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Ciencia y Salud

Isabel Rojas Estapé: “Si los padres no saben de inteligencia emocional, es muy difícil que los niños sepan”

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“Necesito un abrazo” (Timunmas, Planeta) es el título del cuento, que sale este 25 de septiembre a la venta, y que ayuda a que los niños (y padres) entiendan qué ocurre en el cerebro cuando están tristes y da herramientas para que puedan gestionarlo, tal y como cuenta Isabel Rojas.

Se trata del primer libro de una colección de cuatro en total sobre distintas emociones. A la tristeza, le seguirán la alegría, la rabia y el miedo.

Una familia “apasionada” por entender a las personas

Isabel Rojas es hija del psiquiatra Enrique Rojas y hermana de la también psiquiatra Marian Rojas. Con una sonrisa afirma que incluso ya su abuelo era psiquiatra, de los primeros de España.

“Entre broma y broma empezamos a pensar que hay un gen que nos hace que nos guste mucho esto, nos gusta mucho entender la cabeza, la conducta y el corazón de las personas, no sé si es genético o no, pero lo que está claro es que es una pasión que tenemos todos”, señala la psicóloga.

Recuerda Isabel Rojas que su padre lleva escritos más de treinta libros; su hermana Marian, 3 “con mucha repercusión”. Ella consideraba que faltaba algo destinado a los niños “porque son el futuro de la sociedad” y pensó en qué podía hacer para acercar el mundo de las emociones a los más pequeños.

Cris y “Neurita”

“Así sale esta historia de una niña que se llama Cris, que tiene en su cabeza una neurona que se llama Neurita, es como su amiga y entre las dos van explorando”, afirma la psicóloga. Y lo hacen porque la niña se va a mudar de ciudad, con lo que tiene que dejar atrás a sus amigos y su colegio y siente gran tristeza por ello.

Con la ayuda de Neurita va a aprender a gestionar ese sentimiento, a tener las herramientas para poder sobrellevarlo.

El libro acerca la neurociencia a la infancia de una manera sencilla. Por ejemplo habla del cortisol, que es como un superhéroe que se pone en marcha en situaciones difíciles, pero que puede terminar por intoxicar; o de la oxitocina, que es una hada mágica que libera pompas de amor por todo el cuerpo.

FOTO EFEsalud/BPC

“Comprender es aliviar. Nos da claridad a la hora de saber lo que nos pasa, es la llave para poder mejorar, cambiar, gestionar nuestra conducta”, señala la autora.

Los niños son pura emoción, puro corazón porque su corteza prefrontal -esa capacidad para comprender- aún no está del todo madura, añade Isabel Rojas, y los padres, muchas veces lo que intentan es tratar de llevarles a la razón, desde la obediencia, el sí porque sí y el no porque no.

“Hay un momento dado que para el niño es muy frustrante porque está sintiendo una serie de emociones, pero le estamos diciendo que actúe de una determinada manera, que no llore, que deje de gritar, que se comporte bien, pero hay que entender sus emociones y que ellos las entiendan también”, abunda.

Los niños aprenden lo que ven

Es absolutamente partidaria de que en los colegios haya una asignatura sobre la inteligencia emocional, porque “hay un punto en el que se han dejado de lado las emociones para ser pura cabeza”.

Pero no solo tienen que aprender los niños, también los profesores y los padres.

“Cada vez hay más sensibilización con todos los temas psicológicos (…) pero creo que hemos empezado a meternos en el mundo de las emociones tarde. Los niños de ahora con estos problemas son hijos de padres que no han vivido el tener esos conocimientos, esa inteligencia emocional. Creo que si los padres no saben de inteligencia emocional, es muy difícil que los niños sepan”, reflexiona Isabel Rojas.

Y es que, explica la psicóloga, los niños entienden por lo que ven, no por lo que les dicen.

“Si el padre grita al hijo porque está cansado, lleva un día de muchísimo trabajo y lo que le sale es ‘lávate los dientes y métete en la cama’ con un bufido, al final, al niño le va a costar muchísimo aprender a gestionar también sus emociones”, sostiene.

La falta de inteligencia emocional en la infancia provoca, entre otras cosas, que cueste cada vez más a los niños tener seguridad en sí mismos, porque los padres extrapolan sus heridas en ellos y quieren que sean perfectos.

“De ese perfeccionismo se genera esa inseguridad, sobre todo en las niñas, que sean guapas, responsables, divertidas, que sepan cien idiomas, que toquen no sé cuantos instrumentos musicales. Y yo abogo mucho por volver a mirarles a la cara, a jugar en el parque, a reírnos, a hacer tonterías. Yo prefiero que lleguen donde quieran llegar pero una forma mucho más agradable”, opina Isabel Rojas.

