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Ciencia y Salud

“La pregunta no es si habrá otra pandemia, sino cuándo ocurrirá”, artículo de investigadores del Instituto de Salud Carlos III

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Instituto Salud Carlos III

Los científicos del Instituto de Salud Carlos III que firman este artículo sobre la amenaza de una pandemia son: Isabel Jado, subdirectora de Servicios Aplicados, Formación e Investigación del ISCIII; José Luis Peñalvo, director del Centro Nacional de Epidemiología; y José Miguel Rubio, director del Centro Nacional de Microbiología.

También lo suscriben Inmaculada Casas, responsable del Laboratorio de Referencia e Investigación en Virus Respiratorios, y Juan Emilio Echeverría, investigador científico en la Unidad de Virus Exantemáticos, Parotiditis y Rabia, del Laboratorio de Referencia e Investigación en Enfermedades Víricas Inmunoprevenibles, ambos del Centro Nacional de Microbiología.

Los cinco expertos del Instituto de Salud Carlos III consideran que la clave ante una nueva pandemia “está en actuar antes del próximo brote” y aseguran que la ciencia ha demostrado que, “con preparación, inversión en investigación y cooperación internacional, es posible controlar las enfermedades antes de que se conviertan en crisis globales”.

“La pregunta no es si habrá otra pandemia, sino cuándo ocurrirá”

  • Isabel Jado, subdirectora de Servicios Aplicados, Formación e Investigación del ISCIII. Exdirectora del Centro Nacional de Microbiología, ISCIII.
  • José Luis Peñalvo, director del Centro Nacional de Epidemiología del ISCIII.
  • José Miguel Rubio, director del Centro Nacional de Microbiología del ISCIII.
  • Inmaculada Casas, responsable del Laboratorio de Referencia e Investigación en Virus Respiratorios. Centro Nacional de Microbiología, ISCIII.
  • Juan Emilio Echeverría, investigador científico en la Unidad de Virus Exantemáticos, Parotiditis y Rabia, del Laboratorio de Referencia e Investigación en Enfermedades Víricas Inmunoprevenibles. Centro Nacional de Microbiología, ISCIII.

A lo largo de la historia, la humanidad ha enfrentado brotes de enfermedades que han transformado sociedades, desde la peste negra o la gripe de 1918 hasta la pandemia de covid-19. En gran medida, gracias a la capacidad reactiva de la ciencia frente a emergencias, hoy comprendemos mejor cómo surgen estos eventos y como combatirlos.

Desde el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) aportamos investigación propia, financiación, formación, asesoría y servicios científico-técnicos para ayudar a que la ciencia mejore la salud de las personas en estos y otros eventos de salud pública.

La pandemia de covid-19 nos ha enfrentado a nuevos escenarios y nos ha impulsado a responder. Desde la capacidad de desarrollar vacunas en tiempo récord, como las basadas en ARNm, a la creciente colaboración entre instituciones públicas, académicas y empresariales, impulsadas por el intercambio de datos microbiológicos y clínicos, pasando por el fortalecimiento de los sistemas de vigilancia de salud pública y el conocimiento epidemiológico para predecir la evolución de los contagios o la identificación de poblaciones vulnerables.

instituto salud carlo III
Isabel Jado, subdirectora de Servicios Aplicados, Formación e Investigación del ISCIII. Exdirectora
del Centro Nacional de Microbiología, Foto cedida por el ISCIII

Con todo ello, cinco años después de que apareciera la covid-19, nos hemos situado en un escenario más optimista frente a una futura pandemia.

En España y Europa, como en el resto del mundo, se han intensificado los esfuerzos entre los distintos actores de la salud pública para delinear una estrategia robusta de preparación ante futuras pandemias.

El ISCIII ha tenido un papel muy relevante durante la pandemia (ver el informe ‘El ISCIII y la COVID-19’), aportando conocimiento, experiencia y recursos, y siendo protagonista en iniciativas tan relevantes como el estudio de seroprevalencia ENE-COVID y el ensayo CombiVacs sobre vacunas, por citar sólo dos ejemplos.

