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Teresa Anchorena: “Todo el mundo es sensible a la belleza”

Como flamante asesora del Colón en temas de patrimonio, organizó un curso gratuito para revelar la historia, los misterios y tesoros del teatro, su repertorio y su gente; comienza este jueves

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Desde que regresó al país en 1983, después de una década de vida en Francia –allí tuvo dos hijos, estudió Antropología, empezó a trabajar en artes visuales, se inició en política y aprendió su fuerte: el cuidado del patrimonio-, Teresa Anchorena hizo una larga trayectoria en gestión cultural en el ámbito público. Su currículum es conocido y amplio, y su labor más reciente adquirió gran visibilidad al frente de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos. Pero seis años y medio más tarde, tras inyectar a miles de personas un cierto fervor por los tesoros y pueblos escondidos de todo el país, este invierno terminó su mandato como presidenta del organismo. Ahora, su lugar está en el Teatro Colón, donde conversa con LA NACION, café de por medio, en un bullicioso Paseo de Carruajes. Por allí entran y salen grupos de visitantes que recorren el lugar con la boca abierta y expresiones de admiración.

Fue imposible el sábado a la noche no pensar inmediatamente en esta cita concertada de antemano con la mujer que brega por el cuidado de los edificios y las obras de arte, flamante asesora del director general Jorge Telerman. Cuando estaba por comenzar la última función del ballet Romeo y Julieta, en la sala principal, se oyó un fuerte ruido. “Seguro que se cayó un bastón”, arriesgó alguien en la Fila 6, mientras la orquesta comenzaba a tocar la obertura de Prokofiev. Sin embargo, en el primer intervalo, las marcas de yeso sobre la alfombra del pasillo lateral de la platea llevaron a alzar la mirada hacia los palcos altos, de dónde había caído el involuntario proyectil: un teléfono celular se zafó de las manos de su dueño. La anécdota no termina ahí, porque afortunadamente no hay que lamentar heridos, pero sí el desprendimiento que el impacto ocasionó en el ornamento de los balcones.

Así que esta entrevista comienza con la entrega en mano de un trozo de yeso, pintado en dorado y verde, recuperado del piso de la sala. Y una respuesta que enseguida disipa cualquier preocupación. “Hay que buscar el lugar del impacto –analiza Anchorena-. Todos estos ornamentos son para la acústica. Por eso los teatros están muy adornados, porque absorben y reflejan el sonido. Muchas veces son yesos y otras son de cartapesta. Ahora vendrán los restauradores y a solucionar el tema, que no es grave. Grave hubiera sido que se desprendiera y se cayera solo”.

-A los ojos de cualquier persona el edificio del teatro se ve muy bien, ¿cuál es tu diagnóstico de especialista?

-Hay una conciencia y un compromiso muy grandes, de la gente de adentro y de la gente de afuera. En las diferentes áreas, hay conocimiento. El teatro está bien cuidado por profesionales muy buenos, que se ocupan.

-Algunos de ellos tienen tantos años de experiencia que su conocimiento es parte de un patrimonio intangible. Se me ocurre, por ejemplo, “el Tano” Antonio Gallelli, en escenotécnica.

-Ese es el patrimonio humano, tesoros que también tiene el teatro. Esa sabiduría, esa gente tan valiosa que ha recibido el conocimiento de los que estaban antes y que a su vez lo atesoran. El otro día conversaba de esto con Enrique Bordolini, el director escenotécnico, que tiene a su cargo escenografías, vestuarios, utilería: me contaba que para reordenar el inventario en Sastrería van a convocar a gente jubilada, que trabajó antes en el sector.

-No había nadie antes en la función que asumís, ¿sería una asesoría?

-Sí. Todavía no hace tres meses que estoy trabajando. Por un lado, estoy tratando de articular con la gente a cargo de las diferentes áreas para lograr un archivo que le sirva al teatro y que esté abierto al público. Es un desafío grande. Hay muchos archivos y están bien; no estoy llegando a un terreno virgen. Yo estoy para hacer un diagnóstico, para asesorar a Jorge Telerman, y para eso primero tengo que conocer qué hay.

-Pero seguro habrá un proyecto propio que te gustaría hacer.

