En países de Europa como España, Italia o Grecia está presente el mosquito del tipo “Anopheles”, el culpable de transmitir el parásito del género plasmodium que causa la malaria, enfermedad que acabó en 2023 con la vida de 597.000 personas en todo el mundo, el 95 % de ellas en África.
En ese año se registraron un total de 263 millones de casos, el 94 % también en la región africana, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Son los menores de 5 años quienes tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones graves, de hecho, en 2023, casi el 76 % de todas las muertes en África por malaria se produjo en ese grupo etario.
La situación de la malaria en Europa
En Europa, con las campañas de erradicación de la malaria en el siglo pasado, hicieron que desapareciera en muchos países, entre ellos, España, país que fue declarado libre de la enfermedad en 1964.
Desde entonces se registran casos muy esporádicos de transmisión local debido a la llegada de viajeros infectados y a la presencia en el territorio de los mosquitos capaces de transmitir el parásito.
Una niña juega con un mapa de Europa. EFE/EPA/JULIEN WARNAND
Según un informe de situación y evaluación de riesgo de paludismo en España, del Centro español de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), de 2015, desde 2006 y hasta ese año solo se ha descrito una transmisión local sostenida de la enfermedad en Grecia.
En concreto, en 2011 se detectaron 42 casos de malaria sin historia de viaje a países endémicos, “lo que puso en evidencia la presencia de transmisión local de la infección”, que continuó en años posteriores, según el documento.
El parásito que transmite el mosquito
Con motivo del Día Mundial del Paludismo, que se conmemora cada 25 de abril, el catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, José Manuel Bautista, explica a EFEsalud que el ciclo de los parásitos que transmiten la enfermedad ocurre entre el ser humano y el mosquito. De hecho, el reservorio más importante de la malaria es el ser humano.
“Lo tiene el ser humano que está infectado, cuando le pica el mosquito, éste se lo lleva y dentro del insecto se produce una fase de desarrollo sexual del parásito, de forma que cuando vuelve a picar el mosquito a otra persona lo vuelve a transmitir”, señala Bautista.
El catedrático, que en los últimos 15 años ha centrado su actividad investigadora en la malaria y es secretario científico de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM), subraya que hay varios tipo de parásitos plasmodium, el más extendido y que causa más mortalidad es el falciparum, mayoritario en el continente africano.
El segundo más frecuente es el plasmodium vivax, que está presente en una parte de África pero sobre todo en Asia y Sudamérica.
El cambio climático
Con el cambio climático al acecho, las estaciones están cambiando, con un clima más tropical, provocando que haya estaciones húmedas, en las que llueve mucho, y el agua se acumula, con lo que hay mayor propensión a que los mosquitos se desarrollen, apunta a EFEsalud la portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Gema Fernández Rivas.
Una mujer con un paraguas en Monrovia (Liberia). EFE/EPA/AHMED JALLANZO
En este sentido, señala que los climas tropicales es donde mejor viven los mosquitos, frente a los fríos, en los que no están tan adaptados.
Por lo tanto, afirma la experta, a medida que aumenta el calentamiento global y las lluvias torrenciales, acercándose el clima al fenómeno de las estaciones tropicales, puede que haya un aumento del número de mosquitos, algo que se ha comprobado en los últimos años, en los que la población de estos insectos ha aumentado.
“Con lo cual, en este aspecto, el cambio climático nos va a favorecer que el vector esté más presente, pero esto no implica que estos vectores estén todos infectados por el parásito que causa la malaria, porque de momento en Europa está erradicado”, resalta Fernández.
En España
En España, por ejemplo se detectan cada año entre 700 y 850 casos de malaria importada, es decir, en pacientes que se han infectado en una zona endémica, fundamentalmente en África, según un estudio coordinado por investigadores del el Centro Nacional de Epidemiología (ISCIII) y el Centro de Investigaciones Biomédicas en Red en Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), entre otros, que analizó la distribución del vector en el país.
“Esto no implica que favorezca que estos vectores estén todos infectados por plasmodium, porque de momento nosotros lo tenemos erradicado. Aquí no circula, ha habido algún caso pero esporádico y controlado, pero siempre hay que estar vigilantes y puede afectar”, considera la portavoz de la SEIMC.
Colonia de flamencos en el Delta del Ebro, un área donde está presente el mosquito del género Anopheles. EFE/JAVIER BELVER
En este sentido, el catedrático de la Complutense añade que el “Anopheles” que hay en España transmite “con mucha dificultad” el plasmodium que causa la malaria más grave.
