Ciencia y Salud
Las bronquiectasias, enfermedad respiratoria desconocida y olvidada

La Sociedad Catalana de Neumología (SOCAP) informa sobre la situación de las bronquiectasias, una enfermedad cuyo número de pacientes aumenta.
Desde sociedad médica destaca que aunque hoy en día no puede considerarse una enfermedad huérfana o minoritaria en cuanto a su prevalencia o incidencia, sí permanece huérfana u olvidada en cuanto a sospecha clínica, investigación básica y terapéutica.
En este contexto, la doctora Núria Bruguera, neumóloga del hospital Moisès Broggi y vocal de la Junta Directiva de la SOCAP, reclama una mayor atención sobre esta dolencia.
“Es preciso aumentar el conocimiento sobre las bronquiectasias, con estudios científicos y la búsqueda de nuevos tratamientos y, al mismo tiempo, incrementar el grado de sospecha clínica hacia una enfermedad más común de lo esperado en la actualidad”, destaca.
¿Que son las bronquiectasias?
Las bronquiectasias son una enfermedad de las vías aéreas que se producen por una dilatación anormal e irreversible de los bronquios.
Esta dilatación debilita los sistemas de defensa de los pulmones frente a los microorganismos, lo que hace que se infecten con más facilidad.
El círculo infección-inflamación determina la progresión de la enfermedad y el mal pronóstico.
“Las bronquiectasias son una enfermedad crónica irreversible, progresiva y compleja. Pueden estar producidas por decenas de enfermedades y en muchas ocasiones no se sabe porque se producen. Lo más probable es que se hayan manifestado después de una neumonía o de algún otro proceso infeccioso sufrido en la infancia o en la juventud. También pueden relacionarse con la EPOC o asma graves y existen otras causas relacionadas con enfermedades que se originan fuera del pulmón”, explica la doctora Bruguera.
Además, en un 25 % de los casos no es posible identificar el origen.
Entre los microorganismos más implicados y preocupantes está la infección crónica por pseudomonas aeruginosa, un “nicho ideal” para microorganismos cada vez más resistentes y difíciles de tratar.

Los síntomas y su tratamiento
Su patogenia común es la presencia de obstrucción bronquial, inflamación crónica e infección bronquial crónica con procesos agudos que contribuyen negativamente en la progresión del deterioro clínico.
El objetivo fundamental del tratamiento es reducir las exacerbaciones y con ello se está demostrado que se reduce la mortalidad y se incrementa la calidad de vida del paciente.
Las bronquiectasias son una enfermedad crónica y no tienen cura, salvo que sean muy localizadas y pueda extirparse la parte de pulmón que las alberga, pero esto solo se hace en casos muy concretos.
Sin embargo, sí que se dispone de tratamientos muy eficaces para retrasar o detener su progresión, disminuyendo de esta forma las hospitalizaciones y mejorando la calidad de vida.
Los tratamientos más usados en bronquiectasias, informa la SOCAP, son:
- Los broncodilatadores para aliviar la obstrucción bronquial.
- Antiinflamatorios para mejorar la inflamación de los bronquios.
- Fisioterapia y mucolíticos con ejercicios respiratorios que faciliten la expulsión de secreciones y mantengan el pulmón limpio.
- Cuando existe una infección crónica es necesario el uso de antibióticos.
Los antibióticos, culpables de relajar la atención
La doctora explica que antes de la llegada de los antibióticos, la prevalencia y mortalidad de las bronquiectasias era muy elevada en paralelo con la existencia de enfermedades infecciosas respiratorias, entre ellas la tuberculosis.
Sin embargo, con el desarrollo de los antibióticos y la medicina preventiva su incidencia descendió rápidamente.
“Esta situación relajó la atención científica y terapéutica sobre las bronquiectasias con la creencia de que su incidencia era baja, pero en la actualidad, las bronquiectasias se diagnostican con mayor frecuencia gracias a mejores técnicas de diagnóstico por la imagen y la existencia de registros”, indica la doctora.
Explica que esto ha convertido a las bronquiectasias en una enfermedad común pero poco estudiada y que ésta es la razón por la que el término enfermedad huérfana todavía puede ser apropiado.