-Me encantaría ver cómo quedó restaurado el telón histórico en el Masterplan y, en la próxima temporada, usarlo para ocasiones especiales. Me gustaría que pudieran convivir los dos telones: que para algunas óperas o para el 25 de Mayo, se pueda colgar el original. Tengo en mente una exposición con fotografías de Maria Callas, Plácido Domingo, Rudolf Nureyev, Maya Plisetskaya, todos saludando al público junto a esa tela que absorbió la energía de los artistas más grandes. También le propuse a Telerman este curso de patrimonio del Colón, tangible e intangible, que empieza ahora. Este año vamos a hacer solamente tres clases, gratis, online: se estrenan los jueves, a las 18.30, pero después quedan en YouTube. Y, en vivo, los inscriptos pueden intercambiar opiniones en el chat. Eso es fundamental porque a la gente le gusta participar y a quienes organizamos nos resultan muy interesantes los comentarios y las críticas. En total van a ser doce clases con señores profesores y nivel universitario. Ya tenemos 3800 inscriptos.

«Me gustaría que pudieran convivir los dos telones en la próxima temporada, volver a colgar el telón original en ocasiones especiales. Maria Callas, Plácido Domingo, Rudolf Nureyev, Maya Plisetskaya: la energía de los artistas más grandes está en esa tela histórica.»

-Entonces lo que empieza ahora sería como un CBC, el ciclo básico común del patrimonio.

-¡Sí! [se ríe]. Y en marzo y abril retomamos. Al final, haremos un multiple choice y entregaremos diplomas a quienes respondan correctamente el 70 por ciento de las preguntas.

La genial soprano española Montserrat Caballé, en «Turandot», su debut en el Teatro Colón, en 1965

-¿Cuáles son los principales temas de “Historia y Geografía” del teatro?

-La historia no comenzó en este teatro, mucha gente no sabe que empezó en la Plaza de Mayo. Fabio Grementieri, que es un super docente, dará tres clases deslumbrantes. En el primer encuentro estará también el músico y periodista Martín Leopoldo que, por ejemplo, va a hablar sobre una trama apasionante detrás de la presentación de la cantante Montserrat Caballé en los años 60. La bibliotecaria Alejandra Balussi dará toda la bibliografía y la profesora uruguaya Lucía Chilibroste va a hablarnos del ballet Romeo y Julieta.

-Después del gran éxito en pandemia de los cursos de Patrimonio de la Comisión de Monumentos que presidías, ¿notás un interés renovado sobre estos temas?

-Creo que el patrimonio ha entrado en la agenda pública y política: es un tema importante. Interesa, claro, y por mi experiencia en los últimos años, es una prioridad en las provincias. En Buenos Aires tenemos una ciudad extraordinaria, hay que reconocerlo, apreciarlo y amarlo. Desde hace veinte años ha ido creciendo cada vez gracias a múltiples factores: por un lado, una toma de conciencia de la ciudadanía de que el patrimonio construido es importante; por otro, los poderes públicos, la ciudad en este caso, respondió y se ha embellecido mucho. Y digo “embellecido” a propósito, porque no hay que tenerle miedo a esa palabra. Donde se interviene el patrimonio y se restaura el lugar, se adquiere una belleza que no había antes; algo pasa de ser viejo a ser antiguo; es nuestra identidad y nuestra historia, eso a todos nos hace bien. Cuando se restauró el hall central de la estación Retiro, que era un lugar de nadie, todo el mundo lo empezó a cuidar. Y no hubo grandes clases: solo vieron que estaba bello. Todo el mundo es sensible a la belleza y en este teatro lo primero que dice la gente cuando entra es: “Aaah!” [imita, con un suspiro de admiración]. El acceso a la belleza es para todos, a través de la sensibilidad. Luego, si esa sensibilidad está cultivada, mejor. Pero no hay una belleza para la gente más cultivada y otra para la menos. Lo mismo pasa con la naturaleza. Yo, por ejemplo, tengo una casa con un patio muy lindo; fue por ese patio que la compré, en 1982. Cada vez que un argentino visita mi casa se oye: “Aaaah, yo tenía un patio así” –o “mi abuela, mi tía, mi vecina… tenía uno”-. Todo el mundo tiene un patio en su corazón, del más rico al más pobre.

Teresa Anchorena, en el patio de la casa que compró en 1982, antes de regresar al país, justamente por el encanto propio de este lugar. «Todo el mundo tiene un patio en su corazón»PATRICIO PIDAL/AFV

-¿Y qué tiene de especial ese patio?