La sociedad de la inmediatez

Y ahí también entra en juego la necesidad que tienen los menores de hoy en día ‘del aquí y el ahora’ porque “vivimos en la sociedad de la inmediatez, y de la no tolerancia al dolor”. Y hay un punto, a juicio de la psicóloga, en el que nos hemos creído que podemos hacerlo y conseguirlo todo y, además, al instante.

“Tenemos que volver a enseñarles a nuestros hijos a saber esperar”, incide la psicóloga, y aunque en ese momento puedan sentir cierto sufrimiento, en realidad, “estamos agrandando esa tolerancia a la frustración y le estamos haciendo que ante un mal que puedan sufrir en el futuro sepan reponerse mucho más rápido”.

Foto EFEsalud/BPC

Así, la sobreprotección hace un flaco favor a los hijos. La recomendación de la psicóloga para gestionarla es que el hijo no lo tenga todo, que si empieza una cosa, la termine.

“Si se empieza el Monopoly, se termina, por ejemplo. Eso de empezar las cosas y hacerlas hasta el final les ayuda porque no viven solo de apetencias, de lo que quieren. Es verdad que es difícil, pero ayuda mucho a que el niño se dé cuenta que no hace siempre lo que quiere, sino lo que es bueno para él”, resalta.

La importancia del “no”

Por eso, anima a los padres a que tengan más presente el “no”, diciéndole al menor que no puede hacer eso y explicándole el por qué.

“Los padres tienen miedo por si traumatizan al niño, pero si les dices no y les explicas por qué no, sabe cómo debe actuar, y al mismo tiempo comprende por qué tiene que actuar de esa forma”, asegura Isabel Rojas.

Lo que se construya en la infancia será sobre lo que se construye la adolescencia, una etapa “apasionante” que si se sabe gestionar, se puede sacar de ese adolescente “un diamante brutal”: “hay que empezar por los ladrillitos desde que son muy pequeños (…) hay que darles las herramientas para que sepan enfrentarse a la vida”.

No obstante, “nunca es tarde para aprender”, ni en la adolescencia ni en la vejez, pero mejor hacerlo cuanto antes.

El móvil, una bomba de relojería

¿El móvil es un aliado? Isabel Rojas lo tiene muy claro: “Se sabe que la sobreexposición de un niño a una pantalla genera serios problemas del desarrollo”, afirma.

No obstante, es consciente de que estamos en el siglo XXI y que trabajamos con ordenadores y nos relacionamos con ciertas aplicaciones, pero teniendo en cuenta “estas dos derivadas” es partidaria de cuanto más tarde mejor.

FOTO EFEsalud/BPC

Sobre ello, explica que la corteza prefrontal no empieza a madurar antes de los 12 años, y que si antes le das un móvil o una tableta a tu hijo, va a costar que esta madure de forma adecuada.

Antes de los 15 o 16, la psicóloga no le compraría móviles a los niños. Darle un móvil a un niño de ocho años, por ejemplo, es “una bomba de relojería”.

“¿Tú no le das a tu hijo una rayita de coca con 8 años, no? Pues el móvil va por el mismo circuito neuronal que las drogas. Tampoco se la darías con 16 años, pero hay un punto a partir de esa edad que el niño es más consciente y puede controlar impulsos. Pero, insisto, lo perfecto cuanto más tarde, mejor”, zanja Isabel Rojas

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Peligran las zonas de bajas emisiones en las grandes urbes de Francia

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París (Euractiv.fr/.es) – Los modelos de coche más antiguos y contaminantes podrían volver pronto a circular por las calles de París y otras ciudades francesas después de que la Cámara Baja del Parlamento francés votara esta semana a favor de suprimir las zonas de bajas emisiones obligatorias, en un ejemplo más de la reacción contraria a las estrictas normas “verdes” de la Unión Europea (UE).

Según la legislación francesa en vigor, las ciudades que no cumplan los estrictos límites de contaminación atmosférica de la UE tienen que crear zonas de bajas emisiones (ZBE).

Actualmente existen 25 zonas de este tipo en varias ciudades, entre ellas Toulouse, Montpellier, Marsella y Grenoble.

La circulación de vehículos contaminantes está prohibida en las calles de París entre las 8 de la mañana y las 8 de la tarde los días laborables, aunque todos los coches y motos siguen exentos los fines de semana.

