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Ciencia y Salud

Los pacientes trasplantados en la UE necesitan mucho más apoyo oficial, reclaman expertos

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Bruselas (Euractiv.com/.es) – Al tiempo que la Unión Europea (UE) avanza en su Plan de Lucha contra el Cáncer, los expertos advierten de que los supervivientes de trasplantes no reciben el suficiente apoyo por parte de las instituciones.

En ese sentido, reclaman un marco europeo para normalizar la asistencia, integrar los datos, formar a los profesionales y garantizar la financiación, para que los pacientes trasplantados estén incluidos también en las estrategias europeas contra el cáncer y las enfermedades raras.

Para miles de europeos que se han sometido a un trasplante de médula ósea o de órganos, la supervivencia es sólo el principio del camino.

Tras soportar una enfermedad potencialmente mortal y una intervención quirúrgica, muchos se enfrentan a complicaciones físicas, psicológicas y sociales de por vida. Sin embargo, la atención postrasplante en Europa está fragmentada y es desigual, con diferencias significativas entre países, hospitales y entornos asistenciales.

A medida que la UE avanza en la aplicación del Plan Europeo «Vencer al Cáncer», los expertos advierten de la necesidad de prestar más atención a la fase de supervivencia, sobre todo en el caso de los receptores de trasplantes que viven con enfermedades crónicas como la enfermedad de injerto contra huésped (EICH), una reacción inmunitaria debilitante que afecta hasta al 70% de los receptores de trasplantes alogénicos de médula ósea.

Atención desigual y falta de datos

«En Europa, la atención postrasplante y de supervivencia sigue siendo fragmentaria e incoherente, lo que deja a muchos pacientes en una situación de vulnerabilidad cuando abandonan los centros especializados», afirman fuentes de la Organización Europea contra el Cáncer.

«El seguimiento en la comunidad suele ser limitado, y los profesionales sanitarios pueden carecer de los conocimientos necesarios para tratar efectos tardíos complejos, como la enfermedad crónica de injerto contra huésped», agregan.

El acceso a rehabilitación, apoyo psicosocial y seguimiento a largo plazo también es muy desigual.

En ese sentido, la organización advierte de que «la ausencia de registros armonizados y de recopilación de datos a largo plazo dificulta la evaluación comparativa de los resultados y la planificación eficaz, lo que en última instancia expone a los supervivientes a un mayor riesgo de comorbilidad y reduce su calidad de vida».

Francesco Paolo Russo, Consejero de Asuntos Exteriores de la Asociación Europea para el Estudio de las patologías del Hígado (EASL por sus siglas en inglés), señala que «en toda Europa, la atención a los supervivientes de trasplantes de órganos sólidos sigue estando fragmentada, con variabilidad entre países y centros. Se siguen las directrices internacionales de las sociedades científicas, pero persisten las diferencias de práctica entre centros, incluso dentro de un mismo país.»

El experto añade que «el cribado de enfermedades cardiovasculares, disfunciones endocrinas, cánceres secundarios y toxicidades orgánicas es incoherente», mientras que «los datos entre países sobre resultados son escasos».

Esa falta de coordinación socava la intervención precoz, un factor crítico para prevenir los daños irreversibles causados por la EICH y otros efectos tardíos, sostiene.

El precio de la fragmentación

Los pacientes que sobreviven a un trasplante afirman haber pasado por un largo camino, marcado por la incertidumbre y el aislamiento.

Tras la fase aguda del tratamiento, muchos reciben el alta con un apoyo limitado para controlar síntomas crónicos como la fatiga, el dolor o la inflamación de los órganos. Sólo un tercio de los afectados por EICH crónica pueden volver al trabajo, y el malestar psicológico, incluida la ansiedad y la depresión, son frecuentes.

En ese sentido,  Russo subraya que esos problemas no son aislados.

«La angustia psicológica, la reintegración social, el apoyo profesional y la rehabilitación no se abordan suficientemente en los programas de supervivencia», afirma.

«Muchos registros tienen por objeto anotar la supervivencia del paciente y del injerto, pero no recogen sistemáticamente otros resultados del trasplante, ni incluyen resultados «más blandos» como la calidad de vida o las medidas de resultados comunicadas por el paciente.», afirma el experto.

Los sistemas sanitarios suelen pasar por alto estas dimensiones humanas, centrándose en las tasas de supervivencia y descuidando la rehabilitación y la atención psicológica, explica.

«Supervivientes duales» y limitaciones del sistema

Los retos se extienden a los pacientes trasplantados de órganos que viven con inmunosupresión a largo plazo.

«Cada vez más receptores de trasplantes de hígado se someten a un trasplante por indicaciones oncológicas», explicó el Prof. Russo. «Estos pacientes están expuestos a una inmunosupresión de por vida, que protege contra el rechazo del aloinjerto pero al mismo tiempo aumenta su riesgo tanto de recurrencia del cáncer como de cánceres de novo. De ahí que los pacientes trasplantados sean ‘supervivientes duales’», afirma.

