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De brillar en “El Marginal 3” a conquistar el mundo de las artes plásticas

Se llama Valentino Ramella, tiene 34 años, es actor y artista plástico. Encarnó a “Segundo”, en la famosa serie, además de otras incursiones en la TV, el teatro y la publicidad. Paralelamente, se afianza en el ambiente del arte, como artista autodidacta, donde expone sus obras, ha ganado menciones y es un fiel participante en las últimas muestras de la famosa feria de arte internacional BADA. De chico sufrió bullying, pero el arte lo salvó para encontrar su verdadero destino.

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Hay actores, que no solo tienen talento para la interpretación dentro del set de televisión, arriba del escenario teatral o en una producción de un comercial.

Algunos tienen también dotes artísticas para brillar en los lienzos y bastidores, como Valetino Ramella, que encarnó a “Segundo”, en la exitosa ficción “El Marginal 3” y participó recientemente en la feria internacional de arte BADA.

Y eso, que es solo un autodidacta de exquisito pincel. Su primer acercamiento a la pintura fue a través de su mamá, María Cristina, una profesora de arte que supo ganar un concurso, pero nunca se dedicó de lleno a esta afición. “Yo la veía a mi mamá mientras hablaba con mi abuela por teléfono dibujando en la pared de casa boquitas, corazones y otras cosas y ahí empecé a naturalizar la pintura como una forma de expresión, que te da acceso a un decir que no es posible en el discurso hablado”, rememora Valentino.

Criado en el seno de una familia católica y de pensamiento muy estructurado, el incipiente artista mantuvo sus pasiones frenadas siguiendo el camino tradicional que le imponía “el deber ser”.

Durante la secundaria asistió a escuelas religiosas, donde sufrió maltratos por parte de sus compañeros que no aceptaban que detrás de su aspecto “rudo” se escondiera un hombre muy sensible e introvertido. “En ese momento, para mí, no era bullyng, ese trato, era algo lógico que hacían los demás ante una persona que se manifestaba de manera diferente”.

La escuela donde asistía cerró y pasó al Colegio Suizo, en la capital de Buenos Aires, institución educativa que también terminó cerrando sus puertas y eso lo obligó a buscar un nuevo establecimiento para poder terminar la secundaria. Ese fue el colegio Lasalle Buenos Aires.

Valentino define esa etapa como un verdadero calvario. “Esa fue una de las peores experiencias de mi vida, era un colegio muy religioso, pocos compañeros de mi división se pasaron a esta institución después del cierre del Colegio Suizo y sumado a las burlas habituales que ya estaba acostumbrado a recibir, pasé a ser ´el del otro colegio´ y a ser totalmente discriminado por mis nuevos compañeros”, narra con desilusión.

A los 16 años, Valentino empezó a sentir una atracción hacia uno de sus compañeros, y asustado ante lo que estaba experimentando decidió pedir consejo a uno de los curas del colegio, “me escuchó atentamente y enseguida me dijo que estas eran etapas que uno vive en la adolescencia, que era el demonio que me estaba tentando y me mandó a mi casa a rezar el Rosario. Rezar me iba ayudar a que se me pase”, confiesa.

Eso lo llevó a ocultar sus sentimientos y a tratar de comportarse de la manera en que los otros esperaban que se comportara. Así fue que se puso de novio con una chica y mantuvo esa relación por 8 años. “Yo no podía decir que me pasaba todo esto porque nadie sabía en mi casa, no me animaba a contarles; pensaba que no me iban a aceptar”.

EL ARTE COMO VÍA DE ESCAPE Y HERRAMIENTA PARA GESTIONAR

A partir de los 26 años, Valentino encontró en el arte una vía de escape y una herramienta para gestionar y hacer frente a los momentos más difíciles de su vida, “en un bastidor en blanco encontré formas de solucionar problemas y empezar a definir quién soy”, confiesa el actual alumno del profesor de teatro, Carlos Evaristo.