-Es muy lindo porque es un patio con plantas de patio: una parra, rosa china, nísperos, helechos serrucho. Por eso me gusta. Tiene baldosas ajedrez en ocre y blanco, esos muebles divertidos con pedacitos de mosaico, típico de los años 50. Pero volviendo a lo anterior, el teatro es la magnificencia de una promesa de gran país. El Colón es más importante como teatro que la Argentina como país: no somos el primero o el segundo país del mundo, pero tenemos el primero o el segundo teatro del mundo.

-¿Con quién compite en tu ránking?

-Podría ser con la Ópera de París [piensa]. La Scala de Milán… La Metropolitan Opera House también es maravillosa, pero es otra época. El San Carlo de Nápoles, fabuloso, pero no, creo que sería con la Ópera de París [el Palacio Garnier].

-¿Te gusta más la ópera, el ballet o los conciertos?

-Me gusta todo. El mejor programa nocturno que puede haber en la Argentina es venir al Teatro Colón. Ahora el desafío, y sé que Telerman está muy comprometido, por eso aceptó hacer este curso, es llegar a todo el país, que más gente pueda venir y ser feliz.

Anchorena, con Jorge Telerman: «Es un hecho inédito para poder adentrarse en la historia y los secretos patrimoniales de esta belleza que es el Teatro Colón», dice el director general sobre los cursos de Patrimonio que comienzan este jueves. «Todos queremos ser parte y el Colón quiere que cada una de las personas que lo aman, pero que sobre todo se enorgullecen, sean parte de él»Juan José Bruzza – Prensa Teatro Colón

-¿Estabas para quedarte más en la Comisión de Monumentos?

-Fui nombrada por el presidente Macri por un periodo de seis años, que se venció en enero pasado; el ministro de Cultura me prorrogó seis meses más para redondear algunos temas y después nombró a otra persona [Mónica Capano].

-Con tu larga trayectoria en el ámbito público y la política cultural, cómo vivís hoy ser una funcionaria que puede ir de una orilla a la otra de la grieta que atraviesa al país.

-Es mi gran desafío. Yo no creo en la grieta. Se puede trabajar muy bien basado en el conocimiento y en el amor al país, con gente de todos los partidos políticos. Cuando uno es funcionario no es más militante. A mí el sueldo me lo pagaba el país y ahora me lo paga la ciudad, no los militantes de uno u otro partido. Y mi deber es trabajar para todos. Cuando hay un tema interesante, eso supera totalmente la grieta. En la Comisión de Monumentos nunca le preguntamos a nadie de qué partido es. Pero además, no soy una militante política; yo milito para que a la Argentina le vaya un poco mejor, aportando en lo que sé hacer, que es gestión cultural. No soy del Frente para la Victoria ni de Juntos por el Cambio: soy radical. Me afilié en el año 1982.

-¿Antes de volver de Francia?

-Sí, me afilié en Francia. Me hizo radical Hipólito Solari Yrigoyen, a quien siempre le estoy agradecida. Con él me inicié en la política.

-Hace unos días, la expresidenta del Fondo Nacional de las Artes Carolina Biquard compartía la alegría de Ana Mujica, hija de Manucho Mujica Lainez, por el avance en la restauración de El Paraíso, la casa museo de La Cumbre. “Gran mérito de Teresa”, me decía. Ahora que dejaste la Comisión de Monumentos, ¿cuál crees que fue el mayor logro y cuál el mayor pendiente de tu gestión?

-Creo que el mayor logro fue empezar a realizar el proyecto de pueblos y centros históricos, restaurar y cuidar lugares olvidados en toda la Argentina. Pendientes me quedan montones de cosas. El gran aprendizaje es no esperar el reconocimiento. Me alegro muchísimo de que haya salido lo de la casa Mujica Lainez, pero yo ya no soy actora ahí. A mí me gusta cuando los trabajos se disfrutan, lo pasás bien, conocés mucha gente de la que te vas haciendo amiga. Y ya está. Cuando terminó, terminó. Ahora tengo que mirar para adelante.

Para agendar

Historia y geografía del Teatro Colón. Desde el jueves 17 de noviembre, a las 18.30 (el horario corresponde al estreno, las clases quedarán disponibles online). Actividad online y gratuita, realizada por el equipo de Colón digital. Inscripción en este link. No es necesario tener conocimientos previos.

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El baterista Alan D’Auria, exhibe todo su talento en la NAMM

Oriundo del barrio porteño de Colegiales, Alan D’Auria tiene 27 años, se formó junto a su padre, un reconocido docente y eximio baterista, Oscar D’Auria, y tomó clases en armonía y percusión con el afamado músico Gerardo Gardelin. Hoy viene posicionándose como uno de los mejores bateristas contemporáneos.

