Ciencia y Salud
Perforaciones endoscópicas en el tubo digestivo
 
																								
												
												
											
“Estas perforaciones pueden provocar una inflamación grave dentro del abdomen, como una peritonitis, o el paso de aire a zonas externas del tubo digestivo, ya sea neumomediastino por perforación esofágica o neumoperitoneo por perforación estomacal o intestinal”, señala el Dr. José Carlos Marín Gabriel.
“De hecho, cuando un paciente sufre una perforación, los síntomas, como dolor intenso, fiebre, dificultad para respirar, náuseas, vómitos o hinchazón, dependerán de la localización de dicho agujero”, destaca el especialista del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
“Aunque se trate de un problema de salud muy serio, estas perforaciones en el tubo digestivo pueden ser diagnosticadas y tratadas rápidamente en la mayoría de los casos con técnicas mínimamente invasivas”, subraya el también director científico del Instituto Clínico del Aparato digestivo (ICAdig).
Aún así, y a pesar de que las perforaciones gastrointestinales espontáneas o iatrogénicas (daño no intencionado) supongan un problema médico prácticamente irrelevante, los posibles agujeros generan gran inquietud en l@s pacientes.
“Por eso, los médicos y las médicas siempre les advertimos que existen dos complicaciones al realizar una endoscopia, sea diagnóstica o terapéutica: la hemorragia y la perforación, especialmente esta última, la más temible, como pueda suceder durante una polipectomía”.
“Y vaya por delante una verdad médica y tecnológica: las perforaciones endoscópicas gastrointestinales son muy, muy, muy infrecuentes; y, cuando se producen, la inmensa mayoría se resuelven in situ sin necesidad de pedir ayuda urgente al departamento amigo de Cirugía”, subraya el Dr. Marín Gabriel.

Doctor Marín, ¿cuáles son las causas habituales que originan una perforación en el tubo digestivo?
Las causas de una perforación gastrointestinal son variadas. Pueden producirse de forma espontánea debido a patologías inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, a otras inflamaciones, como la diverticulitis, y a úlceras gástricas no tratadas, incluso a un cáncer de colon.
También, una perforación puede deberse a un traumatismo abdominal o a la ingesta involuntaria de objetos cortantes, punzantes y productos corrosivos como la lejía.
Sin embargo, las perforaciones que nos ocupan hoy en este videoblog son las perforaciones que puedan ocurrir como resultado de las complicaciones durante los procedimientos endoscópicos.
Se denominan perforaciones iatrogénicas, y acontecen durante un estudio diagnóstico (con menor frecuencia), como una gastroscopia o una colonoscopia, y a nivel terapéutico, como una resección de pólipos (RME), la disección submucosa endoscópica (DSE) o la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE).
Es importante destacar que las perforaciones son eventos excepcionales gracias a los avances en la tecnología endoscópica y a la mejora en las técnicas de los especialistas.
Este tipo de complicaciones se presentan en un porcentaje mínimo de los procedimientos, y su número varía según el tipo de procedimiento realizado, diagnóstico o terapéutico.
Además, en la mayoría de los casos, pueden resolverse sin cirugía abierta, lo que reduce la estancia hospitalaria y el tiempo de recuperación.

Pero doctor, ¿de cuántas perforaciones endoscópicas estamos hablando?
En endoscopias diagnósticas, las perforaciones representan un caso por cada 10.000, menos del 0,01 % de los procedimientos; cifra que significa que son eventos extremadamente raros.
En el caso de una colonoscopia, por ejemplo, el riesgo de perforación es algo mayor, pero sigue siendo bajo, oscilando entre el 0,03 % y el 0,08 % (3-8 casos por cada 10.000 procedimientos).
Para que nos hagamos una idea, en un área sanitaria competencial con doscientos o trescientos mil habitantes se realizan entre 20.000 y 25.000 procedimientos endoscópicos digestivos. Es decir, entre 3 y 5 perforaciones cada año como muchísimo.
En los procedimientos terapéuticos, que implican intervenciones más avanzadas y complejas, se presenta un riesgo ligeramente mayor de perforaciones endoscópicas.
Como ejemplos, en la resección endoscópica mucosa (RME) y la disección submucosa endoscópica (DSE) el riesgo puede variar entre un mínimo de 1-2 % y un máximo de 10-15 % (media de casos en Europa).
Las perforaciones, por tanto, son más frecuentes si la lesión en el tubo digestivo es de gran tamaño o si la pared del intestino es más delgada (duodeno, ciego y colon ascendente).
En el caso de la CPRE (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica), procedimiento más invasivo utilizado para tratar problemas en las vías biliares y el páncreas, la tasa de perforación se sitúa en torno al 0,6 %.

