“Es clave que lo entendamos así puesto que siempre que diagnostiquemos un tumor debemos ser capaces de escribir sus apellidos… Sin esos apellidos seríamos incapaces de ofrecer un tratamiento personalizado y de precisión a cada paciente”, recalca el oncólogo médico.
“Por tanto, el cáncer se conforma como un conjunto de retos de tal envergadura que no nos queda más remedio que aprender a diagnosticarlo y tratarlo mejor de lo que lo hacemos actualmente”, establece
Principios y valores médico científicos como éste son algunos de los méritos por los que Luis Paz-Ares ha recibido el XXIV Premio Nóvoa Santos que concede la Asociación de Médic@s Galleg@s (Asomega).
“Paz-Ares es un médico que representa muy bien la síntesis entre talento y esfuerzo, rigor y pasión, vocación y compromiso”, destacó el presidente de Asomega, el Dr. Julio Ancochea Bermúdez, también jefe de servicio, pero de Neumología en el Hospital Universitario de La Princesa de Madrid.
“Y no sólo es un ejemplo en investigación, también sobresalen su coherencia, su sentido común o su amor a la medicina… Y, por encima de todo, su pasión clínica y humana hacia las personas enfermas de cáncer”, dijo el Dr. Ancochea en declaraciones a EFEsalud minutos antes de que el premiado recogiera su garlardón.
En un acto institucional que se desarrolló en el salón artesonado del Pazo de Fonseca de Santiago de Compostela el pasado viernes 20 de junio, que reunió a diferentes autoridades políticas, sanitarias y académicas de Galicia, se ensalzó al unísono su rigor científico, su compromiso humanista y su vocación universal.
Sus sólidas bases médico científicas no excluyen que a su vez haya participado en más de 300 ensayos clínicos, en 60 proyectos de investigación financiados por agencias oficiales o que haya publicado sistemáticamente en las revistas más importantes de la biomedicina, como New England Journal Medicine, Lancet o Nature Medicine.
“Es un auténtico líder -subraya el Dr. Ancochea-, que sabe conjugar esa vanguardia científica con la cercanía, con la pasión, con la apuesta por las nuevas generaciones. Luis, realmente, es un ejemplo de la medicina gallega y española, con una proyección internacional de la que todos tenemos que sentirnos orgullosos”.
Al finalizar el acto, repleto de discursos, todavía con los focos encendidos y algunos abanicos revoloteando entre los y las invitadas, el oncólogo médico de gala no pudo reprimir su alegría, ni quiso, por haber recibido una medalla de peso recetada por sus colegas de profesión.
“Como médico gallego estoy realmente muy contento tras recibir el Premio Nóvoa Santos. Colma mi orgullo y quiero agradecérselo, sin duda alguna, a todas las personas que han hecho posible este reconocimiento, mis compañer@s de trabajo, sin los cuales no hubiera sido posible”, señaló el Dr. Luis Paz-Ares a EFEsalud.
El oncólogo médico Luis Paz-Ares es un ferviente devoto de la lucha contra todo tipo de tumores malignos, que llamamos cáncer.
“De hecho, el cáncer ya no existe, sino que existen muchos cánceres, más de un millar enfermedades. Es clave entenderlo así porque siempre que diagnosticamos un tumor debemos ser capaces de escribir sus apellidos”, razona.
“Sin esos apellidos seremos incapaces de ofrecer un tratamiento oportuno, personalizado y de precisión a cada paciente y sus familias”, recalca el médico nacido en la pontevedresa Vilagarcía de Arousa.
“Por tanto, el cáncer se conforma como un conjunto de retos de tal envergadura que no nos queda más remedio que aprender a diagnosticarlo y tratarlo mejor de lo que lo hacemos actualmente”, establece.
En su discurso de aceptación del Premio Nóvoa Santos, que se ha centrado en el futuro de los cuidados oncológicos, aseguró que su labor, sin desemerecer ninguna otra, se asemeja a la de un director de orquesta que mueve la batuta, pero en el ámbito hospitalario.
“Sin este equipo multidisciplinar, complejo, resulta imposible tratar las alteraciones moleculares de un tumor, y para ello necesitamos capacidades y habilidades que trascienden al oncólogo clásico. Una red sincronizada consigue mejores resultados”, defendió papel en mano.
