En 2013, un curioso hombre de mundo tocó timbre en un estudio de abogados de Viedma. Ludwig Gisch, nacido en Namibia, ya se había instalado hace tiempo en Argentina, con un domicilio original en la avenida Cabildo. Había logrado un DNI con número nacional con su correspondiente pasaporte, así como un alta en la AFIP, primero como monotributista, luego como responsable inscripto, siempre en los rubros de informática. Hasta tuvo una tarjeta de crédito en un banco local. Su hijo D. había nacido en agosto de ese año en Buenos Aires. Diez años después lo arrestarían en Eslovenia por ser un espía al servicio de la Rusia de Vladimir Putin junto a Maria Rosa Mayer Munos, su pareja y la madre de sus dos hijos, pero el abogado que lo recibió aquella vez en el estudio de la capital de Río Negro no tenía forma de saberlo.

Ludwig había llegado con un pedido inusual. Dijo que necesitaba “una dirección para recibir correspondencia” y que estaba dispuesto a pagar por ello. Esa dirección, precisamente, sería el estudio. Es decir, Gisch podría haber contratado una casilla en el Correo Argentino, que requiere no mucho más que un DNI, o un pasaporte de ciudadanos extranjeros visado por la autoridad nacional. Tal vez, Gisch no sabía de esta posibilidad, algo básico en servicios de correo alrededor del mundo, o prefería una solución más creativa.

Allí, le dijo a los abogados del estudio que “vivía en Viedma”, según asegura a este medio una fuente que conoció a Gisch directamente, y que viajaba con frecuencia por la zona del Valle Medio, con ciudades pequeñas como Choele Choel, a más de 300 kilómetros de la capital provincial. Le entregó a los abogados una dirección de email y les pidió que le avisaran cuando una carta llegara, para luego retirarla.

Entonces, cerraron el trato. La correspondencia que llegaba no era abrumadora, recuerda la fuente, no muchas cartas, principalmente de remitentes argentinos, nada del exterior. El arreglo fue cerrado un año después, en 2014. Gisch nunca regresó al estudio. Sin embargo, la dirección del estudio quedó en registros oficiales: fue su domicilio fiscal alternativo declarado en la AFIP.

Qué hacía Gisch en Viedma, a más de 900 kilómetros de Buenos Aires, y para qué necesitaba un domicilio de correo allí, cuando él y su pareja ya tenían domicilios en Belgrano, con un departamento en la calle O’Higgins, es uno de tantos huecos en la historia.

Su anonimato duró más de una década. Tras atravesar la pandemia en territorio argentino, Gisch, Mayer Muños y sus dos hijos dejaron el país el 5 de marzo de 2022 en un vuelo de la compañía Lufthansa con destino a Alemania, escala previa a su llegada a Eslovenia, donde se cree que arribaron para operar un entorno de contrainteligencia más débil que en el resto de Europa.. Además ese país forma parte de la zona de libre circulación Schengen, situación que la pareja habría aprovechado para viajar por Europa sin ningún tipo de control fronterizo.

En Eslovenia, Gisch montó una start up de tecnología llamada DSM&IT dedicada a proveer software para organizar las casillas de correo de sus clientes. Mayer Muños tenía una galería de arte virtual llamada Art Gallery 5´14, con una dirección en Ljubljana y un perfil en Facebook donde ofrecía obras de artistas de Holanda y Croacia. En los documentos oficiales eslovenos de la constitución de la sociedad de la galería de arte a los que accedió Infobae, se leen datos que vinculan a los detenidos con Argentina. Allí figura el domicilio de ambos en O´Higgins -la dirección que registraron para sus dos hijos nacidos en territorio porteño- y el número de pasaporte de ambos.

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