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Ciencia y Salud

¿Es hambre?¿Es sed? El cerebro nos engaña si sufrimos deshidratación

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Con la llegada del calor intenso, la deshidratación es un riesgo que puede originar confusión, un estado mental que se origina en el cerebro.

“El cuerpo puede interpretar de forma similar la necesidad de comer y la necesidad de beber”, explica Mireia Obón-Santacana, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Esta confusión se origina en el cerebro, concretamente en el hipotálamo, donde se procesan ambas señales.

“Estas transmisiones provocan respuestas en los centros de recompensa del cerebro, como el núcleo accumbens (NAc), que generan respuestas motivacionales y vinculan esas señales con sensaciones de placer o impulso para actuar y, por ejemplo, buscar comida o agua”, explica la nutricionista.

Diferentes estudios reflejan que los mismos grupos de neuronas del NAc se activan tanto ante el hambre como ante la sed, no solo durante la fase de anticipación (búsqueda), sino también durante el consumo de comida o bebida.

Lo llamativo es que estas neuronas no distinguen entre comida o agua en función de su naturaleza, sino que modulan el impulso y la motivación, lo que indica que el NAc no decide qué necesitamos, sino cuánto lo deseamos.

Señales de alarma ante la deshidratación

La primera señal es la sed. Pero en las personas mayores esta sensación aparece ya cuando ya existe un cierto grado de deshidratación.

“La sensación de boca seca, sudar menos y orinar con menos frecuencia y con un color más oscuro del habitual son indicadores clave”, señala la experta.

Además, la orina debería ser de un tono claro o transparente; cuando no lo es, puede ser una señal de alerta.

Otros síntomas son el estreñimiento, la fatiga, la falta de concentración y el dolor de cabeza.

En personas con la tensión baja, la falta de agua puede aumentar la sensación de inestabilidad al levantarse y en el caso de las personas que practican deporte, los calambres pueden estar relacionados con la pérdida de agua y minerales.

¿Solo agua contra la deshidratación?

Aunque el agua sigue siendo la opción más directa y eficaz para hidratarse, hay situaciones en las que conviene complementar esa ingesta con bebidas que aporten minerales, proteínas o compuestos no nutritivos beneficiosos, como polifenoles o antocianinas.

Estas recomendaciones son especialmente importantes para personas mayores, embarazadas, mujeres en período de lactancia, con sudoración excesiva o con dificultades para percibir la sed.

Respecto a la temperatura del agua, no hay evidencia científica de que influya en su capacidad de hidratación, pero sí que puede afectar a la cantidad que ingerimos.

“Se tiende a beber más cuando el agua está fría, especialmente en los meses cálidos”, explica Obón-Santacana, aunque esto depende del gusto individual.

También nos hidratan los alimentos

Para que el cerebro no nos juegue malas pasadas con la deshidratación podemos hidratarnos también con alimentos, sobre todo las frutas y verduras de verano.

“Tenemos a nuestro alcance alimentos con más de un 90 % de agua, como las fresas, los melones, las sandías o la lechuga. La naturaleza es muy inteligente”, afirma la experta.

En cuanto a líquidos, recomienda sopas frías como el gazpacho o batidos, que además de hidratar, aportan energía y nutrientes.

La experta cita un estudio científico que indica que los alimentos secos (como el pan, el queso curado o los frutos secos) apenas alcanzan el 30 % de agua. Las grasas (como los aceites y el azúcar) contienen un 0 %.

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La cereza es una fruta rica en agua, ideal para consumir en la temporada de verano. EFE/Abel Alonso

Y otros nos deshidratan

“Los productos con un alto contenido en sodio, proteínas y azúcares aumentan la carga de solutos en el cuerpo y, por tanto, la necesidad de agua para mantener el equilibrio interno”, apunta la profesora.

Es el caso de los ultraprocesados, los snacks salados y algunas bebidas.

No es casual que se ofrezcan frutos secos o palomitas con bebidas alcohólicas, ya que nos dan más sed y nos invitan a pedir otra ronda, advierte la UOC.

El alcohol deshidrata, pero también las dietas altas en proteínas, si no se acompañan de una ingesta adecuada de líquidos, la eliminación de residuos como la urea aumenta la demanda de agua.

Con el azúcar, el problema es similar. “Una subida brusca de glucosa activa mecanismos de compensación que movilizan agua desde las células al torrente sanguíneo, lo que puede provocar una deshidratación celular si no reponemos líquidos”, explica la profesora.

Otra categoría que hay que vigilar son los alimentos y las bebidas con efecto diurético. Aunque pueden ser útiles para eliminar líquidos retenidos, si se consumen en exceso, pueden generar desequilibrios y contribuir a la deshidratación.

