Ciencia y Salud
¿Cada cuánto debemos cambiar las sábanas y las toallas para que no supongan un problema para la piel?

Cambiar sábanas y toallas y mantener estos textiles limpios y secos no sólo es crucial para la salud de la piel, sino también para la higiene general del hogar y la prevención de enfermedades.
Los doctores Javier García Martínez, jefe del Servicio de Dermatología, y Verónica López Couso, especialista del Servicio de Alergología, ambos del Centro Médico Ruber Internacional Paseo de la Habana, en Madrid, explican que tanto las sábanas, como las toallas, son superficies que están en contacto constante con la piel, con el sudor, con la grasa corporal, con las escamas o restos celulares de la piel, y con microorganismos que forman parte del microbioma cutáneo.
Por ello, el doctor García Martínez advierte de que, con el uso diario, estas superficies se convierten en un hábitat para diversos microorganismos, cuyo contacto prolongado puede provocar irritación, infecciones, alergias o exacerbar condiciones cutáneas existentes.

Asimismo, la doctora López aclara: “Pueden aparecer bacterias como los Staphylococcus, responsables de infecciones en la piel; o Corynebacterium, que puede contribuir al mal olor corporal; hongos o mohos como las cándidas, que pueden causar infecciones, y también otros hongos como Alternaria alternata y Aspergillus, que pueden causar problemas respiratorios especialmente en la población infantil; además de ácaros y de polvo”.
Efectos negativos en la salud de la piel
Pero no queda ahí la cosa, aseveran los especialistas, ya que una higiene deficiente de sábanas y de toallas puede tener también estos efectos negativos en la salud de la piel:
- Infecciones bacterianas y fúngicas: Como hemos mencionado anteriormente, la acumulación de bacterias y de hongos en las toallas y en las sábanas puede causar infecciones de la piel; las personas con piel sensible o condiciones como la dermatitis atópica, psoriasis o rosácea, pueden experimentar empeoramiento de sus síntomas debido al contacto con textiles no limpios.
- Alergias y sensibilidad cutánea: El polvo, los ácaros y la suciedad acumulada pueden provocar exacerbaciones de patologías cutáneas especialmente en personas atópicas o antecedentes de alergias.
- Acné: Las bacterias en las toallas o en las sábanas pueden transferirse a la piel, especialmente en áreas propensas al acné, como la espalda, el rostro o el pecho; esto puede contribuir a la aparición de brotes, o empeorar el acné existente.
- Infecciones comunes por parásitos como la escabiosis o sarna o los piojos (Pediculosis) también se relacionan con el uso compartido de sábanas y de mantas, además de por el contacto estrecho en convivientes.
- Condiciones de la piel en contacto prolongado con humedad: Las toallas pueden retener humedad durante un largo período, creando un entorno propicio para el crecimiento de microorganismos como hongos, especialmente en áreas como la zona de los pliegues de la piel (ingles, axilas, etc.).
¿Cada cuánto hay que cambiar sábanas y toallas?
Con todo ello, el doctor Javier García Martínez recuerda que, idealmente, las toallas de baño deben lavarse después de 3 ó 4 usos o como máximo una vez a la semana.
“En cualquier caso, es muy importante secar las toallas bien tras cada uso. Sin embargo, esto puede variar según el uso personal. Esto es necesario por la acumulación de humedad antes mencionada, y también porque las toallas entran en contacto con el sudor, con la suciedad de la piel, con los aceites corporales, y con las células muertas, de manera que, incluso después de un solo uso, pueden acumularse muchos microorganismos”, avisa el experto.
Por otro lado, el doctor recomienda lavar las sábanas al menos una vez por semana; aunque precisa que esto depende de la sudoración y las secreciones de la persona, de forma que, si se suda mucho por la noche, o se tienen secreciones como saliva o fluidos corporales (por ejemplo, si eres una persona que sufre de acné, rosácea, o sudoración excesiva), sería conveniente lavarlas más frecuentemente.
“Si padeces de piel sensible o de enfermedades cutáneas deben cambiar las sábanas con más frecuencia para evitar la irritación. En este sentido, el lavado semanal ayuda a reducir la acumulación de bacterias, de hongos, y de otros microorganismos, minimizando el riesgo de infecciones, el mal olor y las reacciones alérgicas”, prosigue la doctora López del Centro Médico Ruber Internacional Paseo de la Habana.

