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Ciencia y Salud

Alumnado con peor salud mental, profesorado sin recursos para abordarlo

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Según un estudio de opinión sobre la salud mental en el alumnado, impulsado por esta fundación y elaborado por Metroscopia, el 47 % del profesorado asegura que se dan todas las semanas problemas de salud mental entre el alumnado, el 25 % asegura que todos los meses, el 13 % afirma que alguna vez durante el curso y el 10 %, todos los trimestres.

El 69 % señala que este tipo de problemas es más frecuente o mucho más frecuente desde la pandemia del coronavirus. De hecho, desde entonces, el mismo porcentaje estima que hay más conciencia de la comunidad educativa con la salud mental.

En el último año, el 52 % de los docentes encuestados indica que algún alumno ha acudido a comentarle algún problema.

Ansiedad, depresión…

Los tres principales problemas de salud mental entre los jóvenes son la ansiedad, la depresión y los trastornos de comportamiento, según contestan los encuestados.

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EFE/Luis Tejido

Entre el alumnado, según los profesores, los principales episodios son, en mayor medida, los problemas de concentración y cansancio, el acoso escolar y el sentimiento de soledad.

Con este panorama, el personal educativo considera, en un 76 %, que es difícil o muy difícil identificar los problemas de salud mental. Pero, además, el 86 % subraya la dificultad para ayudar a los alumnos en este ámbito.

Entre los obstáculos para la identificación se encuentran, en primer lugar, la falta de formación, seguida por la falta de comunicación entre profesores y alumnado, y por la excesiva carga de trabajo.

De hecho, el 75 % de la comunidad educativa encuestada estima que no tiene las herramientas necesarias para detectar de forma eficaz los problemas del alumnado, por eso la mayoría aboga por una mayor formación específica en este ámbito.

Esta sondeo ha sido básico para “contextualizar” la situación actual de la salud mental del alumnado, contribuyendo así al desarrollo del contenido de la Guía de Salud Mental en el Aula, de la Fundación Viatris.

Una guía como herramienta

La guía pretende ser una “herramienta” para que los docentes puedan afrontar “de forma más segura” situaciones “que de pronto tienen en el aula y que no saben cómo lidiar con ellas”.

Lo afirma a EFEsalud una de las expertas que ha participado en su elaboración la profesora de Secundaria y divulgadora, Diana Al Azem. La publicación está destinada a todos los centros educativos, tanto de Primaria, Secundaria y FP, y está disponible en papel y en formato digital.

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EFE/ Sergio Pérez

No se trata de un documento para que el profesorado ataje el problema de salud mental del alumno, “ni mucho menos”, porque para eso están los profesionales sanitarios, apunta Al Azem.

“Hay herramientas, sobre todo de observación, de prevención, para que ellos sean capaces de detectar problemas de salud mental y, a partir de ahí, derivarlo adecuadamente al profesional de salud mental”, aclara Al Azem, quien es fundadora de la Fundación Adolescencia Positiva.

Bajar a la tierra la teoría

Abunda la experta en que la guía no pretende que la comunidad educativa amplíe su rol sino que lo detecte y lo aborde en ese momento, en el aula.

“Si de pronto un chaval tiene un ataque de ansiedad o de pronto se porta fatal y empieza a liarla en clase, en lugar de regañarle ahí en medio, pueda apartarlo, sacarlo al pasillo y hablar con él. Es para que los profesores sepan cómo tienen que actuar en un momento determinado, en el que también les suceden situaciones inesperadas y que muchas veces no saben cómo abordar”, abunda la docente.

Y es que por un lado, señala, hay falta de formación del profesorado en salud mental y por otro, éste tiene “sobrecarga laboral”, tanto académica como administrativa, “que hace años no tenían”.

En la guía de la Fundación Viatris, en cuya elaboración han partido también psiquiatras y psicólogos, se exponen casos prácticos de todo tipo.

