La presidenta de la Alianza Médica contra el Cambio Climático (AMCC), María Rosa Arroyo, subraya la necesidad de tener en cuenta los efectos del clima en la salud; de hecho, asegura que la relación entre ambos es «el determinante social y medioambiental más importante» que hay y que va a haber en la medicina del siglo XXI.
En una entrevista con EFE Salud, Arroyo, oftalmóloga, explica cómo está afectando ya el cambio climático a nuestra salud, expone los objetivos de la AMCC para tratar de mejorar la situación y ensalza el valor de la medicina preventiva como un factor esencial en esta tarea.
Los objetivos de la AMCC
La AMCC es una iniciativa del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos y las sociedades científicas médicas.
Sus objetivos, responde Arroyo, pasan por concienciar a la ciudadanía de los efectos del clima en la salud humana, pero también por formar a los profesionales médicos, porque «la posición de la profesión médica es la que tiene auténtico valor o reconocimiento por parte de la ciudadanía para afrontar este reto».
Un reto, apunta, que publicaciones científicas consideran que es el mayor en salud pública en este siglo.
«Nosotros nos preocupamos de la salud, desde la promoción de la misma, pasando por la prevención, por la curación y por la rehabilitación. En cualquiera de esos pasos, tener en cuenta los efectos del clima en la salud en el mundo es fundamental», sostiene Arroyo.
La importancia de la medicina preventiva
Respecto a si existe negacionismo dentro de la profesión médica, la presidenta de la AMCC afirma que más que eso, hay «un poco de escepticismo» de que el cambio climático pueda suponer un problema para la salud individual y colectiva, algo que se debe, dice, a varias razones.
«Una de ellas es que a veces nos dedicamos mucho a actuar de manera reactiva, no proactiva, a tratar a los pacientes agudos y nos olvidamos un poco más de cómo la promoción de la salud y la prevención son factores fundamentales», opina.
Así, recuerda una frase de la comisión de deontología de la AMCC sobre la responsabilidad de los médicos de hacer una medicina preventiva.
«Una medicina preventiva es una medicina ética, sostenible, más equitativa. Los recursos no son ilimitados y no lo van a ser. Hay que hacer un uso de los recursos que tenemos ahora sin comprometer los que puedan necesitar las generaciones futuras», afirma la presidenta de la Alianza.
Arroyo durante la entrevista en la sede del CGCOM. EFE Salud/BPC
En este sentido, considera que la tecnología ha deslumbrado a todo el mundo, también en la medicina, para tratar problemas agudos graves de una manera más eficiente con una gran inversión, pero «nos hemos olvidado de la medicina preventiva porque requiere más tiempo y no produce unos efectos tan rápidos».
«¿Qué es más fácil, explicarle a un paciente que tiene que hacer ejercicio y adaptar su dieta o mandarle una pastilla para rebajar el colesterol? (…) El ejercicio, la vida al aire libre, el vivir en ciudades que sean amigables, esto hace mucho sobre la salud, porque la salud no es solamente el estado de tus funciones orgánicas», reflexiona.
Los efectos son una realidad
Incide en que el cambio climático ya está afectando a la salud, y no lo dice solo la Alianza, aclara Arroyo. Hay un editorial del New England Journal of Medicine que acumula la experiencia de 120 revistas científicas y que constata que ya se notan los efectos, sobre todo entre la población más vulnerable, procedente de países que probablemente son de los que menos están contaminando, apunta.
«El cambio climático y en general, la salud y el clima, esa relación es el determinante social y medioambiental más importante que hay o que va a haber en la medicina del siglo XXI», subraya.
Desde alergias, también alimentarias que están desarrollándose a nivel exponencial, hasta enfermedades respiratorias como el asma. Además, incide, hay estudios «muy relevantes» que indican que la mortalidad antes era mayor en épocas frías y ahora, en las cálidas.