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Si hay un músico que enaltece la comunidad musical de la Argentina y derrama virtuosismo y versatilidad artística en los escenarios de diversos continentes ese es Alan Denis D’Auria.

Con solo 28 años, el oriundo del barrio porteño de Colegiales viene posicionándose internacionalmente como uno de los mejores bateristas contemporáneos.

Al punto que, en la última edición de “NAMM Show”, la exposición más importante de la industria de instrumentos musicales del mundo, que se efectúa anualmente durante tres jornadas en la ciudad de Anaheim, California, Alan fue elegido por la prestigiosa marca de parches Remo para que la represente como “endorser artist” o embajador de la marca.

“NAMM es una vitrina única que reúne a profesionales, artistas y entusiastas de la música de todo el mundo. Significa algo muy especial para mí, porque me ha permitido mostrarme y tocar la batería para mucha gente, además de contactarme con otras personas del ambiente musical”, afirma orgulloso D’Auria, quien se cruzó en el evento con el afamado cantautor y músico estadounidense Stevie Wonder.

Desde la cuna, Alan demostraba su enorme inclinación por las notas musicales. Sobre todo, por la batería. Un instrumento que aprendió, primero, por las clases magistrales y lectura a primera vista de su padre, Oscar D’Auría, un reconocido profesor y eximio baterista. Y, segundo, por ver a Steve Gadd, el músico de sesión por excelencia, que ha tocado con celebridades, como Eric Clapton y el fallecido Chick Corea, poseedor de 20 premios Grammy.

Por entonces, el joven instrumentista fue por más, tomando clases en armonía y composición con Gerardo Gardelín, un músico de una prolífica carrera. Fruto de dichos conocimientos, Alan estableció un futuro brillante, pese a su asombrosa precocidad. Porque mientras cursaba la escuela secundaria, en los ratos libres, gestaba jingles publicitarios y se presentaba en festivales para bateristas adultos.

Un día Alan recibió su primera remuneración. “Mi primer trabajo profesional fue a los 13 años, en el hotel Hilton de Buenos Aires”, revela con nostalgia el percusionista que supo ampliar sus conocimientos en Segovia, España.

Debido a que su nombre comenzó a sonar en el ambiente, D’Auria fue convocado para efectuar giras nacionales, junto al cantautor español José Vélez, primero, y luego para tocar en las salas más renombradas de Capital Federal, como el Gran Rex. En esta última, para acompañar el show de Fernando Samartín. “En este majestuoso escenario fue la única vez que toqué junto a mi padre, quien me admira y siente felicidad porque pude hacer mi camino”, afirma el baterista que fue convocado a programas televisivos de gran encendido como el de Susana Giménez, en donde acompañaba a afamados cantantes.

Intercalando presentaciones en el exterior y en el país, Alan tuvo el privilegio de ser uno de los músicos que, en 2019, participó en la comedia musical “Fátima es mágica”, protagonizada por Fátima Flores, en la emblemática avenida Corrientes.

Debido a su gran capacidad de adaptarse a distintos géneros, el joven baterista se dio el gusto de compartir estudios de grabación, salas teatrales y set televisivos, junto a Miguel Zavaleta, Bodanny, Tormenta, Fernando Samartin, Mariu Fernández, la Orquesta Power Up, Sol Quintas y María Graña. Un compilado de sus presentaciones:

Su pasión por el tango lo llevó a grabar un disco en vivo, junto al bandoneonista Walter Hidalgo. “Un sueño que tengo en mente, es tocar y grabar en Estados Unidos con mi grupo de tango fusión”, dice sonriendo D’Auria, quien no desaprovechó la oportunidad de presentarse en festivales de jazz de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Durante su fecunda carrera artística, Alan recibió reconocimientos de medios de comunicación argentinos, como Radio Vorterix y Radio 10. Así mismo, participó en el álbum «731 escrito está», de Héctor Luis Amigorena, que recibió una nominación a los Carlos Gardel a la Música, premios organizados y otorgados por la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF).

Un lustro atrás, cuando tenía 23 años, D’Auria logró ingresar como músico a uno de los cruceros de la empresa Princess Cruises, encabezando su propio cuarteto de tango-jazz. El desempeño llegó a oídos de los gerentes del Crucero Royal Caribbean, quienes lo alistaron en forma inmediata. “Arriba de él, me convertí en el baterista de la orquesta de shows de Broadway, del ‘Wonder of the Seas’, el barco más grande del mundo. Sin duda que, el barco me adiestró”, puntualiza el trotamundos artístico.