Sin embargo, a pesar del conocimiento adquirido y de las muchas lecciones aprendidas durante la pandemia de covid-19, nuestra sociedad sigue siendo vulnerable, ya que siempre existe un riesgo real de tener que afrontar nuevas crisis pandémicas.

Instituto salud Carlos III
José Luis Peñalvo, director del Centro Nacional de Epidemiología. Foto cedida por ISCIII

Salud humana, animal y ambiental: One Health

El principal factor que determina el riesgo de una futura pandemia es la cambiante relación entre los seres humanos y el medio ambiente. La mayoría de las enfermedades infecciosas virales que han afectado en grandes números o gravedad al ser humano tienen origen zoonótico.

Ejemplos de ello son el virus del Ébola, el VIH y, probablemente, el reciente coronavirus SARS-CoV-2, que en algún momento dieron el salto interespecie desde los animales.

El inicio de la convivencia estrecha con los animales a través de su domesticación en el Neolítico fue probablemente un punto de inflexión en la frecuencia de estos eventos.

Actualmente, fenómenos como la expansión urbana acelerada y desordenada, la deforestación, o el comercio ilegal de especies exóticas, entre muchos otros, contribuyen al acercamiento de la población humana a los animales silvestres, aumentando la posibilidad de exposición a esos virus ‘exóticos’ para el ser humano, y que por lo tanto presentan un riesgo pandémico.

En este contexto, el cambio climático inducido por la actividad humana desempeña un papel clave. A corto plazo, el aumento de las temperaturas altera el equilibrio de los ecosistemas, facilitando la transmisión de virus entre especies.

Los cambios de distribución geográfica de los reservorios, de los vectores y de los hospedadores intermediarios de virus, facilitan el contacto con poblaciones humanas susceptibles y que antes no estaban expuestas a ellos.

Instituto Salud Carlos III
José Miguel Rubio, director del Centro Nacional de Microbiología. Foto cedida ISCIII

Por otra parte, el aumento de la frecuencia de fenómenos climáticos extremos asociados al cambio climático causa crisis humanitarias, que son el escenario perfecto para el origen y propagación de nuevas enfermedades emergentes que pueden derivar en pandemias.

A medio y largo plazo, la desaparición permanente del permafrost -capas de suelo congeladas durante largos periodos de tiempo- podría liberar microorganismos inactivos durante miles de años, algunos nuevos e impredecibles y otros conocidos, dando lugar a brotes de enfermedades ya controladas e incluso otros resistentes a antimicrobianos (antivirales y antibióticos).

El riesgo de que un virus o bacteria resistente se vuelva altamente contagioso, desencadenando una crisis sanitaria sin tratamientos eficaces disponibles, es real.

Por todo ello, la prevención de nuevas pandemias solo puede concebirse desde la perspectiva de una sola salud (One Health), un concepto que aúna la visión de la salud humana, animal y ambiental.

La globalización ha acelerado el desplazamiento de personas y bienes a nivel mundial, facilitando la propagación de microrganismos patógenos. Un virus que emerge en una región remota puede extenderse en cuestión de días debido a los desplazamientos internacionales.

Para mitigar este riesgo, es fundamental el desarrollo de sistemas de alerta temprana, y la cooperación entre países para compartir datos microbiológicos y epidemiológicos en tiempo real. Sin embargo, las tensiones geopolíticas pueden dificultar esta colaboración, lo que subraya la necesidad de acuerdos internacionales sólidos y mecanismos de respuesta coordinados.

Un entorno complejo y multifactorial: hay que ir todos a una

Por otro lado, la irrupción de la secuenciación masiva en la detección y caracterización de nuevos agentes infecciosos y base de la vigilancia genómica, el rápido desarrollo de métodos de diagnóstico rápido de laboratorio, y tecnologías como la inteligencia artificial y el big data, están revolucionando la vigilancia en salud pública.