«Ya se ha se ha invertido esa mortalidad y no solo mortalidad, también esa morbilidad asociada a las olas de calor extremas, a la no capacidad de las ciudades y algunos barrios de tener refugios climáticos», señala Arroyo, quien añade que también afecta a la salud mental.
Y llegando a la salud mental, porque el cambio climático provoca que haya desplazamiento de la poblaciones enteras, que además, no tienen acceso ni a la medicación ni a la asistencia sanitaria, ni siquiera a las condiciones básicas.
«Genera poblaciones ya desde niños sometidos a un riesgo extremo, un riesgo importante sobre su salud mental y sobre su desarrollo posterior», sostiene Arroyo, que insiste en que la salud no tiene fronteras.
Los sistemas sanitarios, agentes contaminantes
Para la AMCC, hay varios riesgos preocupantes. Sobre todo es el que se cierne sobre los enfermos crónicos y los pacientes más vulnerables. También considera necesario que las prácticas médicas sean más sostenibles.
«Los estudios estiman que si el sector sanitario global fuera un país, sería el quinto más contaminante. No contamina lo mismo el sistema sanitario de Estados Unidos que el de Nigeria, pero obviamente, a nivel global supondría el quinto país más contaminante», asegura.
Tratar de que los materiales sanitarios no tengan tanto empaquetado sin poner en riesgo la seguridad, de forma que su fabricación sea más amigable con el medio ambiente, tratar de usar energías limpias o fomentar la descarbonización en los congresos médicos son algunas de las propuestas que plantea la Alianza.
También recoge otras prácticas, como la que proponen los nefrólogos, según cuenta la presidenta de la AMCC, de reutilizar el agua de la diálisis para lavandería u otros servicios de los hospitales.
«Cada especialidad debería de tener una serie de normas que mejoraran el consumo y el reciclado, no solo de los medicamentos, sino de todos los productos sanitarios que utilizamos y concienciar también a la administración», remarca.
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han conseguido consensuar en la Comisión de Salud Pública un plan común de medidas para mitigar el impacto de la gripe y otros virus respiratorios, que recupera el uso de mascarilla en centros sanitarios y cuando las personas tengan síntomas.
La Comisión de Salud Pública ha logrado alumbrar un nuevo plan después de que ayer, martes, la Comunidad de Madrid presentara un documento propio de recomendaciones que se han debatido en la reunión de este miércoles; ahora, deberán redactar el texto final con las modificaciones acordadas, que, según fuentes del organismo, apenas desvirtúan la propuesta original.
«Aprobamos con todas las comunidades autónomas un protocolo común frente a la gripe, covid y otras infecciones respiratorias. El teletrabajo o las mascarillas en centros sanitarios salvan vidas. Dijimos que era necesario y posible. Y lo hemos logrado», ha avanzado la ministra de Sanidad, Mónica García, en sus redes sociales.
Cuatro escenarios de riesgo
El nuevo plan define cuatro escenarios de riesgo en función de varios indicadores, que se extraen de la información proporcionada por distintas fuentes: el Sistema de Vigilancia de las Infecciones Respiratorias Agudas (Sivira), junto con la información procedente del sistema de monitorización de la mortalidad diaria (MoMo), las coberturas de vacunación del Sistema de Información de Vacunaciones (Sivamin) y los datos de ocupación hospitalaria y de ucis.
Los cuatro escenarios son: de situación interepidémica o basal; de epidemia de nivel bajo o medio, de nivel alto o de nivel muy alto, que vendrán determinados por los niveles de transmisibilidad detectados junto a la evaluación del resto de indicadores y el análisis del impacto en los recursos asistenciales y en la población susceptible.
Cada uno lleva aparejadas una serie de medidas, cuya aplicación debe hacerse de forma escalonada e incremental, de modo que en cada nivel estén también en vigor las recomendaciones de los anteriores.
Mascarilla y reducir las interacciones, siempre ante síntomas
No obstante, hay una serie de recomendaciones generales para todos ellos, entre ellas, el uso de mascarilla quirúrgica cuando se tengan síntomas, especialmente si van a tener contacto con personas vulnerables, o la reducción de interacciones sociales en esos casos.
