Líderes y Emprendedores
De la cancha a los negocios: triunfaron como deportistas y ahora lo hacen como emprendedores
«Se preguntarán por qué yo estoy acá vestido de traje con corbata», esbozó el ejecutivo. Unos pocos segundos antes había anunciado que la empresa que preside a nivel regional desembolsaría cerca de US$ 8000 millones para producir hidrógeno verde en la Argentina. Si bien se retiró hace más de 13 años, a Agustín Pichot todavía se lo recuerda liderando la ofensiva de los Pumas con pantalón corto y camiseta albiceleste. Hoy, Ficha (como se lo conoce) lleva el outfit de empresario, ya que desde 2018 se desempeña como número uno de la minera Fortescue para América latina.
La edad de «jubilación» de los deportistas de alto rendimiento es mucho más baja que en la de la mayoría de las profesiones. Después de ponerle punto final a sus carreras atléticas, muchos de ellos deciden seguir ligados con su disciplina de especialización, ya sea como entrenadores, dirigentes o hablando del tema en medios de comunicación. Sin embargo, existe un gran grupo que decide incursionar en el mundo de los negocios con diferentes roles.
Ambos mundos, el deportivo y el de los negocios, tienen muchos puntos en común. Por eso, indican los referentes consultados por APERTURA, aquellos que tuvieron carreras como profesionales luego se mueven como peces en el agua en el ecosistema empresario. Manejo de grupo, planificación, control de las emociones y audacia son algunas de las virtudes más mencionadas que generan una sinergia de ambos perfiles.
«Los únicos dos años que trabajé en relación de dependencia no me sentí cómoda. La empresa era espectacular pero no tenía nada que ver con la libertad a la que estaba acostumbrada», comenta la exciclista Daniela Donadío. Pedaleó durante más de una década y a los 25 años decidió no competir más porque ya no lo disfrutaba. Estudió Relaciones Públicas, organizó eventos para empresas con la bicicleta siempre como centro y en 2016 se convirtió en distribuidora oficial de las marcas Trek y Bontrager en Argentina. Recientemente presentó un proyecto de $ 100 millones para producir su propia marca, Bug, con la que ya vendió sus primeras 3000 unidades.
El real estate ya no es el único rubro fetiche, en su radar aparecen múltiples opciones. Leonardo Ponzio y Roberto Abbondanzieri triunfaron en River Plate y Boca Juniors respectivamente y ahora se destacan en la producción agropecuaria. Los esports es otro ámbito en el que incursionaron figuras como el tenista Diego Schwartzman; el exjugador de la NBA, Fabricio Oberto; y el goleador Sergio «Kun» Agüero. Los NFT también despiertan interés. Unos meses antes de retirarse, Luis Scola cofundó el marketplace StadioPlus; y el futbolista Alejandro «Papu» Gómez hizo lo propio con Shirtum.
El consultor Enrique Portnoy lo define como el «segundo tiempo». No es una decisión fácil porque implica, en algunos casos, comenzar de cero en un ámbito completamente distinto. APERTURA dialogó con varios deportistas devenidos en emprendedores sobre cómo vincularon ambos mundos, las dificultades que enfrentaron y sus experiencias en el siempre cambiante ecosistema de negocios argentino.
VOLVER A EMPEZAR
En 1999 la tucumana Mercedes Paz cambió las raquetas por las hamburguesas. «En mis viajes vi cómo McDonald’s operaba en Japón y Rusia y siempre me impactó la fuerza de la marca. Pensaba: ‘Alguna vez voy a llevarla a Tucumán'», recuerda la extenista. Durante una de sus visitas a la Argentina (estaba radicada en los Estados Unidos) vio que la cadena de fast food buscaba franquiciados en su provincia natal a través de un anuncio en el diario. «Les gustó mi perfil y yo estaba por retirarme después del US Open, así que dos semanas después de eso los llamé, me entrevistaron y quedé seleccionada».
