Madrid (Euractiv.es) – El Director de la Representación de la Comisión Europea en España, Daniel Calleja, nombrado recientemente en su nuevo cargo, considera que la adhesión de España a la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) el 1 de enero de 1986, junto con Portugal, supuso un impulso decisivo para modernizar al país, gracias, entre otras, a figuras políticas clave de nuestro país, entre ellas Manuel Marín, Loyola de Palacio o Javier Solana, entre otros.

En entrevista con Euractiv.es, Calleja, funcionario de larga trayectoria en Bruselas, asegura que “los españoles nos sentimos europeos con naturalidad”, y porque las políticas comunitarias, entre ellas los fondos de cohesión, han sido un pilar fundamental para modernizar al país.

Este próximo jueves, 1 de enero de 2026, se cumplen cuatro décadas de la adhesión formal de España a la entonces CEE, si tuviera que destacar el mayor hito logrado por España en estos 40 años en el “club comunitario”, cuál (o cuáles serían)?

Es difícil resumir en un solo hito cuarenta años de pertenencia a la Unión Europea de los que España se ha beneficiado enormemente, y en los que ha sabido también liderar iniciativas de extraordinaria importancia para la Unión. Yo destacaría el papel protagonista de nuestro país para incluir en los tratados la ciudadanía europea como noción política y jurídica esencial de pertenencia a la Unión. En segundo lugar, el refuerzo de la cohesión económica y social con el reconocimiento del marco financiero plurianual (MFP) que proporciona la indispensable estabilidad presupuestaria a la Unión, junto a la creación del Fondo de Cohesión. Por último, la iniciativa de programas europeos emblemáticos como Erasmus o Galileo, que tanto deben a los Comisarios españoles de entonces como Manuel Marín (PSOE) o Loyola de Palacio (PP).

Aunque, casi de manera sistemática, en cada encuesta del Eurobarómetro, los españoles reafirman su fuerte vocación europeísta, ¿cree que conocen realmente a las personalidades que construyeron ese complejo camino, pienso sobre todo en las generaciones más jóvenes?

No se conoce suficientemente la labor de personalidades españolas que tanto hicieron por Europa durante las últimas décadas. Por eso, el 40 aniversario de la adhesión nos brinda la oportunidad de hacerlo y de reconocer su contribución a Europa. Además de Manuel Marín y Loyola de Palacio, como olvidar la labor de Javier Solana o Josep Borrell en la política exterior europea, de Marcelino Oreja, negociador del tratado de Amsterdam, o de Pedro Solbes y Joaquín Almunia en la política monetaria y de competencia, de Abel Matutes impulsor de la política europea en favor de las Pymes, de Miguel Arias artífice de la Unión de la Energía y del histórico tratado de París contra el cambio climático, sin olvidar a la actual Vicepresidenta ejecutiva Teresa Ribera que ostenta carteras claves como la competencia y la coordinación de la transición limpia, justa y competitiva.

España ha tenido además tres Presidentes del Parlamento Europeo: Enrique Barón, José María Gil Robles y Josep Borrell, un Presidente del Tribunal de Justicia, Gil Carlos Rodríguez Iglesias, y la primera mujer Vicepresidenta del Tribunal, Rosario Silva.

Las nuevas generaciones se sienten “muy europeístas”, pero no cree que muchos dan por sentado que España siempre ha estado en la UE? ¿Valoran en su justo término la pertenencia de España a la Unión o se quedan en la «superficie», con los logros más tangibles, entre ellos el programa de intercambio de estudiantes ERASMUS.

Los españoles nos sentimos europeos con naturalidad. Nos beneficiamos de las oportunidades que nos brinda la Unión y de la posibilidad de viajar, estudiar, trabajar o establecernos en otros Estados miembros sin restricciones, de utilizar el Euro, la segunda moneda de reserva del mundo, de la liberalización del transporte aéreo o del roaming, nuestras empresas se benefician del mercado único europeo, y nuestros agricultores de la Política Agrícola Común (PAC). Es lógico que siempre pensemos en ventajas concretas y tangibles, pero por encima de ellas la Unión ha sido un estímulo decisivo para la modernización de nuestro país, dando un salto histórico cualitativo en la convergencia de España con Europa, potenciando la cohesión económica y social.

¿En su opinión, qué retos le quedan por superar a la UE, cuando están a punto de cumplirse (en febrero de 2026) cuatro años de la guerra en Ucrania?