Sí puede ocurrir, que alguien que venga de zona endémica esté infectado y sufra la picadura del vector, dándose un caso autóctono, pero en estos casos, precisa el experto, las condiciones sanitarias en el país permiten, al igual que en el resto de Europa, que se detecte a tiempo, se trate y se pueda curar.
“La malaria es una enfermedad sobre todo de la pobreza y en Europa no hay esa pobreza extrema donde, digamos, es fácil que se acumule un reservorio muy grande de personas con malaria y que se empiece a hacer un ciclo”, señala Bautista.
El recorte a la ayuda internacional
El recorte de Estados Unidos a la ayuda internacional puede ser otro factor de riesgo. El presidente Donald Trump ha ordenado la interrupción de la cooperación que gestiona a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), un organismo que en 2024 distribuyó más de 44.000 millones de dólares en ayuda global.
El presidente estadounidense Donald Trump. EFE/EPA/SHAWN THEW / POOL
Ni Bautista ni Fernández tienen dudas de que ese movimiento provocará el aumento de casos en las zonas endémicas.
El secretario científico de la SEBBM recuerda que en África durante la pandemia de coronavirus se paralizó la asistencia médica y el control local de la malaria. La consecuencia fue que aumentaron los casos en esa región, algo que augura volverá a pasar.
“Hasta que no ves lo que hay allí en enfermedades infecciosas como la malaria, la tuberculosis o el vih no de das cuenta de lo necesario que es porque hay mucha pobreza, viven de sistemas autosuficientes, de agricultura y ganadería muy, muy pobres”, abunda Bautista.
En el mismo sentido se pronuncia la portavoz de la SEIMC, quien afirma que seguramente parte de esa ayuda recortada iba destinada también a proporcionar vacunas contra la malaria.
“Por lo tanto, sí que probablemente haya un repunte de casos en los países especialmente africanos, que es donde es el gran problema en malaria. En África no es como aquí, la gente no tiene acceso a un diagnóstico rápido y seguro, allí hay que caminar mucho para poder tener la posibilidad de acceder a ello y poder pagarlo”, resalta Fernández.
Con todo ello el hecho de que haya más malaria en los países endémicos puede suponer que aumenten los viajeros infectados.
El eco
La experta considera que con este panorama, la posibilidad de que la malaria vuelva a dar el salto a Europa “es remota” porque hay acceso al diagnóstico, tratamientos y hay una vigilancia epidemiológica, por lo que, de momento, hay que estar tranquilos.
No obstante, añade: “El no en biología ya sabes que es como en el amor, ni nunca ni siempre. Posibilidad hay. De hecho, ha habido algún caso de malaria autóctona, pero de momento, tranquilidad”.
Bautista tampoco cree que pueda volver la malaria a Europa como “una enfermedad preocupante” por las razones ya esgrimidas: “cuando llega un caso se trata”.
Tendrían que pasar muchos casos, que la transmisión fuera muy intensa, y tanto en España como en el resto de Europa los sistemas de control de enfermedades infecciosas “son muy buenos”.
“Digamos que vuelva la malaria a Europa en las condiciones sociales, de control sanitario, etcétera, que hay ahora es difícil, está muy asociada a las zonas rurales en África”, zanja.
“Reinvertir, reimaginar, reavivar”
Para el día mundial, la OMS se une a la Alianza RBM para acabar con la malaria y a otros asociados para promover la campaña “La malaria acaba con nosotros: reinvertir, reimaginar, reavivar”.
El objetivo de la iniciativa, según señala la OMS en su web, es revitalizar los esfuerzos a todos los niveles, desde la política mundial hasta la comunitaria para acelerar los avances hacia la eliminación de la enfermedad.
Un niño sentado tras una mosquitera en Zambia. EFE/KIM LUDBROOK
“Debemos reinvertir en intervenciones de eficacia probada, reimaginar nuestras estrategias para superar los obstáculos actuales y reavivar nuestros esfuerzos colectivos junto con los países y las comunidades para acelerar el progreso hacia el fin de la malaria”, indica la OMS.
Asimismo, destaca que “sabemos cómo acabar con la malaria” y que la decisión “es nuestra”: “Actuar ahora o arriesgarnos a perder terreno. Acabar con la malaria no es sólo un imperativo sanitario; es una inversión en un futuro más equitativo, seguro y próspero para todas las naciones”, resalta la OMS.