Hoy es la principal franquiciada de McDonald’s en Tucumán con cuatro sucursales que emplean a 340 personas. Comenzó su carrera codo a codo con Gabriela Sabatini, llegó a estar en el puesto 28 del ranking femenino y representó a la Argentina en tres Juegos Olímpicos. Sin embargo, reconoce que le preocupaba la transición hacia la vida posdeporte. «Tenía bien claro que no quería seguir viajando, pero pensaba que no sabía hacer nada salvo jugar al tenis. Cuando hice el entrenamiento en la empresa me di cuenta de que esa vida de deportista fue súper rica, desde plantearse objetivos, saber perder, tener disciplina y analizar la derrota «.
Lo más complejo, señala, fue acostumbrarse a la falta de previsibilidad argentina. «Cuando haces una pretemporada vos planificas y el camino suele ser más o menos parecido a lo que uno pensó; acá, en cambio, pasamos un montón de crisis y sobre todo porque me tocó la del 2001», apunta. Y agrega: «Yo no sabía ni hacer un cheque cuando arranqué y esa etapa fue dura«.
«Hoy vivo más tranquilo. En Banfield peleé el descenso, ¿sabes lo que es eso? Muchos eligen seguir en el fútbol porque es lo que mejor sabemos hacer, pero hoy no lo extraño», sentencia Renato Civelli, el aguerrido defensor que se retiró en Huracán en junio de 2021.
Al mismo tiempo que jugaba en las inferiores del Taladro estudiaba Administración de Empresas en la UBA como una «red de contención» en caso de que lo del fútbol no funcionara. Se desempeñó en Francia, Turquía y San Lorenzo, entre otros, pero hace unos años empezó a reflexionar sobre su «segundo tiempo». «Va más allá de estar cómodo económicamente, sino de pensar qué vas a hacer después», analiza Civelli. «Es un tema del que no se habla lo suficiente y hay muchos deportistas que entran en un estado depresivo y gastan la plata porque no saben qué hacer».
El oriundo de Pehuajó empezó realizando algunas pequeñas inversiones. Mientras jugaba en el club francés Niza, apostó por una empresa online que vendía ropa para hombres. Cuando quiso escalar el negocio, se fundió. «Después de eso dije que el día que invirtiera de nuevo quería a estar a cargo. Si me equivoco, quiero equivocarme yo«, argumenta. Y así lo hizo en 2018 cuando consiguió la franquicia de la cadena de panaderías francesa Gontran Cherrier. Junto a su hermano, Luciano (también exfutbolista) y otro socio ya llevan US$ 1,8 millones invertidos y cuatro aperturas en el territorio porteño. Pronto esperan inaugurar su quinta sucursal en el barrio de Recoleta.
Civelli está en el día a día: tiene la palabra final en la estrategia, se encarga de la importación de harina y manteca desde Francia (una condición de la casa matriz) y prueba los productos. «El fútbol me enseñó de responsabilidad y respeto y acá aprendí sobre toma de decisiones y manejo de personas. Lo tomo como un proyecto de vida», destaca.
En el caso de Damián Potenza, encontró su vocación a partir de un encuentro fortuito. Con 18 años pegó el salto al fútbol italiano tras jugar en All Boys y El Porvenir. Luego firmó contrato en España y se mudó a Majadahonda, donde entabló una amistad con una vecina que enseñaba diseño de arte. «Durante dos años estudié con ella pero no pensando en un negocio, sino para ocupar el tiempo y que el día se haga menos largo». Una vez retirado, volvió al país en 2009 y fundó Baires Wood, una fábrica de muebles a medida que se volvió popular entre las celebridades locales.
«Los deportistas de alto rendimiento tenemos fecha de vencimiento y más los que no nos salvamos. Me recibí de director técnico, pero sentía que ahí no podía crecer. Hoy lo único que tengo de jugador son las cicatrices de todas las patadas que me pegaron», bromea. Hoy su proyecto tiene dos plantas en provincia de Buenos Aires y vende todo a través de las redes.
ENTRENAR EL BRAZO INVERSOR
El manejo de las finanzas es un punto crítico entre los deportistas. Ya sea para los que firman contratos millonarios como para aquellos que tienen salarios menores, saber administrar los ingresos e invertirlos es clave,. Según un informe de Sports Illustrated, 6 de cada 10 exjugadores de la NBA gastan todos lo que ganaron en su vida profesional durante los primeros cinco años de retiro. Por eso, es preciso poner un ojo en el mundo financiero antes de colgar la camiseta.