El análisis de grandes volúmenes de datos permite, por una parte, detectar patrones en la propagación de enfermedades y anticipar posibles brotes y cadenas de carácter epidémico entre humanos y, por otra, conocer con extremada exactitud las características genómicas y biológicas de los posibles virus pandémicos, que en ese momento son la base del diseño y adecuación de las medidas de control.

El desarrollo de plataformas de datos globales facilita la toma de decisiones rápidas y efectivas, mejorando la capacidad de respuesta ante amenazas sanitarias emergentes.

ISCIII centro Nacional Microbiología
Inmaculada Casas, responsable del Laboratorio de Referencia e Investigación en Virus Respiratorios. Centro Nacional de Microbiología. Foto cedida ISCIII

Los aspectos socio-económicos son determinantes de primer orden de la emergencia de un agente infeccioso sobre la población humana. La lucha contra la desigualdad y la pobreza es un elemento esencial para la prevención de nuevas pandemias.

Además de la carga poblacional de una infección de carácter pandémico, un aspecto a menudo subestimado de las pandemias es el impacto de los síndromes post-virales, como el denominado covid persistente, que afecta a millones de personas con síntomas prolongados tras la infección inicial.

La carga de estas secuelas en los sistemas de salud y en la economía es considerable y subraya la importancia de la expansión de la vigilancia post-infección aguda y la investigación en tratamientos y rehabilitación a largo plazo, aún más importante en sociedades con alta carga de comorbilidades, como las europeas.

Este marco ya de por sí complejo se ve debilitado por cuestiones como el posible debilitamiento de instituciones dedicadas a la protección de la salud pública, como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Durante la pandemia de covid-19, la OMS jugó un papel clave tanto en la comunicación fehaciente de los riesgos a la sociedad, como en la recomendación de las medidas preventivas que se iban implementándo en cada fase, los posibles tratamientos y la necesaria distribución equitativa de las vacunas.

No obstante, la OMS y otros estándares de referencia global en salud, se enfrentan a críticas que debilitan su credibilidad, y a recortes de financiación que ponen en riesgo su capacidad de actuar en futuras emergencias.

Sin una coordinación global efectiva, el control de una nueva pandemia podría ser extremadamente difícil.

En este contexto, el impacto del apoyo gubernamental a las instituciones financiadoras es fundamental para mantener y fortalecer la investigación en vigilancia microbiológica y epidemiológica, el desarrollo de nuevas tecnologías médicas y la investigación traslacional en enfermedades infecciosas.

Centro Microbiologia ISCIII
Juan Emilio Echeverría, investigador científico en la Unidad de Virus Exantemáticos, Parotiditis y Rabia, del Laboratorio de Referencia e Investigación en Enfermedades Víricas Inmunoprevenibles. Centro Nacional de Microbiología. Foto cedida ISCIII

La importancia de contar bien la ciencia

Por último, hay que destacar el negacionismo como otro de los mayores retos en la anticipación y gestión de potenciales pandemias, que surge como rechazo a las evidencias científicas, y la consiguiente propagación de desinformación.

La falta de confianza en la ciencia y en las instituciones de salud pública puede frenar la respuesta a una pandemia, afectando a la adopción de las medidas preventivas y la aceptación de las vacunas.

Por ello, es fundamental invertir en estrategias de comunicación bidireccionales que acerquen el discurso científico a la sociedad, fomenten el pensamiento crítico y generen un diálogo abierto con la ciudadanía.

Revalorizar la labor de la comunidad científica y resaltar su papel esencial en la protección de la salud ciudadana, resulta clave para combatir la desconfianza y las críticas infundadas que pueden surgir ante la incertidumbre inherente a nuevos retos de salud y crisis sanitarias.

En este sentido, el papel de las autoridades científicas y sanitarias, y de organismos que trabajan sobre la ciencia y la salud, como el ISCIII, es muy importante para apoyar una buena comunicación y divulgación de la ciencia.

En el Instituto, como desde todos los actores que luchamos contra la enfermedad y a favor de la salud, hemos podido aprender mucho durante estos últimos cinco años.