“Hemos bajado a la tierra la teoría para que los profesores se sientan apoyados de alguna manera y puedan estar más seguros a la hora de afrontar situaciones”, explica.

La influencia de las redes sociales en la salud mental

Sobre los problemas de salud mental de los jóvenes, entre los que la ansiedad se sitúa en primera posición, Al Azem señala que la causa es multifactorial, aunque las redes sociales tienen un papel muy importante, porque alimentan una comparación constante.

“Hay una autoexigencia estética también o hay miedo a quedarse fuera. Lo que está llevando a los adolescentes, por un lado, es a esa comparación constante pero, por otro, también a no generar relaciones profundas con sus amistades, porque son relaciones como muy superficiales”, reflexiona.

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EFE/ Antonello Nusca

La ansiedad también es fruto de la presión académica.

“A lo mejor es un error que cometemos los profesionales de la educación, porque intentamos enseñar a los niños a cómo tener éxito en la vida en lugar de ayudarles a lidiar con el fracaso”, apunta.

En este sentido, añade que la pasada semana han habido “picos muy altos” de consultas de chavales que acaban de terminar la selectividad y no han llegado a alcanzar la nota que deseaban.

“Para ellos el mundo cada vez está siendo más competitivo”, abunda la profesora, quien también lamenta que haya falta de “espacios seguros” para que el alumnado pueda expresar sus emociones, tanto en el ámbito escolar como en el familiar.

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Ciencia y Salud

Nochebuena con ese familiar que tanto sabe de todo: una aproximación al efecto Dunning-Kruger

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Hemos evitado coincidir con una persona porque nos parece arrogante. Hemos inventado una excusa para no ir a esa ‘quedada’ porque estará el sabiondo de ‘noséquién’. Nos hemos enfadado con un amigo/a porque “no escucha” lo que opinamos o explicamos. Nos hemos mofado de aquella cena de Nochebuena en la que tuvimos que soportar, una vez más, al «listillo» o «listilla» de la familia . Y nos hemos molestado cuando nos hemos enterado de que para alguien somos “soberbios”. El efecto Dunning-Kruger nos acompaña más de lo que creemos. ¿Pero qué es el efecto Dunning-Kruger? 

El periodista de El País Kiko Llaneras mencionó este sesgo cognitivo en su newsletter del pasado 13 de diciembre. Aludía a un estudio hecho a personas con ideas firmes y recias sobre asuntos que la ciencia refuta, desde supuestos efectos nocivos de las vacunas a beneficios inapelables de la homeopatía. El trabajo aportaba una conclusión, recordaba Llaneras: a pesar de que estas personas no es que fueran precisamente expertas de aquello de lo que hablaban, se expresaban con una seguridad propia de quienes lo son. 

¿Nos suena, verdad? En la era de las redes sociales, seguro que nos suena. En la era de la opinión por encima de todo, seguro que nos suena. En estas fechas navideñas de reuniones familiares, pues segurísimo. Puede que estén pensando en el “cuñao”, en su arquetipo y su parodia, pero el efecto que nos ocupa es más alambicado.

El efecto Dunning-Kruger: también una forma de comunicar

Albert Dunning y Justin Kruger son los dos psicólogos sociales estadounidenses que “hallaron” este sesgo cognitivo, según el cual personas sin conocimiento o sin habilidades en materias concretas, pongamos como ejemplo la política o el fútbol, tienden a sobreestimar su conocimiento y sus habilidades. Asimismo, personas con alto nivel de conocimiento, tienden a subestimarlo.

Es muy probable, lector, lectora, que irrumpan en su cabeza numerosos casos reales, pero aquí vamos a analizar qué caracteriza a las personas que “padecen” dicho efecto.

Lo haremos con la psicóloga general sanitaria Raquel Huéscar, quien aboga por situar el marco de la discusión aquí: “Es la diferencia entre lo que sé y lo que creo que sé”.

