfaya Hernández fue nombrada en enero pasado decana del Colegio de la Psicología de Madrid, siendo así la primera mujer en ocupar el cargo. De formación sanitaria y forense, es también especialista en maltrato, abusos sexuales, violencia de género y enfermedad mental grave.
EFEsalud ha mantenido una entrevista a fondo con Timanfaya Hernández.
¿Qué supone ser la primera decana del Colegio de la Psicología de Madrid?
Yo creo que la palabra es responsabilidad por lo que representa, además de mucho orgullo. Estoy muy contenta. Es una forma de agradecimiento a todas aquellas compañeras psicólogas que han estado trabajando durante tanto tiempo.
En otros colegios también hay mujeres decanas, al igual que en otros ámbitos de investigación y todas ellas son referentes que dan mucha visibilidad. Para mi es un reconocimiento a todas las compañeras y psicólogas que han trabajado en esta profesión.
La decana del Colegio de la Psicología de Madrid, Timanfaya Hernández. Foto cedida
¿Cuáles son los principales problemas en salud mental y psicología?
Yo creo que no existe un único problema. Actualmente cada vez somos más conscientes de la importancia de la salud mental en la vida de las personas.
El ritmo de vida que imprime la sociedad en la que vivimos nos afecta a nuestra salud psicológica. Yo creo que uno de los retos que tenemos que seguir trasladando a la sociedad es visibilizar el acudir a la consulta psicológica y hacer que todas las personas tengan acceso de una forma garante.
Aun así, tampoco podemos psicopatologizar absolutamente todo lo que nos pasa en la vida. Hay muchas cosas a las que nos vamos enfrentando que son parte de la vida y tenemos que aprender a gestionar. Yo suelo decir que en el término medio está la virtud.
¿Crees que la sociedad tiene suficientes herramientas como para gestionar sus problemas?
Hay que defender desde la profesión que cuando estamos viviendo una problemática relacionada con nuestro bienestar psicológico, acudamos a los profesionales adecuados porque no todo sirve.
Tenemos que hablar de salud mental, de problemas emocionales y de cotidianidad, de qué es lo que nos pasa a las personas cuando sufrimos y cuándo es el momento en el que una persona debe decidir acudir a una consulta psicológica porque es incapaz de manejar situaciones con las herramientas que tiene.
Creo que somos una sociedad con muchos medios para seguir avanzando, pero no todo el mundo vive en las mismas condiciones y hay personas que evidentemente son más vulnerables.
EFE/ Alejandro García
La cuestión no es tratar a todo el mundo de la misma manera, sino detectar aquellos colectivos, aquellas personas que son más vulnerables.
Estoy convencida de que nuestra sociedad es fuerte y el avance del tiempo también nos va obligando a ir poniendo pilares diferentes a los que teníamos.
¿Hoy en día somos menos tolerantes al sufrimiento?
El sufrimiento no es que sea ni más ni menos, cada uno lo vive de una forma. Yo creo que la parte en la que entramos en la crítica, especialmente a nuestros y a nuestras jóvenes, es un error.
Las épocas cambian, las vidas cambian y también estamos viviendo situaciones que antes no vivíamos. Aunque estamos hiperconectados, en muchas ocasiones se aqueja una soledad muy importante. Esto tiene que ser escuchado. Nunca tiene que ser invisibilizado o minimizado, porque esa no es la forma de tratarlo.
También creo que llevamos un ritmo de vida acelerado gracias a todos los medios que se han puesto a nuestra disposición. El gran avance tecnológico que ha supuesto los últimos años nos hace ser menos tolerantes a cierta frustración. Cada vez estamos más acostumbrados a tener las cosas aquí y ya de forma inmediata, a no tener tiempos de espera.
Ya no esperamos lo mismo de nuestros entornos más cercanos, con nuestras amistades, con nuestras parejas, con nuestra familia. Yo creo que esos modelos están cambiando y es muy necesario poner el foco en ver cómo está afectando. No solo porque está cambiando, sino porque afecta a la persona y si se presenta una sintomatología que trasciende, tiene que ser tratada.
¿Cómo son los patrones relacionales entre los jóvenes?
Me preocupa que sigue habiendo indicadores de situaciones de violencia en parejas muy jóvenes. Ahora mismo nos es mucho más fácil identificar determinados tipos de violencia porque somos mucho más conscientes, lo que ha supuesto una evolución.
