También, a dos investigadores del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, Javier Sánchez Martínez, técnico superior de Laboratorio Biomédico y de Diagnóstico Clínico, y Carla Rodríguez Crespo, técnica de Laboratorio Biomédico y Diagnóstico Clínico.
A nivel mundial, el virus de la gripe causa mil millones de infecciones respiratorias cada año, en torno a cinco millones de hospitalizaciones y unas 700.000 muertes.
En España, el virus provoca cerca de 30.000 ingresos en los hospitales, con 6.000 ó 7.000 fallecimientos, dependiendo de la intensidad epidémica asociada.
Y cabe destacar que, en nuestro país, entre 4.000 y 6.000 niños y niñas necesitan asistencia hospitalaria: 1.000 de ellos y ellas ingresan en la unidad de cuidados intensivos (UCI)… ¡Entre diez y veinte mueren por una enfermedad inmunoprevenible!
Ilustración esquemática del virus de la gripe facilitada por el CNGV.
La influenza, virus ARN de la familia Orthomyxoviridae, provoca la gripe, enfermedad infecciosa muy contagiosa
El virus de la gripe, habitual desde octubre hasta finales de abril en el hemisferio norte, infecta la nariz, la garganta y en algunos casos los pulmones, causando patologías leves, moderadas o graves, estadio que puede ocasionar la muerte, especialmente entre la población más adulta.
La transmisión del virus se produce, esencialmente, a través de las minúsculas gotitas que contienen este microorganismo cuando son expulsadas por nuestras vías aéreas al hablar, toser y estornudar.
El contagio es mayor a partir de los tres o cuatro primeros días desde la aparición de los síntomas de la enfermedad.
Los virus de la gripe humana que circulan por el planeta, responsables de epidemias estacionales y pandemias (epidemias globales), son de dos tipos: influenzavirus A, con diferentes subtipos, e influenza B, con dos linajes, Victoria y Yamagata (casi desaparecido).
Dos proteínas de la superficie del influenzavirus A, la hemaglutinina (HA) y la neuraminidasa (NA), generan 18 subtipos de hemaglutinina y 11 subtipos de neuraminidasa (de H1 a H18 y de N1 a N11, respectivamente).
Se han identificado más de 130 combinaciones de subtipos, grupos y subgrupos de influenza A en la naturaleza, principalmente en aves silvestres.
El intercambio de información del genoma tipo ARN obedece a la predisposición de los segmentos genéticos cuando dos o más subtipos infectan un mismo organismo.
Los virus de influenza A (H1N1) y (H3N2) son los que más suelen preocupar a las autoridades sanitarias mundiales por sus propiedades antigénicas, es decir, porque afectan a nuestra inmunidad.
El virus influenza tipo C no produce epidemias, de momento, y causa infecciones leves, con pocos síntomas y cuadros clínicos intrascendentes.
El virus influenza tipo D, del que sabemos poco y afecta básicamente al ganado, no parece que infecte o enferme al ser humano.
Muestras identificadas y alicuotadas, listas para ser congeladas, en el Centro Nacional de Gripe de Valladolid hasta que se envíen al CDC de Londres. Fotografías de Juan Carlos Fernández Guerrero.
Vigilancia virológica para salvar vidas: un afán diario
Las muestras biológicas extraídas mediante frotis nasofaríngeo a los pacientes adultos y pediátricos llegan al Centro Nacional de Gripe de Valladolid desde los hospitales de referencia de la red centinela sanitaria de Atención Primaria de Castilla y León.
“Esta red, según criterios poblacionales, representa a más de dos millones y medio de habitantes que viven en nuestra Comunidad Autónoma”, destaca el Dr. Iván Sanz Muñoz.
Cada semana se seleccionan de dos a cinco muestras de personas que acuden a consulta con insuficiencia respiratoria aguda leve o moderada (IRA). Además, se añade la información clínica, epidemiológica y demográfica de cada paciente.
También se remiten al CNGV muestras nasofaríngeas o de otra índole de pacientes hospitalizados para evaluar la gripe en estadio grave (IRAG).
Previamente, los servicios de microbiología de dichos hospitales habrán realizado un análisis mediante PCR multiplex con el fin detectar, diferenciar y proporcionar un análisis cuantitativo de los virus respiratorios que aparezcan en cada muestra.