La formoseña Emilce Sosa conformó MS Finanzas, su proyecto con el que da clases de organización y educación financiera. «Mimi» es una de las históricas jugadoras de Las Panteras, la selección femenina de vóley, y formó parte del grupo que llevó a la albiceleste a los Juegos Olímpicos de Rio 2016 por primera vez. «Me interesa transmitirle a los más chicos que hay que pensar en el futuro», explica.
Se adentró en las finanzas en 2011 cuando la ficharon para jugar en un equipo de Rumania. A diferencia de lo que sucede en la Argentina (aún hoy), ahí el vóley es un deporte profesional e iba a comenzar a cobrar en moneda extranjera. «No sabía qué hacer con esa plata y empecé a leer sobre el tema. Me di cuenta que la vida financiera era tal cual la del deportista: ponerse objetivos y tener disciplina para cumplirlos», afirma. Invirtió parte de sus ingresos en unos terrenos en su Formosa natal y ahí construyó un complejo de cabañas para alquiler, el cual se transformó en su primera aventura emprendedora.
Luego estudió en el Instituto Soaper, en Brasil, con el objetivo de dar clases de educación financiera a deportistas. Sin embargo, no tuvo el quorum que esperaba y se volcó a enseñarle a cualquiera que estuviera interesado. «Hacer un curso de educación financiera es una inversión y he tenido alumnas que superaron ocho veces esta inversión«, reconoce.
Ahora, advierte, tiene la cabeza puesta en los entrenamientos con la Selección Argentina, pero, con 34 años, reconoce que en 2023 dedicará más tiempo a su faceta emprendedora. «Ahora voy a hacer un posgrado a distancia y estoy trabajando en un libro sobre educación financiera para deportistas que va a salir el año que viene. Sé que dentro de un par de años no voy a seguir jugando y tengo que pensar a MS Finanzas como un negocio porque es lo que después me va a pagar cuando ya no tenga al vóley».
Otros prefieren ponerse el sombrero de inversor. Quizá uno de los más mencionados en este rol es Emanuel Ginóbili, que cuenta en su portfolio personal con inversiones en diversos segmentos, desde la fintech Ualá, la proptech Consorcio Abierto, el unicornio mexicano Kavak y la startup Pachama. «Con los primeros contratos grandes me decía: ‘Tengo que invertir’. Por ahí me metí en un par de entrada sin tener conocimiento, simplemente porque estaba tentado e inquieto. No era por mi futuro sobre en qué iba a destinar mi tiempo sino por generar fondos, interés, un ROI para poder vivir toda mi vida porque no sabía cuántos de esos contratos iba a haber«, comentó, en diálogo con El Cronista, en noviembre de 2021.
El exescolta de los San Antonio Spurs también ingresó a la comunidad de inversores del fondo de venture capital Newtopia. Pero no es el único: este VC cuenta con un dream team de distintas disciplinas, como el extenista David Nalbandian y los rugbiers Joaquín Tuculet, Santiago González Iglesias y Julián Montoya.
Para Diego Hartfield su acercamiento al mundo financiero no fue algo planificado. Decidió retirarse abruptamente del tenis profesional a fines de 2010 tras una lesión y empezó a analizar alternativas. Fue entrenador, comentarista en TV e incluso socio de un laundry en Puerto Madero. Tenía algunos ahorros y, a través de conocidos, se contactó con Juan Ignacio Abuchdid, fundador de la financiera Invertir en Bolsa, que le abrió el universo bursátil.
Se capacitó y empezó a trabajar ahí como agente productor, pero cuando volvió a Misiones se dio cuenta que había una oportunidad de expandir el mercado de capitales en su provincia. «La psicología del deporte y la del mercado son parecidas. Un poco tiene que ver con gestionar emociones porque el mercado también es emocional: hay euforia, pánico. Es un trabajo siempre a largo plazo y buscar resultados en el corto no sirve», define Hartfield, quien llegó a estar en el puesto 73° del ranking mundial.
Su fuerte, asegura, es mirar la pantalla y operar. En Oberá, su ciudad, armó su propia cartera de clientes y a fines de 2019 juntó fuerzas con la firma de servicios financieros NetFinance, de la que hoy es director. «Cuando fue la crisis de las PASO pensé que todo había terminado. Pensé volver al tenis, pero el mercado se fue recuperando y la clientela creció. Hoy extraño estar al aire libre porque sentarme tantas horas en una oficina no es lo que más me gusta. Sin embargo, estoy bien y estable», confiesa.