No usar la misma toalla para cara y cuerpo
Asimismo, el doctor García Martínez alega que no es recomendable utilizar la misma toalla para la cara y el cuerpo: “La piel de la cara es más delicada y susceptible a bacterias y a otros contaminantes que pueden estar presentes en las toallas después de haber sido usadas en el cuerpo. Además, el rostro puede estar en contacto con productos como el maquillaje o cremas, lo que puede transferirse a la toalla”.
Por eso, este doctor aconseja siempre utilizar una toalla separada para el rostro, y otra para el cuerpo, como “buena práctica” para evitar la transferencia de bacterias y minimizar el riesgo de irritaciones o infecciones.
En cuanto a las toallas de manos dice que sí requieren un cambio más frecuente que las de cuerpo, dado que están expuestas a más bacterias por ese frecuente contacto con las manos, que pueden tener gérmenes, suciedad o incluso restos de alimentos; y, por lo tanto, considera importante lavarlas con más frecuencia, idealmente, cada 2 ó 3 días.
Los productos de lavado
Por su parte, sobre el uso de detergentes y de productos para el lavado a la hora de cambiar sábanas y toallas, la especialista en alergología destaca: “Los detergentes suaves y sin perfumes son preferibles, especialmente para personas con piel atópica. Las fragancias y los productos químicos agresivos en los detergentes pueden quedar atrapados en los textiles y causar irritación o alergias en la piel en personas previamente sensibilizadas a estas sustancias”.
Por otra parte, el doctor García Martínez señala que las tendencias actuales de lavar a temperaturas más bajas y la reducción del uso de blanqueadores en la colada, que benefician sin duda al medio ambiente, dificultan la eliminación microbiana de la ropa, lo que genera malos olores.
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Ciencia y Salud
Peligran las zonas de bajas emisiones en las grandes urbes de Francia