La propuesta “Mission on cancer” de la UE para 2030 es que el 90 % de los enfermos sean tratados en centros integrales de cáncer.
“Los centros especializados tienen que disponer de equipos multidisciplinares más capacitados, el expertise, con formación e investigación continuas, con la infraestructura suficiente para que tod@s l@s pacientes obtengan los mejores resultados”, resalta.
Y nos recordó a los presentes y a los ausentes su preocupación por la equidad en el acceso a los tratamientos más avanzados.
Si hablamos de cáncer por fumar, los datos apuntan que el hábito tabáquico es el responsable de hasta un 90 % de los tumores que tienen origen en el humo cancerígeno.
“Si fuésemos inteligentes y elimináramos el tabaquismo quizá acabaríamos de golpe con alrededor del 35 % de todo tipo de cánceres y, por ende, de hasta un 90 % de los tumores que se desarrrollan a nivel pulmonar”, expuso.
Y cuando le preguntamos por este tipo de pacientes no tuvo duda en la respuesta.
“Con independencia de cuál sea el origen de su tumor, lo importante es que el paciente entienda la enfermedad, cuál es su pronóstico y los efectos secundarios a los distintos tratamientos… Nunca toca responsabilizarlos de su enfermedad”, asevera.
“No hace falta haber fumado para entender que las personas que fuman o han fumado son o han sido adictos al vicio de fumar y no viciosos. La clave es que dejen de fumar acompañándoles en todo el proceso y poniendo los medios necesarios para logren ese objetivo”, opina desde la experiencia de la consulta.
Doctor, usted significa esperanza para los pacientes, ¿pero qué significan los pacientes para usted?
“L@s pacientes son esenciales para todos los médicos, nuestra llave para dedicarnos a la medicina. Tanto es así que le garantizo que usted mismo dejaría el periodismo si tuviera la oportunidad de tratar a las personas con cáncer. Se consagraría a ellos en cuerpo y alma”, respondió el Dr. Paz-Ares.
Por último, antes de recibir los abrazos y los besos más cercanos mientras los técnicos recogían el material empleado en la retransmisión televisiva, el médico oncólogo nos dejó una de esas frases que resuenan a reiteración de las lecciones aprendidas.
“La inversión en investigación trae consigo más oportunidades para nuestr@s pacientes. El presente y el futuro en la lucha contra el cáncer sólo pueden pasar por el diagnóstico precoz, por el screening de la población fumadora, por la prevención de las causas y por aumentar los tratamientos oncológicos personalizados”.
Gracias a médicos oncólogos como el Dr. Luiz Paz-Ares Rodríguez la supervivencia de l@s pacientes a los cinco años del diagnóstico de la mayoría de los cánceres se sitúa en el 60 % de los casos en España.
Reencuentro con la Dra. María Luz Couce Pico, ganadora del XXIII Premio Nóvoa Santos de Medicina en 2024.
Antes de asistir al acto de entrega del Premio Nóvoa Santos de este año, EFEsalud entrevistó a la jefa del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela bajo los arcos del claustro plateresco del Palacio de Fonseca de la capital gallega.
Rodeados de hortensias violáceas, la Dra. Luz Couce, también pediatra, investigadora, directora del idis, mujer y madre, todo a tiempo completo y a la vez, no ocultó sus “recuerdos inmejorables” de la entrega de su galardón en 2024.
“Es un honor y un orgullo recibir el Premio Nóvoa Santos de Medicina concedido por nuestr@s compañer@s de la Asociación de Médicos y Médicas Galleg@s (Asomega); galardón que entregó, en mi caso, el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda”, dice con ojos cantarines.
“Aunque siga con mis quehaceres diarios a nivel asistencial, científico y familiar, y haya recibido algún reconocimiento más desde entonces, tengo que decir que ningún acto ha sido tan satisfactorio para mí como el Premio Nóvoa Santos, siempre preparado y celebrado con muchísimo desvelo y mimo”, afirma.
