Ciencia y Salud
Trump sacude los cimientos de la salud global

Nada más ser investido presidente de Estados Unidos, Trump firmó la salida de su país de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un varapalo económico al ser el principal donante, 1.284 millones de dólares anuales, el 18 % del presupuesto total, lo que pone en evidencia las aportaciones de los otros socios, como Europa, y la viabilidad de la organización.
Pero también ha ordenado la interrupción de la cooperación que gestiona a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), un organismo que en 2024 distribuyó más de 44.000 millones de dólares en ayuda global.
Trump ha puesto en jaque a la salud global en un momento en el que la amenaza de nuevas pandemias llama a la puerta. Este es el análisis de los expertos y ONG consultados por EFEsalud.

La frustración de los cooperantes
Desde Médicos Sin Fronteras (MSF), la asesora principal de VIH/TB de la Unidad Médica de África Austral, Esther C. Casas, asegura, desde Sudáfrica, que ya se están viendo las consecuencias sobre el terreno de los recortes anunciados por el presidente estadounidense.
“Estamos increíblemente frustrados, tristes, con la incredulidad de que no puede ser que esté pasando esto, pero también de la forma tan abrupta y repentina, sin dar una oportunidad de preparación a los programas en marcha para adaptarse y sobreponerse”, afirma Casas.
VIH
MSF no recibe fondos de Estados Unidos pero trabaja en colaboración con otras entidades y ministerios de salud en proyectos que sí se han visto afectados. En Sudáfrica, MSF trabaja en programas de cuidados de tuberculosis y VIH destinados, entre otros, a la prevención, detección y tratamiento de ambas enfermedades.
Según la OMS, Estados Unidos puso en 2023 hasta 4.200 millones de dólares en el Plan Presidencial de Emergencias para Alivio del Sida (PEPFAr)
Esto cubría a más de 20 millones de personas en todo el mundo. La mayoría de estos fondos iban a parar a África, que sigue siendo la región con más casos (25,6 millones) y muertes (380.000) al año.

Dentro del continente africano, el país con más casos de VIH es Sudáfrica (unas 8,45 millones de personas y una tasa de prevalencia de 19,6 %), aunque es también uno de los menos dependientes de Estados Unidos (el PEPFAr pone el 16 % del presupuesto nacional contra el VIH).
Muchos de los nuevos casos en Sudáfrica, apunta Casas, son entre adolescentes, y sobre todo, en chicas. Los colectivos vulnerables como las personas que se dedican a la prostitución y las que son toxicómanas acarrean el mayor número de infecciones nuevas.
Las estimaciones y modelos matemáticos, citados por MSF, advierten del retroceso en un progreso “que ha costado mucho llevar a cabo”.

“Justo ahora, que estamos hablando de que tenemos herramientas innovadoras, estamos muy cerca de un tipo de vacuna contra el VIH, que tenemos a mucha gente en tratamiento retroviral. No hay que olvidar que el 70 % de la financiación global de VIH proviene de PEPFAr, con lo que el riesgo es altísimo”, señala la representante de MSF.
La OMS ha estimado que a causa de los recortes, podría haber tres millones de muertes relacionadas con el VIH más, el triple de las registradas el pasado año, y 10 millones de seropositivos más, con lo que se retrocedería a números de hace dos décadas.
Tuberculosis
En cuanto a la tuberculosis, que es la enfermedad infecciosa que mata más gente al año, con 1,25 millones de fallecimientos, los fondos que vienen de Estados Unidos son de menos cuantía que para el VIH, porque gran parte provienen del Fondo Mundial, aunque Casas en este punto indica que ese país es uno de los grandes financiadores del organismo.

“Sabemos que en Europa muchos países ya han anunciado que van a reducir su contribución al Fondo Mundial y que Estados Unidos tiene planes de retirarse. El horizonte es precario cuando piensas que si ya no estamos llegando donde necesitamos llegar, con este panorama nos queda un cambio fundamental de paradigma de cómo se financia la salud global internacional”, señala Casas.
En este sentido, incide en que cuando trasladas el panorama a tierra firme, es decir, a los pacientes que viven con VIH o tuberculosis, el resultado es que habrá un aumento de infecciones, mortalidad, de enfermedad avanzada por VIH y de otras patologías.
“¿Se trata de un problema de salud pública o de una emergencia? Son los dos. Es una de las mayores emergencias de salud pública que nos hemos encontrado en los últimos años y ha venido de una forma totalmente imprevisible”, resalta la representante de MSF.
“Hay sensación de haber perdido el rumbo”
También el director general del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el doctor Quique Bassat, muestra preocupación por el “desmantelamiento” de la ayuda internacional por parte de la administración Trump: “Hay una sensación de desnorte o de haber perdido el rumbo muy importante”.
“Acabo de regresar de Mozambique y el desánimo es terrible entre mis colegas que trabajaban en ONG e instituciones financiadas principalmente con dinero americano. Hay toneladas de tratamientos antirretrovirales para el VIH almacenados, pero no pudiendo ser distribuidos, lo mismo ocurre con los antimaláricos…”, lamenta este pediatra con experiencia sobre el terreno en el continente africano.

