Ciencia y Salud
“La pregunta no es si habrá otra pandemia, sino cuándo ocurrirá”, artículo de investigadores del Instituto de Salud Carlos III

Los científicos del Instituto de Salud Carlos III que firman este artículo sobre la amenaza de una pandemia son: Isabel Jado, subdirectora de Servicios Aplicados, Formación e Investigación del ISCIII; José Luis Peñalvo, director del Centro Nacional de Epidemiología; y José Miguel Rubio, director del Centro Nacional de Microbiología.
También lo suscriben Inmaculada Casas, responsable del Laboratorio de Referencia e Investigación en Virus Respiratorios, y Juan Emilio Echeverría, investigador científico en la Unidad de Virus Exantemáticos, Parotiditis y Rabia, del Laboratorio de Referencia e Investigación en Enfermedades Víricas Inmunoprevenibles, ambos del Centro Nacional de Microbiología.
Los cinco expertos del Instituto de Salud Carlos III consideran que la clave ante una nueva pandemia “está en actuar antes del próximo brote” y aseguran que la ciencia ha demostrado que, “con preparación, inversión en investigación y cooperación internacional, es posible controlar las enfermedades antes de que se conviertan en crisis globales”.
“La pregunta no es si habrá otra pandemia, sino cuándo ocurrirá”
- Isabel Jado, subdirectora de Servicios Aplicados, Formación e Investigación del ISCIII. Exdirectora del Centro Nacional de Microbiología, ISCIII.
- José Luis Peñalvo, director del Centro Nacional de Epidemiología del ISCIII.
- José Miguel Rubio, director del Centro Nacional de Microbiología del ISCIII.
- Inmaculada Casas, responsable del Laboratorio de Referencia e Investigación en Virus Respiratorios. Centro Nacional de Microbiología, ISCIII.
- Juan Emilio Echeverría, investigador científico en la Unidad de Virus Exantemáticos, Parotiditis y Rabia, del Laboratorio de Referencia e Investigación en Enfermedades Víricas Inmunoprevenibles. Centro Nacional de Microbiología, ISCIII.
A lo largo de la historia, la humanidad ha enfrentado brotes de enfermedades que han transformado sociedades, desde la peste negra o la gripe de 1918 hasta la pandemia de covid-19. En gran medida, gracias a la capacidad reactiva de la ciencia frente a emergencias, hoy comprendemos mejor cómo surgen estos eventos y como combatirlos.
Desde el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) aportamos investigación propia, financiación, formación, asesoría y servicios científico-técnicos para ayudar a que la ciencia mejore la salud de las personas en estos y otros eventos de salud pública.
La pandemia de covid-19 nos ha enfrentado a nuevos escenarios y nos ha impulsado a responder. Desde la capacidad de desarrollar vacunas en tiempo récord, como las basadas en ARNm, a la creciente colaboración entre instituciones públicas, académicas y empresariales, impulsadas por el intercambio de datos microbiológicos y clínicos, pasando por el fortalecimiento de los sistemas de vigilancia de salud pública y el conocimiento epidemiológico para predecir la evolución de los contagios o la identificación de poblaciones vulnerables.

del Centro Nacional de Microbiología, Foto cedida por el ISCIII
Con todo ello, cinco años después de que apareciera la covid-19, nos hemos situado en un escenario más optimista frente a una futura pandemia.
En España y Europa, como en el resto del mundo, se han intensificado los esfuerzos entre los distintos actores de la salud pública para delinear una estrategia robusta de preparación ante futuras pandemias.
El ISCIII ha tenido un papel muy relevante durante la pandemia (ver el informe ‘El ISCIII y la COVID-19’), aportando conocimiento, experiencia y recursos, y siendo protagonista en iniciativas tan relevantes como el estudio de seroprevalencia ENE-COVID y el ensayo CombiVacs sobre vacunas, por citar sólo dos ejemplos.
Sin embargo, a pesar del conocimiento adquirido y de las muchas lecciones aprendidas durante la pandemia de covid-19, nuestra sociedad sigue siendo vulnerable, ya que siempre existe un riesgo real de tener que afrontar nuevas crisis pandémicas.