Desde el 1 de enero de 2025, sólo los coches diésel que cumplan al menos la norma de emisiones Euro 5 (matriculados después de 2011) y los coches de gasolina que cumplan la norma Euro 4 o más recientes (matriculados después de 2006) pueden circular por las carreteras de París durante la semana.

Sin embargo, en un giro inesperado, la Asamblea Nacional aprobó el miércoles de esta semana una enmienda para poner fin a la obligatoriedad de la ZBE, por 98 votos a favor y 51 en contra.

Incluso los diputados de la formación de izquierda radical La France Insoumise -e incluso un puñado de aliados centristas del presidente Emmanuel Macron– unieron fuerzas con los “ultra” de Agrupación Nacional (RN/Patriotas por Europa, el grupo europeo de Vox) y los conservadores Les Républicains.

Un cambio muy criticado

El resultado de la votación es un duro golpe para el gobierno, en especial para la Ministra de Medio Ambiente Agnès Pannier-Runacher, que intentó presentar la necesidad de mantener las ZBE para proteger la salud pública, además de por cuestiones medioambientales.

La contrapropuesta del gobierno habría preservado las ZBE obligatorias en París y Lyon, mientras que habría dado a otras ciudades capacidad de decisión autónoma  sobre la conveniencia o no de aplicarlas.

Tras la votación, el gabinete de Pannier-Runacher expresó su profunda decepción.

«La cuestión fundamental de esta iniciativa es el derecho a vivir de manera saludable», comentó la ministra, al tiempo que calificó de «lamentable» que los diputados de izquierda hayan votado a favor de eliminar una política diseñada para proteger a los ciudadanos económicamente menos favorecidos.

Por su parte, David Belliard, concejal de transportes de París y candidato del Partido Verde a la alcaldía en los comicios de 2026, criticó duramente la medida.

En una entrevista emitida el viernes (30 de mayo) por la emisora de radio FranceInfo, calificó la decisión de «criminal».

En ese sentido, recordó que  la contaminación atmosférica afecta en mayor medida a los residentes más pobres, que suelen residir más cerca de las vías y carreteras con más tráfico.

Sin embargo, Belliard también criticó al gobierno por, a su juicio, no ayudar a las personas con rentas bajas a cambiar a vehículos menos contaminantes.

«La ecología sin justicia social no funciona», aseguró.

Un futuro plagado de dudas para las ZBE

El futuro de las ZBE en Francia no está tan claro después de la votación de este miércoles.

La enmienda se tiene que someter a votación en el Senado y podría ser revocada por el Consejo Constitucional si se considera que no tiene relación directa con la legislación primaria.

Desde el punto de vista del simbolismo político, sin embargo, el resultado de la votación supone una victoria significativa para las fuerzas de derecha de Francia, cada vez más reacias a las políticas “verdes” de la UE.

En ese sentido, el diputado de Agrupación Nacional Pierre Meurin se felicitó por la aprobación de la enmienda.

«Creo que esta votación tan mayoritaria es una gran victoria para los ciudadanos franceses, y es bueno que se haya logrado, al fin, ganarle a la ecología punitiva», comentó el miércoles.

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(Editado por DE/AW/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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Amnesia: cuando la memoria se desvanece

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¿Qué es la amnesia?. EFE/ Natalia Otero

Según la Clínica Mayo, la amnesia se manifiesta principalmente con dificultades para retener información nueva y para recordar hechos pasados o datos que antes eran familiares.

En la mayoría de los casos, afecta la memoria a corto plazo, por lo que los recuerdos recientes tienden a desaparecer, mientras que los recuerdos más antiguos pueden mantenerse intactos.

Por ejemplo, una persona puede recordar su infancia o el nombre de ex presidentes, pero no identificar al presidente actual, el mes en curso o lo que desayunó ese día.

Principales causas de la pérdida de memoria

La memoria depende de múltiples áreas cerebrales. Cualquier enfermedad o lesión que afecte estas zonas puede generar amnesia, especialmente si compromete estructuras del sistema límbico como el tálamo o el hipocampo, según la Clínica Mayo,

Entre las causas neurológicas más comunes se encuentran:

  • Accidentes cerebrovasculares.
  • Encefalitis viral o autoinmunitaria.
  • Hipoxia cerebral, derivada de infartos, fallos respiratorios o intoxicación.
  • Síndrome de Wernicke-Korsakoff, por déficit de vitamina B1 debido al consumo prolongado de alcohol.
  • Tumores cerebrales en áreas relacionadas con la memoria.
  • Enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
  • Episodios convulsivos.
  • Uso de fármacos sedantes, como las benzodiacepinas.

