La cirugía robótica actual mejora la extirpación de tumores pequeños y medianos en el riñón, y reduce así la necesidad de transfusiones sanguíneas y minimiza el riesgo de alterar las funciones renales, según han explicado a EFE especialistas en este tipo de operaciones con tecnología.
La nefrectomía parcial (extirpación de una parte del riñón) se realiza para eliminar un tumor o una lesión, con el objetivo de preservar la mayor cantidad posible de tejido renal sano para que el órgano cumpla su función.
Según datos del Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer en España, el cáncer de riñón es el noveno más común tanto en hombres como en mujeres y, cuando está localizado, tiene una supervivencia a cinco años del 93 %, mientras que la Sociedad Española de Oncología Médica estima que en 2025 se diagnosticarán más de 9.700 nuevos casos.
Cirugía robótica para tumores de riñón pequeños o medianos
Según explican los doctores Damián García y Manuel Ruibal, del Hospital Quirónsalud Torrevieja, estas cirugías robóticas se recomiendan en pacientes con tumores renales pequeños o medianos, de menos de 4 centímetros y en ocasiones de hasta 7 centímetros.
Además, se puede usar “en casos seleccionados” de tumores de mayor tamaño, “siempre que los principios oncológicos se respeten”, para pacientes con gran riesgo de entrar en diálisis.
En este sentido, la cirugía robótica “ha revolucionado la urología” y con ello las operaciones de nefrectomía parcial frente a las laparoscopias convencionales y la cirugía abierta.
La cirugía robótica ya se practica en otro tipo de intervenciones, como ginecológicas (extirpación de tumores benignos, histerectomías y tratamiento del suelo pélvico) o bariátricas, así como en la extracción de tumores de próstata o pulmón, donde, como en este caso, se necesita una gran precisión de movimientos.
Las ventajas de la cirugía robótica en la nefrectomía parcial son una precisión “milimétrica”, con movimientos más finos y controlados que los obtenidos con la mano humana; una mejor visualización de detalles en 3D de alta definición; una mayor destreza gracias a los brazos robóticos articulados, o menos sangrado y por tanto una menor necesidad de realizar transfusiones.
Todo ello sirve para mejorar los resultados quirúrgicos y reducir las complicaciones, así como para que haya menos tiempo de isquemia caliente, es decir, que el riñón pase menos tiempo sin flujo sanguíneo y con ello preserve mejor su función.
Cirugía robótica para el riñón con el robot Da Vinci
El hospital Quirónsalud usa concretamente el robot quirúrgico Da Vinci, cuyos brazos son manejados por el cirujano desde una consola.
Para los doctores, los movimientos del cirujano se replican con más precisión, eliminando temblores y permitiendo maniobras más complejas que con la cirugía laparoscópica tradicional.
Los pacientes que más se pueden beneficiar son aquellos con tumores en lugares complejos de acceder, quienes tienen reducida la función renal, aquellos que cuentan con un solo riñón o los que padecen varias enfermedades.
En cualquier caso, “la cirugía robótica se recomienda en todo tipo de pacientes”, que se beneficiarían de una recuperación más rápida y menos dolorosa que con la cirugía abierta, ya que muchos pueden caminar el mismo día y son dados de alta de uno a tres días.
Una vez en casa, los facultativos recomiendan evitar esfuerzos físicos intensos entre cuatro y seis semanas, hidratarse y seguir controles médicos periódicos para analizar la función renal y comprobar que la zona cicatriza bien.
La hipogeusia puede tener múltiples orígenes, según la Clínica Universidad de Navarra (CUN). Causas que van desde factores transitorios, como infecciones, hasta enfermedades crónicas o progresivas.
Estas causas se clasifican en tres grandes grupos:
Locales
Infecciones de la cavidad oral: gingivitis, caries o infecciones por hongos.
Lesiones en la lengua: traumatismos, quemaduras o irritación por alimentos muy calientes o picantes.
Xerostomía: sequedad bucal que modifica la percepción de los sabores.