Bassat advierte de que África es el continente que más va a sufrir ya que un tercio de la ayuda proviene de Estados Unidos.
Y eso tendrá consecuencias globales a medio plazo: “Desde la pandemia entendemos que los patógenos no tienen fronteras y que hay que actuar de forma coordinada. Que Estados Unidos decida ir por libre y haciendo lo contrario al sentido común, es una amenaza importante para el mundo pero también para ellos”.
Un ejemplo es el aumento de casos de sarampión que también demuestra el “efecto inmediato” de poner al frente de la sanidad en el Gobierno de Estados Unidos a una persona que no cree en las vacunas, en referencia a Robert F. Kennedy Jr. Y un “buen medidor” de lo que ocurre cuando el sistema y la cobertura vacunal falla y dejamos de protegernos como colectivo.
Un ejercicio de solidaridad
En el mismo sentido se pronuncia el profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Ángel Gil, quien ahonda en que la salud global requiere de un ejercicio de solidaridad de todos.
“Gestos de poca solidaridad o incluso de egoísmo demuestran que no somos capaces de ver que la salud no es un problema individual, sino que es global. Es un problema de sociedades, de países y que si lo hacemos de forma coordinada entre todos, daremos una respuesta adecuada. Pero si no, evidentemente, podemos tener problemas”, reflexiona Gil.
Los países en vías de desarrollo apenas destinan el 2 % de su PIB a salud (España destina el 7 %) y gracias a la OMS se puede garantizar, por ejemplo, la vacunación infantil, y el acceso a medicamentos esenciales, que corren peligro con la salida de Estados Unidos de este organismo, prosigue el profesor de la URJC.
Rebote al primer mundo
Gil insiste, además, en que todas las enfermedades infecciosas que incrementarán su incidencia en los países pobres llegarán rebotadas al primer mundo de una manera u otra.
“Los problemas de malaria en África también son problemas nuestros”, señala a modo de ejemplo el profesor de la Rey Juan Carlos, quien recuerda que el vector de la malaria -el mosquito del género Anopheles- también está presente en España.

Y entre las enfermedades infecciosas que más pueden aumentar su incidencia, además del VIH y la tuberculosis precisamente se encuentra la malaria, enfermedad para la que existen vacunas, financiadas y subvencionadas por los programas de vacunación de la OMS.
“Si no existe vacuna para una enfermedad pues mira, ya nos hemos hecho a la idea, pero que estés implementando un programa de vacunación y a los dos años te lo corten, epidemiológicamente es lo peor que te puede pasar”, señala Ángel Gil, quien indica que esta enfermedad mata a medio millón de niños al año en África Subsahariana.

La enfermedad meningocócica también es otra de las patologías por las que el profesor de la Rey Juan Carlos muestra preocupación. La OMS tenía el objetivo, que estaba a punto de cumplirse, de eliminarla en el mundo y en África en particular, un horizonte que puede verse también truncado, augura el experto.
“Sería una pena porque se ha hecho un trabajo desde el año 2010 en todo el cinturón de la meningitis africana para proteger y poder eliminarla”, afirma Gil, quien lamenta “el egoísmo del poderoso”.
¿Trump abre una puerta a la negociación en salud?
En medio de este clima de incertidumbre, todas las miradas se dirigen a Estados Unidos y a Trump para ver si hay una vuelta a atrás en su sacudida a la salud global.
El director general del ISGlobal cree que Trump ha lanzado un “órdago” a la OMS y que deja una puerta abierta a la negociación, “siempre y cuando le beneficie”.