Psicólogos, psiquiatras y otros especialistas han coincidido en que los menores que han hecho un uso problemático de internet y las redes sociales sufren efectos. Son menos empáticos, más impulsivos, tienen problemas de comprensión verbal, peor tolerancia a la frustración, trastornos de sueño y mayor desarrollo de conductas suicidas, entre otros.
Los especialistas han hecho estas consideraciones en el encuentro ‘No caigas en sus redes’, organizado por el Consejo General de Psicología de España y la Plataforma Control Z.
Aumento de suicidios
¿Han aumentado los suicidios de los jóvenes como consecuencia de este uso de redes? “Completamente”, advierte Mar España, directora de la Plataforma Control Z.
“Los médicos y los especialistas en salud mental están asustados porque los suicidios ya son la segunda causa de muerte entre los jóvenes hasta los 29 años, no solo en España, también en Europa, y las unidades que antes había en los hospitales donde se atendía a personas que habían intentado suicidarse están multiplicando por cuatro los pacientes”, abunda.
El psicólogo del Programa de atención a la conducta suicida del Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona, Francisco Villar, ha confirmado el aumento de casos.
“Tenemos a chicas de 9 años haciendo toda la parte de ejercicios faciales y de maquillajes, que están súper preocupadas en luchar contra las arrugas; esa focalización en la imagen incrementa con mucho la presión estética, piensan que podrían ser más guapas” y reciben un mensaje continuo de que no son suficientes o podrían ser mejores.
Pérdida de oportunidades
Para el psicólogo, el principal problema que tienen esos menores “es que todo el tiempo que están dedicando a esto no están haciendo cosas sanas para ellos; tiene que ver con la pérdida de oportunidades”.
Un niño mira el móvil en su habitación.EFE/ ADRIÁN RUIZ HIERRO
“Un chico que no puede descansar por la noche, que no duerme, no puede aprender, no puede crecer, no puede estar, no puede sentir bienestar. Acaba arrastrando ese malestar, enfrentando una pérdida de ánimo y perdiendo la capaz de vincularse con los otros”, ha añadido el experto a EFE.
El uso problemático y excesivo de las pantallas y las redes también tiene otros efectos en los menores, en concreto aumentan los casos de obesidad. “Un niño que ve televisión tiene muchas más posibilidades de tener la obesidad que un menor que no la ve. No solo porque la televisión es una actividad estática, sino por todos los contenidos publicitarios que le llevan a modificar la alimentación y otros hábitos”.
Sin móvil hasta los 16
Para el experto, la solución es fácil: “No le des el móvil al niño al menos hasta los 16 años, aguanta la presión social” porque los entornos digitales son un mundo de adultos.
La directora de la Plataforma Control Z ha explicado que va a plantear a los grupos parlamentarios propuestas para mejorar la ley de protección de los menores en los entornos digitales, que se tramita en el Congreso de los Diputados y que ha deseado que se apruebe “con el máximo consenso”.
EFE/ Antonio García
Una de ellas va dirigida al sistema educativo para que la enseñanza digital se adapte a las pautas que están dando las sociedades médicas: entre de 0 a 6 años de cero horas, es decir, en educación infantil no puede enseñarse con pantallas porque es la edad de máxima plasticidad cerebral; de 6 a 12 años máximo una hora al día y a partir de los 12 años, dos horas con máximo.
Además, apuesta por la prohibición del acceso a redes sociales hasta una determinada edad (que coinciden puede fijarse en los 16 años) y exigir responsabilidad penal a las plataformas.
“Hay un abanico de medidas que todavía pueden mejorar la ley; estamos hablando realmente de una epidemia y un delito de salud pública. El algoritmo por ese uso excesivo va a provocar que si estoy mal, mi mente se vaya como un pegamento atraída hacia contenidos más negativos que van a poder provocar incluso mis ideas suicidas”, ha aseverado la ex directora de la Agencia Española de Protección de Datos.
“Y si también está afectado el prepucio, piel que recubre el glande, el diagnóstico será de balanopostitis“, completa la jefa del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, nueva y flamante presidenta de la Asociación Española de Urología (AEU).
La inflamación de estas dos zonas peneanas está provocada por hongos, bacterias o virus, parásitos microbianos íntimamente relacionados con una mala higiene genital y la falta de aireación; dos condiciones que provocan irritación y edema.
“En estas zonas observaremos un enrojecimiento, una decoloración, es decir, esa piel podría ser rojiza, morada, gris o blanquecina, incluso con ciertas manchitas y, en ocasiones, luciendo partes brillantes a la vez que porciones hinchadas”, destaca.
