Ciencia y Salud
Científica Susana Monge: Por qué el covid-19 causó una pandemia y otras reflexiones

La investigadora Susana Monge es científica titular en el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, donde coordina la vigilancia de virus respiratorios a nivel estatal.
Realiza, además, una activa investigación epidemiológica sobre virus respiratorios y sus medidas de prevención y control, siendo autora de más de 100 artículos científicos.
Es médica especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, doctora internacional en Ciencias Sanitarias y graduada del Programa de Formación en Epidemiología de Intervención del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).
Durante los años 2019, 2020 y 2021 trabajó como médica titular en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad.
Por qué el covid-19 causó una pandemia y otras reflexiones
Por Susana Monge
Tal día como hoy hace cinco años, el 13 de marzo de 2020, recuerdo estar en mi sofá, enferma, viendo al presidente declarar el estado de alarma en la televisión.
En aquel entonces, yo trabajaba como médico titular en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, donde el personal total se podía contar con los dedos de las manos. Llevábamos desde enero siguiendo el nuevo virus, evaluando su riesgo y las medidas de control necesarias.
Finalmente, la situación se había vuelto incontenible. Mi marido llevaba una semana con fiebre alta, tenía una neumonía bilateral, mientras que yo, sin afectación pulmonar, estuve tres meses enferma y arrastro síntomas hasta el día hoy.
Echando la vista atrás, pienso que el impacto de este virus se podría haber mitigado, pero que esta pandemia no se podría haber evitado, al menos desde el momento en el que el virus logró transmitirse entre personas de forma eficaz, algo que aún desconocemos cuándo y cómo ocurrió ¿Por qué el covid-19 causó una pandemia?
El virus
Se desconoce el origen exacto del SARS-CoV-2, pero hoy se piensa que habría estado transmitiéndose entre personas incluso meses antes de lo que pensamos, y que las alertas saltaron a raíz de un evento de superdiseminación en un mercado de la ciudad china de Wuhan. Pienso que en ese momento ya estaban las cartas echadas.
Algunas características que lo hacían imparable y que fuimos descubriendo entre enero y marzo eran: la transmisión importante en el periodo antes del inicio de los síntomas, incluso la existencia de casos completamente asintomáticos, y su largo periodo de incubación, de hasta 14 días.
Lo primero hace que sea menos efectivo el aislamiento de los casos para evitar que infecten a otras personas, ya que evita una parte de los eventos de transmisión, pero no todos.
Lo segundo facilita que las personas puedan desplazarse antes de enfermar y la difusión geográfica del virus. Junto a ello, la presencia de sujetos superdiseminadores, capaces de infectar a decenas, aceleraba el crecimiento de la epidemia.
Finamente el largo curso clínico, con ingresos hospitalarios y en UCI prolongados, fue determinante en la saturación de la atención sanitaria.