“Es fundamental contar con estas dos fuentes constantes de muestras víricas y datos poblacionales para sumarlos a nuestros propios análisis moleculares, más específicos y detallados”, subraya el virólogo.
Como dato de gran interés, la carga viral es significativamente mayor en las muestras de pacientes que son atendidos en la red centinela de la Atención Primaria en contraposición de los pacientes hospitalizados.
En unos, el virus actúa a su antojo; en los otros, el paciente ya ha generado más anticuerpos antes de llegar a las Urgencias o ingresar en la planta hospitalaria.
Los resultados semanales se envían a todas las autoridades sanitarias regionales y nacionales implicadas y al Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Londres, su centro de referencia para la Organización Mundial de la Salud, que cuenta con 154 organismos colaboradores.
El virus de la gripe, oculto y amenzante en las células de l@s pacientes
Las muestras que llegan al Centro Nacional de Gripe de Valladolid se identifican y alicuotan, es decir, se reparten en dos tubos de análisis clínicos iguales para su investigación.
“Una parte se aprovecha para el estudio de la biología molecular y otra parte se congela para enviarla posteriormente a Londres”, explica Javier Sánchez Martínez, investigador del CNGV.
De cada muestra destinada a investigación se obtiene el RNA del virus, material genético que luego se amplificará en un termociclador, herramienta tecnológica que efectúa una reacción en cadena de la polimerasa o PCR.
“En función de los subtipos víricos que obtengamos en esta PCR (prueba diagnóstica reconocida a nivel popular tras la pandemia del SARS-CoV-2) identificaremos todos los apellidos patógenos que están circulando en ese preciso momento por Castilla y León”, afirma.
“De esta manera, podemos advertir con certezas a nuestro centro de referencia sobre el tipo de virus que circula por nuestro territorio; datos que facilitan el mejor control posible a nivel virológico y epidemiológico”, recalca.
Resultado PCR sobre las muestras genéticas analizadas el pasado día 28 de noviembre: tres positivos para H1N1 con una baja carga viral. Estos datos reflejan que el frotis nasofaríngeo del paciente se pudo realizar una semana o diez días después de la infección por el virus influenza A.
¿Y si apareciera una muestra con virus H5N1, gripe aviar, en el resultado de una PCR?
“Sería toda una sorpresa, puesto que en España no se han producido ni existen brotes de H5N1 (gripe aviar) en la actualidad”, subraya el Dr. Sanz Muñoz.
En un caso hipotético de PCR positiva por un virus como H5N1, forma altamente patógena de la influenza aviar, “siempre procederíamos a una repetición de la técnica analítica para verificar el resultado”.
Y si el resultado fuese nuevamente positivo, tocaría secuenciar el genoma de este virus influenza A H5N1 para compararlo con otras muestras de virus H5N1 detectados en aves silvestres, de corral y animales de granja.
“Sabemos que los virus pueden sufrir cambios en un organismo hospedador mientras se replican después de la infección”, señala.
De hecho, las conclusiones de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) indican que el riesgo de la infuenza A H5N1 para la salud humana sigue siendo bajo a día de hoy.
Aún así, 29 personas han dado positivo por H5N1 en California (EE.UU.) durante este año 2024, todas ellas trabajadores que han tenido contacto con vacas lecheras infectadas por gripe aviar.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de EE.UU. han informado de un caso de gripe aviar en un niño el pasado viernes 29 de noviembre en California, lo que ha supuesto el primer contagio de un menor de edad registrado en el país norteramericano.
Cada célula verde nos habla de un virus de la influenza. Imágenes facilitadas por el CNGV para su uso divulgativo.
A la vez, los análisis de las muestras víricas que llegan al Centro Nacional de Gripe de Valladolid se evalúan a nivel de su fisiología celular.
“En la sala blanca de cultivos realizamos una prueba de inmunofluorescencia directacualitativa: infectamos células normales con el material vírico de la muestra clínica que ha llegado a nuestro centro”, expone la investigadora Carla Rodríguez Crespo.
“Mediante fluorocromos (sustancias que marcan componentes moleculares, lo que hace que la célula sea fluorescente), determinamos si se ha producido infección celular. Si la imagen es verde nos indica un positivo por gripe, con más o menos carga viral”, describe.
