Ciencia y Salud
Dermatitis atópica: cumple los tratamientos para controlar el picor

La dermatitis atópica (DA) es la enfermedad inflamatoria crónica de la piel más frecuente en la infancia, pero también presente en adolescentes y adultos. El picor es su característica fundamental. No es contagiosa.
La prevalencia mundial de esta patología en la población pediátrica oscila entre el 10 y el 20 por ciento.
En España, se estima entre un 5 y un 20 % de la población general. El 60 por ciento de los pacientes inician la enfermedad en el transcurso del primer año de vida y hasta el 85 % en los primeros 5 años.
La mayoría supera la dermatitis atópica en la infancia o adolescencia temprana, pero alrededor del 25 por ciento continúa teniéndola en la edad adulta.
Los niños con DA tienen un alto riesgo de desarrollar diversas comorbilidades atópicas como alergia a los alimentos, asma y rinitis alérgica: el tratamiento temprano puede prevenir el desarrollo de comorbilidades atópicas al restaurar la barrera cutánea.
La DA es mucho más que picor en la piel, es una enfermedad sistémica y multidimensional, compleja, que tiene una fuerte carga psicológica en los afectados.
Dermatitis atópica: una dermatóloga y una paciente frente al picor de esta enfermedad
En el marco del Día Mundial de la Dermatitis Atópica, 14 de septiembre, “Tus medicamentos”, el videoblog que EFEsalud y la Fundación Viatris para la Salud impulsan conjuntamente para promover y mejorar la adherencia terapéutica, ha reunido en la sede de la Fundación a una dermatóloga y una paciente para analizar esta enfermedad de la piel.
La doctora es Aurora Guerra, directora de la clínica Dermatólogas Guerra, ex jefa de sección de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y profesora titular de Dermatología de la Universidad Complutense.
La paciente es África Luca de Tena, responsable de Comunicación de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA).
La doctora Aurora Guerra, directora de la Clínica Dermatólogas Guerra, ex jefa de Sección de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y profesora titular de Dermatología de la Universidad Complutense/EFE/Pedro Gago/Francisco Javier González
Doctora Aurora Guerra: La dermatitis atópica no mata, pero es grave, no es una enfermedad menor
Doctora, ¿qué es la dermatitis atópica, cuál es su prevalencia y a quién afecta?
La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel, crónica e inflamatoria. Se caracteriza por lesiones cutáneas que se distribuyen en diferentes partes del cuerpo y cursan en brotes a lo largo de la vida. Tiene un componente inmunológico muy importante.
La manifestación más relevante es el picor, que hace sufrir al paciente y a su familia, e incluso puedo cambiar la trayectoria vital de una persona. Por ejemplo, no podría ser actriz si está rascándose con frecuencia, o tocar el piano si tiene que parar porque le pica el cuerpo. El picor es terrible.
Es, por tanto, una enfermedad que no mata, pero es grave desde el punto de vista vital.
¿Y cuál es su prevalencia, a cuántas personas afecta? Pues aproximadamente, entre el 10 y el 20 % de las personas que nos rodean tienen DA. Bien es verdad que una gran parte de ellas al ir creciendo desde su niñez, pierden la característica de la enfermedad, la tienen dormida.
Si queremos saber la prevalencia tenemos que recurrir a los niños y adolescentes, que es donde se manifiesta de forma más clara.
¿Se puede prevenir la dermatitis atópica?
Se pueden prevenir los brotes. El hecho de portar una DA tiene un componente genético difícil de corregir, pero sí podemos evitar todos aquellos factores que impulsan que haya un brote de las lesiones.
¿Cómo? Modificando todo aquello que puede irritar la piel: cosméticos inadecuados, cambios bruscos de temperatura, el polvo, las mascotas, el estrés… Y también tenemos la opción de los medicamentos como prevención.
¿Qué carga psicológica tiene la DA en los pacientes?
Es muy alta, las molestias de tener picor constantemente modifican tu vida. Pueden producirse crisis de ansiedad, a veces depresión, a veces pánico, y desde luego es una repercusión que disminuye la calidad de vida y el bienestar, incluso la autoestima, porque un niño que está formando su autoconcepto y queriendo saber cómo es, con esta enfermedad se encuentra incómodo, no se valora a sí mismo, o por el contrario, se vuelve agresivo como un mecanismo de defensa. El componente psicológico es muy importante.
