Ciencia y Salud
Viaje endoscópico al tubo digestivo: boca y esófago
“Tumores epidermoides en faringe y laringe, divertículos de Zenker y epifrénico, esofagitis eosinofílica, infecciones por hongos o por virus del papiloma en el esófago y hernia de hiato, con su reflujo gastroesofágico, relaciona el experto en endoscopia digestiva del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
“Pero también, esofagitis por reflujo, anillo de Schatzki, el afamado esófago de Barrett, estenosis esofágica tras una intervención quirúrgica o varices esofágicas debidas a la cirrosis hepática”, completa y divulga el director científico del Instituto Clínico del Aparato digestivo (ICAdig).
El paciente, que pueder ser cualquiera de nosotros, hombres y mujeres, se encontrará ya anestesiado y tumbado en la camilla de operaciones en la posición decúbito lateral izquierdo, la más utilizada en endoscopia digestiva, posición decúbito supino o decúbito lateral derecho.
Entrada al tubo digestivo para explorar y diagnosticar lesiones con el endoscopio
La boca del paciente estará protegida siempre por una boquilla, pieza de plástico o mordedor, que evitará daños en la zona labial y dental; dispositivo mantiene la boca abierta durante el tiempo que dure el diagnóstico y el tratamiento.
Pasamos entre la lengua y el paladar hasta visualizar la base de la lengua, donde se posicionan el cartílago de la epiglotis y la úvula o campanilla. Desde ahí entramos a la parte baja de la faringe o hipofaringe. Al fondo la epiglotis y justo, a continuación, la laringe.
En los laterales de la laringe hay unos fondos de saco llamados senos piriformes. Si nos colocamos justo encima de la laringe podemos ver las cuerdas vocales y la entrada a la tráquea.
Colocándonos justo entre los dos senos piriformes, en la pared posterior de la faringe y haciendo leve presión en la zona se logra pasar al esófago cervical superando la boca de Killian y el área cricofaríngea.
Doctor Marín, ¿qué tipo de tumores se pueden diagnosticar en la faringe o la laringe?
Aunque es un área propia de nuestr@s compañer@s de otorrinolaringología, los endoscopistas digestivos no debemos desaprovechar la oportunidad de descartar la presencia de tumores epidermoides precoces en estas zonas.
Estas lesiones son más frecuentes en fumadores y pacientes consumidores frecuentes de alcohol.
Explorando con gastroscopia el área anatómica con imagen endoscópica mejorada, en este caso BLI (Blue Light Imaging), la detección de este tipo de tumores es más sencilla y se visionan más oscuras debido al mayor desarrollo de los vasos sanguíneos que las componen.
Entrando en el esófago, tramo lineal del tubo digestivo
El esófago, al ser un tubo recto, en sencillo de superar y explorar, lo dividimos en tres zonas o tercios: proximal, medio y distal.
Y dado que posee cuatro marcas de estrechamiento relativo en condiciones normales y en la posición lateral izquierda habitual, hablamos de: entrada a través de la zona cricofaríngea, las compresiones formadas por el arco aórtico y el bronquio principal izquiedo, la aurícula izquierda y el cardias o unión esofagogástrica.
Durante algunas de nuestras exploraciones, como sucede en el caso del POEM (miotomía endoscópica peroral), al colocar al paciente boca arriba (supino), también puede visualizarse la marca en la pared posterior del esófago de las vértebras situadas en esa zona de la columna vertebral.
Divertículo de Zenker en el esófago
El divertículo de Zenker, llamado así en honor a un gran anatomista y patólogo, Friedrich Albert von Zenker, es una especie de “bolsillo” que se forma en la parte superior del esófago, justo donde este se conecta con la parte baja de la garganta (hipofaringe).
Esta bolsa se produce por un debilitamiento en la pared muscular del esófago, muy común en personas mayores, lo que permite que una pequeña porción del tubo digestivo sobresalga hacia afuera.
Las personas que tienen este divertículo pueden experimentar síntomas como dificultad para tragar (disfagia), sensación de que los alimentos se quedan atascados en la garganta, regurgitación de alimentos no digeridos e incluso mal aliento.
Cuando se realiza una endoscopia, el divertículo de Zenker aparece como una cavidad o saco que se abre en el esófago. El endoscopista debe tener cuidado de no introducir el endoscopio con excesiva presión en el esófago para evitar perforar uno de estos divertículos, si existiera.
La imagen endoscópica es clave para el diagnóstico, ya que permite visualizar directamente el divertículo y determinar su tamaño y ubicación exacta.
En la parte superior de la imagen endoscópica suele encontrarse una zona de fruncimiento de la mucosa que es la verdadera entrada al esófago. Entre el propio tubo del esófago y la pared del divertículo se forma un septo que se puede cortar con una técnica endoscópica llamada “diverticulotomía”.
Doctor, ¿y qué es un divertículo epifrénico del esófago?
Los divertículos epifrénicos son pequeños “sacos” que se forman en la parte inferior del esófago, cerca del diafragma, justo antes de que el esófago se conecte con el estómago.
Estos divertículos se desarrollan debido a una debilidad en la pared del esófago y suelen estar asociados con problemas de motilidad, es decir, dificultades en el movimiento que ayuda a empujar los alimentos hacia el estómago.
