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Ciencia y Salud

El tabaquismo pasivo aumenta en España

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Aunque el estudio refleja que el porcentaje (24 %) de personas víctimas del tabaquismo pasivo se ha incrementado 3 puntos respecto a 2011, supone un decrecimiento si se compara con los datos de la encuesta realizada en 2005 cuando la población afectada era del 49,5 %.

Esta investigación ha sido llevada a cabo por el Instituto de Investigaciones de Mercado y Marketing Estratégico (Ikerfel), a solicitud del Área de Tabaquismo de SEPAR, con una muestra de 3.000 personas entre 16 y 80 años.

En el estudio, el 17 % de las personas encuestadas se declara fumadora de cigarrillos convencionales, siendo el grupo de 16 a 44 años el que presenta el mayor porcentaje de fumadores.

Además, el estudio también aborda las nuevas formas de consumo, como los vapeadores y tabaco calentado, con un enfoque particular en la población más joven.

La doctora Inmaculada Gorordo, coordinadora del estudio, destaca la prevalencia global de tabaquismo pasivo en el 24 % y alerta: “Si consideramos la exposición en las terrazas, más de la mitad de los no fumadores están afectados por el tabaquismo pasivo”.

¿Dónde sufrimos el tabaquismo pasivo?

Las terrazas de los locales de hostelería son los lugares donde los no fumadores están más expuestas la tabaquismo pasivo, ya que el 48 % de ellos declara respirar el humo del tabaco en estos espacios.

En los hogares, el 9 % de las personas no fumadoras convive con el humo del tabaco, mientras que en los centros de estudio, el 7 % de los estudiantes no fumadores afirma estar expuesto a esa sustancia.

En los espacios de trabajo, el 8 % de los empleados no fumadores sufren el humo del tabaco, cifra que asciende al 22 % en el sector de la hostelería.

El doctor Carlos Jiménez, miembro del Comité Científico del estudio, ha presentado los datos recopilados durante las dos últimas décadas, que muestran la evolución del tabaquismo pasivo en España.

“En los últimos 13 años, en los que no ha habido modificación de la actual legislación reguladora de consumo de tabaco, la prevalencia del tabaquismo pasivo ha aumentado ligeramente en varios entornos: en hogares del 8 % al 9 %, en el trabajo del 6 % al 8 %, en centros educativos del 6,3 % al 7 % y en locales de ocio del 12 % al 15 %”, señala el especialista.

La exposición a los vapores de los nuevos productos

El 10 % de las personas entrevistadas en el estudio reconoce ser consumidora de nuevos productos, como los cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado.

Este porcentaje es mayor en personas menores de 24 años, y prácticamente nulo en personas mayores de 54 años.

En los hogares, el 7 % de las personas no fumadoras convive con vapores, mientras que, en los centros de estudio, el 12 % de los estudiantes no fumadores ni consumidores de nuevos productos señala estar expuesto a vapores.

En las terrazas, el 32 % de los no fumadores y no consumidores de estas alternativas al tabaco tradicional declara estar expuesto a los vapores de estos productos.

Además, en el trabajo, el 4 % de los no consumidores de nuevos productos se ve expuesto, cifra que asciende al 18 % en la hostelería.

En las zonas de ocio, la exposición a vapores es del 12 %, siendo ligeramente inferior a la exposición al tabaco (15 %).

El doctor Juan Antonio Riesgo Miranda advierte que se observa una mayor permisividad hacia la exposición al vapor de nuevos productos en comparación con el humo del tabaco tradicional.

Una niña usa un vaper en Londres. EFE/EPA/TOLGA AKMEN

La falta de restricciones

La mayoría de los encuestados respalda la idea de aumentar las restricciones en el consumo de estas sustancias.

Los datos presentados en el estudio de SEPAR subrayan la urgencia de fortalecer las políticas de prevención y concienciación, así como de promover estrategias más efectivas para reducir el consumo de tabaco y minimizar la exposición pasiva al humo.

A pesar de la conciencia creciente sobre los riesgos, persiste una necesidad crítica de intervención para proteger la salud pública y reducir el impacto del tabaquismo en la población. 

Un hombre enciende un cigarro en Ourense. EFE/ Brais Lorenzo

Efecto del tabaquismo en la salud

El consumo de tabaco y la exposición pasiva al humo siguen siendo causas predominantes de enfermedades respiratorias a nivel global.

