Ciencia y Salud
Perforaciones endoscópicas en el tubo digestivo

“Estas perforaciones pueden provocar una inflamación grave dentro del abdomen, como una peritonitis, o el paso de aire a zonas externas del tubo digestivo, ya sea neumomediastino por perforación esofágica o neumoperitoneo por perforación estomacal o intestinal”, señala el Dr. José Carlos Marín Gabriel.
“De hecho, cuando un paciente sufre una perforación, los síntomas, como dolor intenso, fiebre, dificultad para respirar, náuseas, vómitos o hinchazón, dependerán de la localización de dicho agujero”, destaca el especialista del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
“Aunque se trate de un problema de salud muy serio, estas perforaciones en el tubo digestivo pueden ser diagnosticadas y tratadas rápidamente en la mayoría de los casos con técnicas mínimamente invasivas”, subraya el también director científico del Instituto Clínico del Aparato digestivo (ICAdig).
Aún así, y a pesar de que las perforaciones gastrointestinales espontáneas o iatrogénicas (daño no intencionado) supongan un problema médico prácticamente irrelevante, los posibles agujeros generan gran inquietud en l@s pacientes.
“Por eso, los médicos y las médicas siempre les advertimos que existen dos complicaciones al realizar una endoscopia, sea diagnóstica o terapéutica: la hemorragia y la perforación, especialmente esta última, la más temible, como pueda suceder durante una polipectomía”.
“Y vaya por delante una verdad médica y tecnológica: las perforaciones endoscópicas gastrointestinales son muy, muy, muy infrecuentes; y, cuando se producen, la inmensa mayoría se resuelven in situ sin necesidad de pedir ayuda urgente al departamento amigo de Cirugía”, subraya el Dr. Marín Gabriel.

Doctor Marín, ¿cuáles son las causas habituales que originan una perforación en el tubo digestivo?
Las causas de una perforación gastrointestinal son variadas. Pueden producirse de forma espontánea debido a patologías inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, a otras inflamaciones, como la diverticulitis, y a úlceras gástricas no tratadas, incluso a un cáncer de colon.
También, una perforación puede deberse a un traumatismo abdominal o a la ingesta involuntaria de objetos cortantes, punzantes y productos corrosivos como la lejía.
Sin embargo, las perforaciones que nos ocupan hoy en este videoblog son las perforaciones que puedan ocurrir como resultado de las complicaciones durante los procedimientos endoscópicos.
Se denominan perforaciones iatrogénicas, y acontecen durante un estudio diagnóstico (con menor frecuencia), como una gastroscopia o una colonoscopia, y a nivel terapéutico, como una resección de pólipos (RME), la disección submucosa endoscópica (DSE) o la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE).
Es importante destacar que las perforaciones son eventos excepcionales gracias a los avances en la tecnología endoscópica y a la mejora en las técnicas de los especialistas.
Este tipo de complicaciones se presentan en un porcentaje mínimo de los procedimientos, y su número varía según el tipo de procedimiento realizado, diagnóstico o terapéutico.
Además, en la mayoría de los casos, pueden resolverse sin cirugía abierta, lo que reduce la estancia hospitalaria y el tiempo de recuperación.

Pero doctor, ¿de cuántas perforaciones endoscópicas estamos hablando?
En endoscopias diagnósticas, las perforaciones representan un caso por cada 10.000, menos del 0,01 % de los procedimientos; cifra que significa que son eventos extremadamente raros.
En el caso de una colonoscopia, por ejemplo, el riesgo de perforación es algo mayor, pero sigue siendo bajo, oscilando entre el 0,03 % y el 0,08 % (3-8 casos por cada 10.000 procedimientos).
Para que nos hagamos una idea, en un área sanitaria competencial con doscientos o trescientos mil habitantes se realizan entre 20.000 y 25.000 procedimientos endoscópicos digestivos. Es decir, entre 3 y 5 perforaciones cada año como muchísimo.
En los procedimientos terapéuticos, que implican intervenciones más avanzadas y complejas, se presenta un riesgo ligeramente mayor de perforaciones endoscópicas.
Como ejemplos, en la resección endoscópica mucosa (RME) y la disección submucosa endoscópica (DSE) el riesgo puede variar entre un mínimo de 1-2 % y un máximo de 10-15 % (media de casos en Europa).
Las perforaciones, por tanto, son más frecuentes si la lesión en el tubo digestivo es de gran tamaño o si la pared del intestino es más delgada (duodeno, ciego y colon ascendente).
En el caso de la CPRE (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica), procedimiento más invasivo utilizado para tratar problemas en las vías biliares y el páncreas, la tasa de perforación se sitúa en torno al 0,6 %.

