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Las dificultades para hallar el sumergible y rescatar a tiempo a los pasajeros que iban a visitar al Titanic

Los dos escenarios probables, que esté en el fondo marino o esté flotando, presentan enormes desafíos en una carrera contrarreloj por sacar a los cinco tripulantes antes de que se acabe el oxígeno

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titan ocean gate

Encontrar el sumergible que desapareció mientras llevaba turistas a los restos del Titanic será un reto complicado, según explicó un experto en ingeniería marina este martes, el tercer día desde la desaparición de la nave.

Con todas las comunicaciones perdidas, los rescatadores no saben si el sumergible está flotando justo debajo de la superficie del agua o sumergido en el fondo del océano, dijo a Reuters Alistair Greig, profesor de ingeniería marina.

Si la tripulación se encuentra en el fondo del mar, es posible que haya que enviar un buque robot para sacar toda la embarcación a la superficie, explicó Greig, quien añadió que existen muy pocos robots de este tipo.

“No vas a ser capaz de transferirlos a otro buque en profundidad. Tendrás que subir todo el sumergible y luego sacarlos, conseguir que algún tipo de nave robot baje hasta allí para fijarles algo que ayude a subirlos y luego extraerlos. Todo eso va a llevar mucho tiempo”, explicó el profesor de ingeniería marina en el University College London. Según las especificaciones de la empresa, el sumergible tiene 96 horas de oxígeno para cinco personas, un plazo que llegaría a su fin el jueves.

El sumergible Titan de OceanGate Expeditions (via AP)El sumergible Titan de OceanGate Expeditions (via AP)

Si está en el fondo, mucho más difícil de localizar. No sé cómo es la topología, si es lisa o, también, podría estar en bultos o huecos. Y también están todos los otros restos del Titanic que enviarán señales. Así que no será tanto un caso de buscarlo si está en el fondo, será un caso de escucharlo. Así que tienen boyas de sonar ahí abajo, y esperan que la tripulación sea capaz de crear algún sonido y puedan escucharlo”, detalló.

(infografía: Marcelo Regalado)(infografía: Marcelo Regalado)

“Si ha caído al lecho marino y no puede volver a subir por sus propios medios, las opciones son muy limitadas”, dijo Greig. “Aunque el sumergible aún podría estar intacto, si está más allá de la plataforma continental, hay muy pocas embarcaciones que puedan llegar tan al fondo, y desde luego buzos no”. Incluso si pudieran llegar tan al fondo, el experto dudaba de que pudieran acoplarse a la escotilla del sumergible de OceanGate.

Otra posibilidad es una fuga en el casco, una perspectiva peor, señaló.

El otro escenario es que el sumergible haya flotado a la superficie, con un mecanismo de emergencia.

“Pero, por supuesto, sin comunicaciones, entonces es difícil localizar dónde están. (…) La mayor parte estará justo debajo de la superficie, con sólo la pequeña cantidad por encima de ella”, añadió.

La vista desde el fondo marino (imagen: CBS)La vista desde el fondo marino (imagen: CBS)

Encontrar un objeto del tamaño de una camioneta, parcialmente sumergido, en una zona con intenso oleaje, es un desafío arduo para las autoridades.

“La tripulación dentro del sumergible no puede salir. Requieren a alguien para aflojar los tornillos desde el exterior para que no puedan salir. Esta cosa es del tamaño de una furgoneta de tránsito grande, unos siete metros de largo, blanco. Así que va a ser bastante difícil de detectar desde el aire”, añadió Greig.

infobae

El rompehielos Polar Prince, que transportó a la tripulación y la nave hasta el punto de sumersión, estuvo haciendo búsquedas de superficie durante la noche, y una aeronave de vigilancia Boeing P-8 Poseidon reanudaría las operaciones de búsqueda por la mañana, según indicaron los guardacostas estadounidenses en Twitter. También dos aeronaves Lockheed C-130 Hercules habían sobrevolado la zona.

El ejército canadiense dejó caer boyas con sonar para escuchar posibles sonidos del Titan.

“Es una zona remota, y es un desafío llevar a cabo una búsqueda en esa zona remota”, comentó el contralmirante John Mauger, comandante de la Guardia Costera de Estados Unidos, que también buscaba al Titan.

En declaraciones el martes al programa “Today” de NBC, Mauger dijo que su equipo priorizaba la búsqueda bajo el agua y el traslado de equipamiento que pudiera resultar de ayuda para la búsqueda.

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La desconexión de un legado: el adiós de «Conectados» de TVN Internacional

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jorge hevia

Por más de una década, el programa «Conectados» de TVN Internacional logró
establecer un puente único entre Chile y el mundo. Este espacio no solo ofrecía
información y entretenimiento, sino que se transformó en un punto de
encuentro para chilenos y latinos que buscaban sentirse cerca de sus raíces.
Sin embargo, tras 15 años de emisión, el emblemático programa llega a su fin,
dejando a miles de televidentes con un vacío emocional y cultural significativo.