¿Y cuando se originan estas perforaciones endoscópicas, siempre habrá que recurrir a una cirugía urgente?
La cirugía no es la primera opción para tratar una perforación endoscópica. De hecho, en la mayoría de los casos, las perforaciones endoscópicas se cierran durante las mismas intervenciones con técnicas mínimamente invasivas.
El objetivo principal es sellar la perforación lo antes posible para evitar la filtración del contenido intestinal y prevenir infecciones graves.
Ilustración facilitada por el Dr. Joaquín Rodríguez Sánchez-Migallón, médico adjunto del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y jefe del Servicio de Aparato Digestivo de Quirón Salud Ciudad Real (España).
La endoscopia ha experimentado grandes avances en las últimas décadas, lo que ha permitido reducir la frecuencia y gravedad de las perforaciones y mejorar su tratamiento cuando ocurren.
Entre los desarrollos más importantes está el uso de clips endoscópicos más sofisticados, que permiten cerrar perforaciones de manera más eficaz, incluso en defectos más grandes que antes requerían cirugía.
Clips endoscópicos o hemoclips: pequeñas “grapas” metálicas que se colocan sobre la perforación para cerrarla completamente.
Clips Over-The-Scope (OTS clips): dispositivos tipo clips que se usan en perforaciones más grandes. Se parecen a los cepos que se empleaban antiguamente en la caza mayor.
Suturas endoscópicas: permiten un cierre más fuerte y efectivo en lesiones más amplias. Existen diferentes sistemas como el OverStitch o el SutuArt.
Algunos de ellos, como X-Tack, funcionan al estilo que utilizan las manos de los cirujanos: el dispositivo colocado en el endoscopio sutura la zona de la perforación dando puntos con movimientos sincronizados.
El uso de dióxido de carbono (CO₂) en lugar de aire durante la endoscopia, ha sido un avance clave.
El CO₂ se absorbe más rápidamente por el organismo y reduce la distensión del tracto digestivo, lo que minimiza el riesgo de perforación y mejora la comodidad del paciente después del procedimiento.
Por ejemplo, ante una perforación abdominal el paciente no va a sufrir un cuadro tan intenso de dolor y si llega a padecer algo de dolor se le pasará con relativa facilidad.

Endoprótesis (estents) autoexpandibles: solución eficaz para perforaciones esofágicas y algunas perforaciones duodenales, evitando la necesidad de cirugía en la mayoría de los casos. Ayudan a mantener el área sellada mientras cicatriza la perforación.
Otro gran avance ha sido la terapia de vacío endoscópica (TVE), que se utiliza en algunos casos para favorecer la cicatrización de perforaciones difíciles o más grandes. Este método usa un sistema de aspiración controlada que estimula el cierre de la lesión y la regeneración del tejido afectado.

Cuando las perforaciones endoscópicas se detectan y tratan de inmediato la recuperación del paciente es rápida y sin mayores complicaciones.
En casos donde el cierre endoscópico no es exitoso, o si el paciente presenta signos de infección grave, se puede requerir una cirugía abierta o cirugía laparoscópica. Hablamos de uno o dos pacientes cada año.
No obstante, la gran mayoría de perforaciones endoscópicas, sucedan durante una prueba diagnóstica o tras un procedimiento terapéutico, se pueden tratar sin necesidad de cirugía mayor.
Dr. Marín Gabriel, profundicemos en los factores de riesgo que favorezcan las perforaciones endoscópicas en el tubo digestivo
Cuando hablamos de factores de riesgo, no sólo debemos tener en cuenta el historial médico del paciente, sus enfermedades y tratamientos previos (cirugías abdominales, uso prolongado de corticosteroides) o el tipo de procedimiento endoscópico que estemos realizando.
También influyen las características del paciente: la edad avanzada y una pared del tubo digestivo más frágil y propensa a lesiones. De hecho, es importante conocer antecedentes de radioterapia en la zona abdominal o esofágica.
Obviamente, la experiencia clínica es un grado, como se suele decir, y es algo más frecuente que se produzcan complicaciones, sangrados o perforaciones, cuando el endoscopista está comenzando su carrera profesional. Sucede en todas las profesiones, sanitarias o no.
En las resecciones de pólipos en el colon, por ejemplo, el endoscopista debe estar atento, cuando extrae el tejido de la lesión, para que no aparezca el llamado “signo de la diana”.

