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Ciencia y Salud

Radiografía de la silicosis: una enfermedad ahora en aumento asociada al material de encimeras

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silicosis encimeras

Sanidad ha constatado un aumento de la silicosis en España de la que solo en 2024 se registraron 520 casos de un total de 5.900 comunicados entre 2007 y el año pasado, según recoge el informe ‘La reemergencia de la silicosis en España’ presentado este jueves en una Jornada organizada por el ministerio y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) y que lo atribuye al material utilizado en las encimeras.

Además, desde 2018 se han notificado 46 partes de cáncer de pulmón por exposición a sílice, 19 de ellos el año pasado.

Casi la mitad de los partes por silicosis (47,8 %) se han registrado en la fabricación y manipulación de aglomerados de cuarzo y en el procesado de piedra natural (granito y pizarra, principalmente).

Además de la fabricación y manipulación de aglomerados de cuarzo utilizados en encimeras, también la construcción, la extracción de otros minerales no metálicos ni energéticos y la metalurgia completan los principales sectores implicados en esta reemergencia de la silicosis y de otras enfermedades ligadas a la exposición a sílice cristalina respirable.

Enfermedades respiratorias
Un trabajador indonesio camina en medio del humo en una fábrica de carbón de Yakarta, Indonesia. EFE/Mast Irham

Silicosis: síntomas, tratamiento y consecuencias

Cuando los trabajadores inhalan polvo de sílice, este puede alojarse en los pulmones, causando una reacción inflamatoria que eventualmente puede llevar a la formación de cicatrices y a la pérdida de función pulmonar.

Los principales síntomas de la silicosis son:

  • Tos
  • Insuficiencia respiratoria
  • Fibrosis pulmonar
  • Pérdida de peso y de apetito
  • Fatiga

Actualmente, no existe una cura para la silicosis. El tratamiento se centra en aliviar los síntomas y en prevenir complicaciones y el avance de la enfermedad con medicamentos para controlar los síntomas, oxigenoterapia para aquellos con dificultades para respirar, y en casos graves, un trasplante de pulmón, según información de la Clínica Universidad de Navarra.

En todos los casos es esencial que los individuos con silicosis eviten cualquier exposición adicional al polvo de sílice y no fumar.

Tipos de silicosis

La silicosis puede ser clasificada en varios tipos dependiendo de la cantidad y duración de la exposición a la sílice.

  • La silicosis crónica, la forma más común de la enfermedad, generalmente se manifiesta después de muchos años de exposición a cantidades bajas o moderadas de polvo de sílice.
  • La silicosis acelerada se desarrolla generalmente en un plazo de 5 a 15 años después de la exposición a altas cantidades de sílice.
  • En casos más raros y graves, puede presentarse la silicosis aguda, la cual puede desarrollarse en un corto período de tiempo, incluso meses, después de una exposición intensa a la sílice.

Aumento de casos en trabajadores más jóvenes

La investigación también ha constatado un aumento de casos en trabajadores más jóvenes y una disminución en la edad media de los pacientes atendidos por silicosis.

“Es una constatación muy preocupante que en los procesos asistenciales por diagnóstico primario o principal de silicosis cada vez son más jóvenes los afectados”, ha aseverado el profesor Alfredo Menéndez, uno de los autores del informe.

En concreto, según ha detallado otra de las autoras Catherine Cavalin más de la mitad de los casos comunicados en la “remergencia entre 2017 y 2019 se refieren a hombres de entre 30 y 49 años”.

Según los investigadores, los trabajadores expuestos a sílice cristalina, como el de fabricación de encimeras, pueden desarrollar otras enfermedades asoaciados a la silicosis, como patologías respiratorias, cardíacas o cáncer de pulmón.

“En el 40 % de los casos cuando el diagnóstico secundario es de silicosis se combina con artritis reumatoide y el 60 % con otras enfermedades inmunomediadas”, ha señalado Cavalin. Cuando la silicosis es el diagnóstico principal, se combina en la mitad de los casos con artritis reumatoide.

Además han advertido de la clara tendencia al infrarregistro de la enfermedad profesional, lo cual hace que se traslade la carga asistencial al Sistema Nacional de salud, que financió el 97,5 % de los procesos asistenciales entre 1997 y 2020.

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Ciencia y Salud

Hay una razón por la que los infartos son menos graves por la noche: unos científicos la han descubierto

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Los infartos que se producen de noche son menos graves que los que suceden durante el día, y la razón, según un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), es que los neutrófilos (un tipo de glóbulos blancos) son menos agresivos por la noche.

La investigación, liderada por Andrés Hidalgo y publicada en el Journal of Experimental Medicine, muestra que los neutrófilos tienen un reloj interno que regula su agresividad a lo largo del día y determina el alcance de los daños que causan al corazón después de un infarto.