El doctor Juan Antonio Riesgo Miranda, director de proyectos de investigación en tabaquismo de SEPAR explica que la inhalación del humo del tabaco está estrechamente vinculada al desarrollo de patologías graves.

Asma y Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son las enfermedades respiratorias crónicas más frecuentes y llama la atención un mayor número de fumadores y consumidores de nuevos productos en ambos grupos, y, particularmente, entre la población asmática”, afirma el experto.

Conclusiones del estudio

El estado de salud de la población:

La valoración media del estado de salud de la población es óptima en más del 80 % de los encuestados.

Este porcentaje es inferior entre los fumadores de tabaco y hogares con fumadores, algo que se repite con los nuevos productos.

Un 3 % de la población ha consultado por problemas de salud en el último año, siendo este grupo mayor entre los fumadores activos y consumidores habituales de nuevos productores.

Los problemas de salud respiratorios son los más consultados.

Los médicos de familia y neumólogos son los especialistas a los que se consulta más frecuentemente.

La sensación de ahogo (disnea), pitos y expectoración predominan en los síntomas respiratorios, particularmente entre los fumadores y consumidores habituales de nuevos productos.

Asma y EPOC son las enfermedades respiratorias crónicas más frecuentes y llama la atención un mayor número de fumadores y consumidores de nuevos productos en ambos grupos, particularmente entre la población asmática.

La mayor parte de la población entrevistada estaría a favor de aumentar las restricciones del
consumo de estas sustancias
, no así en el grupo de fumadores y consumidores
habituales.

La percepción de riesgo de la inhalación de humo de tabaco y vapor de nuevos dispositivos es
particularmente baja
entre los consumidores de ambos colectivos.

Se observa una mayor permisividad a la exposición al vapor de nuevos productos que a la exposición al humo del tabaco.

Existe un gran desconocimiento de la legislación que limita el consumo de nuevos productos, aunque también se reseña que un tercio de la población desconoce lo mismo con respecto al tabaco convencional.

EFE/EPA/ADI WEDA

La evolución en los últimos 20 años:

Se observa que hay un incremento de la prevalencia de tabaquismo pasivo en España.

Más de la mitad de los no fumadores padecen tabaquismo pasivo en las terrazas.

Hay ligeros incrementos de tabaquismo pasivo en el hogar, en centros educativos, en el trabajo y en locales de ocio en los últimos 13 años.

Irrupción de los cigarrillos electrónicos (CE) y el tabaco calentado (TC) como nuevas fuentes de contaminación ambiental.

4 de cada 10 no fumadores están sometidos a aire ambiental contaminado por estos productos.

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Metapneumovirus humano, un virus respiratorio global y conocido sin potencial pandémico

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Lo explica a EFEsalud la microbióloga Concepción Gimeno, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), quien aleja cualquier tipo de alerta ante el metapneumovirus humano (HMPV, por sus siglas en inglés), un virus respiratorio común y global frente al que la mayoría ya hemos desarrollado anticuerpos.

“Un 90 % de las de las personas mayores de diez años tenemos anticuerpos, lo hemos pasado a lo largo de la infancia, en muchos casos asintomáticos o pensando que era un resfriado típico de un niño que está en la guardería”, precisa.

El brote infeccioso de China

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha explicado que, de acuerdo a la información recibida de las autoridades China, los patógenos que se han detectado en el brote infeccioso en el norte del país son los virus sincitial respiratorio (VRS), el metapneumovirus humano (MPVH), el SARS-CoV-2 (causante de la covid) y, sobre todo, el de la gripe estacional.

“Los niveles de infecciones respiratorias notificados en China están dentro de lo habitual para la estación invernal”, ha recalcado la portavoz de la OMS, Margaret Harris.

Sin embargo, el hecho de ser un virus menos conocido que otros entre la población y que, además, exista un metapneumovirus aviar ha encendido algunas alertas.

La microbióloga explica que el metapneumovirus aviar es el posible ancestro del metapneumovirus humano y que ahora no existen brotes importantes de casos de este virus”.

Asegura que el metapneumovirus es un virus lento, que tarda mucho en mutar, y que es muy diferente al de la gripe aviar H5N1 que se adapta con más rapidez, por lo que no tiene porqué existir relación entre estos dos patógenos, “son dos problemas completamente distintos”.