Al igual que su padre, D’Auria siempre se ha dedicado a la docencia en la escuela de su progenitor. “Siempre me interesó contribuir con mis conocimientos a las nuevas generaciones de bateristas”, destaca el percusionista.

Sabiendo que un sueño no se hace realidad en forma mágica; se necesita sudor, determinación y trabajo duro, el baterista argentino tiene un sueño: “me gustaría tocar con el español Alejandro Sánz. Fundamentalmente, porque me llega su música melódica”, concluye Alan D’Auria, quien aspira también a transformarse en baterista de “Toto”, la afamada banda de rock estadounidense.

Para saber más o interiorizarse sobre la carrera del reconocido baterista, consultar su Instagram oficial: @alan.dauria

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Heathers: el musical que los adolescentes convirtieron en éxito

Heathers, La obra sobre el bullying, el suicidio adolescente y el abuso, dirigida por Fernando Dente, tiene a Julia Tozzi como revelación.

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heathers

Heathers en el Opera se ve como un musical transgresor. Pero no por la cantidad de palabrotas y gestos obscenos que dicen y realizan los alumnos del colegio, sino porque habla del bullying, del suicidio adolescente y también del maltrato.

Un musical protagonizado por adolescentes, y no necesariamente destinado solamente a otros adolescentes, puede llegar a ser un desquicio. Heathers no es Footloose, pero tampoco Despertar de primavera -que en algunas versiones quienes la dirigieron entendieron que mostrar rebeldía era patalear arriba del escenario-. Heathers es comedia más que drama musical, aunque tome temas como el bullying y el suicidio adolescente.

En eso reside su radicalización. Hasta se podría decir su razón de ser. Heathers se ríe de cosas demasiado serias, inclusive de la muerte de un compañero de colegio de manos de otro que va al mismo colegio.

Dejemos por un momento de lado la puesta en escena y la dirección de Fernando Dente, que realmente sorprende en todos los rubros, siendo la actuación y la coreografía dos puntales de la obra. Los espectadores podrán o no reírse más o menos de las situaciones, pero lo que sucede en el escenario no los dejará indiferentes.

Las Heathers del título son tres amigas, compañeras de un colegio secundario. Hay una cuarta, Veronica (el papel de Winona Ryder en el filme en el que se basa la obra) que es como un apéndice del trío que maltrata y se burla del resto. Y se suma JD, el alumno que viene girando de varios otros colegios, y que es quien incita a Veronica a rebelarse contra los y las que la tratan mal.

El traspaso del cine al musical

Son varios los traspasos y/o adaptaciones que ha sufrido -no, el verbo no es sufrido: es mejor ha pasado- Heathers hasta llegar a la calle Corrientes.

De la película de los ’80, con dos jovencísimos Winona Ryder y Christian Slater, saltó mucho más tarde al musical. Y de ese musical, de dos horas y media con intervalo, se llegó a esta versión de 110 minutos sin intervalo.

Volaron o quedaron en el camino algunas que otras canciones, pero lo más importante de la adaptación argentina es que no se siente que hayan extirpado nada sustancioso.

Las tres Heathers, acosadoras seriales.

Las tres Heathers, acosadoras seriales.

Pero hay algo más, que sí estaba en el musical original, y se mantiene: Veronica no asesina a nadie deliberadamente.

Julia Tozzi, como Veronica, es más que una revelación. Se planta en el escenario, cambia de emociones, canta y se mueve bien: pareciera una experimentada, y lo es: éste es su primer protagónico en un musical en la calle Corrientes, pero integró los elencos de El violinista en el tejadoMamá está más chiquita y The Rocky Horror Show.

La Heather que compone Sofi Morandi tiene más peso en el musical que en la película.

La Heather que compone Sofi Morandi tiene más peso en el musical que en la película.

El rol que juega Sofi Morandi tiene mucha más presencia, en definitiva, en el musical que en la película, pero no es nuestra intención spoilear absolutamente nada.

Con la banda en escena, una iluminación climática y una escenografía móvil y que cumple en el enorme escenario del Opera, todo está armoniosamente ensamblado.

Julia Tozzi ya había participado en musicales, pero nunca en un rol protagónico, y está más que bien en "Heathers".

Julia Tozzi ya había participado en musicales, pero nunca en un rol protagónico, y está más que bien en «Heathers».