En el mismo estudio, los investigadores también desarrollaron una estrategia farmacológica en modelos experimentales para bloquear el reloj molecular en los neutrófilos y mantenerlos en un estado «nocturno» para reducir su potencial dañino durante un ataque al corazón.

El sistema inmunológico protege el cuerpo contra los microorganismos que causan infecciones. Dado que los humanos son diurnos, la probabilidad de exposición a patógenos es mayor durante el día y, por lo tanto, el sistema inmunológico ajusta sus picos de actividad a este ritmo circadiano pero esa respuesta defensiva puede volverse dañina.

Los neutrófilos y sus ritmos circadianos

Tras décadas de investigación, se sabe que casi la mitad del daño cardíaco después de un ataque al corazón está causado por los neutrófilos, pero este daño fluctúa a lo largo del día, lo que sugiere que hay mecanismos circadianos que limitan la actividad de los neutrófilos y protegen el cuerpo.

Para averiguarlo, el equipo examinó datos de miles de pacientes en el Hospital 12 de Octubre de Madrid y confirmó que una menor actividad de los neutrófilos por la noche resulta en infartos menos graves durante este período.

Desarrollaron entonces una estrategia farmacológica en modelos experimentales para bloquear el reloj molecular en los neutrófilos, reduciendo su potencial dañino durante el infarto.

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EFE/Nacho Gallego

«El compuesto imita un factor que el cuerpo produce principalmente durante la noche. De alguna manera, este factor ‘engaña’ a los neutrófilos para que piensen que es de noche, reduciendo su actividad tóxica», explica Hidalgo.

La razón de que ocurra esto, apunta la primera autora del estudio, Alejandra Aroca-Crevillén, es que «por la noche, los neutrófilos migran a la zona dañada sin afectar el tejido sano. Durante el día, pierden esta direccionalidad y causan más daño al tejido circundante».

Puerta abierta a nuevas terapias

Este estudio es uno de los primeros en aprovechar los ritmos circadianos del sistema inmunológico para modular la inflamación sin comprometer la defensa contra infecciones.

«Nos sorprendió encontrar que bloquear el reloj circadiano de los neutrófilos no solo protege el corazón, sino que también mejora las respuestas a ciertos microbios e incluso reduce los émbolos asociados con la anemia falciforme», añade Aroca-Crevillén.

Los autores creen que los resultados abren la puerta a nuevas terapias basadas en la cronobiología (la rama de la biología que estudia cómo los organismos vivos estructuran sus procesos fisiológicos en el tiempo), con el potencial de proteger el corazón y otros órganos de los daños inflamatorios sin debilitar las defensas naturales del cuerpo.

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La odisea de trabajar con sensibilidad química múltiple

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Cuando una persona padece sensibilidad química múltiple (SQM) se enfrenta a muchos desafíos en su día a día. El puesto de trabajo es uno de ellos. Estas personas son intolerantes a sustancias químicas que están en el entorno cotidiano, como productos de limpieza, ambientadores o los meros perfumes de los compañeros. Una guía recoge pautas para adaptar los entornos laborales para que los afectados de esta patología y de electrohipersensibilidad (EHS) puedan desempeñar su labor sin dañar su salud.

Tanto la SQM como la EHS son enfermedades ambientales que se encuentran con «barreras invisibles», asegura a EFE Salud la presidenta de la Coalición Nacional de Fibriomialgia, Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), Sensibilidad Química Múltiple y Electrohipersensibilidad (CONFESQ), María López.

Barreras invisibles

Y son barreras invisibles, explica. Pone este ejemplo: para una persona que va en silla de ruedas, toparse con escaleras en vez de con una rampa para acceder a su lugar de trabajo le resultará un obstáculo claramente visible. Sin embargo, una persona con SQM que acude a trabajar en un entorno en el que se han utilizado productos de limpieza comunes, ambientadores, tintas, o disolventes puede manifestar síntomas multisistémicos, como cefalea, mareos, dificultades cognitivas o problemas respiratorios.

«A veces entran en estos espacios que están muy contaminados, porque a lo mejor acaban de limpiar con productos fuertes y la persona empieza a convulsionar o le falta la respiración», asegura López.

sensibilidad química múltiple
EFE/EPA/YAHYA ARHAB

En el caso de la EHS, se caracteriza por la aparición de síntomas cuando la persona se expone a campos electromagnéticos de baja intensidad, como los emitidos por antenas, routers wifi, dispositivos inalámbricos o líneas eléctricas.

Los síntomas, al igual que los de la SQM, pueden ser variados y van desde las cefaleas y fatiga hasta dificultades de concentración o alteraciones del sueño.