Se trata de un área de la capa muscular que ha quedado adherida a la base en la que asentaba el pólipo. Es un indicador del resultado de la polipectomía: se ha cortado una parte de la pared muscular y se debe cerrar la zona seccionada. Habitualmente, se emplean clips para tratar ese defecto operativo.
Por tanto, el riesgo de perforaciones es menor en centros con equipos médicos altamente capacitados y familiarizados con las técnicas más avanzadas.
Esto refuerza la importancia de realizar estos procedimientos en hospitales y clínicas con un alto nivel de especialización en endoscopia.

Doctor, a modo de ejemplo, ¿cómo se maneja una perforación endoscópica en el esófago?
Las perforaciones esofágicas requieren un manejo específico y diferenciado debido a la anatomía y función del esófago.
A diferencia de otras perforaciones en el tracto digestivo, donde el contenido intestinal puede filtrarse a la cavidad abdominal, en el esófago una perforación puede llevar a complicaciones como mediastinitis (infección en la cavidad torácica) si no se maneja bien, a tiempo.
Por este motivo, la clave es un diagnóstico rápido y una intervención inmediata.
En la mayoría de los casos, las perforaciones esofágicas pueden cerrarse con técnicas endoscópicas, especialmente si se detectan en una fase temprana. Se pueden utilizar clips endoscópicos o suturas para cerrar el defecto.
Cuando la perforación es más grande o hay riesgo de fuga de líquidos, se puede optar por estents autoexpandibles, que permiten sellar la lesión y proteger la zona mientras cicatriza.
En casos más complejos, la terapia de vacío endoscópica (TVE) ha mostrado buenos resultados al facilitar la cicatrización.
Si la perforación no se detecta a tiempo o si el paciente presenta signos graves de infección, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico.
Sin embargo, gracias a los avances en endoscopia terapéutica, cada vez menos pacientes con perforación esofágica necesitan cirugía.

Doctor, ¿acaso una perforación puede pasar desapercibida por el endoscopista?
Cuando la perforación permite ver un orificio grande o estructuras fuera del tubo digestivo, como la grasa abdominal, no es posible que pase desapercibida.
Sin embargo, un defecto pequeño, como el que sucede cuando hay un daño mural discreto, como en el signo de la diana, requiere que el endoscopista revise muy bien la zona donde ha realizado una resección a la vez que la base del pólipo que recién extirpado.
Por otra parte, en ocasiones, las perforaciones endoscópicas no se ven durante el procedimiento y aparecen horas después.
Esto se debe a la quemadura que produce el dispositivo (asa de diatermia, endobisturí) que estemos empleando para realizar la resección en los planos profundos de la pared del tubo digestivo.
Aunque la quemadura no sea claramente visible, puede ir degradando dicha pared y provocar una perforación diferida, que tiene mucho peor arreglo. En realidad, la mayoría de ellas no tienen solución endoscópica.
Cuando tenemos una complicación de este tipo, una perforación diferida que se produce horas o días después de que al paciente se le haya practicado el procedimiento, ese paciente casi siempre va a ser quirúrgico.

Los síntomas de una perforación pueden variar dependiendo de su localización, pero en general, el signo más común es un dolor abdominal repentino e intenso que sucede tiempo después de que el paciente ha sido sometido a la endoscopia.
Para confirmar una perforación, la prueba de elección es la tomografía computarizada (TC), ya que permite detectar la presencia de aire o líquido fuera del tracto digestivo.
Por lo general, una perforación que se diagnostica más de 24 h después del procedimiento o cuando el paciente ya tiene síntomas de infección, no es susceptible de tratamiento endoscópico.
Si la fuga de contenido ha provocado una infección o absceso, puede ser necesario el drenaje percutáneo o una intervención quirúrgica.
En algunos casos y, aunque la perforación suceda tardíamente, se puede evitar la cirugía.