“Y este año, además de repasar los recuerdos imborrables que afloraron en el salón artesonado de este pazo histórico, universitario, disfrutaré sin perder detalle del acto de entrega del XXIV Premio Nóvoa Santos al Dr. Luis Paz-Ares Rodríguez, gran oncólogo médico y mejor persona”, subraya Luz Couce.
Los médicos y las médicas premiadas con el Nóvoa Santos a lo largo de los años, como la Dra. Pilar Rodríguez Ledo en 2021, o el año pasado la Dra. Couce Pico, y este año el Dr. Paz-Ares, son el espejo donde se miran las jóvenes investigadoras.
“Entre todos tenemos la obligación de mejorar la salud de la población un día sí y el otro también. Ese debe ser nuestro objetivo principal, por lo que la investigación tiene que ir de la mano de la excelencia asistencial. Es crucial”, concluye antes de dirigir sus pasos hacia la bancada de invitados.
El Premio Nóvoa Santos de Medicina de Asomega se acompasa con el tiempo de la Igualdad. En el historial de los premios, instaurados en 1996, figuran tres mujeres: la Dra. María José Alonso Fernández, en 2011, la Dra. Pilar Rodríguez Ledo, en 2021, y la Dra. María Luz Couce Pico en 2024.
En el acto también recibieron su parte del galardón los dos candidatos seleccionados por el Dr. Luis Paz-Ares, como indican las bases del Nóvoa Santos:
El proyecto de humanización de la asistencia sanitaria de Aspronaga, entidad coruñesa que atiende a personas con discapacidad intelectual. Su presidente, Nicanor Álvarez, recibió el premio de manos de Miguel Santalices Vieira, presidente del Parlamento de Galicia.
El trabajo de la joven investigadora Lola Rodríguez Nogueira, oncóloga gallega que desarrolla su carrera en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, que está centrada en una tesis doctoral sobre el papel del microbioma en la inmunoterapia del cáncer de riñón. La encargada de entregarle el premio fue Ana Peiró, directora de Oncología de AstraZeneca.
Para concluir la jornada de sentimientos enraizados, el Dr. Julio Ancochea nos recordó que todo el mundo está en Galicia y que Galicia está en todo el mundo.
“Los médicos y las médicas galleg@s compartíamos inquietudes, proyectos, ilusiones, la pasión por la medicina, la pasión por la palabra. Pero compartimos algo más, el amor y la pasión por Galicia. Somos embajadores de Galicia y desprendemos galleguidade“, concluye el médico orensano de A Pobra de Trives.
El Premio Nóvoa Santos de Medicina que concede cada año Asomega es una garantía más de la supervivencia de la calidad asistencial en España.
A pesar de que la sarna pueda parecer una enfermedad del pasado, nunca se ha llegado a erradicar. Es más, los casos de sarna están aumentado en España y en Europa. Los expertos piden concienciar a los grupos de riesgo, que ahora son los jóvenes y los más mayores, y dar visibilidad a la sarna, una patología de la piel causada por ácaros parasitarios y que se contagia por contacto.
Un estudio observacional realizado por un grupo de investigación del Centro Nacional de Epidemiología, del Instituto de Salud Carlos III, entre 2011 y 2023 refleja una fuerte aceleración de los contagios a partir de 2020.
En atención primaria, los casos atendidos aumentaron una media del 66 % anual entre 2020 y 2023, pero también se registraron infecciones en los hospitales y brotes, la mayoría de estos últimos en residencias de mayores y en domicilios.
Álvaro Roy, uno de los investigadores principales del estudio, en una entrevista con EFE Salud destaca que la sarna, aunque se ha asociado siempre a grupos de personas que viven en precariedad o pobreza, ahora afecta a otros grupos de riesgo poblaciones, como los jóvenes o los más mayores, a los que, advierte, “habría que concienciar”.
Asimismo, explica cómo se debería prevenir y tratar la enfermedad y las posibles causas, que combinadas, pueden ser el origen del aumento del incremento de los casos.
FOTO EFE/Mariscal
¿Cuáles son las causas de este incremento?
La sarma, explica el investigador, es «una enfermedad parasitaria producida por un ácaro microscópico que crea surcos debajo de la piel donde deposita los huevos, que luego se convierten en otros ácaros, produciendo esta reacción inflamatoria”.