Aunque muchas personas pueden no tener síntomas, otras pueden experimentar dificultad para tragar, dolor en el pecho, o regurgitación de alimentos no digeridos.
El tratamiento está indicado en pacientes sintomáticos, especialmente aquellos con disfagia, regurgitación, dolor torácico o complicaciones respiratorias. Los pacientes asintomáticos generalmente no requieren tratamiento.
La terapia endoscópica de los divertículos epifrénicos ha evolucionado con el tiempo.
Una de las técnicas más prometedoras es la miotomía endoscópica peroral (POEM), que se ha demostrado eficaz en el manejo de estos divertículos, especialmente cuando están asociados con trastornos de la motilidad esofágica.
Otra técnica es la división del septo endoscópico mediante túnel submucoso.
Doctor Marín Gabriel, ¿qué otras patologías se diagnostican en el esófago?
La esofagitis eosinofílica es una enfermedad inflamatoria del esófago caracterizada por la acumulación de un tipo de glóbulos blancos llamados eosinófilos en la mucosa esofágica. Esta acumulación anormal se asocia con frecuencia a otras respuestas alérgicas, sobre todo respiratorias.
La enfermedad provoca que el esófago se inflame y se vuelva más rígido, lo que dificulta el paso de los alimentos.
L@s pacientes con esofagitis eosinofílica suelen presentar dificultad para tragar (disfagia) y, en algunos casos, episodios de impactación alimentaria, donde los alimentos quedan atascados en el esófago.
Durante una endoscopia, uno de los hallazgos característicos de esta enfermedad es la “traquealización” del esófago, que significa que la pared del esófago adquiere una apariencia similar a la de la tráquea, con múltiples anillos o surcos visibles a lo largo de su longitud.
También se pueden observar los microabscesos eosinofílicos, que son pequeñas acumulaciones de eosinófilos en la mucosa esofágica. Pueden ser difíciles de distinguir de otros punteados blanquecinos que se pueden ver en el esófago, como el que provoca la infección por hongos como la cándida albicans.
Los episodios de impactación alimentaria son relativamente frecuentes debido a la inflamación crónica y al endurecimiento del tejido esofágico, lo que provoca que los alimentos se queden atascados.
Esto es una de las principales complicaciones de la enfermedad y a menudo el motivo por el cual los pacientes buscan atención médica.
Doctor, hablando de microorganismos… ¿El virus del papiloma humano, tan frecuente en la garganta, se puede acantonar en el esófago?
Los papilomas esofágicos son lesiones infrecuentes de la capa más superficial de la mucosa del esófago, el epitelio. Generalmente son descubiertas incidentalmente durante una esofagogastroduodenoscopia (EGD).
Su etiología no está completamente clara, pero se ha propuesto que la irritación crónica de la mucosa, como la causada por el reflujo gastroesofágico y la infección por el virus del papiloma humano (HPV) pueden ser factores contribuyentes.
Se recomienda extirparlos debido a casos documentados de transformación a carcinoma de células escamosas.
El tratamiento implica la resección endoscópica. Como suelen ser muy pequeños, con una pinza de biopsia puede ser suficiente.
Las técnicas más comunes para lesiones más complejas incluyen la polipectomía con asa de polipectomía, la resección mucosa endoscópica (EMR) o la disección submucosa (DSE); pero requerir de estas técnicas más avanzadas es algo excepcional.
Doctor, guíenos hasta el estómago… ¿Qué nos vamos a encontrar en esta parte del tubo digestivo?
La hernia de hiato ocurre cuando una parte del estómago se desplaza hacia el tórax a través del hiato esofágico, que es la apertura en el diafragma por donde pasa el esófago. Esa zona, por tanto, se desplaza arriba y abajo con los movimientos respiratorios.
La hernia de hiato puede causar síntomas como acidez, reflujo gastroesofágico y dolor en el pecho debido a que el ácido del estómago puede retroceder hacia el esófago con más facilidad.
En una endoscopia, la hernia de hiato se puede identificar de dos maneras principales.
Cuando se realiza la endoscopia en retroflexión, es decir, con el endoscopio curvado hacia atrás dentro del estómago, se obtiene una imagen clara de la hernia. En esta posición, se puede apreciar mejor cómo una parte del estómago se introduce a través del hiato hacia el tórax.
Con esta visión podemos revisar si hay lesiones en el saco herniario.
En visión directa, el médico visualiza la unión entre las mucosas del esófago y el estómago (llamada unión gastroesofágica o transición escamocolumnar -ver fotografía anterior-), que puede aparecer desplazada hacia arriba en comparación con su posición normal.
Algunos pliegues gástricos sobrepasan el hiato y ascienden unos centímetros por encima de la impronta del diafragma.
¿Y la hernia de hiato está relacionada con el reflujo gastroesofágico?
La esofagitis por reflujo moderada es una inflamación del esófago causada por el contacto repetido y prolongado con el ácido del estómago, que se dirige hacia arriba, hacia el esófago, debido a un mal funcionamiento del esfínter esofágico inferior.
Este reflujo ácido irrita la mucosa esofágica y provoca una inflamación que, en una fase moderada, suele manifestarse con síntomas como acidez frecuente, dolor en el pecho y sensación de ardor detrás del esternón. En esta fase, todavía no se observan complicaciones graves como úlceras o estenosis.