DOBLE VIDA
Algunos deciden no esperar al retiro. Montar un emprendimiento y ser atleta profesional son actividades compatibles. Luciano Abecasis cambió su perspectiva sobre este tema en 2015 cuando por seis meses se consideró un exfutbolista. «Me sirvió para tomarme todo de otra manera y saber que podía hacer cosas en simultáneo. Si bien todavía no sé a qué me quiero dedicar de lleno, le perdí el miedo al qué voy a hacer en el futuro y decidí hacer ahora», reflexiona el actual defensor de Banfield.
«Empecé a invertir en bienes raíces al principio porque es lo que te enseñan en el mundo del fútbol, pero me di cuenta que no era para mí», detalla el rosarino. Hace poco se sumó como socio a Vegan Capital Fund, un fondo de inversión de riesgo enfocado exclusivamente en empresas veganas. Este año ya invirtieron en cinco proyectos con tickets hasta US$ 200.000.
Hoy Abecasis forma parte del directorio e integra la mesa chica donde se toman las decisiones. No obstante, indica, su principal rol es «aprender». «El fútbol me permitió desarrollarme pero nadie te enseña a hacer otra cosa que no sea jugar. Así que planeo absorber toda la experiencia que pueda».
El foco del marplatense Patricio Garino en este momento está puesto en llegar de la mejor manera a la AmeriCup con la selección nacional de básquet. Después tiene todo arreglado para sumarse a las filas del catalán Girona y, más allá de la oportunidad deportiva, también estará más cerca de Cachito Mio, la cadena de empanadas gourmet que cofundó en el País Vasco en 2019. Recientemente abrieron su sexto local en España y a fines de 2021 inauguraron una fábrica en Vitoria desde la que producen 2500 empanadas por día.
Todo empezó como una broma con unos amigos que estaban en el rubro gastronómico, mientras Garino defendía los colores del Saski Baskonia, y al final se cristalizó porque vieron una oportunidad de llevar un producto argentino al norte español. «Al principio lo veía como socio capitalista y aportaba en lo que podía, pero no tenía experiencia. Me empezó a gustar el manejo, la administración, los números y me involucré en el día a día. Hoy mi prioridad es el básquet, aunque esto es algo con potencial», reconoce. Garino estudió Administración y Marketing en la Universidad George Washington, donde era jugador/estudiante para los George Washington Colonials.
Poco antes de abrir la primera sucursal, sufrió una rotura de ligamentos cruzados en la rodilla y el proyecto lo ayudó a mantener la cabeza ocupada. «Pasé por años de lesiones. Esto me da tranquilidad de que si no tengo al básquet, me puedo dedicar a otra cosa». Y destaca algunos aspectos que pudo llevar de los negocios al deporte: «Lo principal que aprendí fue sobre recursos humanos, el manejo de gente y la motivación. También mi carácter en cancha era de una manera y me di cuenta que era mejor yendo por otro camino, con más comunicación y fluidez».
En tanto, Diego Simonet decidió convertir su pasión por los juegos de mesa en un emprendimiento, DS4Games. «Me metí en un mundo que no tiene nada que ver con el mío así que tuve que aprender todo, desde el proceso de creación de un juego, edición, fabricación y costos para que sea rentable», enumera la estrella de la selección argentina de handball y del Montpellier francés.
La idea surgió en 2018 y dos años después se lanzó a fabricarlo en Madrid para venderlo por Europa. Se trata de 1812, un juego cooperativo que gira en torno a la historia detrás de la creación de la bandera argentina. El año pasado salió a la venta en Argentina, a través de Neptuno Games, y ahora sacó su segundo título en el mercado europeo, Los secretos de la Torre Eiffel. Ya lleva vendidos más de 2000 ejemplares.
«Todo lleva práctica para hacerlo bien, como lo deportivo», resume. No obstante, Simonet aún lo toma como un hobby porque el 100 por ciento de su esfuerzo está puesto en su carrera deportiva. «No sé qué voy a hacer mañana, pero no tengo miedo de emprender y hacer negocios nuevos».