Neurológicas
Daño en los nervios: lesiones en el nervio facial, glosofaríngeo o vago por cirugías, traumatismos o infecciones.
Accidente cerebrovascular: puede alterar las vías cerebrales encargadas del gusto.
Enfermedades neurodegenerativas: como el Parkinson o el Alzheimer, que afectan los sentidos.
Sistémicas
Deficiencias nutricionales: falta de zinc, vitamina B12 o hierro.
Uso de medicamentos: algunos antihipertensivos, antidepresivos o tratamientos oncológicos como la quimioterapia.
Infecciones respiratorias: resfriados o sinusitis que interfieren en la relación entre gusto y olfato.
¿Qué es la hipogeusia?. EFE/ Eugenio Frater
Síntomas de la hipogeusia
Los síntomas de la hipogeusia varían en intensidad y pueden afectar a uno o varios sabores. La CUN asegura que los más frecuentes son:
Disminución en la percepción de sabores básicos, como el dulce o el salado.
Cambios en la dieta, con preferencia por alimentos de sabor intenso o desinterés por la comida.
Problemas secundarios, como pérdida de peso o riesgo de desnutrición.
Diagnóstico de la hipogeusia
El diagnóstico requiere una valoración clínica completa para determinar la causa. Entre las pruebas más utilizadas, la CUN destaca:
Historia clínica: revisión de síntomas, antecedentes médicos y medicamentos en uso.
Examen físico: inspección de la cavidad oral para descartar lesiones o infecciones.
Pruebas de gusto: análisis de la percepción de los sabores básicos con soluciones específicas.
Pruebas de laboratorio: análisis de sangre para detectar deficiencias nutricionales o infecciones.
Estudios de imagen: como tomografía o resonancia magnética, en casos de sospecha de daño neurológico.
Tratamiento de la hipogeusia
El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir diferentes enfoques. La Clínica Universidad de Navarra (CUN) identifica varios tratamientos:
Manejo de causas locales
Tratamiento de infecciones o lesiones bucales mediante higiene oral adecuada.
Uso de saliva artificial o mayor hidratación en casos de sequedad bucal.
Abordaje de causas sistémicas
Suplementación de zinc, vitamina B12 o hierro en deficiencias nutricionales.
Revisión y ajuste de medicamentos que puedan inducir la pérdida del gusto.
Tratamiento neurológico
Rehabilitación sensorial para estimular el gusto tras daño nervioso.
Enfoque multidisciplinar con neurólogos y otorrinolaringólogos en casos complejos.
Limitar el volumen, evitar dispositivos intraurales y reducir la exposición continuada son algunas de las recomendaciones dadas por los expertos de ambas disciplinas, citados por Sanitas en una nota de prensa, en la que pone el foco en cómo los hábitos digitales han transformado las rutinas de descanso.
Cada vez más personas recurren a auriculares para escuchar música relajante, podcasts o contenido ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma) como ayuda para conciliar el sueño, señala la entidad, pero este hábito puede ser perjudicial.
El doctor Lorenzo, jefe se servicio de Otorrinolaringología del Hospital Sanitas Virgen del Mar, recalca que “dormir con auriculares implica una exposición prolongada al sonido, incluso a bajo volumen”. “Esto –añade– puede provocar desde irritación en el conducto auditivo hasta otitis externas o, con el tiempo, pérdida auditiva, especialmente si se emplean dispositivos intraurales”.
Perjudicial para el sueño
Por su parte, el doctor Casals, jefe se servicio de Neurología del Hospital Sanitas Virgen del Mar, hace hincapié en que el uso continuado de auriculares durante la noche también puede alterar la arquitectura natural del sueño.
“El cerebro”, señala, “necesita ciclos alternos de sueño profundo y ligero para llevar a cabo sus funciones de reparación. La estimulación sonora constante puede fragmentar estos ciclos, empeorando la calidad del descanso y afectando a largo plazo a la memoria, la atención o el rendimiento cognitivo”.