Durante la endoscopia, la esofagitis por reflujo moderada se visualiza como zonas de enrojecimiento (eritema) más extensas a lo largo de la mucosa de la parte final del esófago.
Estas erosiones suelen ser lineales, y aunque no afectan a toda la circunferencia del esófago, ya comienzan a mostrar signos de lesión más evidente.
Doctor Marín, y esa especie de anillo qué vemos en esta parte inferior del esófago, ¿qué es?
El anillo de Schatzki es una banda delgada de tejido que se forma en la parte inferior del esófago, justo en la unión donde se halla la transición entre las mucosas del esófago y del estómago.
Esta estructura, cuando se estrecha de forma pronunciada, provoca dificultad para tragar, especialmente con alimentos sólidos como la carne o el pan, un síntoma conocido como disfagia.
Aunque muchas personas con anillo de Schatzki no presentan síntomas, cuando el anillo es lo suficientemente estrecho, podría ocasionar que los alimentos se queden atascados, provocando, además, una impactación alimentaria.
Esta situación generaría una sialorrea, sensación incómoda en el pecho e imposibilidad para tragar la propia saliva.
En la endoscopia, el anillo de Schatzki aparece como un estrechamiento en forma de anillo concéntrico en la parte inferior del esófago.
Cuando el estrechamiento no permite pasar el endoscopio, es necesario un tratamiento, como la dilatación, para ampliar el diámetro del esófago y mejorar la deglución.
¿De qué enfermedad hablamos cuando se dice que un paciente sufre esófago de Barret?
El esófago de Barrett es una alteración de la mucosa en la que el revestimiento normal del esófago cambia debido a la exposición prolongada al ácido del estómago, generalmente como resultado del reflujo gastroesofágico crónico.
En lugar del revestimiento habitual, que es de tipo escamoso, las células del esófago se transforman en un tejido similar al que recubre el intestino, un proceso conocido como metaplasia intestinal, situacion que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de esófago, por lo que se requiere un seguimiento periódico.
Los síntomas suelen ser los mismos que los del reflujo gastroesofágico, aunque el esófago de Barrett en sí no suele causar síntomas adicionales.
Durante la endoscopia, el esófago de Barrett se observa como áreas rojizas y aterciopeladas que reemplazan el revestimiento pálido normal del esófago.
Para mejorar la visualización de estas áreas, se puede utilizar ácido acético, que es una solución diluida de vinagre.
Al aplicar ácido acético sobre la mucosa, las áreas afectadas por el esófago de Barrett muestran un cambio de color más blanquecino en comparación con el tejido normal. Esto permite una mejor delimitación de la extensión del tejido afectado, facilitando tanto el diagnóstico como la toma de biopsias dirigidas.
Esta técnica es especialmente útil para detectar cambios precancerosos o áreas sospechosas que podrían requerir un seguimiento más cercano. Cuando hay este tipo de lesiones esas áreas pierden la tinción más rápidamente y se vuelven más rojizas.
¿Y el diámetro del esófago puede estrecharse, de tal manera que los alimentos se queden atrapados en esta parte del tubo digestivo?
La estenosis esofágica tras una cirugía es una complicación que puede ocurrir cuando se forma tejido cicatricial en el esófago, provocando un estrechamiento de su diámetro. Esto puede suceder después de una cirugía esofágica, como una extirpación del esófago por un problema benigno o maligno.
El estrechamiento del esófago dificulta el paso de alimentos, lo que provoca síntomas como disfagia, dolor al tragar y, en casos graves, la imposibilidad de ingerir sólidos o incluso líquidos.
Durante una endoscopia, la estenosis esofágica aparece como un estrechamiento visible del tubo esofágico. En la zona afectada, el diámetro del esófago se reduce significativamente y se puede observar una transición abrupta entre la mucosa esofágica normal y la zona estrecha.
El tejido cicatricial que causa la estenosis a menudo tiene una apariencia pálida y rígida pero también puede haber cambios inflamatorios.
Dependiendo de la gravedad, este estrechamiento puede ser lo suficientemente importante como para que el endoscopio pase con dificultad o incluso no pase en absoluto sin la intervención de una dilatación.
La dilatación endoscópica es el procedimiento utilizado para tratar esta estenosis. Durante el procedimiento, el médico inserta un balón de dilatación a través del endoscopio y las posiciona en la zona estrecha del esófago.
Luego, el balón se infla lentamente para ensanchar la estenosis, expandiendo el tejido cicatrizado y permitiendo que el esófago recupere un diámetro más funcional.
En la endoscopia, después de la dilatación, el esófago muestra un aumento en el diámetro de la zona previamente estrechada, lo que facilita el paso de alimentos y líquidos, mejorando los síntomas del paciente.
Por último Dr. Marín, ¿es cierto que podemos tener varices en el esófago?
Las varices esofágicas son dilataciones anormales de las venas del esófago que se desarrollan como consecuencia de la hipertensión portal, una complicación común de la cirrosis hepática.
En la cirrosis, el hígado está gravemente dañado, lo que interfiere con el flujo sanguíneo normal a través de él. Esto aumenta la presión en la vena porta, la principal vena que lleva la sangre desde los órganos digestivos hacia el hígado, lo que hace que la sangre busque rutas alternativas, dilatando las venas en el esófago.
Estas varices pueden ser muy peligrosas porque sus paredes se afinan y son propensas a romperse, lo que puede causar hemorragias graves y potencialmente mortales.