En definitiva, el riesgo de una nueva pandemia es real, pero existen maneras de reducir su impacto. La ciencia ha demostrado que, con preparación, inversión en investigación y cooperación internacional, es posible controlar las enfermedades antes de que se conviertan en crisis globales. La clave está en actuar antes del próximo brote.

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¿Podrá la IA predecir brotes psicóticos? Este proyecto quiere colocar la tecnología en el día a día del psicólogo

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La Inteligencia Artificial (IA) está cambiando la manera de trabajar en el ámbito clínico, y obviamente, también, en el campo de la psicología. ¿Podrá ser una herramienta para anticipar problemas de salud mental como brotes psicóticos? El proyecto “Psicología que transforma” pretende responder desde la evidencia científica a las oportunidades y desafíos que presenta la rapidísima evolución de las nuevas tecnologías.

El Colegio Oficial de Psicología de Madrid acogió esta semana la presentación de una iniciativa que se ha propuesto convertir la evolución científica y tecnológica en práctica diaria de los y las profesionales. A partir de la consideración de que existe una brecha entre los avances y la realidad rutinaria de la sociedad, cuatro especialistas analizarán otros tantos ámbitos para ayudar al sector, a la administración y a la ciudadanía.

El impacto de la IA en la salud mental, la resolución de conflictos en una sociedad cada vez más polarizada, el desmontaje de prejuicios sobre la discapacidad y las consecuencias que situaciones de desigualdad provocan en las mujeres serán los territorios que examinará este nuevo proyecto. Lucía Halty, Noelía Morán, Paula Pérez y María Fe Rodríguez, respectivamente, serán las profesionales que pilotarán dichos análisis.

La IA: influencia negativa… Y positiva

La doctora en psicología Lucía Halty, durante la presentación del proyecto, destacó la rapidez con la que avanza la tecnología, en el campo clínico en concreto y en el campo psicológico aún más en concreto. «Nos ha pasado por encima tres o cuatro veces», afirmó al tiempo que destacaba: «El cambio, a nuestra profesión, está afectando muchísimo».

A su juicio, la psicología ha de tomar la delantera. Es posible porque «el año pasado, los tres primeros usos mundiales de ChatGPT estaban relacionados con contenido psicológico», sostuvo. Consecuencia, según su criterio: «Ya se está generando suficiente evidencia científica como para poder liderar ese cambio».

Aunque «la tecnología no es inocua», añadió Halty, y genera una vertiente negativa, como precisamente el uso de herramientas de IA como consultorios emocionales, también genera otra positiva.

La decana del Colegio Oficial de Psicología de Madrid, Timanfaya Hernández, tercera por la izquierda, y las cuatro coordinadoras de «Psicología que transforma». Foto del COPMadrid

«Como toda moneda, tiene su reverso. Y entonces lo digital también tiene un impacto positivo que puede influir mucho en nuestra salud mental; hay mucha investigación que ya está relacionando cómo poder predecir que alguien vaya a tener un brote psicótico con un tiempo de antelación, con lo que implica eso en la labor asistencial. Eso hay que valorarlo», profundizó.

Halty, que dirige la cátedra de innovación y salud mental digital en la Universidad Pontificia de Comillas, subrayó la importancia de forjar “alianzas con otros actores”, mirar más allá de la psicología y establecer acuerdos con legisladores, tecnólogos e ingenieros que crean estas aplicaciones para trabajar conjuntamente y tomar decisiones basadas en evidencia.

Por ello, “es fundamental que los profesionales dejemos de ver la tecnología como miedo”, aseguró. 

Riesgos y oportunidades

El proyecto presenta un “marco dual”, donde se analiza tanto el impacto negativo como el positivo de la Inteligencia Artificial, sus riesgos y sus oportunidades.

  • Riesgos: desinformación, dependencia digital, brecha digital, uso de herramientas no válidas, sustitución de la interacción humana…
  • Oportunidades: mejora en el acceso a los recursos, optimización de tiempos, personalización de intervenciones, detección precoz…

La decana del Colegio de Psicología de Madrid, Timanfaya Hernández, en el acto, recalcó la necesidad de que psicología, ciencia y tecnología vayan de la mano. «Unidad entre lo académico y lo profesional, entre administración pública, colegios profesionales, sociedades, cuerpos de seguridad», describió.