La Unión debe acelerar su proceso de integración política, económica, industrial y militar. No hay alternativa en un mundo multipolar en el que el objetivo de autonomía estratégica europea debe prevalecer. España, como socio leal con una profunda vocación europeísta, puede y debe estar en primera línea en todos los ámbitos, y en particular puede aportar su vinculación especial con el Mediterráneo y América Latina a la estrategia geopolítica de la Unión.

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Información de fondo (Fuente: Comisión Europea en España):

⇒ Contribución de España a la UE

⇒ Contribución de la UE a España

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(Editado por Fernando Heller/Euractiv.es)

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Bruselas (Euractiv)- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este domingo que el fin de la guerra en Ucrania «podría estar muy cerca» tras mantener conversaciones con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida. Las negociaciones siguen limitadas por disputas territoriales sin resolver.

Los dos líderes debatieron el borrador de propuesta de paz de 20 puntos de Ucrania, elaborado en consulta con funcionarios estadounidenses y presentado la semana pasada. El plan revisa un marco de 28 puntos elaborado por la Administración Trump el mes pasado tras las conversaciones con Rusia, y representa el esfuerzo público más detallado de Kiev hasta la fecha para esbozar un camino que ponga fin al conflicto.

Tanto Trump como Zelenski se mostraron optimistas en una rueda de prensa conjunta tras la reunión. El presidente estadounidense dijo que habían tocado todos los temas y habían hecho «muchos progresos» para poner fin a la guerra, pero también advirtió de que quedaban «uno o dos» puntos conflictivos por resolver.

Zelenski afirmó que las conversaciones sobre las garantías de seguridad entre Estados Unidos, Europa y Ucrania para asegurar que Rusia no vuelva a invadir el país estaban «casi» acordadas. Las garantías de seguridad en discusión apuntalarían un ejército ucraniano de unos 800.000 efectivos en tiempos de paz, flanqueado por socios occidentales, y formalizarían el camino de Kiev hacia la adhesión a la UE.

Participación europea

Durante la reunión, Trump dijo que los líderes mantuvieron una llamada telefónica de una hora con sus homólogos de la UE, entre ellos la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el presidente polaco, Karol Nawrocki.

Von der Leyen celebró lo que describió como un «buen progreso» en las conversaciones, y añadió que Europa seguiría trabajando con Kiev y Washington para poner fin a las hostilidades. «Para ello es fundamental contar con garantías de seguridad férreas desde el primer día», escribió en las redes sociales.

Aunque la UE acordó recientemente proporcionar a Ucrania 90.000 millones de euros de ayuda financiera, los líderes europeos se habían mantenido en gran medida al margen de las recientes conversaciones directas de paz.

El domingo, Trump y Zelenski confirmaron que la UE desempeñaría un papel clave en cualquier futuro marco de seguridad para Ucrania. «Europa va a hacerse cargo de una gran parte», dijo Trump. «Vamos a ayudar a Europa al 100%». Calificó a los líderes de la UE de «geniales» y reconoció que han «gastado mucho dinero en ayudar a Ucrania».

Previamente, el domingo, Trump mantuvo una llamada telefónica de una hora con el presidente ruso, Vladímir Putin, que más tarde describió como «buena y muy productiva», una opinión de la que se hizo eco el enviado del Kremlin, Kirill Dmitriev. Se espera que los dos líderes vuelvan a hablar después de la reunión de Trump con Zelenski, informó la agencia de noticias estatal rusa Tass.

Persisten las diferencias territoriales

A pesar de la retórica positiva, los elementos más conflictivos del acuerdo propuesto siguen sin resolverse, en particular las cuestiones territoriales en el este de Ucrania.

En vísperas de la reunión, Zelenski había propuesto la creación de una «zona económica libre» en partes del Dombás como posible forma de aliviar las hostilidades. «Está sin resolver, pero cada vez más cerca», dijo Trump, reconociendo que se habían hecho progresos, pero que la tierra seguía siendo uno de los obstáculos más difíciles. «Van a tener que resolverlo», dijo Trump tras la reunión.

Una anterior propuesta de paz redactada por Estados Unidos y Rusia preveía la retirada de las fuerzas ucranianas de las partes del Dombás que aún controlan, y su conversión en una zona desmilitarizada neutral. Kiev rechazó el plan, alegando que no se podía esperar que entregara un territorio que no había ocupado las fuerzas rusas.