La doctora y dermatóloga Aurora Guerra en “Tus medicamentos”/EFE/Pedro Gago/Francisco Javier González
Dra. Guerra, ¿qué tratamientos hay para controlar el picor de la dermatitis atópica?
Tenemos muchas opciones, y cada día más porque la investigación es muy productiva.
Primero tenemos tratamientos preventivos, cosméticos adecuados, con un ph fisiológico, sin perfume, este sería uno de los tratamientos coadyuvantes.
Tenemos también tratamientos tópicos, corticoides, y muy importante, los inhibidores de la calcineurina, que es como un corticoide, pero sin los riesgos del corticoide, porque es muy importante que el paciente entienda lo que tiene que hacer para que lo haga, y estos inhibidores, que prácticamente no tienen efectos secundarios y modulan el trastorno inmunológico de la piel, son fundamentales en el tratamiento.
Hay tratamientos orales, tanto los corticoides como la ciclosporina como tratamientos biológicos que están avanzando mucho y están fundamentalmente para los pacientes graves.
En definitiva, hay un gran arsenal de herramientas y tenemos que darle a cada uno la que necesita.
¿Cómo es la adherencia a los tratamientos? ¿Cómo se puede mejorar?
La adherencia terapéutica es muy baja. Hay estudios que señalan que, a veces, la pereza nos puede, y tener que utilizar todos los días una crema adecuada, se quitan las ganas.
Por otra parte, si la eficacia, a veces, tarda en producirse, los pacientes se desaniman y eso hace que los tratamientos no se cumplan adecuadamente.
Todos deberíamos pensar que si puedo estar bien con algo que no tiene riesgos, por qué no lo voy a hacer. Tenemos que estimular a los pacientes para que lo hagan.
¿Cómo? Es fundamental que entiendan su enfermedad. La explicación y la educación sanitaria son muy relevantes. Y luego, el control periódico y las revisiones, que vengan, el cara a cara entre paciente y médico crea un lazo de adherencia muy importante.
La clave es una buena adherencia terapéutica para controlar una enfermedad crónica como la dermatitis atópica.
Como especialista en dermatología, ¿cuál es el mensaje que lanza a los pacientes?
Que cuentan con las herramientas que les proporcionamos, pero son ellos quienes tienen que usarlas, que cojan las riendas de su salud.
Y a la sociedad, que la dermatitis atópica no hay que quitarle importancia, no es una enfermedad menor, las enfermedades menores son las que duran poquito y no tienen trascendencia, pero esta dura mucho y tiene trascendencia. De cada 10 consultas de dermatología, una es por dermatitis atópica, cómo va a ser una enfermedad menor.
África Luca de Tena, paciente y responsable de Comunicación de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA)/EFE/Pedro Gago/Francisco Javier González
África Luca de Tena: Información, anticipación y control para mejorar la adherencia terapéutica
África, ¿cómo se vive un diagnóstico de dermatitis atópica?
Se puede diferenciar un diagnóstico en una familia en la que no ha habido ningún caso de la que sí los ha habido.
Hay muchas familias donde los padres han padecido DA y, aunque el golpe del diagnóstico es devastador, saben lo que pasa, y como decía la doctora, no es una enfermedad menor, sobre todo cuando está en grado moderado severo.
En las familias donde la enfermedad es nueva, al principio puede no dársela importancia, que es puntual, que se soluciona con unas pomadas, pero luego viene el mazazo cuando se entiende que es crónica y va a requerir siempre cuidados adecuados.
¿Cómo es la calidad de vida de los afectados?
Esta enfermedad afecta a todas las esferas de tu vida. Vamos a partir de la base de que el picor te acompaña 24 horas al día, y no es una exageración, ya que de noche también te acompaña. Los pacientes no duermen, se rascan dormidos, sangran, se hacen lesiones, no descansamos.
Un ejemplo muy claro de nuestra calidad de vida es al despertar. Cuando nos levantamos, lo primero que haces es mirar las sábanas, porque en las sábanas, muchos días hay sangre y mucha piel muerta porque nos rascamos muchísimo mientras dormimos.