Líderes y Emprendedores
Agencias Independientes Presentan Estrategias de Crecimiento en PRovoke Global Summit 2024
Tres líderes agencias de Argentina, Alemania y España exploraron cómo la innovación, el desarrollo de talento y la adaptabilidad impulsan el crecimiento en un mercado competitivo.
Washington, DC, 30 de octubre de 2024 – En la 14° edición del PRovoke Global Summit 2024 -organizado por PRovoke Media en Washington, DC-, los retos y estrategias de crecimiento en la industria de la comunicación fueron el tema central del panel Scaling Up: Growth Strategies for Independent Agencies, en el marco del Entrepreneurs´ Forum. Patricia Santa Marina, fundadora y CEO de MINERBA Corporate Communication (Argentina), estuvo junto a Andreas Fischer-Appelt, socio fundador de fischerAppelt AG (Alemania), y Jeff Lambert, U.S. Chairman de Lambert by LLYC, para compartir sus enfoques y experiencias de expansión como líderes de agencias independientes.
Santa Marina, quien llevó a MINERBA a expandirse desde Argentina hacia otros seis países en América Latina y Estados Unidos, destacó la importancia de la adaptabilidad en un entorno competitivo y en constante evolución. “Emprender en la industria de la comunicación exige no sólo una visión clara y estrategias sólidas, sino también la capacidad de adaptarse a los rápidos cambios del mercado. Los retos son constantes, pero los resultados son gratificantes”, señaló. En su experiencia, “darle a los colaboradores oportunidades para crecer, enseñarles, guiarlos; eso es algo que realmente valoran”, lo cual ha sido clave en el crecimiento sostenido en su agencia.
Fischer-Appelt -quien maneja la agencia más grande de Alemania-, resaltó cómo manejar cuentas clave dentro de la agencia permite crecer internamente. “Cuando tienes una agencia de cierto tamaño, tienes cuentas clave. A estas cuentas las tratas de manera diferente, porque tienes la oportunidad de hacerlas crecer dentro de la empresa sin necesidad de adquirir otras”, explicó.
Lambert, cuya empresa de comunicaciones fue adquirida recientemente por LLYC, coincidió en la relevancia de fomentar una cultura de crecimiento, afirmando que “crear oportunidades de crecimiento es una de las formas en que tratamos de fortalecer nuestra cultura”.
En ese sentido, los panelistas coincidieron en que la innovación, la resiliencia y el desarrollo de talento son fundamentales para prosperar. “Si contratáramos a personas “antiguas” aunque con experiencia, no tendríamos la misma cultura”, reflexionó Fischer-Appelt, enfatizando la importancia de cultivar una dinámica organizacional actual. Santa Marina también hizo hincapié en la necesidad de contar con colaboradores estables y con habilidades de interacción social: “Necesitas personas que sean constantes, que sepan cómo interactuar con otros, algo que los jóvenes están perdiendo en este momento”.
Vale destacar que tanto MINERBA como Fischer-Appelt y Lambert by LLYC, son miembros de PROI Worldwide, una red líder con más de 90 agencias globales, y patrocinador de esta sesión.
El PRovoke Global Summit 2024 -que se lleva a cabo desde el 28 al 30 de octubre- es uno de los eventos más importantes en el ámbito de las comunicaciones a nivel global, reuniendo a líderes para explorar las oportunidades y desafíos de la industria.
Líderes y Emprendedores
La Versatilidad de Ana María Villalpando: Un Viaje de Aprendizaje Continuo
Ana María Villalpando, oriunda de Bolivia, es un ejemplo vivo de versatilidad y resiliencia en un mundo que cambia rápidamente. Su trayectoria profesional y personal abarca múltiples disciplinas y roles, reflejando su compromiso inquebrantable con el aprendizaje continuo y la enseñanza efectiva. Desde sus inicios como Secretaria Bilingüe hasta su actual labor como docente y coach, Ana María ha sabido reinventarse y adaptarse a las exigencias de cada etapa de su vida.