Nochebuena y el efecto Dunning-Kruger
Terrazas en la Plaza Mayor de Orense durante unas navidades. EFE/Brais Lorenzo

La primera anotación que la profesional efectúa es “la manera de comunicar”. “Una persona que cree que sabe –explica– comunicará con más seguridad, con menos contradicción, con menos complejidad”. Esta seguridad, añade, genera una repercusión en quien escucha, en quien lee. 

Aplicar esta premisa en los algoritmos de las redes sociales muestra una realidad sobre la que se ha conservado y discutido mucho. “Sabemos que los algoritmos van a dar prioridad al contenido que esté en la línea de lo que nos gusta”, subraya Huéscar, por lo que desembarcamos en uno de los rasgos de la identidad de esta era digital: “Se elimina la complejidad del discurso”.

“Y podemos pensar –apostilla– que quien más interactúa es quien menos sabe, y quién menos interactúa es quien más sabe”.

Personas a las que cuesta cambiar de opinión

No ayuda la polarización predominante. No ayuda nada. Dice Huéscar: “Todos tenemos derecho a opinar, sobre política por ejemplo, pero adentrarse en el conocimiento de la política aporta una serie de componentes que añaden complejidad al discurso, al relato”. Quedarse en el titular provoca una pérdida más o menos ingente de la riqueza y variedad de ese relato, justo una consecuencia de vivir polarizado.

Segunda anotación de la psicóloga: la dificultad de este perfil de personas para cambiar de opinión. Una dificultad que ni siquiera la evidencia científica puede sortear ágilmente. ¿Intolerancia a la discrepancia?

“No sé si es intolerancia. Son personas que no se dejan influir. En todo caso podrían cambiar cuando se ahonda en la base sobre la que articulan este pensamiento”, reflexiona Huéscar.

La psicóloga trae a colación “experimentos interesantísimos” de la psicología social como “la ley de la comparación”, que viene a decir lo siguiente: “Grandes expertos cometen grandes errores cuando les cuesta diferenciarse en un contexto en el que las personas piensan u opinan igual”, precisamente por la comparación con el entorno.

Entramos, así, en el tercer aspecto a destacar: el contexto, su influencia. 

El reto de admitir un error

Más allá del efecto Dunning-Kruger, la psicóloga hace hincapié en “la dureza” de una persona para cambiar de opinión, de criterio o de punto de vista. ¿Qué puede hacer una profesional como ella? 

“No nacemos así. Nos hacemos así. Uno se va haciendo así por obcecación: puede ser que porque se haya visto muy atacado en el concepto que tiene de sí mismo o porque ha sido así cómo ha salido adelante ante ataques que ha podido recibir. La obcecación en una idea, esa expresión de ponerse cabezón, está determinada por la historia de relación de la persona desde la infancia”, profundiza.

“Hay personas a las que les cuesta admitir un error o un cambio de opinión porque no pueden sostener una imagen así de sí mismo, y se hunden», explica la psicóloga Raquel Huéscar

Y quien habla de cambio de opinión habla, por relación, de reconocimiento del error, o de la equivocación, lo que tampoco es sencillo.

El efecto Dunning-Kruger “se mueve también con el narcisismo”, matiza Huéscar. “Soy lo que parezco que soy”, en resumen.

Añade al respecto: “Hay personas a las que les cuesta admitir un error o un cambio de opinión porque no pueden sostener una imagen así de sí mismo, y se hunden. Es una imagen de sí mismo de ‘todo o nada’. Y no pasa nada por no saberlo todo, por no entenderlo todo, pero no todas las personas están preparadas para admitirlo”.

Nochebuena y la familia (re)unida

Es 24 de diciembre. Día de Nochebuena. Muchísimas personas se reúnen con sus familias y celebran una tradición religiosa o simplemente el hecho de estar de nuevo juntos. Bienvenido sea.