Según una encuesta que hicimos en la Asociación, el 89 por ciento de los pacientes no tiene un descanso adecuado. Esto genera que estés más irritable, con peor capacidad de concentración; las lesiones afectan a la autoestima, en el desempeño en el trabajo, y si encima es un niño, afecta a toda la familia.
También afecta a las relaciones personales y como te acompaña siempre, es un traje que no te puedes quitar.
África Luca de Tena en “Tus medicamentos”/EFE/Pedro Gago/Francisco Javier González
¿Qué importancia tienen los tratamientos para controlar la DA?
Son fundamentales. Yo diría que son la pieza clave para controlar la enfermedad.
¿Y cómo es la adherencia terapéutica? ¿Cómo se puede mejorar?
Somos un desastre. Primero porque te invade la pereza y, no es por excusarme, pero de verdad que estamos muy agotados física y mentalmente por esta sintomatología.
Y como de la enfermedad habla todo el mundo, a veces el paciente duda, y cuando va a la consulta del dermatólogo le dices, con la boca pequeña, que sigues los tratamientos, y entramos en un círculo vicioso muy complicado.
Yo creo que para mejorar la adherencia tiene que haber más información, que el paciente tenga más información y veraz, y también es muy importante el control médico del que hablaba la doctora.
En la asociación hablamos mucho de que sería maravilloso que en España existiera, como por ejemplo en Inglaterra, la figura del enfermero dermatólogo, no haría falta ir al especialista, sería una ayuda para el paciente.
Y también anticipar las cosas que pueden ocurrir ayudaría mucho a la adherencia, saber que tienes que cumplir los tratamientos aunque no veas los efectos, mantener siempre la adherencia.
Información, anticipación y control son los tres factores que mejorarían la adherencia terapéutica frente a la dermatitis atópica.
Como paciente y como representante de una asociación de pacientes, la AADA, ¿qué mensaje envía a los afectados?
Un mensaje de esperanza. Cada vez hay más tratamientos. Aquellos que lleváis muchos años viviendo la enfermedad y antes no había nada, ahora por suerte, tenemos opciones y, como la enfermedad es tan heterogénea, si no va bien uno, hay otro que se va a poder probar. Desde la asociación estamos luchando para que todos podamos acceder a estos tratamientos.
Mi mensaje de esperanza es que hay vida más allá de la dermatitis atópica y que el picor se puede parar.
De izq. a derecha, el director de la Fundación Viatris para la Salud, Javier Anitua; la paciente y responsable de Comunicación de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica. África Luca de Tena; la doctora y dermatóloga Aurora Guerra; y el director de EFEsalud, Javier Tovar/EFE/Pedro Gago/Francisco Javier González
EFEsalud y la Fundación Viatris mantienen, con “Tus medicamentos”, su objetivo común de concienciar a la sociedad sobre la importancia de tomar correctamente los fármacos y mejorar los niveles de adherencia terapéutica.
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Ciencia y Salud
Metapneumovirus humano, un virus respiratorio global y conocido sin potencial pandémico

Lo explica a EFEsalud la microbióloga Concepción Gimeno, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), quien aleja cualquier tipo de alerta ante el metapneumovirus humano (HMPV, por sus siglas en inglés), un virus respiratorio común y global frente al que la mayoría ya hemos desarrollado anticuerpos.
“Un 90 % de las de las personas mayores de diez años tenemos anticuerpos, lo hemos pasado a lo largo de la infancia, en muchos casos asintomáticos o pensando que era un resfriado típico de un niño que está en la guardería”, precisa.
El brote infeccioso de China
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha explicado que, de acuerdo a la información recibida de las autoridades China, los patógenos que se han detectado en el brote infeccioso en el norte del país son los virus sincitial respiratorio (VRS), el metapneumovirus humano (MPVH), el SARS-CoV-2 (causante de la covid) y, sobre todo, el de la gripe estacional.
“Los niveles de infecciones respiratorias notificados en China están dentro de lo habitual para la estación invernal”, ha recalcado la portavoz de la OMS, Margaret Harris.
Sin embargo, el hecho de ser un virus menos conocido que otros entre la población y que, además, exista un metapneumovirus aviar ha encendido algunas alertas.