Advirtió de que la demanda de atención postrasplante «ha superado la capacidad y los recursos de los centros de trasplante». Por ello, «la transición de los centros de trasplante a la atención comunitaria está mal coordinada y a menudo fragmentada. Muchos médicos de cabecera carecen de formación sobre las complicaciones relacionadas con los trasplantes». subraya.

«El seguimiento a largo plazo consume muchos recursos y a menudo no es reembolsado adecuadamente por los seguros médicos, lo que crea lagunas una vez finalizado el periodo agudo del trasplante.», advierte Russo.

Ampliar el plan europeo «Vencer el cáncer»

El Plan Europeo «Vencer al Cáncer» ofrece un marco para mejorar la supervivencia. Sus sistemas de seguimiento y herramientas de datos podrían incluir a los receptores de trasplantes.

Las complicaciones postrasplante a menudo se sitúan entre ámbitos políticos, no claramente dentro de los marcos del cáncer o las enfermedades raras, lo que deja a los pacientes sin un apoyo adaptado. Alinear la supervivencia de los trasplantes con el pilar «vivir bien después del cáncer» del Plan ayudaría a colmar esta laguna.

Por ello, Russo recuerda que la UE ya dispone de mecanismos que podrían aprovecharse.

«EU4Health y Horizon Europe pueden apoyar la investigación centrada en los trasplantes, los registros, la telemedicina y las clínicas de supervivencia. El Centro de Conocimiento del Cáncer de la UE puede coordinar directrices y criterios de referencia, y las Redes Europeas de Referencia podrían ampliarse para abarcar las neoplasias relacionadas con la inmunosupresión.», explica.

En la misma línea, el experto instó a poner en marcha proyectos piloto prácticos: «Deberíamos poner en marcha clínicas de supervivencia al trasplante codirigidas por equipos de trasplante y oncología, y crear programas de hermanamiento e intercambio para reducir las disparidades entre regiones».

Colaboración e intercambio de conocimientos

La Organización Europea contra el Cáncer señala que «la mejora de los resultados de los supervivientes de trasplantes requiere una mayor colaboración multidisciplinar y transfronteriza. Los hematólogos, los especialistas en órganos específicos, los proveedores de atención primaria, los expertos en rehabilitación y los profesionales psicosociales deben integrarse plenamente en las vías de supervivencia».

Por otra parte, la organización afirma que «la cooperación europea a través de registros, sistemas de acreditación e iniciativas de formación, incluido el proyecto INTERACT-EUROPE 100, cofinanciado por la UE, puede ayudar a garantizar que se compartan los conocimientos entre los Estados miembros».

Aprovechar el plan europeo «Vencer al Cáncer» para ampliar estos esfuerzos ayudaría a colmar las lagunas actuales, reforzar la atención a la supervivencia y mejorar la calidad de vida a largo plazo de los pacientes trasplantados.», afirman.

Un llamamiento a la recuperación integral

La supervivencia tras un trasplante representa un triunfo de la ciencia médica, pero debe ir acompañada de un compromiso con el bienestar a largo plazo. Para Europa, eso significa ir más allá de las intervenciones que salvan vidas y pasar a sistemas que las mantienen, datos armonizados, profesionales formados y un acceso equitativo a la rehabilitación y el apoyo a la salud mental.

La integración de la supervivencia a los trasplantes en las políticas sanitarias de la UE, desde el Plan Vencer al Cáncer hasta la posible renovación del Plan de Acción de la UE sobre Donación y Trasplante de Órganos y un posible Plan de Acción de la UE sobre Enfermedades Raras, podría superar la brecha entre la supervivencia y la recuperación, garantizando que los pacientes no sólo vivan, sino que tengan calidad de vida.

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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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Diverticulitis, evolución inflamatoria de los divertículos

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«Los divertículos en el colon son pequeñas ‘bolsitas‘ que se forman en la pared interna del intestino grueso, sobre todo en el área sigmoide, causadas por la presión que ejercen los restos fecales más sólidos al oprimir la capa mucosa hacia puntos de menor resistencia en las capas submocosa, muscular y serosa», define el Dr. José Carlos Marín Gabriel, especialista en endoscopia del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.

«Los divertículos también pueden desarrollarse en otras zonas del tubo digestivo: son particularmente frecuentes en la parte alta del esófago (divertículo de Zenker); en el duodeno, cercanos a la desembocadura de la vía biliar, en la papila de Vater; o en la parte final del intestino delgado, más aún en niñ@s (divertículo de Meckel)», apunta el director científico del Instituto Clínico del Aparato digestivo (ICAdig).

En el colon, los divertículos, especie de agujeritos de un queso gruyer, de tamaño y profundidad variables, son más comunes a partir de la mediana edad, en el que confluyen la presión intraluminal (espacios huecos), cambios estructurales de la pared intestinal, ciertos hábitos de vida o, por ejemplo, al sufrir estreñimiento.