La balanitis causará, además, molestias y dolor al orinar, picazón del prepucio, esmegma (secreción de células muertas, sebo y fluidos corporales), olor desagradable, a veces fétido por culpa de las bacterias actuantes, como la Gardnerella vaginalis.
Se estima que alrededor del 10 % de los hombres, sean niños o adultos, padecerán algún proceso de inflamación en su glande a lo largo de la vida, es decir, balanitis, postitis -inflamación del prepucio- o balanopostitis.
“Este tipo de inflamación es más probable en adultos diabéticos, especialmente cuando la glucemia está mal controlada, y en aquellos varones que sufren fimosis o tienen un prepucio reducido que dificulta la limpieza del glande”, constata.
Las personas obesas también son diana de la balanitis.
“Su higiene genital no suele ser la más adecuada debido al obstáculo permanente que entraña el tamaño de su abdomen y el enterramiento del pene dentro de la grasa infra y suprapúbica”, describe.
La balanitis, pendiente de cualquier descuido motivado por las prisas familiares, es frecuente en niños menores de cuatro años no circuncidados “por las mismas razones desencadenanates que afectan al resto del sexo masculino”, subraya.
Dra. González Enguita, ¿existen diferentes tipos de balanitis?
“Si nos atenemos a la literatura científica, sí; están descritas varias tipologías de balanitis. Aún así, desde el punto de vista clínico podríamos aseverar que nos encontramos ante una única inflamación, una especie de dermatitis o proceso benigno a nivel del pene”, responde la uróloga y cirujana.
No obstante, la academia explica la balanitis Zoon, de células plasmáticas, una inflamación crónica de la muscosa de los genitales masculinos que suele aparecer en adultos no circuncidados mayores de 40 años de edad. Representa hasta el 10 % de los casos.
La balanitis circinada, asociada a la artritis reactiva (síndrome de Reiter), cursa con pequeñas lesiones circulares -llagas- en el glande con bordes elevados y de color rojizo o blanquecino.
La balanitis queratósica y micácea pseudoepiteliomatosa (balanitis de Lortat-Jacob) es menos común. Afecta a hombres de más de 60 años y cursa con verrugas o protuberancias escamosas en el glande.
La balanitis por erupción fija medicamentosa: lesiones cutáneas como reacción a ciertos medicamentos o sustancias químicas, como las que se encuentran en la composición de ciertos jabones higiénicos.
Y liquen plano, afección mucho más seria que provoca erupciones cutáneas en una o más partes del cuerpo humano, no sólo en el aparato genital. Se relaciona con una balanitis previa.
Este liquen -balanitis xerótica obliterante (BXO)- puede afectar a cualquier zona de la piel, pero se concentra especialmente en los genitales de mujeres y hombres.
Destaca aquí, consecuentemente, la curiosidad multidisciplinar de la pediatría, la dermatología, la ginecología, la urología y, por supuesto, la función reveladora de la anatomopatología, departamento que resuelve dudas y confusiones mediante biopsias, para elaborar un diagnóstico certero y precoz.
“Pero no es oro todo lo que reluce. L@s dermatólog@s no suelen realizar exploraciones detalladas de los genitales y l@s urólog@s y ginecólog@s no suelen centrar su atención en zonas cutáneas impropias a sus competencias, lo que puede retrasar el diagnóstico”, matiza.
Lesión precancerosa en el glande.
En este sentido patológico, cabe señalar que existen circunstancias a vigilar, puesto que la posibilidad de que este tipo de inflamaciones deriven en una lesión precancerosa es real, como el carcinoma basocelular, el carcinoma de células escamosas, el sarcoma de Kaposi o la enfermedad de Paget extramamaria.
“No estamos hablando de una enfermedad oncológica, sino de un proceso inflamatorio, benigno, pero sobre el que hay que prestar especial atención, ya que puede desencadenar o ser confundido con lesiones precancerosas, incluso cancerosas”, apunta.
“De hecho, sabiendo que el cáncer de pene no es de los más frecuentes, hablamos, precisamente, de situaciones en las que suele ser protagonista la falta de higiene en el aparato genital masculino”, apunta la Dra. González Enguita.
Doctora, ¿la balanitis es una infección de transmisión sexual… Es una enfermedad grave… Acarrea alguna consecuencia?
“No, en absoluto. Y en este sentido tengo que decir que tampoco es una enfermedad infectocontagiosa. Los hombres que padecen balanitis no contagian a otras personas por contacto sexual, aunque sea muy recomendable abstenerse de practicar sexo en pareja mientras dure el proceso inflamatorio”.
