

Innovación y Tecnología
De la Patagonia al espacio: así es la mayor fábrica de satélites de Sudamérica

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11 mesesel
Al pie de la cordillera de los Andes, científicos e ingenieros argentinos diseñan, fabrican, integran y testean la próxima generación de instrumentos de teleobservación que, desde su órbita, monitorearán los cultivos, mares, costas y emergencias ambientales de la región. Se consolida una nueva era espacial en América Latina impulsada por el deseo de su independencia tecnológica.
La ciudad de San Carlos de Bariloche es conocida por numerosas facetas: ser un polo de atracción turística en Argentina, sus numerosas chocolaterías, sus concurridas pistas de esquí, destino de miles de estudiantes cada final de curso, escenario de un fallido proyecto científico para desarrollar en los años 50 la fusión nuclear controlada y, por si fuera poco, haber refugiado a criminales de guerra nazis.
Pero en los últimos años, otro factor se ha impuesto con fuerza como rasgo identitario de Bariloche, una localidad ubicada al norte de la Patagonia: se la distingue en especial por ser el hogar de la fábrica de satélites más importante de Sudamérica.
Basta recorrer 10 minutos en automóvil desde el aeropuerto, con un fondo de picos montañosos nevados, para llegar a las puertas de INVAP. El cartel de grandes letras verdes no lo indica, pero en sus inicios eran las siglas de un instituto de INVestigaciones APlicadas. Hoy solo es INVAP, una empresa estatal de 1400 empleados –en su mayoría científicos e ingenieros– que desde hace 46 años desarrolla al pie de los Andes proyectos tecnológicos punteros, como reactores nucleares, radares, drones y aerogeneradores.

Aquí, sin embargo, las verdaderas estrellas son los satélites: sus maquetas a escala adornan los pasillos, donde se los exhibe como trofeos deportivos, testimonios de antiguas conquistas y gestas. “Cuando comenzamos no nos imaginábamos que hoy íbamos a estar haciendo satélites”, reconoce a SINC el físico Vicente Campenni, gerente general de INVAP, “pero acá seguimos; somos la única empresa argentina calificada por la NASA para llevar a cabo proyectos espaciales”.
En estrecha colaboración con la agencia espacial argentina, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), y un creciente ecosistema de start-ups y universidades, ya llevan diseñados, construidos y puestos en órbita ocho satélites. Y en estos momentos, están en plena gestación de otros tres.
La familia satelital argentina
Como toda compañía científico-tecnológica, INVAP también cuenta con su propio mito sobre su origen. En su gran fábrica, ubicada a orillas del Lago Nahuel Huapí, se cuenta que todo comenzó en 1976 cuando un grupo de jóvenes investigadores de la Comisión Nacional de Energía Atómica, inspirados en el éxito de Silicon Valley en EE UU, fundaron esta empresa para desarrollar aplicaciones científicas.
Después de décadas de centrarse en el ámbito de la energía nuclear –y lograr vender reactores a naciones como Argelia o Australia, todo un hito para un país latinoamericano–, la compañía ingresó en el negocio espacial en los años 90 cuando la por entonces flamante CONAE le encargó la construcción de una serie de pequeños satélites de aplicaciones científicas (SAC).
El primero, el SAC-B, de 191 kg, fue un debut con sabor a fracaso. Pese a que se comprobó que funcionaba correctamente, el 4 de noviembre de 1996 falló el sistema para separarse de su lanzador (Pegasus XL) y, tras dar un par de vueltas alrededor del planeta, el primer satélite científico argentino que iba a estudiar la física solar se desintegró en la atmósfera.