Zona desmilitarizada

El marco esbozado por Zelenski pretende reelaborar ese concepto. Establecería una zona desmilitarizada en Donetsk que abarcaría no solo las zonas desalojadas por las tropas ucranianas, sino también el territorio en manos rusas, del que Moscú tendría que retirarse. Según la propuesta, las fuerzas enfrentadas estarían separadas por una zona colchón vigilada por fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz.

Sin dar detalles, Trump dijo que un grupo de trabajo en el que participarían representantes ucranianos, estadounidenses y rusos podría ayudar a avanzar en las negociaciones en los próximos meses. «Rusia quiere que Ucrania tenga éxito», dijo Trump a los periodistas en Mar-a-Lago.

También dijo que Putin no había aceptado un alto el fuego que permitiera a Ucrania celebrar elecciones y posibles referendos como parte de un acuerdo de paz, pero sugirió que se estaban explorando acuerdos alternativos.

En las redes sociales, Zelenski dijo que funcionarios ucranianos y estadounidenses volverían a reunirse la próxima semana para avanzar en las conversaciones.

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(Editado por cz/eutractiv.com y Luis de Zubiaurre Wagner/Euractiv.es)

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(AFP)- Los votantes de Kosovo acuden el domingo a las urnas en unas elecciones parlamentarias anticipadas, con la esperanza de poner fin a diez meses de estancamiento y crisis política.

Vetevendosje (VV), el partido del primer ministro Albin Kurti, fue el más votado en las elecciones parlamentarias del 9 de febrero, pero su 42 % no le dio la mayoría en el Parlamento de 120 escaños.

Los diputados necesitaron más de 50 sesiones para acordar un portavoz, pero no se pudo formar ninguna coalición ni un gobierno, lo que obligó a convocar elecciones anticipadas.

Considerado el favorito, Kurti espera, tras una rápida campaña de dos semanas, «ganar por un amplio margen» e «ir más allá del 50 %», declaró el martes a la AFP en una entrevista.

Aunque en febrero hizo campaña con la promesa de gobernar Kosovo «de punta a punta» -incluidas las zonas de mayoría serbia, donde la influencia de Belgrado suele superar a la de Pristina-, Kurti se ha centrado ahora en la economía, dejando de lado las relaciones con Serbia, que nunca ha reconocido la secesión de su antigua provincia en 2008.

«Más allá de las polémicas, la economía va muy bien y este año volveremos a registrar un crecimiento del PIB del 4 %. A lo largo de mi mandato, nunca hemos bajado del 4 %», declaró Kurti a la agencia AFP.

Los serbios, ignorados

En los últimos días también ha anunciado que el gobierno pagaría 100 euros a los pensionistas y a todas las familias con niños pequeños de aquí a finales de año. «Corrupción electoral», respondieron los otros dos partidos principales, el Partido Democrático de Kosovo (PDK) y la Liga Democrática de Kosovo (LDK).

También han hecho campaña sobre la economía y los grupos más vulnerables, pero atacando la trayectoria del gobierno. «Kosovo ha estado mal gobernado. Los precios han subido entre un 40 y un 50 %, la electricidad se ha encarecido, mientras que los salarios y las pensiones han permanecido casi invariables. Eso cambiará con un gobierno del PDK», prometió el líder del PDK, Bedri Hamza.

«Los proyectos de desarrollo nunca han progresado debido a las malas decisiones políticas» y «la inflación se ha comido los ingresos», afirmó Lumir Abdixhiku, candidato del LDK. Censuró la política de línea dura de Kurti hacia la minoría serbia, que también ha sido criticada por sus aliados, incluido Estados Unidos.

«Hemos perdido aliados, hemos perdido la confianza de la comunidad internacional, se han bloqueado las instituciones», acusó Abdixhiku.

Más de dos millones de personas pueden votar -incluidas decenas de miles inscritas en el extranjero- en las elecciones del domingo. En febrero de 2025, solo acudió a las urnas el 40,6 % de los votantes.

Además de los tres partidos principales, los votantes deben elegir a los representantes de los 20 escaños reservados a las minorías: 10 para la minoría serbia, cuatro para los romaníes, ashkalíes y egipcios balcánicos, tres para los bosnios, dos para los turcos y uno para los goraníes.

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