La familia, como indica Huéscar, “es el elemento social de más intimidad”, por lo que estar con la familia, estar en familia, desencadena emociones. Emociones que hablan de amor, pero también de rencillas y rivalidades. Que hablan de secretos y confidencias. De recuerdos y deseos. Por tanto, apunta la profesional, “que haya discrepancias o comunicaciones más violentas es más fácil”. 

Pero que nadie se asuste. La cena de la familia (re)unida no tiene por qué salir mal. Quizá saber en qué consiste el efecto Dunning-Kruger favorezca la concordia y la armonía. Al fin y al cabo, todos y todas hemos experimento este efecto, ¿verdad?

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Las navidades pueden quitarte el sueño, consejos de los neumólogos para dormir mejor

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Las fiestas navideñas van acompañadas de comidas copiosas, horarios irregulares, un mayor consumo de alcohol y un aumento de estrés social y familiar. Esto puede afectar a nuestro descanso nocturno, un aspecto fundamental para la salud física y mental. Los neumólogos ofrecen recomendaciones para dormir mejor en navidades.

En el año SEPAR 2025-2026 de los Trastornos Respiratorios del Sueño (TRS), una iniciativa que busca concienciar a la población y a los profesionales sanitarios sobre unas patologías que muchas veces son infravaloradas e infradiagnosticadas. 

El doctor Carlos Egea, neumólogo y coordinador del Año SEPAR 2025/26 de los Trastornos Respiratorios del Sueño, explica que “un sueño alterado provoca cansancio generalizado e irritabilidad, además de empeorar las enfermedades respiratorias vinculadas con el dormir, como la apnea obstructiva del sueño (AOS).

“Un sueño escaso puede desencadenar problemas metabólicos, como la diabetes o la obesidad, sin olvidar que un alto porcentaje de accidentes domésticos y de tráfico están vinculados a la falta de sueño”, añade. 

Seis recomendaciones para dormir mejor durante las navidades

SEPAR ofrece seis recomendaciones clave para dormir y descansar mejor durante las fiestas de navidades: 

  1. Gestionar el estrés. En esta época del año los compromisos sociales, laborales y familiares pueden generar estrés. Los especialistas recomiendan reservar unos minutos diarios a actividades relajantes como la lectura o la meditación.
  2. Comidas con moderación. Las cenas tardías y abundantes dificultan la digestión y afectan a la calidad del sueño. La doctora Alejandra Roncero, neumóloga y directora del Programa de Investigación en Sueño de SEPAR, aconseja dejar pasar entre dos y tres horas entre la cena y la hora de acostarse, además de evitar alimentos muy grasos, azucarados o picantes por la noche. 
  3. Reducir el consumo de alcohol. Aunque el alcohol puede provocar somnolencia inicial, altera las fases del sueño y favorece los despertares nocturnos, el ronquido y la apnea del sueño. Limitar su consumo y alternar con agua ayuda a proteger el descanso. 
  4. Siestas cortas y sin “compensaciones”. Una siesta breve, de 20 a 30 minutos, puede resultar reparadora tras una mala noche. Sin embargo, dormir muchas horas al día siguiente para “compensar” suele desajustar aún más el ritmo circadiano.
  5. Apoyarse en remedios tradicionales. Aplicar calor local, tomar infusiones relajantes o realizar estiramientos suaves tras una noche festiva puede ayudar a relajar la musculatura y favorecer el descanso. 
  6. Un día de “reset”. Antes de incorporarse a la rutina, los expertos recomiendan recuperar los horarios habituales, cenar ligero y evitar el uso de pantallas durante la última hora antes de dormir.
EFE/LUIS TEJIDO

Niños y adolescentes: proteger el descanso también en fiestas

Los especialistas subrayan la importancia de que niños y adolescentes puedan dormir bien durante las navidades. 

En el caso de los más pequeños, recomiendan mantener rutinas, crear un ambiente tranquilo y limitar la sobreestimulación y el uso de pantallas antes de dormir.

