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Ciencia y Salud

La influencia de las enfermedades en los líderes políticos: de Hitler a Trump

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El político británico David Owen, ex ministro de Sanidad y de Asuntos Exteriores en el gobierno laborista de James Callaghan a finales de los años 70, se muestra convencido de la relación entre la política y la Medicina y así lo relata a lo largo de 671 páginas del libro “En el poder y en la enfermedad”, en una edición revisada y ampliada (Editorial Siruela) sobre las enfermedades y los políticos.

Owen (Plymouth, 1938) , además, escribe desde la experiencia de su formación y profesión, es neurólogo y ejerció como tal antes de meterse de lleno en la política.

Interesado en las consecuencias de las enfermedades en los políticos, en particular en los jefes de Estado y de Gobierno de la Historia, el médico destaca la influencia de esta “en la toma de decisiones, los peligros que conlleva mantener en secreto la dolencia, la dificultad para destituir a los dirigentes enfermos o cuando se hace recaer la responsabilidad en los médicos”.

Reconoce que es más común hablar en público de las enfermedades físicas de los dirigentes políticos, pero no tanto cuando se trata de enfermedades mentales.

Y precisa que aunque popularmente se hayan usado términos como “locura”, “demencia” o “megalomanía”, generalmente atribuidas a “déspotas” como Hitler, Mao Zedong o Sadam Husein solo tienen sentido si hay un trastorno mental definido y, muchos de ellos, no tienen ese diagnóstico.

La depresión es muy común en muchos de los dirigentes y otras enfermedades mentales, como el trastorno bipolar, han sobrevolado sobre otros, como varios presidentes norteamericanos, aunque sin confirmar.

El político británico David Owen autor de “En el poder y en la enfermedad” en una fotografía de 2016. EFE/FACUNDO ARRIZABALAGA

El síndrome de hibris o la embriaguez de poder

David Owen describe en su libro un síndrome bastante común en los líderes políticos: el síndrome de hibris, que no se considera un término médico y que se describió en la antigua Grecia inspirado en Hybris, la diosa de la arrogancia.

“Es aquel acto en el que un personaje poderoso, hinchado de desmesurado orgullo y confianza en sí mismo, trataba a los demás con insolencia y desprecio”, apunta.

El neurólogo destaca que una característica de padecer “hibris”es la incapacidad para cambiar de dirección porque ello supondría admitir que se ha cometido un error.

Pero también se deben presentar varios de estos síntomas: inclinación narcisista; llevar a cabo acciones que den buena imagen de ellos; forma mesiánica de hablar de lo que hacen con tendencia a la exaltación; una identificación de sí mismos con el Estado; tendencia a hablar de sí mismos con el mayestático “nosotros”; impulsividad; pérdida de contacto con la realidad o excesiva confianza, entre otros.

Y analiza en profundidad esta característica en dos líderes: el ex presidente de Estados Unidos George W. Bush y el ex primer ministro británico Tony Blair, en especial durante su actuación en la guerra contra Irak.

Winston Churchill, su corazón y el “perro negro”

Otro “individuo hibrístico”, según Owen, fue el ex primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, figura clave en los años 40, sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial.

No todo el mundo sabía que este líder sufría episodios de depresión profunda, que él llamaba “el perro negro”, y con ella a cuestas tuvo que tomar grandes decisiones que sin duda cambiaron el devenir de la Historia.

Más conocidas eran sus dolencias de corazón que, incluso, en una ocasión, le asaltaron estando en su dormitorio en una visita a la Casa Blanca cuando acaba de empezar la Segunda Guerra Mundial. Dijo que se había hecho daño en el pecho al hacer un esfuerzo al levantar una ventana y todo siguió como si nada hubiera pasado.

La estatua de Winston Churchill en la Plaza del Parlamento de Londres. EFE/EPA/ANDY RAIN

Adolf Hitler, personalidad extrema

Contemporáneo y rival de Churchill en el escenario de la guerra europea fue Adolf Hitler. Su estado mental ha sido objeto de debate a lo largo de los años, no solo por los atroces crímenes de guerra, el nazismo y la invasión de parte de Europa, sino también por su “personalidad extrema”.

