Líderes y Emprendedores
Seis habilidades para resolver conflictos
Los líderes deben aprender a diferenciar entre la persona y el problema, y reconocer que es más productivo persuadir que coaccionar. Es la manera de resolver conflictos.
¿Los conflictos le causan temor? Es normal. De manera instintiva, el cerebro nos dice que son peligrosos, de modo que nuestra tendencia natural es la de enfrentarnos o huir. No obstante, el miedo al conflicto puede convertir a líderes, directivos y empleados en “rehenes psicológicos”, que se paralizan y pierden la capacidad de actuar.
Lo cierto es que un conflicto bien manejado lleva implícitos enormes beneficios, tanto para las empresas como para la gente que trabaja en ellas. De hecho, el manejo de conflictos suele ser uno de los mayores impulsores de cambios.
Por lo tanto, si se los aborda de la manera apropiada, pueden ayudar al personal a ser más innovador, a crear vínculos más fuertes, a trabajar en equipos eficaces y a mejorar su rendimiento. La clave para resolver conflictos reside en encarar abiertamente el problema, y negociar con el fin de obtener un resultado en el que todos salgan ganando.
Una de las manifestaciones más extremas y violentas de un conflicto es la que ocurre cuando un individuo o un grupo son tomados como rehén. Pero, de hecho, más del 95 por ciento de esos incidentes se solucionan de manera pacífica, con la consiguiente liberación de los rehenes y la rendición de los secuestradores. Todos somos capaces de aprender las tácticas que producen esa extraordinaria tasa de éxitos para desactivar conflictos, tanto en los negocios como en la vida personal.
Qué es el conflicto y cómo manejarlo
El conflicto se expresa como una diferencia entre dos o más personas o grupos, y se caracteriza por la tensión, el desacuerdo, el exaltamiento de las emociones o la polarización.
En las empresas hay cada vez más diversidad y creciente interdependencia, razón por la cual también aumentan las probabilidades de que surjan discrepancias. Como ejecutivo, usted es sólo una voz entre muchas. Es muy probable que sus responsabilidades excedan su autoridad. De manera inevitable deberá enfrentar algún conflicto. En la mayoría de los casos, encararlo abiertamente mejorará sus posibilidades de alcanzar los objetivos que se ha fijado.
Las personas generan conflictos como resultado del ciclo de las relaciones humanas. Y cuando los vínculos se quiebran, experimentan sensaciones de pérdida, decepción, frustración, e incluso un profundo sufrimiento. Si usted se identifica con esas sensaciones, tendrá una mejor visión del problema y de la manera de solucionarlo.
Las empresas pueden ser la causa de que su gente sufra o se sienta abrumada por emociones negativas: un ascenso denegado, un mal informe de rendimiento laboral, la cancelación de un proyecto con el que se habían comprometido. En esos casos, las personas experimentan profundas necesidades que acaso no sean satisfechas, y ello provoca más discordia.
Al enfrentarnos a un conflicto, nuestra reacción natural es la de pelear, huir o paralizarnos. Pero podemos superar el miedo que sentimos si dominamos nuestras emociones. Los seres humanos vivimos en muchos “estados”. Un “estado” es una combinación de sentimientos, pensamientos, fisiología y comportamiento que, en gran medida, determinan nuestra manera de actuar. Es posible cambiar un “estado” de negativo a positivo —del miedo al coraje, por ejemplo—, y hacer lo contrario de lo que sugeriría el sentido común: ir hacia la persona con la que estamos en conflicto. ¿Cómo lograrlo? Una táctica clave consiste en aplicar la capacidad de “visualización”, uno de los mecanismos más poderosos del cerebro por cuanto da forma al modo en que vemos una situación en particular y determina cómo actuaremos o reaccionaremos.
Para mejorar el rendimiento, los atletas se visualizan ganando, sin perder de vista su meta en ningún momento. En realidad, la mayoría de los individuos de alto rendimiento apelan a ese mecanismo mental para concentrarse en los beneficios, más allá del miedo o el potencial peligro.
La visualización también es una herramienta fundamental para alcanzar un resultado positivo o negativo en el momento de manejar un conflicto. “El ojo de nuestra mente” está condicionado por experiencias y elecciones que definen la manera en que vemos el mundo y, en última instancia, el éxito o el fracaso al enfrentarnos a los conflictos.