“Si la imagen es rojiza el resultado basico es negativo por virus, aunque no excluye que pueda existir infección. Simplemente, con esta técnica no somos capaces de detectar el virus. La prueba de PCR o el test de hemaglutinación sí descubren el virus por mínima que sea su presencia genética”, especifica.
Doctor Eiros Bouza, ¿por qué es tan difícil controlar el virus de la gripe?
“En primer lugar, porque no sólo existe un virus de la gripe; de momento están registradas hasta cuatro tipologías: A, B, C y D, con sus diferentes subtipos y linajes”, enmarca el también microbiólogo jefe del Hospital Río Hortega de la capital pucelana.
“En segundo lugar, porque el virus de gripe a es, en esencia, zoonótico, puesto que se transmite fundamentalmente a través de rutas migratorias de las aves silvestres”, añade.
“De ahí pasa al ser humano y a otros animales, en concreto, al ganado porcino, que actúa como huésped intermediario en algunas ocasiones, dando lugar a la emergencia de cepas pandémicas”, concreta.
“Como dice el refrán castellano, no se pueden poner puertas al campo“, atestigua.
Cuando el virus de la gripe se adapta al ser humano, dadas sus condiciones biológicas, va ejerciendo en su propia deriva un cambio genómico.
“Esta capacidad de mutación es la estrategia del virus influenza para escapar a las acciones preventivas del ser humano, como la vacunación antigripal”, asegura el médico mindionense.
¿Y por qué la gripe se contagia tan fácil?
“Como sucedió en la pandemia de laCOVID-19, ya controlada, o el VRS, las enfermedades infecciosas demuestran un alto índice de contagio. En el caso de la gripe, la transmisión es muy eficiente al concurrir diferentes factores en su diseminación anual”, enseña.
“En las estaciones frías del año, otoño e invierno, observamos una convivencia más estrecha entre la ciudadanía, incluso hacinamiento. En ese contexto, hablar, estornudar o tocar a otras personas condiciona una acentuada transmisibilidad”, advierte.
Esta situación humana y cultural rutinaria, sin mascarillas, es un caldo de cultivo para la propia dinámica biológica del virus de la influenza, al igual que sucede con otros muchos microorganismos contagiosos de la naturaleza.
¿El virus se puede contrarrestar con medicamentos?
“Sin duda. Con fármacos antigripales que funcionan para controlar diferentes síntomas de la gripe, como la hipertermia (fiebre), el cansancio, los dolores musculares y articulares o la tos”, indica.
“Y con antivirales, que ejercen una acción específica sobre tres zonas del virus: su genoma, su cápside y sus glicoproteínas de envoltura. Son antigripales de verdad, que inhiben la replicación de los viriones (partículas víricas)”, completa.
Pero el foco antigripal se sitúa, sin duda, en la prevención frente al virus con la vacunación anual.
La OMS recibe datos de alrededor de un millón y medio de cepas víricas de la gripe desde sus CDC con los que elabora la recomendación de la vacuna anual.
“La vacuna, que recomienda la OMS cada mes de febrero en su reunión de Ginebra para intentar controlar las infecciones y los efectos patológicos de los virus de la gripe, tiene una composición que llamamos trivalente”, resalta el Dr. Eiros Bouza.
“El compuesto antigripal, derivado de los datos de la vigilancia diaria de todos los CDC repartidos por los cinco continentes, integra la posibilidad de un antígeno de un virus A H1, A H3 y uno de los dos linajes del virus B”, acredita.
Un hándicap para la efectividad de la vacuna, puesto que se aplicará diez meses después frente a un virus con nuevas mutaciones.
Estos compuestos vacunales pueden contener tanto virus atenuados, que se administran de forma intranasal, como virus muertos o una fracción de los viriones.
“En las mejores circunstancias, su eficacia no excederá el 65 %, pero lo que realmente importa es que la vacunación anual previene las complicaciones de la enfermedad infecciosa, sobre todo en pacientes con patologías previas”, refuerza.
Las vacunas de la gripe reducen sustancialmente la posibilidad de desarrollar neumonías, de ser asistidos en una UCI y de morir.
“Creemos firmemente que la vacunación universal es la medida de salud pública más eficiente, segura, saludable y de fácil adopción: el acto médico de vacunarse es sencillo y, además, su coste económico se puede catalogar de barato”, concluye el Dr. José María Eiros Bouza.