También la elaboración y difusión de recomendaciones de vacunación, el mantenimiento y fortalecimiento de los sistemas de vigilancia, la formación del personal sanitario y no sanitario, y la revisión de los planes de contingencia de centros sanitarios y sociosanitarios para garantizar la continuidad asistencial, la ventilación adecuada de espacios y la higiene respiratoria y de manos.
Estas medidas deben comunicarse activamente a la ciudadanía a través de materiales informativos accesibles.
Mascarillas/EFE/Luis Tejido
Medidas específicas por escenarios
En cuanto a las específicas, el documento marco establece las siguientes:
En situación interepidémica o basal, se mantienen las generales, como la promoción de la vacunación, la vigilancia epidemiológica y la formación del personal. Se aconseja a las personas con síntomas ponerse mascarilla, especialmente si van a tener contacto con personas vulnerables, así como su uso continuado por parte de trabajadores sintomáticos en centros sociosanitarios.
En el nivel bajo o medio, se intensifica esa recomendación de cubrebocas a las personas con síntomas y en entornos vulnerables. En hospitales, se aconseja en áreas sensibles (como unidades oncológicas o de trasplantes) tanto por profesionales como por pacientes y acompañantes; en centros residenciales, se mantiene el uso continuado por trabajadores con síntomas, y se pueden adoptar medidas adicionales si se detecta transmisión. Además, se refuerzan las actividades de coordinación interinstitucional y la comunicación activa con la ciudadanía.
En nivel alto, la mascarilla pasa a estar recomendada en espacios comunes de centros sanitarios, como salas de espera o urgencias. Mientras, en las residencias se extenderá la recomendación de mascarilla a las personas vulnerables en espacios cerrados sin ventilación adecuada y se revisará la política de visitas.
Y en un nivel muy alto, se activa la coordinación extraordinaria entre territorios, mediante reuniones del Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Las autoridades sanitarias podrán establecer medidas excepcionales para el control de la transmisión en determinados contextos o colectivos especialmente expuestos.
El jugador del FC Barcelona Ronald Araujo ha decidido parar un tiempo para recuperarse anímicamente y poder afrontar las exigencias de la alta competición en el fútbol del máximo nivel. Su decisión no es aislada. Se suma a otras que tomaron en su momento deportistas de elite como la gimnasta Simone Biles o el jugador de baloncesto Ricky Rubio.
La salud mental se ha convertido en prioridad pública y social a tenor del creciente interés de la ciudadanía por cuidarla, por protegerla. Personalidades conocidas en los ámbitos de la cultura, la política y el deporte llevan relativamente poco tiempo desvelando que ésta es la razón por la que suspenden su actividad profesional un tiempo, el necesario hasta recuperarse. Los expertos/as consideran importante para la sociedad que figuras tan seguidas como éstas den pasos así.
Aunque no han trascendido los motivos psicológicos o emocionales que han llevado a Araujo a tomar la decisión de apartarse un tiempo de la competición, diferentes deportistas de prestigio los han contado en entrevistas, en comunicados o a través de sus cuentas en redes sociales.
Repasamos algunos casos y sus testimonios.
Simone Biles
La gimnasta estadounidense Simone Biles marcó un punto de inflexión en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 al retirarse de varias pruebas para centrarse en su salud mental. Explicó que sufría ansiedad y un bloqueo que le impedía coordinar mente y cuerpo.
Este año, durante una charla en Buenos Aires, dijo que con su gesto buscó romper el estigma que aún pesa sobre la salud mental en el deporte y aseguró: “Antes que atletas, somos personas”.
Simone Bales sonrie tras finalizar el ejercicio de barras en los Juegos Olímpicos de Paris 2024. EFE/EPA/ANNA SZILAGYI
Ricky Rubio
El baloncestista anunció en agosto de 2023 que detenía su carrera profesional para cuidar su salud mental. A través de un comunicado, pidió respeto y privacidad.