Los divertículos, que no ofrecen síntomas, se suelen descubrir «de rebote» durante una prueba colonoscópica o cualquier prueba de imagen por diferentes motivos diagnósticos y terapéuticos.

«Aunque pueda sorprenderte el hallazgo de divertículos en tu colon, o pseudodivertículos porque sólo afectan a la capa superficial, la mayor parte de las personas con diverticulosis no tendrán que soportar complicaciones a lo largo de su vida», destaca el Dr. Marín Gabriel.

La clave de esta patología estará en identificar cuándo un divertículo se inflama y evoluciona a diverticulitis.

«Ese paso de ‘bolsa simple’ a ‘bolsa inflamada’ explica por qué dos pacientes con idéntica modificación anatómica pueden tener historias clínicas radicalmente distintas: uno, asintomático; otro, con dolor y fiebre», subraya el especialista endoscópico.

Divertículos o diverticulosis.
Divertículos en el colon sigmoide, en el lado izquierdo de nuestro abdomen. Imágenes cedidas por el Dr. José Carlos Marín Gabriel.

Dr. Marín Gabriel, ¿qué diferencia la diverticulosis de la diverticulitis?

Diverticulosis es tener divertículos sin inflamación activa ni infección, y diverticulitis es cuando uno o varios de estos divertículos se inflaman, lo que desencadena dolor localizado, fiebre y alteraciones del tránsito intestinal.

La diferencia no es semántica: condiciona pruebas, tratamiento y pronóstico, puesto que entre un 1 y un 5 % de las personas con divertículos desarrollarán diverticulitis.

Aún así, se desconoce la causa concreta de la diverticulitis aguda, pero existen diferentes teorías.

Se piensa que algunos restos fecales pueden quedar impactados dentro del divertículo y eso puede favorecer que algunas bacterias pasen a través de la pared y produzcan la inflamación.

También, parece que podría ser factible la presencia de microperforaciones en el divertículo que ocasionaran la inflamación y la posterior infección.

Asimismo, cabe la posibilidad de que algunas alteraciones tanto en nuestra inmunidad como en la mucosa que protege la zona del divertículo, o quizá cambios en la propia microbiota del colon, con la aparición de bacterias más lesivas, podrían inducir la inflamación o diverticulitis.

En la diverticulosis no complicada carece de sentido “hacer algo” preventivo, más allá de estilo de vida saludable. En cambio, la diverticulitis aguda exige valorar gravedad, descartar complicaciones (absceso, perforación, obstrucción) y, según el caso, decidir entre manejo ambulatorio u hospitalario.

Además, las guías modernas tienden a un abordaje menos agresivo de las diverticulitis cuando el cuadro del paciente es leve y presenta estabilidad.

También, conviene saber que se describen síntomas crónicos relacionados con divertículos sin inflamación aguda franca, o secuelas de brotes previos.

Dolor abdominal por diverticulitis.

¿Y cuáles son los síntomas típicos de una diverticulitis aguda?

Lo más habitual es dolor en el cuadrante inferior izquierdo (la “zona del sigma” que está al lado contrario del apéndice), que puede comenzar difuso y luego localizarse.

Se acompaña con frecuencia de fiebre, malestar general y cambios del ritmo intestinal: estreñimiento en aproximadamente la mitad de los casos o, menos a menudo, diarrea.

Algunas personas refieren molestias urinarias por irritación de la vejiga vecina.

El sangrado visible por el recto no es lo característico durante un brote (cuando aparece, suele obedecer a otra complicación de la diverticulosis, la hemorragia diverticular, que tiene su propio manejo).

En la exploración puede haber dolor a la palpación y defensa local; si hay signos de irritación peritoneal, hay que alarmarse.

Un mensaje clave: si el dolor es intenso, persistente o va a más, si se acompaña de fiebre alta, vómitos o incapacidad para tolerar líquidos, es motivo de valoración urgente. Mejor “pasarse de cauto” que llegar tarde a una complicación.

Diverticulitis aguda.
Diverticulosis.

Dr. Marín, ¿quién tiene más riesgo de padecer diverticulitis?

La probabilidad de tener divertículos y de sufrir algún episodio de diverticulitis aumenta con la edad, aunque no es exclusiva de personas mayores.

Factores como el sobrepeso, el sedentarismo, el tabaco y una dieta pobre en fibra se han asociado a mayor riesgo, mientras que la actividad física regular parece protectora.

Además de los hábitos insanos, existen componentes biológicos: cambios del tejido conectivo de la pared colónica, alteraciones de la microbiota y cierta predisposición genética.

La investigación reciente explora cómo estos elementos interactúan con el estilo de vida y por qué algunos individuos desarrollan inflamación repetida y otros no.

Por último, la inmunosupresión (por fármacos o enfermedades concomitantes) cambia el mapa de riesgos: habrá una mayor probabilidad de complicaciones y la necesidad de antibióticos o una posible hospitalización.