También pueden producirse casos de amnesia por traumatismos craneoencefálicos, especialmente en accidentes de tráfico o durante la práctica deportiva. Las lesiones leves suelen provocar efectos temporales; las graves pueden derivar en amnesia permanente.

La amnesia es la pérdida total o parcial de la memoria. EFE/ Purificación León
La amnesia es la pérdida total o parcial de la memoria. EFE/ Purificación León

Factores de riesgo de la amnesia

El riesgo de amnesia aumenta si se ha tenido alguna de estas condiciones, según la Clínica Mayo:

  • Cirugías cerebrales.
  • Traumatismos craneales.
  • Accidentes cerebrovasculares.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Episodios epilépticos.

Cómo se previene un trastorno amnésico

Aunque no siempre es posible evitar la amnesia, sí se pueden reducir riesgos adoptando ciertas medidas. Según la Clínica Mayo, destacan:

  • Evitar el consumo excesivo de alcohol.
  • Utilizar casco y cinturón de seguridad.
  • Tratar infecciones de forma precoz.
  • Buscar ayuda médica ante signos de accidente cerebrovascular como dolor de cabeza intenso, debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo.

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¿Cuánto puede durar el mono al dejar de fumar?

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mono fumar

Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, el 31 de mayo, analizamos el mono que nos provoca la nicotina cuando decidimos dejar de fumar y que varía de persona a persona en función de la denominada tasa de tolerancia a la dependencia física y mental.

Los receptores cerebrales, siempre alerta

“La nicotina utiliza a unos receptores cerebrales determinados para crear esa sensación de placer, pero en el momento que una persona deja de fumar esa sensación se convierte en malestar porque no ha tenido esa dosis de nicotina”.

Lo explica el doctor Vidal Barchilón hasta hace pocos meses coordinador a nivel nacional del Grupo de Abordaje al Tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y ahora coordinador en Andalucía.

Cuando das una calada a un cigarrillo, la nicotina viaja de los pulmones a la sangre y de ahí al cerebro donde traspasa la barrera craneoencefálica y llega a esos receptores: “Este recorrido dura entre 7 y 10 segundos, esa es la velocidad a la que se produce la dependencia”, precisa el médico de atención primaria, especialidad en la primera línea de la lucha contra el tabaquismo.

Al abandonar el hábito de fumar, esos receptores cerebrales quedan en estado de espera y la falta de nicotina provoca un mono físico con síntomas como dolor de cabeza, tos, expectoración y alteraciones del sueño.

Esta dependencia física puede durar entre 3 y 6 semanas y en el momento en el que se vuelve a coger un cigarrillo es muy probable que se caiga otra vez en la rutina de fumar, advierte el doctor.

Aunque cada persona tiene una tasa de tolerancia a la dependencia en función de múltiples factores, sí se tiene en cuenta el número de cigarrillos que consume al día y el tiempo acumulado de este hábito, datos importantes para pronosticar el éxito del abandono de esta adicción.

Pero cada persona es un mundo. La sensibilidad de los receptores nicotínicos en las mujeres, por ejemplo, es más intensa y pueden tener más dificultades, a nivel físico, de desengancharse y responden, a veces, peor que los hombres a los tratamientos orales con nicotina, indica Barchilón.

mono fumar
EFE/ J.J.Guillen

Tratamientos farmacológicos y apoyo cognitivo conductual para las personas que se quieren desenganchar del tabaco es lo que recomiendan las guías, pero también ayuda llevar a cabo ciertas pautas.

Por ejemplo, cuando la ansiedad te provoca un apetito compulsivo aléjate de los dulces y frutos secos: “Recomiendo cortar fruta y verduras en trozos pequeños” para no engordar, de lo contrario se incrementará el malestar que ya supone abandonar una adicción. Además, hay que aumentar el ejercicio físico.

Pero también hay recompensas, como recuperar el olfato y el sabor en menos de 72 horas, respirar mejor o levantarse sin dolor de cabeza.

El doctor Barchilón insiste en que para dejar de fumar también ayudan medidas externas, como aumentar los espacios sin humo o incrementar el precio del tabaco para luchar de forma global contra este problema de salud pública.

El mono psicológico, el gran reto de dejar de fumar

Si el mono físico dura entre 3 y 6 semanas, según la evidencia científica, la prolongación del mono psicológico es algo imposible de medir y, además, está muy ligado a la dependencia social, la influencia que tiene el entorno en nuestra fuerza de voluntad.