La picazón con sarpullido cutáneo en distintas partes del cuerpo es su manifestación más frecuente.
En relación a las causas, aclara que en el estudio publicado en la revista Eurosurveillance se formulan diversas hipótesis, que sumadas unas a otras, pueden explicar por qué los casos de la enfermedad se han incrementado en los últimos años:
Covid-19. Se observa un aumento considerable de la sarna durante la pandemia de coronavirus. “Quizá estos pacientes”, plantea, “no fueron al médico o no se trataron a tiempo por el aumento de hacinamiento en los hospitales que colapsó el sistema sanitario”.
Resistencia de los ácaros. También destaca la posibilidad de que el tratamiento habitual haya podido perder eficacia debido a que los ácaros hayan desarrollado cierta resistencia al tratamiento tópico realizado con permetrina.
Mala aplicación del tratamiento. Otra de las causas puede radicar en que los afectados no sigan bien el tratamiento, empezando tarde o no terminándolo. Además, si el paciente no tiene síntomas, puede infectar a otras personas por contacto directo. “El problema es que, a veces, no se desarrollan síntomas pasadas las cuatro o seis semanas, por eso es muy importante que se trate a los contactos de la gente que tiene síntomas”, puntualiza.
Viviendas compartidas. La última hipótesis que enumera es el tema de la vivienda, sobre todo en los jóvenes, ya que en la actualidad se ven obligados a menudo a compartir vivienda, espacios reducidos donde están más expuestos al contagio.
¿Cómo prevenir y tratar la sarna?
En cuanto a prevención, Álvaro Roy recomienda acudir al médico al menor indicio de contacto con un paciente infectado con la enfermedad, aunque no se presenten síntomas.
Del mismo modo, aunque es menos frecuente esta forma de contagio transversal, aconseja “lavar la ropa, también la de cama, a temperaturas altas, de más de sesenta grados, para evitar un posible contacto de manera indirecta”.
En cuanto al tratamiento, el experto señala que el médico debe indicar cuál es el más apropiado. “Aparte del tratamiento tópico”, añade Roy, “también hay un tratamiento oral con ivermectina, un medicamento que sirve para tratar las rojeces y que ayuda a expulsar los parásitos”.
Los pacientes más graves pueden desarrollar sarna costrosa, debido a una posible infección secundaria, para este tipo habría que consultar al médico ya que el tratamiento sería ligeramente distinto.
Es importante visibilizar y concienciar
El mensaje que el investigador recalca durante la entrevista es la importancia de visibilizar la enfermedad y concienciar a la población de riesgo que puede contraer la enfermedad. Comenta que a pesar de que el aumento de casos no es preocupante, sí habría que poner el foco en la incidencia para que no siga en aumento.
Los grupos de riesgo donde se ve mayor afectación de sarna son los jóvenes ya que, aparte de compartir viviendas, también son los que tienen mayor movilidad, viajan más, y están más expuestos al contagio. Según el estudio, la transmisión sexual también puede ser un factor, ya que es una ruta de transmisión conocida, particularmente entre jóvenes.
“Los mayores también entran en el grupo de las poblaciones vulnerables. En las residencias de ancianos, como se ve en el estudio, se concentran muchos brotes (…) Lo que afecta a su vez a los profesionales sanitarios que trabajan en estos centros que suelen infectarse con mayor frecuencia”, concluye el especialista.
Para cualquier trayecto, por corto que sea, utilizamos el GPS para orientarnos; las pantallas forman parte del minuto a minuto de nuestro día y los auriculares son casi una prolongación de los oídos. La vida digital impacta en nuestros sentidos y afecta a la atención, la memoria espacial y la sensibilidad sensorial. Hay hábitos que nos ayudan a contrarrestarlo.
La neurocientífica Emilia Redolar, responsable del Cognitive NeuroLab y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), explica: “Recibimos ráfagas muy rápidas de información con poco contenido y a la red atencional le cuesta mantener la concentración”.
Y señala, en un comunicado, que es justo lo contrario que ocurre con la lectura, tanto en papel como en libro electrónico, “sin notificaciones ni interrupciones tiene efectos beneficiosos sobre la atención y otras funciones cognitivas».