Además, en opinión de Quique Bassat, la política humanitaria estadounidense siempre les ha permitido “invertir en muchos países de baja renta y al mismo tiempo tener sus antenas de alguna manera colocadas y entender lo que estaba pasando sobre el terreno”.
Abandonar “les deja muy fuera de juego desde el punto de vista de esa inteligencia, de lo que está ocurriendo” en esas zonas del mundo.
El problema, asegura el también investigador de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), es que la OMS no está en su mejor momento, “con un liderazgo cansado, tocado tras la pandemia, y con una financiación todavía más tocada tras la amenaza de Trump”.
Y en ese escenario, Europa, defensora de la salud global, queda en evidencia porque debería aportar más de lo que aporta: “Tenemos que jugar en la primera división de la ayuda al desarrollo y de investigación de enfermedades infecciosas”.
Las decisiones de Donald Trump en salud global también están teniendo un impacto directo en la investigación y en el intercambio de conocimiento y muchos científicos están intentando salir de Estados Unidos y trabajar en otros países ante el desmantelamiento y el recorte de fondos.
¿Y si llegara una nueva pandemia, como la gripe aviar con epicentro en Estados Unidos? “No sé cómo las actuales reglas del juego cambiarían para que pudiéramos volver a remangarnos e intentar luchar todos juntos”, concluye el director general del ISGlobal.
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Ciencia y Salud
Andreu Buenafuente y el estrés: la importancia de parar y de recuperarse bien
Andreu Buenafuente no dará las campanadas en TVE debido a un “episodio de estrés” del que aún necesita recuperarse sin “acelerar”, según ha anunciado él mismo a través de un comunicado emitido este viernes. El tándem del humorista y la actriz Silvia Abril no podrá, por tanto, protagonizar el programa con el que la cadena pública pretendía despedir 2025 y recibir 2026.
Dice Buenafuente en el comunicado: “Tuve un episodio de estrés, común, pero no agradable, por trabajos en los que yo mismo creo. Hubo un momento en el que no pude y mi cuerpo me pidió parar. Quiero agradecer a los profesionales que me están ayudando y a la gente que me rodea. Cada gotita es una vitamina”.
Sobre los plazos de recuperación que le impiden estar en primera línea de TVE la última noche del año, afirma: “No creo que tenga que acelerar mi recuperación para hacer lo que tengo que hacer; tengo que estar feliz, y por eso, voy a seguir recuperándome y cuando sea posible volver, que sea. No sé qué va a pasar, pero la falta de un horizonte exigente es lo que necesita una persona que ha parado por estrés”.
¿Qué es el estrés?, ¿qué le hace a nuestro organismo?, ¿por qué conviene parar?, ¿si se para la actividad laboral, cómo hay que llevar a cabo esa recuperación? Son preguntas para cuyas respuestas EFE Salud ha contado con las explicaciones del psicólogo y psicoterapeuta Sergio García.
El estrés y los «pensamientos intrusivos»
Para empezar, una noción sobre el estrés: se trata de una respuesta natural del organismo a situaciones que percibe como desafiantes o amenazantes.
Explicaba la neurocientífica Carmen Sandi, presidenta de la Federación Europea de Sociedades de Neurociencia, según una información de EFE, que si esa respuesta “se prolonga o se intensifica más allá de lo necesario, puede transformarse en un problema que afecta tanto a la mente como al cuerpo”.
Entra en escena el “trastorno de ansiedad”, según nos cuenta Sergio García. Estamos ante “una característica mental en la que la persona tiene miedo, nerviosismo o preocupación de manera muy persistente y muy intensa”, lo que puede generar síntomas físicos como “taquicardia o sudoración”, pero también “síntomas mentales y cognitivos”.