En ese tipo de situaciones, muchos líderes se vuelven “rehenes” de sus miedos interiores, y no ven las oportunidades que les ayudarían a resolverlos.
Seis habilidades esenciales para manejar conflictos
1. Cree y mantenga un vínculo, incluso con su “adversario”
La clave para desarticular un conflicto radica en establecer un vínculo —o restablecerlo si se ha deteriorado— con la otra parte. Para ello no es necesario que ese individuo nos agrade; lo único que hace falta es un objetivo en común. Trate a la persona como a un amigo, y base la relación en el respeto mutuo y la cooperación. Los líderes deben aprender a diferenciar entre la persona y el problema, y evitar las reacciones negativas a los ataques o las emociones intensas.
2. Entable un diálogo y negocie
Es importante no apartar la conversación del tema en cuestión, mantenerse concentrado en un resultado positivo y ser consciente de la meta común. No se muestre hostil ni agresivo. La etapa siguiente es la negociación, en la que además de dialogar se “regatea”. El diálogo y la negociación producen transacciones genuinas y productivas para ambas partes.
3. “Ponga el pescado sobre la mesa”
Esta expresión significa plantear una cuestión difícil sin hostilidad. La frase proviene de Sicilia, donde los pescadores, que mantienen vínculos muy fuertes, exponen su sangriento botín del día sobre una gran mesa, para limpiarlo en conjunto.
Si usted deja pescado “bajo la mesa”, empieza a pudrirse y a oler mal. En cambio, una vez que plantea el problema, puede empezar a aclarar el enredo. Sea directo pero respetuoso, y hable en el momento oportuno.
4. Comprenda la causa del conflicto
Entre las raíces de una discrepancia se encuentran las diferencias en materia de objetivos, intereses o valores. También podrían influir percepciones opuestas de un problema. “Se trata del control de calidad” y “Lo que falla es la producción”, y hasta estilos de comunicación distintos. El poder, la rivalidad, la inseguridad, la resistencia al cambio y la confusión de roles son otros motivos de desacuerdo.
Es crucial determinar si un conflicto guarda relación con intereses o necesidades. Los intereses son más transitorios y superficiales, como la posesión de tierras, el dinero o un empleo; las necesidades son más básicas y difíciles de negociar: identidad, seguridad y respeto, por nombrar algunas. Muchos conflictos parecen obedecer a intereses, cuando en realidad son producto de necesidades.
5. Aplique la ley de la reciprocidad
La reciprocidad es la base de la cooperación y la colaboración. En general, lo que uno da es lo que recibe. Recientemente, varios investigadores han descubierto “neuronas espejo” en el cerebro, lo cual indica que nuestro sistema límbico (cerebro emocional), donde se encuentra la empatía, recrea en nosotros la experiencia de las intenciones y las emociones del otro. El intercambio y la adaptación interna permiten que dos individuos sean capaces de identificarse con los estados interiores del otro. En consecuencia, ambos podrán hacer las concesiones necesarias en el momento debido.
6. Construya una relación positiva
Una vez establecido un vínculo, nutra la relación y siga tras el logro de sus objetivos. Trate de equilibrar la razón y la emoción, porque emociones como el miedo, el enojo, la frustración pueden desbaratar acciones bien planeadas.
Entienda el punto de vista de la otra persona, lo comparta o no. Cuanto más efectiva sea la manera en que comunique sus diferencias y los puntos de concordancia, mejor comprenderá las preocupaciones del otro, y así mejorará sus probabilidades de alcanzar un acuerdo aceptable para ambas partes. Los vínculos más fuertes se basan en lo que el psicólogo Carl Rogers denominó “consideración positiva incondicional”.
Sentirse aceptados, dignos y valorados son necesidades psicológicas básicas. Y, como demuestran los procesos de negociación para liberar rehenes, es más productivo persuadir que coaccionar.
Líderes y Emprendedores
Churo Mosito: cómo creció el restaurante de asado argentino con un toque tarijeño
En un rincón de Tarija, donde los vientos suaves y los paisajes verdes se mezclan con el murmullo del río Tolomosita, nació una idea que se convertiría en un referente de la gastronomía regional. Churo Mosito, el restaurante que hoy deleita a locales y visitantes con una combinación única de asado argentino y sabores bolivianos, tiene detrás una historia de pasión, dedicación y visión emprendedora.