Según David Owen, “no hay pruebas convincentes que permitan clasificar a Hitler como un enfermo mental” pero sí se puede describir como “la encarnación del mal político”.

Se especuló con que era un neurótico, un pervertido sexual o que tenía tendencias psicóticas “pero eso no era suficiente para diagnosticar una enfermedad mental”.

Sí desarrolló la enfermedad de Parkinson y solo tenía un testículo. Tomó todo tipo de medicación, incluso cocaína.

Stalin y sus paranoias

Un tercer personaje en el tablero europeo de la Segunda Guerra Mundial fue el ex dirigente de la Unión Soviética, Iósif Stalin, que utilizó la represión y el asesinato en masa como arma política.

La salud física de Stalin “fue buena en general”, a pesar de su gran afición a la bebida y a trabajar muchas horas.

Sin embargo, adoleció de una extrema paranoia que le hacía sentirse amenazado llegando a ejecutar a un guardia personal que se había acercado a él sin hacer ruido o ver una conspiración en un grupo de médicos a los que acabó deteniendo.

Retrato del ex presidente de la Unión Soviética Iósif Stalin en su casa natal de Gori. EFE/ Mijaíl Vignanski

El secreto de Kennedy

Varios presidente de Estados Unidos son protagonistas de “En el poder y en la enfermedad” por sus dolencias y la posibilidad de que hayan influido en sus decisiones políticas.

Y uno de ellos es John F. Kennedy, con 43 años, el presidente más joven de Estados Unidos y también el que más joven murió al ser asesinado a tiros.

La imagen de juventud y lozanía que transmitía ocultaba un preocupante historial médico desde niño con distintas dolencias.

Y ese fue su secreto tanto para el pueblo americano como para quienes le rodeaban. Padecía la enfermedad de Addison, una insuficiencia de las glándulas suprarrenales que le hacía depender de una terapia sustitutiva con hormonas para vivir.

La crisis de los misiles de Cuba con la Unión Soviética, la fracasada invasión de Cuba en la conocida crisis de la bahía de Cochinos o la guerra de Vietnam fueron algunos hechos en los que pesaron las decisiones de un político también atormentado por fuertes dolores de espalda provocados por varios accidentes y que le llevó a pasar un par de veces por el quirófano y tomar fuerte medicación.

Fotografía del ex presidente de Estados Unidos John F. Kennedy en una exposción. EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON

Franco o cómo mantener con vida a un dirigente político

David Owen en su libro habla del dictador Francisco Franco como ejemplo de cómo mantener mecánicamente con vida a un dirigente.

Las disposiciones para su sucesión no se habían finalizado cuando Franco, de 82 años y un historial de párkinson y diabetes, entró en coma por lo que le mantuvieron conectado hasta que la familia decidió acabar con esa situación, según relata el político británico.

Trump, narcisismo sin trastorno de la personalidad

Más actual es Donald Trump, ex presidente de Estados Unidos y candidato republicano a ocupar de nuevo la Casa Blanca. En su caso no se habla de enfermedades como en el resto de ejemplos de políticos.

David Owen destaca su actitud populista y su narcisismo pero sin llegar, dice, a un trastorno narcisista de la personalidad.

Y cita al psiquiatra Allen Frances quien asegura en un libro sobre trastornos mentales que aunque Trump “sea un narcisista de tomo y lomo, eso no lo convierte en un enfermo mental”.

Según Frances, “Trump es un problema político, no carne de psicoanálisis”.

Portada del libro “En el poder y en la enfermedad” del político británico David Owen. Foto cedida

Más allá de las enfermedades de los políticos cuando envejecen en el cargo

El reciente caso de Joe Biden, que ha renunciado a la reelección como presidente de los Estados Unidos tras recibir presiones por su edad, 81 años, y tras mostrar episodios de confusión, es algo que también les ha pasado a otros líderes políticos con enfermedades o no.