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Los tóxicos que nos ponemos encima: los disruptores endocrinos también pueden estar en la ropa

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La ropa que nos ponemos puede tener sustancias que perjudican nuestra salud y si bien no es la principal fuente de exposición a tóxicos con los que convivimos día a día, están ahí. Para minimizar los riesgos con ciertos materiales y tintes, los expertos insisten en la necesidad de lavar la ropa nueva antes de estrenarla.

Ftalatos, perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) o metales pesados, como el cromo, son algunas de las sustancias que se pueden encontrar en determinadas prendas de ropa, que a largo plazo pueden dañar la salud por la alteración del sistema endocrino y generar patologías de riñón, tiroides y hasta tumores.

Los daños a la salud

La investigadora del IS Global Nuria Güil explica a EFE Salud que los PFAS son una familia de más de 10.000 compuestos que se caracterizan por tener una cadena de carbón que les hacen ser impermeables. Se utilizan mucho en «una cantidad infinita» de materiales que, en el caso de la ropa, incluyen los abrigos que repelen el agua, pero también la ropa de deporte.

También los «tejidos mágicos» que no se manchan suelen llevar componentes perfluorados.

«Se acumulan en sangre y en algunos órganos durante muchos años. Algunos pueden estar hasta 20 años. Se unen en la sangre a la albúmina y van transportando las sustancias por nuestro cuerpo, tienden acumularse, sobre todo en el hígado, riñones y tiroides», afirma Güil.

ropa tóxicos
EFE/ Angel Colmenares

Y se han asociado a algunas patologías como el hipertiroidismo o el hipotiroidismo porque penetran en los mecanismos biológicos de la regulación de las hormonas.

«También con ciertos tipos de cánceres, y son compuestos que, por ejemplo, durante el embarazo cruzan la placenta y digamos que ya en la vida fetal hay una exposición y puede alterar la programación fetal. Se ha relacionado mucho con el bajo peso al nacer en los en los recién nacidos», explica la investigadora del ISGlobal.

Y hay estudios que relacionan estos químicos con una peor repuesta del sistema inmunitario, al reducir la eficacia de las vacunas, pero también con enfermedades relacionadas con el hígado graso, con una subida del colesterol y de la presión arterial.

Es cierto que, aclara la investigadora, la ropa no es la principal y más grave exposición que hay a tóxicos, sino es a través de los alimentos y del aire que respiramos. También por el contacto dérmico, pero no es lo mismo una crema con disruptores endocrinos que una chaqueta que los contenga, por ejemplo.

La infancia, la más vulnerable

Los niños son la población más vulnerable, advierte Güil.

En el mismo sentido se pronuncia, en conversación con EFE Salud, la profesora de Investigación Ad Honorem del Instituto de Salud Carlos III, Argelia Castaño, quien cita un estudio de la Universidad de Granada sobre tóxicos en ropa de bebé, en concreto, los calcetines, que contienen restos de bisfenol-A y parabenos.

Ambos productos son tóxicos y alteran la actividad hormonal provocando graves enfermedades tanto en etapa infantil como en adultos.

En concreto, el estudio comprobó la presencia del componente plástico bisfenol-A y de parabenos, concentraciones que en las prendas más baratas eran de un máximo de 3.736 nanogramos de bisfenol-A por gramo de calcetín, una cantidad casi 25 veces superior a la encontrada en el resto.

ropa tóxicos
EPA/ZSOLT CZEGLEDI

Los parabenos se encontraron en la totalidad de los calcetines estudiados, pero en concentraciones medias inferiores al bisfenol-A.

Este alto contenido en tóxicos han provocado que los calcetines tengan hormona femenina y antagonicen con las masculinas.