El siguiente intento ocurrió en 1998 con el SAC-A, de 68 kg, una misión conjunta con la NASA que llegó al espacio a bordo del transbordador Endeavour. Fue, en realidad, un entrenamiento para la prueba de fuego que se avecinaba: el SAC-C, de 485 kg, el primer satélite argentino de teleobservación que entró en funciones el 21 de noviembre de 2000. Con su cámara multiespectral de mediana resolución y sus dos magnetómetros, monitoreó incendios, inundaciones y el movimiento de los casquetes polares hasta el 15 de agosto del 2013.
Misión tras misión, las ambiciones espaciales argentinas fueron creciendo. En junio de 2011, el SAC-D, de 1600 kg, transportó ocho instrumentos científicos, entre ellos, el radiómetro Aquarius de la NASA, con el objetivo principal de medir y cartografiar la salinidad en la superficie del mar. Durante cuatro años, sus datos ayudaron a mejorar los pronósticos climáticos regionales, seguir la evolución de huracanes en el océano Atlántico y a obtener información sobre el cambio climático y el ciclo global del agua. El 7 de junio de 2015 sufrió un fallo de hardware que determinó su fin.
En cualquier caso, los conocimientos adquiridos se transmitieron a las siguientes generaciones y sirvieron para que INVAP se embarcara en nuevos proyectos. En esta planta se fabricó la estructura, cableado y software de los satélites de telecomunicaciones nacionales ARSAT-1 y ARSAT-2.
Con una vida útil de 15 años y un peso de tres toneladas, fueron puestos en órbita desde la Guayana Francesa en 2014 y 2015, respectivamente. Desde entonces, brindan acceso a internet en lugares remotos, facilitan la transmisión de datos para el sector público y privado, incluyendo el envío de señales de televisión en todo el territorio argentino, las bases antárticas y las Islas Malvinas.
Los satélites gemelos SAOCOM
Por su parte, el Plan Espacial Argentino se consolidó con la construcción en Bariloche de los satélites gemelos de la misión SAOCOM (siglas de Satélite Argentino de Observación Con Microondas), con la colaboración de la Agencia Espacial Italiana. De 3000 kg cada uno, es decir, casi el peso de tres automóviles, y 35 metros cuadrados con sus antenas desplegadas, son capaces de medir la humedad del suelo, detectar derrames de hidrocarburos en el mar, hacer un seguimiento de inundaciones y controlar enfermedades en los cultivos.
El SAOCOM 1A fue lanzado el 7 de octubre de 2018 desde Cabo Cañaveral, en EE UU. Le siguió el 30 de agosto de 2020, en plena pandemia de covid-19 y tras varias postergaciones, el SAOCOM 1B, a bordo del lanzador Falcon 9 de Space X.Así fue el exitoso lanzamiento del nuevo satélite argentino Saocom 1B
“Argentina es el único país de América Latina que tiene satélites propios, de fabricación nacional”, destaca el ingeniero electrónico Nicolás Renolfi, subgerente de proyectos espaciales de la compañía, mientras se enfunda en un guardapolvo de tela antiestática y cubre su cabeza y calzado para ingresar a una de las salas más importantes de este complejo. Se trata de un enorme cuarto limpio de acceso restringido y casi diez metros de alto. Aquí, vestidos como si fueran cirujanos, los ingenieros construyen, integran y testean los satélites antes de iniciar su viaje al espacio.
Olor a satélite
“Huele a satélite”, dice entre risas María Masoero, encargada de la comunicación de INVAP, sin poder concretar el tipo de olor que domina en esta ‘cocina de satélites’, donde se cuida la limpieza al extremo para evitar daños irreversibles en los sensibles componentes de los instrumentos. “Es una mezcla de olor a aluminio con el detergente desinfectante neutro que se usa para mantener el cuarto limpio”, trata de explicar.
Los satélites son mucho más que cables, paneles solares, cámaras y miles de piezas de titanio y aluminio. Son la encarnación del trabajo colectivo y coordinado durante años. En el caso de la próxima gran misión espacial argentina, SABIA-Mar (siglas de Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar), congrega a 250 ingenieros e investigadores. En vez de observar la tierra, esta nave de 700 kg y una vida útil de cinco años se centrará en los océanos. Se encuentra en fase de diseño y construcción de varias de sus partes.
“La misión SABIA-Mar se enfocará en el estudio de los mares y las costas para poder caracterizar el hábitat y el ecosistema marítimo de nuestra región, que suele ser de muy difícil acceso”, indica la física Carolina Tauro, investigadora principal de la misión en la CONAE y profesora del Instituto Gulich, “lo nos permitirá hacer un uso sustentable de sus recursos, como establecer zonas de protección marina y zonas de pesca”.
Para ello, desde una órbita baja, a entre 550 y 700 km de la superficie terrestre, utilizará una tecnología que recién está naciendo y se conoce como ‘ocean color’. Sus cámaras de alta sensibilidad podrán estudiar variaciones climáticas –debido a que los océanos son los grandes reguladores del clima del planeta–, identificar el movimiento de las algas microscópicas (o fitoplancton, cuya cantidad está relacionada con la cantidad de peces), y detectar la pesca ilegal.