¿Y cuando se originan estas perforaciones endoscópicas, siempre habrá que recurrir a una cirugía urgente?
La cirugía no es la primera opción para tratar una perforación endoscópica. De hecho, en la mayoría de los casos, las perforaciones endoscópicas se cierran durante las mismas intervenciones con técnicas mínimamente invasivas.
El objetivo principal es sellar la perforación lo antes posible para evitar la filtración del contenido intestinal y prevenir infecciones graves.
Ilustración facilitada por el Dr. Joaquín Rodríguez Sánchez-Migallón, médico adjunto del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y jefe del Servicio de Aparato Digestivo de Quirón Salud Ciudad Real (España).
La endoscopia ha experimentado grandes avances en las últimas décadas, lo que ha permitido reducir la frecuencia y gravedad de las perforaciones y mejorar su tratamiento cuando ocurren.
Entre los desarrollos más importantes está el uso de clips endoscópicos más sofisticados, que permiten cerrar perforaciones de manera más eficaz, incluso en defectos más grandes que antes requerían cirugía.
Clips endoscópicos o hemoclips: pequeñas “grapas” metálicas que se colocan sobre la perforación para cerrarla completamente.
Clips Over-The-Scope (OTS clips): dispositivos tipo clips que se usan en perforaciones más grandes. Se parecen a los cepos que se empleaban antiguamente en la caza mayor.
Suturas endoscópicas: permiten un cierre más fuerte y efectivo en lesiones más amplias. Existen diferentes sistemas como el OverStitch o el SutuArt.
Algunos de ellos, como X-Tack, funcionan al estilo que utilizan las manos de los cirujanos: el dispositivo colocado en el endoscopio sutura la zona de la perforación dando puntos con movimientos sincronizados.
El uso de dióxido de carbono (CO₂) en lugar de aire durante la endoscopia, ha sido un avance clave.
El CO₂ se absorbe más rápidamente por el organismo y reduce la distensión del tracto digestivo, lo que minimiza el riesgo de perforación y mejora la comodidad del paciente después del procedimiento.
Por ejemplo, ante una perforación abdominal el paciente no va a sufrir un cuadro tan intenso de dolor y si llega a padecer algo de dolor se le pasará con relativa facilidad.

Endoprótesis (estents) autoexpandibles: solución eficaz para perforaciones esofágicas y algunas perforaciones duodenales, evitando la necesidad de cirugía en la mayoría de los casos. Ayudan a mantener el área sellada mientras cicatriza la perforación.
Otro gran avance ha sido la terapia de vacío endoscópica (TVE), que se utiliza en algunos casos para favorecer la cicatrización de perforaciones difíciles o más grandes. Este método usa un sistema de aspiración controlada que estimula el cierre de la lesión y la regeneración del tejido afectado.

Cuando las perforaciones endoscópicas se detectan y tratan de inmediato la recuperación del paciente es rápida y sin mayores complicaciones.
En casos donde el cierre endoscópico no es exitoso, o si el paciente presenta signos de infección grave, se puede requerir una cirugía abierta o cirugía laparoscópica. Hablamos de uno o dos pacientes cada año.
No obstante, la gran mayoría de perforaciones endoscópicas, sucedan durante una prueba diagnóstica o tras un procedimiento terapéutico, se pueden tratar sin necesidad de cirugía mayor.
Dr. Marín Gabriel, profundicemos en los factores de riesgo que favorezcan las perforaciones endoscópicas en el tubo digestivo
Cuando hablamos de factores de riesgo, no sólo debemos tener en cuenta el historial médico del paciente, sus enfermedades y tratamientos previos (cirugías abdominales, uso prolongado de corticosteroides) o el tipo de procedimiento endoscópico que estemos realizando.
También influyen las características del paciente: la edad avanzada y una pared del tubo digestivo más frágil y propensa a lesiones. De hecho, es importante conocer antecedentes de radioterapia en la zona abdominal o esofágica.
Obviamente, la experiencia clínica es un grado, como se suele decir, y es algo más frecuente que se produzcan complicaciones, sangrados o perforaciones, cuando el endoscopista está comenzando su carrera profesional. Sucede en todas las profesiones, sanitarias o no.
En las resecciones de pólipos en el colon, por ejemplo, el endoscopista debe estar atento, cuando extrae el tejido de la lesión, para que no aparezca el llamado “signo de la diana”.