La historia de Ana María comienza en el Instituto Canadiense de Cochabamba, donde se formó como Secretaria Bilingüe. Esta etapa inicial no solo le proporcionó habilidades valiosas, sino que también le permitió apoyar a su esposo en su camino hacia la especialización profesional. Tras regresar de D.F. México, decidió dedicarse plenamente a la crianza de sus cuatro hijos, un periodo que, aunque gratificante, la llevó a la reflexión sobre su propio desarrollo personal y profesional.
Con el tiempo, y a medida que sus hijos crecían, Ana María sintió la necesidad de volver al mundo laboral. Comenzó a trabajar en FedEx, donde descubrió su talento natural para las ventas. «Llegaba muy bien a los clientes, y ellos se quedaban con la empresa», recuerda. Esta experiencia la impulsó a pensar en su futuro profesional y a decidir que era el momento de estudiar Marketing y Relaciones Públicas, lo cual complementaría su experiencia en ventas. Hasta el día de hoy, muchos de esos clientes siguen siendo parte de su red profesional, lo que habla de su habilidad para cultivar relaciones duraderas.
Sin embargo, el verdadero cambio en su vida llegó cuando sus hijos y nietos se mudaron al exterior. Ana María se sintió un poco deprimida por la ausencia de su familia, pero en lugar de dejarse vencer por la tristeza, tomó la decisión de regresar a los estudios y se inscribió en la carrera de Derecho. Su motivación era clara: demostrar que se puede alcanzar la excelencia académica a cualquier edad. Este desafío personal no solo la llevó a obtener excelentes calificaciones, sino que también le permitió reflexionar sobre su experiencia como estudiante y sobre lo que significaba ser docente en el futuro.
A medida que avanzaba en su carrera de Derecho, Ana María comenzó a vislumbrar su futuro en la enseñanza. Sus docentes, conscientes de su potencial, la motivaron a realizar un postgrado en Educación Superior. Esta decisión tuvo un impacto significativo en su enfoque educativo. Ana María reflexionó sobre las prácticas docentes que había vivido y se propuso aplicar las técnicas más efectivas en su propia enseñanza. «Si algún día soy docente, aplicaré esta técnica y/o esta herramienta», pensaba, sin criticar a sus maestros, sino reflexionando sobre cómo podía contribuir a mejorar el aprendizaje de sus futuros alumnos.
Una de las herramientas que comenzó a implementar en su práctica fue la gamificación. Influenciada por su encuentro con Mauricio, un psicólogo que había trabajado con su hijo Oscar, Ana María aprendió la importancia de hacer del aprendizaje una experiencia lúdica. Utilizando la gamificación, logró que sus alumnos se sintieran más motivados y comprometidos, lo que se tradujo en un mejor rendimiento académico. Además, aplicó conceptos de co-creación, permitiendo que sus estudiantes participaran en el proceso de aprendizaje, adaptando los contenidos a sus propias experiencias y conocimientos previos.
La dramatización fue otra técnica que incorporó en su enseñanza de Derecho. Ana María organizaba actividades en las que sus estudiantes se vestían como personajes históricos romanos, lo que les permitía sumergirse en el contexto histórico y comprender mejor los principios del Derecho de esa época. Estas experiencias no solo enriquecieron su aprendizaje, sino que también hicieron que los estudiantes desarrollaran una conexión más profunda con los contenidos.
Ana María también se ha formado en neuroeducación, un enfoque que le ha permitido entender mejor cómo funciona el cerebro y cómo la plasticidad cerebral puede influir en el aprendizaje. «Es fundamental saber cómo se comporta nuestro cerebro, las emociones y el respaldo que tiene cada estudiante para lograr un mejor aprendizaje, utilizando todos sus sentidos», sostiene. Su formación como coach ha complementado su labor docente, permitiéndole acompañar a sus estudiantes en el desarrollo de estrategias personalizadas que potencian sus habilidades y talentos.
La versatilidad de Ana María no se limita a su labor educativa. Ha estado involucrada en múltiples proyectos que buscan generar un impacto social positivo. Uno de los más destacados fue su participación en un proyecto en el Ministerio de Educación, donde trabajó en un equipo interdisciplinario que incluía a un profesor, una periodista y a ella como especialista en marketing. Enfrentaron el desafío de romper con esquemas tradicionales de enseñanza, especialmente con un docente que se resistía al cambio. A pesar de las dificultades, lograron crear una sinergia positiva, lo que fue reconocido por el Viceministro de Educación.
