Ciencia y Salud
Ni callo solar, ni dieta paleolítica, ni enfermedad X: La desinformación en salud en 2024

“La salud es uno de los temas latentes y permanentes” en la desinformación y se puede disparar con determinados acontecimientos, pero “no diría que el 2024 ha sido un año donde la salud haya sido preeminente”, como sí lo fue durante la pandemia de coronavirus, explica a EFEsalud Ramón Salaverría, coordinador del Observatorio Ibérico de Medios Digitales (Iberifier) en España y Portugal, impulsado por la Comisión Europea.
En el año que ahora termina han tenido más protagonismo en España los bulos y noticias falsas relacionadas con el debate político, con algunos conflictos bélicos o con la catástrofe de la dana, “acontecimientos que tienen algún tipo de deriva relacionada con la salud”, apunta.
Además de los bulos, en 2024 también se habló, y muchas veces se distorsionó, sobre enfermedades en curso que afectan a los ciudadanos en la vida cotidiana.
Es el caso real de la epidemia de dengue que se extendió por América Latina, las infecciones por la gripe aviar, el virus del Nilo, la fiebre del Oroupuche o el brote de mpox, caldo de cultivo de numerosos bulos estigmatizantes y alarmantes.
“En los contenidos desinformativos relacionados con supuestas epidemias asociadas a la estigmatización de los inmigrantes o colectivos con una determinada orientación sexual, la salud se utiliza como resorte para la batalla ideológica y política”, apunta el también catedrático de Periodismo de la Universidad de Navarra.
Muchos de los bulos en salud, de todo tipo, proceden de personas ajenas a la materia pero con una red de seguidores que les da cancha para extender la desinformación, son algunos de los llamados “influencers”, un buen número con profesiones conocidas, como algunos futbolistas y personajes televisivos.
En la diana, colectivos vulnerables
Para Sergio Hernández, responsable de EFEverifica, el servicio de la Agencia EFE contra la desinformación, los temas relacionados con la salud se “viralizan rápido” porque se centran en asuntos que interesan pero también inquietan a los ciudadanos.
“Son temas especialmente dañinos, pueden tener consecuencias mortales” al afectar directamente a la salud y seguridad de las personas, advierte el periodista.
Ramón Salaverría, por su parte, considera necesaria una investigación específica sobre el impacto de la desinformación en los distintos grupos sociales, como el de los mayores de 60 años, donde la salud se convierte “en un tema enormemente sensible”.
Pero también estudiar cómo afecta a otros colectivos vulnerables, como los inmigrantes, “sin una situación de atención médica adecuada y que tienden a ser estigmatizados como potencial fuente de enfermedades”, además de ser utilizados como herramienta de la batalla ideológica de fondo.

Personas formadas que fomentan la desinformación
Dentro del ecosistema de la desinformación existe un conjunto de personas con formación académica, “un patrón que se advierte en ciertos grupos sociales”, que consume contenidos desinformativos “en una supuesta apariencia de superioridad intelectual y de sentido crítico respecto al conjunto de la sociedad” a la que consideran “aborregada” frente a las fuentes acreditadas o a la evidencia científica, explica Salaverría.
“Creo que los diseminadores de desinformación -añade- se valen de personas que creen sentirse por encima de los demás y, en realidad, al menos conforme a la evidencia científica y la evidencia empírica, son precisamente los más engañados”.
Algunos ejemplos se observan en propuestas de terapias alternativas contra el cáncer sin ninguna base científica frente a la quimioterapia, por ejemplo, o los movimientos antivacunas que promueven no utilizar esa inmunización frente a enfermedades ya controladas en los niños, como el sarampión.
Las vacunas contra el coronavirus, cinco años después del inicio de la pandemia y que han permitido hacer leve la enfermedad para la gran mayoría, siguen siendo cuestionadas, sobre todo las de tecnología ARN mensajero que dan pie a todo tipo de teorías conspiranóicas.
Y un militante antivacunas es Robert Kennedy Jr., designado por Donald Trump como secretario de Estado de Salud en el próximo Gobierno estadounidense: “Es una cuestión para preocuparse, veremos cómo responden los organismos internacionales y la Unión Europea. Los sismos que puedan ocurrir en Estados Unidos se sienten más allá de sus fronteras”, advierte Salaverría.
Llamamiento para permanecer en las redes
Ante esta madeja de bulos y noticias falsas, el coordinador de Iberifier defiende la presencia en redes de fuentes acreditadas en el mundo de la salud, como médicos e investigadores, que muchas veces “no comparecen en la esfera pública por temor a ser objeto o sujeto de algún tipo de persecución pública o de cuestionamiento”.