“Sobre todo -refuerza-, hasta que se identifique claramente si estamos o no ante una infección de transmisión sexual y que dicho examen sea valorado por un médico, un urólogo, quien determinará la realidad de la situación en el glande: balanitis o ITS”.
Si el resultado fuera de balanitis no hablaríamos, en principio, de enfermedad grave, sino de levedad.
“En cualquier caso, habrá que identificar casos de evolución de largo recorrido que nos harán sospechar, por precaución, de un desarrollo precanceroso o del origen primario de un liquen escleroso, complicación que también afecta a las mujeres”, reincide.
“Por tanto, la balanitis no suele generar grandes consecuencias a largo plazo… Salvo, por ejemplo, una meatitis o un endurecimientos en el tejido de la zona del meato uretral -orificio en la punta del glande-, lo que dificulta la micción y la eyaculación del semen”, advierte.
De ahí, entre otras cosas, que la propia inspección y observación del paciente sobre su anatomía sea fundamental en la prevención y el diagnóstico de la balanitis y otras posibles dolencias relacionadas.
“Es decir, la primera parte del diagnóstico será muy sencilla, puesto que la exploración física de la zona pondrá de relieve la higiene del paciente. Luego, habrá que explorar un poquito sus hábitos sexuales y costumbres culturales, básicamente por la posibilidad de indicar una futura cincuncisión”, menciona.
“Además, deberemos solicitar un estudio de orina para poner nombre y apellido al microorganismo responsable de la balanitis. También, un análisis de sangre para poner de relieve las enfermedades relacionadas, como la diabetes o enfermedades infeccionas que conllevan inmunosupresión”, aconseja.
Dra, Carmen González Enguita, jefa del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y presidenta de la Asociación Española de Urología (AEU), entre otros cargos. Fotografía de Pedro Gago.
El tratamiento de la inflamación en el glande y el prepucio
Antes de prescribir antiinflamatorios y analgésicos para contrarrestar las molestias y el dolor aparejados, habrá sido conveniente limpiar a fondo todo el pene con sustancias no agresivas; costumbre higiénica que debe ser sistemática, de por vida.
“Hay que retirar hacia atrás la piel del prepucio, descubriendo todo el glande, y lavar bien con agua tibia. No conviene frotar ni usar jabones irritativos. El secado del pene debe ser completo, dado que la humedad favorece enormemente el crecimiento de hongos”, afirma.
Pero la mayoría de los casos de balanitis requerirán algún tipo de tratamiento.
“Si el paciente no recibe la terapia más oportuna, los síntomas pueden empeorar o desarrollar otros. Con el tratamiento la mejoría será evidente en unos pocos días o una semana”, certifica.
Las cremas antimicóticas (cotrimazol) y los medicamentos antibacterianos se recetarán después de concluir los análisis preceptivos, concluyentes (pruebas serológicas, microscopia, cultivo fúngico, tinción de Gram, PCR, antibiograma, etc.).
“No debemos olvidar que estamos hablando de una inflamación que es más frecuente en ciertas personas, como aquellos que sufren diabetes o los que presentan fimosis, sobre todo si es de nacimiento, que puede haber causado escleroatrofia”, plantea.
En el primer caso habrá que mantener a raya el nivel de glucosa en sangre, puesto que la diabetes tiene mucho que ver con la alteración vascular que produce la propia enfermedad diabética sobre los vasos sanguíneos.
En el segundo caso no quedará otro remedio que proceder a una circuncisión, cirugía con buen pronóstico que sorprende a muchos hombres adultos.
“Muchos de ellos me dicen con lamento… Nunca sufrí este problema durante la infancia y mi juventud, y ahora, con esta edad, tengo que operarme de fimosis para curarme una balanitis…”.
El consejo urológico de la Dra. Carmen González Enguita
“Si los niños pequeños conservan su prepucio, porque todavía no se han sometido a una circuncisión, es muy recomendable que aprendan a cuidarse ellos solitos cuanto antes, disfrutando de la higiene de sus genitales, como del resto del cuerpo.
Y, sin duda, los hombres deben compartir cualquier duda, inquietud o circunstancia que les llame la atención, ya sea con su médic@s de cabecera o en pediatría, dermatología y urología.
Las decisiones compartidas sobre el tratamiento, bien informadas, serán la manera más efectiva de solucionar la balanitis, la postitis o la balanopostitis; tres procesos benignos, inflamatorios, pero muy molestos”, concluye.