París (Euractiv.fr/.es) – Los modelos de coche más antiguos y contaminantes podrían volver pronto a circular por las calles de París y otras ciudades francesas después de que la Cámara Baja del Parlamento francés votara esta semana a favor de suprimir las zonas de bajas emisiones obligatorias, en un ejemplo más de la reacción contraria a las estrictas normas “verdes” de la Unión Europea (UE).
Según la legislación francesa en vigor, las ciudades que no cumplan los estrictos límites de contaminación atmosférica de la UE tienen que crear zonas de bajas emisiones (ZBE).
Actualmente existen 25 zonas de este tipo en varias ciudades, entre ellas Toulouse, Montpellier, Marsella y Grenoble.
La circulación de vehículos contaminantes está prohibida en las calles de París entre las 8 de la mañana y las 8 de la tarde los días laborables, aunque todos los coches y motos siguen exentos los fines de semana.
Desde el 1 de enero de 2025, sólo los coches diésel que cumplan al menos la norma de emisiones Euro 5 (matriculados después de 2011) y los coches de gasolina que cumplan la norma Euro 4 o más recientes (matriculados después de 2006) pueden circular por las carreteras de París durante la semana.
Sin embargo, en un giro inesperado, la Asamblea Nacional aprobó el miércoles de esta semana una enmienda para poner fin a la obligatoriedad de la ZBE, por 98 votos a favor y 51 en contra.
Incluso los diputados de la formación de izquierda radical La France Insoumise -e incluso un puñado de aliados centristas del presidente Emmanuel Macron– unieron fuerzas con los “ultra” de Agrupación Nacional (RN/Patriotas por Europa, el grupo europeo de Vox) y los conservadores Les Républicains.
Un cambio muy criticado
El resultado de la votación es un duro golpe para el gobierno, en especial para la Ministra de Medio Ambiente Agnès Pannier-Runacher, que intentó presentar la necesidad de mantener las ZBE para proteger la salud pública, además de por cuestiones medioambientales.
La contrapropuesta del gobierno habría preservado las ZBE obligatorias en París y Lyon, mientras que habría dado a otras ciudades capacidad de decisión autónoma sobre la conveniencia o no de aplicarlas.
Tras la votación, el gabinete de Pannier-Runacher expresó su profunda decepción.
«La cuestión fundamental de esta iniciativa es el derecho a vivir de manera saludable», comentó la ministra, al tiempo que calificó de «lamentable» que los diputados de izquierda hayan votado a favor de eliminar una política diseñada para proteger a los ciudadanos económicamente menos favorecidos.
Por su parte, David Belliard, concejal de transportes de París y candidato del Partido Verde a la alcaldía en los comicios de 2026, criticó duramente la medida.
En una entrevista emitida el viernes (30 de mayo) por la emisora de radio FranceInfo, calificó la decisión de «criminal».
En ese sentido, recordó que la contaminación atmosférica afecta en mayor medida a los residentes más pobres, que suelen residir más cerca de las vías y carreteras con más tráfico.
Sin embargo, Belliard también criticó al gobierno por, a su juicio, no ayudar a las personas con rentas bajas a cambiar a vehículos menos contaminantes.
«La ecología sin justicia social no funciona», aseguró.
Un futuro plagado de dudas para las ZBE
El futuro de las ZBE en Francia no está tan claro después de la votación de este miércoles.
La enmienda se tiene que someter a votación en el Senado y podría ser revocada por el Consejo Constitucional si se considera que no tiene relación directa con la legislación primaria.
Desde el punto de vista del simbolismo político, sin embargo, el resultado de la votación supone una victoria significativa para las fuerzas de derecha de Francia, cada vez más reacias a las políticas “verdes” de la UE.
En ese sentido, el diputado de Agrupación Nacional Pierre Meurin se felicitó por la aprobación de la enmienda.
«Creo que esta votación tan mayoritaria es una gran victoria para los ciudadanos franceses, y es bueno que se haya logrado, al fin, ganarle a la ecología punitiva», comentó el miércoles.
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(Editado por DE/AW/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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Ciencia y Salud
Amnesia: cuando la memoria se desvanece

Según la Clínica Mayo, la amnesia se manifiesta principalmente con dificultades para retener información nueva y para recordar hechos pasados o datos que antes eran familiares.
En la mayoría de los casos, afecta la memoria a corto plazo, por lo que los recuerdos recientes tienden a desaparecer, mientras que los recuerdos más antiguos pueden mantenerse intactos.
Por ejemplo, una persona puede recordar su infancia o el nombre de ex presidentes, pero no identificar al presidente actual, el mes en curso o lo que desayunó ese día.
Principales causas de la pérdida de memoria
La memoria depende de múltiples áreas cerebrales. Cualquier enfermedad o lesión que afecte estas zonas puede generar amnesia, especialmente si compromete estructuras del sistema límbico como el tálamo o el hipocampo, según la Clínica Mayo,
Entre las causas neurológicas más comunes se encuentran:
- Accidentes cerebrovasculares.
- Encefalitis viral o autoinmunitaria.
- Hipoxia cerebral, derivada de infartos, fallos respiratorios o intoxicación.
- Síndrome de Wernicke-Korsakoff, por déficit de vitamina B1 debido al consumo prolongado de alcohol.
- Tumores cerebrales en áreas relacionadas con la memoria.
- Enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
- Episodios convulsivos.
- Uso de fármacos sedantes, como las benzodiacepinas.
También pueden producirse casos de amnesia por traumatismos craneoencefálicos, especialmente en accidentes de tráfico o durante la práctica deportiva. Las lesiones leves suelen provocar efectos temporales; las graves pueden derivar en amnesia permanente.