Otras situaciones
La mayor prevalencia de bronquiectasias ha contribuido también a la aparición de nuevas situaciones médicas como:
- La tuberculosis pulmonar.
- La epidemia del sida en la década de 1980.
- El aumento de los trasplantes de órganos y del tratamiento inmunodepresor.
- El aumento de la esperanza de vida de la población.
- La evolución de otras enfermedades respiratorias como la EPOC o el asma.
“Sin embargo, hay muchos pacientes con bronquiectasias sin diagnosticar bien porque son pacientes leves o moderados que se atienden en atención primaria, pacientes con signos y síntomas, pero sin un diagnóstico radiológico o asintomáticos a quienes nunca se le ha realizado una radiografía”, señala la neumóloga.
Desde la SOCAP explican que aunque la mortalidad de los pacientes con bronquiectasias se sitúa entre la calculada para el EPOC y el asma, es decir, el 25 % de los pacientes fallecen a los 9 años del diagnóstico, la actual situación epidemiológica no ha hecho aumentar el estudio y el conocimiento de la enfermedad ni del tratamiento.

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Ciencia y Salud
¿Podrá la IA predecir brotes psicóticos? Este proyecto quiere colocar la tecnología en el día a día del psicólogo
La Inteligencia Artificial (IA) está cambiando la manera de trabajar en el ámbito clínico, y obviamente, también, en el campo de la psicología. ¿Podrá ser una herramienta para anticipar problemas de salud mental como brotes psicóticos? El proyecto “Psicología que transforma” pretende responder desde la evidencia científica a las oportunidades y desafíos que presenta la rapidísima evolución de las nuevas tecnologías.
El Colegio Oficial de Psicología de Madrid acogió esta semana la presentación de una iniciativa que se ha propuesto convertir la evolución científica y tecnológica en práctica diaria de los y las profesionales. A partir de la consideración de que existe una brecha entre los avances y la realidad rutinaria de la sociedad, cuatro especialistas analizarán otros tantos ámbitos para ayudar al sector, a la administración y a la ciudadanía.
El impacto de la IA en la salud mental, la resolución de conflictos en una sociedad cada vez más polarizada, el desmontaje de prejuicios sobre la discapacidad y las consecuencias que situaciones de desigualdad provocan en las mujeres serán los territorios que examinará este nuevo proyecto. Lucía Halty, Noelía Morán, Paula Pérez y María Fe Rodríguez, respectivamente, serán las profesionales que pilotarán dichos análisis.
La IA: influencia negativa… Y positiva
La doctora en psicología Lucía Halty, durante la presentación del proyecto, destacó la rapidez con la que avanza la tecnología, en el campo clínico en concreto y en el campo psicológico aún más en concreto. «Nos ha pasado por encima tres o cuatro veces», afirmó al tiempo que destacaba: «El cambio, a nuestra profesión, está afectando muchísimo».
A su juicio, la psicología ha de tomar la delantera. Es posible porque «el año pasado, los tres primeros usos mundiales de ChatGPT estaban relacionados con contenido psicológico», sostuvo. Consecuencia, según su criterio: «Ya se está generando suficiente evidencia científica como para poder liderar ese cambio».
Aunque «la tecnología no es inocua», añadió Halty, y genera una vertiente negativa, como precisamente el uso de herramientas de IA como consultorios emocionales, también genera otra positiva.

«Como toda moneda, tiene su reverso. Y entonces lo digital también tiene un impacto positivo que puede influir mucho en nuestra salud mental; hay mucha investigación que ya está relacionando cómo poder predecir que alguien vaya a tener un brote psicótico con un tiempo de antelación, con lo que implica eso en la labor asistencial. Eso hay que valorarlo», profundizó.
Halty, que dirige la cátedra de innovación y salud mental digital en la Universidad Pontificia de Comillas, subrayó la importancia de forjar “alianzas con otros actores”, mirar más allá de la psicología y establecer acuerdos con legisladores, tecnólogos e ingenieros que crean estas aplicaciones para trabajar conjuntamente y tomar decisiones basadas en evidencia.