Se trata de un área de la capa muscular que ha quedado adherida a la base en la que asentaba el pólipo. Es un indicador del resultado de la polipectomía: se ha cortado una parte de la pared muscular y se debe cerrar la zona seccionada. Habitualmente, se emplean clips para tratar ese defecto operativo.
Por tanto, el riesgo de perforaciones es menor en centros con equipos médicos altamente capacitados y familiarizados con las técnicas más avanzadas.
Esto refuerza la importancia de realizar estos procedimientos en hospitales y clínicas con un alto nivel de especialización en endoscopia.

Doctor, a modo de ejemplo, ¿cómo se maneja una perforación endoscópica en el esófago?
Las perforaciones esofágicas requieren un manejo específico y diferenciado debido a la anatomía y función del esófago.
A diferencia de otras perforaciones en el tracto digestivo, donde el contenido intestinal puede filtrarse a la cavidad abdominal, en el esófago una perforación puede llevar a complicaciones como mediastinitis (infección en la cavidad torácica) si no se maneja bien, a tiempo.
Por este motivo, la clave es un diagnóstico rápido y una intervención inmediata.
En la mayoría de los casos, las perforaciones esofágicas pueden cerrarse con técnicas endoscópicas, especialmente si se detectan en una fase temprana. Se pueden utilizar clips endoscópicos o suturas para cerrar el defecto.
Cuando la perforación es más grande o hay riesgo de fuga de líquidos, se puede optar por estents autoexpandibles, que permiten sellar la lesión y proteger la zona mientras cicatriza.
En casos más complejos, la terapia de vacío endoscópica (TVE) ha mostrado buenos resultados al facilitar la cicatrización.
Si la perforación no se detecta a tiempo o si el paciente presenta signos graves de infección, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico.
Sin embargo, gracias a los avances en endoscopia terapéutica, cada vez menos pacientes con perforación esofágica necesitan cirugía.

Doctor, ¿acaso una perforación puede pasar desapercibida por el endoscopista?
Cuando la perforación permite ver un orificio grande o estructuras fuera del tubo digestivo, como la grasa abdominal, no es posible que pase desapercibida.
Sin embargo, un defecto pequeño, como el que sucede cuando hay un daño mural discreto, como en el signo de la diana, requiere que el endoscopista revise muy bien la zona donde ha realizado una resección a la vez que la base del pólipo que recién extirpado.
Por otra parte, en ocasiones, las perforaciones endoscópicas no se ven durante el procedimiento y aparecen horas después.
Esto se debe a la quemadura que produce el dispositivo (asa de diatermia, endobisturí) que estemos empleando para realizar la resección en los planos profundos de la pared del tubo digestivo.
Aunque la quemadura no sea claramente visible, puede ir degradando dicha pared y provocar una perforación diferida, que tiene mucho peor arreglo. En realidad, la mayoría de ellas no tienen solución endoscópica.
Cuando tenemos una complicación de este tipo, una perforación diferida que se produce horas o días después de que al paciente se le haya practicado el procedimiento, ese paciente casi siempre va a ser quirúrgico.