Factores de riesgo de la amnesia
El riesgo de amnesia aumenta si se ha tenido alguna de estas condiciones, según la Clínica Mayo:
- Cirugías cerebrales.
- Traumatismos craneales.
- Accidentes cerebrovasculares.
- Consumo excesivo de alcohol.
- Episodios epilépticos.
Cómo se previene un trastorno amnésico
Aunque no siempre es posible evitar la amnesia, sí se pueden reducir riesgos adoptando ciertas medidas. Según la Clínica Mayo, destacan:
- Evitar el consumo excesivo de alcohol.
- Utilizar casco y cinturón de seguridad.
- Tratar infecciones de forma precoz.
- Buscar ayuda médica ante signos de accidente cerebrovascular como dolor de cabeza intenso, debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo.
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Ciencia y Salud
¿Cuánto puede durar el mono al dejar de fumar?

Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, el 31 de mayo, analizamos el mono que nos provoca la nicotina cuando decidimos dejar de fumar y que varía de persona a persona en función de la denominada tasa de tolerancia a la dependencia física y mental.
Los receptores cerebrales, siempre alerta
“La nicotina utiliza a unos receptores cerebrales determinados para crear esa sensación de placer, pero en el momento que una persona deja de fumar esa sensación se convierte en malestar porque no ha tenido esa dosis de nicotina”.
Lo explica el doctor Vidal Barchilón hasta hace pocos meses coordinador a nivel nacional del Grupo de Abordaje al Tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y ahora coordinador en Andalucía.
Cuando das una calada a un cigarrillo, la nicotina viaja de los pulmones a la sangre y de ahí al cerebro donde traspasa la barrera craneoencefálica y llega a esos receptores: “Este recorrido dura entre 7 y 10 segundos, esa es la velocidad a la que se produce la dependencia”, precisa el médico de atención primaria, especialidad en la primera línea de la lucha contra el tabaquismo.
Al abandonar el hábito de fumar, esos receptores cerebrales quedan en estado de espera y la falta de nicotina provoca un mono físico con síntomas como dolor de cabeza, tos, expectoración y alteraciones del sueño.
Esta dependencia física puede durar entre 3 y 6 semanas y en el momento en el que se vuelve a coger un cigarrillo es muy probable que se caiga otra vez en la rutina de fumar, advierte el doctor.
Aunque cada persona tiene una tasa de tolerancia a la dependencia en función de múltiples factores, sí se tiene en cuenta el número de cigarrillos que consume al día y el tiempo acumulado de este hábito, datos importantes para pronosticar el éxito del abandono de esta adicción.
Pero cada persona es un mundo. La sensibilidad de los receptores nicotínicos en las mujeres, por ejemplo, es más intensa y pueden tener más dificultades, a nivel físico, de desengancharse y responden, a veces, peor que los hombres a los tratamientos orales con nicotina, indica Barchilón.

Tratamientos farmacológicos y apoyo cognitivo conductual para las personas que se quieren desenganchar del tabaco es lo que recomiendan las guías, pero también ayuda llevar a cabo ciertas pautas.
Por ejemplo, cuando la ansiedad te provoca un apetito compulsivo aléjate de los dulces y frutos secos: “Recomiendo cortar fruta y verduras en trozos pequeños” para no engordar, de lo contrario se incrementará el malestar que ya supone abandonar una adicción. Además, hay que aumentar el ejercicio físico.
Pero también hay recompensas, como recuperar el olfato y el sabor en menos de 72 horas, respirar mejor o levantarse sin dolor de cabeza.
El doctor Barchilón insiste en que para dejar de fumar también ayudan medidas externas, como aumentar los espacios sin humo o incrementar el precio del tabaco para luchar de forma global contra este problema de salud pública.
El mono psicológico, el gran reto de dejar de fumar
Si el mono físico dura entre 3 y 6 semanas, según la evidencia científica, la prolongación del mono psicológico es algo imposible de medir y, además, está muy ligado a la dependencia social, la influencia que tiene el entorno en nuestra fuerza de voluntad.
“La dependencia psicológica es más compleja que la física”, explica a EFEsalud José Antonio Molina, psicólogo experto en adicciones y profesor en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid.
“Sí sabemos, por bastantes estudios, que si una persona supera un año sin recaídas es menos probable que las tenga. El tiempo sin fumar corre a favor del fumador, aunque hay casos puntuales que después de muchos años sin fumar, vuelven”, apunta.
Y esa fuerza o vulnerabilidad psicológica se puede sustentar en factores heredados, como la adicción de los progenitores y asociar el tabaco a escenas que has vivido y observado, explica el autor de “S.O.S. Tengo una adicción” (Ed. Pirámide).
También influyen factores de personalidad: puede resultar más complicado en personas impulsivas, con menos tolerancia a la frustración o con un déficit de habilidades sociales.
En general, si el consumo de tabaco está asociado a factores emocionales, “la dependencia es más potente”, aclara.
Tener una motivación
Cuando alguien se propone dejar de fumar, tener una motivación es fundamental. Y si eso falla podemos estar ante el eterno o eterna reincidente.
“Hay personas que presentan una patología dual. Por ejemplo, además de ser dependientes del tabaco tienen un cuadro depresivo o un trastorno de ansiedad que les dificulta dejarlo”, señala el psicólogo del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid..
Además, una dependencia psicológica también tiene una respuesta física, puede generar nerviosismo, ansiedad, taquicardias etc.
Recibir un diagnóstico de enfermedad o una señal de alarma tanto en el propio interesado como en sus familiares suele ser un motivo potente para intentar desengancharse.