¿Por qué son tan seguras las vacunas frente a la gripe?
“Porque hablamos de los medicamentos más estudiados, analizados y vigilados con la lupa científca de múltiples instituciones sanitarias, encabezados por la Organización Mundial de la Salud”, certifica el Dr. Iván Sanz Muñoz.
“Y subrayo que, cuando las empresas farmacéuticas elaboran este tipo de compuestos, lo primero que se evalúa es su seguridad, que no tengan efectos secundarios graves o que puedan ser un peligro para la salud de las personas vacunadas, más aún si son vulnerables”.
A partir de esa premisa, se busca la mayor efectividad e inmunogenicidad posibles.
“Debemos tener muy presente que las vacunas de la gripe llevan en el mercado sanitario más de 80 años, con lo que la progresión positiva de esta medida preventiva ha sido espectacular”, remarca.
“Y claro que tienen algún efecto secundario leve, como molestia en la zona de la inyección, febrícula durante 24 ó 48 horas o algún dolor muscular; síntomas totalmente inocuos en comparación con los que se pueden sufrir en un proceso gripal en el que no media la vacuna”, evidencia.
Doctor Sanz Muñoz, ¿puede haber algún tipo de secuela grave tras la vacunación de la gripe?
“A día de hoy los efectos graves detectados son ínfimos, y cabe decir que la vacuna de la gripe se inocula cada año a centenares de millones en todos los hemisferios. Entre tal número de personas siempre habrá algún caso de gravedad”, argumenta.
Tanto es así que se previenen y vigilan posibles reacciones anafilácticas en personas alérgicas al huevo cuando el compuesto de las vacunas procede de cultivos en huevo de gallina: “Antes de vacunar siempre preguntamos”.
El Dr. Iván Sanz Muñoz, virólogo, responde a las preguntas de la Agencia EFE.
A pesar de que la mayoría de la población confía en las vacunas, ¿cómo se resuelven las dudas de la gente cuando escuchan las palabras “atenuado, virus no muerto o un poco vivo”?
“Administramos dos tipos de vacunas con virus muertos o inactivados, que son extremadamente seguras”, reafirma.
“Después del cultivo vírico, aniquilamos el virus y se rompe en trocitos mediante diferentes técnicas. Sólo inoculamos la proteína que nos interesa, el antígeno frente al que dirigimos la respuesta inmunológica del paciente”, aclara.
También existen las vacunas con virus vivos atenuados, igualmente extremadamente seguras.
“Mediante bioingeniería modificamos los genes del virus para que no puedan, primero, provocar manifestaciones de la enfermedad y, segundo, que su actividad, su infección localizada, quede restringida a la zona nasofarínge del individuo, donde queremos generar la respuesta inmune”, detalla.
Este tipo de vacunas muy localizadas, con una buena respuesta de protección sistémica y a nivel de la mucosa, están destinadas a la población pediátrica entre los dos y los dieciocho años de edad.
“Las vacunas en general, y de la gripe en particular, generan una protección que va más allá del propio individuo: detiene la infección hacia otras personas. En mi opinión, son vacunas solidarias porque nos protegen a tod@s“, razona.
Pero que quede muy claro, las vacunas no impiden que el virus se transmita de una persona a otra, sino que se reduzcan exponencialmente las posibilidades de hospitalización y mortalidad.
Y concluye con una frase que podría subscribir la propia OMS: “Las vacunas están para usarse y tenemos que usarlas. Vacunarse es una ventana de oportunidad vital para la infancia, la juventud y la madurez, especialmente durante la vejez”.
Cuando eres un abuelo o una abuela, no sólo tus anticuerpos generados por el sistema inmune son más flojos, sino que al organismo gastado le cuesta mucho más enfrentarse a las mutaciones genéticas de los virus.
De ahí la importancia de la vacunación sistemática anual contra la gripe. Sin duda alguna.
Un estudio dirigido por la Universidad de Indiana (EE.UU.) revisó las historias médicas de 42.317 personas que tomaban estos fármacos antiobesidad, los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón-1 (GLP-1RA), como Ozempic o Wegovy, con las de un número parecido de individuos que no los usaban, para estudiar el riesgo de cáncer.