En estos pacientes, las decisiones suelen ser más conservadoras y personalizadas.

Doctor, ¿cómo se confirma el diagnóstico de una diverticulitis?

La tomografía computarizada (TC) de abdomen y pelvis es la prueba de elección cuando hay duda diagnóstica o signos de alarma: delimita la inflamación, detecta abscesos y orienta la gravedad.

En episodios leves con clínica típica y buena evolución, puede manejarse sin imagen, pero la TC aporta seguridad cuando el cuadro es más intenso o algo no encaja del todo.

En fase aguda no se recomienda la colonoscopia porque insuflar aire y manipular un colon inflamado eleva el riesgo de perforación; esta exploración se reserva para más adelante, ya resuelto el episodio, sobre todo si fue complicado o si el paciente no está al día de su cribado de cáncer colorrectal.

La analítica siempre ayuda (marcadores inflamatorios, hemograma), pero ni sustituye a la clínica ni a la imagen cuando se necesita. El juicio global del especialista (síntomas, exploración, comorbilidades y, si procede, TC) guiará el plan del abordaje de la diverticulitis.

Diverticulitis.
Instantánea de una tomografía computerizada (TC) del colon donde se observa una diverticulitis complicada por una perforación con engrosamiento peridiverticular (inflamación de la grasa que rodea el divertículo) y colección de pus. La prueba diagnóstica por imagen decidió abordar el problema mediante el drenaje percutáneo radiológico debido a la ausencia de mejoría previa con antibióticos.

¿Y cómo se tratan las diverticulitis?

Esta es una de las grandes actualizaciones de los últimos años. En pacientes inmunocompetentes con diverticulitis aguda leve y no complicada, varias guías y revisiones coinciden en usar antibióticos de forma selectiva, no rutinaria.

Se prioriza el control del dolor, la hidratación, la dieta progresiva y la observación clínica.

Se reservan antibióticos para quienes tienen comorbilidades importantes, síntomas persistentes o empeoramiento, o si la imagen diagnóstica del TC muestra complicaciones.

La razón es doble: por un lado, la diverticulitis leve se comporta más como un proceso inflamatorio que como una infección; por otro, los ensayos y metaanálisis no han mostrado beneficios claros de los antibióticos en desenlaces relevantes (complicaciones, recurrencias) en ese subgrupo de pacientes.

Esto no «descarta» el uso de antibióticos, pero sí invita a individualizar cada caso.

Ahora bien, si el paciente está inmunodeprimido, presenta signos sistémicos, dolor intenso con afectación del estado general, o hay absceso, perforación o sepsis, los antibióticos vuelven al primer plano (a menudo, junto con otras medidas).

La clave de la terapia frente a la diveticulitis es evaluar el contexto, no aplicar recetas universales.

Divertículos.

Dr. Marín, ¿qué papel juega la dieta en el tratamiento de la diverticulitis?

Fuera del episodio agudo, una dieta rica en fibra (frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, etc.) mejora la consistencia de las heces, reduce la presión en el colon y puede ayudar a disminuir recurrencias.

Durante un brote leve, muchas guías permiten empezar con líquidos claros o dieta semilíquida y avanzar según tolerancia conforme cede el dolor. La hidratación es básica en todas las fases.

¿Y se debe evitar el consumo de semillas, como pipas de girasol, chía, quinoa o sésamo?

Sobre el viejo mito de evitar la ingesta de semillas, frutos secos o maíz cabe decir que la evidencia moderna no respalda prohibirlos de forma general.

Estudios poblacionales no han mostrado un mayor riesgo de diverticulitis por consumirlos, así que no tiene sentido una lista de “alimentos prohibidos” por sistema; importa más el patrón dietético global y la tolerancia individual.

Más allá de la fibra, mantener un peso adecuado, moverse a diario y limitar carnes rojas y procesadas aporta beneficios añadidos. No hay suplementos “milagro”… Si algo promete prevenir todos los brotes, desconfía.

La prevención en diverticulitis es, sobre todo, un estilo de vida saludable.

Doctor, ¿se puede complicar una diverticulitis en el colon?

Las complicaciones “clásicas” son el absceso peridiverticular, la perforación con peritonitis, la obstrucción por edema o estenosis inflamatoria y la fístula (por ejemplo, entre el colon y la vejiga o entre el colon y la vagina).

Cuando aparecen las fístulas, cambian el manejo de la diverticulitis: puede hacer falta antibiótico intravenoso, drenaje percutáneo del absceso o incluso cirugía.

El reto clínico es distinguir a tiempo los casos no complicados de aquellos otros en los que la evolución se tuerce.

Fiebre sostenida, empeoramiento del dolor, taquicardia, incapacidad para comer o signos de irritación peritoneal son señales de alarma.

La TC aquí vuelve a ser protagonista para confirmar la sospecha y planificar la estrategia.

A medio plazo, algunas personas pueden desarrollar estenosis o fístulas que no cierran con un tratamiento conservador y requieren cirugía electiva una vez “enfriada” la inflamación.

