También, a dos investigadores del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, Javier Sánchez Martínez, técnico superior de Laboratorio Biomédico y de Diagnóstico Clínico, y Carla Rodríguez Crespo, técnica de Laboratorio Biomédico y Diagnóstico Clínico.
A nivel mundial, el virus de la gripe causa mil millones de infecciones respiratorias cada año, en torno a cinco millones de hospitalizaciones y unas 700.000 muertes.
En España, el virus provoca cerca de 30.000 ingresos en los hospitales, con 6.000 ó 7.000 fallecimientos, dependiendo de la intensidad epidémica asociada.
Y cabe destacar que, en nuestro país, entre 4.000 y 6.000 niños y niñas necesitan asistencia hospitalaria: 1.000 de ellos y ellas ingresan en la unidad de cuidados intensivos (UCI)… ¡Entre diez y veinte mueren por una enfermedad inmunoprevenible!
Ilustración esquemática del virus de la gripe facilitada por el CNGV.
La influenza, virus ARN de la familia Orthomyxoviridae, provoca la gripe, enfermedad infecciosa muy contagiosa
El virus de la gripe, habitual desde octubre hasta finales de abril en el hemisferio norte, infecta la nariz, la garganta y en algunos casos los pulmones, causando patologías leves, moderadas o graves, estadio que puede ocasionar la muerte, especialmente entre la población más adulta.
La transmisión del virus se produce, esencialmente, a través de las minúsculas gotitas que contienen este microorganismo cuando son expulsadas por nuestras vías aéreas al hablar, toser y estornudar.
El contagio es mayor a partir de los tres o cuatro primeros días desde la aparición de los síntomas de la enfermedad.
Los virus de la gripe humana que circulan por el planeta, responsables de epidemias estacionales y pandemias (epidemias globales), son de dos tipos: influenzavirus A, con diferentes subtipos, e influenza B, con dos linajes, Victoria y Yamagata (casi desaparecido).
Dos proteínas de la superficie del influenzavirus A, la hemaglutinina (HA) y la neuraminidasa (NA), generan 18 subtipos de hemaglutinina y 11 subtipos de neuraminidasa (de H1 a H18 y de N1 a N11, respectivamente).
Se han identificado más de 130 combinaciones de subtipos, grupos y subgrupos de influenza A en la naturaleza, principalmente en aves silvestres.
El intercambio de información del genoma tipo ARN obedece a la predisposición de los segmentos genéticos cuando dos o más subtipos infectan un mismo organismo.
Los virus de influenza A (H1N1) y (H3N2) son los que más suelen preocupar a las autoridades sanitarias mundiales por sus propiedades antigénicas, es decir, porque afectan a nuestra inmunidad.
El virus influenza tipo C no produce epidemias, de momento, y causa infecciones leves, con pocos síntomas y cuadros clínicos intrascendentes.
El virus influenza tipo D, del que sabemos poco y afecta básicamente al ganado, no parece que infecte o enferme al ser humano.
Muestras identificadas y alicuotadas, listas para ser congeladas, en el Centro Nacional de Gripe de Valladolid hasta que se envíen al CDC de Londres. Fotografías de Juan Carlos Fernández Guerrero.
Vigilancia virológica para salvar vidas: un afán diario
Las muestras biológicas extraídas mediante frotis nasofaríngeo a los pacientes adultos y pediátricos llegan al Centro Nacional de Gripe de Valladolid desde los hospitales de referencia de la red centinela sanitaria de Atención Primaria de Castilla y León.
“Esta red, según criterios poblacionales, representa a más de dos millones y medio de habitantes que viven en nuestra Comunidad Autónoma”, destaca el Dr. Iván Sanz Muñoz.
Cada semana se seleccionan de dos a cinco muestras de personas que acuden a consulta con insuficiencia respiratoria aguda leve o moderada (IRA). Además, se añade la información clínica, epidemiológica y demográfica de cada paciente.
También se remiten al CNGV muestras nasofaríngeas o de otra índole de pacientes hospitalizados para evaluar la gripe en estadio grave (IRAG).
Previamente, los servicios de microbiología de dichos hospitales habrán realizado un análisis mediante PCR multiplex con el fin detectar, diferenciar y proporcionar un análisis cuantitativo de los virus respiratorios que aparezcan en cada muestra.
“Es fundamental contar con estas dos fuentes constantes de muestras víricas y datos poblacionales para sumarlos a nuestros propios análisis moleculares, más específicos y detallados”, subraya el virólogo.
Como dato de gran interés, la carga viral es significativamente mayor en las muestras de pacientes que son atendidos en la red centinela de la Atención Primaria en contraposición de los pacientes hospitalizados.
En unos, el virus actúa a su antojo; en los otros, el paciente ya ha generado más anticuerpos antes de llegar a las Urgencias o ingresar en la planta hospitalaria.