“Si damos la espantada tanto los medios de comunicación, como los científicos o los investigadores, dejamos el espacio abierto para quienes desean diseminar contenidos desinformativos, estamos haciendo un flaco favor a la ciudadanía”, subraya Ramón Salavarría en referencia a la salida de la red X, antes Twitter, de diferentes entidades.
Y hace un llamamiento a las instituciones, a los investigadores y a los medios para que cumplan el papel que les corresponde frente a la sociedad, ofrecer “información acreditada”.
El experto indica que todas las redes sociales constituyen “un territorio peligroso para la diseminación de contenidos desinformativos” pero son distintas en cuanto a particularidades y público.
Mientras X es la red predilecta para el debate ideológico, TikTok es más utilizado por adolescentes y jóvenes y donde se viralizan contenidos con riegos para la salud como la anorexia o el suicidio, o redes de mensajería, como WhatsApp, donde circulan desinformaciones amparadas por la naturaleza privada de estos grupos.
Algunos ejemplos de desinformación en 2024
La enfermedad X: un concepto, no una enfermedad
El año comenzó con la enfermedad X. La redes sociales se enzarzaron en debates sobre una enfermedad inexistente ya que solo es un concepto que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS) para referirse a un patógeno todavía no clasificado que pueda ocasionar una enfermedad y que ésta se extienda.
Un ejemplo de enfermedad X fue la covid-19 generada por un virus desconocido, el SARS-CoV-2, que en 2020 puso al mundo en jaque con una pandemia.
Y ahora la incógnita se vuelve a plantear: la X de una enfermedad que la OMS y la agencia de salud pública de la Unión Africana están investigando en la República Democrática del Congo con casi 600 contagios. sobre todo en niños, y 37 muertes.
Los primeros resultados arrojan que más de dos tercios de los pacientes dieron positivo en malaria por lo que se barajan dos hipótesis: que se trate de “malaria grave en un contexto de desnutrición e infección vírica” o de una “infección vírica en un contexto de malaria y desnutrición”.
Callo solar
Coincidiendo con el buen tiempo saltó a las redes otro bulo, los beneficios de tomar el sol sin protección de formar progresiva y hasta el punto de hacer callo solar o resistencia al sol cuando lo cierto es que no solo se quema la piel sino que hay un alto riesgo de cáncer de piel.
Y tuvieron que salir a desmentirlo tanto desde el Ministerio de Sanidad y como los dermatólogos, una especialidad que tiene bastante trabajo en las redes en la lucha contra la desinformación.

Cosmeticorexia y cambio de color de ojos
Otro ejemplo de advertencia por parte de los dermatólogos es la cosmeticorexia o la moda extendida entre niñas y adolescentes de mostrar en redes rutinas de cuidado facial y belleza propias de pieles adultas con el consiguiente riesgo para su piel joven.
Otra práctica que carece de toda base científica es la de operarse para cambiarse el color de ojos. Y aquí son los oftalmólogos los que avisan ante esta queratopigmentación, que consiste, básicamente, en tatuar la córnea con un pigmento que puede ocasionar, entre otras, cosas, infecciones graves, por lo que carece de sentido común.
Esas dietas que no hacen milagros
Los alimentos y las dietas nunca pasan de moda en las redes. Por eso, el ideal de persona estilizada hace que proliferen las dietas milagro, aquellas que prometen perder peso de forma rápida y sin esfuerzo.
Y una de estas dietas salió a la palestra en 2024 y propiciada precisamente por un futbolista: la dieta paleolítica, la que consumían nuestros antepasados de la Prehistoria y que excluye los cereales integrales y refinados, las legumbres, los aceites y los lácteos, y que no está exenta de riesgos al no responder a patrones de alimentación saludables para el corazón.
Estos son algunos de los muchos ejemplos de desinformación que circulan por la redes en relación con la salud, donde también se difunden terapias alternativas contra el cáncer, remedios milagrosos contra la reseca o se habla de drogas de diseño como el snus blanco o la cocaína rosa.