Estas decisiones se toman con calma, valorando riesgos, beneficios y preferencias del paciente.

Fístula entre el colon y la vejiga urinaria.
Fístula colovesical.

¿Y cuándo se ingresa a un paciente con diverticulitis en un hospital?

Solemos ingresar al paciente cuando hay dolor intenso, fiebre alta o mal estado general, vómitos persistentes, imposibilidad de tolerar líquidos, inmunosupresión o complicación en la imagen.

El ingreso permite control del dolor, hidratación intravenosa, antibióticos cuando proceden y reevaluaciones seriadas. Muchos casos leves, en cambio, se manejan de forma ambulatoria con vigilancia estrecha.

Doctor Marín, ¿las diverticulitis te pueden llevar al quirófano?

La cirugía urgente se reserva para perforación con peritonitis, obstrucción grave no resuelta o fracaso del manejo conservador.

En pacientes con absceso de cierto tamaño, el drenaje percutáneo guiado por imagen puede evitar una operación en caliente.

Si persisten complicaciones (por ejemplo, una fístula) o hay episodios muy invalidantes, se plantea cirugía electiva cuando el terreno está calmado.

Un matiz relevante: las decisiones ya no se basan en “contar brotes de diverticulitis” sin más, sino en la gravedad, el impacto en la calidad de vida y el perfil de riesgos.

Incluso operando, puede persistir dolor crónico en una minoría de pacientes, por lo que alinear expectativas es parte de un buen tratamiento.

Doctor, ¿está recomendada una colonoscopia después de un episodio de diverticulitis?

Depende del tipo de episodio y de tu situación previa. La mayoría de las guías de práctica clínica y sociedades médicas especializadas recomiendan llevar a cabo una colonoscopia tras un primer episodio complicado de diverticulitis en pacientes que no se han realizado recientemente esta prueba.

En los episodios no complicados y con cribado al día, la colonoscopia sistemática no aporta un claro beneficio. Suele programarse a las 6 u 8 semanas de la resolución con el fin de minimizar riesgos.

El objetivo es confirmar el diagnóstico y descartar lesiones que puedan imitar una diverticulitis, como un cáncer de colon.

Cáncer de colon.
Cáncer de colon.

Entonces, doctor ¿los divertículos aumentan el riesgo de cáncer de colon?

A grandes rasgos, tener divertículos (diverticulosis) no parece aumentar por sí mismo el riesgo de cáncer colorrectal a largo plazo.

Lo que sí ocurre es que un episodio de diverticulitis puede solaparse con un cáncer oculto o “enmascararlo” durante un tiempo. Por estos motivos se detectan más tumores en el período cercano al brote que estaban presentes, pero que no se habían diagnosticado.

Tanto es así que las guías de práctica clínica actuales reflejan esta idea y recomiendan realizar una colonoscopia tras la resolución del episodio en algunos casos.

Globalmente, se detectan cánceres de colon en torno al 1,6–1,9 % en pacientes con diverticulitis aguda.

La cifra aumentará cuando se produzcan complicaciones asociadas como el absceso, la perforación o la obstrucción. En estos últimos, la detección de un cáncer de colon asociado puede llegar al 8 % de los casos.

Este patrón sugiere coexistencia/máscara diagnóstica en los cuadros graves más que una “transformación” causada por los divertículos.

Además, el exceso de diagnósticos se concentra al inicio tras la diverticulitis y desaparece con el tiempo.

Un estudio reciente encontró un riesgo elevado de cáncer sólo en los primeros 0–6 meses y un “efecto protector” hasta 8 años, probablemente porque muchos pacientes ya quedaron revisados con colonoscopia.

Con este ejemplo se refuerza la idea de sesgo de detección más que de riesgo biológico asociado. En realidad, lo que sucede es que algunos tumores se pueden manifestar como una falsa diverticulitis.

En resumen: los divertículos no “se vuelven” cáncer, pero estamos atentos tras el episodio agudo para no pasar por alto un tumor que ya estaba allí.

Divertículos o diverticulosis.

Dr. Marín, ¿algún fármaco previene nuevos episodios de diverticulitis?

La tentación de tomar algún fármaco o medicamento para que no se repita la diverticulitis es comprensible, pero la evidencia no respalda su uso rutinario.

Las guías del ACP desaconsejan mesalazina para prevenir recurrencias por falta de beneficios y potenciales efectos adversos.

Con antibióticos cíclicos (como rifaximina) los datos son heterogéneos y de calidad limitada; por lo que, usarlos de forma crónica, no tiene el respaldo científico suficiente.

Lo que sí parece útil es el consumo de fibra, realizar ejercicio físico, dejar el tabaco y perder peso.

Este cambio de foco, de la pastilla “preventiva” a un nuevo estilo de vida, refleja lo que sabemos hoy sobre fisiopatología: la inflamación y la mecánica colónica importan más que una supuesta infección mantenida.