Cómo afecta a la orientación
Según la investigadora, los hábitos pueden entrenar o atrofiar funcionalmente las redes cerebrales que utilizamos.
«Con la vida digital solemos infrautilizar el hipocampo, clave para la memoria espacial y la orientación» y al utilizar y delegar en el GPS, «se está comprobando que somos menos capaces de orientarnos en un entorno», señala.
Ver y oír
Los sentidos de la vista y el oído también están en la diana de la vida digital, las pantallas retroiluminadas y los auriculares ejercen una presión continuada.
La sobrecarga de estímulos sonoros como notificaciones, mensajes, vídeos, música y ruido constante hace que el cerebro tenga que filtrar continuamente sonidos relevantes de los irrelevantes.
«Hay más ruido urbano y más audio en los oídos. Esa contaminación acústica y el uso de auriculares impactan en el sistema auditivo», apunta la profesora.
En el sistema visual, el impacto de la vida digital es simultáneo a nivel óptico, neurológico y cognitivo.
La exposición a pantallas no solo afecta al ojo como órgano, sino que transforma la manera en la que el cerebro procesa la visión ya que exige más acomodación retinal, altera los ritmos biológicos o reorganiza la atención…
Los cambios más inmediatos se observan en el receptor (ojos y acomodación retiniana) por la exposición a pantallas, un ámbito que roza lo médico-ocular, pero que condiciona la entrada sensorial y, por lo tanto, el procesamiento cerebral, explica.
La excesiva exposición a las pantallas perjudican al desarrollo físico, psicológico y a la salud de los niños. EFE/Marcial Guillén
El olfato y el gusto
Los sentidos del olfato y el gusto se sitúan en segundo plano en relación con su interactuación con el medio digital.
Pero muchas veces también los saturamos con perfumes, ambientadores, alimentos ultraprocesados con potenciadores etc.
“No se trata de un deterioro súbito por el uso digital, sino de una priorización funcional, ya que la vida moderna exige más de visión y audición y menos de olfato y gusto”, señala la experta.
El estrés también impacta en los sentidos
El estrés crónico impacta también en nuestros sentidos. Inhibe la corteza prefontral que se encarga de la toma de decisiones o el control de la atención; inhibe el hipocampo y afecta a la memoria y a la regulación emocional; y potencia la amígdala que puede ocasionar una respuesta de ansiedad.
Y el resultado es una peor atención visual sostenida, una peor consolidación de la memoria y una mayor vulnerabilidad a la ansiedad.
«El estrés nos afecta muchísimo a la capacidad de mantener la atención; el deterioro en la atención visual puede ser marcado», indica Redolar.
¿Cómo contrarrestar los efectos negativos de la vida digital en los sentidos?
La profesora también destaca los beneficios que la vida digital puede ofrecernos ya que el acceso masivo a contenidos puede potenciar la selección crítica de información, siempre y cuando existan bases de conocimiento previas que pueden mejorar el rendimiento y el aprendizaje.
Precisa que, sin fundamentos, herramientas como la inteligencia artificial o las búsquedas no garantizan calidad.
Los efectos negativos se producen ante la exposición continua a estímulos breves y variables (como los de las redes sociales) que afecta a la atención, por lo que cuesta mantener la concentración y extraer información de interés.
Para evitar los efectos negativos, Redolar apuesta por la propiocepción -sistema que tiene el cuerpo para conocer cuál es su posición y orientación en el espacio- y la interocepción -la capacidad de sentir las señales internas del cuerpo (hambre, sed, dolor, latidos… ) infrautilizadas en la vida actual.
«Cuando nos paramos a escuchar el cuerpo, eso impacta positivamente en las emociones y en la función cognitiva», afirma, y señala prácticas de atención plena y conciencia respiratoria como herramientas accesibles.
FOTO EFE/EVERETT KENNEDY BROWN
Hábitos que ayudan a proteger los sentidos
Para proteger los sentidos hay hábitos de vida que nos ayudan, según la profesora de la UOC.