“Queríamos construir algo que no solo fuera un restaurante, sino un lugar donde las tradiciones se encontraran y convivieran”, explica Fernando Fernández Cadena, uno de los fundadores de Churo Mosito.
El origen de una fusión cultural
La idea de Churo Mosito surgió de la interacción constante entre las culturas boliviana y argentina en Tarija, una región donde el intercambio de tradiciones y costumbres es natural debido a su cercanía con la frontera. Inspirado por esta mezcla cultural, Fernando y su familia decidieron emprender un proyecto que celebrara esta conexión a través de la gastronomía.
“Desde el principio supimos que queríamos destacar las técnicas argentinas de parrilla, pero dándoles un toque tarijeño. Nuestra visión siempre fue ofrecer lo mejor de ambos mundos”, relata Fernando.
Así, comenzaron a perfeccionar métodos tradicionales como el costillar de res a la cruz y el bife de chorizo, con cocciones lentas que aseguran carnes tiernas y jugosas. “Las cocciones pueden llevar hasta seis horas, pero eso es lo que garantiza la calidad. Cada vuelta de la carne sobre el fuego es un momento de paciencia y dedicación”, añade.
Además de la carne, Churo Mosito incluyó platos tarijeños como el saice, la ranga ranga y el picante mixto, una mezcla de gallina criolla y lengua que conserva los sabores más auténticos de la región.
El éxito de la innovación
El restaurante no solo se enfocó en los sabores, sino en crear una experiencia completa para sus visitantes. Ubicado en un espacio rodeado de áreas verdes, cerca del río Tolomosita y de la represa de San Jacinto, Churo Mosito invita a los comensales a disfrutar de la naturaleza mientras exploran una carta que combina tradición e innovación.
“Queríamos que Churo Mosito fuera un lugar para relajarse, desconectarse y disfrutar. Es más que un restaurante; es una experiencia”, explica Fernando.
Parte de esa experiencia es la oferta de bebidas exclusivas del lugar. La familia Cadena decidió innovar elaborando su propia cerveza artesanal con un toque de algarrobo, inspirada en la tradición boliviana de acompañar el pique macho con cerveza. Pero el mayor atractivo de su carta de vinos es el Tannat, una de las variedades más demandadas por los comensales por su capacidad de realzar los sabores del asado.
“Nos apasiona que nuestros vinos sean parte esencial de la experiencia. El Tannat, en particular, ha sido un éxito. Además, nuestro vino de chocolate artesanal es algo único que sorprende a quienes nos visitan”, destaca Fernando.
Un puente entre dos culturas
Churo Mosito también se ha convertido en un punto de encuentro para turistas y locales. Durante la temporada de verano, muchos argentinos visitan Tarija, y el restaurante se transforma en un espacio de intercambio cultural. Aquí, los argentinos se sienten en casa con los sabores del asado, mientras descubren los matices de la gastronomía tarijeña.
“Nos encanta que nuestros vecinos argentinos se sientan bienvenidos. Queremos que ellos conozcan nuestra cocina, así como nosotros hemos aprendido de la suya. Es una forma de tender puentes a través de la gastronomía”, afirma Fernando.
Este intercambio cultural también se refleja en el ambiente del restaurante, que combina la música tradicional argentina con la calidez tarijeña.
La historia detrás del éxito
El camino hacia el éxito de Churo Mosito no estuvo exento de desafíos, pero la familia Cadena ha sabido enfrentarlos con creatividad y trabajo en equipo. Desde sus primeros días, cuando la idea apenas tomaba forma, hasta convertirse en un referente gastronómico, el proyecto ha sido un reflejo del compromiso por ofrecer calidad y autenticidad.
“Desde el inicio, nuestra meta fue construir algo auténtico. Cada plato, cada detalle, cuenta una parte de nuestra historia”, concluye Fernando Fernández Cadena.
Hoy, Churo Mosito no es solo un restaurante; es un homenaje a la conexión entre dos culturas, un lugar donde cada bocado celebra la riqueza de la tradición y la innovación. Con una mirada puesta en el futuro, el equipo sigue trabajando para consolidarse como un referente de la gastronomía en Tarija, sin perder nunca de vista sus raíces y su pasión por compartir lo mejor de Bolivia y Argentina.
