Ciencia y Salud
En España se duerme poco: 6,5 horas diarias de sueño y el 87 % se despierta por las noches

Son algunos de los datos del Estudio Sanitas sobre la Salud del Sueño, que hace una radiografía de cómo duerme la población española, y revela que más de la mitad (el 52,6 %) duerme menos de 7 horas al día; un 44,5 %, entre 7 y 8 horas; y solo un 2,9 % duerme 9 o más horas al día.
Dormir más y mejor
El 61 % considera que duerme bien, si bien al 93,3 % le gustaría dormir mejor. Al 84,4 %, dormir más.
En este sentido, son las personas de 65 a 75 años quienes, en mayor porcentaje que el resto, señalan que les gustaría dormir mejor.
¿Y quienes son los que más duermen? Son los hombres que tienen mayores ingresos, con una media de sueño de entre seis y ocho horas. Las mujeres, las personas de entre 55 y 64 años, y los que tienen menos ingresos duermen menos.

Despertares nocturnos
Y no solo dormimos menos de lo recomendado, sino que también nos despertamos por las noches: al 86,7 % le ocurre. De este porcentaje, el 35,7 % se despierta una vez, mientras que un 51 % lo hace varias veces.
Las personas de 18 a 24 años y aquellos que residen en poblaciones de menos de 10.000 habitantes son lo que aseguran más que el resto que no duermen mal ni se despiertan por las noches.
Por otra parte, los encuestados tienen claro que, a sus respectivas edades, deberían dormir una media diaria de 8 horas. En este sentido, el 81,8 % cree que son necesarias entre 7 y 8 horas de sueño diario; y un 15,5 %, más de 9 horas al día.
El jefe de servicio de Neurología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, Ventura Anciones, afirma que la mayoría de los adultos necesita entre siete y ocho horas de sueño de calidad para mantener un buen equilibrio físico y mental.
“El sueño no es simplemente un estado pasivo, sino un proceso activo y esencial que permite al cuerpo y al cerebro recuperarse, regular las emociones, consolidar la memoria y mantener el equilibrio metabólico”, afirma Anciones, quien también es el coordinador de la Unidad del Sueño del citado hospital.
Ansiedad, estrés…
El estrés o la ansiedad son los culpables de que se duerma mal y no se lleguen a las horas recomendadas de sueño, tal y como comenta el 51,7 % de los entrevistados.
También las preocupaciones económicas o familiares (34,1%); el uso de pantallas antes de dormir (30,7%); los malos hábitos de sueño en cuanto a los horarios; ruidos y molestias (25,6 %) y el 23,4 %, por problemas físicos, como el dolor.

Consecuencias para la salud
Dormir pocas horas de sueño y de poca calidad provoca al 78,2 % cansancio durante el día, así como falta de energía y motivación al 58 %; y cambios de humor o irritabilidad, al 43,2 %.
Y los encuestados consideran que la falta de horas de sueño puede derivar en alteraciones del estado de ánimo (así lo afirma el 61,9 %), trastornos de ansiedad (54,8 %) y la disminución del rendimiento académico o laboral (48,4 %), entre las principales consecuencias.
“Cuando se duerme menos de forma continuada, no solo disminuye el rendimiento diario, también aumenta el riesgo de hipertensión, ansiedad o trastornos metabólicos”, subraya Anciones.
En busca de la solución
Para dormir mejor, echan mano de infusiones naturales (31,2 %), tratan de evitar el uso de pantallas (28,8 %) y mantienen una rutina de sueño fija (27,9 %). El 21,3 % no hace nada para dormir mejor.
Como solución, el 44,8 % toma o ha tomado en alguna ocasión medicación para dormir, de los que el 13,6 % lo hace cada noche; un 6,4 %, varias veces por semana; y un 24,8 % solo en situaciones puntuales con mucho estrés o ansiedad.