Tal vez las menciones a la realidad argentina, sean obras o dichos, seguramente se hizo con la pretensión de acercar al público local, pero el efecto es cuanto menos extraño. La atemporalidad del relato, cuando en la actualidad las redes sociales cumplen un rol que la obra claramente no muestra, termina “sacando” al espectador del contexto de lo que está viendo.

Igual, los jóvenes, aunque insistimos en que no es una obra para preadolescentes ni de la escuela primaria, por las escenas de sexo y de abuso, las festejan como si la vivieran en la tele.

“Heathers”

Muy buena

Comedia musical. Libro, música y letras originales: Laurence O’Keefe y Kevin Murphy. Dirección: Fernando Dente. Dirección de coreografía: Vanesa García Millán. Con: Julia Tozzi, Sofi Morandi, Nicolás Di Pace, Florencia Anca, Martu Loyato. Sala: Opera, Corrientes 860. Funciones: de martes a domingo a las 18 (agregan a las 20.30 los días 22, 23, 28 y 29 de julio). Localidades: desde $6.160 hasta $10.640, por Ticketek.

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Jhon & Demian presentan en Argentina su single «Pensando en Ti»

Jhon & Demian, es un dúo formado en el año 2009, que ha conquistado el corazón del público con su irresistible mezcla de cumbia y reggaetón.

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Jhon & Demian, es un dúo formado en el año 2009, que ha conquistado el corazón del público con su irresistible mezcla de cumbia y reggaetón. Sin embargo, lo que se destaca de ellos es su pasión por la música, que no es algo fortuito, porque se iniciaron tocando y cantando en las calles, subtes y colectivos de Buenos Aires, hasta que un día tuvieron la oportunidad de compartir el escenario con la banda «Piola Vago» de Carlitos Tévez:  Jhon en los coros y animando al público, y  Demian en la guitarra .

A partir de su colaboración con la banda «Piola Vago» de Carlitos Tévez, el dúo decidió trasladarse a Bolivia en busca de nuevas oportunidades, y el éxito no se hizo esperar. Desde entonces, han conquistado los corazones de seguidores en Bolivia, Perú, Argentina, Brasil, Ecuador y pronto iniciarán gira por Europa y Estados Unidos. Jhon y Demian se han destacado como productores, compositores e intérpretes y siempre han mantenido su propia identidad musical.

Jhon y Demian, el dúo peruano-argentino, nos presenta su nuevo éxito «Pensando en ti», un logro impresionante para estos artistas, ya que este nuevo single ha sido aclamado por los fanáticos y ha logrado millones de reproducciones orgánicas en las redes sociales. Además, sus contagiosos bailes en TikTok se han vuelto virales, situándose en el tope de la lista de tendencias en Bolivia y figurando entre los primeros 30 videos en tendencia de Youtube en Bolivia .

«Pensando en ti» es una pegajosa canción que se ha convertido en un éxito en varios países, es un ritmo de cumbia al estilo regional mexicano que está actualmente como tendencia en Latinoamérica. El videoclip fue filmado en un animado bar temático mexicano en La Paz, Bolivia. En este video, Jhon & Demian demuestran su versatilidad musical, mostrando su capacidad para interpretar otros estilos populares del continente.

Jhon Acuña (Jhon) de Lima, Perú y Damián Lovaglio (Demian) de Buenos Aires, Argentina, dúo de género Cumbia Reggaeton nacidos en 1991 y 1995. Ellos se conocieron en Palermo Hollywood, Buenos Aires y comenzaron su carrera musical en el año 2009.  Hoy, después de siete años triunfando en Bolivia, Jhon & Demian siguen marcando tendencia en la industria musical. Con base en La Paz, Bolivia, realizan giras por diferentes países, estos artistas humildes y talentosos continúan conquistando escenarios y corazones.

Con cada presentación, Jhon & Demian demuestran su talento, compartiendo escenarios con artistas de talla internacional, desde Paulo Londra, Manuel Turizo, Lenny Tavarez, Arcangel, De La Ghetto, Anuel AA, Becky G, Wisin, Vilma Palma, Nacho, Yarita Lizeth, Los Kjarkas, Corazón Serrano, entre otros artistas.

Redes sociales:

TikTok https://vm.tiktok.com/ZMepd2p6o/ 

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Youtube https://youtube.com/c/jhonydemian

Spotify https://open.spotify.com/artist/5s1y45WuPJ1EFLtCqPnuQJ

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