En julio de este año, ofreció una entrevista, emitida en la cadena de televisión La Sexta, en la que desgranó la influencia que la salud mental ha ejercido en su trayectoria.
Éstas fueron algunas de sus afirmaciones:
«No tuve adolescencia, no cambiaría lo que viví, pero me hubiera gustado disfrutar más como un adolescente. Prácticamente no tenía fines de semana desde los 14-15 años».
«Jugar en la NBA ha sido una experiencia brutal, pero igual la persona hubiese sido más feliz en Badalona».
«En mi tercer o cuarto año en la NBA no lo estaba pasando bien (…) Vi que entonces todo tenía que ser un mundo falso y bonito, tenía que esconder mis emociones».
«Un pensamiento muy difícil y no quiero magnificarlo, pero una de las noches en el hotel pensé: yo no quiero seguir con la vida. Me sentí así por un segundo. Yo sabía que no era yo, que algo tomaba el control de mí mismo (…) Cuando paro para no ir al Mundial, parecía que mi vida no tuviese sentido».
El jugador de baloncesto Ricky Rubio en Barcelona en junio de 2024. EFE/ Marta Perez
Andrés Iniesta
El exfutbolista padeció una depresión cuando jugaba en el FC Barcelona. Es uno de los pasajes del libro que publicó este año, ‘La mente también juega’.
Durante el acto de presentación, recalcó la importancia de cuidar la salud mental y pronunció palabras como las siguientes: “Cuando tuve problemas de salud mental, tuve la gran suerte de contar con Pep Guardiola y empatizó mucho conmigo. Y eso fue clave para que pudiera seguir avanzando, pero a veces la persona que tienes enfrente no es fácil de gestionar”.
O éstas: «Hubo un día que, por ‘x’ o por ‘y’, sentí que no podía seguir así y nos pusimos manos a la obra. Y estoy más que agradecido a todas las personas que en cierta medida me acompañaron. La palabra es más acompañar que ayudar. Pude salir de ese momento».
El exfutbolista Andrés Iniesta presenta su libro ‘La Mente también juega’ en Barcelona. EFE/ Quique García
Álvaro Morata
En octubre de 2024, durante una conferencia de prensa con motivo de la concentración de la selección española previa a un partido frente a Dinamarca, el futbolista, actualmente en el Como italiano, reveló sus problemas de salud mental.
Un documental (puede verse en Movistar Plus +) profundiza en tales problemas, contados por el propio futbolista. La depresión y los ataques de pánico aparecen en su testimonio.
Cuenta que comenzó a padecerlos durante la recta final de su contrato con el Atlético de Madrid y que los afrontó de la mano de un especialista.
Asegura en la producción: “Tenía miedo de todo. Tenía muchos pensamientos horribles, autodestructivos. Se me ha pasado por la cabeza el simular lesiones para no tener que estar. Tu cabeza te propone cualquier tipo de cosas que te haga evitar lo que te hace sufrir. Era como si estuviera en una habitación negra en la que todo el mundo me estaba mirando fijamente a mí. Mi cabeza me mandaba todo el rato señales y mensajes y voces diciéndome cosas horribles”.
El delantero Álvaro Morata durante un entrenamiento de la selección española en Las Rozas. EFE / Borja Sánchez-Trillo.
Sara Sorribes
En abril de 2025, la tenista española Sara Sorribes anunció un parón indefinido tras meses de sufrimiento emocional. Reconoció haber perdido la ilusión y necesitar ayuda para cuidar su cabeza y su cuerpo.
Meses después, en noviembre, comunicó su regreso a las pistas y aseguró que “parar ha sido una de las mejores decisiones” de su vida.
Sara Sorribes en un partido de la Billie Jean King Cup contra Brasil en Ostrava. EFE/EPA/MARTIN DIVISEK
Gabriel Medina
El surfista brasileño Gabriel Medina, tricampeón mundial, anunció en 2022 que se tomaría un tiempo para cuidar su salud mental. Reconoció que la temporada anterior había sido “una montaña rusa de emociones” y que había llegado a su límite físico y emocional.