La microbióloga explica que el metapneumovirus aviar es el posible ancestro del metapneumovirus humano y que ahora no existen brotes importantes de casos de este virus”.
Asegura que el metapneumovirus es un virus lento, que tarda mucho en mutar, y que es muy diferente al de la gripe aviar H5N1 que se adapta con más rapidez, por lo que no tiene porqué existir relación entre estos dos patógenos, “son dos problemas completamente distintos”.
La gripe aviar, por su parte, ha pasado de las aves a los mamíferos y de estos a los humanos, aunque todavía no existe transmisión directa de persona a persona, una amenaza que existe y que sí podría causar una pandemia.

Síntomas y grupos de riesgo del metapneumovirus humano
El metapneumovirus humano cursa con tos, fiebre, dolor de cabeza, congestión nasal…como un resfriado común y tan solo entre el 1 y el 5 % de los casos son graves al derivar en neumonía, bronquitis o bronquiolitis, según la también jefa del Servicio de Microbiología del Hospital General de Valencia.
Los grupos de riesgo son los menores entre 6 meses y 5 años que todavía no han desarrollado los anticuerpos frente a esta infección, pero también los mayores que van perdiendo defensas o las personas inmunodeprimidas a causa de enfermedades.
“Es un virus de la infancia, es un virus de las guarderías, de cuando los niños comienzan a socializar, como ocurre con el virus respiratorio sincitial”, explica la especialista.
Cómo detectarlo y tratarlo
Las pruebas de diagnóstico PCR pueden detectar la presencia del HMPV.
Lo habitual en los hospitales es que a personas con infecciones graves les hagan las pruebas de los virus más comunes, como gripe A y B, coronavirus y respiratorio sincitial, aunque se puede ampliar hasta un total de 23 patógenos entre los que figura el metapneumovirus humano.
“Los microbiólogos queremos identificar los distintos virus (en los pacientes) porque hay algunos que tienen potencial pandémico”, indica Concepción Gimeno, portavoz de la SEIMC.
Y afirma que actualmente se están detectando casos esporádicos, “no hay ningún brote actualmente en España”, al contrario que la gripe estacional, que en esta época empieza a ser un problema respecto a los ingresos y urgencias hospitalarias.
El metapneumovirus humano leve se combate con hidratación, analgésicos, cuidados en casa y, sobre todo, se previene con el uso de la mascarilla y el lavado de manos.
No existe ni un fármaco antiviral específico, ni una vacuna contra el HMPV, aunque la microbióloga considera que, dada su similitud con el virus respiratorio sincitial y si aumenta su incidencia, podría darse la posibilidad de desarrollar una vacuna.
El metapneumovirus humano, de la familia paramyxoviridae, se describió por primera vez en el año 2001 en un laboratorio de los Países Bajos y cuando se analizaron sueros de hasta cincuenta años atrás se observó que las personas habían desarrollado anticuerpos contra un virus que no era nuevo, sino que convivía desde hacía muchos años entre la población global.
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Ciencia y Salud
El 95 % de los españoles reconoce que los abrazos mejoran su bienestar emocional

Abrazos y bienestar emocional: un vínculo científico
El contacto físico, especialmente los abrazos, es fundamental para el bienestar emocional.
“El gesto de dar un abrazo libera oxitocina, la hormona de la felicidad, lo que genera un mejor estado de ánimo, controla los latidos del corazón e, incluso, nos traslada a un estado de calma y seguridad, que incide directamente sobre la salud emocional de las personas”, explica Soraya Bajat, jefa del servicio de Salud Mental de los Hospitales Universitarios Sanitas la Zarzuela y La Moraleja.
Este proceso químico genera múltiples beneficios:
- Mejora el estado de ánimo
- Reduce los niveles de cortisol (hormona del estrés)
- Regula el ritmo cardíaco
- Fomenta una sensación de calma y seguridad
Un estudio de Sanitas destaca los beneficios físicos y emocionales del contacto físico en las relaciones personales.

La encuesta, realizada como parte de la campaña navideña “No dejes abrazos pendientes”, revela que el 73 % de los encuestados asocia los abrazos con cariño, el 64 % con amor, el 56,3 % con consuelo y el 53 % con tranquilidad.