Ahora hay otras formas de violencia a través de las redes sociales, las formas en las que nos relacionamos… Hay muchas cosas de las que tenemos que ocuparnos y preocuparnos los psicólogos, pero sin alertar.
También hay que decir que tenemos una población también joven que es fantástica, porque si no siempre mandamos el mensaje de que parece que los jóvenes no saben. Gran parte de la población joven es estupenda.
FOTO EFE/JAVIER BELVER
¿Cómo se identifica una relación tóxica o dónde hay violencia?
Cuando una relación es sana, se percibe. Es un sentimiento muy claro. Ninguna de las formas de control, sea como sea, ninguna situación en la que una persona se está sintiendo mal por cómo es tratada, ni ninguna forma de humillación, es una relación sana.
No se trata solamente de la violencia física o la violencia psicológica que estamos acostumbrados a ver, sino en otros entornos, como los digitales, que suponen otras formas de control.
Se trata de darse cuenta, de que la sociedad evoluciona y que las problemáticas simplemente no es que sean ni más ni menos graves como como digo, sino que son diferentes y que tenemos que poner el foco en aquello que ahora mismo es necesario.
¿Qué diferencias has observado en cuanto a cómo se vive la sexualidad hoy en día y en todas las edades?
Desde el Colegio se empezó a trabajar ya de manera temprana. Se ha detectado que las relaciones sexuales en jóvenes cada vez son más tempranas.
También se han distorsionado a través de medios que están muy alejados de la realidad, como puede ser el uso de la de la pornografía. Esto pone encima de la mesa el acceso a dispositivos móviles.
Cómo aprendemos a relacionarnos en la esfera sexual está muy alejado de lo que en verdad tiene que ver con lo humano, lo sensible, lo que realmente conllevan las relaciones sexuales.
Creo que estamos perdiendo de alguna forma la parte de lo emocional, del bienestar, de la relación, del relacionarse, del comprender… Tendemos a buscar las relaciones rápido y buscar otra cosa que nos satisfaga. Hay que aprender a comunicarse, generar otro tipo de de emociones y no dejar en la superficie aspectos tan importantes como son los planos más íntimos.
Tu eres psicóloga forense de formación ¿en qué consiste la psicología forense?
Lo que hacemos los psicólogos y psicólogas forenses, a pesar de años de evolución, sigue siendo muy desconocido por la sociedad.
Está muy unida a todo lo que tiene que ver con el ámbito, se llama forense por el “foro”, es decir, todo lo que tiene que ver con el ámbito judicial. Lo que hacemos principalmente es asistencia a los actores jurídicos, lo que abarca distintos contextos, como los penales, familiares y sociales.
Ante un delito, la psicología forense evalúa psicológicamente con una metodología muy concreta y una estructura que tiene que ser muy estudiada, si esa persona está aquejada de cierta patología o no, además de las secuelas que va a sufrir la víctima.
Al final, como yo digo, estamos inmiscuidos de alguna forma en los procesos más escabrosos de la sociedad. Creo que es importante poner de manifiesto la necesidad de que profesiones como la psicología forense estén reguladas, es decir, que solamente puedan desarrollarse porque tengan una formación y una experiencia regladas.
EFE/GEORGI LICOVSKI
¿Cómo se vive la muerte hoy en día?
Nuestra sociedad es una sociedad absolutamente tanatofóbica en el sentido de que no nos gusta pensar que esto se acaba, lo cual es una realidad absoluta. No solamente ocultamos la muerte, solemos ser bastante malos en todo lo que tiene que ver con mostrar la enfermedad porque nos causa miedo.
Esto Impacta directamente en una de las emociones que más hacen al ser humano sufrir, que es la incertidumbre por un lado y el miedo por otro.
Es un sistema cultural más basado en lo que es el estar bien, en la felicidad, en la satisfacción, en el estar casi felices todo el tiempo.
Como todas las incertidumbres y todos los miedos, se superan abordándolos porque negarlo sirve de poco. Hay muchos síntomas que vemos en consulta que en el trasfondo son una negación a situaciones que son evidentes.
No se puede estar en una felicidad constante. Yo creo que la felicidad tiene más que ver con un estado de calma y paz, alineado con lo que uno hace y siente en el día a día. El sufrimiento, la enfermedad y la muerte están ahí y necesitamos tiempos para afrontarlo.
¿Cómo se cuidan los psicólogos para poder tratar a los demás?