Iván Ares
El piloto gallego Iván Ares, campeón de España de ralis, anunció en septiembre de 2024 su retirada temporal para cuidar su salud mental. Confesó en redes sociales que su mente “no estaba al mismo ritmo que su cuerpo” y que necesitaba ponerse en manos de profesionales.
** En 2023, RTVE estrenó el documental “El viaje. La medalla de la salud mental”, con la participación de deportistas como Ruth Beitia, Almudena Cid o Edurne Pasabán.
El método definitivo para frenar los efectos devastadores de la alopecia androgenética en hombres y mujeres, a la espera de la anunciada y aplaudida terapia celular, es el trasplante capilar con técnica FUE: «Extraemos uno a uno miles de folículos pilosos de la nuca del paciente y los implantamos en sus zonas calvas», explica el Dr. Eduardo López Bran, microcirujano capilar de la Clínica Imema de Madrid.
A este trasplante capilar que resuelve la calvicie común sólo pueden acceder aquellas personas que tengan suficientes unidades foliculares, de hasta cuatro pelos, en la zona donante: el espacio en forma de herradura que va de oreja a oreja en la zona posterior de la cabeza, desde la parte final de la coronilla hasta la zona occipital; condición de la que carece el propio doctor López Bran.
«Hay que decir que una parte de la población sometida a la calvicie no dispone de zona donante capacitada biológicamente para conseguir un trasplante capilar exitoso», destaca el médico lucense, también jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario San Carlos de la capital española.
Una condición previa de la que sí puede presumir Mario, un hombre joven de 25 años que ha decidido dejar de sufrir y volver a lucir pelo en su cabeza de una manera natural.
«Es un paciente con alopecia androgenética severa en sus zonas frontoparietal, interparietal o banda media y la coronilla; partes del cuero cabelludo que logra disimular dejándose una gran melena en los laterales parietales y peinándose a contracorriente para tapar por completo su calvicie desmedida», describe el dermatólogo especialista en tricología.
El Dr. López Bran realizó el diagnóstico anticalvicie de Mario ayudándose de un dermatoscopio digital de última generación: se obtiene información detallada sobre las posibilidades reales del paciente para disfrutar de un futuro trasplante capilar.
El dermatólogo observó al detalle su cuero cabelludo y la parte externa de los folículos pilosos. Con un peine abrió el pelo de la nuca y con el dermatoscopio, que incorpora una minicámara digital, aumentó hasta 30 veces el área seleccionada para el análisis.
La imagen resultante se visiona a través de un monitor de vídeo, lo que permite al paciente, a su vez, comprobar in situ la densidad de su pelo superviviente.
En la cabeza humana crecen de 100.000 a 150.000 unidades foliculares, a lo que habría que añadir una densidad capilar de 260 pelos/cm2 en mujeres y de 235 pelos/cm2 en hombres, en ambos casos si hablamos del grupo étnico caucásico.
La alopecia común se ceba en el 30% de los varones que han cumplido los treinta años de edad, y a partir de ahí esta cifra aumenta en un 10% en cada década. A los cincuenta años, por tanto, padecerán calvicie un 50% de ellos. Las mujeres van a otro ritmo: sufren calvicie entre un 5% y un 10% a esas mismas edades.
«La pérdida de pelo se inicia en los hombres con el retroceso de la línea de implantación frontoparietal, las clásicas entradas o golfos; luego continúa en la zona media superior y en la coronilla, hasta que estas dos zonas calvas se juntan», apunta.
Con el paso del tiempo, el pelo desaparece de toda la cabeza salvo en las zonas de la nuca y detrás de las orejas.
«En las mujeres, comienza a clarear la zona de la raya media y aumenta poco a poco hasta abarcar toda la zona superior. Aún así, suelen conservar la porción de pelo más frontal, por lo que una buena maniobra de peluquería disimula su calvicie en la mayor parte de las situaciones comprometedoras», indica.