“La dependencia psicológica es más compleja que la física”, explica a EFEsalud José Antonio Molina, psicólogo experto en adicciones y profesor en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid.

“Sí sabemos, por bastantes estudios, que si una persona supera un año sin recaídas es menos probable que las tenga. El tiempo sin fumar corre a favor del fumador, aunque hay casos puntuales que después de muchos años sin fumar, vuelven”, apunta.

Y esa fuerza o vulnerabilidad psicológica se puede sustentar en factores heredados, como la adicción de los progenitores y asociar el tabaco a escenas que has vivido y observado, explica el autor de “S.O.S. Tengo una adicción” (Ed. Pirámide).

También influyen factores de personalidad: puede resultar más complicado en personas impulsivas, con menos tolerancia a la frustración o con un déficit de habilidades sociales.

En general, si el consumo de tabaco está asociado a factores emocionales, “la dependencia es más potente”, aclara.

Tener una motivación

Cuando alguien se propone dejar de fumar, tener una motivación es fundamental. Y si eso falla podemos estar ante el eterno o eterna reincidente.

“Hay personas que presentan una patología dual. Por ejemplo, además de ser dependientes del tabaco tienen un cuadro depresivo o un trastorno de ansiedad que les dificulta dejarlo”, señala el psicólogo del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid..

Además, una dependencia psicológica también tiene una respuesta física, puede generar nerviosismo, ansiedad, taquicardias etc.

Recibir un diagnóstico de enfermedad o una señal de alarma tanto en el propio interesado como en sus familiares suele ser un motivo potente para intentar desengancharse.

mono fumar
EFE/ Ángel Medina G.

Sueño con fumar

El caballo de batalla a la hora de contenerte para fumar está en la asociación de situaciones con el cigarro: salir con los amigos y fumar, hablar por teléfono y fumar o sentir estrés y fumar, son algunos ejemplo. Es lo que denomina una respuesta condicionada, tu mente te recuerda que en determinada situación, fumabas.

Y es normal que si es un hábito sostenido en el tiempo lleguemos a soñar con él y que incluso nos despertemos con cargo de conciencia al creer que hemos vuelto a caer.

“También es posible que haya una parte dentro de ti que todavía quiera volver a fumar” y se representa en los sueños, matiza el experto en adicciones

¿Para qué nos sirve el tabaco?

El éxito de dejar de fumar y que el mono psicológico sea más llevadero comienza por saber por qué nos enganchamos al tabaco o al cigarrillo electrónico.

Si es como modulador de la ansiedad, hay que practicar técnicas de relajación. Si lo utilizas para no comer tanto, habrá que aprender otros hábitos alimenticios.

José Antonio Molina asegura que las personas que recibe en su consulta para tratar la adicción al tabaco son fumadores diarios, con una media de 15-20 cigarrillos, y a partir de 38-40 años, edad en la que ya tienen conciencia de que fumar les está causando problemas.

Alerta, los vapeadores

El cigarrillo de tabaco tiene nicotina, la sustancia más adictiva, pero también tiene otras 4.000 de las que 60 están reconocidas como carcinógenos.

Pero los cigarrillos electrónicos o vapeadores no se quedan atrás. Son líquidos con nicotina y diferentes sustancias químicas de aromas, sabores y colores que atraen a los adolescentes y les conducen a la adicción y dañan su salud cardiovascular, respiratoria, además de riesgo de cáncer, como el tabaco.

Desde el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, el psicólogo clínico Josep María Suelves advierte de que estos nuevos dispositivos “persiguen el negocio a costa de la salud” de los más jóvenes y en la mayoría de los casos les conducen a iniciarse en el tabaco.

vapeadores mono fumar
EFE/Sebastien Nogier

Diferentes encuestas reflejan que el consumo de vapeadores ha crecido entre adolescentes y jóvenes entre 14 y 18 años.

“No estamos yendo para atrás pero debemos trabajar duro para no terminar haciéndolo”, asegura el experto.

“Los jóvenes hoy fuman menos tabaco que sus mayores, ya no lo ven glamuroso como lo veíamos hace unas décadas, apunta.

Pero, reconoce, que con los vapeadores se están repitiendo patrones como los del pasado: “Hay una industria, hay unos intereses económicos que no tienen en cuenta la salud y persiguen perpetuar el negocio”.

Y concluye pidiendo a las autoridades nuevas regulaciones que protejan a los jóvenes ante la adicción a fumar y evitar así sufrir ese mono o dependencia física y psicológica.

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