Durante una endoscopia, las varices esofágicas se visualizan como venas prominentes y tortuosas que sobresalen de la pared del esófago.
En casos leves, estas venas pueden verse como pequeños nódulos, pero a medida que la hipertensión portal empeora, las varices pueden volverse más grandes y sobresalir más en la luz del esófago.
En los casos avanzados, las varices pueden ocupar gran parte de la circunferencia del esófago, pareciendo cordones azulados o violáceos que sobresalen notablemente.
En algunos casos, pueden observarse signos de sangrado reciente, como coágulos adheridos o puntos de ruptura en la superficie de las varices.
El riesgo de hemorragia es alto en pacientes con cirrosis avanzada, por lo que la identificación y tratamiento de las varices esofágicas mediante endoscopia es crucial.
En este procedimiento, además de la evaluación visual, pueden aplicarse tratamientos como la ligadura de las varices con bandas elásticas o la inyección de agentes esclerosantes para prevenir o detener el sangrado.
En el próximo videoblog de Aparato Digestivo continuaremos con nuestro viaje al interior del tubo digestivo de la mano experta del Dr. José Carlos Marín Gabriel, quien nos mostrará mediante un endoscopio las características anatómicas principales del estómago y el duodeno (primera porción del intestino delgado), además de las lesiones más frecuentes y dañinas para el ser humano.
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Ciencia y Salud
Fumar y cáncer de vejiga, con datos y razones
“Y a nivel general en España, el hábito tabáquico es el responsable de un 40 ó 50 % de todas las neoplasias vesicales o tumores malignos en la vejiga, aquellos cánceres que se desarrollan en el epitelio interior del tracto urinario”, informa la jefa de Urología del HUFJD.
“El cáncer de vejiga, quebradero de cabeza en urología, no es un cáncer muy conocido por la mayoría de la población; y sin embargo es un tumor mucho más frecuente de lo que a veces nos transmiten las estadísticas o los medios de comunicación”, añade.
La vejiga, que tiene forma de globo y se aloja en la parte inferior del abdomen, es un músculo detrusor, liso membranoso, que se hincha o desinfla en función del contenido de orina procedente de lo riñones.
La vejiga almacena alrededor de 500 mililitros de orina en el caso de las mujeres y de 700 ml en los hombres. Las personas producen entre un 1,5 y 1,7 litros de orina cada día.
La función de la vejiga es dinámica: los músculos esfínteres se abren y cierran para vaciar o retener el paso de la orina hacia la uretra, conexión corporal con el exterior.
“Su pared muscular permite a la vejiga adecuarse y agrandarse para almacenar la orina, y contraerse para vaciar la orina, producto final del todo el metabolismo celular“, subraya la Dra. González Enguita.
Más de 60 productos carcinógenos contenidos en los cigarrillos son absorbidos y eliminados por la orina afectando en gran medida a las células de la pared de nuestra vía urinaria.
El cáncer de vejiga se presenta cuando las células de esta pared urotelial comienzan a multiplicarse de forma descontrolada.
Más del 90 % de los cánceres de vejiga que se diagnostican son carcinomas uroteliales, de células de transición (CCT) puros o CCT mezclados con otros tipos histológicos, habitualmente, carcinomas de células escamosas (CCE), adenocarcinomas o de ambas tipologías.
Otro 3 ó 4 % de los casos son CCE puros, que afectan con más del doble de probabilidad a las mujeres.
Frente al cáncer de vejiga, MPOWER
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha impulsado desde los inicios del siglo XXI políticas preventivas para el control del tabaquismo (CMCT) y una estrategia denomina «MPOWER» que se define con seis medidas de acción frente al hábito tabáquico:
- Vigilar el consumo de tabaco y las medidas de prevención.
- Proteger a la población del humo de tabaco.
- Ofrecer ayuda para el abandono del tabaco.
- Advertir de los peligros del tabaco.
- Hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.
- Aumentar los impuestos al tabaco.
En España, en 2005, se estableció la norma de Medidas Sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco, lo que restringía el consumo de tabaco en todos los centros de trabajo y otros lugares públicos.
Supuso un avance considerable en el control del tabaco y tuvo un impacto positivo en la salud pública.
En 2011 entró en vigor la Ley Antitabaco, por la cual se vetó también el consumo tabáquico en los locales de ocio cerrados, incluyendo los espacios dedicados a la hostelería (restaurantes, bares, discotecas, bingos y casinos), sin distinción entre espacios de fumadores y libres de humo.
Quedaba prohibido, además, fumar a las puertas de hospitales, colegios y zonas o parques de recreo.
En abril de este año se aprobó el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027 con el fin de reducir la mortalidad, la enfermedad y la discapacidad por tabaquismo,
El objetivo se centra en reducir el consumo de tabaco hasta lograr una generación libre de humo tabáquico.
“Aún así, y sin menospreciar los resultados positivos en cuanto a las cifras de cáncer de pulmón y otras enfermedades relacionadas con el tabaco, los datos no son tan concluyentes como esperábamos en la incidencia y prevalencia en cáncer de vejiga”, señala la uróloga.
“Quizá no hemos dejado de fumar con la relevancia que se presumía o no ha pasado el tiempo suficiente, tras el abandono tabáquico, como para haber conseguido disminuir los índices del riesgo”, añade.
