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Ciencia y Salud

Vacaciones en pareja, ¿entendimiento o tensión? Diez claves para reforzar la relación

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Las vacaciones de verano en pareja, más allá de enfrentamientos y tensión, según Cintrano, pueden ser una oportunidad de oro para reforzar la relación si se aborda desde la empatía y el diálogo.

Estas son 10 recomendaciones de la psicóloga especialista para el verano en pareja:

1. Recuerda el objetivo común

“El verdadero destino de unas vacaciones en pareja es el bienestar compartido”, asegura.

Esto implica que ambos deben sentirse parte de la toma de decisiones, y que las posturas individuales cuentan.

2.  Entender antes de convencer

Una de las claves está en la escucha activa. Se debe estar dispuesto a escuchar el punto de vista del otro, y dar respuesta de que se ha entendido bien la postura contraria.

3. Negociar

“Una pareja la componen dos personas diferentes, con sus circunstancias individuales, que están intentando construir un espacio común”, señala Cintrano. 

Si de inicio no se está de acuerdo, es una prioridad abrir una comunicación eficaz en la que se pueda llegar a puntos en común.

4. Hablar desde el deseo, no desde la queja

Evitar expresiones del tipo “si me conociera bien sabría que…”, “debería conocer…”, etc

En su lugar, la psicóloga recuerda que las personas, gustos y necesidades cambian y evolucionan, y cada uno es responsable de comunicarlo para facilitar llegar a un acuerdo en beneficio de ambas partes de la pareja.

De igual manera, la especialista en terapia de pareja advierte que si se espera a que la otra persona adivine lo que uno quiere para este verano, el resultado no será el esperado.

5. Evitar el “todo o nada”

No es un pulso, sino una búsqueda de consenso y un acuerdo de equipo. Obstinarse en una postura rígida va a terminar de tensar la situación y probablemente desembocará en un conflicto evitable.

6. Al menos un 1% de razón

Reconocer que el otro puede tener al menos un 1% de razón ayuda a empatizar. Esto implica reconocer que, por mínima que sea, existe una parte de verdad en lo que dice el otro. Lo que facilita salir del discurso propio y escuchar al otro.

7. Ceder no es perder

“Ceder no es perder, es construir un nosotros”, indica la psicóloga.

Esto supone que al negociar para que ambas necesidades se cubran lo máximo posible, ambos deben ceder en algún aspecto para conseguir un punto en común. 

Salud mental amor
EFE / Carlos Barba

¡Ojo! El equilibrio no siempre es 50/50. A veces un año se prioriza una necesidad, y al siguiente otra. Lo importante es que ambos se sientan validados.

8. Momentos a solas también son salud

No todo el tiempo de vacaciones debe ser compartido. Esto no significa estar huyendo de la pareja, o no querer tener tiempo con el otro.

En su lugar, Cintrano aconseja dar un espacio a las propias necesidades, apetencias, gustos y hobbies para así generar mayor bienestar en cada uno, lo que se reflejará en los espacios compartidos.

9.  Revisar y aprender

¿Cómo fueron las vacaciones del año pasado? ¿Qué funcionó y qué no? Revisar la toma de decisiones de años anteriores, para conocer y tener en cuenta las fuentes de conflicto y reforzar aquello que ayudó a llegar a un consenso.

10. El acuerdo no es automático

Las decisiones no deben tomarse a toda prisa. Además que deben ser claros, cuantas menos decisiones y acuerdos se dejen al azar, menos probabilidades de conflicto habrá. Lo que queda ambiguo da lugar a interpretaciones y cada uno lo interpretará según su expectativa.

La psicóloga de Centta concluye que teniendo en cuenta estos pequeños consejos, la planificación de las vacaciones será una conversación que apetezca tener sin miedo a conflictos.

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Ciencia y Salud

TRIBUNA | Cuando la diarrea crónica no es solo un efecto secundario

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diarrea crónica

La especialista recalca en su tribuna para EFEsalud que la diarrea crónica afecta a la calidad de vida pero que si esa patología tiene un origen, como la malabsorción de ácidos biliares (MAB), puede tratarse de forma efectiva si se cuenta con un diagnóstico correcto.

La doctora Maite Herráiz es especialista en aparato digestivo y directora del Departamento de Digestivo en la Clínica Universidad de Navarra, donde también lidera la Unidad de Prevención y Consulta de Alto Riesgo de tumores digestivos.

Con una sólida formación académica y una amplia experiencia clínica, combina la atención a pacientes con funciones docentes y de investigación, lo que le ha permitido impulsar proyectos innovadores en el ámbito de las enfermedades digestivas funcionales y los efectos secundarios gastrointestinales del tratamiento oncológico.

Reconocida por su capacidad de integrar asistencia, innovación y docencia, docotora Herráiz colabora activamente en sociedades científicas nacionales e internacionales y ha sido presidenta de la Sociedad Española de Endoscopia Digestiva, donde trabajó para potenciar el papel de la mujer en el ámbito científico y fomentar vínculos con entidades europeas y latinoamericanas.