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Ciencia y Salud
Nochebuena con ese familiar que tanto sabe de todo: una aproximación al efecto Dunning-Kruger
Hemos evitado coincidir con una persona porque nos parece arrogante. Hemos inventado una excusa para no ir a esa ‘quedada’ porque estará el sabiondo de ‘noséquién’. Nos hemos enfadado con un amigo/a porque “no escucha” lo que opinamos o explicamos. Nos hemos mofado de aquella cena de Nochebuena en la que tuvimos que soportar, una vez más, al «listillo» o «listilla» de la familia . Y nos hemos molestado cuando nos hemos enterado de que para alguien somos “soberbios”. El efecto Dunning-Kruger nos acompaña más de lo que creemos. ¿Pero qué es el efecto Dunning-Kruger?
El periodista de El País Kiko Llaneras mencionó este sesgo cognitivo en su newsletter del pasado 13 de diciembre. Aludía a un estudio hecho a personas con ideas firmes y recias sobre asuntos que la ciencia refuta, desde supuestos efectos nocivos de las vacunas a beneficios inapelables de la homeopatía. El trabajo aportaba una conclusión, recordaba Llaneras: a pesar de que estas personas no es que fueran precisamente expertas de aquello de lo que hablaban, se expresaban con una seguridad propia de quienes lo son.
¿Nos suena, verdad? En la era de las redes sociales, seguro que nos suena. En la era de la opinión por encima de todo, seguro que nos suena. En estas fechas navideñas de reuniones familiares, pues segurísimo. Puede que estén pensando en el “cuñao”, en su arquetipo y su parodia, pero el efecto que nos ocupa es más alambicado.
El efecto Dunning-Kruger: también una forma de comunicar
Albert Dunning y Justin Kruger son los dos psicólogos sociales estadounidenses que “hallaron” este sesgo cognitivo, según el cual personas sin conocimiento o sin habilidades en materias concretas, pongamos como ejemplo la política o el fútbol, tienden a sobreestimar su conocimiento y sus habilidades. Asimismo, personas con alto nivel de conocimiento, tienden a subestimarlo.
Es muy probable, lector, lectora, que irrumpan en su cabeza numerosos casos reales, pero aquí vamos a analizar qué caracteriza a las personas que “padecen” dicho efecto.
Lo haremos con la psicóloga general sanitaria Raquel Huéscar, quien aboga por situar el marco de la discusión aquí: “Es la diferencia entre lo que sé y lo que creo que sé”.

La primera anotación que la profesional efectúa es “la manera de comunicar”. “Una persona que cree que sabe –explica– comunicará con más seguridad, con menos contradicción, con menos complejidad”. Esta seguridad, añade, genera una repercusión en quien escucha, en quien lee.
Aplicar esta premisa en los algoritmos de las redes sociales muestra una realidad sobre la que se ha conservado y discutido mucho. “Sabemos que los algoritmos van a dar prioridad al contenido que esté en la línea de lo que nos gusta”, subraya Huéscar, por lo que desembarcamos en uno de los rasgos de la identidad de esta era digital: “Se elimina la complejidad del discurso”.
“Y podemos pensar –apostilla– que quien más interactúa es quien menos sabe, y quién menos interactúa es quien más sabe”.
Personas a las que cuesta cambiar de opinión
No ayuda la polarización predominante. No ayuda nada. Dice Huéscar: “Todos tenemos derecho a opinar, sobre política por ejemplo, pero adentrarse en el conocimiento de la política aporta una serie de componentes que añaden complejidad al discurso, al relato”. Quedarse en el titular provoca una pérdida más o menos ingente de la riqueza y variedad de ese relato, justo una consecuencia de vivir polarizado.
Segunda anotación de la psicóloga: la dificultad de este perfil de personas para cambiar de opinión. Una dificultad que ni siquiera la evidencia científica puede sortear ágilmente. ¿Intolerancia a la discrepancia?
“No sé si es intolerancia. Son personas que no se dejan influir. En todo caso podrían cambiar cuando se ahonda en la base sobre la que articulan este pensamiento”, reflexiona Huéscar.
La psicóloga trae a colación “experimentos interesantísimos” de la psicología social como “la ley de la comparación”, que viene a decir lo siguiente: “Grandes expertos cometen grandes errores cuando les cuesta diferenciarse en un contexto en el que las personas piensan u opinan igual”, precisamente por la comparación con el entorno.
Entramos, así, en el tercer aspecto a destacar: el contexto, su influencia.
El reto de admitir un error
Más allá del efecto Dunning-Kruger, la psicóloga hace hincapié en “la dureza” de una persona para cambiar de opinión, de criterio o de punto de vista. ¿Qué puede hacer una profesional como ella?