Más datos esclarecedores en cáncer de vejiga
El cáncer de vejiga es un tumor característico en países desarrollados e industrializados. La incidencia es tres veces mayor en países de altos recursos comparado con los que tiene escasos o bajos recursos.
Donde más incidencia se observa es en América del Norte, Europa y oeste de Asia.
El cáncer de vejiga ocupa el noveno puesto en cuanto al número de diagnósticos de cáncer a nivel mundial y suele ser la 13ª causa de muerte por cáncer cada año.
En España, se posiciona como el quinto tumor más frecuente en ambos sexos, siendo mucho más frecuente en hombres, con una proporción de tres casos por cada uno de la mujer; aunque será más agresivo en ellas cuando se presenta.
Además, es la séptima causa de fallecimiento en varones.
La disminución del riesgo en exfumadores demuestra la importancia de abandonar el hábito tabáquico para reducir las posibilidades de desarrollar esta neoplasia mortal.
Las personas fumadoras tienen un riesgo 3,47 superior de padecer cáncer de vejiga en comparación con las que nunca fumaron. El riesgo de los exfumadores es el doble respecto a las personas que no fuman.
El riesgo aumenta con la edad, más acentuadamente a partir de los 50 años. La media de edad al diagnóstico se encuentra en torno a los 70 años.
Con todo, sólo conocemos una pequeña parte de las causas que generan este tipo de cáncer.
“En la comunidad científica existe desde hace muchos años alta preocupación ante el desconocimiento de otros factores de riesgo”, dice la Dra. González Enguita.
“De hecho, no podemos identificar a tiempo los síntomas de alerta y no conseguimos un diagnóstico precoz, algo fundamental para un buen pronóstico y lograr, incluso, la curación del paciente”, resalta.
La literatura científica reporta otros factores de riesgo que podrían estar relacionados con el cáncer de vejiga, si bien se consideran poco habituales y/o poco frecuentes en nuestro medio.
Se estima que un porcentaje de estos tumores podrían deberse al hecho de que el individuo sea portador de serotipos de alto riesgo del virus del papiloma humano (VPH).
La presencia de un genotipo de acetilación lenta de aminas aromáticas (NAT2) se ha asociado a un mayor riesgo de cáncer de vejiga, de tal manera que estos pacientes podrían ser más vulnerables al cáncer de vejiga.
Por lo tanto, el desarrollo de cáncer de vejiga no depende solo de la exposición a carcinógenos, sino también de la susceptibilidad individual a los mismos.
La exposición a radioterapia (RADT) de la pelvis durante el tratamiento de otros cánceres próximos a la vejiga (cérvix, útero, linfoma no Hodgkin, testículo y cáncer de próstata) pueden desarrollar cáncer de vejiga pasados diez años, especialmente si el paciente es de edad avanzada.
La exposición a fármacos como la ciclofosfamida (quimioterapia).
La inflamación vesical crónica por distintos motivos (sondaje, litiasis, vejiga neurógena, enfermedades de transmisión sexual, etc.) se relaciona con un mayor riesgo de cáncer de vejiga comparado con el resto de la población.
Cáncer de vejiga derivado de la esquistosomiasis, infección parasitaria más frecuente después del paludismo, producida por gusanos platelmintos, que tiene mayor incidencia en ciertas regiones de América Latina y África.
La presencia de antecedentes familiares de cáncer de vejiga aumente el riesgo de desarrollar la enfermedad en otros miembros de la misma familia, aunque el diagnóstico en pacientes menores de 60 años debería considerarse con especial atención.
El cáncer de vejiga como enfermedad laboral
Fue en el siglo XIX cuando se estableció por primera vez la relación entre el cáncer vesical y ciertas sustancias químicas de las que se rodeaban algunas profesiones.
Se trata de sustancias químicas de uso industrial, como el alquitrán, ciertos metales (aluminio), colorantes, tintes, pinturas, gomas, cuero, caucho, etc., pero también el humo y el hollín.
Hablamos de trabajadores industriales, mineros, pintores, maquinistas… Incluso profesionales de la peluquería.
Un estudio señala que una exposición importante al riesgo podría incrementar hasta doscientas veces el riesgo de muerte por cáncer, entre ellos los de vejiga.
El riesgo de muerte por cáncer de vejiga parece permanecer elevado durante más de 30 años desde el cese de la exposición laboral.
Ya en la Inglaterra de los siglos XVII y XVIII se había detectado que muchos de estos trabajadores presentaban úlceras en los testículos, que resultó ser cáncer de escroto.
Era común ver a niños y adolescentes limpiando chimeneas: su tamaño facilitaba el acceso y realizaban parte de sus tareas semidesnudos para evitar quedarse enganchados por la ropa en el interior del estrecho conducto.
Numerosos estudios posteriores demostraron que además del cáncer de escroto, los deshollinadores presentaban mayor riesgo de otros cánceres, como pulmón, esófago y vejiga.
Síntomas y diagnóstico del cáncer de vejiga
“Desgraciadamente, no disponemos de estudios de imagen o marcadores tumorales para poder adelantarnos a lo que pueda estar pasando en la vejiga”, dice la Dra. Carmen González Enguita, uróloga y cirujana.
Quizá, en aquellas personas con mayor riesgo, como las que fuman, cualquier alerta miccional debe llevarles inmediatamente a la consulta del especialista.