Para los adolescentes, etapa en la que tienden a trasnochar más, es preferible negociar límites razonables, establecer horarios de desconexión digital, mantener cierta actividad física y evitar siestas largas que interfieran en el sueño.

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Leer la etiqueta del turrón: cuanto más fruto seco y menos azúcar, mejor

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Llegan la navidades y con ellas los dulces tradicionales, como el turrón. Cada vez hay más tipos, con ingredientes y sabores infinitos. Se trata de un producto del que no hay que abusar, y en pequeñas cantidades «puede ser compatible» con una dieta saludable durante estas fechas, para ello, lo mejor es que lleve mucha cantidad de fruto seco y muy poca de azúcar.

Un poco de contexto

Es cierto que cada vez se adelanta más las navidades y ya están vendiendo espumillón y turrones desde octubre, incluso hay tiendas que lo comercializan todo el año, pero el mayor consumo se espera en estas fechas navideñas.

«Un mensaje claro para la población podría ser que no hay que empezar tan pronto, que si nos ponemos a contar con los dedos de la mano, los días de las reuniones familiares no son tantos comparados con el resto del año. Y aunque esos días comas turrón, no va a significar que vas a llevar una alimentación poco sana», afirma a EFE Salud la vicepresidenta por Alicante del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa), María Tormo.

No se trata, matiza, de normalizar el consumo de turrón durante muchas semanas, como desde octubre o noviembre, eso «lógicamente no es sano», pero si es ocasional, puede ser «compatible» con una alimentación saludable.

La lista de ingredientes del turrón

Y para ello también hay que fijarse en los ingredientes de los que está hecho, porque «hay mucho turrones que en realidad no lo son».

«Hay que priorizar los ingredientes que tengan un alto porcentaje de frutos secos, entre el 60 y el 70 % sería lo recomendado. La almendra es fundamental, pero hay versiones más modernas, como la avellana o el pistacho», explica Tormo.

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EFE/Paco Torrente/pm

Los ingredientes están ordenados en la etiqueta de mayor a menor cantidad de contenido, por eso, el primero de ellos debería aparecer el fruto seco, abunda la experta; y después, otros ingredientes que sean «simples y fáciles» de reconocer para los consumidores.

«Que la gente los reconozca. Si empiezan con los aditivos, las ‘E’ seguidas de un número y hay muchas, mejor evitarlo», subraya.

¿Cuánto azúcar?

Y en cuanto a la cantidad de azúcar, Tormo es clara: «lo menos posible, es decir que vaya al final de los ingredientes. Si va como primero, para el consumidor debería ser una señal de alerta, porque está comprando sobre todo azúcar, no turrón».

Mejor que azúcar, que lleve miel, según la experta.

Y es que, según detalla, es distinta del azúcar porque nuestro cuerpo no la reconoce de la misma manera, es «más natural» y tiene otros micronutrientes, que el azúcar no tiene.

«Es interesante y adecuado que la gente busque que haya miel entre los ingredientes, en vez de los jarabes de glucosa que pone a veces o fructosa que también suele aparecer, igual que los aceites refinados. Si hay de palma o coco, por ejemplo, son cosas que nos deben hacer sospechar», incide.

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EFE/EPA/GEORGI LICOVSKI

Respecto a la cantidad de turrón, la experta afirma que no hay que comerse la tableta entera, compártela y come como un trozo de dos dedos aproximadamente.

«Además, nunca está solo el turrón, hay más cosas, polvorones, mazapanes, así que, la recomendación sería que sabemos que estamos en Navidad, que vamos a comer, y que no hay que martirizarse por ello, pero tampoco hay que comerse todo lo que sea posible», indica la vicepresidenta por Alicante del CODiNuCoVa.

Con estas pautas de María Tormo, ya solo queda regresar a casa por Navidad y disfrutar de ella. Buen apetito y felices fiestas.

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