El consumo de GLP-1RA “se asoció significativamente con una reducción del riesgo de cáncer en general, en particular de cáncer de endometrio, meningioma y ovario”. Sin embargo, también se asociaron “con un aumento no significativo del riesgo de cáncer de riñón”, señala la investigación.
Los GLP-1RA se recetan ampliamente para el control glucémico en la diabetes tipo 2 y recientemente han ganado popularidad para el control del peso, pero su impacto a largo plazo sobre el riesgo de cáncer sigue siendo incierto, lo que llevó al equipo a plantearse este estudio.
El objetivo era comparar la incidencia de 14 tipos de cáncer, en concreto el de pulmón y otros trece que están asociados a la obesidad: hígado, tiroides, páncreas, vejiga, colorrectal, riñón, mama, endometrio, meningioma, tracto gastrointestinal superior, ovario, mieloma múltiple y próstata.
Las tasas de incidencia de todos ellos, entre medicados y no, fueron de 13,6 frente a 16,4 por cada 1.000 personas-año, respectivamente, “lo que indica un riesgo global de cáncer significativamente menor entre las personas que tomaban GLP-1RA”, escriben los autores.
En particular, el uso de esta familia de fármacos antiobesidad se asoció con una reducción del riesgo de cáncer de endometrio, ovario y meningioma.
Sin embargo, también se relacionó “con un aumento marginalmente no significativo del riesgo de cáncer de riñón”, lo que pone de relieve la necesidad de “un seguimiento a más largo plazo para aclarar los mecanismos subyacentes y las implicaciones clínicas de estos hallazgos”, concluye el artículo de la Universidad de Indiana.
Esta es la principal conclusión de una novedosa investigación sobre los efectos en los niños de la pandemia de covid durante el embarazo, que ha sido liderada por el Instituto de Neurociencias del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el mayor centro español con fondos públicos dedicado al estudio del cerebro, con sede en Sant Joan d’Alacant (Alicante) y gestionado con la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche.
Encabezado por el grupo de Neurobiología de Enfermedades Mentales de este centro mixto del CSIC y la UMH, la investigación fue publicada en la revista Cellular and Molecular Life Sciences en 2023 y sus resultados han sido respaldados a lo largo de este año 2025 en diversos estudios de científicos de varios países, cuando los niños y niñas infectados en el vientre materno rondan hoy día el lustro de vida.
La semana 20 del embarazo es un periodo fundamental en la formación de la corteza cerebral y clave para el posterior proceso de aprendizaje de las personas, ha explicado a EFE el científico principal, el neurocientífico Salvador Martínez, en cuya investigación han participado, entre otros, los murcianos José Manuel Hernández López y Cristina Hernández Medina.
La migración de neuronas y el flujo de oxígeno en esta fase crucial para el cerebro corresponde a la proteína ACE2, que a su vez se ha demostrado receptor del coronavirus, dejando entrar al SARS-CoV-2 en unas neuronas aún inmaduras porque carecen de la barrera protectora hematoencefálica, ya presente en la etapa posterior.
El neurocientífico Salvador Martínez, científico principal del estudio, del Instituto de Neurociencias, centro mixto del CSIC y de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche. EFE/Pablo Miranzo
Efectos sobre la memoria
Al analizar varios cerebros humanos de fetos de 20 semanas de gestación donados anónimamente tras un aborto espontáneo en 2020, se ha observado que la presencia del virus de la pandemia tiene efectos “de forma muy particular y localizada en unas células de la región embrionaria del hipocampo: la parte del cerebro que se dedica a la memoria”.
De esta forma, cuando hubo infección congénita de SARS-CoV-2 y la madre tuvo que ser hospitalizada (los casos con más carga viral) se elevó la probabilidad de alteración del desarrollo cerebral, lo que puede asociarse a la aparición de trastornos del espectro autista (TEA), déficit de atención, hiperactividad y otras problemáticas del aprendizaje no asociados a un síndrome o casuística concreta, lo que se conoce como discapacidad intelectual no sindrómica.
En varios estudios epidemiológicos publicados recientemente se ha observado un aumento del 10 % del déficit cognitivo del desarrollo intelectual, comparado con datos de bebés nacidos antes y después “en los mismos lugares y en condiciones similares”, según Martínez, quien ha aclarado que esos retrasos cognitivos cayeron en los hijos de las madres ya vacunadas, por la menor carga viral.