Sueño con fumar
El caballo de batalla a la hora de contenerte para fumar está en la asociación de situaciones con el cigarro: salir con los amigos y fumar, hablar por teléfono y fumar o sentir estrés y fumar, son algunos ejemplo. Es lo que denomina una respuesta condicionada, tu mente te recuerda que en determinada situación, fumabas.
Y es normal que si es un hábito sostenido en el tiempo lleguemos a soñar con él y que incluso nos despertemos con cargo de conciencia al creer que hemos vuelto a caer.
“También es posible que haya una parte dentro de ti que todavía quiera volver a fumar” y se representa en los sueños, matiza el experto en adicciones
¿Para qué nos sirve el tabaco?
El éxito de dejar de fumar y que el mono psicológico sea más llevadero comienza por saber por qué nos enganchamos al tabaco o al cigarrillo electrónico.
Si es como modulador de la ansiedad, hay que practicar técnicas de relajación. Si lo utilizas para no comer tanto, habrá que aprender otros hábitos alimenticios.
José Antonio Molina asegura que las personas que recibe en su consulta para tratar la adicción al tabaco son fumadores diarios, con una media de 15-20 cigarrillos, y a partir de 38-40 años, edad en la que ya tienen conciencia de que fumar les está causando problemas.
Alerta, los vapeadores
El cigarrillo de tabaco tiene nicotina, la sustancia más adictiva, pero también tiene otras 4.000 de las que 60 están reconocidas como carcinógenos.
Pero los cigarrillos electrónicos o vapeadores no se quedan atrás. Son líquidos con nicotina y diferentes sustancias químicas de aromas, sabores y colores que atraen a los adolescentes y les conducen a la adicción y dañan su salud cardiovascular, respiratoria, además de riesgo de cáncer, como el tabaco.
Desde el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, el psicólogo clínico Josep María Suelves advierte de que estos nuevos dispositivos “persiguen el negocio a costa de la salud” de los más jóvenes y en la mayoría de los casos les conducen a iniciarse en el tabaco.

Diferentes encuestas reflejan que el consumo de vapeadores ha crecido entre adolescentes y jóvenes entre 14 y 18 años.
“No estamos yendo para atrás pero debemos trabajar duro para no terminar haciéndolo”, asegura el experto.
“Los jóvenes hoy fuman menos tabaco que sus mayores, ya no lo ven glamuroso como lo veíamos hace unas décadas, apunta.
Pero, reconoce, que con los vapeadores se están repitiendo patrones como los del pasado: “Hay una industria, hay unos intereses económicos que no tienen en cuenta la salud y persiguen perpetuar el negocio”.
Y concluye pidiendo a las autoridades nuevas regulaciones que protejan a los jóvenes ante la adicción a fumar y evitar así sufrir ese mono o dependencia física y psicológica.
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