Los psicólogos somos personas, y las cosas nos afectan igual que al resto. Es verdad que cuando alguien está haciendo un trabajo complejo de forma diaria, el impacto es distinto.
Aun así, las situaciones de emergencia como profesional te afectan sí o sí. Para ello hay distintos recursos y somos conscientes de que tenemos que recurrir a ellos. Es importante establecer horarios adecuados y rutinas. Yo creo que hay una parte que es fundamental, sea en el campo que sea, debemos estar muy formados en eso que estamos haciendo.
Muchas veces se cae en el voluntarismo, lo que tiene una repercusión tanto para la sociedad como para el propio profesional. Para ello, hay espacios comunes en los que compartimos nuestras experiencias, además de que los psicólogos y psicólogas tenemos nuestras terapias propias y trabajamos nuestras cosas internas. Debemos ser tan conscientes como cualquier otro personal en su ámbito.
La psicóloga Timanfaya Hernández toma posesión como decana del Colegio de la Psicología de Madrid/Foto cedida
¿Cuáles son los principales objetivos y retos del Colegio de la Psicología de Madrid?
El Colegio Oficial de la Psicología de Madrid es un colegio fuerte y el más grande a nivel europeo, lo que también hace que tenga retos importantes.
La idea es siempre estar más cerca de la sociedad, atender sus necesidades a través de proyectos que sean interesantes y cercanos, que trasladen a la sociedad temas de interés. Muchas veces necesitamos poner todo lo que hacemos desde la psicología en palabras, como digo, de “andar por casa” para que la sociedad las comprenda.
Cuando la gente acude a una consulta psicológica, necesita estar segura de quién le está atendiendo, lo que tiene que ver con el intrusismo.
Para mejorar la calidad y el bienestar de vida de las personas y luego a nivel interno, yo creo que cada vez se ofrecen servicios de mayor calidad y más cercanía a los colegiados y a las colegiadas. La unión entre profesionales repercute directamente en la profesión. Son retos que siguen siendo ambiciosos, pero que un colegio como este se puede permitir perfectamente.
Era la segunda emergencia internacional por mpox que había declarado la OMS, tras la que decretó entre 2022 y 2023, en aquel caso con numerosos casos también en países europeos y americanos, mientras que esta vez los brotes se circunscribieron sobre todo a naciones africanas.
En 2024 se confirmaron al menos 18.000 casos de las distintas variantes de la enfermedad, este año la cifra se eleva a 31.000, y los casos mortales superan los 200.
Unos 29.000 casos y 28 muertes desde 2024 se han producido en la República Democrática del Congo, y otros países afectados han sido Uganda (casi 8.000 contagios y 50 fallecidos) o Sierra Leona (5.200 positivos, 56 muertes).
“Un comité se ha reunido cada tres meses para evaluar la epidemia, este jueves lo hizo de nuevo, me aconsejó dejar de considerarla una emergencia internacional y he aceptado la recomendación”, indicó el director general de la OMS en rueda de prensa.
Tedros afirmó que el levantamiento de la emergencia “no significa que la amenaza haya terminado ni que nuestra respuesta vaya a detenerse”, y recordó que la Unión Africana, a través de sus Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), mantiene la alerta continental.
“La posibilidad de nuevos repuntes y brotes persiste, lo que requiere mantener la capacidad de respuesta activa y esfuerzos continuos para proteger a los grupos más vulnerables, en particular niños y personas que viven con VIH”, aseguró el experto etíope.
Pese a ello, afirmó el jefe de la agencia sanitaria de la OMS, en los últimos años se ha avanzado en el conocimiento de los factores causantes de los brotes de mpox y la capacidad de respuesta, que ha incluido la distribución de hasta seis millones de vacunas contra el virus.
Tedros también subrayó que la OMS mantiene determinadas recomendaciones para la prevención de esta enfermedad al menos hasta agosto de 2026.
Teniendo en cuenta las dos emergencias sanitarias, desde 2022 hasta la actualidad se han confirmado en el mundo más de 150.000 casos de mpox, con al menos 377 muertes.
El personal médico atiende a una mujer y a su bebé con mpox en el Centro de Salud de Munigi, en la República Democrática del Congo. EFE/EPA/MOISE KASEREKA
Guía rápida de la mpox: síntomas, transmisión y tratamiento
El mpox, cuyo estado de emergencia sanitaria ha finalizado, es una enfermedad infecciosa causada por un virus del género de los Orthopoxvirus que puede provocar una erupción dolorosa, inflamación de los ganglios y fiebre, según recuerda la OMS, que en noviembre de 2022 pidió eliminar el término ‘monkey’ y viruela del mono para evitar el lenguaje estigmatizante.
