Barcos, rosetas, peces, avestruces y marcas de copas son algunas de las figuras que se encuentran grabadas en rocas del desierto de Al Jassasiya, en Qatar.

Se estima que hay cerca de 900 petroglifos a lo largo de 700 metros cuadrados que fueron descubiertos en 1957 y que conectan a la civilización actual con las vivencias de pueblos milinarios, algunas teoría sostienen que pueden datar del siglo III a. C. y otras los ubican entre los siglos X y XVIII d. C.

Lo cierto es que las llamativas forma siguen siendo objeto de estudios que permitan descubrir el verdadero significado de estas figuras.

“Estas tallas representan un alto grado de creatividad y capacidad de observación [por parte de] los artistas que las realizaron”, dijo a la cadena CNN Ferhan Sakal, jefe de excavación y administración del sitio en los Museos de Qatar. “También [de] pensamiento abstracto, ya que no podían ver el ‘dhow’ (un barco tradicional) desde arriba”.

Un reporte del medio, señala que “un equipo danés dirigido por el arqueólogo Holger Kapel y su hijo Hans Kapel emprendió un estudio que catalogó minuciosamente todo el sitio en fotografías y dibujos”.

“De todas las figuras individuales y composiciones documentadas, más de un tercio consisten en marcas de tazas en varias configuraciones, formas y tamaños”, añade la nota que hace referencia a “las copas”.

Estas formas, que consisten en dos filas paralelas de siete hoyos, son en muchos casos atribuidas al almacenamiento de perlas o como sistema para predecir el tiempo y las mareas.

Algunos estudios han señalado también que el patrón podrían consistir en una modalidad de juego.

“Se cree que las marcas de las copas se usaban para jugar juegos de mesa antiguos, uno de los cuales pudo haber sido Mancala, conocido en Qatar como Al Haloosa o Al Huwaila”, dice al respecto la página Museos de Qatar.

Se trata de una antigua práctica en la que dos concursantes arrojan cantidades pares e impares de pequeñas piedras en los orificios.

Aunque sobre esta última hipótesis los especialistas no tienen mayores datos.

Otro de los petroglifos más llamativos en la zona del desierto son los barcos. Para algunos vistos conforma de pez, por sus popas puntiagudas y remos a los costados, se cree que en realidad demuestra la capacidad de “pensamiento abstracto” que tenían sus autores – aunque no haya claridad sobre quién se trata- puesto que revela la visión de los navíos desde arriba.

“Estas creaciones brindan información importante sobre los tipos de embarcaciones utilizadas en las prósperas industrias pesqueras y de perlas (durante siglos, los pilares de la economía de Qatar), así como sus diversos elementos”, dice la reseña.

Otros portales especializados en el tema coinciden en que se podría tratar de un “dhow”, un barco típico de la región que se utilizaba en la antiguedad para el transporte de carga.

En su libro “Oculto en las arenas: descubriendo el pasado de Qatar “, Frances Gillespie y Faisal Abdulla Al-Naimi hicieron varias referencias a la importancia que los primeros pobladores de esta región le dieron a los barcos.

“Tanto los babilonios como los antiguos egipcios creían que los muertos llegaban al más allá en un barco. Los mitos griegos hablan del barquero Caronte que transportaba las almas de los muertos a través del río Styx al inframundo. Puede ser que las tallas más antiguas de los barcos sean ecos de una memoria popular que se remonta a tiempos prehistóricos”, señala el texto.

A casi seis décadas de su descubrimiento, la mayoría de estas figuras continúa siendo un enigma. Los especialistas continúan evaluando las marcas de Al Jassasiya en los inmensos desiertos de Qatar. Mientras el mundo observa intrigado una muestra más de los legados que dejaron las primeras civilizaciones de la tierra.

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