Los resultados semanales se envían a todas las autoridades sanitarias regionales y nacionales implicadas y al Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Londres, su centro de referencia para la Organización Mundial de la Salud, que cuenta con 154 organismos colaboradores.
El virus de la gripe, oculto y amenzante en las células de l@s pacientes
Las muestras que llegan al Centro Nacional de Gripe de Valladolid se identifican y alicuotan, es decir, se reparten en dos tubos de análisis clínicos iguales para su investigación.
“Una parte se aprovecha para el estudio de la biología molecular y otra parte se congela para enviarla posteriormente a Londres”, explica Javier Sánchez Martínez, investigador del CNGV.
De cada muestra destinada a investigación se obtiene el RNA del virus, material genético que luego se amplificará en un termociclador, herramienta tecnológica que efectúa una reacción en cadena de la polimerasa o PCR.
“En función de los subtipos víricos que obtengamos en esta PCR (prueba diagnóstica reconocida a nivel popular tras la pandemia del SARS-CoV-2) identificaremos todos los apellidos patógenos que están circulando en ese preciso momento por Castilla y León”, afirma.
“De esta manera, podemos advertir con certezas a nuestro centro de referencia sobre el tipo de virus que circula por nuestro territorio; datos que facilitan el mejor control posible a nivel virológico y epidemiológico”, recalca.
Resultado PCR sobre las muestras genéticas analizadas el pasado día 28 de noviembre: tres positivos para H1N1 con una baja carga viral. Estos datos reflejan que el frotis nasofaríngeo del paciente se pudo realizar una semana o diez días después de la infección por el virus influenza A.
¿Y si apareciera una muestra con virus H5N1, gripe aviar, en el resultado de una PCR?
“Sería toda una sorpresa, puesto que en España no se han producido ni existen brotes de H5N1 (gripe aviar) en la actualidad”, subraya el Dr. Sanz Muñoz.
En un caso hipotético de PCR positiva por un virus como H5N1, forma altamente patógena de la influenza aviar, “siempre procederíamos a una repetición de la técnica analítica para verificar el resultado”.
Y si el resultado fuese nuevamente positivo, tocaría secuenciar el genoma de este virus influenza A H5N1 para compararlo con otras muestras de virus H5N1 detectados en aves silvestres, de corral y animales de granja.
“Sabemos que los virus pueden sufrir cambios en un organismo hospedador mientras se replican después de la infección”, señala.
De hecho, las conclusiones de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) indican que el riesgo de la infuenza A H5N1 para la salud humana sigue siendo bajo a día de hoy.
Aún así, 29 personas han dado positivo por H5N1 en California (EE.UU.) durante este año 2024, todas ellas trabajadores que han tenido contacto con vacas lecheras infectadas por gripe aviar.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de EE.UU. han informado de un caso de gripe aviar en un niño el pasado viernes 29 de noviembre en California, lo que ha supuesto el primer contagio de un menor de edad registrado en el país norteramericano.
Cada célula verde nos habla de un virus de la influenza. Imágenes facilitadas por el CNGV para su uso divulgativo.
A la vez, los análisis de las muestras víricas que llegan al Centro Nacional de Gripe de Valladolid se evalúan a nivel de su fisiología celular.
“En la sala blanca de cultivos realizamos una prueba de inmunofluorescencia directacualitativa: infectamos células normales con el material vírico de la muestra clínica que ha llegado a nuestro centro”, expone la investigadora Carla Rodríguez Crespo.
“Mediante fluorocromos (sustancias que marcan componentes moleculares, lo que hace que la célula sea fluorescente), determinamos si se ha producido infección celular. Si la imagen es verde nos indica un positivo por gripe, con más o menos carga viral”, describe.
“Si la imagen es rojiza el resultado basico es negativo por virus, aunque no excluye que pueda existir infección. Simplemente, con esta técnica no somos capaces de detectar el virus. La prueba de PCR o el test de hemaglutinación sí descubren el virus por mínima que sea su presencia genética”, especifica.
Doctor Eiros Bouza, ¿por qué es tan difícil controlar el virus de la gripe?
“En primer lugar, porque no sólo existe un virus de la gripe; de momento están registradas hasta cuatro tipologías: A, B, C y D, con sus diferentes subtipos y linajes”, enmarca el también microbiólogo jefe del Hospital Río Hortega de la capital pucelana.
“En segundo lugar, porque el virus de gripe a es, en esencia, zoonótico, puesto que se transmite fundamentalmente a través de rutas migratorias de las aves silvestres”, añade.
“De ahí pasa al ser humano y a otros animales, en concreto, al ganado porcino, que actúa como huésped intermediario en algunas ocasiones, dando lugar a la emergencia de cepas pandémicas”, concreta.