Con el café no está claro: “En personas sanas que toman entre una y tres tazas al día, no se ha observado un impacto relevante en la hidratación”, asegura Obón-Santacana.

Por eso, tomar el café frío, con hielo o acompañado de un vaso de agua pueden ser buenas opciones refrescantes.

La experta advierte de que conviene evitar variantes comerciales con azúcares añadidos o grasas, como los frapés o los preparados listos para tomar, mejor infusiones o tés fríos.

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EFE/Christian Charisius

Así evitamos que la deshidratación confunda a nuestro cerebro

La experta de la UOC ofrece estos consejos para evitar que caigamos en la deshidratación, una sensación que puede enviar señales equívocas a nuestro cerebro:

  • Bebe agua con regularidad, no esperes hasta que tengas sed.
  • Incorpora frutas y verduras ricas en agua a tu dieta.
  • Evita bebidas azucaradas o con un contenido elevado de cafeína y alcohol.
  • Si haces deporte, hidrátate antes, durante y después.
  • En verano, prioriza los alimentos frescos y ricos en agua, como las sopas frías.
  • Consulta fuentes fiables como las directrices dietéticas europeas para organizar tu alimentación.

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Cuando sudar deja de ser normal: el 5 % de la población sufre hiperhidrosis crónica

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La hiperhidrosis, o sudoración excesiva, es una condición médica que puede llegar a empapar la ropa o incluso hacer que el sudor gotee de las manos, sin que medien calor extremo ni ejercicio físico.

“Esta patología, muchas veces infradiagnosticada, requiere un enfoque clínico personalizado desde el primer momento para descartar causas secundarias y definir el tratamiento más adecuado”, explica el doctor Daniel Andrades Sardiña, especialista en dermatología del Hospital Quirónsalud Huelva.

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Doctor Daniel Andrades Sardiña, especialista en dermatología del Hospital Quirónsalud Huelva. Foto cedida

Impacto emocional de la hiperhidrosis o sudar en exceso

Más allá de lo físico, el impacto emocional de la hiperhidrosis es profundo. Quienes la padecen pueden experimentar ansiedad social, vergüenza y hasta cuadros depresivos.

La sudoración excesiva interfiere en actividades cotidianas, dificulta las relaciones interpersonales y laborales, y lleva a muchas personas a evitar situaciones sociales por miedo al rechazo o la incomodidad.

A menudo, el simple hecho de estrechar una mano o levantar el brazo en público se convierte en un gesto que se intenta evitar a toda costa.

El diagnóstico se basa principalmente en la historia clínica y en la valoración directa del paciente, aunque en algunos casos se pueden realizar pruebas específicas que ayudan a determinar la localización, intensidad y tipo de sudoración.

Los especialistas distinguen entre hiperhidrosis primaria —sin causa aparente, generalmente localizada en palmas, plantas o axilas— y secundaria, asociada a otras patologías o fármacos.

Terapias diversas

El abanico terapéutico ha crecido en los últimos años. En los casos leves, pueden bastar antitranspirantes de uso tópico, que ayudan a reducir la actividad de las glándulas sudoríparas. También existen medicamentos orales con efecto anticolinérgico que, aunque eficaces, requieren control médico por sus posibles efectos secundarios.

Una opción muy utilizada en la actualidad es la toxina botulínica, que bloquea temporalmente los nervios responsables de activar las glándulas del sudor, con resultados notables durante varios meses.

En los casos más resistentes, se puede recurrir a técnicas como la iontoforesis —un tratamiento que aplica corriente eléctrica de baja intensidad para frenar la sudoración— o incluso la simpatectomía torácica endoscópica, una intervención quirúrgica que interrumpe los nervios simpáticos responsables de la sudoración. Esta última opción se reserva para situaciones graves en las que los tratamientos menos invasivos no han funcionado.

El abordaje de la hiperhidrosis debe ser integral y adaptado a cada paciente. No se trata solo de controlar un síntoma físico, sino de mejorar la calidad de vida de quienes conviven con una afección que limita su bienestar personal, social y profesional.

Acudir a un especialista en cuanto se detectan síntomas persistentes de sudoración excesiva es el primer paso hacia una solución efectiva.

La hiperhidrosis tiene tratamiento, y con el diagnóstico adecuado, dejar de sudar en exceso no es solo posible: es esperanzadoramente alcanzable.

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La cara B de las vacaciones: cuando no somos capaces de descansar ni desconectar

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Las vacaciones, si bien están consideradas como un periodo para descansar, puede ser una época un poco compleja por algunas situaciones. Entre ellas, el cambio radical de nuestros hábitos, rutinas y escenarios, tal y como explica a EFEsalud la psicóloga y vocal de la Junta del Gobierno del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, Olga Merino.