“La enfermedad no es la única razón por la que un jefe de Estado o de Gobierno ya no parece ser capaz de gobernar. La edad es un factor de riesgo para la depresión y otras muchas dolencias”, apunta David Owen, quien señala que estos dirigentes son “más indecisos y a menudo menos abiertos de mente”.

Un ejemplo de muchos fue el ex presidente francés Charles de Gaulle a quien siempre le preocuparon antecedentes como Winston Churchill o el mariscal Philippe Pétain, y no quería como ellos aferrarse al cargo en un estado de deterioro físico y mental.

Pero cuando a los 78 años llegó el momento de pensar en renunciar siguió en su sillón del Palacio del Eliseo.

“El engaño de De Gaulle y de otros dirigentes de edad avanzada es que cada uno de ellos se cree singularmente capaz de hacer caso omiso del paso de los años con arreglo al adagio ´soy lo viejo que me siento´”, relata David Owen.

Diferentes ejemplos de líderes políticos y de sus enfermedades, trastornos y edades que David Owen analiza, entre otros muchos, en un libro donde política y Medicina van de la mano.

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Ciencia y Salud

Año 2030: un “escenario optimista y realista” para el principio del fin de la alopecia

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El doctor Eduardo López Bran en los diálogos de EFEsalud sobre el fin de la alopecia

Así lo ha asegurado el jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos y director de la clínica especializada IMEMA en la última edición de ‘Los diálogos de EFEsalud’, titulada ‘Terapia con células madre: más cerca del fin de la alopecia’, emitida este martes.

A primeros de junio, la revista ‘Stem cell research & therapy’ publicaba el estudio del equipo investigador del departamento de dermatología del hospital público madrileño, liderado por López Bran.

Había conseguido, tras cinco años de trabajo, la repoblación total o intensa del 100 % de los ratones machos que monitorizaron y del 90 % de los ratones hembra.

Vendrán ahora más fases de la investigación, en especial los ensayos en humanos, lo que puede abarcar de dos a tres años, pero una “nueva era” ha comenzado.

¿Motivos para el optimismo? “Indudablemente, los exitosos resultados” permiten “dibujar un escenario para que en un plazo no superior a 5 años” sea accesible “la primera terapia avanzada, la primera celular, en el tratamiento de un problema de tanta incidencia”, sostiene López Bran.

Receta que se aplicará con inyecciones

La aplicación exitosa de células madre y trifosfato de adenosina en roedores es el primer paso de la travesía: “La idea es acabar con los ensayos preclínicos de seguridad durante lo que queda de año y en 2026 iniciar la primera fase de ensayos clínicos en humanos; a lo largo de 2027 y 2028 seguiremos con esos ensayos”, precisa el dermatólogo.

El final del camino no queda tan lejos: “En un plazo de cinco años, si se cumplen los requisitos de las agencias reguladoras, que son muy exigentes, estaríamos en un escenario de llevar a la práctica clínica este producto”, zanja.

Receta que se aplicará con mesoterapia, es decir, con inyecciones en las zonas del cuero cabelludo. El impulsor de la investigación confía en que la administración del producto genere “resultados duraderos” contra la alopecia androgenética, el tipo de calvicie más común, tanto que se estima que afecta al 80 % de los hombres en algún momento de su vida y al 40 % de las mujeres.

La revolución de las células madre

En mujeres y en hombres, este tipo de alopecia de cariz genético “conlleva repercusión en su bienestar emocional”, independientemente de los “patrones evolutivos diferentes”.

Mientras en ellos la calvicie empieza a manifestarse en la región “frontotemporal”, a través de las entradas, en ellas comienza “a partir de la línea media del borde superior” del cuero cabelludo, y aunque no es tan visible, también provoca rechazo, y en consecuencia, interés en soluciones.

Como asegura López Bran, esta terapia con células madre configura “una posible solución a volver a tener pelo”. “Y a volver a sentirnos más jóvenes”, añade.