Cuando la diarrea crónica no es solo un efecto secundario

Doctora Mª Teresa Herráiz Bayod, directora del Departamento de Digestivo de la Clínica Universidad de Navarra

Durante semanas, incluso meses, muchas personas llegan a convivir con un síntoma que puede alterar su vida cotidiana, limita sus rutinas y mina su bienestar físico y emocional: la diarrea crónica.

A menudo se minimiza, se atribuye al estrés, a una mala digestión o —en el caso de pacientes con cáncer— a los efectos secundarios inevitables del tratamiento. Pero, en muchos casos, la diarrea persistente tiene una causa concreta, identificable y tratable que suele pasar desapercibida, esto es, la malabsorción de ácidos biliares.

Hablamos de diarrea crónica cuando persiste durante más de cuatro semanas.

diarrea crónica
La directora del Departamento de Digestivo de la Clínica Universidad de Navarra, Maite Herráiz. Foto cedida

Aunque pueda parecer un síntoma menor, su impacto es significativo, ya que afecta al 3-7 % de la población general, y mucho más a personas que han recibido tratamientos oncológicos.

Más allá de la incomodidad, puede condicionar por completo el día a día, ya que obliga a conocer de memoria la ubicación de los baños, impide planificar salidas o viajes y, en casos graves, genera incontinencia o pérdida de peso.

El problema es que muchas veces se normaliza. Algunos pacientes se resignan, y otros, especialmente los que ya han atravesado un cáncer, tienden a considerarlo “parte del proceso”, pero no lo es ya que cuando esa patología tiene un origen como la malabsorción de ácidos biliares (MAB), puede tratarse de forma efectiva si se cuenta con un diagnóstico correcto.

La malabsorción de ácidos biliares ocurre cuando el intestino no logra reabsorber de manera adecuada las sales biliares que el hígado fabrica para digerir las grasas. Como resultado, estas sustancias llegan al colon, donde provocan una secreción excesiva de agua y electrolitos que deriva en diarrea acuosa, a menudo urgente y difícil de controlar, la Diarrea por Ácidos Biliares (DAB).

Aunque puede aparecer en personas sin patología previa, es más común en quienes han recibido radioterapia abdominal o pélvica, han sido sometidos a determinadas cirugías digestivas (como la resección del íleon) o han tomado ciertos fármacos oncológicos. En muchos casos, la DAB no aparece de inmediato, sino meses o incluso años después del tratamiento.

Sabemos que entre un 40 % y un 50 % de los pacientes tratados con radioterapia pélvica desarrollan diarrea crónica y, en la mayoría de estos casos, la causa es la DAB. Sin embargo, este diagnóstico se pasa por alto con frecuencia porque se asume como un daño colateral inevitable, cuando en realidad, identificar su origen puede cambiarlo todo.

Una DAB no tratada de forma adecuada puede tener consecuencias importantes sobre la salud del paciente ya que, además de mermar la calidad de vida, puede provocar desnutrición, alteraciones metabólicas e incluso llevar a suspender o reducir tratamientos oncológicos que son eficaces.

Y lo más grave es que muchos pacientes pasan por numerosas pruebas, dietas restrictivas o tratamientos que no llegan a abordar el problema de raíz.

Frente a esta situación, existe una prueba diagnóstica funcional específica que puede confirmar o descartar con alta precisión la DAB. Se trata de una gammagrafía que mide cuánta pérdida de ácidos biliares tiene el paciente en siete días.

Es sencilla, bien tolerada y con una exposición mínima a radiación y, a diferencia de otras pruebas, permite cuantificar la malabsorción y clasificarla como leve, moderada o severa, algo muy válido a la hora de orientar el tratamiento. Frente a la opción de probar tratamientos “a ciegas”, esta técnica aporta claridad y evita sobrecargar al paciente con fármacos o pruebas innecesarias.

Contar con este tipo de herramientas no solo ahorra tiempo, sino también incertidumbre, gastos innecesarios y malestar para el paciente. En muchos casos, un tratamiento basado en secuestradores de ácidos biliares o una pauta dietética personalizada es suficiente para revertir los síntomas y recuperar la calidad de vida.

En salud, ponerle nombre a lo que ocurre es el primer paso para poder actuar. La DAB no es una rareza y no debería seguir escondida tras diagnósticos inespecíficos como el síndrome del intestino irritable o un efecto secundario más del tratamiento.

Necesitamos hablar más de ella, que sea incorporada a los protocolos diagnósticos y formar a los profesionales que, día a día, atienden a estos pacientes. Especialmente en el caso del paciente oncológico, detectar y tratar adecuadamente la diarrea crónica es una gran necesidad. No se trata solo de controlar un síntoma, sino de cuidar su recuperación, su dignidad y su bienestar.

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Seis ejercicios frente a la menopausia sin salir de casa

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La profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Marta Massip Salcedo, que aconseja hacer estos ejercicios durante la menopausia, explica que una de las funciones de los estrógenos es ayudar a mantener la sensibilidad a la insulina.