¿Y l@s pacientes, doctor, pueden hacer algo para reducir el riesgo de perforaciones endoscópicas en su aparato digestivo?
Si bien las perforaciones endoscópicas no son eventos que el paciente pueda evitar directamente, hay ciertas medidas que pueden reducir el riesgo.
Lo más importante es elegir un centro médico con experiencia en endoscopia avanzada. Los hospitales y clínicas especializadas en endoscopia digestiva tienen equipos mejor preparados para prevenir y manejar complicaciones.
En el caso de la colonoscopia, una correcta limpieza del colon reduce el riesgo de perforación, ya que mejora la visibilidad para el especialista.
Además, si la hubiera, tener el colon limpio reduce el riesgo de complicaciones importantes como la peritonitis.
Tras el procedimiento, el paciente debe estar atento a cualquier síntoma anormal y reportarlo de inmediato.
Por último, seguir las indicaciones médicas antes y después del procedimiento es fundamental.

En este sentido, ¿cómo es la recuperación del paciente tras sufrir una perforación endoscópica?
La recuperación de una perforación endoscópica depende de varios factores, incluyendo el tamaño de la lesión, su localización y el tipo de tratamiento empleado.
En casos donde la perforación es pequeña y se cierra con éxito durante la endoscopia, el paciente puede recibir el alta en menos de 24 horas y continuar su recuperación en casa con una dieta progresiva y un seguimiento médico adecuado.
Si la perforación es más grande o si hubo alguna complicación durante la intervención, la recuperación puede requerir unos días de hospitalización.
Durante este tiempo, se administran antibióticos para prevenir infecciones y se mantiene al paciente en ayuno o con nutrición parenteral hasta asegurarse de que la perforación ha cicatrizado correctamente.
En algunos casos, se realizan controles endoscópicos posteriores para verificar que el cierre de la perforación gastrointestinal ha sido exitoso.
Cuando el paciente recibe el alta, es importante que cumpla una serie de recomendaciones para evitar molestias o recaídas.
Se suele recomendar una dieta blanda durante varios días, evitar esfuerzos físicos intensos y estar atento a síntomas de alarma como fiebre, dolor intenso o vómitos persistentes.
En general, la mayoría de los pacientes con perforaciones tratadas endoscópicamente se recuperan completamente sin secuelas y pueden retomar su vida normal en muy poco tiempo.
Por último, Dr. Marín Gabriel, ¿cuándo debe ir un paciente al hospital después de recibir el alta médica tras solucionarse una perforación?
Después de una endoscopia es normal sentir cierta molestia abdominal leve o hinchazón, especialmente si se ha utilizado aire o CO₂ para insuflar el tubo digestivo.
Sin embargo, hay ciertos síntomas que pueden indicar una complicación y que requieren atención médica inmediata:
Dolor abdominal intenso y persistente, que no mejora con el tiempo. Fiebre alta o escalofríos, que podrían indicar una infección. Náuseas o vómitos frecuentes, especialmente si hay sangre en el vómito.
Dificultad para respirar o dolor en el pecho, en casos de perforación esofágica. Sensación de hinchazón extrema y abdomen rígido, lo que puede indicar peritonitis.
Si se presenta alguno de estos síntomas, el paciente debe acudir de inmediato a un centro médico.
En muchos casos, una evaluación temprana permite actuar rápidamente y evitar complicaciones mayores.
Con todo, quiero subrayar que las perforaciones endoscópicas son poco frecuentes y, gracias a los avances en la endoscopia terapéutica, la gran mayoría se pueden manejar sin cirugía.
Sin olvidar que es trascendental que los pacientes estén bien informados, sigan las recomendaciones médicas y consulten con su especialista ante cualquier síntoma preocupante.