“Como dice el refrán castellano, no se pueden poner puertas al campo“, atestigua.
Cuando el virus de la gripe se adapta al ser humano, dadas sus condiciones biológicas, va ejerciendo en su propia deriva un cambio genómico.
“Esta capacidad de mutación es la estrategia del virus influenza para escapar a las acciones preventivas del ser humano, como la vacunación antigripal”, asegura el médico mindionense.
¿Y por qué la gripe se contagia tan fácil?
“Como sucedió en la pandemia de laCOVID-19, ya controlada, o el VRS, las enfermedades infecciosas demuestran un alto índice de contagio. En el caso de la gripe, la transmisión es muy eficiente al concurrir diferentes factores en su diseminación anual”, enseña.
“En las estaciones frías del año, otoño e invierno, observamos una convivencia más estrecha entre la ciudadanía, incluso hacinamiento. En ese contexto, hablar, estornudar o tocar a otras personas condiciona una acentuada transmisibilidad”, advierte.
Esta situación humana y cultural rutinaria, sin mascarillas, es un caldo de cultivo para la propia dinámica biológica del virus de la influenza, al igual que sucede con otros muchos microorganismos contagiosos de la naturaleza.
¿El virus se puede contrarrestar con medicamentos?
“Sin duda. Con fármacos antigripales que funcionan para controlar diferentes síntomas de la gripe, como la hipertermia (fiebre), el cansancio, los dolores musculares y articulares o la tos”, indica.
“Y con antivirales, que ejercen una acción específica sobre tres zonas del virus: su genoma, su cápside y sus glicoproteínas de envoltura. Son antigripales de verdad, que inhiben la replicación de los viriones (partículas víricas)”, completa.
Pero el foco antigripal se sitúa, sin duda, en la prevención frente al virus con la vacunación anual.
La OMS recibe datos de alrededor de un millón y medio de cepas víricas de la gripe desde sus CDC con los que elabora la recomendación de la vacuna anual.
“La vacuna, que recomienda la OMS cada mes de febrero en su reunión de Ginebra para intentar controlar las infecciones y los efectos patológicos de los virus de la gripe, tiene una composición que llamamos trivalente”, resalta el Dr. Eiros Bouza.
“El compuesto antigripal, derivado de los datos de la vigilancia diaria de todos los CDC repartidos por los cinco continentes, integra la posibilidad de un antígeno de un virus A H1, A H3 y uno de los dos linajes del virus B”, acredita.
Un hándicap para la efectividad de la vacuna, puesto que se aplicará diez meses después frente a un virus con nuevas mutaciones.
Estos compuestos vacunales pueden contener tanto virus atenuados, que se administran de forma intranasal, como virus muertos o una fracción de los viriones.
“En las mejores circunstancias, su eficacia no excederá el 65 %, pero lo que realmente importa es que la vacunación anual previene las complicaciones de la enfermedad infecciosa, sobre todo en pacientes con patologías previas”, refuerza.
Las vacunas de la gripe reducen sustancialmente la posibilidad de desarrollar neumonías, de ser asistidos en una UCI y de morir.
“Creemos firmemente que la vacunación universal es la medida de salud pública más eficiente, segura, saludable y de fácil adopción: el acto médico de vacunarse es sencillo y, además, su coste económico se puede catalogar de barato”, concluye el Dr. José María Eiros Bouza.
¿Por qué son tan seguras las vacunas frente a la gripe?
“Porque hablamos de los medicamentos más estudiados, analizados y vigilados con la lupa científca de múltiples instituciones sanitarias, encabezados por la Organización Mundial de la Salud”, certifica el Dr. Iván Sanz Muñoz.
“Y subrayo que, cuando las empresas farmacéuticas elaboran este tipo de compuestos, lo primero que se evalúa es su seguridad, que no tengan efectos secundarios graves o que puedan ser un peligro para la salud de las personas vacunadas, más aún si son vulnerables”.
A partir de esa premisa, se busca la mayor efectividad e inmunogenicidad posibles.
“Debemos tener muy presente que las vacunas de la gripe llevan en el mercado sanitario más de 80 años, con lo que la progresión positiva de esta medida preventiva ha sido espectacular”, remarca.
“Y claro que tienen algún efecto secundario leve, como molestia en la zona de la inyección, febrícula durante 24 ó 48 horas o algún dolor muscular; síntomas totalmente inocuos en comparación con los que se pueden sufrir en un proceso gripal en el que no media la vacuna”, evidencia.
Doctor Sanz Muñoz, ¿puede haber algún tipo de secuela grave tras la vacunación de la gripe?
“A día de hoy los efectos graves detectados son ínfimos, y cabe decir que la vacuna de la gripe se inocula cada año a centenares de millones en todos los hemisferios. Entre tal número de personas siempre habrá algún caso de gravedad”, argumenta.