El 43,9 % ha buscado información para dormir mejor: bien por su cuenta (22,8 %) o consultado a un profesional de la salud (21,1 %).
El 84 % utiliza dispositivos tecnológicos media hora antes de irse a dormir, de los que el 39, 7 % lo hace siempre y un 44,8 %, a veces.
Son los más jóvenes -aquellos entre 18 y 34 años- quienes usan más los dispositivos tecnológicos antes de ir a dormir, un porcentaje que alcanza hasta el 95 % en el caso de los que tienen entre 25 y 34 años.
Los que menos los usan son los mayores de 55 años.
Para mejorar los hábitos de sueño, los entrevistados creen que hay que mantener horarios regulares, cenar ligero, temprano y evitar las pantallas antes de irse a dormir, indica el estudio de Sanitas.
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Ciencia y Salud
La memoria del dolor: cómo el cuerpo recuerda lo que duele, incluso cuando ya no está

La función fisiológica del dolor es actuar como un sistema de alarma que nos advierte de la posibilidad de una lesión o de que ésta ya se ha producido. Y es que el dolor no todos los sentimos igual, ni en el mismo tipo de situaciones. Con motivo del Día Mundial del Dolor, que se celebra el 17 de octubre, hablamos con el doctor Jordi Serra, jefe de la Unidad de Tratamiento del Dolor del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona, quien nos resuelve las principales dudas que giran en torno al dolor.
Cuenta, en primer lugar, que sentimos dolor cuando las terminaciones nerviosas (libres o receptores específicos a la presión, la temperatura, entre otros) reciben estímulos de una intensidad suficiente como para activar la nocicepción. “Es decir, el proceso que hace que esa señal viaje a través de los nervios y de la médula espinal, hasta llegar al cerebro y sea percibida como dolor”, precisa.