En el próximo videoblog de Aparato Digestivo hablaremos con el Dr. Marín sobre la microbiota intestinal, dos kilogramos de bacterias, fundamentalmente, virus y hongos que viven de forma permanente en el interior de nuestro tubo digestivo; un conjunto de microorganismos que desempeñan un papel deteterminante tanto en el proceso final de la digestión como en el sistema inmunitario.
La entrada Perforaciones endoscópicas en el tubo digestivo se publicó primero en EFE Salud.
Ciencia y Salud
Lucía, 15 años y cuatro recaídas por leucemia: hoy hace vida normal tras la terapia CAR-T tándem
Con 15 años, Lucía ya sabe qué es enfrentarse a cuatro recaídas por leucemia. Ahora hace vida normal, con la ilusión de estudiar Biología, gracias al tratamiento con la terapia CAR-T tándem que ofrece una nueva oportunidad a los pacientes pediátricos que ya no tenían más alternativas de tratamiento.
Lucía Álvarez es una de las diez pacientes menores y jóvenes adultos (de 24 o menos años) con leucemia linfoblástica aguda de células B, el tipo de cáncer más frecuente en la infancia, que han participado en un estudio con CAR-T tándem liderado por la Unidad CRIS de Terapias Avanzadas en Cáncer Infantil situada en el Hospital Universitario La Paz de Madrid que se ha presentado este jueves.
La investigación, dirigida a pacientes con recaídas, con enfermedad avanzada y sin más opciones de tratamiento, ha ensayado un enfoque innovador al utilizar la terapia CAR-T tándem, es decir, dirigida a dos antígenos, CD19 y CD22, moléculas presentes en las células malignas.
Los CAR-T son los linfocitos T del paciente modificados genéticamente en laboratorio, administrados por transfusión posteriormente al afectado para que se dirijan a las células leucémicas mediante un vector viral, a modo de vehículo de transporte, para su destrucción.
Y la novedad ha sido utilizar las CAR-T tándem, es decir, que reconocen simultáneamente dos moléculas diferentes, las CD19 y CD22. Así, si el tumor oculta una de ellas, las células son capaces de detectar la otra, y se dificulta la recaída de la enfermedad.
El escape antigénico
Los pacientes que han participado en este estudio habían sido tratados sin éxito con distintas estrategías, incluyendo un tratamiento con CAR-T sólo dirigido al CD19.
La leucemia linfoblástica aguda de células B es el tipo de cáncer más frecuente en la infancia. Gracias a los avances en inmunoterapia, especialmente las células CAR-T, la supervivencia supera el 90 %.
Sin embargo, más de la mitad de los pacientes que reciben un CAR-T recaen tras considerarse inicialmente curados.
Estas recaídas, principal causa de mortalidad de este tipo de leucemia pediátrica, suelen deberse al poco tiempo que sobreviven las CAR-T en el organismo y al llamado escape antigénico: la capacidad de las células tumorales de esconder la molécula que estas CAR-T detectan (el CD19), por lo que se vuelven invisibles a la terapia.
Los resultados de los CAR-T tándem
En el estudio participaron diez pacientes pediátricos y adultos jóvenes de menos 24 años a los que se les administró esta terapia tándem como una última opción para detener la enfermedad, lo que se denomina “uso compasivo”.
Un mes después de la infusión de esta terapia celular, a 8 de los 10 pacientes la enfermedad se les redujo tanto que no se podía ni detectar.
Cinco de ellos pudieron recibir trasplante de médula ósea que consolidó su tratamiento exitoso y, tras 20 meses de seguimiento promedio, 6 de estos 10 niños siguen vivos, lo que significa una supervivencia global de alrededor del 60 % en niños que ya no tenían otras opciones, explica la Fundación Cris contra el Cáncer.
Tras el estudio, publicado en la revista internacional eBiomedicine, otro niño fue tratado con este mismo tratamiento también en uso compasivo.