“No nacemos así. Nos hacemos así. Uno se va haciendo así por obcecación: puede ser que porque se haya visto muy atacado en el concepto que tiene de sí mismo o porque ha sido así cómo ha salido adelante ante ataques que ha podido recibir. La obcecación en una idea, esa expresión de ponerse cabezón, está determinada por la historia de relación de la persona desde la infancia”, profundiza.
“Hay personas a las que les cuesta admitir un error o un cambio de opinión porque no pueden sostener una imagen así de sí mismo, y se hunden», explica la psicóloga Raquel Huéscar
Y quien habla de cambio de opinión habla, por relación, de reconocimiento del error, o de la equivocación, lo que tampoco es sencillo.
El efecto Dunning-Kruger “se mueve también con el narcisismo”, matiza Huéscar. “Soy lo que parezco que soy”, en resumen.
Añade al respecto: “Hay personas a las que les cuesta admitir un error o un cambio de opinión porque no pueden sostener una imagen así de sí mismo, y se hunden. Es una imagen de sí mismo de ‘todo o nada’. Y no pasa nada por no saberlo todo, por no entenderlo todo, pero no todas las personas están preparadas para admitirlo”.
Nochebuena y la familia (re)unida
Es 24 de diciembre. Día de Nochebuena. Muchísimas personas se reúnen con sus familias y celebran una tradición religiosa o simplemente el hecho de estar de nuevo juntos. Bienvenido sea.
La familia, como indica Huéscar, “es el elemento social de más intimidad”, por lo que estar con la familia, estar en familia, desencadena emociones. Emociones que hablan de amor, pero también de rencillas y rivalidades. Que hablan de secretos y confidencias. De recuerdos y deseos. Por tanto, apunta la profesional, “que haya discrepancias o comunicaciones más violentas es más fácil”.
Pero que nadie se asuste. La cena de la familia (re)unida no tiene por qué salir mal. Quizá saber en qué consiste el efecto Dunning-Kruger favorezca la concordia y la armonía. Al fin y al cabo, todos y todas hemos experimento este efecto, ¿verdad?
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Ciencia y Salud
Las navidades pueden quitarte el sueño, consejos de los neumólogos para dormir mejor
Las fiestas navideñas van acompañadas de comidas copiosas, horarios irregulares, un mayor consumo de alcohol y un aumento de estrés social y familiar. Esto puede afectar a nuestro descanso nocturno, un aspecto fundamental para la salud física y mental. Los neumólogos ofrecen recomendaciones para dormir mejor en navidades.
En el año SEPAR 2025-2026 de los Trastornos Respiratorios del Sueño (TRS), una iniciativa que busca concienciar a la población y a los profesionales sanitarios sobre unas patologías que muchas veces son infravaloradas e infradiagnosticadas.
El doctor Carlos Egea, neumólogo y coordinador del Año SEPAR 2025/26 de los Trastornos Respiratorios del Sueño, explica que “un sueño alterado provoca cansancio generalizado e irritabilidad, además de empeorar las enfermedades respiratorias vinculadas con el dormir, como la apnea obstructiva del sueño (AOS).
“Un sueño escaso puede desencadenar problemas metabólicos, como la diabetes o la obesidad, sin olvidar que un alto porcentaje de accidentes domésticos y de tráfico están vinculados a la falta de sueño”, añade.
Seis recomendaciones para dormir mejor durante las navidades
SEPAR ofrece seis recomendaciones clave para dormir y descansar mejor durante las fiestas de navidades:
- Gestionar el estrés. En esta época del año los compromisos sociales, laborales y familiares pueden generar estrés. Los especialistas recomiendan reservar unos minutos diarios a actividades relajantes como la lectura o la meditación.
- Comidas con moderación. Las cenas tardías y abundantes dificultan la digestión y afectan a la calidad del sueño. La doctora Alejandra Roncero, neumóloga y directora del Programa de Investigación en Sueño de SEPAR, aconseja dejar pasar entre dos y tres horas entre la cena y la hora de acostarse, además de evitar alimentos muy grasos, azucarados o picantes por la noche.
- Reducir el consumo de alcohol. Aunque el alcohol puede provocar somnolencia inicial, altera las fases del sueño y favorece los despertares nocturnos, el ronquido y la apnea del sueño. Limitar su consumo y alternar con agua ayuda a proteger el descanso.
- Siestas cortas y sin “compensaciones”. Una siesta breve, de 20 a 30 minutos, puede resultar reparadora tras una mala noche. Sin embargo, dormir muchas horas al día siguiente para “compensar” suele desajustar aún más el ritmo circadiano.