Recordaba el estudio que el espectro de enfermedades asociadas a la exposición a disruptores endocrinos es amplio: déficit de atención e hiperactividad, alteraciones genitourinarias, desarrollo sexual secundario prematuro y obesidad en los niños; mientras que en los adultos desde hipotiroidismo, a infertilidad, diabetes y cáncer.

Más estudios

Por otra parte, Greenpeace publicó el pasado mes de noviembre un informe sobre un gigante asiático de venta por internet en el que analizó en un laboratorio independiente 56 prendas de ropa de ocho países.

Siete chaquetas contenían niveles de PFAS en una concentración que superaba en hasta 3.300 veces el valor permitido de estos químicos, potencialmente cancerígenos y dañinos para la salud. Catorce productos superaban los límites para ftalatos -que pueden afectar la fertilidad y el desarrollo de los niños-, seis de estos multiplicándolos por cien o más.

Castaño afirma que hay muchos productos que contienen una mezcla de sustancias que puede ser que de forma individual sean inocuas porque se usan por debajo de las dosis máximas pero que junto a otras sean tóxicas.

«La comunidad científica está alertando de que las evaluaciones de riesgo no se pueden hacer con los productos individuales, sino que se tienen que hacer con la mezcla de productos, que es lo que más asemeja a la realidad del consumidor», subraya la profesora del ISCIII.

Posibles soluciones

Güil además resalta que es cierto que en la UE hay regulaciones más estrictas que en el resto el mundo y que uno de los problemas son las mercancías que vienen de otros mercados no tan regulados, al igual que pasa con los alimentos y los pesticidas.

A su juicio, es necesario mejorar el etiquetado y fomentar alternativas sin químicos peligrosos. Por parte de los consumidores, «sin caer en alarmismos» pueden reducir la exposición a este tipo de tóxicos en la ropa y ser conscientes de la situación.

tejidos salud
EFE/EPA/CLEMENS BILAN

Y por encima de todo hace hincapié en que se lave la ropa antes de estrenarla porque con ese gesto ya se reduce más de la mitad del riesgo al eliminar parte de estos contaminantes.

En el mismo sentido se pronuncia la profesora del ISCIII: «Si tuviera que aconsejar algo a los ciudadanos que utilizan este tipo de tejidos es que cuando compren ropa, independientemente de donde provenga, que la laven antes de utilizarla, es una precaución básica que hay que tener».

Cuanto más naturales, mejor

Pero también que traten de comprar ropa de materiales cuanto más naturales mejor porque se reducen las probabilidades de que hayan pasado por tratamientos que puedan resultar tóxicos.

«Un algodón orgánico o las lanas naturales, obviamente, tienen muchas menos probabilidades de tener residuos de tratamientos tóxicos», abunda Castaño.

No obstante, matiza, no quiere decir que los productos artesanales tengan siempre la garantía de que son inocuos, sobre todo por los tintes que puedan usar.

«Hay tintes que parecen tan estupendos porque son muy naturales, pero que realmente ni tienen los controles de seguimiento ni de calidad que tienen todos los productos que se comercializan en la UE, que cuentan con unos niveles de seguridad bastante estrictos en lo que se refiere a la comercialización», añade.

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Ciencia y Salud

Ana Soteras, Berta Pinillos y María Abad, premiadas por el especial de EFE Salud ‘Cáncer de mama en mujer joven’

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Las periodistas de la Agencia EFE Ana Soteras, Berta Pinillos y María Abad han sido galardonadas por la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) por el especial multimedia de EFE Salud dedicado al cáncer de mama en la mujer joven.

Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, cada 19 de octubre, el medio especializado en salud de EFE lanzó un trabajo en distintos formatos con los objetivos de visibilizar la incidencia de este tipo de cáncer en mujeres jóvenes y poner el foco sobre los avances científico-médicos que se están dando en el campo de la oncología.

Patrocinado por Roche, el especial multimedia de EFE Salud se propuso transmitir un mensaje de confianza en la ciencia y en los/las profesionales médicos, pero también de esperanza.