Ubicado a tan solo 15 minutos del centro de la ciudad, el restaurante está enmarcado por un entorno natural cerca del río Tolomosita y la represa de San Jacinto.
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Líderes y Emprendedores
De técnico a estrella del teatro: la historia de Damián García
Es hijo de madre italiana y padre argentino, tiene 46 años, nació circunstancialmente en la ciudad de Pergamino, pero reside en el barrio porteño de Boedo. Se recibió de técnico electrónico en el Instituto Industrial “Luis A. Huergo”. Trabajó en una red interbancaria que instala cajeros automáticos y en una agencia de turismo. Estudió actuación y dirección teatral con Silvana Silveri. Recientemente, estuvo produciendo, dirigiendo y actuando en la comedia divertida “Esta noche es imposible”, en el teatro Cortázar. Para el mes de abril de 2025, prepara la comedia dramática “Latidos”.
“El destino no es una cuestión de azar, es cuestión de elección. No es algo por lo que se espera, sino algo que tiene que ser buscado”, este pensamiento que pertenece a William Jennings Bryan es el que mejor pinta de cuerpo y alma al talentoso productor y director teatral Damián García.
Es que el taurino de 46 años, que nació circunstancialmente en la ciudad bonaerense de Pergamino, pero se crió y reside en el barrio porteño de Boedo, siempre estuvo buscando su destino. “De chico me gustaba el cine y el teatro. Sin embargo, me daba miedo el escenario”, afirma sonriendo.
Al punto que, apenas egresó de la escuela primaria, el hijo de madre italiana (oriunda de Catanzaro) y padre argentino, influenciado por sus amigos, se anotó en el Instituto Industrial “Luis A. Huergo”. Tras cursar los seis años, se recibió de técnico electrónico. El título le posibilitó conseguir un puesto en Banelco, la red interbancaria que instala cajeros automáticos en todo el país. “Estuve dos años prestando servicios. Hasta que me di cuenta que la actividad electrónica no era para mí”, admite Damián.
Al poco tiempo, ingresó a una agencia de turismo, en donde se dedicó a programar y organizar paquetes turísticos. Simultáneamente, se inscribió en la carrera de Administración de Empresas, en la UBA. “Fue en vano mi intento universitario, porque deserté al año de cursada”, rememora.
Su vida cambió cuando descubrió el teatro. En verdad, fue como un amor a primera vista. Por eso, no dudó en tomar clases con la maestra de actores Silvana Silveri, quien pregona un lema: “el arte no es sólo para ‘hacer artistas’, es para sacudir y expandir conciencia”.
Sobre su profesora, el admirador de Héctor Alterio y Luis Luque destaca la notable capacidad como docente: “Silvana me acompañó en todo el proceso formativo”.
Damián García es actor, director y productor de espectáculos desde 2006. Posee la productora DG Producciones. Ha actuado y dirigido diversas obras teatrales. Desde “Actos reparadores”, “Barajar y dar de nuevo” y “Café manicomio”, hasta “Él es mi mujer”, “Hacer lo correcto”, “Hotel Manicomio” y “Al diablo con este diablo”, entre otras.
También efectúo espectáculos de revista: “Imparables” (show durante tres temporadas), “Irresistibles” (show durante dos temporadas) y “Buenos Ayres Show”, un espectáculo de nuevos talentos que, en 2024, cumple 17 temporadas.
En 2024, estuvo produciendo, dirigiendo y actuando en la comedia “Esta noche es imposible”, que se representó en el Teatro Cortázar, en el Complejo Paseo La Plaza.
Actualmente, está preparando una nueva versión de “Latidos” para abril de 2025, en el Teatro Cortázar. Se trata de una comedia dramática que cuenta la historiade una familia, en la que el conflicto de uno de los personajes dispara una mirada profunda, optimista y vital sobre las consecuencias de los dolores y secretos guardados, y de cómo a partir de lo “no dicho” se construyen las relaciones. Los personajes transitan sus afectos, temores, recuerdos y alegrías, empujados por una situación puntual que los conecta con sus propias historias de vida y con el valor reparador de la sinceridad.