La decisión de TVN de finalizar «Conectados» no puede ser vista simplemente
como el término de un programa más. Este cierre refleja la compleja crisis que
enfrenta el canal estatal, tanto en términos financieros como en su misión de
servicio público. Para una señal internacional, cortar un programa que actúa
como nexo entre los compatriotas en el extranjero y su tierra natal es un golpe
al corazón de su audiencia y su propósito.

Es inevitable preguntarse por qué un programa con tal relevancia, que llega a
22 países y conecta con 13 millones de hogares, no fue priorizado. Mientras los
responsables del canal anuncian posibles proyectos de reemplazo, el vacío que
deja «Conectados» no será fácil de llenar.

Más allá de las cifras de rating o los problemas de presupuesto, «Conectados»
representaba un acto simbólico de unión para quienes viven fuera de Chile. Era
una ventana a la cultura, las tradiciones y las historias que muchos anhelan
desde lejos. Su cierre no solo apaga una pantalla, sino también una voz que
resonaba con la diáspora latina.

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El desafío ahora recae en TVN. Si bien los tiempos cambian y las audiencias
evolucionan, las raíces culturales y la conexión con la comunidad no pueden
ser desechadas como un mero costo operativo. Reemplazar un espacio con
tanta identidad por uno más genérico sería un error que agravaría la
desconexión que el canal parece estar fomentando con su público.

«Conectados» deja un legado que merece ser reconocido y preservado. Si el
canal estatal busca realmente revitalizarse, debe priorizar proyectos que no
solo entretengan, sino que fortalezcan los lazos que unen a los chilenos dentro
y fuera del país. La nostalgia que deja su partida no será suficiente para llenar

el vacío que ahora queda. ¿Será TVN capaz de entender el valor intangible de
lo que acaba de perder? Solo el tiempo lo dirá.

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Los mejores memes de la caída de Chat GPT el 11 de diciembre de 2024

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chatgpt meme

La caída de Chat GPT el 11 de diciembre de 2024 ha sido un tema de conversación en todo el mundo, bueno casi todo el mundo (del mundo nerd como nosotros). La gente ha estado compartiendo memes y chistes sobre la situación en las redes sociales.

Estos son solo algunos de los muchos memes que se han creado sobre la caída de Chat GPT. La gente ha encontrado formas divertidas de lidiar con la situación y compartir un poco de humor.

¿Qué significa la caída de Chat GPT para el futuro de la IA?

La caída de Chat GPT ha planteado preguntas sobre el futuro de la IA. ¿Es esta una señal de que la IA aún no está lista para el uso generalizado? ¿O es simplemente un contratiempo temporal?

Solo el tiempo lo dirá. Pero por ahora, la gente está disfrutando de los memes y riéndose de la situación.

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El Club de Bocha de Laboulaye: Entre la tradición y la incertidumbre

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Club de Bochas en Laboulaye

Laboulaye es una pequeña y apacible ciudad ubicada a 450 kilómetros de Buenos Aires y a unos 300 kilómetros al sur de Córdoba, en el corazón de la provincia mediterránea argentina. Con una población de aproximadamente 20 mil habitantes, este lugar se caracteriza por su calma, su aire rural y su legado cultural que se respira en cada rincón. Aunque es una ciudad conocida por su tranquilidad y su hermoso entorno natural, Laboulaye es también un escenario de una tradición deportiva que ha marcado a la comunidad por generaciones: la bocha.

Iglesia en Laboulaye
Parroquia Jesús Redentor Laboulaye

Este deporte, poco conocido fuera de las fronteras argentinas, ha sido un pilar importante en la vida de muchos laboulayenses desde hace más de medio siglo. La bocha, traída por inmigrantes italianos que se establecieron en la región, ha sido parte de las raíces sociales de Laboulaye, uniendo a personas de todas las edades y trasfondos a través de la competencia amistosa y el disfrute compartido. Sin embargo, como muchos otros deportes en ciudades y pueblos pequeños, la bocha enfrenta hoy grandes desafíos, algunos de los cuales amenazan su misma existencia.

Mi llegada a Laboulaye

Mi historia con Laboulaye comenzó hace poco tiempo, durante un viaje en el que tuve la oportunidad de conocer este encantador lugar. Como me gusta conversar con las personas que voy conociendo y aprender de sus historias, tuve el gusto de hablar con Roberto Ferrando, propietario de una automotora local. En medio de nuestra charla sobre los atractivos de la ciudad, Roberto me mencionó un deporte que es muy representativo de la región: la bocha. Como extranjero, no tenía idea de qué se trataba, así que le pedí que me explicara más sobre este juego.