La población
Algunos virus pandémicos pueden encontrar sujetos con una cierta protección. Por ejemplo, en la pandemia de 2009 causada por gripe A(H1N1), las personas mayores de 60 años habían estado expuestas a un virus relacionado que circuló en las décadas de 1930 y 1940, lo que amortiguó el impacto. En el caso del SARS-CoV-2, sin embargo, la susceptibilidad era universal.
También influyeron las características sociales, como la falta de recursos en las residencias de mayores, que crearon entornos de elevadísima vulnerabilidad, donde el impacto del covid-19 fue extremo.
La precariedad laboral, que fuerza a acudir al trabajo estando enfermo y dificulta los aislamientos y cuarentenas, y la limitada cultura de etiqueta respiratoria o utilización de mascarillas actuaron de facilitadores (y lo siguen haciendo).
La mala suerte
De forma creciente en mi experiencia profesional creo en un elemento incontrolable, que es el de la mala suerte, si bien nuestro trabajo es dejarle el menor espacio posible.
Por ejemplo, el SARS-CoV-1, en el año 2002, causo más de 8.000 casos en 26 países a lo largo de 8 meses, pero no resultó en pandemia.
En aquel brote, en el que se aplicaron medidas similares que con el SARS-CoV-2, el 80 % de los casos ocurridos en Hong Kong fueron trazados a un único sujeto superdiseminador, un médico, que pudo ser detectado a tiempo.
La ausencia de transmisión asintomática del SARS-CoV-1 (a diferencia del SARS-CoV-2) hizo que el aislamiento de los casos y sus contactos fuera eficaz para frenar el brote. Tal vez hubiera bastada un solo evento superdiseminador no detectado para que la historia hubiera terminado de manera diferente.
La respuesta
La respuesta a una crisis se empieza a preparar mucho antes de que esta siquiera se inicie y es imprescindible para frenar o, al menos, mitigar su expansión y su impacto.
En la respuesta al covid-19, las reservas de emergencia estaban infradimensionadas a nivel global, creando falta de elementos esenciales en los primeros momentos (equipos de protección, mascarillas y respiradores, fundamentalmente).
Es también esencial disponer de un sistema sanitario y de salud pública que no opere en condiciones de saturación “en tiempos de paz”. De lo contrario, la reserva para atender situaciones extraordinarias es baja o nula, resultando en no poder dar los mejores cuidados sanitarios ni asumir la avalancha de gestión de casos y sus contactos, o hacerlo solo a costa de la dedicación heroica de los trabajadores.
Otros elementos más vistosos son, sin embargo, de escasa utilidad. Los modelos muestran que las restricciones de movilidad o los controles basados en síntomas (por ejemplo, en los aeropuertos) consiguen, en el mejor de los casos, retrasar los acontecimientos una o dos semanas, especialmente frente a un virus con las características del SARS-CoV-2.
El futuro
En mis 19 años de vida profesional en salud pública he visto ya dos pandemias. La de gripe A(H1N1), en que se acusó a todas las instituciones nacionales e internacionales de sobreactuar, y la de covid-19 donde claramente se infraestimó la gravedad de la situación en los primeros momentos.
Una epidemióloga amiga me dijo hace poco que las decisiones se juzgan desde un mundo ideal, pero se toman en el real, frecuentemente en condiciones de gran incertidumbre. No hay duda de que volveremos a pasar por situaciones similares. Esperemos ser capaces de aplicar los aprendizajes de las situaciones vividas a las aún desconocidas.
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Ciencia y Salud
Autobronceadores: inocuos pero, precaución, no nos protegen de los rayos de sol

En crema o en espray, podemos extendernos nosotros mismos los autobronceadores en casa para parecer que tenemos color aunque no hayamos ido todavía a la playa o la piscina.
Un paso más es acudir a un centro especializado que, de forma profesional, aplican los autobronceadores mediante aerosoles, con una especie de pistola, que lo reparte de forma homogénea por todo el cuerpo.
Estas son las preguntas y respuestas sobre los autobronceadores que nos facilita el dermatólogo José Aguilera, coordinador del Grupo de Fotobiología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
¿Cómo funcionan los autobronceadores?
Son compuestos cuyo elemento principal es la dihidroxiacetona, un azúcar que junto a otros compuestos, como alguno que imita a la melanina, provoca una reacción química en la capa más externa de la piel y la oscurece.
¿Pueden causar algún daño en la piel?
Su efecto cosmético es inocuo y “es mejor que meterte en una cabina de rayos uva, con riesgo para la piel, o pasar horas al sol sin la protección adecuada”, asegura el médico.
Es un producto que no penetra, actúa en la capa más externa de la piel, dónde están las células muertas que vamos cambiando cada semana, tiempo de duración del efecto de los autobronceadores.
Advierte que algunos compuestos de los productos pueden ocasionar reacciones alérgicas o irritaciones leves en pieles sensibles. También hay que proteger los ojos y la boca.
¿Cómo utilizar los autobronceadores?
Lo recomendable es utilizar, en casa, una baja concentración de autobronceador y dosificar su uso poco a poco, durante varios días. Y extenderlo de forma homogénea para que no queden zonas más oscuras que otras.
Y a la hora de tomar el sol…..
Un estudio de 2004 testó si el uso de la dihidroxiacetona en autobronceador protegía del sol. Se probaron concentraciones muy altas, con la piel bastante oscura, pero el factor de protección solar no pasaba de 3 en las primeras 24 horas, cuando el aconsejado es el factor 50. Además, ese factor 3 bajaba a partir del segundo día hasta desaparecer por completo, explica el dermatólogo.
Por tanto, estos cosméticos no sirven para preparar el bronceado del verano. Simular una piel morena no significa que esté protegida frente a los rayos solares y si no utilizamos factor de protección nos podemos quemar.