Para saber más sobre la historia de vida de Damián García, visitar el Instagram: @damiangarciaproductor
Líderes y Emprendedores
La Historia de amor de dos emprendedores que instalaron su Fábrica de Empanadas Argentinas en Tarija
¿Cómo es la aventura de manejar un comercio en otro país y destacarse?
En marzo de 2017, en la ciudad de Tarija, Bolivia, comenzó una historia de amor, esfuerzo y tradición que hoy está presente en cada esquina de la ciudad y en varios otros departamentos. Andrea Ferreira Toro y Facundo Sebastián Fernández comparten una pasión por la cocina, su emprendimiento ofrece empanadas argentinas que han logrado conquistar a los paladares bolivianos.
Raíces y Tradición: La Cocina en las Vidas de Andrea y Facundo
Desde pequeña, Andrea Ferreira Toro se vio involucrada en la cocina, aunque en ese entonces no lo imaginaba como una vocación o un negocio. Tarijeña de raíces chapacas, Andrea creció viendo a su madre trabajar incansablemente, y muchas veces asumió el rol de cuidadora de su hermano menor. Fue en esos momentos cuando, casi sin darse cuenta, comenzó a cocinar y a desarrollar un amor por la cocina que la acompañaría para siempre. Las comidas que preparaba para su hermano eran más que simples platillos; eran el reflejo de una infancia marcada por el sacrificio y el cariño.
Por otro lado, Facundo Sebastián Fernández, nacido en Orán, Argentina, tenía su propia historia de conexión con las empanadas. Desde que era niño, veía a su madre preparar y vender empanadas en el barrio, y comprendió desde temprano el valor del esfuerzo y la dedicación que ella ponía para sacar adelante a su familia. Ese mismo esfuerzo quedó grabado en Facundo y se convirtió en parte de su identidad, inspirándolo a emprender un negocio que honraría esa herencia de sabor y dedicación.
Un Encuentro Destinado: De la Fotocopiadora a la Cocina
La historia de Andrea y Facundo comenzó de manera inesperada, casi como si el destino hubiera planeado cada detalle. Luego de varios altibajos y momentos de distancia en sus vidas, un amigo en común los presentó en una fotocopiadora. Las miradas y sonrisas hablaron por sí solas: la conexión entre ellos fue inmediata y profunda, como si siempre hubieran estado destinados a encontrarse. Facundo había llegado a Tarija con el sueño de probarse como futbolista, pero pronto descubrió que su verdadera razón para quedarse era Andrea y el sueño de construir algo juntos.
Así, en el 2017, comenzó su historia de amor y emprendimiento. Andrea, siempre decidida y firme en sus decisiones, renunció a su trabajo en el banco y apostó por el proyecto que los uniría a ambos. Facundo, inspirado por la valentía de Andrea, decidió dejar atrás sus propias dudas y unirse a ella en esta aventura. Con un solo punto de venta y muchas esperanzas, dieron inicio a su fábrica de empanadas, que combinaba las tradiciones culinarias de Argentina y la autenticidad chapaca de Tarija.
Las Primeras Empanadas y la Expansión de un Sueño
Desde su pequeño primer local, Andrea y Facundo comenzaron a ofrecer sus empanadas al público. Las recetas, cuidadosamente heredadas y adaptadas, conservaban la esencia de la cocina argentina. Desde las clásicas empanadas de carne hasta versiones innovadoras, cada producto reflejaba el amor y la dedicación de la pareja. El sabor auténtico y el compromiso de calidad hicieron que sus empanadas rápidamente ganaran popularidad.
El éxito de la fábrica creció de manera impresionante. Lo que con un solo punto de venta pronto se extendió a varios locales por toda la ciudad de Tarija y, eventualmente, a otros departamentos bolivianos. Hoy, sus empanadas son reconocidas no solo por su sabor, sino también por la historia de amor y trabajo que representan.
Una Familia que Crece y un Legado que Inspira
Andrea y Facundo tienen dos hijos: Mauro y María Victoria, a quienes están criando con los mismos valores de esfuerzo y amor que ellos han demostrado. Para ellos, la fábrica de empanadas es mucho más que un negocio, es un proyecto familiar que ha crecido gracias a la dedicación de ambos y que representa el legado inspirador que quieren transmitir a sus hijos.
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