Tomar la decisión de realizarse un trasplante capilar es siempre una cuestión personal con el doble fin de rejuvenecer y fortalecer la autoestima, si es lo que se necesita o se desea, claro está.
Fotografías de Esther Adame.
El Dr. López Bran y Mario decidieron conjuntamente trasplantar 3.200 unidades foliculares (finalmente se alcanzaron las 3.400), dejando en la nuca otros muchos folículos pilosos a salvo y de reserva dada la juventud del candidato, puesto que la alopecia androgenética seguirá su curso genético agostando pelos y más pelos no trasplantados con el paso de las estaciones.
«El número de unidades foliculares a trasplantar vendrá determinado, en primer lugar, por la zona a repoblar, la superficie del área calva y su densidad por centímetro cuadrado; y, en segundo lugar, por el objetivo de mejorar el efecto rejuvenecedor», explica.
«Lógicamente, dependerá de los mimbres disponibles en la nuca. La zona donante es una zona finita. Es un área folicular que tenemos que manejar con total y absoluta profesionalidad para obtener el mejor y mayor número de unidades pilosebáceas factibles en cada etapa de la vida», razona.
«Con todo, la primera línea del trasplante, la línea anterior de implantación fronto temporal, será la imagen definitiva, impactante y más audaz del paciente. En consecuencia, esta línea tiene que ser totalmente natural e indetectable. Y, por supuesto, acorde a la fisonomía y edad del paciente», subraya.
El milagro diario del trasplante capilar: diseñar la microcirugía; rasurar el cuero cabelludo; aplicar anestesia local en la zona operativa; punzar miles de veces las áreas calvas; extraer uno a uno los pelos de la nuca; clasificar y vigorizar los folículos pilosos e injertar cada pelo en los orificios practicados, como plantar semillas en una tierra abonada
Después de rasurar por completo el cuero cabelludo de Mario, lo que permitirá efectuar la microcirugía con una mayor asepsia y eficacia, además de favorecer la higiene posterior del paciente, se delimitan las zonas de la intervención con un rotulador quirúrgico estéril.
Mario, como es preceptivo en un trasplante capilar, ya ha recibido la sedación adecuada por vía intravenosa, con lo cual se encuentra medicado, adormecido y bajo el control absoluto de la anestesista, quien vigila de cerca su respiración y sus constantes vitales.
A continuación, se introduce suero en el cuero cabelludo para distender la piel de toda la zona receptora, ganar superficie y poder realizar un mayor número de orificios, en los que posteriormente se implantarán las unidades foliculares.
También, se inyecta anestesia local suficiente para evitar cualquier tipo de sensación de dolor en la cabeza.
A partir de ese momento, el Dr. López Bran efectuará las miles de punciones previstas, operación que concluye cuando el minutero del reloj digital marca una hora.
«Ya hemos finalizado las punciones en las zonas calvas -comenta-. Un total de 3.400, muy juntitas entre ellas para mejorar el resultado final, dado que Mario dispone de una buena zona donante».
Ahora toca la extracción de los 3.400 folículos correspondientes, que se ejecuta con un instrumento médico automatizado que emplea un “punch” de un diámetro inferior a 1 mm con el fin de hacer invisibles las cicatrices de la microcirugía.
«Este número de pelos, que se extraen de la herradura teórica que se forma en la nuca llegando a cada zona de las orejas, permitirá lograr un buena densidad de cabello en el área repoblada (zona anterior fronto-temporo-parietal)», apunta.
Doctor López Bran, ¿cómo es posible que usted pueda extraer hasta el bulbo piloso de la unidad folicular en cada punción?
«La experiencia acumulada durante muchos años de trabajo especializado, como sucede en cualquier otra profesión, nos permite alcanzar niveles de gran precisión en la técnica quirúrgica; eso sí, llevando a buen puerto el trasplante capilar planificado, y siempre añadiendo un gran esfuerzo y una gran ilusión; superándote cada día», opina mientras extrae un folículo tras otro.