Estos estudios amplían el conocimiento de los efectos de un SARS-CoV-2 que “infectó a toda la sociedad” sin ser tan virulento como otros virus anteriores como el de la viruela, y reflejan que en los casos en los que llegó al cerebro del feto para infectar a las células en desarrollo “se podría predecir o anticipar un aumento de la discapacidad intelectual, del retraso del desarrollo cerebral”.
“Eso es lo que ahora se puede empezar a comprobar porque esos niños tienen más de cinco años y es cuando esa región del cerebro es necesaria para que aprendan adecuadamente”, ha añadido el científico del Neurociencias.
Catedrático y profesor en París antes de director del Neurociencias
Catedrático de Anatomía y Embriología Humana en la UMH, Martínez Pérez (Abengibre, Albacete, 1961) ha desarrollado una larga carrera docente e investigadora donde ha sido profesor de l’École Doctorale de l’Institut Pasteur de París y cuenta con colaboraciones internacionales y estancias en centros extranjeros al margen de dirigir, entre 2016 y 2020, el Instituto de Neurociencias.
Además de esta investigación en niños infectados en 2020 por covid en el embarazo, su trabajo ha trascendido en otros campos como un ensayo pionero en humanos y con unos primeros resultados esperanzadores para una terapia que ralentice e, incluso, detenga la degeneración muscular de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) con células del propio paciente extraídas de la médula ósea.
También ha dirigido recientemente un estudio que usa los ‘dientes de leche’ recién caídos de los niños como fábrica de células neuronales para terapias personalizadas dirigidas a los pequeños con enfermedades raras del sistema nervioso como el autismo, las leucodistrofias o el síndrome de Rett.
“Son tantas las propiedades de los dátiles, que ya desde la antigüedad, árabes, griegos, hebreos y egipcios, llamaban a la palmera datilera, que es el árbol del que proceden, el ‘árbol de la vida”, señala Laura Sánchez, experta en nutrición del Hospital Universitario La Luz Quirónsalud.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación español (MAPA) explica que a raíz de las propiedades nutritivas de los dátiles, los fenicios llamaban a la palmera datilera ‘el árbol de Dios’, ya que se podía sobrevivir viajando por el desierto con un puñado de estos frutos, los cuales llegaron a América durante la colonización con las migraciones españolas.
La palmera datilera o palmera real (Phoenix dactylifera) es una especie notable dentro de su familia botánica, las arecáceas. Puede alcanzar los 20 metros de altura, tiene un tronco de 30 a 40 centímetros de anchura, está presente de forma natural en el norte de África y suroeste de Asia, y es cultivada en las riberas septentrionales del Mar Mediterráneo.
Su origen se atribuye al Norte de África y a Asia, aunque los historiadores no se ponen de acuerdo sobre este punto.
Un hombre recoge dátiles de una palmera en Hyderab (Pakistán). EFE/EPA/NADEEM KHAWER
Alto contenido en vitaminas, minerales, fibra y azucares
La nutricionista Laura Sánchez señala que los dátiles destacan por su contenido en vitaminas y minerales.
“Son frutos ricos en potasio y magnesio, dos sustancias importantes para el sistema nervioso; en niacina (vitamina B3), que ayuda a mantener sanos el sistema nervioso, el aparato digestivo y la piel; y en fibra alimentaria, sustancia vegetal que contribuye a prevenir el estreñimiento; además de ser una buena fuente de energía”, puntualiza.
La morfología del dátil es ovalada y cuenta con una semilla interior y una pulpa pegajosa de color anaranjado marronáceo, todo envuelto en una piel brillante, según lo describe la experta del HULL.
Explica que “los dátiles Medjool y Deglet Noor son las variedades más frecuentes para el consumo”, y que “contrariamente a lo que muchos piensen, el dátil no es una fruta desecada, sino que este fruto se seca ya en el propio árbol con el sol, para después ser recolectado” .
“Consumir hasta tres dátiles al día puede ser un perfecto tentempié para nuestro día a día, y lograr todos sus beneficios nutricionales”, subraya.
Precauciones y contraindicaciones
Destaca que este fruto puede ser una importante alternativa como condimento para quienes quieran endulzar sus platos de la manera más saludable, evitando los azúcares blancos o edulcorantes, aunque en el caso de padecer diabetes, se aconseja restringir su consumo.