Salud humana, animal y ambiental: One Health
El principal factor que determina el riesgo de una futura pandemia es la cambiante relación entre los seres humanos y el medio ambiente. La mayoría de las enfermedades infecciosas virales que han afectado en grandes números o gravedad al ser humano tienen origen zoonótico.
Ejemplos de ello son el virus del Ébola, el VIH y, probablemente, el reciente coronavirus SARS-CoV-2, que en algún momento dieron el salto interespecie desde los animales.
El inicio de la convivencia estrecha con los animales a través de su domesticación en el Neolítico fue probablemente un punto de inflexión en la frecuencia de estos eventos.
Actualmente, fenómenos como la expansión urbana acelerada y desordenada, la deforestación, o el comercio ilegal de especies exóticas, entre muchos otros, contribuyen al acercamiento de la población humana a los animales silvestres, aumentando la posibilidad de exposición a esos virus ‘exóticos’ para el ser humano, y que por lo tanto presentan un riesgo pandémico.
En este contexto, el cambio climático inducido por la actividad humana desempeña un papel clave. A corto plazo, el aumento de las temperaturas altera el equilibrio de los ecosistemas, facilitando la transmisión de virus entre especies.
Los cambios de distribución geográfica de los reservorios, de los vectores y de los hospedadores intermediarios de virus, facilitan el contacto con poblaciones humanas susceptibles y que antes no estaban expuestas a ellos.

Por otra parte, el aumento de la frecuencia de fenómenos climáticos extremos asociados al cambio climático causa crisis humanitarias, que son el escenario perfecto para el origen y propagación de nuevas enfermedades emergentes que pueden derivar en pandemias.
A medio y largo plazo, la desaparición permanente del permafrost -capas de suelo congeladas durante largos periodos de tiempo- podría liberar microorganismos inactivos durante miles de años, algunos nuevos e impredecibles y otros conocidos, dando lugar a brotes de enfermedades ya controladas e incluso otros resistentes a antimicrobianos (antivirales y antibióticos).
El riesgo de que un virus o bacteria resistente se vuelva altamente contagioso, desencadenando una crisis sanitaria sin tratamientos eficaces disponibles, es real.
Por todo ello, la prevención de nuevas pandemias solo puede concebirse desde la perspectiva de una sola salud (One Health), un concepto que aúna la visión de la salud humana, animal y ambiental.
La globalización ha acelerado el desplazamiento de personas y bienes a nivel mundial, facilitando la propagación de microrganismos patógenos. Un virus que emerge en una región remota puede extenderse en cuestión de días debido a los desplazamientos internacionales.
Para mitigar este riesgo, es fundamental el desarrollo de sistemas de alerta temprana, y la cooperación entre países para compartir datos microbiológicos y epidemiológicos en tiempo real. Sin embargo, las tensiones geopolíticas pueden dificultar esta colaboración, lo que subraya la necesidad de acuerdos internacionales sólidos y mecanismos de respuesta coordinados.
Un entorno complejo y multifactorial: hay que ir todos a una
Por otro lado, la irrupción de la secuenciación masiva en la detección y caracterización de nuevos agentes infecciosos y base de la vigilancia genómica, el rápido desarrollo de métodos de diagnóstico rápido de laboratorio, y tecnologías como la inteligencia artificial y el big data, están revolucionando la vigilancia en salud pública.
El análisis de grandes volúmenes de datos permite, por una parte, detectar patrones en la propagación de enfermedades y anticipar posibles brotes y cadenas de carácter epidémico entre humanos y, por otra, conocer con extremada exactitud las características genómicas y biológicas de los posibles virus pandémicos, que en ese momento son la base del diseño y adecuación de las medidas de control.
El desarrollo de plataformas de datos globales facilita la toma de decisiones rápidas y efectivas, mejorando la capacidad de respuesta ante amenazas sanitarias emergentes.