Tanto es así que se previenen y vigilan posibles reacciones anafilácticas en personas alérgicas al huevo cuando el compuesto de las vacunas procede de cultivos en huevo de gallina: “Antes de vacunar siempre preguntamos”.
El Dr. Iván Sanz Muñoz, virólogo, responde a las preguntas de la Agencia EFE.
A pesar de que la mayoría de la población confía en las vacunas, ¿cómo se resuelven las dudas de la gente cuando escuchan las palabras “atenuado, virus no muerto o un poco vivo”?
“Administramos dos tipos de vacunas con virus muertos o inactivados, que son extremadamente seguras”, reafirma.
“Después del cultivo vírico, aniquilamos el virus y se rompe en trocitos mediante diferentes técnicas. Sólo inoculamos la proteína que nos interesa, el antígeno frente al que dirigimos la respuesta inmunológica del paciente”, aclara.
También existen las vacunas con virus vivos atenuados, igualmente extremadamente seguras.
“Mediante bioingeniería modificamos los genes del virus para que no puedan, primero, provocar manifestaciones de la enfermedad y, segundo, que su actividad, su infección localizada, quede restringida a la zona nasofarínge del individuo, donde queremos generar la respuesta inmune”, detalla.
Este tipo de vacunas muy localizadas, con una buena respuesta de protección sistémica y a nivel de la mucosa, están destinadas a la población pediátrica entre los dos y los dieciocho años de edad.
“Las vacunas en general, y de la gripe en particular, generan una protección que va más allá del propio individuo: detiene la infección hacia otras personas. En mi opinión, son vacunas solidarias porque nos protegen a tod@s“, razona.
Pero que quede muy claro, las vacunas no impiden que el virus se transmita de una persona a otra, sino que se reduzcan exponencialmente las posibilidades de hospitalización y mortalidad.
Y concluye con una frase que podría subscribir la propia OMS: “Las vacunas están para usarse y tenemos que usarlas. Vacunarse es una ventana de oportunidad vital para la infancia, la juventud y la madurez, especialmente durante la vejez”.
Cuando eres un abuelo o una abuela, no sólo tus anticuerpos generados por el sistema inmune son más flojos, sino que al organismo gastado le cuesta mucho más enfrentarse a las mutaciones genéticas de los virus.
De ahí la importancia de la vacunación sistemática anual contra la gripe. Sin duda alguna.
Bruselas (Euractiv)- La Comisión Europea tiene previsto que el periodo de aprobación de las sustancias activas utilizadas como pesticidas sea ilimitado, salvo en casos concretos relacionados con las sustancias más peligrosas, según un borrador del ómnibus sobre seguridad alimentaria al que ha tenido acceso Euractiv.
El paquete de simplificación, conocido como ómnibus, introduce cambios específicos en la normativa de la UE sobre plaguicidas. En la actualidad, las sustancias activas se aprueban por un periodo limitado de 10 a 15 años, tras el cual deben renovarse.
Con la nueva propuesta, las renovaciones pasarían a ser indefinidas, salvo cuando la sustancia cumpla determinados criterios, como ser peligrosa – o estar clasificada como «candidata a la sustitución», lo que significa que pronto debería ser reemplazada por una alternativa más segura.
Otras excepciones se aplicarían cuando existan pruebas documentadas de que las sustancias activas son necesarias para controlar un peligro grave para la sanidad vegetal o la producción, y cuando no existan alternativas razonables. Según el proyecto, estas sustancias podrán aprobarse por un periodo máximo de cinco años.
Esta propuesta refleja el principio de «no prohibir sin alternativas», elogiado por la visión de la Comisión sobre el futuro de la alimentación y la agricultura. Se produce e un momento en que las investigaciones indican que los agricultores de la UE siguen teniendo dificultades para eliminar totalmente determinados productos prohibidos.
La propuesta de la Comisión garantizaría que los plaguicidas peligrosos prohibidos en la UE no puedan volver a entrar en el mercado europeo a través de productos importados. Para ello, prohibiría cualquier residuo detectable de los plaguicidas más peligrosos, que ya están vetados en la UE.
Para ello, la propuesta elimina el término «tolerancia en la importación» y confirma que las «buenas prácticas agrícolas» que fijan los límites de residuos deben aplicarse por igual a los productores de la UE y de terceros países.
Esa política parece satisfacer las demandas de reciprocidad de los agricultores en las normas de producción.
Impulso a los bioplaguicidas
Para reducir la dependencia de los agricultores de los pesticidas químicos, algo que ha solicitado el Parlamento Europeo, la propuesta también pretende acelerar el acceso al mercado de los bioplaguicidas.