Por ello, “es fundamental que los profesionales dejemos de ver la tecnología como miedo”, aseguró.
Riesgos y oportunidades
El proyecto presenta un “marco dual”, donde se analiza tanto el impacto negativo como el positivo de la Inteligencia Artificial, sus riesgos y sus oportunidades.
- Riesgos: desinformación, dependencia digital, brecha digital, uso de herramientas no válidas, sustitución de la interacción humana…
- Oportunidades: mejora en el acceso a los recursos, optimización de tiempos, personalización de intervenciones, detección precoz…
La decana del Colegio de Psicología de Madrid, Timanfaya Hernández, en el acto, recalcó la necesidad de que psicología, ciencia y tecnología vayan de la mano. «Unidad entre lo académico y lo profesional, entre administración pública, colegios profesionales, sociedades, cuerpos de seguridad», describió.
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Ciencia y Salud
Los tóxicos que nos ponemos encima: los disruptores endocrinos también pueden estar en la ropa
La ropa que nos ponemos puede tener sustancias que perjudican nuestra salud y si bien no es la principal fuente de exposición a tóxicos con los que convivimos día a día, están ahí. Para minimizar los riesgos con ciertos materiales y tintes, los expertos insisten en la necesidad de lavar la ropa nueva antes de estrenarla.
Ftalatos, perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) o metales pesados, como el cromo, son algunas de las sustancias que se pueden encontrar en determinadas prendas de ropa, que a largo plazo pueden dañar la salud por la alteración del sistema endocrino y generar patologías de riñón, tiroides y hasta tumores.
Los daños a la salud
La investigadora del IS Global Nuria Güil explica a EFE Salud que los PFAS son una familia de más de 10.000 compuestos que se caracterizan por tener una cadena de carbón que les hacen ser impermeables. Se utilizan mucho en «una cantidad infinita» de materiales que, en el caso de la ropa, incluyen los abrigos que repelen el agua, pero también la ropa de deporte.
También los «tejidos mágicos» que no se manchan suelen llevar componentes perfluorados.
«Se acumulan en sangre y en algunos órganos durante muchos años. Algunos pueden estar hasta 20 años. Se unen en la sangre a la albúmina y van transportando las sustancias por nuestro cuerpo, tienden acumularse, sobre todo en el hígado, riñones y tiroides», afirma Güil.

Y se han asociado a algunas patologías como el hipertiroidismo o el hipotiroidismo porque penetran en los mecanismos biológicos de la regulación de las hormonas.
«También con ciertos tipos de cánceres, y son compuestos que, por ejemplo, durante el embarazo cruzan la placenta y digamos que ya en la vida fetal hay una exposición y puede alterar la programación fetal. Se ha relacionado mucho con el bajo peso al nacer en los en los recién nacidos», explica la investigadora del ISGlobal.
Y hay estudios que relacionan estos químicos con una peor repuesta del sistema inmunitario, al reducir la eficacia de las vacunas, pero también con enfermedades relacionadas con el hígado graso, con una subida del colesterol y de la presión arterial.
Es cierto que, aclara la investigadora, la ropa no es la principal y más grave exposición que hay a tóxicos, sino es a través de los alimentos y del aire que respiramos. También por el contacto dérmico, pero no es lo mismo una crema con disruptores endocrinos que una chaqueta que los contenga, por ejemplo.
La infancia, la más vulnerable
Los niños son la población más vulnerable, advierte Güil.
En el mismo sentido se pronuncia, en conversación con EFE Salud, la profesora de Investigación Ad Honorem del Instituto de Salud Carlos III, Argelia Castaño, quien cita un estudio de la Universidad de Granada sobre tóxicos en ropa de bebé, en concreto, los calcetines, que contienen restos de bisfenol-A y parabenos.
Ambos productos son tóxicos y alteran la actividad hormonal provocando graves enfermedades tanto en etapa infantil como en adultos.
En concreto, el estudio comprobó la presencia del componente plástico bisfenol-A y de parabenos, concentraciones que en las prendas más baratas eran de un máximo de 3.736 nanogramos de bisfenol-A por gramo de calcetín, una cantidad casi 25 veces superior a la encontrada en el resto.