Por eso vemos menos antibióticos y más recomendaciones dietéticas individualizadas.

Si aún así tienes episodios repetidos, la conversación pasa por ajustar hábitos, optimizar el manejo de cada brote y, llegado el caso, valorar con el especialista opciones como cirugía electiva, siempre y cuando el impacto en la calidad de vida lo justifique.

¿Y los probióticos, doctor, demuestran algún beneficio en la enfermedad diverticular del colon?

En prevención de nuevos episodios de diverticulitis (personas que ya tuvieron un brote), las guías de mayor calidad (AGA y ACP) no los recomiendan de forma rutinaria.

Por un lado, no demuestran disminución de recurrencias ni complicaciones frente al manejo estándar; y, por otro, añaden costes y posibles confusiones terapéuticas.

En cuanto a las personas con divertículos que mantienen síntomas como el dolor o la distensión entre brotes, revisiones recientes sugieren que algunos probióticos podrían aliviar síntomas, pero la evidencia de que se logre un verdadero beneficio es controvertida y de calidad muy limitada (cepas y dosis muy variables, ensayos pequeños).

De hecho, existe una revisión de múltiples estudios (metaanálisis) que encontró que los diseños de la mayoría de las publicaciones tenían una calidad tan escasa que no pudieron siquiera realizar cálculos sobre su posible beneficio.

Doctor, y si un paciente se siente bien, a pesar de sufrir brotes de diverticulitis, ¿puede hacer vida normal?

Sí. La gran mayoría de l@s pacientes lleva una vida completamente normal entre episodios de diverticulitis.

Mantener una dieta rica en frutas y verduras y hacer ejercicio es mucho más que un “consejo de cajón”: reduce factores que favorecen presión intraluminal y mejora la salud digestiva global.

Conviene, eso sí, conocer las señales de alarma y tener un plan claro si reaparecen… A quién llamar, cuándo acudir, qué analgésicos puedes usar y cómo reintroducir la dieta según tolerancia.

Por cierto, tener divertículos no te condena a la diverticulitis. Es un factor anatómico frecuente y, bien informado, puedes convivir con él sin dramatismos. La información fiable es tu mejor antiinflamatorio.

Diverticulitis.

Para finalizar esta entrevista, doctor Marín, ¿cómo podemos frenar la aparición de divertículos y su evolución a diverticulitis?

Primero, acude rápido si el dolor empeora y se localiza en el lado inferior izquierdo del abdomen, a diferencia de la apendicitis, que se siente en el lado bajo derecho; además, si aparece una fiebre persistente, vómitos, incapacidad para beber o comer, taquicardia u otros signos de irritación peritoneal.

En estos casos, la tomografía computerizada permite confirmar qué está pasando en el colon y decidir entre un manejo conservador, drenaje o cirugía para detener la evolución patológica de la diverticulitis.

Fuera del brote, la mayoría de los pacientes hacen vida normal.

Segundo, apuesta por una dieta dominada por vegetales y fibra, hidratación, movimiento diario y descanso.

Y diseña un “plan personal” de actuación frente a la diverticulitis: qué analgésicos puedes usar, cómo reintroducir la dieta y a quién llamar si reaparecen las molestias. Bien informado, reducirás sustos y llegarás a tiempo si algo se complica.

En la próxima Consulta de Aparato Digestivo abordaremos una nueva entrevista con el Dr. José Carlos Marín Gabriel sobre colitis ulcerosa, una enfermedad inflamatoria intestinal que afecta con llagas al recubrimiento del intestino grueso, desencadenante del dolor abdominal y la diarrea mezclada con sangre.

La entrada Diverticulitis, evolución inflamatoria de los divertículos se publicó primero en EFE Salud.

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Ciencia y Salud

Salud mental y vivir en una gran ciudad, una relación problemática según este informe

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El retrato de la salud mental en la gran ciudad sale regular tirando a mal, según una encuesta hecha a más de 12.000 hogares españoles. Los/las residentes en las grandes ciudades, o sea, la mayoría de los españoles, hablamos poco con la familia y con los amigos, y menos aún con los vecinos. En los pueblos, en cambio, las relaciones pintan mejor.

Lo dice un informe dado a conocer hace una semana, titulado ‘Salud mental y territorio: diferencias entre la España Abarrotada, la Olvidada y la Vaciada’. Escrito de otra manera: entre las megaciudades (Madrid y Barcelona) y las grandes ciudades, por un lado; las medianas y pequeñas, por otro; y los pueblos de entornos rurales, por último.

Resalta una paradoja sabida, pero que no deja de ser preocupante: en donde hay más gente, hay menos relaciones sociales. Más gente para hablar, pero menos palabras que decir. La salud mental se resiente entonces. Esta encuesta ofrece datos significativos:

Ciudades con más población: más problemas de salud mental

El estudio, redactado por el Foro NESI de Nueva Economía e Innovación Social sobre la encuesta del IX Informe de FOESSA, recalca que en las grandes ciudades la salud mental se encuentra expuesta a problemas de vivienda, contaminación y estilo de vida “acelerado”.