Además, Ana María ha estado involucrada en la creación de una revista jurídica estudiantil, un proyecto que no solo promovió la escritura y el análisis crítico entre los estudiantes de Derecho, sino que también les brindó la oportunidad de ser parte de una iniciativa reconocida a nivel institucional.
Otro proyecto importante en su carrera fue su participación en la capacitación de comunidades rurales en contabilidad básica. «Fue muy bien recibido y quedó encantada con el aprendizaje», recuerda. Esta experiencia no solo benefició a los participantes, sino que también le permitió a Ana María aplicar sus habilidades de manera práctica, impactando directamente en la vida de las personas.
Ana María ha recibido múltiples reconocimientos a lo largo de su carrera, pero lo que más valora son las experiencias y relaciones construidas. Uno de los momentos más significativos fue su trabajo en un proyecto de labor social en el área rural, donde se sintió profundamente satisfecha al contribuir al bienestar de personas necesitadas.
Durante la pandemia, junto a su hijo, organizó conferencias y talleres de crecimiento personal en Chile a través de la iniciativa Do It Well. Esta experiencia no solo le permitió aplicar sus conocimientos en un contexto diferente, sino que también fortaleció su compromiso con el desarrollo personal y profesional de otros.
Ana María también tiene aspiraciones a futuro, ya que desea establecer una fundación en Bolivia que ayude a personas de bajos recursos. Su visión es ser una especie de «Robin Hood moderno», donde quienes puedan pagar lo hagan para que otros, menos privilegiados, también tengan acceso a oportunidades de desarrollo.
El enfoque de Ana María en coaching y crecimiento personal es otra faceta de su versatilidad. Tanto en su labor como coach como en su función docente, considera que ambas son una vocación de servicio. Su propósito es ayudar a estudiantes, profesionales y personas en general a alcanzar sus objetivos, motivándolos a descubrir sus potencialidades. Utiliza la Programación Neurolingüística (PNL) para guiar a sus coachees en la identificación de patrones limitantes y en el proceso de cambio personal.
«Es crucial prestar atención a la escucha activa y motivar a los estudiantes. A través del uso del lenguaje, el lenguaje corporal y la oratoria, podemos lograr un aprendizaje más efectivo», explica Ana María. Su compromiso con la educación se traduce en la creación de un entorno de aprendizaje seguro y enriquecedor, donde los estudiantes pueden explorar y desarrollar sus capacidades sin temor.
Su libro, «Empoderando la Docencia con el Coaching,» fue escrito como requisito para obtener su título en esta área. A través de esta obra, Ana María comparte su amor por la docencia y su deseo de contribuir a la mejora del sistema educativo en Bolivia. Critica la Ley 070 Avelino Siñani, promulgada en 2010, sugiriendo que necesita modificaciones para adaptarse a las metodologías y procedimientos educativos más avanzados a nivel mundial.
La vida de Ana María Villalpando es un testimonio de que la versatilidad y el compromiso pueden transformar no solo la propia vida, sino también la de quienes nos rodean. Su dedicación a la educación, la innovación y el crecimiento personal sigue inspirando a muchos, recordándonos que nunca es tarde para aprender, adaptarse y hacer una diferencia en el mundo. Con su enfoque en el bienestar y el desarrollo de otros, Ana María continúa dejando una huella imborrable en cada persona que tiene el privilegio de cruzarse en su camino. Su legado es un llamado a la acción para todos nosotros: abrazar la versatilidad y utilizar nuestras habilidades para contribuir al bienestar de nuestra comunidad y del mundo.
Instagram: mentor_coach_educativo_tarija
Líderes y Emprendedores
Alejandra Amador: Cómo la Formación Internacional Potencia la Medicina en Bolivia
Alejandra Amador es una odontóloga boliviana que, con determinación, esfuerzo y el apoyo incondicional de su familia, ha superado barreras para alcanzar sus sueños. Su camino la llevó a Argentina, donde vivió 15 años, dividiéndose entre Salta y Buenos Aires. Durante ese tiempo, se formó intensamente en su profesión, siempre con la meta clara de especializarse y perfeccionarse, incluso en circunstancias económicas difíciles.