De esta manera, según sus palabras, el dolor activa en el cerebro no sólo las áreas que procesan la sensación física, sino también aquellos mecanismos relacionados con la emoción, generando respuestas como el miedo, la angustia o la ansiedad.
“Además, se vincula con la memoria y con las funciones cognitivas, ya que a través del dolor aprendemos qué situaciones o qué acciones son peligrosas”, precisa al tiempo que recuerda que, entre los dolores más frecuentes, están las lumbalgias y las cefaleas. Sostiene que constituyen la mayor parte de los dolores crónicos; seguidos por los dolores neuropáticos.
Por qué unos sienten más dolor que otros
En cuanto a por qué hay personas que sienten más dolor que otras, este experto en medicina del dolor subraya que, desde una perspectiva biopsicosocial, los distintos factores que forman la experiencia dolorosa están modulados por factores biológicos, emocionales, culturales y sociales.
“Por lo tanto, la expresión puede variar entre los distintos individuos en función de su situación actual y de su historia, y en el mismo individuo, en distintos momentos de su vida, dependiendo de situaciones emocionales, sociales y culturales”, explica.
Hay personas que no sienten dolor
Además, el jefe de la Unidad de Tratamiento del Dolor del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona destaca que hay un reducido grupo de familias que padece un trastorno hereditario que es la analgesia o anestesia congénita, y por la que no sienten dolor.
“En este caso”, profundiza el especialista, “el sistema nociceptivo que actúa como alarma no funciona, por lo que las personas que lo sufren están expuestas a graves amenazas para la vida, ya sean quemaduras, traumatismos o debidas al retraso en el tratamiento de procesos médico-quirúrgicos”.
Igualmente, menciona que diversos instrumentos con algoritmos basados en parámetros fisiológicos se desarrollan para intentar medir el dolor.
Sin embargo, su utilidad en la clínica aún es muy limitada: “La principal manera de medir el dolor en todas las unidades hospitalarias y en la medicina primaria es usar la evaluación del propio paciente, mediante escalas verbales (NRS), escalas visuales (EVA), que se pueden adaptar a la edad y al estado cognitivo del paciente (escala de caras, de colores). Si la comunicación es imposible se usan escalas observacionales. Para evaluar el dolor crónico se usan escalas multidimensionales y de interferencia funcional. También se usan escalas para situaciones específicas (artritis de mano, lumbalgia, artrosis de cadera, etc.)”.
Tipos de dolor
El doctor Serra recuerda que el dolor se clasifica habitualmente en agudo y crónico, en función de su evolución en el tiempo. “Como nociceptivo, visceral, neuropático o nociplástico, en función de sus mecanismos fisiopatológicos. El dolor crónico se clasifica también como ‘primario’ o como ‘secundario’”, agrega.
En concreto, cita que el dolor crónico primario no responde a una lesión conocida, sino a un trastorno en la modulación del dolor; mientras que el secundario obedece a una lesión crónica o recurrente, como puede ser la artrosis en el primer caso, o una neuralgia en el segundo.
Además, puntualiza, se considera ‘dolor crónico’ al persistente o recurrente por más de tres meses, superando el tiempo esperado de curación de una lesión aguda.
“Insistimos en esta definición, en que el ‘dolor crónico’ puede ser una enfermedad en sí (dolor crónico primario), o estar asociado a una enfermedad subyacente (dolor crónico secundario). El ‘dolor agudo’ se considera que está limitado en el tiempo y asociado con daño tisular o procesos médicos recientes”, agrega el especialista en medicina del dolor.
En este punto, mantiene el doctor Serra que la discapacidad generada por el dolor depende de su intensidad, de su duración, y de cómo interactúa con el tipo de vida de la persona que lo padece. “Todos los dolores crónicos pueden generar distintos grados de discapacidad y afectar a todas las esferas de la vida”, apunta.
El papel de la memoria y de las emociones en el dolor
Pero no hay que olvidar que la memoria y las emociones también se relacionan con e dolor. El doctor Serra indica que la memoria, precisamente, está implicada en el proceso de la nocicepción desde el inicio, algo útil en la evolución de la especie y en la supervivencia del individuo.
“En algunos casos de dolor crónico, rebelde a todos los tratamientos, se hace referencia la memoria del dolor como una consecuencia de la neuroplasticidad del sistema nervioso, que reconvierte y redirige estímulos no dolorosos hacia áreas donde estos estímulos son interpretados como si lo fueran”, remarca.
A su vez, subraya que normalmente los factores emocionales o el estado psicológico constituyen un factor modulador del dolor, aunque a veces sea difícil para un individuo distinguir entre el dolor y el sufrimiento, el vocabulario utilizado habitualmente usa indistintamente estos términos para referirse al estado emocional causado por la pérdida de un ser querido, una ruptura u otras situaciones de gran estrés emocional.
“En cualquier caso, el antiguamente llamado ‘dolor psicógeno’ ha desaparecido de las clasificaciones Internacionales”, señala el experto del Hospital Universitari Dexeus.
Síndrome del miembro fantasma
Entre otras curiosidades del dolor, menciona también el dolor del miembro fantasma, es decir, aquel que aparece, por ejemplo, ante la pérdida de una extremidad y que surge de la suma de la actividad periférica anómala, de la sensibilización espinal y de la reorganización cortical mal adaptativa.
“Estos fenómenos que asocian estímulos dolorosos y persistencia de la representación funcional del miembro constituyen la génesis de este tipo de dolor”, añade.
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Ciencia y Salud
Este estudio mundial da una buena noticia sobre nuestra esperanza de vida: es 20 años más
La esperanza de vida al nacer en el mundo en 2023 era 20 años mayor que en 1950 debido a una reducción del 67 % de la tasa de mortalidad, pero en jóvenes de Norteamérica, Latinoamérica y África subsahariana se manifiesta una crisis emergente de fallecimientos, según el último estudio sobre la Carga Mundial de Morbilidad presentado recientemente en la Cumbre Mundial de la Salud de Berlín.
El informe, publicado en la revista británica The Lancet, se refiere a esa mejora en la esperanza de vida en 2023 en un mundo donde dos tercios de la mortalidad y morbilidad están ocasionados por enfermedades no transmisibles.
“La esperanza de vida mundial volvió a los niveles anteriores a la pandemia de la covid-19, con 76,3 años para las mujeres y 71,5 para los hombres, más de 20 años que en 1950”, indica en un comunicado sobre el estudio el Instituto para las Métricas de Salud y Evaluación (IHME), que responsabiliza a otras dolencias de la mayor parte de los fallecimientos.
Esperanza de vida de en España: 83 años
En el caso de España, la esperanza de vida al nacer para ambos sexos, en 2023, era de 83,1 años, que en las mujeres se situaba en 85,8 y en los hombres, 80,3. Esas mismas cifras en 1990 fueron de 76,8 años para todos, con 80,4 para las mujeres y 73,2 para los hombres.
El estudio señala a la cardiopatía isquémica, los accidentes cerebrovasculares y la diabetes como las dolencias que se sitúan “a la cabeza a nivel global” como responsables de fallecimientos o enfermedades que afectan la calidad de vida.
En España, también en 2023 la primera causa de muerte fue la cardiopatía isquémica, al igual que en países de su entorno como Francia, Alemania, Reino Unido o Italia.
Edad media de muerte en el mundo: 62,9 años
De acuerdo con el informe, la edad media mundial de muerte aumentó hasta los 62,9 años en 2023, cuando en 1990 era de 46,4 años, aunque este dato esconde grandes diferencias regionales.
En las zonas del planeta con más ingresos, las mujeres mueren, de media, a los 80,5 años y los hombres a los 74,4 años, mientras que en África subsahariana, donde se concentra el 67 % de quienes viven en pobreza extrema según el Banco Mundial, la edad media de los fallecimientos en mujeres está en 37,1 años y en varones en 34,8.