Ninguna de las dos está reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la Clasificación Internacional de Enfermedades (sistema de codificación CIE-11) con códigos propios, con lo que CONFESQ considera que repercute «directamente» en el diagnóstico de la enfermedad.

En España, indica López, la SQM está reconocida como patología y la EHS como uno de los síntomas, a pesar de que «por la experiencia» de los afectados ésta «realmente es una patología completa».

Incomprensión y estigma

La presidenta de la Coalición señala que hasta hace no mucho se hablaba de los afectados como «personas burbuja» porque tendían a no salir de casa.

Por eso, López considera fundamental que haya «orientaciones claras» para la adaptación del puesto de trabajo, porque tampoco se trata de que solo teletrabajen, ya que hay profesiones en las que está modalidad es imposible, y aunque lo sea, también quieren participar del entorno laboral como el resto de los compañeros.

Según datos recogidos en un estudio cuantitativo de CONFESQ, sólo el 30 % de las personas encuestadas para el mismo había solicitado medidas de adaptación en diferentes ámbitos de su vida y en el 70 % de estos casos, las medidas no habían sido implementadas.

La consecuencia es que el 59 % de las personas encuestadas se siente incomprendido y el 33 %, estigmatizado.

En resumen: el 72 % de las personas con SQM y EHS se sienten excluidas de la sociedad, señalaba el estudio.

El «Libro Verde»

De ahí que hace unos días la coalición presentara un «Libro Verde», que pone sobre la mesa distintos aspectos nuevos para poder abrir el debate y estudiar la situación, a la vez que plantea una serie de medidas para la adaptación del puesto de trabajo para las personas afectadas de SQM o EHS.

La guía, elaborada por nueve autores, está financiada por la Fundación ONCE, y realizada en colaboración con la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe).

Sensibilidad química múltiple
La presidenta de la CONFESQ, María López, durante la presentación del libro. Foto cedida

Presentan la problemática de los pacientes en el ámbito laboral y cómo puede resolverse, es decir, qué habría que cambiar a nivel legislativo y de prevención de riesgos, entre otros campos, así como medidas para una adaptación total o parcial del puesto de trabajo.

«Queremos llegar a las asociaciones empresariales, a los sindicatos, lógicamente, a las entidades y a la Administración Pública», abunda López, quien padece SEQM leve y EHS más pronunciada.

La adaptación

No obstante, matiza, la guía indica que ya a partir del covid la normativa española recoge una serie de obligaciones para las empresas, como mantener un aire limpio, que si se cumpliera, ya estaría cubierta el 85 % de la adaptación que hay que hacer para que las personas con estas afecciones puedan trabajar sin que su salud se resienta.

«El resto va a depender de utilizar, por ejemplo, unos productos de limpieza que sean aptos, que no tengan perfume, mejor que sean ecológicos. El no tener ambientadores, el que las personas que trabajan en tu mismo espacio no se perfumen, entre otras medidas», explica López respecto a la sensibilidad química múltiple.

Sobre la electrohipersensibilidad, la solución «a veces es más difícil» y consiste en reducir la intensidad y la proximidad a las fuentes.

«La idea es no funcionar con wifi sino con cableado», expone López, quien en su casa, por ejemplo está «totalmente cableada, sin wifi».

sensibilidad química múltiple
EFE/Eduard Serra

Vidas duras

Las personas con estas afecciones llevan «vidas duras» y «hacen lo que pueden».

«Se te complica la existencia muchísimo. Si tienes niños, por ejemplo, llegan del cole y tienen que meter su ropa en unas bolsas de plástico, ducharse y cambiarse para no contaminar el espacio», afirma.

Y la vida social cae en picado, porque se necesita empatía por parte de los demás.

«Hay gente que no lo entiende y que dice ‘¿tú por qué me tienes que decir a mí si yo me tengo que echar perfume, o no?’, pero es que es como si a un diabético te empeñas en darles dulces, pues es un poco lo mismo. Si quieres estar conmigo y quieres que pasamos un rato a gusto, tienes que cumplir una serie de requisitos», incide López.

La intención de CONFESQ es enviar el Libro Verde a los diferentes centros de valoración de discapacidad y presentarlo en ministerios y administraciones autonómicas, entre otros.

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Ciencia y Salud

Andreu Buenafuente y el estrés: la importancia de parar y de recuperarse bien

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Andreu Buenafuente no dará las campanadas en TVE debido a un “episodio de estrés” del que aún necesita recuperarse sin “acelerar”, según ha anunciado él mismo a través de un comunicado emitido este viernes. El tándem del humorista y la actriz Silvia Abril no podrá, por tanto, protagonizar el programa con el que la cadena pública pretendía despedir 2025 y recibir 2026.