A la hora de incorporar los dátiles a tu dieta, “debes tener en cuenta que aunque es un alimento saludable, tiene un alto contenido en azúcares, por lo que no hay que consumirlo en exceso, porque puede ser contraproducente”, advierte.
“Al ser un alimento nutritivo, con alto contenido en azúcares, los dátiles, no están indicados para personas con problemas renales y/o con problemas en la metabolización de los azúcares”, señala la nutricionista.
Sánchez indica que, al igual que ocurre con los zumos, no es igual consumir los dátiles enteros que triturados, ya que cuando se trituran, desaparece la fibra y aumenta la cantidad de azúcar en el producto final que se ingiere.
EFE/EPA/SAMIULLAH POPAL
Dátiles, beneficiosos para la salud cardiovascular
El consumo moderado de dátiles puede ser beneficioso para el corazón, ya que uno de los minerales más destacados que contiene, el potasio, ayuda a reducir el riesgo de patología cardiovascular y la presión arterial, según la especialista.
Y para la piel y el cabello
Las propiedades antioxidantes de estos frutos, “favorecen la salud a la piel y el cabello, confiriéndoles un aspecto más brillante y sano; y son determinantes a la hora de reducir la inflamación del cuerpo y prevenir ciertas enfermedades”, agrega Sánchez, destacando que estos frutos son ricos en potasio, hierro, calcio, magnesio y otras vitaminas del grupo B, C y A.
Sin olvidar la microbiota, los huesos y el cerebro
Los dátiles también contienen abundante fibra, compuesto vegetal que aporta saciedad, “algo fundamental para quien quiera bajar peso”, además de mejorar la microbiota (conjunto de microorganismos beneficiosos) del intestino y nuestra salud intestinal en general; evitar el estreñimiento; y ayudar a prevenir enfermedades, incluso ajenas al tracto digestivo, puntualiza.
Estos dulces frutos destacan por su alto contenido de minerales, como magnesio, fósforo, y calcio, que claramente pueden contribuir a mantener nuestra salud ósea, añade la nutricionista.
Asimismo, “el alto poder energético y la riqueza en antioxidantes de los dátiles, pueden ayudar a reducir la inflamación en el cerebro, y a prevenir patologías neurológicas”, asegura Sánchez añadiendo que también “se sabe que el consumo de estos frutos puede favorecer una mejor función cognitiva”.
Tipos y consejos para conservar los dátiles
Laura Sánchez señala que en función de los tiempos de maduración, lo cual hace que varíen su textura y consistencia, los dátiles se clasifican en tres categorías: blandos, semisecos y secos.
Explica que “independientemente de su categoría, todos tienen un alto porcentaje de azúcares, en torno a un 60%, por lo que son una importante fuente de energía.
Por otra parte, “los dátiles blandos son los más húmedos y los que más azúcares tienen. Los semisecos son carnosos y jugosos, mientras que los secos son más duros y secos”, describe.
Además de los Medjool y Deglet Noor, los más frecuentes, “hay cientos de variedades de dátiles, con diferentes colores, formas, texturas y sabores, como Halawy, Barhi, Mozafati, Zahidi, Sukkari, Khadrawy y Hayani, así como los dátiles Piarom, también conocidos como Maryam o ‘dátiles chocolate’, que son los más caros y lujosos del mundo”, puntualiza.
Para comprar dátiles de buena calidad, Sánchez recomienda asegurarse de que “a simple vista presenten un color marrón-negro brillante y jugoso; que no estén demasiados arrugados ni secos; y que no tengan manchas blancas, que indicarían que su azúcar se ha cristalizado, ni tampoco negras, que indicarían la presencia de moho”.
Otro aspecto que “debemos tener en cuenta es que el embalaje o envase de los dátiles esté bien cerrado y sin golpear”, añade.
Respecto de cuál es la mejor forma de conservar estos frutos, señala que “los dátiles blandos y semisecos necesitan refrigeración (incluso algunas veces congelación para conseguir que duren más), mientras que los secos se pueden almacenar a temperatura ambiente”.
“Los dátiles se pueden consumir al natural o utilizar en recetas dulces y saladas. ¿A qué esperas para consumirlos?”, concluye.