En dos regiones del mundo, Norteamérica y Latinoamérica, según el estudio, se enfrentan a “una crisis emergente de las tasas de mortalidad” en adolescentes y adultos jóvenes por “suicidio y consumo de drogas y alcohol”.
También hay una situación descrita como “crisis emergente” en esos sectores de la población por la alta tasa de mortalidad en el África subsahariana, debido a “enfermedades infecciosas y lesiones no intencionales”.
Cuidado con la contaminación del aire
El estudio alerta de que continúa aumentando la incidencia en la población mundial de dos trastornos mentales, la depresión y la ansiedad, capaces de causar muerte o discapacidad, y da cuenta de que la mitad de la carga de morbilidad en el mundo se puede prevenir.
La obesidad y el tabaquismo son dos amenazas potenciales para la salud que, junto a la alta presión arterial o la contaminación del aire, pesan más entre los 88 riesgos modificables evaluados por los autores de la investigación.
“Casi la mitad de todas las muertes y discapacidades podrían prevenirse modificando algunos de los principales factores de riesgo, como la reducción de los niveles altos de azúcar en sangre y el índice de masa corporal (IMC) alto”, apunta el comunicado del informe.
Sin embargo, añade, “entre 2010 y 2023, las tasas de años por vida ajustados por discapacidad (AVAD) para un IMC alto aumentaron en casi un 11 %, el uso de drogas en casi un 9 % y el azúcar en sangre alto en un 6 %”.

Los investigadores también ponen de relieve que la contaminación del aire y el calor en un contexto de cambio climático tienen un “impacto significativo” en la salud mundial.
La contaminación por partículas, de hecho, es considerada por los autores del informe como el segundo riesgo principal para las tasas de AVAD, más altas por ese factor en las regiones de Asia meridional, África subsahariana, África del norte y Oriente Medio.
Especialmente en el Sahel las altas temperaturas exacerban vulnerabilidades por agravar las sequías, la inseguridad alimentaria y el desplazamiento, según el documento, que se presenta como el estudio más completo a la hora de cuantificar la pérdida de salud en el mundo.
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Ciencia y Salud
EXCLUSIVA: Euractiv obtiene el programa de trabajo de la Comisión Europea para 2026

Bruselas (Euractiv.com/.es) – La Comisión Europea presentará la próxima semana en Estrasburgo su programa de trabajo detallado para 2026, al cual Euractiv ha obtenido acceso,y en el cual se exponen los planes legislativos del Ejecutivo comunitario en todos los ámbitos, desde la agricultura hasta la sanidad y la defensa.
El documento, de 30 páginas, resume la próxima legislación, las propuestas pendientes y las derogaciones previstas. La versión final tiene que ser aprobada por la Comisión Europea y presentada a los eurodiputados por la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen (CDU/PPE) la próxima semana, lo cual significa que el borrador podría estar sujeto a cambios.
Entre otros puntos, el documento incluye un plan para publicar en el primer trimestre del próximo año la propuesta legislativa de la Comisión sobre el llamado «28º régimen», que permitiría a determinadas empresas eludir algunas leyes nacionales.
También se prevé para el segundo trimestre de 2026 un nuevo paquete legislativo global («ómnibus fiscal»), así como una propuesta actualizada sobre normas de contratación pública y nuevos reglamentos sobre vigilancia del mercado y conformidad de los productos, entre otras medidas propuestas por Bruselas.
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Thomas Moller-Nielsen (Euractiv.com) ha contribuido a la información.
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(Editado por Joshua Posaner/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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