Dormir mejor: El sueño consolida la memoria, recalibra las redes atencionales y ajusta el equilibrio emocional que modula la percepción. Objetivos: horario regular, luz natural por la mañana, limitar pantallas y audio intenso en la última hora.
Gestionar el estrés: cuando el estrés baja, la zona del cerebro que mantiene el foco (corteza prefrontal) y la que fija recuerdos y mapas mentales (hipocampo) trabajan mejor. Una forma sencilla de comprobarlo en casa es leer de veinte a treinta minutos seguidos en papel o en pantalla sin notificaciones.
Entrenar la propiocepción y la interocepción: rutinas diarias de ocho a doce minutos de conciencia respiratoria y corporal (tensión muscular, postura, equilibrio) ayudan a recalibrar la integración sensoriomotora y el foco atencional.
Higiene visual y auditiva en entornos digitales: Pausas regulares lejos de pantallas cada veinte minutos, distancia correcta entre los ojos y la pantalla. En auriculares, establecer un volumen moderado, con descansos de cinco a diez minutos cada hora.
Bases de conocimiento antes de exponerse a sobrecarga: la sobrecarga informativa penaliza la atención y el aprendizaje.
Los infartos que se producen de noche son menos graves que los que suceden durante el día, y la razón, según un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), es que los neutrófilos (un tipo de glóbulos blancos) son menos agresivos por la noche.
La investigación, liderada por Andrés Hidalgo y publicada en el Journal of Experimental Medicine, muestra que los neutrófilos tienen un reloj interno que regula su agresividad a lo largo del día y determina el alcance de los daños que causan al corazón después de un infarto.
En el mismo estudio, los investigadores también desarrollaron una estrategia farmacológica en modelos experimentales para bloquear el reloj molecular en los neutrófilos y mantenerlos en un estado «nocturno» para reducir su potencial dañino durante un ataque al corazón.
El sistema inmunológico protege el cuerpo contra los microorganismos que causan infecciones. Dado que los humanos son diurnos, la probabilidad de exposición a patógenos es mayor durante el día y, por lo tanto, el sistema inmunológico ajusta sus picos de actividad a este ritmo circadiano pero esa respuesta defensiva puede volverse dañina.
Los neutrófilos y sus ritmos circadianos
Tras décadas de investigación, se sabe que casi la mitad del daño cardíaco después de un ataque al corazón está causado por los neutrófilos, pero este daño fluctúa a lo largo del día, lo que sugiere que hay mecanismos circadianos que limitan la actividad de los neutrófilos y protegen el cuerpo.
Para averiguarlo, el equipo examinó datos de miles de pacientes en el Hospital 12 de Octubre de Madrid y confirmó que una menor actividad de los neutrófilos por la noche resulta en infartos menos graves durante este período.
Desarrollaron entonces una estrategia farmacológica en modelos experimentales para bloquear el reloj molecular en los neutrófilos, reduciendo su potencial dañino durante el infarto.
EFE/Nacho Gallego
«El compuesto imita un factor que el cuerpo produce principalmente durante la noche. De alguna manera, este factor ‘engaña’ a los neutrófilos para que piensen que es de noche, reduciendo su actividad tóxica», explica Hidalgo.
La razón de que ocurra esto, apunta la primera autora del estudio, Alejandra Aroca-Crevillén, es que «por la noche, los neutrófilos migran a la zona dañada sin afectar el tejido sano. Durante el día, pierden esta direccionalidad y causan más daño al tejido circundante».
Puerta abierta a nuevas terapias
Este estudio es uno de los primeros en aprovechar los ritmos circadianos del sistema inmunológico para modular la inflamación sin comprometer la defensa contra infecciones.
«Nos sorprendió encontrar que bloquear el reloj circadiano de los neutrófilos no solo protege el corazón, sino que también mejora las respuestas a ciertos microbios e incluso reduce los émbolos asociados con la anemia falciforme», añade Aroca-Crevillén.
Los autores creen que los resultados abren la puerta a nuevas terapias basadas en la cronobiología (la rama de la biología que estudia cómo los organismos vivos estructuran sus procesos fisiológicos en el tiempo), con el potencial de proteger el corazón y otros órganos de los daños inflamatorios sin debilitar las defensas naturales del cuerpo.