- Apoyarse en remedios tradicionales. Aplicar calor local, tomar infusiones relajantes o realizar estiramientos suaves tras una noche festiva puede ayudar a relajar la musculatura y favorecer el descanso.
- Un día de “reset”. Antes de incorporarse a la rutina, los expertos recomiendan recuperar los horarios habituales, cenar ligero y evitar el uso de pantallas durante la última hora antes de dormir.

Niños y adolescentes: proteger el descanso también en fiestas
Los especialistas subrayan la importancia de que niños y adolescentes puedan dormir bien durante las navidades.
En el caso de los más pequeños, recomiendan mantener rutinas, crear un ambiente tranquilo y limitar la sobreestimulación y el uso de pantallas antes de dormir.
Para los adolescentes, etapa en la que tienden a trasnochar más, es preferible negociar límites razonables, establecer horarios de desconexión digital, mantener cierta actividad física y evitar siestas largas que interfieran en el sueño.
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Ciencia y Salud
Leer la etiqueta del turrón: cuanto más fruto seco y menos azúcar, mejor
Llegan la navidades y con ellas los dulces tradicionales, como el turrón. Cada vez hay más tipos, con ingredientes y sabores infinitos. Se trata de un producto del que no hay que abusar, y en pequeñas cantidades «puede ser compatible» con una dieta saludable durante estas fechas, para ello, lo mejor es que lleve mucha cantidad de fruto seco y muy poca de azúcar.
Un poco de contexto
Es cierto que cada vez se adelanta más las navidades y ya están vendiendo espumillón y turrones desde octubre, incluso hay tiendas que lo comercializan todo el año, pero el mayor consumo se espera en estas fechas navideñas.
«Un mensaje claro para la población podría ser que no hay que empezar tan pronto, que si nos ponemos a contar con los dedos de la mano, los días de las reuniones familiares no son tantos comparados con el resto del año. Y aunque esos días comas turrón, no va a significar que vas a llevar una alimentación poco sana», afirma a EFE Salud la vicepresidenta por Alicante del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa), María Tormo.
No se trata, matiza, de normalizar el consumo de turrón durante muchas semanas, como desde octubre o noviembre, eso «lógicamente no es sano», pero si es ocasional, puede ser «compatible» con una alimentación saludable.
La lista de ingredientes del turrón
Y para ello también hay que fijarse en los ingredientes de los que está hecho, porque «hay mucho turrones que en realidad no lo son».
«Hay que priorizar los ingredientes que tengan un alto porcentaje de frutos secos, entre el 60 y el 70 % sería lo recomendado. La almendra es fundamental, pero hay versiones más modernas, como la avellana o el pistacho», explica Tormo.

Los ingredientes están ordenados en la etiqueta de mayor a menor cantidad de contenido, por eso, el primero de ellos debería aparecer el fruto seco, abunda la experta; y después, otros ingredientes que sean «simples y fáciles» de reconocer para los consumidores.
«Que la gente los reconozca. Si empiezan con los aditivos, las ‘E’ seguidas de un número y hay muchas, mejor evitarlo», subraya.
¿Cuánto azúcar?
Y en cuanto a la cantidad de azúcar, Tormo es clara: «lo menos posible, es decir que vaya al final de los ingredientes. Si va como primero, para el consumidor debería ser una señal de alerta, porque está comprando sobre todo azúcar, no turrón».
Mejor que azúcar, que lleve miel, según la experta.
Y es que, según detalla, es distinta del azúcar porque nuestro cuerpo no la reconoce de la misma manera, es «más natural» y tiene otros micronutrientes, que el azúcar no tiene.
«Es interesante y adecuado que la gente busque que haya miel entre los ingredientes, en vez de los jarabes de glucosa que pone a veces o fructosa que también suele aparecer, igual que los aceites refinados. Si hay de palma o coco, por ejemplo, son cosas que nos deben hacer sospechar», incide.

Respecto a la cantidad de turrón, la experta afirma que no hay que comerse la tableta entera, compártela y come como un trozo de dos dedos aproximadamente.
«Además, nunca está solo el turrón, hay más cosas, polvorones, mazapanes, así que, la recomendación sería que sabemos que estamos en Navidad, que vamos a comer, y que no hay que martirizarse por ello, pero tampoco hay que comerse todo lo que sea posible», indica la vicepresidenta por Alicante del CODiNuCoVa.
Con estas pautas de María Tormo, ya solo queda regresar a casa por Navidad y disfrutar de ella. Buen apetito y felices fiestas.
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