Lucía y su vuelta a la normalidad
Lucía es una de las niñas que ha participado en el estudio y ha asistido al acto de presentación de los resultados de esta terapia en el Hospital de La Paz.
«Ahora estoy perfectamente, haciendo ejercicio para recuperar la fuerza que tenía antes, quiero apuntarme a montar a caballo, que me gusta mucho, he hecho amigos…Ahora estoy muy bien, lo único que me pasa es que me cuesta comer», comenta la adolescente.
Pero no ha sido fácil llegar hasta aquí.
Ahora tiene 15 años, pero fue con 17 meses cuando fue diagnosticada con leucemia.A pesar de que las leucemias infantiles tienen una tasa de curación cercana al 90 %, aquellos que tienen recaídas cuentan con un pronóstico más complejo.
Lucía ha tenido cuatro recaídas. Tras el diagnóstico con 17 meses, se la trató con quimioterapia y no fue hasta los 7 años cuando llegó la primera recaída.
La quimioterapia contuvo de nuevo el cáncer hasta que en el año 2020, en plena pandemia, esta neoplasia hematológica reapareció en el sistema nervioso central.
En esta segunda recaída fue tratada con CAR-T y el cáncer entró en remisión hasta que en 2022 reapareció y se tuvo que someter a un trasplante de médula que le provocó un coma. Y también lo superó.
Pero en 2024 la leucemia llegó de nuevo y ya no había opciones para Lucía.
Pero su padre acudió a la Unidad Cris de Terapias Avanzadas en Cáncer Infantil del Hospital Universitario la Paz, donde han tratado, desde 2018, cerca de mil niños y niñas a quienes los tratamientos convencionales no habían funcionado y han realizado 67 ensayos clínicos.
Lucía entró en el ensayo que le administró el CAR-T tándem y se sometió a un segundo trasplante.
Ahora la adolescente hace vida normal, aunque superando una enfermedad del injerto contra el huésped, una complicación propia de los trasplantes.
El pasado mes de septiembre ha podido reincorporarse al colegio, aunque no ha podido asistir presencialmente siempre, ha estudiado en casa y en la escuela del hospital.
Asegura que sus amigos han sido un gran apoyo durante estos años haciéndole llegar mensajes y vídeos. Sueña con ir a la universidad y estudiar Biología.
Colaboración público-privada
Este estudio con las CAR-T tándem representa el primer reporte clínico en Europa y España con este enfoque terapéutico, que ya cuenta con publicaciones en China, Estados Unidos y Reino Unido.
Ha sido posible gracias a la alianza entre la Fundación CRIS Contra el Cáncer, el Hospital La Paz, el Instituto de Investigación IdiPAZ, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).
La presidenta de CRIS Contra el Cáncer, Lola Manterola, durante su intervención ha puesto en valor esta colaboración público-privada entre la sanidad pública y los fondos de la sociedad civil como una herramienta clave para impulsar la innovación y la investigación biomédica, optimizar los recursos y atraer el talento.
Esta nueva oportunidad para pacientes pediátricos y jóvenes sin otras alternativas abre un nuevo ensayo clínico para ampliar y validar esta innovadora estrategia.
La entrada Lucía, 15 años y cuatro recaídas por leucemia: hoy hace vida normal tras la terapia CAR-T tándem se publicó primero en EFE Salud.
Ciencia y Salud
Cáncer de hígado: la necesidad de mayor investigación y participación en ensayos clínicos
Los casos de cáncer de hígado podrían duplicarse en los próximos 25 años, por eso los expertos reclaman más investigación clínica y mayor participación en los ensayos clínicos de este tumor, que entre los digestivos, es uno de los que peor pronóstico tiene.
Desde el Grupo de Tratamiento de los Tumores Digestivos (TTD), los oncólogos señalan que tres de cada cinco casos de cáncer de hígado se puede prevenir, ya que afectan factores como la obesidad, el consumo de alcohol o la hepatitis viral, pero las tasas de supervivencia y curación son limitadas.
Un reto para los oncólogos
Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Hígado, el presidente del Grupo TTD, Fernando Rivera, destaca la necesidad de impulsar ensayos clínicos multicéntricos y la investigación cooperativa con el objetivo de hallar «herramientas más eficaces, identificar nuevos biomarcadores y avanzar hacia una medicina personalizada» en el hepatocarcinoma.
Este tumor supone «uno de los grandes retos para los oncólogos», señala Rivera, que anima a fomentar la participación en ensayos clínicos.
Y recuerda que, pese a los avances en inmunoterapia y terapias dirigidas, el cáncer de hígado se diagnostica en muchos casos en fases avanzadas, cuando hay escasas posibilidades de curación.