García cita entonces “los pensamientos intrusivos”. “Esto quiere decir que estoy pensando en una cosa y me viene a la cabeza otra cosa que se hace protagónica a pesar de que no corresponde”.
Por regla general, añade, los pensamientos intrusivos derivan de no poner límites “entre lo personal y lo laboral”. Esta ansiedad, cabe puntualizar, “se puede generalizar si no se pone remedio a tiempo y si no se acude a un especialista”.
La importancia de parar
Fisiológicamente la situación se describe así: el cerebro interpreta ciertas situaciones como amenazas y activa, por tanto, respuestas de defensa. Envía señales a las glándulas suprarrenales para liberar hormonas como la adrenalina y el cortisol, que son las que contribuyen a la preparación del cuerpo para esa defensa.
En cascada van cayendo las reacciones: aumenta la frecuencia cardíaca, los músculos se tensan, la digestión se resiente… De continuar mucho tiempo este estado de defensa, de huida ante la amenaza, podría debilitar el sistema inmunológico y hasta infligir daños neurológicos.
Parar, además, “facilita la aplicación de estrategias terapéuticas y el aprendizaje de nuevas herramientas para manejar la ansiedad y poder recuperar integralmente la salud mental”, dice Sergio García
Es clave actuar a tiempo ante el estrés crónico. García esgrime la importancia de las pausas, de parones como el que está haciendo Buenafuente. No hacerlos es peligroso porque puede conducir al agotamiento o a la depresión.
Descansar, además, “facilita la aplicación de estrategias terapéuticas y el aprendizaje de nuevas herramientas para manejar la ansiedad y poder recuperar integralmente la salud mental”.
Y la importancia de la recuperación
Entre esas estrategias terapéuticas, dos perspectivas: la médica y la psicológica.
La primera, subraya García, plantea la recuperación con el objetivo de que no surjan “nuevas formas de estrés y que se resuelvan de manera adecuada”. Es decir, para “evitar recaídas y problemas a largo plazo”. Una recuperación “paulatina, no acelerada” persigue que “cuerpo y mente se adapten y generen nuevas sinergias” que, a su vez, eviten “un desgaste mayor”, concluye.
La segunda “puede ver necesarias las pausas”, pero, en opinión de García, no coloca al trabajo, la carga laboral, como causa única de la “desazón”. De hecho, desde este prisma, ayuda que el paciente trabaje.
“Desde la perspectiva psicológica, algún trabajo no sería del todo negativo, pero sin tener la intensidad del trabajo de antes. Trabajo cero durante varios meses tampoco es aconsejable porque es una cuestión que no es real”, reflexiona el psicólogo.
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Ciencia y Salud
La prevención y el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad, entre los grandes desafíos sanitarios de la UE
Bruselas (Euractiv.com/.es) – Los expertos en temas de salud advierten de que a medida que la iniciativa de la Unión Europea (UE) «Juntos más sanos – Enfermedades no transmisibles (ENT)» entra en sus dos últimos años, el programa podría quedar desfasado en relación con los constantes avances de la investigación científica sobre salud metabólica.
Al tiempo que el marco financiero 2022-2027 ofrece a los Estados miembros del bloque comunitario apoyo para el combate contra las enfermedades cardiovasculares, diabetes, afecciones respiratorias crónicas, salud mental y factores determinantes del estilo de vida, no aborda explícitamente las enfermedades hepáticas, a pesar de sus fuertes vínculos metabólicos con la obesidad y la diabetes de tipo 2.
Durante un debate reciente sobre el tema, titulado «ENT, obesidad y salud hepática: ¿puede la UE cambiar el rumbo?«, varios especialistas calificaron esa omisión de debilidad estructural de la política de la UE en materia de ENT.
En ese sentido, Cyrielle Caussy, catedrática de Medicina Nutricional de la Universidad Lyon 1, advirtió de que pasar por alto la salud hepática supone ignorar uno de los órganos centrales de la epidemia metabólica europea. El hígado está en el centro de las principales enfermedades no transmisibles de Europa, recordó.
«El hígado es actualmente el punto ciego (…) no vemos realmente la salud hepática en la agenda. Sabemos que es un órgano clave en el metabolismo de la glucosa, los lípidos y la energía. Y está directamente relacionado con todas estas enfermedades no transmisibles», explica.
Se calcula que la esteatosis hepática (o hígado graso) afecta a cuatro de cada diez adultos en todo el mundo, pero los expertos subrayan que el problema es, en gran medida, «invisible» en las estrategias de la UE, entre ellas Healthier Together.
La obesidad, ¿es de verdad una enfermedad?
Uno de los motivos por los cuales no se presta atención a las enfermedades hepáticas es la persistente incomprensión de lo que significa la obesidad.
«Todavía hay muchos malentendidos sobre lo que es la obesidad», afirma la Dra. Andreea Ciudin Mihai, endocrinóloga, especialista en obesidad, profesora asociada de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Hospital Vall d’Hebron y miembro del Consejo Ejecutivo de la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO).
«La obesidad no es una enfermedad basada en el peso por kilogramo; es una enfermedad del tejido adiposo, lo cual significa exceso y disfunción de la grasa corporal», sostiene la experta.
«Algo que cambiará el mercado es el reconocimiento de la obesidad como enfermedad no transmisible (…) mientras no se reconozca la obesidad como enfermedad, seguirá habiendo estigmatización», agrega la investigadora.
Medicamentos GLP-1: avances, pero desigualdad