Argentina posee una costa marítima de más de 4700 km y un satélite de este tipo ayudará a monitorizarla. SABIA-Mar nació originalmente como una misión compartida con Brasil, pero por el momento es 100 % argentina. “Está en la Agencia Espacial Brasileña tomar la decisión de hacer un segundo modelo del SABIA-Mar; pero eso no está confirmado todavía”, apunta Leandro Colombano, ingeniero mecánico en INVAP.
Está previsto que este satélite se lance en 2024, tras pasar extenuantes pruebas térmicas, de choque y vibración mecánica, junto a los test en una cámara sin oxígeno donde se simulan las condiciones a las que se enfrentará en órbita. Es el mismo camino que seguirán los próximos integrantes de la familia satelital argentina: el ARSAT SG-1 (o ARSAT Segunda Generación 1, anteriormente conocido como ARSAT-3) y el SAOCOM 2, que despegará en 2026.
En una época de consolidación de la actividad espacial en la región, con la creación en 2021 de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio, estas tecnologías satelitales desempeñan una función simbólica y política más allá de sus resultados y servicios.
Cada pieza, antena, panel solar y satélite diseñado, fabricado, integrado, probado y eventualmente lanzado –por ahora fuera de Argentina, al menos hasta que entre en funcionamiento el lanzador nacional Tronador III–, es más que un contrato cumplido. En un país en desarrollo, dominado históricamente por la volatilidad política y la incertidumbre económica, constituye un paso más hacia su independencia tecnológica.
“Ejercer la soberanía espacial es casi tan importante como la soberanía territorial, marítima o del espacio aéreo”, subraya Tauro, que concluye: “Estas iniciativas implican independencia para poder conocer nuestro territorio y para gestionar nuestros recursos sin depender de otras misiones espaciales o de otros países”.
Innovación y Tecnología
Cuáles son los lenguajes de programación mejor pagados en el mundo
Los lenguajes de programación mejor pagados como JavaScript, HTML y Python continúan siendo los más populares entre profesionales y quienes siguen aprendiendo esta tecnología

Publicado
2 semanasel
11/09/2023
La Encuesta Desarrolladores, elaborada por el sitio de preguntas y respuestas para programadores, Stack Overflow, reunió a 89.184 de estos profesionales de 185 países de todo el mundo para preguntarles acerca de la percepción que tienen sobre las necesidades del mercado y los sueldos a los que estarían accediendo por trabajar con tecnología que está en tendencia.
Qué tan popular es un lenguaje de programación y para qué se usa, cuál es el mejor pagado, cuáles son las herramientas más utilizadas para trabajar y aprender, son algunas de las preguntas que responde el documento y que pueden reflejar el momento dentro de esta profesión.
Lenguaje más popular
Según el documento, Rust es el lenguaje de programación más admirado pues “más del 80% de los desarrolladores que lo usan quieren volver a hacerlo el año siguiente”. Por su parte, los lenguajes más utilizados no presentan modificaciones significativas pues JavaScript aún se ubica como el favorito de la gran mayoría con 63.61%, varios puntos por encima de HTML/CSS, que cuenta con 52.97%.
Sin embargo, los resultados finales varían según el nivel de experiencia del usuario: mientras que los profesionales prefieren a JavaScript (65.82%), quienes aún están aprendiendo a programar tienen como su favorito a HTML/CSS (60.73%).
JavaScript es el lenguaje de programación más popular según los programadores participantes de la Encuesta Desarrolladores de Stack Overflow. (Captura)
En lo que respecta a las plataformas en la nube con las que se puede trabajar en proyectos, ya sea individuales o colaborativos, Amazon Web Services (AWS) se ubica en el primer lugar con una preferencia del 48.62%, mientras que otras como Microsoft Azure tien 26.03% y Google Cloud 23.86%.
Los lenguajes mejor pagados
La encuesta realizada por Stack Overflow también considera que los lenguajes mejor pagados y aquellos que tendrían que aprenderse durante el año 2023 por su necesidad en el mercado son Zig (103.611 dólares), seguido por Erlang (99.492 dólares) y F# (99.311 dólares). Dart, PHP y MATLAB son los dos que presentan ingresos que se ubican ente los 55.000 y 61.000 dólares.
En ese sentido, la empresa también decidió que se faciliten datos sobre cuál es la variación en los salarios que se presentan por cada uno de los lenguajes de programación. SAS, por ejemplo, presenta un gran aumento y pasó de recibir 64.243 dólares a 81.000, mientras que Dart, pese a no ser un lenguaje de programación popular, tiene un aumento de 43.724 dólares a 55.862 dólares.
Tipos de empleo para programadores
Aunque la mayoría de programadores son profesionales empleados a tiempo completo (69.28%), también hay otros que son independientes o viven del auto empleo, aunque la diferencia es muy grande (15.91%), mientras que la tercera categoría popular, con el 13.39%, son estudiantes a tiempo completo.
Según la Encuesta Desarrolladores de Stack Overflow, los lenguajes de programación mejor pagados serán Zig, Erlang y F#. (Captura)
Además la encuesta indica que la gran mayoría de los desarrolladores suelen trabajar de manera remota (41.41%), mientras que otra gran parte del público trabaja de forma híbrida (desde casa y en persona).
Al igual que los lenguajes de programación, una parte importante del trabajo corresponde a las herramientas que se utilizan para realizarlo. Aunque algunas requieren de un pago para descargarlas e instalarlas, el documento señala que la gran mayoría (73.74%) de los encuestados aprenden durante su prueba gratis.
Otra gran parte de los participantes de la encuesta (71.02%) aseguró que pregunta directamente a otros desarrolladores con mayor experiencia cómo operan con estas nuevas tecnologías.
Revisar comunidades de desarrolladores se encuentra en el tercer lugar de preferencias para descubrir cómo usar nuevas herramientas con un 64.11%, mientras que la lectura de reseñas representa un 33.64%.
La inteligencia artificial también tiene su participación en este sentido pues el 15.39% de los encuestados indica que hace consultas a estos programas para intentar descubri cómo funciona.
Trabajo, Congresos y Educación
¿Cuál es el impacto de la inteligencia artificial en la educación?
Si el bot de inteligencia artificial aprueba con 7 un examen universitario, ¿no debería ser eso un llamado de atención para cambiar el modo en que se da clases?