Lo que acecha a ciudades de mediano tamaño (Talavera de la Reina, por ejemplo, más de 84.000 habitantes según el censo de 2024) es la sensación de olvido, y el cerco al entorno rural lo traza la despoblación y lo que ello arrastra, carencia de servicios, sin ir más lejos.

Tal y como indican los autores/as del estudio, se han ponderado factores como la calidad y cantidad de las relaciones personales, la red de cuidados de cercanía, el medio ambiente, la conciliación, el acceso a una vivienda digna o la disponibilidad de tiempo libre… A estos cabe añadir la proximidad de espacios verdes y accesibles, o “amables”, como se cataloga en el informe.

Imagen de Loma Somera, en Cantabria. EFE/ Eva García

Una premisa, antes de desgranar los datos: “Estos factores suelen empeorar de manera directamente proporcional al tamaño del lugar en el que se vive”, concluye el informe.

Y añade: “En las ciudades mayores (la España Abarrotada) se dan elevados índices de estrés, la contaminación del aire y acústica son elevadas, muchas personas no viven en viviendas dignas, se emplea más tiempo en el transporte, la falta de tiempo impide tener relaciones personales de calidad y se dan situaciones de soledad no deseada”. 

Colige entonces: “Como consecuencia, y a pesar de ciertos beneficios de las grandes ciudades (más oferta cultural y de ocio, mejores oportunidades laborales, etc.), la hipótesis –punto de partida del trabajo– plantea que las problemáticas características de las grandes ciudades pueden llevar a mayores probabilidades de sufrir problemas de salud mental”. 

Vecinos en una ciudad. Vecinos en un pueblo

Son aquí “ciudades globales” Madrid y Barcelona, lo que cabe remarcar porque ambas acaparan datos específicos llamativos.

Un 35 % de las personas encuestadas, residentes en las dos grandes urbes españolas, afirman que su relación con familiares es “poca o muy poca”. En los municipios pequeños se pronuncia así un 22 %.

Pero no sólo las relaciones con la familia. En las enormes ciudades de Madrid y Barcelona son nulas o escasas las relaciones con los amigos en un 34 % de los casos (un 24 % en los municipios menos poblados). 

La diferencia más abultada, con todo, se da en las relaciones con vecinos: un 28 % de los residentes en las grandes ciudades dice que apenas habla con quienes residen tras la puerta de enfrente, o tras la puerta de al lado. En los pequeños municipios, dice lo mismo un 9 %.

Barcelona aire contaminación
Imagen de Barcelona. EFE/Quique García

Datos de este cariz, y sobre todo las brechas entre ellos, apuntan a una percepción de la salud mental propia, en la gran ciudad, considerablemente deficiente. El informe ahonda en esto al preguntar, y resulta que en las grandes ciudades (por encima de 500.000 habitantes, menos Madrid y Barcelona) un 19 % de la población la ve mal. En las dos urbes el porcentaje es similar, un 16 %, pero no en los pueblos, un 11.

El 13 % de los/las residentes en las grandes ciudades reconoce tener en la actualidad algún problema mental diagnosticado, mientras que un 18 % asegura que fue diagnosticado. Madrid y Barcelona muestran un 11 % y un 12 %, respectivamente, para los dos parámetros.

Sin embargo, un 6 % de los habitantes de municipios poco poblados afirma tener problemas de salud mental, sea ansiedad o somatizaciones derivadas del estrés. Un 9 % señala que los tuvieron antaño.

Bienestar emocional «erosionado»

Una de las conclusiones que lanza el informe apunta a las causas: “Dichos trastornos parecen estar influidos por factores físicos (contaminación, densidad de población, falta de vivienda), así como por factores sociales (estrés, aislamiento social, ritmo de vida)”. Son “menos favorables en las áreas urbanas”, zanja.

Al menos, en lo que a salud física se refiere, el retrato aparece homogéneo: “En los pequeños municipios, un 78 % considera que su estado de salud física es muy o bastante bueno, porcentaje que apenas cambia en las ciudades de segundo y tercer orden donde las cifras rondan el 80 %, sólo en las grandes ciudades se da un descenso más marcado con un 74 % de la población”. 

Pero la salud mental no sale bien parada. En nota de prensa, el Foro NESI recoge unas declaraciones de su director, Diego Isabel La Moneda, para quien “a medida que crecen las ciudades, también lo hacen los factores de estrés y la soledad».

«La falta de tiempo, la presión laboral o la dificultad de acceso a una vivienda digna están erosionando el bienestar emocional de las personas”, sentencia.

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El bigote contra el cáncer de próstata, una realidad que afecta a un 25% de hombres españoles

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El cáncer de próstata es el tumor maligno más frecuente entre los hombres; tanto es así que uno de cada cuatro hombres españoles padecerá cáncer de próstata alguna vez en su vida, con una incidencia en España de más de 27.000 nuevos casos cada año. Nuevo post del blog «Salud y prevención».