El texto exige una definición clara de los biopesticidas, evaluaciones en un plazo de 12 meses y facultar a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para que actúe como ponente cuando los Estados miembros carezcan de los conocimientos necesarios.
El acceso de los agricultores se agilizaría mediante autorizaciones provisionales basadas en un proyecto de evaluación positiva, que posteriormente se convertirían en una aprobación plena a menos que cambien las condiciones, según reza el borrador de la propuesta.
La Comisión también sugiere reducir las cargas administrativas tratando a todos los países de la UE como una zona única, con reconocimiento mutuo automático de las decisiones aplazadas sobre productos de bajo riesgo o de biocontrol.
Además, el proyecto aclara que el requisito de tres años de mantenimiento de registros para los usuarios profesionales no se aplicaría a los productos que contengan exclusivamente sustancias de biocontrol.
Otros elementos nuevos son el uso de alimentos o piensos elaborados con microorganismos modificados genéticamente. Estos no deben clasificarse como «producidos a partir de organismos genéticamente modificados» mientras no queden células viables de ese origen en el producto final, reza el documento.
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(Editado por adm, cm/Euractiv.com y Luis de Zubiaurre/Euractiv.es)
Cada año fallecen ocho mil personas en España a consecuencia del cáncer de páncreas (el tercer tumor más letal en nuestro país), cuyo reto principal pasa por establecer una detección precoz de la enfermedad, puesto que en el 80 % de los casos se diagnostica cuando el tumor ya no puede operarse, único tratamiento curativo de esta patología.
Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Páncreas, que fue este jueves, el especialista en aparato digestivo del Hospital Quirónsalud Torrevieja y Quirónsalud Alicante, Enrique de Madaria, señala que la combinación de nuevos biomarcadores con algoritmos de inteligencia artificial, recogidos en algunos estudios experimentales, podrían aumentar la precisión en la detección de este tumor.
“La investigación se centra en nuevos biomarcadores como fragmentos de ADN tumoral circulante, proteínas específicas, metabolitos o incluso señales detectables en la saliva o en las heces”, enumera De Madaria, puesto que, marcadores tumorales como el CA 19-9 en sangre resultan de utilidad para seguir la evolución de la enfermedad pero no para su detección en fases iniciales.
En opinión del especialista, estos avances, todavía en fase experimental, podrían “abrir la puerta” a diagnosticar “antes de que sea demasiado tarde” el cáncer de páncreas, cuyos síntomas (dolor abdominal, pérdida de peso involuntaria, cansancio intenso sin causa) resultan difíciles de identificar al estar relacionados con dolencias digestivas.
“No existen pruebas de detección precoz eficaces para la población general como ocurre con el cáncer de mama o el de colon, solo se recomienda vigilar de forma periódica a personas con alto riesgo genético o antecedentes familiares”, advierte el experto.
Avances que detectan lesiones «cada vez más pequeñas»
Precisamente, uno de cada diez nuevos diagnósticos tiene un componente hereditario, un factor de riesgo que se suma a una lista en la que aparecen hábitos de vida poco saludables como el tabaquismo, el sedentarismo, el consumo desmedido de alcohol y de patologías como la pancreatitis crónica.
De Madaria destaca “avances importantes” en las técnicas de imagen, con resonancias magnéticas de alta resolución que permiten apreciar lesiones “cada vez más pequeñas y sospechosas” y cuyo análisis a partir del uso de inteligencia artificial está empezando a ayudar a los profesionales a “identificar cambios sutiles” en el páncreas antes de que aparezcan los síntomas.
También califica como “prometedores” los resultados tanto en el tratamiento clásico para este cáncer como en el desarrollo de terapias personalizadas basadas en las características genéticas del tumor.
“Uno de los avances más esperanzadores es el desarrollo de fármacos que actúan sobre el gen KRAS, mutado en más del 90 % de los cánceres de páncreas” y cuya eficacia en pacientes con este tipo de alteraciones “está siendo evaluada en ensayos clínicos internacionales”, dice el especialista del Hospital Quirónsalud Torrevieja y Quirónsalud Alicante, que colabora con EFE en la difusión de este contenido.
Otro importante avance hacia la medicina personalizada: la implantación progresiva de técnicas para el estudio molecular de muestras obtenidas a partir de biopsias puede evitar el 67 % de las cirugías de tiroides que actualmente se practican, a pesar de los riesgos que comportan.
Así lo afirman el doctor Juan Carlos Galofré y la doctora Sonsoles Guadalix, especialistas en endocrinología y nutrición, respectivamente, de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), uno de los primeros centros hospitalarios en España que han incorporado esta técnica.
Ambos conversaron con EFE Salud, presencialmente y por videoconferencia, en la sede de esta clínica en Madrid.
PREGUNTA: ¿En qué consiste exactamente este nuevo estudio molecular aplicado a los problemas de tiroides?