El mpox o viruela del mono se describió por primera vez en humanos en 1970 en la República Democrática de Congo. Desde entonces, la mayoría de los casos notificados proceden de la cuenca del Congo y el África occidental.
¿Cómo se transmite?
La transmisión de persona a persona ocurre principalmente por el contacto estrecho de piel con piel o piel con mucosas (como la saliva), sobre todo en las relaciones sexuales, señala la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
Una vez que el virus entra en el organismo la viruela del mono puede contagiarse a otros miembros de la familia y a las parejas sexuales, por lo que las personas con múltiples parejas sexuales corren mayor riesgo.
¿Se puede transmitir por otras vías?
El virus se puede contraer también a partir de objetos contaminados como ropa de vestir o de cama y a través de heridas punzantes en la asistencia sanitaria. También es posible su transmisión en entornos comunitarios como los salones de tatuajes, avisa la OMS.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más frecuentes son:
Erupción cutánea.
Fiebre.
Dolor de garganta y/cabeza.
Dolor muscular, dolor de espalda.
Falta de energía.
Ganglios linfáticos inflamados.
La erupción cutánea, que es en algunos casos el primer síntoma, comienza como una mancha que pasa a vesícula llena de líquido y puede picar y doler. Cuando esta erupción se cura, las lesiones sobre la piel se cubren de costras que acaban por caer.
Las lesiones pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, como palma de las manos, plantas de los pies; cara, boca y garganta; ingles y genitales y ano.
Se trata del décimo sexto brote de ébola declarado en este país desde la última epidemia, que duró entre agosto y septiembre de 2022 y causó una única muerte.
Pero también Uganda declaró el pasado mes de enero otro brote y se une a otros países de la región como Gabón, Congo o Sudán que han tenido que hacer frente a distintos brotes que se han cobrado la vida de cientos de personas.
Un balance provisional del actual brote de la República Democrática del Congo, que acaban de declarar las autoridades sanitarias, deja al menos 16 muertos y casi una treintena de casos sospechosos.
Entierro de un afectado por el brote de ébola en República Democrática del Congo en 2019. EFE/EPA/HUGH KINSELLA CUNNINGHAM
El virus del ébola en siete claves
1. ¿Cómo se transmite el virus de la ébola?
Se cree que determinadas especies de murciélagos son los hospedadores de este virus y de ellos el virus se transmite a otros animales y a personas.
El contagio se produce por el contacto directo con los fluidos de un afectado, a través de lesiones en la piel o de las mucosas, tanto con sangre o líquidos corporales de personas enfermas o fallecidas por ébola; y objetos o superficies contaminados por líquidos o secreciones corporales, según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mientras no hay síntomas, no hay riesgo de contagio, pero siguen siendo infecciosas mientras haya presencia de virus en sangre.
El periodo de incubación (es decir, el intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas) oscila entre dos y 21 días. El aislamiento del enfermo es clave.
2. Los síntomas
Los síntomas iniciales, que pueden aparecer de forma repentina, son fiebre, cansancio, malestar general, dolores musculares y dolor de cabeza y de garganta.
Después aparecen vómitos, diarrea, dolor abdominal, erupciones cutáneas y signos de deterioro de las funciones renal y hepática. Las hemorragias internas y externas aparecen en las fases más avanzadas.
3. Diagnóstico y tratamiento
Las pruebas PCR, de anticuerpos o cultivos han facilitado un diagnóstico más rápido.
Dos vacunas, tanto de respuesta a los brotes como para prevenir nuevos casos, son las principales armas contra el ébola, a las que se unen diferentes fármacos antivirales.
Imagen facilitada por el CDC estadounidense que muestra el virus del Ébola. EFE
4. Prevención
Otra de las claves del virus del Ébola radica en la prevención. La OMS considera fundamental la implicación de la población para controlar con éxito cualquier brote.
Son necesarias medidas como la atención clínica, la vigilancia y el rastreo de contactos, los servicios de laboratorio, la prevención y el control de las infecciones en los establecimientos de salud, las inhumaciones seguras y dignas, la vacunación y la movilización social.