Los síntomas de una perforación pueden variar dependiendo de su localización, pero en general, el signo más común es un dolor abdominal repentino e intenso que sucede tiempo después de que el paciente ha sido sometido a la endoscopia.
Para confirmar una perforación, la prueba de elección es la tomografía computarizada (TC), ya que permite detectar la presencia de aire o líquido fuera del tracto digestivo.
Por lo general, una perforación que se diagnostica más de 24 h después del procedimiento o cuando el paciente ya tiene síntomas de infección, no es susceptible de tratamiento endoscópico.
Si la fuga de contenido ha provocado una infección o absceso, puede ser necesario el drenaje percutáneo o una intervención quirúrgica.
En algunos casos y, aunque la perforación suceda tardíamente, se puede evitar la cirugía.

¿Y l@s pacientes, doctor, pueden hacer algo para reducir el riesgo de perforaciones endoscópicas en su aparato digestivo?
Si bien las perforaciones endoscópicas no son eventos que el paciente pueda evitar directamente, hay ciertas medidas que pueden reducir el riesgo.
Lo más importante es elegir un centro médico con experiencia en endoscopia avanzada. Los hospitales y clínicas especializadas en endoscopia digestiva tienen equipos mejor preparados para prevenir y manejar complicaciones.
En el caso de la colonoscopia, una correcta limpieza del colon reduce el riesgo de perforación, ya que mejora la visibilidad para el especialista.
Además, si la hubiera, tener el colon limpio reduce el riesgo de complicaciones importantes como la peritonitis.
Tras el procedimiento, el paciente debe estar atento a cualquier síntoma anormal y reportarlo de inmediato.
Por último, seguir las indicaciones médicas antes y después del procedimiento es fundamental.