Los parabenos se encontraron en la totalidad de los calcetines estudiados, pero en concentraciones medias inferiores al bisfenol-A.
Este alto contenido en tóxicos han provocado que los calcetines tengan hormona femenina y antagonicen con las masculinas.
Recordaba el estudio que el espectro de enfermedades asociadas a la exposición a disruptores endocrinos es amplio: déficit de atención e hiperactividad, alteraciones genitourinarias, desarrollo sexual secundario prematuro y obesidad en los niños; mientras que en los adultos desde hipotiroidismo, a infertilidad, diabetes y cáncer.
Más estudios
Por otra parte, Greenpeace publicó el pasado mes de noviembre un informe sobre un gigante asiático de venta por internet en el que analizó en un laboratorio independiente 56 prendas de ropa de ocho países.
Siete chaquetas contenían niveles de PFAS en una concentración que superaba en hasta 3.300 veces el valor permitido de estos químicos, potencialmente cancerígenos y dañinos para la salud. Catorce productos superaban los límites para ftalatos -que pueden afectar la fertilidad y el desarrollo de los niños-, seis de estos multiplicándolos por cien o más.
Castaño afirma que hay muchos productos que contienen una mezcla de sustancias que puede ser que de forma individual sean inocuas porque se usan por debajo de las dosis máximas pero que junto a otras sean tóxicas.
«La comunidad científica está alertando de que las evaluaciones de riesgo no se pueden hacer con los productos individuales, sino que se tienen que hacer con la mezcla de productos, que es lo que más asemeja a la realidad del consumidor», subraya la profesora del ISCIII.
Posibles soluciones
Güil además resalta que es cierto que en la UE hay regulaciones más estrictas que en el resto el mundo y que uno de los problemas son las mercancías que vienen de otros mercados no tan regulados, al igual que pasa con los alimentos y los pesticidas.
A su juicio, es necesario mejorar el etiquetado y fomentar alternativas sin químicos peligrosos. Por parte de los consumidores, «sin caer en alarmismos» pueden reducir la exposición a este tipo de tóxicos en la ropa y ser conscientes de la situación.

Y por encima de todo hace hincapié en que se lave la ropa antes de estrenarla porque con ese gesto ya se reduce más de la mitad del riesgo al eliminar parte de estos contaminantes.
En el mismo sentido se pronuncia la profesora del ISCIII: «Si tuviera que aconsejar algo a los ciudadanos que utilizan este tipo de tejidos es que cuando compren ropa, independientemente de donde provenga, que la laven antes de utilizarla, es una precaución básica que hay que tener».
Cuanto más naturales, mejor
Pero también que traten de comprar ropa de materiales cuanto más naturales mejor porque se reducen las probabilidades de que hayan pasado por tratamientos que puedan resultar tóxicos.
«Un algodón orgánico o las lanas naturales, obviamente, tienen muchas menos probabilidades de tener residuos de tratamientos tóxicos», abunda Castaño.
No obstante, matiza, no quiere decir que los productos artesanales tengan siempre la garantía de que son inocuos, sobre todo por los tintes que puedan usar.
«Hay tintes que parecen tan estupendos porque son muy naturales, pero que realmente ni tienen los controles de seguimiento ni de calidad que tienen todos los productos que se comercializan en la UE, que cuentan con unos niveles de seguridad bastante estrictos en lo que se refiere a la comercialización», añade.
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Ciencia y Salud
Ana Soteras, Berta Pinillos y María Abad, premiadas por el especial de EFE Salud ‘Cáncer de mama en mujer joven’
Las periodistas de la Agencia EFE Ana Soteras, Berta Pinillos y María Abad han sido galardonadas por la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) por el especial multimedia de EFE Salud dedicado al cáncer de mama en la mujer joven.
Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, cada 19 de octubre, el medio especializado en salud de EFE lanzó un trabajo en distintos formatos con los objetivos de visibilizar la incidencia de este tipo de cáncer en mujeres jóvenes y poner el foco sobre los avances científico-médicos que se están dando en el campo de la oncología.