Paralelamente, por esos años, conoció la actuación y empezó a estudiar circo, esto le permitió reconocer su propio cuerpo y el del otro, y así comenzar un romance con sí mismo y a aceptarse tal cual es.

De alma inquieta, en su faceta de actor, participó de varias obras under y publicidades, hasta que un día en una fiesta conoció a un joven que lo contactó con un productor. El productor lo convocó a un casting y Valentino quedó seleccionado para actuar en “El Marginal 3”. En la ficción hizo el papel de “Segundo”, compartiendo escenas con colegas de la talla de Carlos Portaluppi, Claudio Rissi y Alejandro Awada.

Valentino, como le gusta que le digan, hoy se dedica de lleno a ambas disciplinas y se encuentra preparando pinturas para la próxima muestra de arte en Bada, en la cual expuso en dos ediciones anteriores.

Artista autodidacta, como bien él se define, ha participado en varios talleres, concursos, muestras y hasta recibió una mención en el Premio Alba de las Artes y las Letras.

Admirador de artistas consagrados, como Wassily Kandinsky, Joan Miró y Jackson Pollock, Valentino Ramella se esfuerza en recrear la tridimensionalidad en el arte abstracto, a través del color, formas, texturas y diversas técnicas, le suma su experiencia como actor buscando recrear elementos de la narrativa teatral en sus obras.

“El Clown, es una temática recurrente que fluye en mis pinturas, permitiéndome probar libertades expresivas, collage, que acompañan nuevos espacios para contar historias”, relata Valentino con orgullo.

Sensible, como pocos, el hombre de 34 años exterioriza sus sueños: “Seguir trabajando, seguir construyendo mi carrera en ambas disciplinas y esforzarme para ser cada vez mejor en cada una de ellas. No concibo mi vida sin arte, el arte logró que viera mi propia luz”.  

Después de haber aprendido que lo importante es ser quién uno es y de enfrentar complejos desafíos con resiliencia, su prioridad está en sintonía con sus convicciones. “Me considero un artista que puedo manifestarme y lograr una emoción en el público ya sea a través de una actuación o una obra de arte. Y aunque logré varias cosas sé que aún me falta mucho por recorrer y lograr. Y lo mejor de todo es que esto es solo la mitad del camino”, finaliza Valentino.

Para saber más del actor y artista plástico, visitar la web oficial www.vramella.com.ar o ingresar a sus Instagram: @vramella y @vramellart 

Para notas o entrevistas: Juan Ignacio Penlowskyj, Teléfono: 11.5709.0729
Erika Tranchida, Teléfono: 11.5797.0714

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El baterista Alan D’Auria, exhibe todo su talento en la NAMM

Oriundo del barrio porteño de Colegiales, Alan D’Auria tiene 27 años, se formó junto a su padre, un reconocido docente y eximio baterista, Oscar D’Auria, y tomó clases en armonía y percusión con el afamado músico Gerardo Gardelin. Hoy viene posicionándose como uno de los mejores bateristas contemporáneos.

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Si hay un músico que enaltece la comunidad musical de la Argentina y derrama virtuosismo y versatilidad artística en los escenarios de diversos continentes ese es Alan Denis D’Auria.

Con solo 28 años, el oriundo del barrio porteño de Colegiales viene posicionándose internacionalmente como uno de los mejores bateristas contemporáneos.

Al punto que, en la última edición de “NAMM Show”, la exposición más importante de la industria de instrumentos musicales del mundo, que se efectúa anualmente durante tres jornadas en la ciudad de Anaheim, California, Alan fue elegido por la prestigiosa marca de parches Remo para que la represente como “endorser artist” o embajador de la marca.

“NAMM es una vitrina única que reúne a profesionales, artistas y entusiastas de la música de todo el mundo. Significa algo muy especial para mí, porque me ha permitido mostrarme y tocar la batería para mucha gente, además de contactarme con otras personas del ambiente musical”, afirma orgulloso D’Auria, quien se cruzó en el evento con el afamado cantautor y músico estadounidense Stevie Wonder.