Dice Buenafuente en el comunicado: “Tuve un episodio de estrés, común, pero no agradable, por trabajos en los que yo mismo creo. Hubo un momento en el que no pude y mi cuerpo me pidió parar. Quiero agradecer a los profesionales que me están ayudando y a la gente que me rodea. Cada gotita es una vitamina”.

Sobre los plazos de recuperación que le impiden estar en primera línea de TVE la última noche del año, afirma: “No creo que tenga que acelerar mi recuperación para hacer lo que tengo que hacer; tengo que estar feliz, y por eso, voy a seguir recuperándome y cuando sea posible volver, que sea. No sé qué va a pasar, pero la falta de un horizonte exigente es lo que necesita una persona que ha parado por estrés”.

¿Qué es el estrés?, ¿qué le hace a nuestro organismo?, ¿por qué conviene parar?, ¿si se para la actividad laboral, cómo hay que llevar a cabo esa recuperación? Son preguntas para cuyas respuestas EFE Salud ha contado con las explicaciones del psicólogo y psicoterapeuta Sergio García.

El estrés y los «pensamientos intrusivos»

Para empezar, una noción sobre el estrés: se trata de una respuesta natural del organismo a situaciones que percibe como desafiantes o amenazantes. 

Explicaba la neurocientífica Carmen Sandi, presidenta de la Federación Europea de Sociedades de Neurociencia, según una información de EFE, que si esa respuesta “se prolonga o se intensifica más allá de lo necesario, puede transformarse en un problema que afecta tanto a la mente como al cuerpo”.

Entra en escena el “trastorno de ansiedad”, según nos cuenta Sergio García. Estamos ante “una característica mental en la que la persona tiene miedo, nerviosismo o preocupación de manera muy persistente y muy intensa”, lo que puede generar síntomas físicos como “taquicardia o sudoración”, pero también “síntomas mentales y cognitivos”.

vuelta rutina positivo
EFE/Sáshenka Gutiérrez.

García cita entonces “los pensamientos intrusivos”. “Esto quiere decir que estoy pensando en una cosa y me viene a la cabeza otra cosa que se hace protagónica a pesar de que no corresponde”.

Por regla general, añade, los pensamientos intrusivos derivan de no poner límites “entre lo personal y lo laboral”. Esta ansiedad, cabe puntualizar, “se puede generalizar si no se pone remedio a tiempo y si no se acude a un especialista”.

La importancia de parar

Fisiológicamente la situación se describe así: el cerebro interpreta ciertas situaciones como amenazas y activa, por tanto, respuestas de defensa. Envía señales a las glándulas suprarrenales para liberar hormonas como la adrenalina y el cortisol, que son las que contribuyen a la preparación del cuerpo para esa defensa.

En cascada van cayendo las reacciones: aumenta la frecuencia cardíaca, los músculos se tensan, la digestión se resiente… De continuar mucho tiempo este estado de defensa, de huida ante la amenaza, podría debilitar el sistema inmunológico y hasta infligir daños neurológicos.

Parar, además, “facilita la aplicación de estrategias terapéuticas y el aprendizaje de nuevas herramientas para manejar la ansiedad y poder recuperar integralmente la salud mental”, dice Sergio García

Es clave actuar a tiempo ante el estrés crónico. García esgrime la importancia de las pausas, de parones como el que está haciendo Buenafuente. No hacerlos es peligroso porque puede conducir al agotamiento o a la depresión.

Descansar, además, “facilita la aplicación de estrategias terapéuticas y el aprendizaje de nuevas herramientas para manejar la ansiedad y poder recuperar integralmente la salud mental”.  

Y la importancia de la recuperación

Entre esas estrategias terapéuticas, dos perspectivas: la médica y la psicológica. 

La primera, subraya García, plantea la recuperación con el objetivo de que no surjan “nuevas formas de estrés y que se resuelvan de manera adecuada”. Es decir, para “evitar recaídas y problemas a largo plazo”. Una recuperación “paulatina, no acelerada” persigue que “cuerpo y mente se adapten y generen nuevas sinergias” que, a su vez, eviten “un desgaste mayor”, concluye.

La segunda “puede ver necesarias las pausas”, pero, en opinión de García, no coloca al trabajo, la carga laboral, como causa única de la “desazón”. De hecho, desde este prisma, ayuda que el paciente trabaje.  

“Desde la perspectiva psicológica, algún trabajo no sería del todo negativo, pero sin tener la intensidad del trabajo de antes. Trabajo cero durante varios meses tampoco es aconsejable porque es una cuestión que no es real”, reflexiona el psicólogo. 

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