El bronceado profesional con aerosol de cuerpo entero
Es una técnica que se utiliza en centros especializados. El autobronceador se administra en aerosol y se reparte con pistola por todo el cuerpo para que quede un bronceado uniforme.
Al igual que el producto que podemos utilizar en casa, el de aerosol es inocuo. Tan solo hay que tener especial cuidado con los ojos y la boca y cubrir el cabello para que no se tiña.
Según el especialista, los aerosoles en sí no producen toxicidad alguna, quizá algo de irritación leve en pieles más sensibles.
Autobronceadores, disuasorios frente al exceso de sol
Los autobronceadores bien dosificados pueden ayudar a tener un aspecto bronceado sin necesidad de abusar de la exposición solar.
“Uno de los errores de la mayoría de la gente es ir a la playa para coger todo el sol posible y ponerse moreno y, al final, terminas quemándote. Hay que hacer las cosas con cabeza y de manera gradual”, apunta.
Por eso, el dermatólogo opina que los productos autobronceadores pueden ser una buena alternativa a tumbarse durante horas al sol.
Consejos para utilizar los fotoprotectores solares
Verano y sol en playas y piscinas va unido de forma casi inevitable. Por eso, el dermatólogo de la AEDV nos ofrece estos consejos para protegernos de los rayos solares.
- Las sociedades médicas recomiendan no usar un factor de protección menor a 50 y 50+.
- La protección de 30 solo para pieles preparadas y siempre que se ponga la cantidad adecuada y de forma regular. “El problema es que nos ponemos un tercio de todo lo que necesitamos”, precisa.
- Los productos en espray deben aplicarse en cantidad y después extenderlos con las manos sobre la piel para proteger la zona por igual.
- Volver a utilizar el producto cada dos horas, sin dejar ni una sola vez de hacerlo, si estamos en el exterior.

- Los fotoprotectores también deben tener un factor alto contra los rayos uva.
- Y no olvidar que sean resistentes al agua para que nos protejan durante los baños pero también del sudor de la actividad física.
La protección solar en esta época estival evita daños en la piel y el riesgo de cáncer como el melanoma o el carcinoma, entre otros. Bronceado seguro o un autobronceado como alternativa.
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Ciencia y Salud
Pies sanos en verano: cómo evitar hongos, virus y bacterias

Desde el COPOGA, recuerdan que el calor y la humedad de los meses de verano crean un ambiente ideal para que los microorganismos, como los hongos, prosperen en tus pies.
Infecciones más comunes en los pies en verano
Aunque no lo parezca, caminar descalzo puede convertirse en un billete directo al contagio de lo que los podólogos califican como “las enfermedades del verano para los pies”, que incluyen hongos, virus y bacterias.
Las infecciones más comunes son:
- Pie de atleta: es la infección más común en verano. Se presenta como una erupción rojiza, con picor y descamación, que afecta sobre todo entre los dedos. Además, tiene un prevalencia muy alta debido a las condiciones cálidas y húmedas de estos meses que favorecen su crecimiento.
- Onicomicosis: un hongo que invade las uñas, volviéndolas gruesas, quebradizas y decoloradas.
- Verrugas plantares: causadas por el virus del papiloma humano (VPH), se introducen a través de pequeñas grietas y generan molestias al caminar.
- Infecciones bacterianas: menos visibles, pero igualmente peligrosas, suelen aparecer cuando la piel está agrietada o herida, permitiendo que las bacterias entren y causen una infección.
Pequeños gestos, grandes barreras
Frente a estos enemigos invisibles, los especialistas recomiendan medidas sencillas pero eficaces en el verano:
- Usar chanclas en todo espacio público húmedo.
- Lavar y secar los pies cuidadosamente, sobre todo entre los dedos.
- No compartir toallas, calzado ni utensilios personales como cortaúñas.
- Ventilar el calzado y utilizar calcetines de algodón, que ayudan a mantener el pie seco.