Desde la cuna, Alan demostraba su enorme inclinación por las notas musicales. Sobre todo, por la batería. Un instrumento que aprendió, primero, por las clases magistrales y lectura a primera vista de su padre, Oscar D’Auría, un reconocido profesor y eximio baterista. Y, segundo, por ver a Steve Gadd, el músico de sesión por excelencia, que ha tocado con celebridades, como Eric Clapton y el fallecido Chick Corea, poseedor de 20 premios Grammy.

Por entonces, el joven instrumentista fue por más, tomando clases en armonía y composición con Gerardo Gardelín, un músico de una prolífica carrera. Fruto de dichos conocimientos, Alan estableció un futuro brillante, pese a su asombrosa precocidad. Porque mientras cursaba la escuela secundaria, en los ratos libres, gestaba jingles publicitarios y se presentaba en festivales para bateristas adultos.

Un día Alan recibió su primera remuneración. “Mi primer trabajo profesional fue a los 13 años, en el hotel Hilton de Buenos Aires”, revela con nostalgia el percusionista que supo ampliar sus conocimientos en Segovia, España.

Debido a que su nombre comenzó a sonar en el ambiente, D’Auria fue convocado para efectuar giras nacionales, junto al cantautor español José Vélez, primero, y luego para tocar en las salas más renombradas de Capital Federal, como el Gran Rex. En esta última, para acompañar el show de Fernando Samartín. “En este majestuoso escenario fue la única vez que toqué junto a mi padre, quien me admira y siente felicidad porque pude hacer mi camino”, afirma el baterista que fue convocado a programas televisivos de gran encendido como el de Susana Giménez, en donde acompañaba a afamados cantantes.

Intercalando presentaciones en el exterior y en el país, Alan tuvo el privilegio de ser uno de los músicos que, en 2019, participó en la comedia musical “Fátima es mágica”, protagonizada por Fátima Flores, en la emblemática avenida Corrientes.

Debido a su gran capacidad de adaptarse a distintos géneros, el joven baterista se dio el gusto de compartir estudios de grabación, salas teatrales y set televisivos, junto a Miguel Zavaleta, Bodanny, Tormenta, Fernando Samartin, Mariu Fernández, la Orquesta Power Up, Sol Quintas y María Graña. Un compilado de sus presentaciones:

Su pasión por el tango lo llevó a grabar un disco en vivo, junto al bandoneonista Walter Hidalgo. “Un sueño que tengo en mente, es tocar y grabar en Estados Unidos con mi grupo de tango fusión”, dice sonriendo D’Auria, quien no desaprovechó la oportunidad de presentarse en festivales de jazz de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Durante su fecunda carrera artística, Alan recibió reconocimientos de medios de comunicación argentinos, como Radio Vorterix y Radio 10. Así mismo, participó en el álbum «731 escrito está», de Héctor Luis Amigorena, que recibió una nominación a los Carlos Gardel a la Música, premios organizados y otorgados por la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF).

Un lustro atrás, cuando tenía 23 años, D’Auria logró ingresar como músico a uno de los cruceros de la empresa Princess Cruises, encabezando su propio cuarteto de tango-jazz. El desempeño llegó a oídos de los gerentes del Crucero Royal Caribbean, quienes lo alistaron en forma inmediata. “Arriba de él, me convertí en el baterista de la orquesta de shows de Broadway, del ‘Wonder of the Seas’, el barco más grande del mundo. Sin duda que, el barco me adiestró”, puntualiza el trotamundos artístico.

Al igual que su padre, D’Auria siempre se ha dedicado a la docencia en la escuela de su progenitor. “Siempre me interesó contribuir con mis conocimientos a las nuevas generaciones de bateristas”, destaca el percusionista.

Sabiendo que un sueño no se hace realidad en forma mágica; se necesita sudor, determinación y trabajo duro, el baterista argentino tiene un sueño: “me gustaría tocar con el español Alejandro Sánz. Fundamentalmente, porque me llega su música melódica”, concluye Alan D’Auria, quien aspira también a transformarse en baterista de “Toto”, la afamada banda de rock estadounidense.