La gripe aviar, por su parte, ha pasado de las aves a los mamíferos y de estos a los humanos, aunque todavía no existe transmisión directa de persona a persona, una amenaza que existe y que sí podría causar una pandemia.

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Un hombre con mascarilla camina por las calles de Pekín (China) en enero de 2025. EFE/EPA/JESSICA LEE

Síntomas y grupos de riesgo del metapneumovirus humano

El metapneumovirus humano cursa con tos, fiebre, dolor de cabeza, congestión nasal…como un resfriado común y tan solo entre el 1 y el 5 % de los casos son graves al derivar en neumonía, bronquitis o bronquiolitis, según la también jefa del Servicio de Microbiología del Hospital General de Valencia.

Los grupos de riesgo son los menores entre 6 meses y 5 años que todavía no han desarrollado los anticuerpos frente a esta infección, pero también los mayores que van perdiendo defensas o las personas inmunodeprimidas a causa de enfermedades.

“Es un virus de la infancia, es un virus de las guarderías, de cuando los niños comienzan a socializar, como ocurre con el virus respiratorio sincitial”, explica la especialista.

Cómo detectarlo y tratarlo

Las pruebas de diagnóstico PCR pueden detectar la presencia del HMPV.

Lo habitual en los hospitales es que a personas con infecciones graves les hagan las pruebas de los virus más comunes, como gripe A y B, coronavirus y respiratorio sincitial, aunque se puede ampliar hasta un total de 23 patógenos entre los que figura el metapneumovirus humano.

“Los microbiólogos queremos identificar los distintos virus (en los pacientes) porque hay algunos que tienen potencial pandémico”, indica Concepción Gimeno, portavoz de la SEIMC.

Y afirma que actualmente se están detectando casos esporádicos, “no hay ningún brote actualmente en España”, al contrario que la gripe estacional, que en esta época empieza a ser un problema respecto a los ingresos y urgencias hospitalarias.

El metapneumovirus humano leve se combate con hidratación, analgésicos, cuidados en casa y, sobre todo, se previene con el uso de la mascarilla y el lavado de manos.

No existe ni un fármaco antiviral específico, ni una vacuna contra el HMPV, aunque la microbióloga considera que, dada su similitud con el virus respiratorio sincitial y si aumenta su incidencia, podría darse la posibilidad de desarrollar una vacuna.

El metapneumovirus humano, de la familia paramyxoviridae, se describió por primera vez en el año 2001 en un laboratorio de los Países Bajos y cuando se analizaron sueros de hasta cincuenta años atrás se observó que las personas habían desarrollado anticuerpos contra un virus que no era nuevo, sino que convivía desde hacía muchos años entre la población global.

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Ciencia y Salud

El 95 % de los españoles reconoce que los abrazos mejoran su bienestar emocional

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Abrazos y bienestar emocional: un vínculo científico

El contacto físico, especialmente los abrazos, es fundamental para el bienestar emocional.

“El gesto de dar un abrazo libera oxitocina, la hormona de la felicidad, lo que genera un mejor estado de ánimo, controla los latidos del corazón e, incluso, nos traslada a un estado de calma y seguridad, que incide directamente sobre la salud emocional de las personas”, explica Soraya Bajat, jefa del servicio de Salud Mental de los Hospitales Universitarios Sanitas la Zarzuela y La Moraleja.

Este proceso químico genera múltiples beneficios:

  • Mejora el estado de ánimo
  • Reduce los niveles de cortisol (hormona del estrés)
  • Regula el ritmo cardíaco
  • Fomenta una sensación de calma y seguridad

Un estudio de Sanitas destaca los beneficios físicos y emocionales del contacto físico en las relaciones personales.

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Los jugadores del FC Barcelona Víctor Valdés (i) y Javier Mascherano se abrazan al final de un partido. EFE/Toni Galán

La encuesta, realizada como parte de la campaña navideña “No dejes abrazos pendientes”, revela que el 73 % de los encuestados asocia los abrazos con cariño, el 64 % con amor, el 56,3 % con consuelo y el 53 % con tranquilidad.

Estos resultados subrayan el papel del contacto físico en la gestión emocional diaria, especialmente en momentos de estrés o incertidumbre.