Los aspectos socio-económicos son determinantes de primer orden de la emergencia de un agente infeccioso sobre la población humana. La lucha contra la desigualdad y la pobreza es un elemento esencial para la prevención de nuevas pandemias.
Además de la carga poblacional de una infección de carácter pandémico, un aspecto a menudo subestimado de las pandemias es el impacto de los síndromes post-virales, como el denominado covid persistente, que afecta a millones de personas con síntomas prolongados tras la infección inicial.
La carga de estas secuelas en los sistemas de salud y en la economía es considerable y subraya la importancia de la expansión de la vigilancia post-infección aguda y la investigación en tratamientos y rehabilitación a largo plazo, aún más importante en sociedades con alta carga de comorbilidades, como las europeas.
Este marco ya de por sí complejo se ve debilitado por cuestiones como el posible debilitamiento de instituciones dedicadas a la protección de la salud pública, como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Durante la pandemia de covid-19, la OMS jugó un papel clave tanto en la comunicación fehaciente de los riesgos a la sociedad, como en la recomendación de las medidas preventivas que se iban implementándo en cada fase, los posibles tratamientos y la necesaria distribución equitativa de las vacunas.
No obstante, la OMS y otros estándares de referencia global en salud, se enfrentan a críticas que debilitan su credibilidad, y a recortes de financiación que ponen en riesgo su capacidad de actuar en futuras emergencias.
Sin una coordinación global efectiva, el control de una nueva pandemia podría ser extremadamente difícil.
En este contexto, el impacto del apoyo gubernamental a las instituciones financiadoras es fundamental para mantener y fortalecer la investigación en vigilancia microbiológica y epidemiológica, el desarrollo de nuevas tecnologías médicas y la investigación traslacional en enfermedades infecciosas.

La importancia de contar bien la ciencia
Por último, hay que destacar el negacionismo como otro de los mayores retos en la anticipación y gestión de potenciales pandemias, que surge como rechazo a las evidencias científicas, y la consiguiente propagación de desinformación.
La falta de confianza en la ciencia y en las instituciones de salud pública puede frenar la respuesta a una pandemia, afectando a la adopción de las medidas preventivas y la aceptación de las vacunas.
Por ello, es fundamental invertir en estrategias de comunicación bidireccionales que acerquen el discurso científico a la sociedad, fomenten el pensamiento crítico y generen un diálogo abierto con la ciudadanía.
Revalorizar la labor de la comunidad científica y resaltar su papel esencial en la protección de la salud ciudadana, resulta clave para combatir la desconfianza y las críticas infundadas que pueden surgir ante la incertidumbre inherente a nuevos retos de salud y crisis sanitarias.
En este sentido, el papel de las autoridades científicas y sanitarias, y de organismos que trabajan sobre la ciencia y la salud, como el ISCIII, es muy importante para apoyar una buena comunicación y divulgación de la ciencia.
En el Instituto, como desde todos los actores que luchamos contra la enfermedad y a favor de la salud, hemos podido aprender mucho durante estos últimos cinco años.
En definitiva, el riesgo de una nueva pandemia es real, pero existen maneras de reducir su impacto. La ciencia ha demostrado que, con preparación, inversión en investigación y cooperación internacional, es posible controlar las enfermedades antes de que se conviertan en crisis globales. La clave está en actuar antes del próximo brote.

La entrada “La pregunta no es si habrá otra pandemia, sino cuándo ocurrirá”, artículo de investigadores del Instituto de Salud Carlos III se publicó primero en EFE Salud.
Ciencia y Salud
Raúl Rabadán, director científico del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)

El Comité de Selección encargado de elegir al nuevo director científico del CNIO y el Patronato de este centro han aprobado su nombramiento por unanimidad, según han informado a EFE fuentes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Su trabajo científico se ha centrado en desarrollar y aplicar modelos cuantitativos a datos genómicos de gran escala para la comprensión de la dinámica de procesos biológicos, en concreto el cáncer y las enfermedades infecciosas.
El Patronato del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) destituyó el pasado mes de enero a María Blasco como directora científica y a Juan Arroyo como director gerente tras varias semanas de polémicas y acusaciones cruzadas, durante las cuales se sucedieron las quejas por la mala equipación del centro, la caída de la producción científica, el elevado déficit y la mala gestión, además de acusaciones de abuso de poder y de acoso laboral.
Además de Raúl Rabadán se ha incorporado al CNIO, como nuevo director gerente, José Manuel Bernabé, según ha confirmado el centro a través de las redes sociales.
El nuevo director del CNIO, experto en genómica del cáncer
Rabadán trabaja actualmente como catedrático Gerald and Janet Carrus en la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.), donde es el director del Programa de Genómica Matemática y antes había sido director del Centro de Topología de la Evolución y Heterogeneidad del Cáncer.
Anteriormente, Rabadán fue investigador en el Institute for Advanced Study (IAS) en Princeton (EE.UU.) y en el CERN de Ginebra (Suiza); realizó su licenciatura en Física y su tesis doctoral en la Universidad Autónoma de Madrid, desarrollando el resto de su carrera en el extranjero, en Suiza y desde 2003 en Estados Unidos.
Su trabajo en genómica del cáncer ha llevado a la identificación de alteraciones impulsoras y mecanismos de resistencia a la terapia en tumores de cerebro, en varios tipos de leucemias y linfomas, entre otros; y su labor se ha plasmado en más de 200 publicaciones científicas, entre ellas las de mayor impacto, como New England Journal of Medicine, Nature, Science, Nature Biotechnology, Nature Genetics, Nature Medicine o Cell.