Para saber más o interiorizarse sobre la carrera del reconocido baterista, consultar su Instagram oficial: @alan.dauria

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Heathers: el musical que los adolescentes convirtieron en éxito

Heathers, La obra sobre el bullying, el suicidio adolescente y el abuso, dirigida por Fernando Dente, tiene a Julia Tozzi como revelación.

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Heathers en el Opera se ve como un musical transgresor. Pero no por la cantidad de palabrotas y gestos obscenos que dicen y realizan los alumnos del colegio, sino porque habla del bullying, del suicidio adolescente y también del maltrato.

Un musical protagonizado por adolescentes, y no necesariamente destinado solamente a otros adolescentes, puede llegar a ser un desquicio. Heathers no es Footloose, pero tampoco Despertar de primavera -que en algunas versiones quienes la dirigieron entendieron que mostrar rebeldía era patalear arriba del escenario-. Heathers es comedia más que drama musical, aunque tome temas como el bullying y el suicidio adolescente.

En eso reside su radicalización. Hasta se podría decir su razón de ser. Heathers se ríe de cosas demasiado serias, inclusive de la muerte de un compañero de colegio de manos de otro que va al mismo colegio.

Dejemos por un momento de lado la puesta en escena y la dirección de Fernando Dente, que realmente sorprende en todos los rubros, siendo la actuación y la coreografía dos puntales de la obra. Los espectadores podrán o no reírse más o menos de las situaciones, pero lo que sucede en el escenario no los dejará indiferentes.

Las Heathers del título son tres amigas, compañeras de un colegio secundario. Hay una cuarta, Veronica (el papel de Winona Ryder en el filme en el que se basa la obra) que es como un apéndice del trío que maltrata y se burla del resto. Y se suma JD, el alumno que viene girando de varios otros colegios, y que es quien incita a Veronica a rebelarse contra los y las que la tratan mal.

El traspaso del cine al musical

Son varios los traspasos y/o adaptaciones que ha sufrido -no, el verbo no es sufrido: es mejor ha pasado- Heathers hasta llegar a la calle Corrientes.

De la película de los ’80, con dos jovencísimos Winona Ryder y Christian Slater, saltó mucho más tarde al musical. Y de ese musical, de dos horas y media con intervalo, se llegó a esta versión de 110 minutos sin intervalo.

Volaron o quedaron en el camino algunas que otras canciones, pero lo más importante de la adaptación argentina es que no se siente que hayan extirpado nada sustancioso.

Las tres Heathers, acosadoras seriales.

Las tres Heathers, acosadoras seriales.

Pero hay algo más, que sí estaba en el musical original, y se mantiene: Veronica no asesina a nadie deliberadamente.

Julia Tozzi, como Veronica, es más que una revelación. Se planta en el escenario, cambia de emociones, canta y se mueve bien: pareciera una experimentada, y lo es: éste es su primer protagónico en un musical en la calle Corrientes, pero integró los elencos de El violinista en el tejadoMamá está más chiquita y The Rocky Horror Show.

La Heather que compone Sofi Morandi tiene más peso en el musical que en la película.

La Heather que compone Sofi Morandi tiene más peso en el musical que en la película.

El rol que juega Sofi Morandi tiene mucha más presencia, en definitiva, en el musical que en la película, pero no es nuestra intención spoilear absolutamente nada.

Con la banda en escena, una iluminación climática y una escenografía móvil y que cumple en el enorme escenario del Opera, todo está armoniosamente ensamblado.

Julia Tozzi ya había participado en musicales, pero nunca en un rol protagónico, y está más que bien en "Heathers".

Julia Tozzi ya había participado en musicales, pero nunca en un rol protagónico, y está más que bien en «Heathers».

Tal vez las menciones a la realidad argentina, sean obras o dichos, seguramente se hizo con la pretensión de acercar al público local, pero el efecto es cuanto menos extraño. La atemporalidad del relato, cuando en la actualidad las redes sociales cumplen un rol que la obra claramente no muestra, termina “sacando” al espectador del contexto de lo que está viendo.