Dr. Juan Carlos Galofré: La novedad está en su aplicación práctica, más que en la técnica en sí. No es algo absolutamente nuevo en el mundo —en Estados Unidos se realiza desde hace años con otras plataformas—, pero hasta ahora su coste era prohibitivo, superior a los 6.000 dólares por análisis, lo que dificultaba su uso en Europa.
La diferencia es que esta nueva plataforma, desarrollada en Chile y extendida después a Europa, permite hacerlo a un precio mucho más asequible. Gracias a ello, se ha incorporado a la práctica clínica en España y en la Clínica Universidad de Navarra.
Su utilidad es clara: cuando realizamos una biopsia de un nódulo tiroideo, entre el 15 y el 30 % de los resultados son citologías indeterminadas, es decir, no podemos decir con certeza si el nódulo es benigno o maligno. Para estos casos se han desarrollado las plataformas moleculares, que analizan los genes de las células del nódulo y detectan mutaciones que ayudan a predecir si existe riesgo de malignidad.
Por ejemplo, el patólogo puede describir una muestra como una proliferación folicular, lo que puede corresponder tanto a un adenoma folicular (benigno) como a un carcinoma folicular (maligno). La diferencia está en si invade o no los vasos o la cápsula, algo que la citología no puede determinar. En cambio, el estudio molecular sí puede identificar alteraciones genéticas asociadas a esa invasión, y nos da un resultado binario: blanco o negro, riesgo alto o riesgo bajo.
Cuando el análisis indica bajo riesgo, es muy probable que el nódulo no sea maligno, dado que la prueba presenta un porcentaje de acierto extraordinariamente alto; cuando indica alto riesgo, la cirugía se justifica plenamente. Gracias a esta elevada precisión diagnóstica, se evita hasta el 67% de las operaciones tiroideas innecesarias, lo que supone un gran avance para los pacientes y para la práctica clínica.
PREGUNTA:Creo haber entendido que se necesitan dos punciones al paciente al que se le va a analizar la naturaleza de sus nódulos. ¿No basta con la punción para extraer tejidos, sino que es necesaria una segunda punción en el mismo acto, que es la que determina?
Dra. Sonsoles Guadalix: No exactamente. El procedimiento habitual comienza con una primera punción del nódulo tiroideo, cuyo análisis citológico puede arrojar tres posibles resultados: benigno, maligno o indeterminado. Cuando el diagnóstico es indeterminado, antes solíamos repetir la punción o incluso indicar cirugía para resolver la duda.
Con la nueva metodología, si la primera punción resulta indeterminada, esperamos unos 45 días —el tiempo necesario para evitar alteraciones celulares— y realizamos una segunda punción. De esta extracción se obtiene material para dos fines: una nueva citología convencional y una pequeña muestra conservada en un tubo especial (Eppendorf), destinada al análisis genético si fuera necesario.
La doctora Sonsoles Guadalix, de la Clínica Universidad de Navarra (CUN). EFE/Zipi Aragón
Si esa segunda citología ya permite reclasificar el nódulo como benigno o maligno, no es preciso realizar el estudio molecular. Pero si vuelve a ser indeterminada, entonces se activa la segunda fase: se analizan los genes de las células para determinar si el nódulo tiene un alto (HIGH) o bajo (LOW) riesgo de malignidad.
Cuando el resultado es HIGH, la probabilidad de cáncer supera el 70 %, y la cirugía está plenamente justificada. En cambio, si el resultado es LOW, la probabilidad de benignidad alcanza el 95 % o más, lo que permite evitar la cirugía y optar por un seguimiento clínico seguro.
PREGUNTA:Me parece muy interesante esa posibilidad de evitar hasta el 67 % de las cirugías. ¿Cuál es la consecuencia de que a un paciente se le extirpe toda o parte de la tiroides no siendo necesario?
Dr. Galofré: La pregunta es muy pertinente, porque hoy en día se operan más tiroides de los que realmente lo necesitan. Y toda cirugía, incluso en las mejores manos, conlleva riesgos.
Las complicaciones más frecuentes son las que afectan a las glándulas paratiroides, que regulan el metabolismo del calcio. Si se lesionan, el paciente puede desarrollar hipoparatiroidismo y necesitar suplementos de calcio de por vida. Aunque los casos graves son poco comunes, vivir con hipocalcemias recurrentes puede ser muy limitante.
Además, al extirpar la tiroides, el paciente debe reponer la hormona tiroidea mediante medicación. En general es sencillo, pero no siempre se logra imitar el equilibrio hormonal natural. También se pierde la calcitonina, otra hormona tiroidea cuya función exacta aún no se comprende del todo, pero que deja de producirse.