En este sentido, ¿cómo es la recuperación del paciente tras sufrir una perforación endoscópica?
La recuperación de una perforación endoscópica depende de varios factores, incluyendo el tamaño de la lesión, su localización y el tipo de tratamiento empleado.
En casos donde la perforación es pequeña y se cierra con éxito durante la endoscopia, el paciente puede recibir el alta en menos de 24 horas y continuar su recuperación en casa con una dieta progresiva y un seguimiento médico adecuado.
Si la perforación es más grande o si hubo alguna complicación durante la intervención, la recuperación puede requerir unos días de hospitalización.
Durante este tiempo, se administran antibióticos para prevenir infecciones y se mantiene al paciente en ayuno o con nutrición parenteral hasta asegurarse de que la perforación ha cicatrizado correctamente.
En algunos casos, se realizan controles endoscópicos posteriores para verificar que el cierre de la perforación gastrointestinal ha sido exitoso.
Cuando el paciente recibe el alta, es importante que cumpla una serie de recomendaciones para evitar molestias o recaídas.
Se suele recomendar una dieta blanda durante varios días, evitar esfuerzos físicos intensos y estar atento a síntomas de alarma como fiebre, dolor intenso o vómitos persistentes.
En general, la mayoría de los pacientes con perforaciones tratadas endoscópicamente se recuperan completamente sin secuelas y pueden retomar su vida normal en muy poco tiempo.
Por último, Dr. Marín Gabriel, ¿cuándo debe ir un paciente al hospital después de recibir el alta médica tras solucionarse una perforación?
Después de una endoscopia es normal sentir cierta molestia abdominal leve o hinchazón, especialmente si se ha utilizado aire o CO₂ para insuflar el tubo digestivo.
Sin embargo, hay ciertos síntomas que pueden indicar una complicación y que requieren atención médica inmediata:
Dolor abdominal intenso y persistente, que no mejora con el tiempo. Fiebre alta o escalofríos, que podrían indicar una infección. Náuseas o vómitos frecuentes, especialmente si hay sangre en el vómito.
Dificultad para respirar o dolor en el pecho, en casos de perforación esofágica. Sensación de hinchazón extrema y abdomen rígido, lo que puede indicar peritonitis.
Si se presenta alguno de estos síntomas, el paciente debe acudir de inmediato a un centro médico.
En muchos casos, una evaluación temprana permite actuar rápidamente y evitar complicaciones mayores.
Con todo, quiero subrayar que las perforaciones endoscópicas son poco frecuentes y, gracias a los avances en la endoscopia terapéutica, la gran mayoría se pueden manejar sin cirugía.
Sin olvidar que es trascendental que los pacientes estén bien informados, sigan las recomendaciones médicas y consulten con su especialista ante cualquier síntoma preocupante.
En el próximo videoblog de Aparato Digestivo hablaremos con el Dr. Marín sobre la microbiota intestinal, dos kilogramos de bacterias, fundamentalmente, virus y hongos que viven de forma permanente en el interior de nuestro tubo digestivo; un conjunto de microorganismos que desempeñan un papel deteterminante tanto en el proceso final de la digestión como en el sistema inmunitario.
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Ciencia y Salud
¿Por qué hay gente que no enferma nunca?
No es extraño que en una misma familia haya alguien que siempre se libre de los virus, o en un grupo de amigos, o en la clase del cole. Da igual si es gripe o un simple catarro, que, a pesar de estar rodeados de casos, esa gente no enferma y sigue sana como una pera. La respuesta está en el sistema inmunitario.
Gérmenes y hospedador
Gracias a la teoría germinal o microbiana de las enfermedades infecciosas de Louis Pasteur sabemos que los gérmenes -virus y bacterias- son la causa de las infecciones y que pueden transmitirse entre personas, animales o a través del ambiente.
También sabemos que un mismo germen puede presentar distinta virulencia en distintas personas.
Puede ser muy grave para algunos y totalmente asintomático para otros, una gran variabilidad clínica
muy extendida en la pandemia de la covid, por ejemplo, explica a EFE Salud la presidenta de la
Sociedad Española de Inmunología (SEI), Silvia Sánchez-Ramón.
Y otra teoría, en desarrollo y postulada por el inmunólogo francés Jean Laurent Casanova, aborda
cómo, además del germen con todos sus factores que favorecen la infectividad, se encuentra el sistema
inmunitario del hospedador, que determina que en algunos pacientes la infección sea grave y en otros
pase prácticamente desapercibida. De ahí que haya gente que parece que no enferma casi nunca.
«Fundamentalmente son factores genéticos de la inmunidad. Nosotros estudiamos sobre todo las
inmunodeficiencias primarias, que ahora se llaman errores congénitos de la inmunidad, alteraciones
genéticas que afectan el desarrollo o la función de componentes específicos del sistema inmunitario, lo
que determina una susceptibilidad aumentada a infecciones graves, recurrentes o por gérmenes
específicos, incluso por un solo tipo de germen», explica Sánchez-Ramón.
No siempre es la genética
Y si hay gente que casi no enferma es porque el sistema inmunitario no es el mismo en todas las personas debido a causas genéticas. Pero también a otro tipo de factores, como la diversidad del sistema inmunológico entre diferentes personas, que se explica por varios factores no genéticos que influyen en la susceptibilidad a infecciones graves, como los modificadores epigenéticos, que regulan la expresión génica sin alterar la secuencia del ADN.
En este sentido, afirma la presidenta de la SEI, tras la infección viral, las proteínas del virus son procesadas en fragmentos peptídicos por las células presentadoras de antígeno, que son mostradas a los linfocitos T.