«Ahora disponemos de dos fármacos que cambian las reglas del juego«, explica Mihai, quien destacó los beneficios para la diabetes, el hígado graso y las enfermedades cardiovasculares. Pero el acceso a los fármacos es limitado, ya que «estos medicamentos no tienen reembolso, así que la gente tiene que pagarlos de su bolsillo», explica. Caussy asegura que quienes más los necesitan «son los que no pueden permitírselos».
Por su parte, el Dr. Kremlin Wickramasinghe, asesor de la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, advirtió del riesgo de que estos medicamentos sustituyan a la acción política en materia de prevención. «Me preocupa que todo el mundo piense que ahora tenemos un medicamento (…) y abandonemos la agenda de la prevención», señaló.
«Un tercio (de la población) no sabe que tiene hipertensión (…) y de los que están en tratamiento, un tercio no está bajo control», explica Wickramasinghe.
Detección precoz del «hígado graso»
Los expertos coinciden en que la detección precoz de la enfermedad hepática avanzada es factible y rentable, pero no está muy extendida. «La primera prueba que se recomienda ahora de forma generalizada es la puntuación FIB-4. Es barata porque es gratuita», señala Caussy.
El experto explica que los pacientes que cruzan el umbral clínico requieren una evaluación más precisa. «Si la cifra es superior a 1,3, existe un riesgo, y hay un seguimiento, y el seguimiento consiste en realizar una prueba de segunda línea, que es más precisa. Suele ser una trans-elastografía, que es un método basado en ultrasonidos (…) también se han desarrollado análisis de sangre», agrega.
Por su parte, Gamal Shiha, director de la Asociación Europea de Pacientes Hepáticos (ELPA), subrayó la necesidad de concienciar a la población. «No todos los [obesos ] son pacientes hepáticos (…) el asunto es cómo educar a los pacientes y cómo seleccionar a los que van al especialista», señala.
Lagunas en la prevención
Mientras tanto, Wickramasinghe subraya que el déficit de prevención en Europa empieza mucho antes del cribado. «Estas son las cosas que causan el 80% de las muertes, pero no hablamos con el 80% de los pacientes sobre estos factores de riesgo», asegura.
«Queremos un sistema sanitario que hable con los pacientes sobre estos factores de riesgo (…) un sistema sanitario que tenga la capacidad de hacerlo (…) hay tanto estigma y discriminación que hace que sea un tema controvertido a tratar entre un paciente y su profesional sanitario», explica.
«Antes de llegar al cribado con un montón de máquinas caras (…) tenemos que integrar la atención primaria, crear espacio y reducir la carga», puntualiza.
Retos pendientes en la UE
Por su parte, el eurodiputado Tomislav Sokol (PPE) criticó en el marco del debate la lentitud de la UE en el etiquetado nutricional.
«Llevamos años esperando (…) en realidad no estamos haciendo nada, subrayó Sokol, al tiempo que advirtió de que en el próximo Marco Financiero Plurianual (MFP) para el período 2028-2034, la prevención corre el riesgo de desaparecer.
En ese sentido, aseguró que las competencias de la UE en materia de etiquetado, comercialización, prevención, reforma farmacéutica y Espacio Europeo de Datos Sanitarios siguen infrautilizadas. «Los beneficios (…) no son claramente visibles de forma directa, por lo cual la mayoría de los políticos no se preocupan de las medidas que realmente proporcionan algún efecto a largo plazo».
«Cualquier política que pueda considerarse negativa para la industria no llega a aplicarse», advierte Wickramasinghe.
Los expertos coinciden en que la UE no podrá cumplir sus objetivos en prevención y tratamiento de ENT mientras no enfrente esas presiones políticas y comerciales. A medida que Healthier Together entra en su fase final, el mensaje es claro: Europa tiene las pruebas y las soluciones, pero sólo el coraje político decidirá si es posible invertir la tendencia, según sostienen los expertos.
///
(Editado por BM/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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Ciencia y Salud
Los síntomas que encienden la alarma ante la disfagia, ese bloqueo que no deja tragar
La disfagia es la dificultad para tragar, un trastorno grave que se anuncia con síntomas que nos deben encender las alarmas. Detectar cuanto antes evita consecuencias graves como desnutrición, deshidratación o neumonía aspirativa.
En el Día Mundial de la Disfagia, el 12 de diciembre, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) destaca la necesidad urgente de mejorar el diagnóstico temprano de un trastorno cuyo origen puede ser neurológico, estructural o muscular.
Es habitual en pacientes con ictus, enfermedades neurodegenerativas como párkinson o ELA, así como en personas intervenidas por tumores de cabeza y cuello. Pero también las personas de edad avanzada pueden tener alteraciones.
Según la SEEN, se estima que la disfagia afecta a aproximadamente al 8 % de la población mundial y al 5,6 % de adultos en España, con cifras más elevadas en pacientes hospitalizados, alcanzando hasta el 10,3% en unidades geriátricas y el 7,5% en servicios de neurología, reflejando el impacto de la edad y las enfermedades de base en su aparición.
Tipos de disfagia
La disfagia puede ser de dos tipos según su localización:
- Orofaríngea: La más frecuente, representa casi el 80 % de los casos. El problema se produce al iniciar la deglución en la boca o faringe. Hay riesgo de atragantamiento o aspiración.
- Esofágica: Se produce al pasar la comida por el esófago hacia el estómago, hay sensación de atasco.
Y también se distingue la presbifagia, la dificultad para tragar que se produce con la edad. Entre el 10 y el 30 % de los mayores de 65 años presenta algún grado de disfagia, superando el 80 % en mayores de 80 años.