Beneficios físicos de los abrazos

Además del impacto emocional, los abrazos también tienen efectos significativos en la salud física. Nueve de cada diez españoles creen que este gesto contribuye a su bienestar físico.

“Este beneficio físico es real, puesto que esa gestión de la calma ayuda a reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca, por lo tanto, repercute directamente sobre la función cardiovascular. Además, ayudan a controlar la liberación de cortisol, la hormona del estrés, que puede influir, incluso en la calidad del sueño y, por tanto, del descanso”, continúa la doctora Bajat.

El estudio también destaca la frecuencia de los abrazos entre los españoles: en promedio, se dan 15 abrazos a la semana.

Las mujeres lideran esta práctica con 17,7 abrazos semanales, mientras que los adultos entre 35 y 44 años alcanzan los 21.

En contraste, los mayores de 65 años abrazan menos, con un promedio de 10,6 a la semana, siendo además el grupo que menos abrazos recibe.

La campaña “No dejes abrazos pendientes”

Esta investigación forma parte de la campaña de Sanitas, que busca promover el contacto físico como una forma de cuidado mutuo.

La iniciativa incluye un sitio web con información y consejos sobre los beneficios de los abrazos, además de testimonios de expertos en salud mental como Elizabeth Clapés y Patricia Ramírez.

“Como compañía especialista en salud sabemos que parte de nuestra misión pasa por fomentar el cuidado entre nosotros. Un cuidado responsable, honesto en el que la afectividad y la cercanía juegan un papel clave”, subraya Yolanda Erburu, Chief Sustainability y Corporate Affairs en Sanitas y Bupa Europe & Latinamerica.

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Sobrevivir a la muerte súbita sin secuelas: RCP y desfibrilación aumentan las posibilidades

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La aparición repentina e inesperada de una parada cardiaca, en una persona aparentemente sana y con buena salud, se conoce como muerte súbita que precisa de atención médica inmediata para poder sobrevivir sin secuelas.

La causa más frecuente de muerte súbita es una fibrilación ventricular, una arritmia cardiaca maligna que impide que el músculo del corazón se contraiga de forma coordinada, resultando en la ausencia de latidos eficientes y en la detención inmediata del bombeo de sangre al cuerpo.

La víctima, pierde el pulso y pocos segundos después, el conocimiento y la capacidad de respirar, si no recibe atención médica inmediatamente, fallecerá a consecuencia de un paro cardiaco.

Cuando el corazón deja de bombear sangre, la presión arterial cae a cero y se anula el riego sanguíneo, resultando en la detención total de aporte de oxígeno y demás nutrientes al resto del cuerpo.

El órgano más crítico a la hora de no recibir riego sanguíneo es el cerebro, ya que tan solo unos pocos minutos tras la parada cardiaca comienza a sufrir daños irreversibles. El daño cerebral es la principal secuela en pacientes que son reanimados.

La muerte súbita no se puede predecir o controlar, pues ocurre de manera inesperada, sin embargo, algunas personas pueden tener síntomas previos que alerten como sufrir alguna pérdida de conocimiento que se recupera espontáneamente, o episodios de palpitaciones rápidas de inicio y final brusco.

Cuando se produce una parada cardiaca, la persona repentinamente pierde la consciencia y no tiene respuesta a estímulos (como ruidos o dar un pellizco), deja de respirar, y pierde el tono rosado de la piel que se suele volver de color pálido inicialmente y luego azul violáceo.

Las causas más frecuentes de parada cardiaca

Como la enfermedad coronaria (infarto de miocardio) es la causa más frecuente de parada cardiaca, ésta se podría prevenir “evitando factores de riesgo que provocan la aterosclerosis en las coronarias, el endurecimiento de las arterias como consecuencia de la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias, que posteriormente van a provocar el infarto con arritmia maligna asociada que resulta en la parada cardiaca”, apunta el doctor Borja Ibáñez, cardiólogo intervencionista de la Fundación Jiménez Díaz y director científico del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y jefe de grupo del Centro de Investigación en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV).

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Doctor Borja Ibáñez, cardiólogo intervencionista de la Fundación Jiménez Díaz y director científico del CNIC y jefe de grupo del CIBERCV.