Los trabajadores sanitarios, ante el alto riesgo de contagio, deben vacunarse de forma preventiva, utilizar equipos de protección personal y una exigente higiene de manos.
5. Un virus que puede persistir
Existe evidencia científica de la persistencia del virus de fiebres hemorrágicas en testículos, interior de los ojos y el cerebro de algunas personas recuperadas, informa la OMS.
También pueden permanecer en la placenta, el líquido amniótico y el feto de las mujeres infectadas durante el embarazo, así como en la leche materna durante la lactancia.
Se ha documentado también transmisión del virus del Ébola a través de esperma infectado hasta quince semanas después de la recuperación clínica.
6. El origen del virus del Ébola
El ébola se detectó por primera vez en 1976 en la actual República Democrática del Congo. El brote se produjo en un pueblo cercano al río Ébola, del que toma su nombre el virus y la enfermedad.
Otra de las claves sobre el virus del Ébola es que, actualmente, existen cinco subtipos: Zaire, Sudán, Tai Forest, Bundibugyo y Reston. Todas se han descrito en África excepto la Reston que proviene de Asia.
7. La epidemia que sacudió al mundo
La mayor epidemia de ébola vivida hasta el momento fue desde 2014 a 2016 en Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia causando más de 11.000 muertes.
Varios misioneros y sanitarios españoles, británicos o estadounidenses afectados fueron repatriados para ser tratados en Europa y América. Fue entonces cuando la comunidad internacional se movilizó para combatir un virus que entonces tenía una letalidad del 90 %, ahora reducida gracias, fundamentalmente, a las vacunas.
Para la Dra. Lucía Campos Muñoz, dermatóloga del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid, “el picor que provoca la dermatitis atópica (DA) es tan intenso que se llega a generar sangre en las heridas causadas por el rascado, prácticamente involuntario”.
La DA aparece en cualquier zona corporal y, dependiendo de la edad y la persona, los eccemas también podrán significarse con piel agrietada, costras, engrosamiento cutáneo, piel en carne viva y oscurecimiento de la epidermis que rodea a los ojos.
Los brotes de dermatitis atópica suelen comenzar antes de los cinco años de edad, siendo la infancia la etapa más castigada, con una prevalencia del 5-20 % de casos. Esta cronicidad se prolongará durante la adolescencia y la juventud, llegando a persistir en la vida adulta.
“En la infancia, la descamación y la sequedad serán más visibles y molestas en el cuello, la cara y a nivel de las flexuras de las articulaciones, mucho peor en los codos y en las rodillas”, señala la Dra. Campos Muñoz.
Esta dermatitis evolucionará con la edad adoptando formas clínicas en las zonas de extensión de las articulaciones, en la espalda (zona lumbosacra) y otras áreas específicas de cuerpo, como las manos y los pies (especialmente con eccema dishidrótico y dermatosis plantar, respectivamente).
Imágenes cedidas por la Dra. Campos Muñoz, dermatóloga del equipo que dirige el Dr. Eduardo López Bran.
De dónde viene y a dónde va la dermatitis atópica
La DA está asociada, con frecuencia, a una respuesta exagerada del sistema inmunitario ante los agentes externos (microorganismos). Aún así, se desconoce con exactitud por qué aparece esta enfermedad y por qué se cronifica.
“La dermatitis atópica normalmente evoluciona en brotes, es decir, que l@s pacientes están en algunos momentos bien y en otros momentos están mal, manteniéndose en el tiempo sin interrupción”, destaca la dermatóloga.
Tanto es así que los pacientes corren un mayor riesgo de padecer alergias alimentarias, rinitis alérgica (pólenes) y asma, enfermedad respiratoria pulmonar, más prevalente durante la infancia.
“En la mayoría de los casos diagnosticados, la dermatitis atópica es la primera manifestación de la diátesis atópica (predisposición genética o hereditaria a desarrollar enfermedades alérgicas)”, apunta la Dra. Campos.
Si nuestra piel es vulnerable, no es capaz de mantenerse hidratada y no lucha adecuadamente contra los agentes externos, como las bacterias (Staphylococcus aureus), los alérgenos, la contaminación ambiental o el humo del tabaco, entrará en el círculo vicioso de la enfermedad crónica.
La inmunidad se verá comprometida por el trastorno funcional en la respuesta inflamatoria frente a los antígenos que presentan las células de Langerhans, las células T y las células efectoras inmunes (linfocitos productores de anticuerpos).