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Aunque existen técnicas sonoras útiles para favorecer la relajación, especialmente en personas con dificultades para dormir, y aunque están demostrados los efectos positivos de la música, ya que propicia la reducción de los niveles de cortisol –la hormona del estrés– y atenúa la sensación de ansiedad, el problema surge cuando estos estímulos se mantienen durante horas sin interrupción o a volúmenes inadecuados.
“El oído necesita periodos de descanso absoluto para recuperarse. Si se somete de forma continua a la cóclea a una estimulación sonora, aunque sea leve, pueden aparecer fenómenos como el tinnitus o zumbidos persistentes”, apunta Lorenzo.
Pautas para reducir riesgos y proteger la salud auditiva
Para mitigar los efectos perjudiciales, los profesionales de Sanitas proponen los siguientes consejos:
Fomentar las rutinas sin estímulos auditivos tecnológicos. Para mejorar el descanso se recomienda cambiar a nuevos hábitos que eviten la pantalla en las horas previas del sueño.
Evitar el uso de los auriculares que se introducen en el oído o intraurales. Como alternativa se recomienda dispositivos externos que no obstruyan directamente el canal auditivo.
Controlar el volumen y la duración. La recomendación es mantener el sonido por debajo del 60 % del volumen máximo y limitar su uso a los primeros 30 minutos del sueño.
Programar el apagado automático del dispositivo configurando el temporizador para detener la reproducción tras un periodo determinado.
Limpiar los auriculares regularmente, para que la acumulación de suciedad o humedad no favorezca la aparición de infecciones.
Para fomentar el descanso saludable es necesario usar sonidos menos invasivos para el cerebro como los neutros, naturales o ruido blanco.
Como dermatólogo del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid nos recuerda, además, que la psoriasis no es una patología infecciosa, sino una enfermedad inflamatoria, ya que “nuestro sistema inmunológico provoca un crecimiento rápido y descontrolado de las células cutáneas”.
“Y evoluciona clínicamente con brotes y remisiones periódicas, provocando que el paciente empeore o mejore de forma cíclica; a lo que se añade la posibilidad de asociarse a dolencias concomitantes, como la artritis psoriásica, y a diferentes comorbilidades, como la disfunción coronaria microvascular”, completa.
En cualquier caso, existen pocos marcadores que puedan indicar la gravedad de la enfermedad o cómo va a progresar con el paso del tiempo. No disponemos todavía de pruebas diagnósticas específcas.
La psoriasis, de altísimo impacto psicoemocional, sobre todo en estadios moderados y graves, registra una incidencia de entre el 2 % y el 3 % de la población mundial, con escasa diferencia entre hombres y mujeres (unos 125 millones de personas, alrededor de 1,1 millones en España).
La mayoría de est@s pacientes padecen la forma leve (70 %), mientras que el nivel moderado lo sufren otro 20 % y el estadio grave el 10 % restante. Y surge, habitualmente, en dos horquillas de edad: entre los diez y treinta años o los cincuenta y sesenta.
El Dr. Díaz Martínez, dermatólogo del Servicio que dirige el Dr. Eduardo López Bran en el Hospital Clínico San Carlos. Fotografía de Pedro Gago.
Dr. Díaz Martínez, ¿qué causa la psoriasis?
“La psoriasis es una enfermedad multifactorial, aunque en realidad sea una predisposición del sistema inmunológico; es decir, muchos pacientes tienen un trasfondo genético propicio para iniciar esta patología”, señala.
A la vez, esta genética se une a posibles factores desencadenantes, como infecciones microbianas, climatología fría y seca, exposición al tabaquismo, alcoholismo, ciertos medicamentos o algunas enfermedades autoinmunes.
Por ejemplo, en psoriasis, las células que contrarrestan a los microorganismos infecciosos atacan por error a las células sanas de la piel.
“También, se piensa que el estrés, no el estrés normal de la vida, que también, sino el estrés sobre la propia piel puede prender esa mecha que hace estallar la enfermedad de la psoriasis”, apunta el Dr. Díaz Martínez.
La forma clínica más frecuente, en un 90 % de casos, es la llamada psoriasis vulgar, en placas o lesiones eritematosas, descamativas; pueden picar y producir dolor, incluso episodios de sangrado.