Publicado
2 semanasel
11/09/2023
Nadie puede negar el furor que está causando la implementación de la Inteligencia Artificial a través de herramientas como ChatGPT. El nivel de accesibilidad y facilidad de uso que propone es asombroso y con un nivel de asertividad enorme. Este producto fue creado por Open AI, empresa fundada por Sam Altman (CEO), Elon Musk entre otros referentes de la industria de la Inteligencia Artificial, Machine Learning y Deep Learning, donde Microsoft y YCombinator invirtieron.
En mi rol de ingeniero, docente universitario y emprendedor, me llamó la atención cuál puede ser el impacto de esta tecnología en los diferentes aspectos de la sociedad, y particularmente en la educación, que, empoderada por la pandemia ha sido digitalizada. Pero ¿qué quiere decir esto para ChatGPT? El motor de datos, y algoritmos que permiten entrenar modelos. Cuanto más datos tengamos, potenciado con la digitalización, más conocimiento vamos a poner a disposición para seguir entrenando estos modelos.
En los equipos docentes que participé siempre tuve la premisa de tomar parciales con la “carpeta abierta” y que los estudiantes resuelvan problemas aplicando el pensamiento crítico de acuerdo a los aspectos que fueron aprendiendo a lo largo de la cursada, teniendo disponible todos los conocimientos necesarios para tomar decisiones y justificar las mismas, lo que nos permite evaluar qué criterio pudieron aplicar, ya que, durante su trabajo como profesional, la información va a estar a un click de distancia, como la “carpeta abierta”. Siguiendo este razonamiento, busqué el último parcial que tomamos en el ITBA, y lo pasé por el ChatGPT… adivinen cuál fue el resultado.
FOTO DE ARCHIVO: El logotipo de ChatGPT en esta ilustración tomada el 3 de febrero de 2023. REUTERS/Dado Ruvic/Ilustración/Archivo
Se sacó un 7. O sea, aprobó perfectamente y claramente no cursó mi materia. El parcial consistía en diseñar una solución digital para una Pre-Paga Low Cost mobile only, donde explicamos el negocio y pedimos a los alumnos diseñar la Arquitectura Tecnológica. En fin, ahora los profesionales no solo van a estar a un click de distancia del conocimiento sino también de las decisiones, lo cual nos cambia las reglas del juego.
Como docente considero que ChatGPT nos debería levantar la vara a los docentes, y nos daría muchas herramientas para facilitar el aprendizaje. Puede ayudarnos a responder rápidamente las preguntas de los estudiantes. En muchos casos, los estudiantes pueden tener preguntas fuera del horario de clase o cuando el docente no está disponible. ChatGPT puede responder estas preguntas de forma inmediata y ayudar a que los estudiantes puedan avanzar en su aprendizaje. También puede ser una herramienta útil para los docentes en la planificación y preparación de las clases. El modelo puede ser utilizado para generar materiales didácticos personalizados y adaptados a las necesidades de cada grupo de estudiantes.
Pero si queremos ver el lado B, podemos pensar que el uso excesivo de ChatGPT por los estudiantes durante el proceso, y ejercitación en trabajos prácticos, puede traer la disminución de la creatividad y la independencia de pensamiento de los estudiantes, y la falta de precisión y relevancia de las respuestas generadas por el modelo.
Nuestro desafío en la educación tiene que ver cómo potenciamos el aprendizaje con este tipo de herramientas y las incorporamos, asegurando que no todo lo que venga de un modelo entrenado pueda ser correcto, y lo usamos para potenciar nuestras decisiones, y para que se entienda el potencial, Tres párrafos de esta columna fueron escritos por ChatGPT. ¿Alguien puede descifrar cuáles? Lo dudo.
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Innovación y Tecnología
Qué pasa con una cuenta de Google cuando fallece el titular
El plan de legado digital permite seleccionar los contactos a los que se dará acceso a la información de un perfil para hacer copias de seguridad