Igual, los jóvenes, aunque insistimos en que no es una obra para preadolescentes ni de la escuela primaria, por las escenas de sexo y de abuso, las festejan como si la vivieran en la tele.

“Heathers”

Muy buena

Comedia musical. Libro, música y letras originales: Laurence O’Keefe y Kevin Murphy. Dirección: Fernando Dente. Dirección de coreografía: Vanesa García Millán. Con: Julia Tozzi, Sofi Morandi, Nicolás Di Pace, Florencia Anca, Martu Loyato. Sala: Opera, Corrientes 860. Funciones: de martes a domingo a las 18 (agregan a las 20.30 los días 22, 23, 28 y 29 de julio). Localidades: desde $6.160 hasta $10.640, por Ticketek.

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Jhon & Demian presentan en Argentina su single «Pensando en Ti»

Jhon & Demian, es un dúo formado en el año 2009, que ha conquistado el corazón del público con su irresistible mezcla de cumbia y reggaetón.

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Jhon & Demian, es un dúo formado en el año 2009, que ha conquistado el corazón del público con su irresistible mezcla de cumbia y reggaetón. Sin embargo, lo que se destaca de ellos es su pasión por la música, que no es algo fortuito, porque se iniciaron tocando y cantando en las calles, subtes y colectivos de Buenos Aires, hasta que un día tuvieron la oportunidad de compartir el escenario con la banda «Piola Vago» de Carlitos Tévez:  Jhon en los coros y animando al público, y  Demian en la guitarra .

A partir de su colaboración con la banda «Piola Vago» de Carlitos Tévez, el dúo decidió trasladarse a Bolivia en busca de nuevas oportunidades, y el éxito no se hizo esperar. Desde entonces, han conquistado los corazones de seguidores en Bolivia, Perú, Argentina, Brasil, Ecuador y pronto iniciarán gira por Europa y Estados Unidos. Jhon y Demian se han destacado como productores, compositores e intérpretes y siempre han mantenido su propia identidad musical.

Jhon y Demian, el dúo peruano-argentino, nos presenta su nuevo éxito «Pensando en ti», un logro impresionante para estos artistas, ya que este nuevo single ha sido aclamado por los fanáticos y ha logrado millones de reproducciones orgánicas en las redes sociales. Además, sus contagiosos bailes en TikTok se han vuelto virales, situándose en el tope de la lista de tendencias en Bolivia y figurando entre los primeros 30 videos en tendencia de Youtube en Bolivia .

«Pensando en ti» es una pegajosa canción que se ha convertido en un éxito en varios países, es un ritmo de cumbia al estilo regional mexicano que está actualmente como tendencia en Latinoamérica. El videoclip fue filmado en un animado bar temático mexicano en La Paz, Bolivia. En este video, Jhon & Demian demuestran su versatilidad musical, mostrando su capacidad para interpretar otros estilos populares del continente.

Jhon Acuña (Jhon) de Lima, Perú y Damián Lovaglio (Demian) de Buenos Aires, Argentina, dúo de género Cumbia Reggaeton nacidos en 1991 y 1995. Ellos se conocieron en Palermo Hollywood, Buenos Aires y comenzaron su carrera musical en el año 2009.  Hoy, después de siete años triunfando en Bolivia, Jhon & Demian siguen marcando tendencia en la industria musical. Con base en La Paz, Bolivia, realizan giras por diferentes países, estos artistas humildes y talentosos continúan conquistando escenarios y corazones.

Con cada presentación, Jhon & Demian demuestran su talento, compartiendo escenarios con artistas de talla internacional, desde Paulo Londra, Manuel Turizo, Lenny Tavarez, Arcangel, De La Ghetto, Anuel AA, Becky G, Wisin, Vilma Palma, Nacho, Yarita Lizeth, Los Kjarkas, Corazón Serrano, entre otros artistas.

Redes sociales:

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