Proveniente de una familia de clase media, Alejandra tuvo la suerte de acceder a una beca que en su momento era posible gracias a un convenio entre universidades. Sin embargo, cuando el gobierno suspendió esos acuerdos, su estancia en Argentina se complicó. «Tuve la suerte de estar en Argentina por temas de documentación justo cuando el convenio fue retirado, pero mi familia fue mi gran apoyo para seguir adelante», recuerda.
Un Crecimiento Más Allá de lo Profesional
Para Alejandra, su vida en Argentina no fue solo una etapa de crecimiento profesional, sino también personal. «Mi vida en Argentina me marcó profundamente. Fue una experiencia de vida en la que pude conocer maestros y colegas maravillosos, personas que se convirtieron en mi familia de corazón», cuenta emocionada. Durante su tiempo en Buenos Aires, no solo creció como profesional, sino también como madre, ya que allí nació su hijo.
Alejandra habla de cómo vivir fuera de Bolivia la preparó para los desafíos de la vida. «Salir del colegio y romper el vínculo con la familia para enfrentar la vida en el extranjero es muy duro, especialmente viniendo de Bolivia, donde el sentido de familia es muy fuerte. Pero fue un desafío que me fortaleció, tanto personal como profesionalmente».
Regreso a Bolivia: La Fuerza de la Familia
Después de años en Argentina, Alejandra decidió regresar a Bolivia por motivos personales y familiares. «A pesar de haber formado una familia de corazón en Buenos Aires y Salta, mi hijo me pedía estar cerca de su familia en Bolivia, y mis padres también estaban aquí. Decidí poner un freno a mi carrera para priorizar lo más importante: mi familia», confiesa. Se estableció en Tarija, buscando un equilibrio entre su vasta experiencia adquirida en Argentina y su vida en Bolivia.
En su regreso, también cumplió un sueño largamente compartido con su amiga del alma, Johana Gajardo, una chilena a quien conoció durante sus años de formación. Juntas, soñaban con trabajar lado a lado, y ese sueño se hizo realidad. «Siempre soñamos con trabajar juntas, y hoy brindamos nuestros conocimientos adquiridos en el extranjero a nuestra gente en Bolivia», afirma con orgullo.
La Superación Constante: Un Compromiso con la Excelencia
Alejandra no se conforma con lo que ha logrado hasta ahora. «Un verdadero profesional no puede conformarse con solo tener una carrera universitaria. Es importante seguir creciendo, perfeccionarse, para brindar el mejor servicio a nuestros pacientes», asegura. A lo largo de los años, ha sumado especializaciones en endodoncia y rehabilitación. Actualmente, tiene en mente un nuevo proyecto: especializarse en armonización facial con bótox, una área que está en auge y que considera clave para el futuro de su carrera.
Sin embargo, también ha experimentado las dificultades de ingresar al sector público en Bolivia, donde, según cuenta, la afiliación política parece ser un requisito. «Es una lástima que en Bolivia, para ocupar ciertos cargos, debas tener un color político. A veces, la experiencia y el conocimiento no son suficientes», lamenta. Aun así, sigue comprometida con ayudar desde donde puede, porque para ella, el crecimiento profesional es una responsabilidad con su país.
Un Mensaje de Inspiración para las Nuevas Generaciones.
Alejandra Amador es una mujer que no solo inspira por su éxito profesional, sino también por su perseverancia y su amor por la familia. «Mis padres son mis mayores consejeros, y en Bolivia, la familia es un valor inigualable. Los jóvenes deben aprovechar esa energía de querer comerse el mundo, pero también deben entender que para lograrlo, es necesario estudiar, capacitarse y estar preparados», aconseja.
Para las nuevas generaciones, tiene un mensaje claro: «Atrévete a salir de tu zona de confort. Si tienes la oportunidad de formarte en el exterior, no dudes en tomarla. Las batallas de la vida se ganan con conocimiento y preparación, y nunca debes dejar de soñar y perseguir tus metas».
Alejandra Amador es un testimonio de cómo, con esfuerzo y determinación, es posible alcanzar cualquier sueño. Hoy, continúa inspirando a jóvenes y colegas, recordándoles que la educación y la capacitación constante son las claves para superar cualquier obstáculo.
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