Publicado
2 semanasel
10/09/2023
El legado digital de una persona es importante pues no solo incluye datos que deben gestionarse, sino también de recuerdos que sus familiares pueden querer recuperar o a los que desean tener acceso. En ese sentido, Google permite que los usuarios puedan elaborar un plan sobre qué pasaría con una cuenta en caso de fallecimiento.
Para que un usuario le indique a Google qué desea hacer cuando su cuenta pase a estar inactiva en caso de una eventual muerte, necesitan usar el “Administrador de cuentas inactivas de Google”. Para acceder a esta herramienta, se deberán seguir estos pasos:
– Ingresar a cualquier servicio de Google (Drive, Gmail, Docs, Slides, etc.).
– Hacer clic en la foto de perfil del usuario ubicada en la parte superior derecha de la pantalla.
– Hacer clic en la opción “Gestionar tu cuenta de Google”.
– En la nueva pestaña que se abre en el navegador, se deberá hacer clic sobre la sección “Datos y privacidad”
– Buscar y seleccionar la opción “Crear un plan para tu legado digital” en el apartado “Más opciones”.
Google permite crear un plan de legado digital para saber qué pasará con una cuenta en caso de fallecimiento. (Captura)
En esta sección de Google, los usuarios pueden decidir qué podría ocurrir con toda su información luego de que la cuenta pase varios meses inactiva. Este periodo se puede establecer entre los tres y 18 meses sin registrar movimientos, accesos a servicios o alguna administración de archivos en cualquier servicio.
Para evitar la activación del plan, Google solicitará un número de teléfono y un correo electrónico alternativo al que enviar una notificación de que la cuenta estaría a punto de iniciar el plan de inactividad. De esta forma, se puede evitar actuar de forma inoportuna.
El siguiente paso será elegir qué contactos de confianza recibirán una notificación sobre el inicio del plan de legado digital del usuario, además de administrar qué información se desea compartir con estas personas. Para ello se tendrán que registrar hasta 10 personas con sus respectivos correos electrónicos o número de teléfono.
Una vez que reciban la notificación, los contactos seleccionados tendrán tres meses para descargar una copia de respaldo de todos los datos enviados.
El plan de legado digital permite que los familiares y otros contactos de confianza de un usuario puedan acceder a copias de los archivos que tenían en su cuenta de Google antes de fallecer. (REUTERS/Shannon Stapleton)
Una vez que los usuarios hayan establecido por completo lo que desean que ocurra con su cuenta, Google solicitará la confirmación del plan de inactividad. De ser aprobado, se enviará una notificación para informar la activación del Administrador de cuentas inactivas.
Aunque el legado digital pueda tener opciones que implican que familiares y contactos diversos puedan acceder a los datos o recuerdos de los usuarios fallecidos, también existe la posibilidad de eliminar la cuenta y toda la información que contiene. Esta opción puede seleccionarse al final del proceso de configuración del Administrador de cuentas inactivas y será definitivo en caso de confirmarlo.
Google elimina cuentas inactivas
En caso de que no se haya establecido un plan de legado digital, las cuentas inactivas por un plazo superior a dos años serán eliminadas de forma automática. Según Google, esto se haría para garantizar la seguridad de otros usuarios, pues las cuentas podrían ser usadas por ciberdelincuentes para generar amenazas de seguridad y ataques informáticos.
“Nuestro análisis interno indica que las cuentas abandonadas tienen al menos 10 veces menos probabilidades que las cuentas activas de tener configurada la verificación en dos pasos”, asegura Google en su comunicado para explicar por qué este tipo de perfiles son más vulnerables al hackeo, robo de identidad o campañas de spam, entre otras.
Este proceso solo afecta a las cuentas personales, no a las que pertenecen a empresas u otras organizaciones como centros educativos.

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