El doctor Eduardo López Bran, en un momento del programa de ‘Los diálogos de EFEsalud’. EFE

Pero perder el cabello “no es sólo un atributo importante de belleza”, sino además “una condición médica”. El pelo es una “barrera física” ante las radiaciones solares y las agresiones medioambientales, de modo que su carencia aumenta el riesgo de lesiones “incluso de tipo canceroso”, apunta el jefe del servicio de dermatología del Hospital Clínico San Carlos.

López Bran, por otra parte, presenta una larga trayectoria de tratamientos capilares, en especial implantes, y un extenso recorrido investigador. La experiencia le llevó a poner la mirada en las células madre. “Podía suponer una vía de abordaje nueva y diferente del tratamiento de la alopecia”, afirma.

La “vitamina” de las células madre

Buscaba, en definitiva, el aumento de la supervivencia de las “unidades foliculares” que trasplantaba, y pensó en la oportunidad que podían suponer moléculas energizantes, el trifosfato de adenosina por ejemplo.

Como “al deportista al que le dan una vitamina dentro de la legalidad y consigue llevar su cuerpo más allá de los límites que tendría sin esa vitamina”, ilustra.

Según relata, con esa idea fue a la sala de terapia celular del Hospital Clínico San Carlos, año 2019. “Hoy traemos la buena noticia de que podemos estar en una vía nueva del abordaje de la alopecia en hombres y en mujeres”.

López Bran, durante ‘Los diálogos de EFEsalud’. EFE

“Estamos -incide- en una era en la que las terapias avanzadas, en concreto las celulares, supondrán un cambio en la forma de abordar muchas enfermedades para las que ahora no tenemos una solución específica”.

La investigación, cinco años de duración, ha tenido momentos alegres y momentos menos alegres. Entre los primeros, “el soporte científico” que recibieron cuando en 2021 una revista científica de “impacto” demostró que estaban en el camino correcto. Entre los segundos, las dificultades para medir numéricamente la pérdida de pelo en roedores.

Momentos que López Bran gestionó y gestiona sin “subidón de endorfinas” cuando son buenos ni con “bajón tremendo” cuando son malos.

La satisfacción impera por ahora en el ánimo de López Bran y de su equipo. Él mismo piensa aplicarse la terapia cuando esté disponible. “Me dejaré crecer el pelo a modo pincho, lo que me dará dos centímetros más de altura y me rejuvenecerá más”. Dentro de cinco años podrá comprobarse.

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Las enfermedades crónicas evitables, las que más muertes causan en Europa, según Eurostat

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Bruselas (Euractiv.com/.es) – Cerca de 1,1 millones de muertes al año se podrían evitar en Europa con políticas de salud pública más inteligentes, centradas en la prevención del consumo de alcohol y tabaco, o con una atención sanitaria de mayor calidad, según revela un nuevo informe de la agencia estadística de la Unión Europea (UE), Eurostat.

Según datos de 2022, las enfermedades más graves que afectan a los menores de 75 años en Europa no están causadas por virus, sino por dolencias crónicas.

La agencia constató que 386.710 muertes estaban relacionadas con  enfermedades tratables -evitables mediante una atención médica de calidad- y 725.625 a enfermedades crónicas prevenibles, según el informe presentado el lunes.

Entre ellas figuran el cáncer de pulmón, las enfermedades cardiovasculares y las intoxicaciones relacionadas con el alcohol.

Letonia registró la tasa más alta de muertes evitables, seguida de Rumanía y Hungría.

Por el contrario, Suecia, Italia y Luxemburgo ocupan las últimas posiciones.

Las diferencias entre los países occidentales y orientales han aumentado desde 2010 en relación con el consumo de tabaco, la obesidad, la hipertensión y la diabetes, según un informe reciente de la OMS.

El informe de Eurostat se publica dos meses antes de que los países miembro de la ONU debatan sobre el tema en la Asamblea General del organismo en Nueva York el próximo mes de septiembre, donde está previsto que aborden los objetivos de reducción de enfermedades no transmisibles para 2030.