Ahí interviene el sistema del Antígeno Leucocitario Humano (HLA), que es uno de los más diversos desde el punto de vista genético. La alta diversidad genética del HLA determina qué fragmentos virales pueden ser presentados y reconocidos por los linfocitos T.
Cada alelo -una de las variantes alternativas de un gen- de HLA tiene una preferencia específica por ciertos péptidos, lo que influye en la eficacia de la activación de los linfocitos T y, en consecuencia, en la magnitud y especificidad de la respuesta de anticuerpos generada por las células B (integrantes del sistema inmunitario que se forman a partir de las células madre en la médula ósea).
Esta variabilidad explica por qué diferentes individuos pueden tener respuestas inmunitarias muy distintas ante el mismo virus, afectando la susceptibilidad, la gravedad y el control de la infección. Así hay gente que casi no enferma y otra que, virus que hay, virus que coge.
Factores ambientales
Además, hay factores ambientales.
«Sabemos que la diversidad del microbioma en la faringe, el intestino y toda la vía digestiva y la susceptibilidad a infecciones respiratorias se fundamentan en la interacción entre comunidades microbianas y el sistema inmunitario respiratorio. La evidencia clínica y experimental indica que generamos más resistencia a las infecciones si tenemos un microbioma más diverso», sostiene Sánchez-Ramón, quien además es jefa de servicio en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Por eso, la experta matiza que no todo viene dado por la genética, es decir, hay situaciones que debilitan el sistema inmunitario haciéndonos más proclives a las infecciones, como cuando se siguen tratamientos inmunodepresores, pero también problemas como la malnutrición o la inmunosenescencia, que es el deterioro del sistema inmunitario a causa de la edad.
En cualquier caso, la presidenta de la SEI afirma que si en condiciones aparentemente normales de salud se desarrolla una gripe complicada, es razonable sospechar la presencia de un defecto subyacente en la inmunidad, especialmente cuando no se identifican otros factores de riesgo.
Un sistema de equilibrio interno
Tener un sistema inmunitario equilibrado es sinónimo de salud porque no solo es un sistema que nos defiende de agentes extraños, sino que «va más allá», es un «sistema de equilibrio interno entre todos los componentes del organismo, de integridad biológica».
Y el tiempo de recuperación de la infección también depende del sistema inmunitario. La destrucción de las células infectadas por los virus depende de esa inmunidad.
Preguntada Sánchez-Ramón por si es posible fortalecer el sistema inmunitario, afirma que todo lo que es bueno para la salud, lo es también para él.

«Todo lo que sea hacer ejercicio regular, una buena dieta variada, rica en micronutrientes, un descanso adecuado y la reducción del estrés y la ansiedad crónica influyen de manera significativa en el buen funcionamiento del sistema inmunitario y en la susceptibilidad a infecciones», apunta la experta.
Según la inmunóloga, «e»l estado general de salud, aunque una persona se perciba como sana, puede afectar de manera significativa al sistema inmunitario debido a múltiples factores subclínicos o no evidentes», precisa.
«El sistema inmunitario regula internamente todo el organismo y depende de la integridad nutricional, el equilibrio metabólico, el sueño adecuado, la ausencia de estrés crónico y la actividad física regular para mantener su función óptima», con lo que un buen estado de salud va a hacer que estemos mejor preparados para afrontar una infección, sostiene Sánchez-Ramón, quien también forma parte del comité médico de la Organización Internacional de Pacientes para las Inmunodeficiencias Primarias (IPOPI).
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Ciencia y Salud
Eduardo Casanova rompe un silencio de años al anunciar que tiene VIH
El actor, director y guionista Eduardo Casanova, de 34 años, ha anunciado este jueves que tiene el virus del VIH. Lo ha hecho en una publicación en redes sociales donde asegura que rompe «este silencio tan desagradable y doloroso después de muchísimos años».
«Pese al miedo y la incertidumbre, hoy me siento profundamente feliz», dice Casanova en el mensaje con el que ha querido hacer público que está contagiado con este virus, y en el que defiende que «la dignidad debería ser la forma en la que todas las personas con VIH pudieran salir del armario».
Casanova explica que cerca del 80 % de las personas con VIH no ha compartido con casi nadie que tienen la infección, «por un estigma que nos condena al rechazo sistemático y más injusto del mundo», remarca en relación a un virus que, gracias, al avance en los tratamientos frena la enfermedad, el sida.
Un silencio que guardan y sufren, por tanto, «muchísimas personas» y que él ha querido romper cuando ha querido y podido, dice.
«Lo hago por mí, pero deseo que esto pueda ayudar a más gente. Lo hago a mi manera, a través del cine, que es mi forma de comunicarme», dice en referencia a una película documental dirigida por Jordi Évole sobre este mismo asunto que se estrenará en 2026.
El mensaje en Instagram de Eduardo Casanova, que el pasado 1 de diciembre estrenó ‘Silencio’, una miniserie con la pandemia del VIH como trasfondo, ha recibido una oleada de apoyo en las respuestas, empezando por la de la asociación Apoyo Positivo, que expresa su orgullo por el actor.
Compañeros de profesión como Leticia Dolera, Hugo Silva, Raquel Meroño o Miguel Diosdado también han expresado su cariño a Casanova, que se dio a conocer como Fidel en la serie de televisión ‘Aída’.
VIH no es sida
La infección por el VIH ataca el sistema inmunitario y si no se frena puede provocar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), la fase más avanzada de la enfermedad. Los tratamientos antirretrovirales controlan el virus y se puede llevar una vida casi normal pero no lo eliminan.
En los últimos quince años España no ha logrado reducir la barrera de los 3.000 diagnósticos anuales de VIH. El motivo se debe a un cóctel de factores como los diagnósticos tardíos y la baja percepción por parte de la población del riesgo de la infección.
En España en 2024 se notificaron un total de 3.340 nuevos diagnósticos de VIH, algo menos que el año anterior, que fueron 3.350. En 2022, hubo 3.337; en 2021, 3.192, menos que, por ejemplo, en 2013 que se registraron 4.471, o que en 2014, que sumaron 4.561, según el último informe de Vigilancia Epidemiológica de VIH y SIDA en España del Ministerio de Sanidad.
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Ciencia y Salud
Los ultraprocesados, a raya en todos los centros públicos: desde universidades a museos y hospitales
La batalla contra los alimentos ultraprocesados continua. Además de hospitales y residencias de mayores, el Ministerio de Consumo anuncia que limitará la oferta de ultraprocesados en todos los centros públicos como museos, bibliotecas, universidades y centros deportivos o en la restauración de los centros públicos de trabajo.
El Real Decreto, que sale a información pública este jueves, limitará a dos raciones semanales los ultraprocesados y las frituras en los centros públicos con pensión completa y régimen residencial, y a un máximo de una vez por semana en desayunos y meriendas. Además, se excluirán los ultraprocesados de toda la alimentación infantil.
La norma se aplicará también a los centros, sean públicos o privados, que atiendan a personas dependientes o con necesidades especiales, como pueden ser centros sanitarios, residencias y centros de mayores, de atención a mujeres víctimas de violencia de género o centros de tutela de personas menores.
Así lo ha dicho el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, en el acto de entrega de los Premios Estrategia NAOS, que ha presidido este jueves la reina en la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
En su intervención, la reina ha destacado precisamente el impacto de los comedores escolares en la salud de los niños y niñas y en la prevención de la obesidad y el sobrepeso infantil, que afecta especialmente a los que viven en familias con rentas más bajas.
Según la clasificación NOVA, que divide los alimentos según la naturaleza y objetivos del proceso industrial a los que se les somete, los ultraprocesados son formulaciones industriales elaboradas principalmente a partir de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, combinadas con aditivos, colorantes, saborizantes o emulsionantes.