Laboulaye Bochas Club
Laboulaye Bochas Club

A pesar de las detalladas explicaciones de Roberto Ferrando, no comprendí verdaderamente la esencia y la importancia del deporte de la bocha hasta que crucé las puertas del Club de Bocha de Laboulaye. Fue allí, frente a la calidez de sus miembros y el eco de las bochas rodando y chocando, donde experimenté en carne propia la pasión de este juego.

Mi primera partida fue, por decirlo suavemente, desastrosa. Pensando erróneamente que se trataba de una suerte de bolos, lancé la bocha con más fuerza que técnica, provocando algunas risas. Pronto entendí que la clave de este deporte no está en la potencia, sino en la precisión, la estrategia y una delicadeza casi artística para realizar un tiro decente.

A pesar de mi torpeza inicial, los miembros del club no solo se tomaron el tiempo de explicarme las reglas, sino que me hicieron sentir parte de una tradición profundamente arraigada en las tradiciones. Más que un juego, la bocha en Laboulaye es un símbolo de encuentro, amistad y pertenencia.

Miembros del Club de Bocha de Laboulaye
Miembros del Laboulaye Bochas Club. De izquierda a derecha, Roberto Ferrando, Ramón Soza, Fernando Perez, Hector Danieli y Alberto Aimaretti.

Allí, tuve la oportunidad de conversar con varios de los miembros del club, quienes compartieron sus historias y su amor por la bocha. En sus relatos, me hablaron con nostalgia sobre los buenos tiempos que vivió el club en décadas pasadas, y también sobre los problemas actuales que enfrentan para mantenerse a flote. La falta de renovación generacional, la disminución de socios y la escasez de apoyo por parte de las autoridades locales están poniendo en serio peligro la continuidad de este tradicional deporte.

Orígenes de la bocha en Laboulaye

La bocha llegó a Argentina con los inmigrantes italianos, quienes trajeron consigo no solo su cultura, sino también sus tradiciones deportivas. Desde su introducción, la bocha ha sido un deporte que unió a las familias en actividades recreativas y en competencias amistosas, y en Laboulaye no fue la excepción. Durante años, el Club de Bocha de la ciudad fue un centro vibrante de socialización y esparcimiento, donde se forjaron amistades duraderas y se vivieron momentos de intensa emoción en cada campeonato.

Aunque no existen registros exactos sobre los primeros momentos de la bocha en Laboulaye, se sabe que el deporte comenzó a ganar popularidad en la ciudad a lo largo de las décadas. El Club de Bochas de Laboulaye, fundado el 18 de marzo de 1961, ha sido testigo de su evolución. Héctor Juan Rovera, es uno de los miembros fundadores del club, quien actualmente tiene más de 90 años y sigue siendo una figura emblemática de la historia del deporte en la ciudad.

Hector Juan Rovera
Héctor Juan Rovera, socio fundador del Club en 1961.

Los primeros años del club estuvieron marcados por la construcción de un espacio donde se pudieran organizar torneos, encuentros sociales y actividades comunitarias. En sus inicios, las canchas de bocha eran de tierra y a cielo abierto, ubicadas en el mismo lugar donde se fundó el club. Con el tiempo, y con el esfuerzo y dedicación de sus propios miembros, se fue creando un recinto más moderno: se construyeron canchas con el piso adecuado para la práctica del deporte, se instaló un sistema de iluminación de calidad, y se construyó un galpón cerrado con aire acondicionado para brindar comodidad a los jugadores y asistentes. Estas mejoras transformaron al Club de Bocha de Laboulaye en un lugar no solo para la competencia, sino también para la socialización y el encuentro de la comunidad. Las canchas se convirtieron en un punto de reunión, donde los habitantes de Laboulaye no solo demostraban su destreza, sino que disfrutaban de la sana competencia y el espíritu deportivo. A lo largo de los años, el club creció en popularidad, y más familias se unieron a la práctica del deporte, que rápidamente se consolidó como un emblema local.

Cómo ha cambiado la práctica de la bocha en Laboulaye a lo largo de los años

“Cuando empezamos, éramos muchos. Había alrededor de 60 jugadores activos, y el club estaba lleno de personas que venían a ver los campeonatos de bocha. Hoy, casi 60 años después, no alcanzamos a ser 30 socios”, relata Juan Carlos Pietro Paolo, presidente del club, con una mezcla de tristeza y resignación. Pietro Paolo, que comenzó a jugar bocha a los 22 años y hoy tiene 75, ha sido testigo de la creciente disminución de la participación, especialmente entre los jóvenes, lo que ha llevado a que el deporte pueda desaparecer en Laboulaye con el paso de los años.

Juan Carlos Pietro Paolo
Juan Carlos Pietro Paolo, actual director del Club.