Otra causa de parada cardiaca es padecer una cardiopatía de origen genético (familiar), que puede ser silente y debutar como una parada cardiaca sin ningún síntoma previo. Los chequeos a familiares con antecedentes en cardiopatías hereditarias o a personas que han sufrido un infarto de miocardio y lo han superado, pueden evitar el riesgo de muerte súbita.

La edad es un factor a tener en cuenta a la hora de tener más posibilidades de sufrir muerte súbita. En personas mayores de 35 años con enfermedad arterial coronaria, o con miocardiopatía hipertrófica, una enfermedad genética que se caracteriza por un engrosamiento del músculo del corazón (que puede dificultar el bombeo de la sangre del corazón), puede aumentar el riesgo de muerte súbita.

También en personas que, tras un infarto de miocardio, a pesar de haber sido tratado correctamente, el corazón ha quedado con una cicatriz que puede aumentar el riesgo de tener una arritmia.

Los factores de riesgo

Aunque es muy difícil de prevenir, pues se produce en personas aparentemente sanas y de forma repentina, existen factores de riesgo como la obesidad, la diabetes o el tabaquismo, que pueden asociarse con este problema cardiaco mortal.

“Hay otros motivos de muerte súbita no relacionados directamente con el corazón como puede ser una hemorragia cerebral o una rotura en un aneurisma de la aorta o, incluso, una embolia de pulmón”, añade el doctor Ibáñez.

Aunque es muy poco frecuente, un suceso que provoque un esfuerzo o dañe el tejido cardiaco puede aumentar el riesgo de muerte súbita, como puede ser un fuerte golpe en una zona pequeña justo frente al corazón como se ha documentado en bolazos de béisbol, por ejemplo.

También, sufrir enfermedades con corazones aparentemente normales pero con alto riesgo arrítmico como el síndrome de Brugada, el de QT largo, o la taquicardia ventricular por catecolaminas pueden provocar muerte súbita.

Acciones para sobrevivir a la muerte súbita

El único tratamiento eficaz para ralentizar el daño secundario a la falta de circulación durante un episodio de muerte súbita es la reanimación cardiopulmonar (RCP) hasta que lleguen los servicios médicos de urgencia.

En muchos casos, la parada cardiaca se puede revertir aplicando una desfibrilación, bien cuando se presentan los servicios de emergencias, o bien usando los DESA (desfibrilador externo semiautomático) que cada vez están presentes en más entornos públicos.

La desfibrilación consiste en administrar al corazón una descarga eléctrica controlada para reiniciar la actividad del corazón y recuperar el ritmo normal.

La RCP se realiza hasta que se pueda utilizar un desfibrilador. La RCP se debe llevar a cabo poniendo ambas manos en el centro del esternón de la víctima y hacer compresiones profundas hacia abajo, con los brazos extendidos en ángulo recto respecto al paciente.

Hay que comprimir el esternón unos 4 ó 5 centímetros con una frecuencia rápida aproximadamente entre 100 y 120 compresiones por minuto, a un ritmo regular y continuo (la canción de la Macarena, es una buena forma de llevar el ritmo de las comprensiones), sin interrupción, hasta que la víctima recupere el conocimiento o lleguen los servicios de emergencia.

La recuperación de las personas que sufren una parada cardiaca depende en gran medida del tiempo que transcurre desde que el corazón se detiene hasta que se aplica la desfibrilación y en función de si se ha aplicado RCP o no hasta la misma.

Por cada minuto que pasa, hay un 10 % menos de probabilidades de que el paciente se recupere. La rapidez con la que se lleva a cabo la ayuda a una persona que sufre un episodio de muerte súbita, marca la diferencia entre el fallecimiento y la recuperación.

“La ejecución de un masaje cardiaco puede hacer que la persona sobreviva y tenga las menos secuelas posibles hasta que lleguen los servicios de emergencias, cuantos más minutos pasen con el corazón parado sin recibir masaje cardiaco, aumenta las posibilidades de que el paciente no sobreviva y si lo hace lo haga con daños neurológicos muy importantes”, explica el cardiólogo.

En España se producen más de 80 casos de muerte súbita cada día, unos 30.000 al año, de los cuales, tan solo entre el 5 y el 11 % de ellos, tienen posibilidades de sobrevivir sin secuelas tras sufrir una parada cardiaca fuera de un hospital.

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