Patrocinado por Roche, el especial multimedia de EFE Salud se propuso transmitir un mensaje de confianza en la ciencia y en los/las profesionales médicos, pero también de esperanza.
Acompañamiento y superación
El testimonio de una superviviente de cáncer de mama, Teresa Tamarit, representa esa esperanza. Y la realidad de la paciente, porque afrontar el cáncer de mama es transitar por un camino difícil. Recibió el diagnóstico con 27 años, fue operada y padeció recaídas, pero también ha sido madre y actualmente trabaja. Está actualmente dada de alta.
“Yo, lo que he aprendido con el cáncer, es que los días son los que suman; no pienso en el futuro, lo que vivo en el día es lo que me voy a llevar, y al día siguiente doy las gracias de nuevo porque puedo tener otro día para seguir disfrutando y viviendo y estar con mi familia, con mis amigos”, asegura en la entrevista que le hizo Berta Pinillos.

Como el tránsito por el cáncer es difícil, entre otros aspectos por las consecuencias psicológicas o emocionales, EFE Salud entrevistó también para el especial a la psicooncóloga de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) María Die Trill.
Gracias a su testimonio, pudimos rescatar los miedos de las mujeres jóvenes durante y después del proceso oncológico. Por ejemplo, el miedo a perder a la pareja o a que se tuerza la vida laboral. O a no poder tener hijos.
“Muchas no han tenido hijos y han pospuesto la maternidad por cuestiones profesionales o personales y el hecho de no saber si van a poder tener hijos, evidentemente, les va a afectar emocionalmente”, asegura en la conversación con Berta Pinillos.
Panorama «optimista»
Ana Soteras entrevistó a las oncólogas médicas María José Echarri González, responsable de la Unidad de Cáncer de Mama y Ginecológico del Servicio de Oncología del Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid), y Elena López Miranda, de la Sección de Cáncer de Mama y Tumores Ginecológicos del Servicio de Oncología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.
Las explicaciones de Echarri subrayan la agresividad del cáncer de mama en mujeres jóvenes. Diversos estudios, de hecho, constatan el aumento de la incidencia, lo que se asocia a modos de vida actuales o a la convivencia con disruptores hormonales presentes en productos de uso cotidiano.
“Hay pocos registros a nivel español sobre la incidencia en cáncer de mama en mujer joven. Pero vemos en nuestro hospital que los nuevos casos en este grupo se han incrementado en un 0,4 % al año”, remarca.
Echarri también especifica factores de riesgo, efectos secundarios o qué pasa si aparece el cáncer de mama durante el embarazo.
López Miranda, por su parte, dio una mirada optimista sobre la evolución científico-médica. El panorama es “esperanzador”, dice en la entrevista, debido a los avances en terapias y en diagnósticos. “La mayoría de las mujeres se curan”, enfatiza. No obstante, el principal reto sigue residiendo en el abordaje de las recaídas.
Afirma, además, que el cáncer de mama en las mujeres jóvenes es más complicado por ser más frecuentes subtipos agresivos como el el HER2 positivo y el triple negativo.
Amplia difusión en redes sociales
La identidad visual del especial, así como la planificación audiovisual, es obra de María Abad. El especial de EFE Salud se publicó en la web el 17 de octubre, pero también en la de la Agencia EFE.
Desde el momento de su lanzamiento, y durante todo el 19 de octubre, el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, las cuentas en redes sociales de la Agencia divulgaron el contenido sin perder de vista los objetivos con los que nació, se desarrolló y publicó el especial.
La RANME ha galardonado este trabajo con uno de sus premios anuales, tal y como ha anunciado la entidad. Premios con los que pretende «reconocer públicamente la labor, la entrega, el trabajo y la trayectoria de los profesionales de la medicina española, así como de aquellos que se dedican a darle visibilidad».
Será durante el acto de inauguración del curso académico, el próximo 13 de enero, cuando la RANME entregue los premios, clasificados en 12 distinciones. Investigación médica, labor docente, ejercicio de medicina general y de familia e información, comunicación y difusión de la salud son algunas de las categorías.
EFE Salud ha sido premiada en ésta última, un galardón que compartirá con la doctora Mónica Lalanda Sanmiguel.
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