«Solo a través del trabajo conjunto entre hospitales, investigadores y especialistas podremos ofrecer más oportunidades de tratamiento a los pacientes con cáncer hepático”, asegura Rivera, quien es jefe de servicio de
Oncología Médica del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander.
Según las estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), este año habrá 6.800 casos nuevos de cáncer de hígado, que junto al de vías biliares intrahepáticas, causó la muerte de 5.184 personas.
Una mirada global
Insisten desde el TTD en la necesidad de seguir fortaleciendo las redes de investigación cooperativa en hepatocarcinoma y en trasladar cuanto antes los avances recientes a la práctica clínica para que beneficien a todos los pacientes.
El tratamiento del hepatocarcinoma requiere la implicación coordinada de hepatólogos, oncólogos médicos, radiólogos, cirujanos, patólogos y especialistas en medicina nuclear, entre otros profesionales, con lo que es esencial el abordaje multidisciplicar, que impulsa el Grupo TTD desde su fundación.
En este sentido la vicepresidenta del Grupo TTD y jefa del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Navarra, Ruth Vera, indica que el cáncer de hígado es «un tumor complejo que requiere de una mirada global, integradora y empática».
Prevención y diagnóstico precoz
Los oncólogos del TTD también hacen hincapié en la prevención y el diagnóstico precoz para poder revertir el incremento de casos.
En este punto, Vera sostiene que el cáncer de hígado no se puede asociar únicamente al consumo excesivo de alcohol.
«La realidad es mucho más compleja y sabemos que existen otras causas relevantes detrás de este tumor”, puntualiza la oncóloga.
De ahí que recomienden reforzar las estrategias de salud pública, impulsar la vacunación frente a la hepatitis B, mantener el cribado universal del virus de la hepatitis C y promover hábitos de vida saludables que ayuden a prevenir la enfermedad por hígado graso.
Los programas estructurados de seguimiento de pacientes con hepatopatía crónica permiten detectar tumores en fases iniciales, afirman desde el TTD, y ofrecer opciones curativas.
Y abogan, asimismo, por concienciar tanto a la población general, como a los profesionales sanitarios sobre la importancia del control periódico del paciente con enfermedad hepática, ya que la detección temprana puede marcar la diferencia entre una opción curativa y una paliativa.
Asimismo, inciden en dar voz a los pacientes para «romper con el estigma de la enfermedad» y avanzar «hacia una atención más humana, integral y eficaz».
La entrada Cáncer de hígado: la necesidad de mayor investigación y participación en ensayos clínicos se publicó primero en EFE Salud.
Ciencia y Salud
¿Por qué aparecen los juanetes? Consejos para prevenirlos
Los juanetes o hallux valgus es una de las deformidades del pie más comunes, especialmente entre las mujeres. ¿Cómo prevenirlos? Nuevo post de los expertos del blog «Salud y prevención».
Esta deformidad, los juanetes, llegan a causar dolor, dificultad para caminar, problemas en la planta del pie y en otros dedos (dedos en garra, o por ejemplo metatarsalgia), aparte de deformidades.
Aunque existe una predisposición genética, factores como el uso de calzado estrecho o de tacón, la edad, y ciertos aspectos biomecánicos del pie aumentan el riesgo.
El doctor Sergio Mota Blanco, especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica y facultativo de la Unidad de Pie del Hospital Quirónsalud Toledo, recuerda que detectar la deformidad a tiempo, y usar el calzado adecuado puede retrasar su aparición, al mismo tiempo que destaca que la cirugía sólo se recomienda cuando el dolor persiste pese al tratamiento conservador.