25 candidatos
El proceso de selección de la nueva dirección científica CNIO se inició el 10 de abril de 2025 con la apertura del concurso internacional para la selección de este puesto, y para ello se formó un comité de selección presidido por el secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades, Juan Cruz Cigudosa, y del que han formado parte cuatro investigadores de prestigio como vocales.
Al puesto han optado 25 personas, de las que nueve desarrollaban su labor investigadora en Estados Unidos (el 36 %) en el momento de postularse; ocho lo han hecho desde España (32 %); tres desde el Reino Unido; cuatro desde otros países de Europa y una desde un país asiático, según los datos facilitados por el Ministerio de Ciencia.
Este jueves, durante la reunión convocada para dar cuenta del proceso de selección de este puesto de dirección, Cigudosa ha propuesto al Patronato del CNIO que el profesor Raúl Rabadán sea el nuevo director científico del centro.
El secretario de Estado ha defendido la idoneidad de Rabadán para el puesto, y ha destacado que el Comité de Selección ha considerado que ha presentado el mejor proyecto estratégico, además de una trayectoria científica de excelencia reconocida internacionalmente.
El Comité, según las mismas fuentes, considera que su proyecto tiene un alto potencial transformador para el centro porque apuesta por aspectos esenciales para su futuro, como la aplicación y desarrollo de nuevas tecnologías digitales y computacionales, el énfasis en mejorar la excelencia e incrementar la transferencia e innovación, así como el objetivo de conseguir de forma efectiva la multidisciplinariedad y convergencia entre investigación básica, aplicada y clínica.
Ha valorado además que el candidato ha presentado una estrategia “muy completa y ambiciosa” de relación del CNIO con el ecosistema científico, sanitario, universitario y empresarial español, europeo y estadounidense, lo que potenciará el impacto nacional e internacional del centro y posibilitará la captación de fondos privados.
La entrada Raúl Rabadán, director científico del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) se publicó primero en EFE Salud.
Ciencia y Salud
La OTAN invierte en tecnología sanitaria para prepararse para la guerra

Bruselas (Euractiv.com/.es) – El centro tecnológico de la OTAN ha seleccionado a tres nuevas empresas europeas del sector de la salud como candidatas a recibir ayuda al desarrollo, en una muestra clara de que la Alianza Atlántica sopesa emplear cada vez más la tecnología de doble uso del sector sanitario.
La Alianza ha seleccionado a 15 empresas para recibir apoyo del Acelerador de Innovación en Defensa de la OTAN (DIANA).
Entre las seleccionadas se encuentran la francesa MANITTY, la biotecnológica estadounidense Swaza y la británica 52 North Health, empresas que trabajan en proyectos que relacionan salud y defensa.
Esas empresas seguirán recibiendo apoyo de la Alianza para desarrollar nuevas tecnologías este año en el marco de la segunda fase del programa DIANA, según anunciaron el miércoles fuentes de la OTAN.
DIANA selecciona empresas de nueva creación que trabajan en tecnologías de doble uso que podrían beneficiar a la OTAN y a sus países miembros.
Las tres empresas del sector sanitario elegidas este año son una muestra del interés de la OTAN por medir el rendimiento humano y las reacciones al estrés, así como por impulsar la investigación médica.
Según fuente de DIANA, la tecnología basada en IA de MANITTY ha logrado «realizar un seguimiento continuo de las constantes vitales y la actividad cerebral, y detectar signos tempranos de deterioro».
Por su parte, 52 North Health ha desarrollado un método para determinar si alguien se ha contaminado en caso de ataque nuclear y medir las células sanguíneas para «permitir el triaje remoto y la supervisión del tratamiento de personas con riesgo de enfermedad por radiación en caso de incidente nuclear» con el objetivo de «reforzar la capacidad de resistencia médica».
Mientras tanto, Swaza ha inventado un sistema para ayudar a los pacientes a respirar sin la ayuda de ventiladores ni bombonas de oxígeno, según informó DIANA.
Todas las empresas seleccionadas, entre el grupo original de 73, recibirá 300.000 euros, así como apoyo adicional para trabajar con inversores y usuarios finales. Las empresas también tendrán acceso a los centros de pruebas de la OTAN.
El interés del acelerador de la OTAN por la industria sanitaria sigue vigente. En ese sentido, DIANA también incluye «la resiliencia humana y las biotecnologías» entre las áreas temáticas de 2026 para el desarrollo de tecnología punta de doble uso, con el objetivo de «mejorar y proteger la salud y el rendimiento humanos, equipando a los seres humanos para hacer frente a exigencias físicas y mentales extremas», según se explica en la web de DIANA.
A principios de este verano, el fondo de innovación de la OTAN invirtió 30 millones de euros en Portal Biotech, una empresa británica de biotecnología que, según la OTAN, ha desarrollado una forma de «acelerar el desarrollo de fármacos y diagnósticos».
///
(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
The post La OTAN invierte en tecnología sanitaria para prepararse para la guerra appeared first on Euractiv.es.
Ciencia y Salud
La actriz Antonia San Juan anuncia que tiene cáncer