“Los tiempos han cambiado, y la juventud ya no tiene el mismo interés que antes por la bocha. Hay más distracciones, más opciones de entretenimiento, como los teléfonos celulares y la tecnología. El deporte ha perdido ese toque de comunidad, esa esencia que tenía hace décadas”, explica.

Desafíos económicos y falta de apoyo

Hoy, el Club de Bocha de Laboulaye enfrenta serias dificultades económicas. Con solo 30 socios que aportan mil pesos mensuales, los ingresos del club no son suficientes para cubrir los gastos básicos, como la electricidad, el mantenimiento de las canchas y otros costos operativos. Además, la infraestructura del club, que alguna vez fue una de las mejores de la región, comienza a deteriorarse, y no hay fondos suficientes para realizar las reparaciones necesarias.

“Con 30 socios, a mil pesos por mes, no alcanzamos para nada. La electricidad, el mantenimiento de las canchas… todo eso lo cubrimos con lo que podemos, pero no es suficiente”, lamenta Pietro Paolo.

A pesar de los esfuerzos de los miembros del club por organizar rifas y eventos para recaudar fondos, los resultados son limitados. “A veces juntamos algo con las rifas, pero no es suficiente. Con lo que recaudamos, no alcanzamos para pagar los gastos de un solo mes”, señala Pietro Paolo.

Además de los problemas económicos, el club también enfrenta la falta de apoyo por parte de las autoridades municipales y provinciales. “Hemos intentado dialogar con la municipalidad en varias ocasiones, pero aún no hemos recibido el respaldo que necesitamos. Es fundamental preservar nuestras tradiciones deportivas, y estamos buscando apoyo para continuar con esta labor. En otras localidades, como Carlota o Monte Buey, se ha brindado asistencia para mantener vivos los deportes tradicionales, y sería de gran ayuda contar con un apoyo similar aquí en Laboulaye. Tal vez no hemos conversado con las personas correctas, pero confiamos en que se pueda generar una respuesta positiva”, expresa el presidente, resaltando la importancia de la colaboración para que la bocha siga siendo un emblema local.

La falta de interés juvenil y el futuro del club

Uno de los problemas más grandes que enfrenta el club es la falta de interés de la juventud en el deporte. Aunque algunos jóvenes siguen practicando la bocha, la mayoría prefiere actividades más modernas, como el uso de redes sociales y videojuegos. En comparación con otras localidades de la región, donde la bocha sigue siendo muy popular, Laboulaye parece estar perdiendo la conexión entre generaciones.

“En ciudades vecinas, como Carlota, el deporte sigue siendo muy popular, especialmente entre las mujeres. Allí tienen más de 20 jugadoras, mientras que en Laboulaye son pocas las mujeres que participan en el club”, menciona Pietro Paolo.

La falta de renovación generacional es una preocupación constante para el club. Sin nuevos jugadores jóvenes que se involucren, el club corre el riesgo de perder su relevancia y, eventualmente, desaparecer.

“Hace años, el club estaba lleno de jóvenes, y no solo en las competencias, sino en las reuniones sociales. Hoy, la mayoría de los que siguen practicando son mayores, y pocos jóvenes se interesan. Es un desafío muy grande”, reflexiona Pietro Paolo.

El llamado urgente a la acción

El Club de Bocha de Laboulaye es un ejemplo de la lucha que enfrentan muchas instituciones deportivas tradicionales en pequeñas ciudades de Argentina. Las prioridades y los intereses de las nuevas generaciones son muy distintos a los de sus predecesores, y esto se refleja en la menor participación en deportes como la bocha. Sin embargo, la diferencia entre Laboulaye y otras localidades, como Carlota o Monte Buey, radica en la inversión de los gobernantes para incentivar este tradicional deporte. En estos lugares, se han implementado políticas y apoyos para fomentar la práctica de la bocha, lo que ha logrado atraer a más jóvenes y mujeres a los clubes. ¿Será acaso que la falta de inversión y promoción en Laboulaye está afectando la participación? La respuesta podría estar en el compromiso institucional y el apoyo a las tradiciones locales, que son clave para garantizar que estos deportes sigan vivos.

La situación del Club de Bocha de Laboulaye es un llamado a la reflexión no solo para las autoridades locales y provinciales, sino también para todos aquellos que valoran las tradiciones y el legado cultural de las pequeñas comunidades. La bocha, con su historia, su camaradería y su espíritu de comunidad, es mucho más que un deporte. Es una parte fundamental de lo que hace única a Laboulaye. Pero para que siga siendo así, es necesario un esfuerzo conjunto, una renovación del interés y un compromiso real por parte de todos los involucrados. Solo así se podrá asegurar que la bocha siga siendo parte del patrimonio cultural de la ciudad por muchos años más.

Deseamos en una próxima nota, tener un final feliz.

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