Subraya este especialista que existen dos factores que influyen en la prevalencia de esta enfermedad: el sexo femenino y la edad avanzada.
“Los estudios avalan que existe una predisposición genética de tipo familiar, con una afectación mucho más frecuente en las mujeres, que en los hombres, y con una relación de 9:1. Por otro lado, en mujeres mayores de 65 años la prevalencia es mucho mayor llegando hasta un 35%”, apunta.
Su origen es multifactorial, siendo una combinación factores intrínsecos y ambientales lo más probable, tal y como apunta, y dentro se encontrarían los factores genéticos (herencia); los aspectos biomecánicos del propio pie del paciente, como son la fórmula metatarsal o digital del pie; así como la laxitud ligamentosa, o la hipermovilidad del primer radio.
“Dentro de los factores ambientales el uso de zapato estrecho y el tacón de forma continuada es el que más influye en la aparición de esta deformidad”, agrega el doctor Mota Blanco.
Cómo prevenir los juanetes
Eso sí, este especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica de Quirónsalud Toledo lamenta que en la actualidad no se pueden prevenir los juanetes, dado que su origen en muchas ocasiones es multifactorial.
Además, insiste este experto en que existe una predisposición genética del paciente sobre la que no se puede actuar para la prevención de la aparición de la deformidad.
“Ahora bien, sí podemos actuar sobre los factores ambientales y biomecánicos para intentar retrasar la aparición de la deformidad, aunque no siempre se consigue. Es recomendable la utilización de un zapato de ancho, y con buen soporte del arco plantar, así como la realización de ejercicios de estiramiento y de fuerza de la musculatura del pie”, destaca el doctor.
De hecho, aconseja acudir a un especialista ante la aparición de la deformidad porque, según certifica, en ocasiones el paciente cree presentar patología del hallux valgus cuando realmente presentan otras patologías como el hallux rigidus, o la sesamoiditis, que pueden producir clínica dolorosa, pero tienen otros tratamientos.
“Es conveniente que el paciente acuda a consulta del especialista cuando observe que se está produciendo una deformidad, o comience con dolor en el pie, para que pueda ser evaluado y diagnosticado de la patología que padece y se le den las recomendaciones oportunas”.
En este contexto, el doctor Mota resalta que el diagnóstico de las deformidades del hallux valgus es clínico y radiológico: “El paciente suele notar una prominencia medial en la base hallux del pie con enrojecimiento y engrosamiento cutáneo, doloroso a la palpación, y desviación del primer dedo hacia el segundo dedo. El médico especialista con la exploración física puede identificar la deformidad del hallux valgus y, si existen deformidades asociadas en el resto de los dedos, o en el mediopié y retropié, o problemas biomecánicos añadidos”.
Cuándo está indicada la cirugía
Preguntado este facultativo de la Unidad de Pie del Hospital Quirónsalud Toledo sobre cuándo estaría indicada la cirugía para un juanete, responde que sería para pacientes con hallux valgus sintomático que no mejora con el tratamiento conservador.
“El objetivo de la cirugía es la corrección de la deformidad para aliviar la sintomatología dolorosa que produce la enfermedad. La cirugía no estaría indicada sólo para la corrección estética de la deformidad sin sintomatología dolorosa asociada”, avisa.
Existen múltiples técnicas quirúrgicas descritas para la corrección del hallux valgus, según prosigue, y precisa que, generalmente, la cirugía correctiva consiste en la actuación sobre partes blandas (tenotomías, ligamentoplastia…) y sobre el hueso (osteotomías correctivas o fusiones óseas); siendo la intervención quirúrgica una combinación de ambos gestos quirúrgicos.
“Además, en la misma intervención quirúrgica pueden ser necesarios la realización de gestos quirúrgicos sobre los dedos y los metatarsianos menores, sobre el mediopié o el retropié, para poder corregir las deformidades asociadas al hallux valgus. Generalmente, se trata de cirugía ambulatoria, donde el paciente es dado de alta a domicilio el mismo día de la intervención, y en la mayor parte de las ocasiones se permite el apoyo con un zapato ortopédico”, concluye el doctor Sergio Mota Blanco.
La entrada ¿Por qué aparecen los juanetes? Consejos para prevenirlos se publicó primero en EFE Salud.
- 
																	   Mundo Economía3 días Mundo Economía3 díasLínea Gráfica presenta Factulinker en Eshow Madrid 
- 
																	   Mundo Economía3 días Mundo Economía3 díasRodrigo Ramos D’Agostino analiza el impacto de la IA Generativa en el sector financiero 
- 
																Ciencia y Salud3 díasLa vacuna antigripal reduce infartos, diabetes y demencia 
- 
																	   Mundo Economía2 días Mundo Economía2 díasEntrix aterriza en España y Portugal para impulsar la nueva era de almacenamiento energético inteligente 
- 
																	   Mundo Economía3 días Mundo Economía3 díasAsí funciona Co-CEO, la nueva forma de acelerar empresas en España 
- 
																	   Mundo Economía3 días Mundo Economía3 díasNuevo encanto de la ciudad antigua: Avanzando hacia el futuro urbano a través de la continuidad cultural 
- 
																	   Mundo Economía3 días Mundo Economía3 díasCon más de mil eventos al año, la industria de exposiciones prevé crecer un 10 % en México 
- 
																	   Mundo Economía2 días Mundo Economía2 díasLa empresa de electricidad ISSE se suma al patrocinio del Racing de Móstoles en su expansión por Madrid 

 
								

 
											 
											 
											 
											 
											 
											 
											 
											 
											