El Dr. López Bran extrae 3.400 folículos pilosos de la nuca o zona donante del paciente.
¿Y por qué los folículos pilosos de la zona donante no se caen o se pierden si se trasplantan a la zona calva que sufre los efectos de la alopecia androgenética?
«La etiología de la alopecia androgenética (AGA) implica una intrincada interacción entre distintos factores genéticos y hormonales, lo que ocasiona la miniaturización de los folículos pilosos y las alteraciones en el ciclo de crecimiento del cabello, en concreto, el acortamiento de la fase anágena», explica el Dr. Eduardo López Bran.
«En ausencia de estos dos factores no es posible que se desarrolle este problema dermatológico», añade el a su vez profesor de Medicina en la madrileña Universidad Complutense.
La alopecia androgenética está causada por la dihidrotestosterona (DHT), un andrógeno derivado de la testosterona por acción de la enzima 5-alfa reductasa. Esta hormona tiene una mayor afinidad por los receptores androgénicos (RA) de los folículos pilosos.
Cuando la testosterona llega por la sangre y encuentra esta enzima (proteínas que producen cambios químicos), se une a ella y forma 5-alfa dihidrotestosterona, que es la responsable final de la caída del pelo.
Este proceso conlleva la pérdida de los folículos que están predispuestos genéticamente a sufrir el proceso de la alopecia androgenética o calvicie común. De hecho, los individuos con AGA tienen un gen AR sobreexpresado.
«En respuesta a su pregunta, los folículos del área donante no llevan receptor androgénico para esa enzima y, consecuentemente, cuando los implantamos en el área calva se desarrollarán con las características genéticas de los folículos de la nuca», acredita.
«Por tanto, los folículos pilosos trasplantados no se perderán por la acción de la alopecia androgenética y acompañarán a nuestros pacientes a lo largo de toda su vida», enmarca el Dr. Eduardo López Bran.
A medida que se extraen las miles de unidades foliculares, que se componen de 1 a 4 pelos cada una, se analizan y clasifican sistemáticamente para establecer no sólo la totalidad de unidades dispuestas, sino la cantidad y la calidad de los cabellos que podrán quedar implantados en la zona receptora del paciente.
Entra en juego, entonces, uno de los aspectos más críticos en el éxito de un trasplante capilar.
«La supervivencia de las unidades foliculares extraídas del área donante para injertar en el área calva sólo deben estar fuera del organismo entre dos y cuatro horas, aunque siempre intentamos que este tiempo se reduzca sustancialmente para alcanzar la extraordinaria tasa de 100% de éxito», asegura López Bran.
Y es el equipo de enfermería, expertas en trasplante capilar, quien se encarga de todo el proceso de tratamiento y conservación de las unidades foliculares hasta que se implantan en la zona calva del paciente:
Las unidades foliculares se hidratan de forma continua y adecuada, ya que son muy sensibles a la pérdida de la humedad natural, una de las causas más frecuentes de «muerte celular». La vigilancia es constante.
La temperatura de conservación se mantiene a 4 ºC, ideal para el metabolismo folicular. Es indispensable evitar subidas o bajadas graduales, a modo de dientes de sierra; para lo que es preciso aplicar tecnología que enfríe a cuatro grados sin perturbaciones a lo largo de todo el proceso.
Todas las unidades se conservan sumergidas en «Hypo Thermosol FRS«, que es un medio líquido hipotérmico optimizado que permite una protección mejorada y prolongada de las células y los tejidos foliculares; al igual que se hace en un trasplante de órganos sólidos, como un corazón.
Zona donante, en la nuca, de donde se han extraído los folículos pilosos, y zona de la coronilla, una de las áreas calvas del paciente donde se injertarán los folículos.
Además, la Clínica Imema llevó a cabo estudios de I+D de viabilidad celular por el que obtuvo el certificado de Pyme innovadora por ENAC-ACIE.