Estos resultados subrayan el papel del contacto físico en la gestión emocional diaria, especialmente en momentos de estrés o incertidumbre.
Beneficios físicos de los abrazos
Además del impacto emocional, los abrazos también tienen efectos significativos en la salud física. Nueve de cada diez españoles creen que este gesto contribuye a su bienestar físico.
“Este beneficio físico es real, puesto que esa gestión de la calma ayuda a reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca, por lo tanto, repercute directamente sobre la función cardiovascular. Además, ayudan a controlar la liberación de cortisol, la hormona del estrés, que puede influir, incluso en la calidad del sueño y, por tanto, del descanso”, continúa la doctora Bajat.
El estudio también destaca la frecuencia de los abrazos entre los españoles: en promedio, se dan 15 abrazos a la semana.
Las mujeres lideran esta práctica con 17,7 abrazos semanales, mientras que los adultos entre 35 y 44 años alcanzan los 21.
En contraste, los mayores de 65 años abrazan menos, con un promedio de 10,6 a la semana, siendo además el grupo que menos abrazos recibe.
La campaña “No dejes abrazos pendientes”
Esta investigación forma parte de la campaña de Sanitas, que busca promover el contacto físico como una forma de cuidado mutuo.
La iniciativa incluye un sitio web con información y consejos sobre los beneficios de los abrazos, además de testimonios de expertos en salud mental como Elizabeth Clapés y Patricia Ramírez.
“Como compañía especialista en salud sabemos que parte de nuestra misión pasa por fomentar el cuidado entre nosotros. Un cuidado responsable, honesto en el que la afectividad y la cercanía juegan un papel clave”, subraya Yolanda Erburu, Chief Sustainability y Corporate Affairs en Sanitas y Bupa Europe & Latinamerica.
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Ciencia y Salud
Sobrevivir a la muerte súbita sin secuelas: RCP y desfibrilación aumentan las posibilidades

La aparición repentina e inesperada de una parada cardiaca, en una persona aparentemente sana y con buena salud, se conoce como muerte súbita que precisa de atención médica inmediata para poder sobrevivir sin secuelas.
La causa más frecuente de muerte súbita es una fibrilación ventricular, una arritmia cardiaca maligna que impide que el músculo del corazón se contraiga de forma coordinada, resultando en la ausencia de latidos eficientes y en la detención inmediata del bombeo de sangre al cuerpo.
La víctima, pierde el pulso y pocos segundos después, el conocimiento y la capacidad de respirar, si no recibe atención médica inmediatamente, fallecerá a consecuencia de un paro cardiaco.
Cuando el corazón deja de bombear sangre, la presión arterial cae a cero y se anula el riego sanguíneo, resultando en la detención total de aporte de oxígeno y demás nutrientes al resto del cuerpo.
El órgano más crítico a la hora de no recibir riego sanguíneo es el cerebro, ya que tan solo unos pocos minutos tras la parada cardiaca comienza a sufrir daños irreversibles. El daño cerebral es la principal secuela en pacientes que son reanimados.
La muerte súbita no se puede predecir o controlar, pues ocurre de manera inesperada, sin embargo, algunas personas pueden tener síntomas previos que alerten como sufrir alguna pérdida de conocimiento que se recupera espontáneamente, o episodios de palpitaciones rápidas de inicio y final brusco.
Cuando se produce una parada cardiaca, la persona repentinamente pierde la consciencia y no tiene respuesta a estímulos (como ruidos o dar un pellizco), deja de respirar, y pierde el tono rosado de la piel que se suele volver de color pálido inicialmente y luego azul violáceo.
Las causas más frecuentes de parada cardiaca
Como la enfermedad coronaria (infarto de miocardio) es la causa más frecuente de parada cardiaca, ésta se podría prevenir “evitando factores de riesgo que provocan la aterosclerosis en las coronarias, el endurecimiento de las arterias como consecuencia de la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias, que posteriormente van a provocar el infarto con arritmia maligna asociada que resulta en la parada cardiaca”, apunta el doctor Borja Ibáñez, cardiólogo intervencionista de la Fundación Jiménez Díaz y director científico del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y jefe de grupo del Centro de Investigación en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV).