“Puede generar algún problema, no es realmente una patología, sino cuadros de desadaptación, estrés adaptativo, que es un estrés gestionable. Al principio puede descolocar y puede tener muchos orígenes”, apunta Merino.

La dificultad para desconectar

En este sentido, la psicóloga subraya que entre las causas se encuentra la dificultad de desconectar tanto del trabajo como de las tecnologías. También las redes sociales pueden tener algo que ver porque en ellas se plasman unas vacaciones que no están al alcance de cualquiera.

Merino afirma que las redes pueden generar la necesidad de hacer muchas cosas. Vemos que hay gente que exprime el verano al máximo, sin parar hasta el último minuto, y para quien lo está viendo al otro lado del móvil cabe la posibilidad de que le cree estrés o ansiedad al querer imitar esas conductas.

“Es muy importante resaltar que normalmente no es patológico, en la mayor parte de los casos pasa tras la adaptación a las nuevas circunstancias fruto del estrés, que suele ser a niveles bajos”, apunta.

Vida con prisas

Pero también puede ocurrir que no estemos pasando por un buen momento personal sin ser conscientes de ello, y cuando frenamos en vacaciones, ese malestar aflora.

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EFE/Javier Etxezarreta

Hay que tener en cuenta que durante el resto del año vamos a todos los lados con prisas, con un ritmo frenético y con un estado de estrés crónico. Cuando eso cambia, nos afecta, porque nuestro cuerpo está diseñado para estar en esa alerta, con un gasto físico, cognitivo y emocional continuo.

“Cuando de repente paran las demandas, el cuerpo tiene, digamos, como un choque, y es cuando emergen todas las sintomatologías, las tensiones emocionales, físicas y cuando realmente caemos. De hecho, algo muy frecuente es que normalmente cuando comienzan las vacaciones la gente dice, ‘qué casualidad que empiezan las vacaciones y me ha pasado esto o me ha pasado lo otro’”, argumenta la psicóloga.

De hecho, Merino asegura que cuando empiezan las vacaciones “hay muchos casos de ictus por ese cambio tan brusco de requerimientos de alto nivel, adherente a una época de descanso donde el cuerpo no sabe cómo reaccionar”.

Pautas para el merecido descanso

Por todo ello, lo más importante, en primer lugar, es tratar en la medida de lo posible que haya una transición progresiva, e ir desconectando poco a poco.

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EFE/Doménech Castelló

También ayuda mucho tener ciertas rutinas de sueño, de alimentación y ejercicio, unas pautas, en definitiva, de autocuidado.

“Y es importante dejar cierto margen y flexibilidad para la improvisación, para el descanso. A veces ocupamos tanto nuestro tiempo porque queremos hacer mil cosas, porque lo hemos visto, porque queremos hacer 200 planes que no nos da tiempo y no dejamos tiempo para el aburrimiento, que es fundamental para la creatividad, para poder desarrollarnos a nivel cognitivo y emocional”, afirma.

La importancia de descansar en vacaciones

Descansar en vacaciones también significa tratar de hacer una desconexión digital, porque el móvil o la tablet nos roban el descanso.

“Si de verdad queremos tener los efectos positivos del descanso, es clave la desconexión digital”, afirma la psicóloga, quien apunta que lo recomendable es un modelo híbrido, es decir, chequear el correo, internet o las redes como dos o tres veces al día, pero no estar todo el rato pendiente de las notificaciones.

No es fácil conseguir descansar porque, insiste la experta, estamos programados para no parar, “vivimos en el hacer, no el ser” a pesar de que es fundamental hacerlo.

Este periodo de descanso es la dosis de oxigenación para sobrellevar “la alta exigencia” del día a día.

“Si no rompemos esa rutina, lo que pasa es que no nos oxigenamos y de alguna manera, cada vez más esa sensación o ese estrés, esos requerimientos diarios, pueden acabar generando una patología porque no tenemos estrategias para hacerle frente”, zanja la psicóloga.

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Claves de la futura ley antitabaco: adiós a fumar en terrazas y al vaper desechable

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Sanidad tiene previsto arrancar la tramitación de la futura ley antitabaco “en unas semanas”, en cuanto culmine algunos flecos pendientes, según avanzó este martes en el Congreso su titular, Mónica García, que volvió a reiterar que se tratará de una reforma “lo más ambiciosa posible” de la legislación vigente.

El último borrador del anteproyecto, al que ha tenido acceso EFE, prioriza “el derecho de la población no fumadora a respirar aire no contaminado”, a la par que busca desnormalizar el consumo, sobre todo de los nuevos productos.