Será entonces cuando el sistema inmunológico provocará lesiones en la piel que pueden coexistir o sucederse en el tiempo: eccemas, prurigo (pápulas con vesícula que se sustituyen por costra) y liquenificación (placas engrosadas, recorridas por surcos).
“Pero existen diferentes factores que influyen en la aparición de la dermatitis atópica, como la herencia genética: se sabe que si los padres tienen o han padecido alergias, asma o dermatitis atópica aumentan las posibilidades de que sus hij@s desarrollen esta enfermedad”, subraya. la Dra. Campos.
También afectan los tejidos sintéticos o confeccionados con lana, a diferencia del algodón, que siempre se deben lavar a mano o a máquina sin añadir productos suavizantes.
Tampoco son adecuadas las sustancias que puedan irritar la piel, como el contenido químico del agua en las piscinas.
“Las personas que sufren dermatitis atópica tienen que utilizar una crema barrera antes de entrar en el agua (piscina o mar) y, posteriormente, darse una ducha limpiadora para retirar el cloro o la sal. A continuación, se debe aplicar una capa de crema hidratante”, indica.
El agua del mar, beneficiosa en líneas generales, puede causar ardor e irritaciones en los casos de piel agrietada.
“A tal efecto, el paciente que tenga la posibilidad de ir a una zona costera con buena humedad ambiental debería esperar unos días antes de zambullirse en las olas. La humedad mejorará previamente el estado de su piel y el baño retardado será más gratificante”, asegura.
“En cualquier caso -reitera- nunca dejaremos de utilizar los hidratantes y aquellos tratamientos farmacológicos pautados durante el invierno”.
Prevención familiar y tratamiento de la dermatitis atópica
Es fundamental, por tanto, aplicar emolientes corporales, puesto que los pacientes DA siempre mostrarán una piel seca, como si las cremas se absorbieran rápidamente. Aquí funciona la muletilla… Poner, poner y volver a poner… productos hidratantes.
Los hábitos de vida y los cuidados familiares, como la higiene corporal, tienen una enorme importancia en las primeras etapas de la vida: es mejor sustituir la bañera por la ducha, utilizando siempre agua templada en lavados de poco tiempo y restringiendo el uso de jabones en las zonas olorosas.
En este sentido, una investigación demostraría la sinergia positiva de algunos prebióticos (nutrientes para la microbiota digestiva), probióticos (microorganismos vivos para mejorar la calidad de la microbiota digestiva) y simbióticos (combinación de ambos) para reducir la incidencia de la dermatitis atópica.
El metaanálisis, con más de 127.000 casos, síntesis de múltiples estudios, observó un beneficio protector de los prebióticos, probióticos y simbióticos en las madres embarazadas, madres en periodo de lactancia y bebés en los primeros meses de vida.
A la vez, se comprobó que disminuyó la severidad de la DA en pacientes con enfermedad moderada o severa al emplear probióticos, lactobacillus y simbióticos. En cambio, no hubo mejoría en pacientes leves o cuando se utilizó bifidobacterium o prebióticos aislados.
Pero una inmensa mayoría de casos en dermatitis atópica (DA) necesitan terapias que van desde los corticoides aplicados sobre la piel hasta los fármacos más innovadores a base de moléculas biológicas.
“La verdad es que hemos vivido una explosión de tratamientos muy efectivos, como los fármacos biológicos o los inhibidores de JAK (bloquean la acción de las proteínas que promueven la inflamación)”, dice la especialista.
Destacan dupilumab y tralokinumab, por un lado, y upadacitinib, baricitinib y abrocinitib, por el otro.
“Este tipo de medicamentos innovadores consiguen retrasar la aparición de los brotes y limpiar las lesiones en un buen número de casos, demostrando un buen perfil de seguridad y tolerancia”, añade.
“Durante estos últimos años sólo disponíamos de corticoides tópicos y orales, curas húmedas, inhibidores de la calcineurina y de algunos inmunosupresores clásicos, como la ciclosporina o el metotrexate“, completa.
La investigación médica frente a la dermatitis atópica es persistente, tanto como el picor de esta enfermedad crónica.
“Tenemos que ser capaces de limpiar esas lesiones, esas placas rojodescamativas, aliviando el picor acompañante y mejorando la calidad de vida de tod@s y cada un@ de nuestr@s pacientes”, concluye la Dra. Lucía Campos Muñoz.