«Enriquecemos el fluido de Hypothermosol con otros componentes, que forman parte de nuestro secreto industrial, logrando un plus de supervivencia de cada unidad folicular», expone con orgullo científico el Dr. Eduardo López Bran.
«Las técnicas empleadas en Imema han sido muy útiles para las investigaciones que hemos puesto en marcha sobre tratamientos con terapia celular, donde combinamos células madre con otras moléculas, lo que nos ha permitido mejorar los resultados de nuestros propios trasplantes, pioneros en el mundo«, atestigua.
Así lo avala el artículo de investigación “Hair growth stimulated by allogeneic adipose-derived stem cells supplemented with ATP in a mouse model of dihydrotestosterone-induced androgenetic alopecia«, publicado en junio de 2025 en la revista científica “Stem Cell Research & Therapy“.
«El trasplante de pelo es un tratamiento quirúrgico que se realiza una o dos veces en la vida, por lo que es imprescindible elegir profesionales de enfermería expertas en microinjerto capilar», aconseja el Dr. Eduardo López Bran.
Implantar unidades foliculares con escudo protector frente a la AGA
La supervivencia de cada unidad folicular vendrá precedida de una extracción óptima y deberá continuar con una implantación ordenada y meticulosa. En ambas etapas se extremará la delicadeza operativa para no doblar, estirar o aplastar los folículos pilosos.
«Las unidades foliculares extraídas se activan con adenosín trifosfato -molécula orgánica fundamental- para dotarlas de energía suficiente durante el tiempo que tarda en establecerse el entramado biológico con el lecho dérmico receptor; hecho que se producirá pocos días después de la intervención”, asegura el Dr. López Bran.
El microinjerto capilar se puede comparar con los ciclos de la siembra para obtener un vegetal o un fruto en cualquier tipo de cultivo: se prepara la semilla, se planta y se sustenta hasta que arraigue y crezca.
Las enfermeras especializadas injertarán cada bulbo piloso, uno a uno, hasta 3.400 en los orificios vacíos de las zonas calvas de Mario, dispuestos para germinar nuevas matas de pelos. Implantes que deben recibir un cuidado muy especial durante meses, hasta que el pelo ha crecido sano y fuerte.
“Todo este esfuerzo humano, científico y tecnológico carece de valor si el trasplante capilar no se completa con una vigilancia constante durante la fase postoperatoria… «El cuidado exquisito de la siembra con visitas regulares al médico logra la mejor cosecha posible en poco más de un año», recuerda El Dr. López Bran.
«Por todo esto, quiero destacar que un 95 % de nuestros pacientes se muestran satisfechos con su trasplante. Aunque, lógicamente, al tratar con un órgano vivo, no es posible pensar que el 100 % va a obtener un resultado exitoso. Sería una suposición incorrecta o mal interpretada», estima y valora el Dr. López Bran.
Los resultados definitivos de un trasplante de pelo se alcanzan entre los 12 y los 18 meses después de la microcirugía. Semanas después de la intervención, el paciente observará cómo va creciendo un pelo fino que irá dando paso a un pelo cada vez más grueso, fuerte y pigmentado
La prevención de infecciones, quemaduras y traumatismos en el área trasplantada contribuirá, sin duda, al éxito total del trasplante capilar.
El doctor Eduardo López Bran siempre se muestra orgulloso al dar una oportunidad a las personas que sufren alopecia: «Mi calvicie no tiene remedio, por ahora, pero mis pacientes disfrutan de una imagen más jovial, mejorando su bienestar y su calidad de vida«.
El próximo jueves 4 de diciembre añadiremos a este reportaje multimedia una entrevista con la Dra. María Lema Tomé, especialista en Anestesiología y Reanimación de la Clínica Imema de Madrid, garante de la seguridad del paciente en un quirófano donde se lleva a cabo, por ejemplo, una microcirugía en trasplante capilar.