Hans Kluge, jefe de la Organización Mundial de la Salud para Europa, ha asegurado el lunes que el bloque europeo puede cambiar la situación y ha instado a aplicar políticas de prevención «audaces».

¿Un problema de falta de personal?

Numerosos sindicatos paneuropeos del sector sanitario, entre ellos la CES y la FSESP, aseguran que las cifras del informe de Eurostat reflejan un problema general de escasez de personal  en el bloque, vinculado a los recortes del gasto social a nivel nacional y de la UE.

Según la OCDE, en la UE faltan 1,2 millones de trabajadores sanitarios.

En ese sentido, Esther Lynch, secretaria general de la CES, ha asegurado que «a pesar de los heroicos esfuerzos diarios del personal sanitario, que realiza regularmente horas extraordinarias para suplir las enormes carencias, estas cifras demuestran una vez más que la austeridad mata».

Por su parte, Alessandro Gallina, responsable de políticas de la Alianza Europea de Salud Pública, una organización sin ánimo de lucro, aseguró el lunes que las cifras de Eurostat «subrayan una dolorosa verdad: la prevención sigue siendo clave para reducir las muertes evitables, pero la planificación del personal sanitario de la UE sigue sin incorporarla plenamente».

Ello se produce en un momento en el cual las ONG del sector sanitario -muchas de las cuales se centran en la prevención- han expresado su inquietud por su futuro, de cara a las próximas negociaciones sobre el presupuesto a largo plazo de la UE, el Marco Financiero Plurianual (MFP).

El pasado mes de junio, algunos miembros de la UE, entre ellos Bélgica, España y Eslovenia, pidieron que se mantuviera la financiación de la sociedad civil en el MFP.

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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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Verano, vacaciones, redes sociales… ¿y FOMO? Consejos ante un miedo cada vez más frecuente

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FOMO verano

El FOMO está presente sobre todo en los jóvenes porque, como indica la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), “el 69 % de los españoles de entre 18 y 34 años afirma haberlo experimentado”. 

Además, el FOMO se intensifica en verano por el aumento de la socialización y por el uso concurrente de las redes sociales.

Por otro lado, según un estudio de Cigna Healthcare, “un 30 % de los españoles identifica sus relaciones personales como una fuente de estrés”.

Consejos para reducir el FOMO este verano

Los expertos de Cigna Healthcare nos ofrecen algunos consejos para liberarnos del FOMO en las vacaciones:

  • Reduce el consumo digital
    • Establecer límites de tiempo del uso de las pantallas ayudará a reducir la ansiedad por la comparación social y a favorecer las conexiones con nuestro entorno real. 
  • Consulta los datos sobre la actividad digital diaria o semanal
    • En algunos dispositivos es posible acceder a estos informes, lo que te permitirá ser más consciente de los hábitos tecnológicos. 
desescalada fases
Un hombre toma el sol en un banco de un mirador de la montaña de Montjuic./EFE/Enric Fontcuberta
  • Configura las alertas y las notificaciones para recibir solo aquellas que sean importantes
    • Esto ayuda a reducir la sensación de alerta constante. 
  • Prioriza actividades al aire libre
    • De esta manera fomentarás la desconexión auténtica
    • “El contacto con el entorno natural disminuye los niveles de estrés, mejora el estado de ánimo y facilita la práctica del mindfulness, contribuyendo a vivir un verano más presente y disfrutando del JOMO”, puntualizan los expertos.

El JOMO como respuesta al FOMO

Ante el FOMO, surge el JOMO (Joy of Missing Out), un concepto que aboga por priorizar el bienestar personal, centrándose en tomar decisiones desde la propia voluntad y en poner límites en el entorno social y digital. 

“No se trata de desconectarse por completo, sino de aprender a utilizar las herramientas digitales y adoptar hábitos que permitan gestionar mejor el tiempo y la atención, identificando qué actividades aportan bienestar y cuáles generan estrés”, explica Elena Luengo, directora de Innovación de Cigna Healthcare.

“Así, es posible lograr un equilibrio que favorezca un descanso emocional efectivo y una conexión auténtica durante las vacaciones”, añade.

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