Entre las complicaciones quirúrgicas más temidas está la lesión del nervio recurrente, que puede alterar la voz de forma permanente o, en casos extremos, dejar al paciente sin capacidad para hablar sin una traqueotomía. A ello se suman los riesgos comunes de cualquier intervención: anestesia, hemorragias o infecciones.
Por eso, si una cirugía no es necesaria, no debe indicarse. Esta nueva herramienta molecular nos ayuda precisamente a avanzar hacia una medicina personalizada, que ofrece a cada paciente el tratamiento que necesita: ni más ni menos.
«Una necesidad pendiente en Europa»
PREGUNTA:Este estudio celular, ¿se está aplicando en otros centros en España? ¿Hay diferencias entre los criterios que se siguen al respecto en la sanidad pública y la privada?
Dr. Galofré: Todavía no se aplica de forma generalizada, aunque empieza a implantarse en distintos hospitales. Era una necesidad pendiente en Europa. Ahora contamos con una plataforma mucho más económica, con una sensibilidad y especificidad equivalentes a las americanas, y eso cambia el panorama.
El beneficio es doble: mejor para el paciente, porque evita cirugías innecesarias, y mejor para el sistema sanitario, tanto público como privado, porque reduce costes y complicaciones. Es un claro caso de win-win: ganamos todos.
Dra. Guadalix: Estas plataformas moleculares no se limitan al tiroides; se aplican también en el estudio de muchos otros tumores. En el caso del tiroides, las guías americanas de 2015 empezaban a mencionarlas, pero eran inviables en la práctica: había que enviar las muestras a Estados Unidos, con costes y dificultades logísticas altísimos.
Las guías europeas de 2023 reforzaron su recomendación, y finalmente, en septiembre de 2024, la Sociedad Española de Endocrinología se pronunció a favor de su uso, en concreto del ThyroidPrint, la firma molecular que empleamos. La plataforma donde se analiza, Idylla, permite además estudiar otros tipos de tumores, de modo que su incorporación a la práctica clínica está siendo rápida.
Intervención en un quirófano del Hospital Universitario de Álava. EFE/David Aguilar
Hemos sido pioneros en su implementación y, aunque los estudios de coste-eficacia aún son preliminares, todo apunta a que evitar un 67 % de cirugías innecesarias podría traducirse en un importante ahorro económico y humano. Es cierto que el seguimiento de los pacientes no operados también implica un coste, pero los datos disponibles sugieren que sería claramente inferior al de una cirugía y sus posibles secuelas.
Para los que trabajamos en patología nodular tiroidea —que puede afectar hasta más de un 60 % de la población en edades avanzadas— esta técnica ha supuesto un antes y un después. Ya no nos basta con la palpación, la ecografía o la citología: el estudio molecular nos da una certeza que antes no teníamos.
La alegría del paciente cuando le comunicas que su resultado es de bajo riesgo (LOW), con menos de un 5 % de probabilidad de malignidad, es enorme. Incluso en los casos en que hay que operar por el tamaño del nódulo, si el estudio muestra bajo riesgo, podemos preservar medio tiroides. Todo esto reduce la ansiedad, las secuelas y el coste global del tratamiento. Es, sinceramente, una etapa que nos ha traído mucha luz.
Dr. Galofré: Y, además, hay algo muy humano. Cuando le dices al paciente que el resultado es benigno, se relaja. Pero también cuando confirmas que hay malignidad, aunque sea leve, el paciente siente alivio, porque la incertidumbre es lo peor. No saber si lo que tienes es bueno o malo genera angustia. Este estudio nos permite resolver esa duda y orientar con seguridad el siguiente paso.
P:Y en el caso de pacientes que tienen más de un nódulo, ¿se puede dar el caso de que unos sean benignos y otros malignos?
Dr. Galofré: Sí, eso sucede con cierta frecuencia. De hecho, muchos pacientes con tiroides multinodular presentan nódulos de distinta naturaleza. En esos casos, lo importante es determinar cuál o cuáles debemos biopsiar, y para eso la ecografía es nuestra guía principal.
A la ecografía le pedimos dos cosas: que nos diga el tamaño del nódulo y su aspecto. Con esos dos parámetros tenemos criterios muy sólidos para decidir cuándo realizar una punción. En general, biopsiamos todos los nódulos mayores de dos centímetros, y los más pequeños solo si muestran características sospechosas.
Cuando son muy pequeños, de menos de un centímetro, muchas veces preferimos no biopsiarlos. Si algún día crecieran o cambiaran de aspecto, entonces actuaríamos. Hoy sabemos que hasta un 20% de las personas que fallecen por causas naturales presentan pequeños cánceres tiroideos —de menos de un centímetro— que nunca dieron síntomas ni causaron daño alguno. Por eso hablamos de vigilancia activa: seguir de cerca esos casos sin someter al paciente a tratamientos innecesarios.