Alimentación saludable y respetuosa con el medioambiente
Con el objetivo de fomentar una alimentación saludable y respetuosa con el medioambiente, Consumo garantizará al menos un 80 % de productos saludables en las máquinas ‘vending’ y un 90 % de frutas y hortalizas frescas de temporada y menús variados, que se fomentará para que sean preparados en sus propias cocinas.
«Resulta incomprensible que la Administración permita que primen las ofertas alimentarias insanas, ya sea en colegios públicos, hospitales, residencias o cualquier otro espacio», ha aseverado Bustinduy, quien ha destacado también la importancia de regular la publicidad de los alimentos no sanos.
Además, se atenderán las necesidades individuales de las personas usuarias, por motivos de salud, éticos o religiosos.
La norma se complementa con el acceso al agua mediante la implantación de fuentes en las instalaciones, adecuadamente señalizadas, que ofrezcan agua potable de forma gratuita.
Cribados nutricionales
El decreto contempla la realización de cribados nutricionales tanto en hospitales como en centros residenciales, en los ingresos y de forma periódica, para prevenir y detectar precozmente situaciones de desnutrición o riesgo nutricional, y promover en su caso planes de atención.
La medida sigue la estela del Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles que aprobó el Gobierno en abril de 2025, que garantiza a todos los escolares cinco comidas saludables a la semana, promoviendo el consumo diario de frutas y verduras frescas y de temporada, en línea con los estándares de la Organización Mundial de la Salud.
El ministro de Consumo ha destacado a los comedores no sólo como lugares donde se proporcionan comidas sino también espacios de aprendizaje de buenos hábitos «que acompañarán a los niños y niñas durante toda la vida».
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