En un vídeo corto, Antonia San Juan ha comentado que padece de faringitis crónica y que en el último año ha tenido problemas de garganta que le han obligado a suspender algunas funciones de teatro.
El médico del centro de salud le detectó un problema en las cuerdas vocales y la derivó al otorrinolaringólogo quien le hizo varias pruebas, como un TAC y una biopsia.
El resultado ha sido un tumor pero todavía está pendiente de que le digan qué tipo de cáncer es y cuál es el tratamiento apropiado.
“Yo confío plenamente en la ciencia y ahora lo que me toca es seguir el tratamiento que me pongan”, ha señalado.
La actriz ha finalizado el vídeo diciendo que su vida “ha sido y es bonita” y que no le gusta quejarse ni que la gente le tenga compasión: “Solamente quiero dar las gracias a los que están ahí. Si ven que no estoy activa… pues bueno, es que estoy enferma. Gracias a todos y voy a hacer todo lo posible por curarme”.
Antonia San Juan, nacida en Las Palmas de Gran Canaria en 1961, es conocida por sus trabajos en cine, televisión y teatro, entre ellos, en la película ‘Todo sobre mi madre’, del director Pedro Almodóvar (1999), por el que fue nominada al Goya revelación y recibió el Premio de la Unión de Actores.
En la serie de televisión “La que se avecina” hizo el popular papel de Estela Reynolds.
También directora, guionista y productora, gestiona el teatro Arlequín de Madrid y en su faceta teatral ha realizado numerosas giras como con su obra ‘Entrevista con mi hija Mari’ (2023-2024) y ‘Échale la culpa a Pandora’ (2025).
En las últimas semanas, el mundo de la cultura se ha visto sacudido por las muertes de la actriz Verónica Echegui, por cáncer, del intérprete Manuel de la Calva, del Dúo Dinámico, y del actor Eusebio Poncela.
La entrada La actriz Antonia San Juan anuncia que tiene cáncer se publicó primero en EFE Salud.
-
Ciencia y Salud3 días
Manchas en la piel, cómo y cuándo eliminar las huellas del sol
-
Mundo Política3 días
Sánchez afirma que no hay «corrupción estructural» en el PSOE y critica que haya «jueces haciendo política»
-
Ciencia y Salud3 días
El debate sobre las reservas de fármacos expone las grietas de la Ley de Medicamentos Esenciales
-
Mundo Economía2 días
Eurodiputados cargan contra Bruselas por presuntamente frenar una multa contra Google
-
Ciencia y Salud3 días
Prohibida en la UE una sustancia muy utilizada en esmaltes de uñas por ser tóxica
-
Innovación y Tecnología2 días
El Consejo pedirá a la UE que vigile la competitividad de la nube y la IA
-
Ciencia y Salud3 días
La plaga del gusano barrenador acecha a los humanos
-
Mundo Economía1 día
El TGUE desestima el recurso de Zalando para evitar su designación como «plataforma de muy gran tamaño»