“Muchas veces digo que el problema en la vejiga se manifiesta por un susto, dado que, repentinamente, el paciente comienza a orinar de color rojizo, es decir, orina con fluido sanguíneo”, comenta.
Y curiosamente, esta orina sanguinolenta, incluso con coágulos, no les lleva al médico, sino a callarse por miedo.
“Silencio de días y días que muchas veces retrasa el diagnóstico. A veces, vemos tumores muy avanzados porque el paciente ocultó, sin decírselo a nadie, este episodio de hematuria“, descifra.
Tanto es así que, en ocasiones, las personas con las que convive en su hogar, pareja o familia, descubren manchas oscuras, restos, en el inodoro… Y saltan las alarmas.
Si la micción se acompaña de coágulos puede ser dificultosa y dolorosa, con posibilidad de interrupción; en ocasiones imposible, situación que le conducirá a Urgencias hospitalarias.
Puntualmente, el estudio urológico del paciente comenzará ante síntomas irritativos al orinar: escozor, ardor, aumento de la frecuencia y urgencia miccional.
De forma extraordinaria, el cáncer de vejiga se identificará por la determinación de hematuria microscópica en un análisis de orina. Este tipo de estudio se lleva a cabo en personas de riesgo conocido, como fumadores y fumadoras.
Después de una entrevista con el paciente y tras realizar una correcta historia clínica (anamnesis), se requiere la información de una ecografía abdominal, que incluya riñones y vejiga, y de una cistoscopia para visualizar un posible crecimiento anómalo en la pared vesical que pueda estar ocupando el interior de la bolsa urinaria.
La cistoscopia es un procedimiento de visualización directa del interior de la vejiga a través de un cistoscopio de longitud adecuada (instrumento flexible, delgado, en forma de tubo), para recorrer la uretra y alcanzar la vejiga.
Este dispositivo se acompaña de luz y flujo de agua (suero fisiológico) que va abriendo los espacios que recorre. En el extremo final también lleva una cámara de televisión. Las imágenes se observan en una pantalla.
El diagnóstico del cáncer de vejiga se complementa con analíticas de sangre y orina, aunque no existen marcadores tumorales identificables a día de hoy.
La citología de orina es un estudio microscópico que realiza el patólogo (citopatólogo). Examina las células de la muestra de orina buscando anomalías con el fin de detectar células precancerosas o cancerosas.
Algunos estudios moleculares en orina aportan información sobre casos con sospecha de tumor de urotelio no identificado o intentan resolver datos con significado incierto de la citología de orina.
Del diagnóstico al tratamiento de la neoplasia vesical
Con toda la información disponible, el paciente se somete a una exploración bajo anestesia (EBA) en el quirófano, es decir, a una exploración endoscópica de la vejiga para la realización de una RTU (resección transuretral) del tumor.
Este procedimiento tiene la doble función: diagnóstico (las muestras de la resección se envian a anatomopatología para su estudio miscroscópico) y tratamiento, puesto que la uróloga extirpa el crecimiento tumoral que ha surgido anómalamente en la pared de la vejiga.
Tras la resección, en las horas posteriores a la intervención, y según las características macroscópicas del tumor, se procede a la instilacion endovesical, gota a gota, de un fármaco quimioterápico (mitomicina C/epirubicina/otros farmacos). Es la denominada Instilacion Endovesical Postquirúrgica.
“Es muy importante realizar una correcta y radical RTU-V (Resección Transuretral de Vejiga): no podemos dejarnos nada de la enfermedad en el grosor de la pared vesical sin resecar. Una insuficiente ejecución quirúrgica puede ser motivo de que el resto del tumor no extirpado siga creciendo”, subraya la cirujana.
“En ocasiones es necesario realizar una RTU en dos tiempos. Son casos de tumores grandes o que presentan dificultades que impiden abordarlo en su totalidad en una sola cirugía”, completa.
El tumor de vejiga es una enfermedad que obliga al paciente y al uróloga a desarrollar un seguimiento riguroso, disciplinado y muy cercano durante muchos años.
Características anatomopatológicas y extensión del tumor
El diagnóstico anatamopatológico del tipo de tumor identificado, así como la extensión del mismo van a ser determinante para saber cómo proceder a continuación, establecer el seguimiento, indicar otros tratamientos adyuvantes (complementarios y preventivos) y establecer un pronóstico evolutivo.
Con otras palabras, el grado y el estadio en el momento del diagnóstico del cancer de vejiga, y en cada momento de la enfermedad, tienen consecuencias pronósticas y terapéuticas de gran importancia.
El pronóstico de l@s pacientes y la elección de los tratamientos dependen de la malignidad y el grado o estadio del tumor.
Los tipos histológicos de células no transicionales son más agresivos y tienen un comportamiento muy maligno. Son menos receptivos a los tratamientos farmacológicos adyuvantes.
Según la extensión de la pared vesical afectada se identifican dos grandes grupos de cánceres de vejiga:
CVNMI (carcinomas de vejiga no músculo infiltrantes): estarán afectadas exclusivamente las zonas más superficiales de la pared vesical
CVMI (carcinomas de vejiga músculo infiltrantes): habrán invadido la pared vesical en profundidad.
Los CVNMI completarán su tratamiento con un programa de medicación intravesical (instilaciones) con determinados fármacos de quimiterapia (QMT) o inmunoterapia.