“Estas placas, delimitadas, suelen estar localizadas a lo largo del cuerpo, aunque incidan más en las caras de extensión de los codos, rodillas y en la zona lumbosacra o parte baja de la espalda; afectando, también, al cuero cabelludo”, explica.
Existen otras formas clínicas de la psoriasis, como la inversa, manchas finas inflamadas en los pliegues de la piel de las mamas, ingle y glúteos; en gotas, más común en niñ@s y adultos jóvenes, que se presenta a modo de manchas recubiertas por una escama fina.
Ungueal, que se centra en las uñas de las manos y los pies de manera específica o en el marco de una psoriasis generalizada.
La psoriasis pustulosa, generalmente palmoplantar, que se desarrolla con rapidez y forma ampollas de pus; y la eritrodérmica, que abarca casi toda la superficie de la piel con un sarpullido descamativo, son las clínicas más llamativas y estigmatizantes.
“Estas demostraciones clínicas de la enfermedad son casos poco frecuentes, pero muchas veces nos hacen pensar en la posibilidad cierta de una artropatía psoriásica”, aclara el dermatólogo.
Dr. Díaz Martínez, ¿de qué tratamientos dispone la dermatología para afrontar el reto de la curación de la piel?
“Nuestros pacientes cuentan con un conjunto de fármacos sistémicos y biológicos innovadores que han revolucionado el tratamiento integral de la psoriasis: nuevas moléculas (anticuerpos monoclonales o los inhibidores del JAK) para tratar las formas comunes y menos frecuentes de la enfermedad”, subraya.
Entre los medicamentos sistémicos, inmunosupresores en su mayor parte, destacan:
Metotrexato, que provoca la inhibición de la síntesis del ADN, deteniendo la fase de la síntesis de la división celular (cuando resplica todo su ADN con el fin de crear copias de sus cromosomas).
Ciclosporina, molécula por toma oral muy efectiva.
Acitretino, centrado en las psoriasis pustulosas, palmoplantar y eritrodérmica.
Apremilast, fármaco de segunda línea.
Disponemos de fármacos biológicos como los inhibidores del factor de necrosis tumoral (anti-TNF): etanercept, infliximab, adalimumab, certolizumab y biosimilares.
Y también, de los inhibidores de la interleucina 23 (anti-IL23): ustekinumab, guselkumab, tildrakizumab y risankizumab; y de los inhibidores de la intelucina 17 (anti-IL17 y 17AR): secukinumab, ixekizumab, brodalumab y bimekizumab.
“Lo que buscamos, ya sea con los medicamentos sistémicos o los biológicos, que demuestran mayor eficacia, es mantener las placas estables, que disminuyan y que, finalmente, se produzca la curación o blanqueamiento del paciente”, indica el Dr. Díaz Martínez.
El pronóstico es efectivo para la gran mayoría de pacientes debido a que existen muchas opciones de tratamiento. Nada tiene que ver el abordaje de la psoriasis de hoy en día con el que se realizaba hace quince años.
“No sólo podemos tratar cualquier manifestación de la enfermedad, sino que avanzamos hacia la vinculación directa de cada fármaco con el perfil de cada paciente: medicina personalizada”, asegura.
Doctor, ¿qué medidas de prevención se pueden adoptar ante la enfermedad psoriásica?
“Dentro de las medidas de prevención, como sucede en todas las enfermedades inflamatorias, la dieta mediterránea y el ejercicio físico son muy importantes para atenuar los síntomas de la psoriasis, ayudando a que su progresión permanezca en el estadio más leve.
Otro factor a tener en cuenta, al ser una enfermedad cutánea, es el daño que sufre la piel por acciones externas.
No se recomienda la realización de tatuajes u otro tipo de procedimientos que puedan dañar el tegumento (piel, cabello, uñas, glándulas sebáceas y sudoríparas): podrían estimular la cascada inflamatoria que desencadena la placa de psoriasis”, concluye el Dr. Miguel Antonio Díaz Martínez.