Los síntomas de la disfagia
La doctora Emilia Cancer Minchot, vocal de Asistencia de la SEEN y miembro del Área de Nutrición de la sociedad, explica algunos de los síntomas que nos deben hacer sospechar de disfagia en un paciente al comer o beber:
- Toser con frecuencia.
- Cambiar la calidad de la voz.
- Disminución significativa del nivel de oxígeno.
- Ser incapaz de mantener el bolo alimenticio en la boca.
- No poder realizar el sello labial y babee.
- Cuando se quede comida en la boca o a nivel faríngeo tras la deglución.
- No poder tragar el bolo alimenticio en una única deglución.
- Sufrir frecuentes infecciones respiratorias.
- Deshidratarse con frecuencia o desnutrirse.
Las consecuencias de tragar con dificultad
Deglutir significa nutrir e hidratar, si el mecanismos de tragar se altera puede producir desnutrición y deshidratación.
Pero también puede producir aspiraciones orofaríngeas que conllevan infecciones respiratorias.
“Hasta un 50 % de los pacientes que presentan aspiración desarrollan neumonía, siendo la complicación más temida de la disfagia, ya que constituye 5-15 % del total de las neumonías adquiridas y puede tener una mortalidad asociada del 50 %. No es un problema menor”, explica la endocrinóloga.
Pero estas alteraciones también tienen consecuencias en la calidad de vida, la supervivencia del paciente y aumentan las estancias hospitalarias y los costes sanitarios.
La enfermedad puede conducir a aislamiento social, ya que el miedo a atragantarse y la necesidad de texturas modificadas dificultan la participación en comidas familiares y sociales.
“Muchos pacientes dejan de disfrutar de algo tan cotidiano como comer. Esto afecta a su bienestar emocional y a su integración social. El tratamiento no solo es clínico, también humano”, considera la especialista.
El abordaje y tratamiento
El tratamiento puede ser compensatorio, rehabilitador o una combinación, de ambos, e incluye:
- Adaptación de texturas y viscosidades (evitando alimentos con grumos, pegajosos, duros o con líquido en su interior).
- Posturas seguras durante la ingesta.
- Higiene oral estricta.
- Espesantes y aguas gelificadas para garantizar la hidratación, menaje adaptado y supervisión del cuidador.
- Ejercicios de deglución y rehabilitación muscular.
Además, cuando la alimentación por vía oral no es segura o existe desnutrición y/o sarcopenia es necesaria una intervención nutricional especializada.
“La disfagia sarcopénica se debe a la sarcopenia, es decir, a la pérdida progresiva de masa y fuerza muscular de los músculos de todo el cuerpo y de la deglución. Es un factor de riesgo importante para desarrollar desnutrición, ya que condiciona una ingesta oral reducida”, explica la doctora de la SEEN.
Es importante en su abordaje una estrategia multidisciplinar que incluya la colaboración de endocrinólogos, otorrinolaringólogos, rehabilitadores, logopedas, geriatras, digestivos, neurólogos y oncólogos.
Uno de los avances para el abordaje de la disfagia ha sido la creación de la “International Dysphagia Diet Standardisation Initiative”, que ha permitido definir globalmente las texturas de alimentos y viscosidades de líquidos para mejorar la seguridad.
También han surgido nuevas propuestas como la gastronomía molecular aplicada a la disfagia dentro de la restauración adaptada e innovaciones en rehabilitación neuromoduladora con resultados prometedores
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