Los CVMI precisarán de tratamientos radicales: los pacientes tendrán que someterse a la extirpación de la vejiga (cistectomia) habitualmente precedidos por un fase de QMT IV Neoadyuvante.
Los carcinomas de vejiga no músculo infiltrantes tienen, generalmente, un pronóstico más favorable: su tasa de supervivencia a los cinco años del tratamiento es alta, alrededor del 80-90 %.
Hay que saber, sin embrago, que es alta la probabilidad de recurrencia… Y además de forma aleatoria y caprichosa.
Es decir, la recurrencia es común y el riesgo de progresión a un cáncer de veijga músculo infiltrante (CVMI) es una preocupación.
Factores como el tamaño del tumor, el número de tumores y la presencia de carcinoma in situ (CIS) pueden influir en el pronóstico.
Los carcinomas de vejiga músculo infiltrantes tienen un pronóstico más reservado. La tasa de supervivencia a los cinco años es menor, alrededor del 50-60 %.
La invasión del músculo de la vejiga aumenta el riesgo de metástasis y recurrencia. El tratamiento suele ser más agresivo, incluyendo la cistectomía, la quimiterapia o la radioterapia.
Finalmente, señalar que la enfermedad del cáncer de vejiga puede saltarse los limites anatómicos de la vejiga, provocando una enfermedad loco-regional avanzada o a distancia.
“Se crean metástasis en otros órganos y el tratamiento subsiguiente estará centrado en la quimioterapia IV, en inmunoterapia o terapias dirigidas, que en la actualidad están en desarrollo y ya en muchos casos en la práctica clínica”, avanza la uróloga.
La radioterapia en cáncer de vejiga puede ayudar a aliviar síntomas y a controlar la progresión en casos específicos.
Con inmunoterapia se ayuda al sistema inmunológico a reconocer y atacar a las células cancerosas.
las terapias dirigidas son aún poco conocidas. Están siendo investigadas y utilizadas en ciertos casos de cáncer de vejiga avanzado.
Cuatro consejos de la Dra. Carmen González Enguita, jefa del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid; recomendaciones cuyo éxito dependen del paciente, sea hombre o mujer:
Evite los factores de riesgo en cáncer de vejiga relacionados y conocidos, especialmente el hábito tabáquico.
Mantenga una adecuada salud urológica: ingesta abundante de líquidos (1,5 litros de agua/día) y una micción frecuente y adecuada. Ayudamos así a eliminar sustancias “toxicas” que pudiesen estar en la orina y que tengan riesgo potencial de producir daño físico/químico o molecular de las células de la pared vesical.
Acuda al urólog@ ante cualquier síntoma que detecte como sospechoso o inquietante. El objetivo de los exámenes de detección es la identificación temprana del cáncer de vejiga, antes de que invada el músculo cuando la terapéutica va a ser más invasiva y el pronóstico mucho peor.
Si ya ha sido diagnosticado y tratado de un cáncer de vejiga, no olvide ser riguroso y estricto en el cumplimiento de los controles evolutivos o de seguimiento.
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Ciencia y Salud
Campaña ´12 deportistas, 12 causas´ para promover buenos hábitos de vida
La campaña 12 deportistas, 12 causas ha sido creada por la Asociación Nereu, reconocida por su trabajo pionero en luchar contra la obesidad infantil, con el apoyo de Plátano de Canarias y el Consejo Superior de Deportes (CSD), a través de su Fundación Deporte Joven.
La Asociación Nereu, que impulsa la promoción de estilos de vida saludables, da un paso más en esta campaña para mejorar la vida de niños y niñas a través de la actividad física, la alimentación saludable y la educación emocional.
Para ello, contarán con la participación de 12 deportistas que, como figuras referentes para el público más joven, darán visibilidad a 12 causas, entre las que se encuentran el fomento de la actividad física, la promoción de la dieta mediterránea, el refuerzo de la salud mental y el bienestar, la importancia de la sostenibilidad alimentaria, la integración de personas con discapacidad o visibilizar el creciente auge del deporte femenino, entre otras.
El futbolista canario Pedri, jugador de la selección española de fútbol y del FC Barcelona; Marcus Cooper, piragüista y medallista olímpico; Emmanuel Reyes Pla, boxeador y medalla de bronce en París 2024; Ray Zapata, gimnasta y medallista olímpico en Tokio 2020; Sandra Sánchez, karateka campeona olímpica en Tokio 2020; Fernando Romay, exjugador de baloncesto y medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84; la atleta paralímpica Adi Iglesias, oro y bronce olímpicos en Tokio 2020; Lucía Martín-Portugués, esgrimista medalla de bronce en los europeos de 2024; María Corbera, piragüista y ganadora de 11 medallas europeas y mundiales durante el último ciclo olímpico; Laura Fuertes, boxeadora y bronce europeo y mundial; Álvaro Valera, ganador de seis medallas en tenis de mesa adaptado en otros tantos Juegos Paralímpicos; y Sara Hurtado, patinadora olímpica, conforman la docena de deportistas.
Su compromiso ha hecho posible la puesta en marcha de esta campaña, que se enmarca en el Plan ADB 2030 de Apoyo al Deporte de Base, impulsado por el Consejo Superior de Deportes y la Fundación Deporte Joven.