La clave está en la prevención. Porque los pies son los primeros en enfrentarse al terreno. Y, en verano, el terreno no siempre está limpio.
Ante cualquier molestia, desde COPOGA señalan que lo más recomendable es acudir a las consulta de podología. Los especialistas pueden detectar a tiempo posibles infecciones y recomendar el tratamiento más adecuado, como cremas o productos para eliminar hongos y bacterias.
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Ciencia y Salud
El Parlamento Europeo pide más apoyo para los viticultores

Bruselas (Euractiv.com/.es) – La comisión de Agricultura del Parlamento Europeo comenzará a debatir el próximo lunes el plan de apoyo al sector vitivinícola de la Unión Europea (UE), propuesto por Bruselas en un informe preliminar en el cual se pide mayor flexibilidad para los Estados miembro del bloque para gestionar las crisis de mercado con fondos comunitarios.
La estrategia, presentada el pasado mes de marzo y denominada«paquete del vino», quiere facilitar la gestión de los numerosos retos que afectan al sector, entre ellos la caída de la demanda, el exceso de oferta, las presiones climáticas y la amenaza inminente de los aranceles estadounidenses.
El proyecto de informe de la comisión parlamentaria reclama más libertad para los Estados miembros a la hora de hacer frente a las crisis del mercado.
La eurodiputada española Esther Herranz García, del Partido Popular Europeo (PPE/PP), ponente del texto, propone que medidas de crisis como la retirada de viñas y las ayudas a la destilación se incorporen a los planes estratégicos nacionales de los Estados miembro en el marco de la Política Agrícola Común (PAC).
Eso permitiría utilizar los fondos de la UE para estabilizar la oferta, asegura la eurodiputada española.
El texto señala que con ello se pretende «evitar distorsiones de la competencia» entre productores y entre Estados miembro productores.
Una propuesta alineada con el Consejo
El Consejo Europeo ha adoptado recientemente su posición sobre la legislación, y ha apoyado el término «bajo en alcohol» frente al sugerido por la Comisión «alcohol-light», además de respaldar un aumento de la financiación pública para ayudar a la promoción de los vinos.
En estos puntos, el texto provisional del Parlamento refleja fielmente la posición del Consejo.
El Parlamento apoya el término «bajo en alcohol» para los vinos que contengan más de 0,5% de alcohol, pero con al menos un 30% menos del nivel mínimo de alcohol requerido para su categoría.
Por otra parte, propone aumentar el límite de la contribución financiera de la UE a las operaciones de promoción y comunicación en terceros países hasta el 80% de los costes subvencionables, frente al 50% propuesto por la Comisión.
Mientras que el Ejecutivo comunitario sugirió ampliar la duración máxima de estas campañas de tres a cinco años, la Eurocámara fue más allá al recomendar un «periodo adicional de cinco años».
Polémica sobre el etiquetado
En cuestión de etiquetado, sin embargo, el Parlamento Europeo tiene una posición diferente respecto al Consejo. Mientras que los Estados miembros quieren eximir a los vinos de exportación de los requisitos de etiquetado nutricional, el informe de la Eurocámara no incluye esa exención.
En cambio, establece normas claras para el etiquetado digital, insistiendo en que el símbolo «i», que se utiliza para acceder a un código QR con la lista de ingredientes y los datos nutricionales, es «necesario»..
Ello refleja la inquietud de la industria ante la exigencia de la Comisión de más señales visibles que el símbolo «i».
Las enmiendas al proyecto se pueden presentar hasta el 3 de julio. La votación en la comisión de Agricultura está prevista para otoño.
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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