Para ello, define y regula esas nuevas formas de consumo, sobre las que pesarán las mismas restricciones que sobre el tabaco: cigarrillo electrónico con y sin nicotina, productos a base de hierbas para fumar/shisha, bolsitas de nicotina y cualquier otro artilugio con esta sustancia, natural o sintética, o sin ella, que se utilice “con carácter recreativo y/o que imite el acto de fumar, lo induzca o guarde relación en cuanto a su consumo tradicional y/o social”.

Todos ellos podrán venderse sólo en estancos y tiendas especializadas, que no podrán comercializar artículos que puedan resultar atractivos para menores, tales como de dulces, refrigerios, juguetes y productos similares.

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EFE/EPA/TOLGA AKMEN

Las nuevas zonas sin humo de la futura ley antitabaco

El anteproyecto matiza algunas de las prohibiciones ya vigentes y añade algunas nuevas zonas libres de humo:

  • Vehículos utilizados como lugares de trabajo.
  • En centros sanitarios no se puede fumar, pero en el futuro tampoco se podrá en los espacios al aire libre o cubiertos comprendidos en sus recintos.
  • Centros educativos y formativos, universidades y de formación de adultos.
  • En instalaciones deportivas, piscinas de uso colectivo y recintos donde se desarrollen espectáculos públicos, independientemente de si son interiores como exteriores.
  • Centros de ocio o esparcimiento, salvo en los espacios al aire libre, así como salas de fiesta, establecimientos de juego o de uso público en general, con independencia de si hay o no menores.
  • Bares, restaurantes y demás establecimientos comerciales de restauración, tanto en interiores como en exteriores.
  • Recintos de parques infantiles y áreas o zonas de juego para la infancia, entendiendo por tales las zonas acotadas que contengan equipamiento o acondicionamientos destinados específicamente para el juego y esparcimiento de menores.
  • Se refuerza la protección de los entornos prohibiendo fumar “en un perímetro que diste menos de 15 metros lineales” de los accesos a edificios públicos, centros sanitarios y sociales públicos y privados, “educativos, universidades, museos, bibliotecas y otros centros de enseñanza o culturales públicos o privados, centros deportivos públicos o privados y parques o recintos infantiles”.
  • Se suprimen los clubes de fumadores.

Espacios específicos en residencias y centros penitenciarios

En centros residenciales de mayores o de discapacidad, se podrá habilitar una zona específica para los residentes debida y visiblemente señalizada y con ventilación independiente o con otros dispositivos para la eliminación de humos, “no pudiendo extenderse el permiso de consumo a las habitaciones ni al resto de las zonas comunes en dichos centros”.

Y en los penitenciarios y psiquiátricos de media y larga estancia se permitirá a los internos en las zonas exteriores de sus edificios al aire libre, o en las salas cerradas habilitadas al efecto.

Prohibidos los vaper desechables

El artículo 25 prohíbe expresamente la venta y suministro de cigarrillos electrónicos de un solo uso.

Uniformidad en las cajetillas y tabaco de liar

Cajetillas y paquetes de tabaco de liar deberán guardar una apariencia uniforme incorporando el etiquetado neutro, que deberá ser de un color único de los dos que les ofrecerá el Ministerio mediante una orden.

La envoltura transparente que los recubran deberá estar desprovista de cualquier marca, sólo podrá incluir un código de barras y un cuadrado o rectángulo negro para cubrirlo en las unidades de embalaje incluidas en la envoltura transparente o una tira de rasgado.

Mientras, la unidad de embalaje o embalaje exterior puede mencionar de manera uniforme el nombre de la marca y del fabricante, la dirección postal, la dirección de correo electrónico y el número de teléfono; el número de cigarrillos contenidos o la indicación del peso en gramos y la mención a la prohibición de su venta a menores.

Publicidad y patrocinio

Queda prohibido el patrocinio de los productos relacionados y de los dispositivos para su consumo, así como toda clase de publicidad y promoción en todos los medios y soportes, incluidas las máquinas expendedoras y los servicios de la sociedad de la información, a excepción de las publicaciones o presentaciones de productos destinadas exclusivamente a los profesionales del sector, estancos y tiendas especializadas.

En ningún caso podrá hacerse en los escaparates ni extenderse fuera de dichos establecimientos, ni emplearse cartelería que, por sus características y ubicación, sea visible o percibida desde el exterior de los estancos o tiendas especializadas.

Infracciones y Sanciones

Las infracciones de la futura ley antitabaco de Sanidad irán de leves a muy graves, y estarán sancionadas con hasta 600.000 euros de multa, entre ellas, precisamente, la publicidad y patrocinio de productos y dispositivos fuera de las excepciones contempladas.

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