El reto de la campaña ’12 deportistas, 12 causas’ es convertir esta acción en un movimiento que tenga impacto real en la sociedad y sus hábitos para la mejora de su calidad de vida.
Una acción que se apoya en el deporte como uno de los ámbitos más relevantes de la sociedad, conectando y empatizando con las familias y sirviendo como ejemplo e inspiración para las nuevas generaciones a través de 12 iconos del deporte, que trasladan un mensaje a la sociedad desde 12 causas para transcender desde la visibilidad y la educación.
La iniciativa arranca este jueves 21 de noviembre, y se desarrollará hasta el mes de mayo de 2025 en web y redes sociales.
La Asociación Nereu nació en 2006 y, desde entonces, lleva desarrollando diversas acciones y proyectos que luchan contra el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios.
Plátano de Canarias representa desde hace años el compromiso con el fomento de hábitos de vida saludables, entre los que destacan la alimentación equilibrada y la práctica de deporte, subraya la nota de prensa del evento.
La Fundación Deporte Joven es una entidad privada y de promoción pública, creada por el Consejo Superior de Deportes en 1996. Su misión es mejorar la vida de todas las personas a través del deporte.
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Ciencia y Salud
Vacunas, terapias personalizadas o el microbioma, retos en cáncer de páncreas
Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Páncreas, el 21 de noviembre, el presidente del Pancreatic Cancer Europe, el oncólogo Alfredo Carrato, ha participado recientemente en una jornada en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid organizada por la Asociación Cáncer de Páncreas (Acanpan), por su décimo aniversario, en la que ha hecho una radiografía de este tumor y de sus retos.
Se estima que en 2024 se diagnostiquen 9.986 cánceres de páncreas, según el documento “La cifras del Cáncer en España 2024” de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), un tumor que en 2022 se cobró la vida de 7.973 personas.
“Es una necesidad concienciar a la sociedad de que estamos ante un gran enemigo que se va a convertir en la segunda causa de muerte por cáncer tras el cáncer de pulmón en los próximos años”, advierte el doctor Carrato.
En el momento del diagnóstico, solo un 10 % tiene el tumor localizado, un 29 % lo tiene avanzado en la zona del páncreas y en un 52 % debuta con metástasis, según datos aportados por el también investigador del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria.
Y para abordar este cáncer, el experto cita algunas acciones tanto en la investigación como en la práctica clínica, donde el tratamiento estándar sigue siendo la quimioterapia que consigue un 35 % de largos supervivientes.
- Hacer programas de cribado en poblaciones de alto riesgo: En Hospital Ramón y Cajal han atendido a familiares en primer grado de pacientes de cáncer de páncreas, unas 250 familias en diez años, con el fin de detectar el tumor en estadio precoz, cuando es asintomático, y conseguir frenarlo.
- Avanzar en los tratamientos personalizados gracias a los análisis genómicos que identifiquen mutaciones del tumor contra las que dirigir terapias. Una de las mutaciones es KRAS y uno de los objetivos es su inhibición.
- Conseguir que sea un tumor sensible a la inmunoterapia y desarrollar vacunas y virus oncolíticos “que permitan que nuestra propia inmunidad pelee contra este cáncer”, apunta el experto.
- El papel del microbioma o conjunto de microorganismos (bacterias, virus, hongos…) que habitan en el organismo de cada paciente con composición propia y que puede promover la carcinogénesis o favorecer la inmunidad.
- Dar pasos en la cirugía, un desafío por la complejidad del páncreas, lo que requiere equipos especializados, y a la que solo son candidatos un 15-20% de los diagnosticados.
Retos en el cáncer de páncreas, un tumor con “una biología única, peor que los demás”. Una de las razones es porque ya se identifican células tumorales progenitoras de este tumor circulando por la sangre antes de que el tumor exista como tal en la glándula.
“Estamos intentado ganar terreno a una enfermedad que es una de las más difíciles de vencer, necesita mucha inversión y la concienciación de los políticos que diseñan estrategias de sanidad para que haya un trabajo en red, una infraestructura útil para los pacientes y obtengan el mejor de los tratamientos”, aboga el doctor Alfredo Carrato.
Los pacientes demandan
Esta jornada organizada por Acanpan refleja el trabajo que durante diez años ha realizado esta asociación en pro de potenciar la investigación y el acompañamiento sanitario de los pacientes de cáncer de páncreas.
“Solo un 8 % sobrevive a los cinco años del diagnóstico”, apuntó la presidenta de Acanpan, Cristina Sandín, quien citó datos de 2022 que, aunque bajos, suponen un incremento del 5% en la última década.
Por eso, pacientes, familiares, médicos e investigadores quieren seguir avanzando y se proponen los siguientes desafíos:
- La necesidad de impulsar la investigación de nuevas vías diagnósticas y de cribado para conseguir un diagnóstico temprano, directamente relacionado con el incremento de la supervivencia.
- La importancia de formar a los profesionales de Atención Primaria e insistir en la difusión de los signos y síntomas del cáncer de páncreas.
- La necesidad de crear una red de centros de referencia en cáncer de páncreas, así como protocolos coordinados de todas las disciplinas.
- Que médicos, investigadores y asociación de pacientes nos unamos con el fin de crear un plan conjunto para presentar a las autoridades fortaleciendo así nuestra capacidad de influencia en las instituciones.
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