Este razonamiento va más allá del estudio molecular: tiene que ver con una filosofía médica que busca no sobretratar enfermedades indolentes. En el caso de un bocio multinodular, lo que hacemos es elegir con criterio qué nódulo biopsiar: el de peor aspecto o el de mayor tamaño, pero no todos. Así reducimos intervenciones innecesarias y centramos la atención donde realmente importa.
P: Estas plataformas de estudios moleculares ¿qué comportan para los recursos del hospital? Empezar a aplicarla ¿obliga a comprar nuevas máquinas, formar a expertos en algo nuevo, adquirir una licencia?
Dra. Guadalix: En realidad, es una de las implantaciones más sencillas que existen. El sistema se basa en un dispositivo llamado Idylla Platform, que realiza la lectura molecular del material genético. Si el hospital ya dispone de esta máquina —porque se utiliza también para el estudio de otros tumores—, no hay que hacer ninguna inversión adicional.
El proceso es muy simple: el material obtenido de la punción del nódulo tiroideo se deposita en un pequeño tubo de Eppendorf con un líquido que preserva el material genético. Ese tubo se introduce en la Idylla Platform, que analiza los genes y en apenas tres horas ofrece el resultado.
No es necesario formar a nuevos profesionales. El radiólogo o endocrinólogo que realiza la punción es el mismo de siempre; solo debe saber que, además de extender una parte de la muestra en un portaobjetos para el análisis citológico tradicional, se guarda una pequeña fracción en el tubo por si fuera necesario realizar después el estudio molecular.
Dos mujeres trabajan en un laboratorio. EFE/ Román G. Aguilera
El análisis solo se activa si la citología resulta indeterminada y en nódulos que no presentan un aspecto ecográfico de alta sospecha. Por ejemplo, lo empleamos especialmente en aquellos clasificados como TI-RADS 3 o 4, es decir, de sospecha intermedia, y con un tamaño entre 1 y 4 centímetros. Esta es, precisamente, la estrategia recomendada actualmente por las principales sociedades internacionales y por la Sociedad Española de Endocrinología, que aconsejan recurrir al estudio genético en este tipo de casos. Si el nódulo es muy sospechoso, solemos optar directamente por la cirugía.
Esta herramienta refleja una tendencia creciente en la endocrinología actual: ser menos intervencionistas y reservar la cirugía sólo para los casos realmente necesarios. De ese modo, mejoramos la precisión diagnóstica y reducimos tanto los costes como las secuelas innecesarias para el paciente.
España, «cada vez mejor» en Endocrinología
P:En términos generales, ¿en qué posición está nuestro país en cuanto a la investigación en endocrinología? ¿Estamos por detrás de la media? Nuestros endocrinos ¿son reputados y reconocidos fuera? ¿Qué valoración hacen ustedes?
Dr. Galofré: Creo que España está cada vez mejor posicionada en el ámbito de la Endocrinología. Hablo sobre todo desde mi experiencia en el mundo del tiroides y de la paratiroides, y puedo decir que los especialistas españoles cuentan cada vez más en los foros internacionales.
Es cierto que hay países con una tradición investigadora más larga —Italia, los Países Bajos o el Reino Unido, que además tienen la ventaja del idioma—, pero hoy en Europa ya existen centros españoles de reconocido prestigio, y cada vez más endocrinólogos reciben premios o participan en congresos internacionales de referencia.
También hay una mayor permeabilidad en la investigación europea: cada vez es más habitual ver nombres españoles en estudios multicéntricos sobre diabetes, tiroides, hipófisis u obesidad, que es un campo muy activo.
No estamos aún en la vanguardia, pero no estamos lejos, y cada año se publican más trabajos firmados por endocrinólogos españoles en revistas internacionales. En definitiva, avanzamos con paso firme.
Dra. Guadalix: Coincido plenamente. Y añadiría que, si algo caracteriza a los médicos investigadores españoles, es el mérito añadido de hacerlo en condiciones mucho más difíciles que en otros países.
En España, los clínicos soportan una enorme carga asistencial, tanto en la sanidad pública como en la privada, y aun así siguen investigando. Cuando visitas hospitales de referencia en Estados Unidos o Europa, te das cuenta de las diferencias: allí los médicos cuentan con equipos estadísticos, enfermeras dedicadas a la recogida de datos, apoyo institucional y hasta servicios internos de traducción y revisión científica.
Dr. Galofré: Exactamente. Cuando estuve en el MD Anderson de Houston, tenían un servicio de traducción especializado: tú escribías un artículo en inglés y ellos lo adaptaban al estilo y las exigencias de cada revista. Eso acelera y facilita todo el proceso. Aquí, en cambio, todo es más manual, más lento, con menos apoyo. Por eso creo, sinceramente, que lo que se hace en España tiene un mérito extraordinario.