Acompañamiento y superación

El testimonio de una superviviente de cáncer de mama, Teresa Tamarit, representa esa esperanza. Y la realidad de la paciente, porque afrontar el cáncer de mama es transitar por un camino difícil. Recibió el diagnóstico con 27 años, fue operada y padeció recaídas, pero también ha sido madre y actualmente trabaja. Está actualmente dada de alta.

“Yo, lo que he aprendido con el cáncer, es que los días son los que suman; no pienso en el futuro, lo que vivo en el día es lo que me voy a llevar, y al día siguiente doy las gracias de nuevo porque puedo tener otro día para seguir disfrutando y viviendo y estar con mi familia, con mis amigos”, asegura en la entrevista que le hizo Berta Pinillos.

Imagen de portada del especial de EFE Salud ‘Cáncer de mama en mujer joven’

Como el tránsito por el cáncer es difícil, entre otros aspectos por las consecuencias psicológicas o emocionales, EFE Salud entrevistó también para el especial a la psicooncóloga de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) María Die Trill.

Gracias a su testimonio, pudimos rescatar los miedos de las mujeres jóvenes durante y después del proceso oncológico. Por ejemplo, el miedo a perder a la pareja o a que se tuerza la vida laboral. O a no poder tener hijos. 

“Muchas no han tenido hijos y han pospuesto la maternidad por cuestiones profesionales o personales y el hecho de no saber si van a poder tener hijos, evidentemente, les va a afectar emocionalmente”, asegura en la conversación con Berta Pinillos.

Panorama «optimista»

Ana Soteras entrevistó a las oncólogas médicas María José Echarri González, responsable de la Unidad de Cáncer de Mama y Ginecológico del Servicio de Oncología del Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid), y Elena López Miranda, de la Sección de Cáncer de Mama y Tumores Ginecológicos del Servicio de Oncología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

Las explicaciones de Echarri subrayan la agresividad del cáncer de mama en mujeres jóvenes. Diversos estudios, de hecho, constatan el aumento de la incidencia, lo que se asocia a modos de vida actuales o a la convivencia con disruptores hormonales presentes en productos de uso cotidiano.

“Hay pocos registros a nivel español sobre la incidencia en cáncer de mama en mujer joven. Pero vemos en nuestro hospital que los nuevos casos en este grupo se han incrementado en un 0,4 % al año”, remarca.

Echarri también especifica factores de riesgo, efectos secundarios o qué pasa si aparece el cáncer de mama durante el embarazo.

López Miranda, por su parte, dio una mirada optimista sobre la evolución científico-médica. El panorama es “esperanzador”, dice en la entrevista, debido a los avances en terapias y en diagnósticos. “La mayoría de las mujeres se curan”, enfatiza. No obstante, el principal reto sigue residiendo en el abordaje de las recaídas.

Afirma, además, que el cáncer de mama en las mujeres jóvenes es más complicado por ser más frecuentes subtipos agresivos como el el HER2 positivo y el triple negativo.

Amplia difusión en redes sociales

La identidad visual del especial, así como la planificación audiovisual, es obra de María Abad. El especial de EFE Salud se publicó en la web el 17 de octubre, pero también en la de la Agencia EFE.

Desde el momento de su lanzamiento, y durante todo el 19 de octubre, el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, las cuentas en redes sociales de la Agencia divulgaron el contenido sin perder de vista los objetivos con los que nació, se desarrolló y publicó el especial.

La RANME ha galardonado este trabajo con uno de sus premios anuales, tal y como ha anunciado la entidad. Premios con los que pretende «reconocer públicamente la labor, la entrega, el trabajo y la trayectoria de los profesionales de la medicina española, así como de aquellos que se dedican a darle visibilidad».

Será durante el acto de inauguración del curso académico, el próximo 13 de enero, cuando la RANME entregue los premios, clasificados en 12 distinciones. Investigación médica, labor docente, ejercicio de medicina general y de familia e información, comunicación y difusión de la salud son algunas de las categorías.

EFE Salud ha sido premiada en ésta última, un galardón que compartirá con la doctora Mónica Lalanda Sanmiguel.

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