Al disminuir los estrógenos durante la menopausia, el cuerpo tiende a volverse más resistente a la insulina. “Esta resistencia puede llevar a un aumento de la glucemia y a una mayor tendencia a acumular grasa abdominal, un tipo de grasa particularmente asociado al riesgo cardiovascular”, aclara.  

La falta de actividad física dificulta que el cuerpo controle los niveles de azúcar en sangre. “Esto puede favorecer el desarrollo de diabetes de tipo 2, el aumento del colesterol ‘malo’ (LDL), una pérdida del colesterol ‘bueno’ (HDL) y una subida de la presión arterial, lo que eleva el riesgo de enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares”, precisa la experta.

“Por eso, -añade- durante la menopausia, es sumamente importante adoptar hábitos de vida saludables que ayuden a mejorar la sensibilidad a la insulina y a reducir el riesgo cardiovascular, como, por ejemplo, cuidar la alimentación y hacer ejercicio”.

Massip Salcedo señala que en esta etapa es común ganar peso y perder masa muscular, especialmente si se lleva una vida sedentaria. 

Ejercicios menopausia
EFE/Brais Lorenzo

Además, con la menopausia las mujeres también experimentan cambios en su estado de ánimo, como tristeza, ansiedad o cambios de humor, y el ejercicio es un aliado que ayuda a mejorar el bienestar emocional. 

Ejercicios para mejorar la salud durante la menopausia 

Es fundamental buscar momentos para moverse. Pequeñas dosis de ejercicio o “snacks”, como los denomina la experta en una nota de prensa, ayuda a “activar los músculos, mejorar la circulación, mantener el metabolismo activo y controlar el azúcar en sangre, además de mejorar la energía y la concentración”.

La profesora de la UOC nos ofrece seis ejemplos de ejercicios cotidianos:

  • Subir y bajar escaleras durante un par de minutos.
  • Hacer varias series de sentadillas. Se pueden utilizar pesas durante las sentadillas para trabajar la fuerza. 
  • Caminar rápido por casa.
  • Hacer saltos suaves, como por ejemplo, salto a la comba.
  • Realizar series de flexiones apoyándose en un mueble.
  • Hacer varias series de ponerse de puntillas.

Es recomendable hacer estos ejercicios cada hora y durante un tiempo entre 1 y 5 minutos. Se pueden combinar o hacer uno solo cada vez. 

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Muere de cáncer la actriz Verónica Echegui, de 42 años

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Verónica Echegui

La muerte de Verónica Echegui se produjo ayer domingo pero no se ha conocido públicamente hasta esta mañana cuando la Unión de Actores y Actrices lo ha comunicado en sus redes sociales.

La capilla ardiente está instalada en el Tanatorio de la Paz (Alcobendas), donde mañana a mediodía será incinerada en una ceremonia íntima.

La trayectoria de Verónica Echegui en el cine

Verónica Echegui, nacida en Madrid en 1983, estuvo cuatro veces nominada al Goya y se dio a conocer por su papel de la Juani en la película de Bigas Luna de 2006.

Con medio centenar de títulos como actriz en su trayectoria, su primer Goya lo ganó por su debut como directora con el corto de ficción ‘Tótem Loba’ (2021).

‘Yo soy la Juani’ (2006) le valió su primera candidatura al premio de la Academia de Cine de España como actriz revelación y volvió a estar nominada como actriz protagonista por ‘El patio de mi cárcel’ (2008), de Belén Macías, y por ‘Katmandú, un espejo en el cielo’ (2011), de Icíar Bollaín, por la que la actriz madrileña sí obtuvo el premio Gaudí.

Verónica Echegui
La actriz Verónica Echegui en la presentación del corto “Estepas”, en la 70 edición del Festival de Cine de San Sebastián en 2022. EFE/Juan Herrero.

Además, su papel en ‘Explota, explota’ (2020) le valió una cuarta nominación, esta vez como actriz de reparto.

Verónica Echegui también ha trabajado en películas como ‘Tocar el cielo’ (2007), de Marcos Carnevale; ‘8 citas’ (2008) de Peris Romano y Rodrigo Sorogoyen; ‘La casa de mi padre’ (2008) de Gorka Merchant; ‘La gran familia española’ (2013), de Daniel Sánchez Arévalo, y ‘Kamikaze’ (2014).

La última producción que estrenó fue la serie ‘A muerte’ (2025), comedia romántica de Atresmedia dirigida por Dani de la Orden, donde hizo el papel de Marta, implicada en una relación de dos treintañeros que no están en su mejor momento.

Además, deja pendiente de estreno ‘Ciudad de sombras’, una serie policíaca para Netflix dirigida por Jorge Torregrosa y que adapta la primera novela de Aro Sániz de la Maza de la tetralogía de ‘Milo Malart’, publicada por Destino.

La serie, de seis episodios, se rodó el pasado otoño/invierno en Barcelona, protagonizada por Isak Férriz en la piel del inspector Malart y con Echegui como la subinspectora Rebeca Garrido.

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