El estrés, la presión, la falta de tiempo y la mala organización pueden condicionar tanto lo que comemos como la energía y rendimiento en el trabajo, concluye el estudio “Hábitos alimentarios en el entorno laboral”, elaborado por Cigna Healthcare España.
El trabajo reconoce que los factores personales y profesionales pueden condicionar los hábitos a la hora de comer en el trabajo. Un 34,2 % de los encuestados señala, de hecho, que una dieta adecuada mejora su concentración y productividad.
Estrés y comer bien, una mala relación
Realizado a partir de una muestra de 1.000 personas con edades de entre 25 y 65 años, y con una representación equilibrada entre hombres y mujeres, esta investigación recalca que la dieta mediterránea es la que más se consume en España, tal y como indica un 55 % de los encuestados/as, porcentaje que se eleva a un 61,4 % en los mayores de 55 años.
Con respecto a la calidad de los alimentos, son los jóvenes de entre 25 y 34 años los que consumen más productos frescos, tal y como afirma un 57,8 %, lo que refleja toma de conciencia sobre la importancia de una dieta equilibrada, remarca el informe.
Sin embargo, aún hay carencias sobre la calidad de lo que se come en el entorno laboral. La presión y las exigencias laborales se suman a los malos hábitos alimentarios.
Entre los directivos de las empresas, un 61 % revela que no hace pausas regulares para comer y un 68,9 % admite que muchas veces se salta las comidas por la carga de trabajo o reuniones.
¿Por qué importa cómo comemos en el trabajo?
A veces resulta difícil mantener una regularidad en la dieta bajo el ritmo laboral, lo que hace que empeore la alimentación, según dice un 53,4% de los encuestados.
Un 49,1 % organiza sus comidas con antelación y un 42,2 % lleva comida preparada desde casa. Sin embargo, un 25,3 % admite que improvisa su almuerzo a diario.
La falta de tiempo repercute tanto en la calidad de la dieta como en la energía para poder trabajar, lo que puede suponer un círculo de cansancio, estrés, y por consiguiente, malas elecciones alimentarias.
Teletrabajo y hábitos alimentarios
Teletrabajar puede favorecer los hábitos saludables, aunque también conllevar a ciertos riesgos, concluye el estudio.
La mayoría de los encuestados que teletrabajan lo valoran, no obstante, porque un 59,8 % afirma que su dieta ha mejorado y un 61 % consume más frutas y verduras. Esto se explica debido a la posibilidad de tener más tiempo para cocinar y de acceder a la cocina propia.
Sin embargo, la reducción de la actividad física al no tener que desplazarse al lugar de trabajo, junto con tener la cocina propia a mano puede ser negativo para la salud.
Un 46,5 % de las personas encuestadas admite que el teletrabajo les hace picar más entre horas. Esto puede favorecer el aumento de peso al ingerir más calorías y no realizar actividad física.
EFE/Emilio Naranjo
La nutrición en políticas de bienestar de las empresas
La Dra. Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Manager de Cigna Healthcare España, afirma que “la alimentación no es solo una cuestión de salud física, sino que también influye en el estado de ánimo, en la capacidad de concentración y en la productividad”.
Una de las conclusiones principales ha sido la integración de la nutrición de las empresas en sus políticas de bienestar. Estas no solo benefician a los empleados, sino que además fomentan un mayor rendimiento y menor absentismo laboral.
Entre las medidas que comprenden se encuentran:
Implantación de agua potable (62,7% de los casos).
Promoción de pausas para el almuerzo (59,7%).
Flexibilidad horaria para comer (56,1%).
Disponibilidad de un espacio para las comidas (53,8%).
Sin embargo, las opciones saludables siguen siendo poco frecuentes.
Dentro del entorno laboral, solamente un 29,6 % de los encuestados dispone de snacks como fruta o frutos secos, un 28,4 % indica que su empresa promueve el consumo de alimentos naturales y apenas un 24,4 % tiene acceso a comer menús saludables.
Un 81,2 % de los encuestados remarca que en su empresa no existen programas de bienestar corporativo enfocados en la alimentación.
“Este estudio demuestra que las empresas tienen un papel fundamental en facilitar que sus equipos puedan tomar decisiones alimentarias saludables”, añade la experta.
“No basta con ofrecer fruta o snacks saludables, es necesario crear una cultura corporativa que eduque, motive y acompañe a los empleados en la adopción de buenos hábitos, tanto en la oficina como en casa. Esto es invertir en el bienestar y el rendimiento a largo plazo”, concluye.