Otra causa de parada cardiaca es padecer una cardiopatía de origen genético (familiar), que puede ser silente y debutar como una parada cardiaca sin ningún síntoma previo. Los chequeos a familiares con antecedentes en cardiopatías hereditarias o a personas que han sufrido un infarto de miocardio y lo han superado, pueden evitar el riesgo de muerte súbita.
La edad es un factor a tener en cuenta a la hora de tener más posibilidades de sufrir muerte súbita. En personas mayores de 35 años con enfermedad arterial coronaria, o con miocardiopatía hipertrófica, una enfermedad genética que se caracteriza por un engrosamiento del músculo del corazón (que puede dificultar el bombeo de la sangre del corazón), puede aumentar el riesgo de muerte súbita.
También en personas que, tras un infarto de miocardio, a pesar de haber sido tratado correctamente, el corazón ha quedado con una cicatriz que puede aumentar el riesgo de tener una arritmia.
Los factores de riesgo
Aunque es muy difícil de prevenir, pues se produce en personas aparentemente sanas y de forma repentina, existen factores de riesgo como la obesidad, la diabetes o el tabaquismo, que pueden asociarse con este problema cardiaco mortal.
“Hay otros motivos de muerte súbita no relacionados directamente con el corazón como puede ser una hemorragia cerebral o una rotura en un aneurisma de la aorta o, incluso, una embolia de pulmón”, añade el doctor Ibáñez.
Aunque es muy poco frecuente, un suceso que provoque un esfuerzo o dañe el tejido cardiaco puede aumentar el riesgo de muerte súbita, como puede ser un fuerte golpe en una zona pequeña justo frente al corazón como se ha documentado en bolazos de béisbol, por ejemplo.
También, sufrir enfermedades con corazones aparentemente normales pero con alto riesgo arrítmico como el síndrome de Brugada, el de QT largo, o la taquicardia ventricular por catecolaminas pueden provocar muerte súbita.
Acciones para sobrevivir a la muerte súbita
El único tratamiento eficaz para ralentizar el daño secundario a la falta de circulación durante un episodio de muerte súbita es la reanimación cardiopulmonar (RCP) hasta que lleguen los servicios médicos de urgencia.
En muchos casos, la parada cardiaca se puede revertir aplicando una desfibrilación, bien cuando se presentan los servicios de emergencias, o bien usando los DESA (desfibrilador externo semiautomático) que cada vez están presentes en más entornos públicos.
La desfibrilación consiste en administrar al corazón una descarga eléctrica controlada para reiniciar la actividad del corazón y recuperar el ritmo normal.
La RCP se realiza hasta que se pueda utilizar un desfibrilador. La RCP se debe llevar a cabo poniendo ambas manos en el centro del esternón de la víctima y hacer compresiones profundas hacia abajo, con los brazos extendidos en ángulo recto respecto al paciente.
Hay que comprimir el esternón unos 4 ó 5 centímetros con una frecuencia rápida aproximadamente entre 100 y 120 compresiones por minuto, a un ritmo regular y continuo (la canción de la Macarena, es una buena forma de llevar el ritmo de las comprensiones), sin interrupción, hasta que la víctima recupere el conocimiento o lleguen los servicios de emergencia.
La recuperación de las personas que sufren una parada cardiaca depende en gran medida del tiempo que transcurre desde que el corazón se detiene hasta que se aplica la desfibrilación y en función de si se ha aplicado RCP o no hasta la misma.
Por cada minuto que pasa, hay un 10 % menos de probabilidades de que el paciente se recupere. La rapidez con la que se lleva a cabo la ayuda a una persona que sufre un episodio de muerte súbita, marca la diferencia entre el fallecimiento y la recuperación.
“La ejecución de un masaje cardiaco puede hacer que la persona sobreviva y tenga las menos secuelas posibles hasta que lleguen los servicios de emergencias, cuantos más minutos pasen con el corazón parado sin recibir masaje cardiaco, aumenta las posibilidades de que el paciente no sobreviva y si lo hace lo haga con daños neurológicos muy importantes”, explica el cardiólogo.
En España se producen más de 80 casos de muerte súbita cada día, unos 30.000 al año, de los cuales, tan solo entre el 5 y el 11 % de ellos, tienen posibilidades de sobrevivir sin secuelas tras sufrir una parada cardiaca fuera de un hospital.
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