Por eso, desde hace años, se destina el mes de noviembre al movimiento conocido como ‘Movember’, y por el que los hombres se dejan bigote con el objetivo de concienciar sobre la salud masculina, apoyando proyectos centrados en el cáncer de próstata, en el cáncer de testículos, en la depresión y en el suicidio.

Pero, entre estas patologías, «el cáncer de próstata es el más habitual en hombres y el tercero más mortal”, destaca el doctor José Ángel Gómez Pascual, jefe de Urología del Hospital Quirónsalud Málaga.

Por su parte, el cáncer testicular es muy poco frecuente, aunque si se deja a su evolución natural, lleva a la muerte al 85 % de los enfermos en el curso de 2 a 5 años, tal y como precisa este experto.

cáncer hombres
Doctor José Ángel Gómez Pascual, jefe de Urología del Hospital Quirónsalud Málaga. Foto cedida por Quirónsalud

Revisiones a partir de los 50

El médico insiste en que es imprescindible hacer énfasis en la importancia de la prevención, y en la necesidad de revisiones periódicas a partir de los 50 años.

«El cáncer de próstata es una enfermedad silente, que cursa sin síntomas en la mayoría de los casos, pero que también tiene una alta tasa de curación si se detecta a tiempo y se diagnostica rápidamente», advierte el doctor Gómez Pascual.

«Esto -añade- hace imprescindible recurrir a los últimos avances tecnológicos para el mejor diagnóstico de la enfermedad, como es el caso de la biopsia de próstata por fusión, la técnica más innovadora y precisa en la detección del cáncer de próstata»,

Precisamente, emplean la biopsia de próstata por fusión de imagen mediante resonancia magnética y ecografía transrectal, lo que permite biopsiar con exactitud el tejido exacto en el que se presuponen células cancerígenas.

«Con la resonancia multiparamétrica de próstata podemos valorar tanto la necesidad de una biopsia de próstata como, en el caso de tener que realizarla, el área en la que hay que dirigir la toma de muestras”, indica.

Insiste así el doctor Gómez Pascual en que la biopsia por fusión es la “herramienta clave diagnóstica de los últimos tiempos”, al permitir ajustar el nivel de detección del cáncer de próstata más allá del 95%, sin ir a ciegas, y sin falsos negativos.

“De todas las herramientas diagnósticas disponibles, la biopsia por fusión es la que arroja la información más definitiva, tanto es así que permite diagnosticar un 30 % más de cánceres agresivos, que hubieran pasado desapercibidos por la biopsia clásica», explica.

El caso del cáncer de testículo

El cáncer de testículo es un tumor poco frecuente que representa entre el 1 % y el 2 % de todas las neoplasias en varones, pero es el más común entre hombres de 15 a 35 años, según especifica el jefe del Hospital Quirónsalud Málaga.

El doctor recuerda que, precisamente, la población más afectada es la comprendida entre los 20 a 40 años; y, de hecho, se ha observado un aumento en su incidencia en las última cuatro décadas.

El problema es que, dejado a su evolución natural, lleva a la muerte al 85 % de los enfermos en el curso de 2 a 5 años. 

«Si lo tratamos adecuadamente, hoy día es uno de los tumores malignos con menos mortalidad (5 %), y ello se debe a la mejora de los métodos diagnósticos y a un tratamiento más eficaz», insiste.

Según el jefe de Urología, el retraso en el diagnóstico de la masa es frecuente, siendo la demora media de 3 a 6 meses, «generalmente debido a un mecanismo de negación del paciente, que es habitual en estos tipos de tumores, y que llevan al diagnóstico tardío en un porcentaje no despreciable de casos, ya que el 10 % son diagnosticados al acudir al médico por la sintomatología que producen las metástasis».

Posibles síntomas de cáncer de testículo

Respecto a las causas que predisponen al cáncer de testículo, el doctor Gómez Pascual apunta a la criptorquidia (testículo no descendido), ya que ha demostrado tener una “clara relación” de un 6-10%. “El riesgo relativo de cáncer testicular en los individuos con criptorquidia es de 3 a 14 veces más que en aquellos con testículos normales y descendidos”, añade.

Respecto al diagnóstico, dice que suele objetivarse una masa testicular en la exploración física, donde el signo principal es la presencia en casi todos los casos de una masa intraescrotal dura, no dolorosa a la presión, y sin alteraciones del epidídimo, ni el cordón espermático.

“El éxito del tratamiento está basado en realizar un diagnóstico lo más precoz posible del tumor primario, y lo más exacto del estadio clínico de la enfermedad, ya que ambos van a ser decisivos en la elección de la pauta terapéutica. Así que, una vez más y como un mantra: prevención, acudir al especialista ante síntomas, y detección precoz», subraya este experto.

La entrada El bigote contra el cáncer de próstata, una realidad que afecta a un 25% de hombres españoles se publicó primero en EFE Salud.

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